El salario mínimo federal por hora es de sólo 7.25 dólares estadunidenses y el Congreso no lo ha incrementado desde 2009. Los salarios bajos perjudican a todos los trabajadores y son particularmente dañinos para los trabajadores afrodescendientes y no caucásicos, especialmente para las mujeres de estos grupos raciales, que constituyen una parte desproporcionada de la fuerza laboral que recibe salarios en extremo reducidos. Esto, como resultado del racismo y el sexismo estructurales en un sistema económico que tiene sus raíces en la esclavitud y donde los trabajadores mencionados, especialmente las mujeres, han sido y continúan siendo destinados a los trabajos peor pagados (Bahn y Sanchez Cumming, 2020).
La Ley de 2021 para Aumentar el Salario incrementaría gradualmente el salario mínimo federal hasta llegar a 15 dólares la hora para 2025 y reduciría las brechas salariales de raza y género. Haría lo siguiente:
Aumentar el salario mínimo federal a 9.50 dólares este año e incrementarlo gradualmente hasta que alcance 15 dólares la hora en 2025.
Ajustar el salario mínimo cada año a partir de 2025 al ritmo del crecimiento del salario medio, que mide las remuneraciones de los trabajadores en general.
Eliminar gradualmente el atroz salario submínimo para los trabajadores que reciben propinas, el cual ha permanecido congelado en la miserable cantidad de 2.13 dólares desde 1991 (Allegretto y Cooper, 2014).
Acabar con los inaceptables salarios submínimos para trabajadores menores de 20 años y para los trabajadores con alguna discapacidad que son empleados por talleres “protegidos”.1
Los beneficios de introducir gradualmente un salario mínimo de 15 dólares para 2025 serían de gran alcance, elevarían el salario de decenas de millones de trabajadores y ayudarían a revertir décadas de creciente desigualdad salarial.
La Ley para Aumentar el Salario tendría los siguientes beneficios:2
Aumentar gradualmente el salario mínimo federal a 15 dólares por hora para 2025 elevaría el salario de casi 32 millones de trabajadores, 21% de la fuerza laboral de los Estados Unidos.
Los trabajadores afectados que laboran todo el año ganarían 3 300 dólares adicionales anualmente, lo suficiente para hacer una gran diferencia en la vida de un cajero, un auxiliar de salud a domicilio o un trabajador en el ramo de la comida rápida, quienes hoy luchan por sobrevivir con menos de 25 000 dólares al año.
La mayoría de los trabajadores (59%) cuyo ingreso familiar total está por debajo de la línea de pobreza recibiría un aumento salarial si el salario mínimo se elevara a 15 dólares para 2025.
Un salario mínimo de 15 dólares comenzaría a revertir décadas de creciente desigualdad salarial entre los trabajadores peor pagados y los trabajadores que reciben cerca del salario medio, particularmente en lo que respecta a cuestiones de género y raza. Por ejemplo, los aumentos del salario mínimo a fines de la década de los sesenta representaron 20% de la disminución de la brecha de ingresos entre negros y blancos en los años subsecuentes, mientras que la falta de un aumento adecuado al salario mínimo después de 1979 explica casi la mitad del aumento de la desigualdad entre mujeres en la partes media y baja de la distribución salarial (Derenoncourt y Montialoux, 2021; Autor, Manning y Smith, 2016).
Un salario mínimo de 15 dólares por hora para 2025 generaría 107 000 millones de dólares en salarios más altos para los trabajadores y también beneficiaría a las comunidades de todo el país. Puesto que los trabajadores con los salarios más bajos gastan gran parte de sus ingresos adicionales, esta inyección salarial ayudará a estimular la economía e incentivará una mayor actividad comercial y un crecimiento del empleo más alto.
Aumentar el salario mínimo a 15 dólares sería especialmente valioso para los trabajadores no caucásicos y ayudaría a reducir la brecha salarial racial.
Casi un tercio de los afroamericanos (31%) y una cuarta parte de los latinos (26%) obtendrían un aumento si el salario mínimo federal se incrementara a 15 dólares -véase también Huizar y Gebreselassie (2016) -.
Casi una de cada cuatro de las personas que se beneficiarían (23%) es una mujer negra o latina.
A los afroamericanos y a los latinos se les paga entre 10 y 15% menos que a los trabajadores blancos con las mismas características, por lo que ellos serían los más beneficiados de la Ley para Aumentar el Salario: con alrededor de 3 500 dólares anuales más para un trabajador que labora todo el año.3
Los aumentos del salario mínimo en la Era de los Derechos Civiles de la década de los sesenta redujeron significativamente la desigualdad de ingre sos entre negros y blancos, y explican más de 20% de la reducción general en años posteriores (Derenoncourt y Montialoux, 2021; Autor et al., 2016).
La mayoría de los trabajadores que se beneficiarían son mujeres adultas, muchas de las cuales han asistido a la universidad y tienen hijos.
Más de la mitad de los trabajadores que se beneficiarían (51%) está constituida por adultos de entre 25 y 54 años; sólo uno de cada 10 es un adolescente.
Casi seis de cada 10 (59%) son mujeres.
Más de la mitad (54%) trabaja de tiempo completo.
Más de cuatro de cada 10 (43%) tienen estudios universitarios.
Más de una cuarta parte (28%) tiene hijos.
La Ley para Aumentar el Salario sigue el ejemplo del creciente número de estados y ciudades que han adoptado aumentos considerables del salario mínimo en los últimos años, gracias al movimiento “Lucha por $15 y un Sindicato”, liderado por trabajadores negros y de color.
Desde que los trabajadores de la industria de la comida rápida se pusieron en huelga y comenzaron la Lucha por $15 en 2012 (Selyukh, 2020; Freeman Brown y Bayard, 2015; Dean, 2015), un conjunto de estados que representan aproximadamente 40% de la fuerza laboral de los Estados Unidos ha aprobado aumentar su salario mínimo a 15 dólares la hora: California, Connecticut, Florida, Illinois, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey, Nueva York, Virginia y el Distrito de Columbia.4
Otros estados han aprobado salarios mínimos que oscilan entre 12 y 14.75 dólares la hora, entre los cuales se encuentran Washington, Oregón, Colorado, Arizona, Nuevo México, Vermont, Missouri, Michigan y Maine (Lathrop, 2018).
No sólo en las costas, sino también en todo el país, los trabajadores necesitan al menos 15 dólares por hora hoy en día.
En la actualidad, a lo largo y lo ancho de los Estados Unidos una persona adulta, soltera y sin hijos necesita al menos 31 200 dólares al año (lo que gana un trabajador de tiempo completo con un salario de 15 dólares por hora) para lograr un nivel de vida modesto, pero digno.5 Para 2025, los trabajadores en todo el territorio y aquellos con niños necesitarán aún más ingresos, según proyecciones con base en la Calculadora de Presupuesto Familiar del EPI.6
Por ejemplo, en la zona rural de Missouri una persona adulta, soltera y sin hijos necesitará 39 800 dólares al año (más de 19 dólares por hora para un trabajador de tiempo completo) para 2025 con el fin de cubrir el alquiler, la comida, el transporte, así como otros costos de vida básicos.
En áreas metropolitanas más grandes del sur y el suroeste, donde vive la mayoría de la población, una persona adulta, soltera y sin hijos también necesitará más de 15 dólares por hora para 2025 para sobrevivir: 20.03 dólares en Fort Worth, 21.12 en Phoenix y 20.95 en Miami.
En las regiones más caras del país una persona adulta, soltera y sin hijos necesitará mucho más de 15 dólares la hora para 2025 a fin de cubrir lo básico: 28.70 dólares en la ciudad de Nueva York, 24.06 en Los Ángeles y 23.94 en Washington, D. C.
Los trabajadores en muchas actividades esenciales y de primera línea luchan hoy por sobrevivir con menos de 15 dólares la hora y se beneficiarían de un salario mínimo de esa cantidad.
Los trabajadores esenciales y de primera línea constituyen la mayoría de los que se beneficiarían de un salario mínimo de 15 dólares. El salario medio es muy inferior a tal cantidad para muchos trabajos esenciales y de primera línea; por ejemplo, para maestros suplentes (13.84 dólares la hora), auxiliares de enfermería (14.26 dólares) y asistentes de la salud a domicilio (12.15 dólares) (U. S. Bureau of Labor Statistics, 2019).
Más de un tercio (35%) de las personas que trabajan en centros de cuidados o residencias recibiría un aumento salarial, además de los asistentes de atención médica a domicilio y otros trabajadores auxiliares de la salud.
Uno de cada tres trabajadores en el sector de ventas al menudeo (36%) obtendría un aumento, incluido 42% de los trabajadores de supermercados y tiendas de abarrotes.
Se beneficiarían más de cuatro de cada 10 (43%) conserjes, amas de llaves y otros trabajadores de la limpieza.
Casi dos tercios (64%) de los meseros, cocineros y otros trabajadores del sector restaurantero tendrían aumentos de salario de 5 800 dólares por año.
Diez millones de trabajadores en los sectores de salud, educación, construcción y manufactura recibirían un aumento, lo que representaría casi un tercio (31%) de los trabajadores beneficiados.
Cada vez más propietarios de empresas y organizaciones apoyan un salario mínimo de 15 dólares por hora.
En los estados que ya han aprobado salarios mínimos de 15 dólares, las organizaciones comerciales que representan a miles de pequeñas empresas han respaldado esta medida.
Entre los grupos empresariales que han respaldado un salario mínimo de 15 dólares se encuentran Negocios por un Salario Mínimo Justo, el Consejo Americano de Negocios Sostenibles (Business for a Fair Minimum Wage, 2021), los Millonarios Patrióticos (Patriotic Millionaires, 2021), la Cámara de Comercio del Gran Nueva York (Greater New York Chamber of Commerce, 2020) y la Cámara de Comercio Afroamericana de Long Island (King, 2021), entre otros.
Cada vez más empleadores responden a la presión de los trabajadores y han elevado los salarios que estaban vigentes a 15 dólares o más. Entre ellos se encuentran los gigantes minoristas Amazon (Panchadar, 2018), Whole Foods (propiedad de Amazon) (Bhattarai, 2018), Target (Repko, 2020), Walmart (Grothaus, 2020), Wayfair (Maffei, 2021), Costco (Nassauer y Maidenberg, 2019), Hobby Lobby (2020) y Best Buy (Friedman, 2020), así como empresas en los sectores de producción y servicio de alimentos, como Chobani (2020), Starbucks (Puhak, 2020), Sanderson Farms (2019) (Misisipi) y los supermercados Lidl en el área de Atlanta (McIntyre, 2021). También se incluyen empresas de atención médica en algunos estados: en Michigan se han unido el Sistema de Salud Henry Ford (Henry Ford Health System, 2020) y Trinity (Kransz, 2020); en Ohio el Hospital Infantil de Akron (Lin-Fisher, 2019); en Cincinnati el Centro Médico Infantil (Gooch, 2019); en Iowa están el Centro Médico Mercy y Médicos de la Comunidad de MercyCare (Ramm, 2020); en Misuri se cuentan el Hospital de la Ciudad de North Kansas y Meritas Health (North Kansas City Hospital, 2020), y en Maryland la empresa LifeBridge Health (2021). Aseguradoras y bancos se han unido de la misma manera, como Amalgamated Bank (2021), Allstate (Mull, 2019), Wells Fargo (2020), y el Franklin Savings Bank en New Hampshire (Souza, 2020), así como los líderes en tecnología y comunicaciones Facebook (Kilgore, 2019) y Charter Communications (2020).
Nuestra economía tiene la capacidad para pagar bastante más que un salario mínimo de 15 dólares por hora.
Los trabajadores a los que se les paga el salario mínimo federal actual ganan menos por hora en dólares reales que sus contrapartes hace 50 años (Cooper, 2019).
Las empresas tienen los medios para pagar al trabajador peor remunerado de los Estados Unidos en la actualidad considerablemente más de lo que le retribuían a su contraparte hace medio siglo (Cooper, 2019).
La economía ha crecido de manera espectacular en los últimos 50 años y los trabajadores están produciendo más por cada hora de trabajo, pues la productividad casi se ha duplicado desde finales de la década de los sesenta. Si el salario mínimo hubiera crecido al mismo ritmo que el crecimiento de la productividad desde finales de dicho periodo, hoy en día sería de más de 20 dólares por hora (Cooper, 2019).
Las investigaciones confirman lo que los trabajadores ya saben: aumentar los salarios nos beneficia a todos.
Estudios académicos de alta calidad confirman que los moderados aumentos del salario mínimo no han causado pérdidas de empleo perceptibles (Wolfson y Belman, 2016).
Después de que el salario mínimo federal llegó a su máximo histórico en 1968, los salarios aumentaron y las brechas raciales en los ingresos disminuyeron sin restringir las oportunidades de empleo para los trabajadores de bajos salarios en general (Derenoncourt y Montialoux, 2021).
Una extensa investigación sobre 138 aumentos al salario mínimo a nivel estatal muestra que todos los trabajadores con bajos salarios se benefician de estos aumentos, no sólo los adolescentes o los trabajadores de restaurantes (Cengiz, Dube, Lindner y Zipperer, 2019).
Múltiples estudios concluyen que los ingresos anuales totales de las familias en la parte inferior de la distribución del ingreso aumentan significativamente después de un aumento del salario mínimo (Dube, 2019; Rinz y Voorheis, 2018). Los trabajadores con bajos salarios y sus familias son los que más se benefician de estos incrementos de ingresos, lo que reduce la pobreza y la desigualdad en este rubro.
Al aumentar el ingreso de las familias, los incrementos del salario mínimo han mejorado la salud infantil y también han reducido el abuso infantil y el embarazo adolescente (Wehby, Dave y Kaestner, 2017; Raissian y Bullinger, 2017; Bullinger, 2017).
Un aumento inmediato del salario mínimo es indispensable para la salud de nuestra economía.
Aumentar el salario mínimo en la actualidad traerá de regreso oportunidades para los trabajadores que tienen trabajos peligrosos y poco poder de negociación durante la pandemia (Dorman y Mishel, 2020).
Proporcionar más dinero a los trabajadores con los salarios más bajos contrarrestará directamente la caída de la demanda de los consumidores ocurrida durante esta recesión (Alonso, 2020).
Incluso el estudio de 2019 de la Oficina de Presupuesto del Congreso sobre los efectos de incrementar el salario mínimo federal a 15 dólares para 2025 mostró de forma contundente que esta medida aumentaría los ingresos de los trabajadores de bajos salarios en general y reduciría de manera considerable el número de familias en la pobreza (Zipperer, 2019).
Los bajos salarios amenazan la seguridad económica de los trabajadores y sus familias, quienes tienen que recurrir a programas de beneficios sociales para llegar a fin de mes.
En los estados que no tienen una ley para aumentar el salario mínimo a 15 dólares por hora, casi la mitad (47% o 10.5 millones) de las familias de trabajadores que se beneficiarían de la Ley para Aumentar el Salario depende de programas de apoyo gubernamental, en parte porque no ganan lo suficiente en el trabajo (Jacobs, Perry y MacGillvary, 2021).
Estos trabajadores y sus familias representan casi un tercio de los beneficiarios totales de uno o más programas de apoyo gubernamental (Jacobs et al., 2021).
En los estados que no tienen una ley para aumentar el salario mínimo a 15 dólares, los programas de apoyo gubernamental para los trabajadores de bajos salarios y sus familias representan 42% del gasto total en el programa de seguro médico para personas de bajos recursos (Medicaid) y el programa de seguro médico para niños (CHIP), así como en subsidios en efectivo (Asistencia Temporal para Familias Necesitadas o TANF), vales de despensa (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria o SNAP) y en la bonificación fiscal sobre sueldos y salarios (Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo o EITC). En conjunto, cuestan a los contribuyentes federales y estatales más de 107 000 millones de dólares al año (Jacobs et al., 2021).