Introducción
En México, la incidencia del cáncer mamario va en incremento1,2; desde 2006 es la neoplasia más frecuente y letal en mujeres mayores de 25 años de edad2,3 y afecta con mayor frecuencia a mujeres más jóvenes que las reportadas en países anglosajones2,4. Aunque la mastografía es el método de elección para la detección temprana del cáncer mamario5,6, con sus limitaciones intrínsecas, en nuestro país hay múltiples barreras para su implementación7-9. Adicionalmente, cada componente del sistema de salud en México realiza esfuerzos individuales para atender a sus respectivas derechohabientes10.
En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en 2010 con más de 10 millones de derechohabientes (trabajadores, activos y pensionados, así como sus familiares dependientes)11, hay escasa información con respecto al uso de la mastografía por sus derechohabientes. De manera relevante, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Derechohabiente del ISSSTE-2007 (con una muestra > 11,000 individuos) no evaluó el uso de la mastografía en las derechohabientes12. La exigua información existente deriva de dos estudios cuyas muestras fueron analizadas en el año 2001 y 200713,14. En el estudio de Pagan, et al.13 se estudiaron individuos de diversas instituciones del sector salud, pero no detallaron el número estudiado de derechohabientes del ISSSTE. En el segundo estudio, de Ortiz-Mendoza, et al.14, investigaron a usuarias de una clínica de mama, que es un subconjunto de las derechohabientes. Por tanto, dado que la información del uso de la mastografía en derechohabientes del ISSSTE es escasa, además de no estar actualizada, y que ha habido cambios en la Norma Oficial Mexicana (NOM-041-SSA2-2011) para la prevención, diagnóstico y tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del cáncer de mama15, decidimos evaluar los patrones de uso de la mastografía en una muestra de la población general de nuestro hospital.
Material y métodos
Fue un estudio realizado entre octubre del 2015 y junio del 2016, previamente aprobado por el Comité de Investigación institucional (protocolo 045/17).
Población
Evaluamos a mujeres derechohabientes (trabajadoras, activas y pensionadas, o sus dependientes aseguradas) que acudieran a cualquier Servicio del Hospital General Tacuba en la Ciudad de México. Se escogieron mediante una selección sistemática no probabilística, en la sala de espera de urgencias, consulta externa, áreas para agendar citas o del archivo clínico y aquellas que visitaran a familiares en los turnos matutino y vespertino en días hábiles. Fueron excluidas las usuarias regulares de los servicios de ginecología, clínica de mama u oncología. Los criterios de inclusión fueron: mujeres derechohabientes de entre 40-69 años que aceptaran la entrevista, la evaluación y que firmaran el consentimiento informado.
Todas fueron sometidas a entrevista y registro de datos antropométricos. El peso fue medido en una báscula mecánica, con la paciente descalza; la talla mediante un estadiómetro integrado a la báscula, con la paciente descalza. Con el peso y talla, calculamos el índice de masa corporal (con la fórmula: peso en kilogramos entre la talla al cuadrado expresada en metros).
Además, en la entrevista obtuvimos datos demográficos, de escolaridad, antecedentes familiares de cáncer mamario en primer grado (madre, hermana[s] o hija[s]) y antecedentes reproductivos como edad de menarquia, del primer embarazo a término y número de embarazos. Con respecto a la mastografía (analógica o digital), indagamos si se la habían practicado alguna vez, frecuencia de uso, si ocurrió durante los dos años previos a la entrevista, lugar de realización y fecha de la última.
Análisis
Con la información obtenida evaluamos si el uso de la mastografía se relacionó con sus características demográficas. Empleamos el programa estadístico OpenEpi versión 3 (www.openepi.com). Con una frecuencia aproximada de uso de la mastografía de 30 ± 5% (resultado de una investigación previa)14, calculamos el tamaño de la muestra con la ecuación: n = [DEFF*Np (1–p)]/[(d2/Z21–a/2*(N–1) + p*(1–p)]. Todos los valores se expresaron en números y en porcentajes.
Resultados
El tamaño calculado de la muestra, con un intervalo de confianza del 95%, fue de 323 individuos; sin embargo, logramos estudiar a 327. En la tabla 1 se exponen las características detalladas de la población.
Característica | n (%) |
---|---|
Edad | |
60-69 años | 53 (16.2) |
50-59 años | 148 (45.3) |
40-49 años | 126 (38.5) |
Factores de riesgo reproductivo | |
Menarquia < 12 años | 68 (20.8) |
1.erembarazo > 30 años de edad | 43 (13.1) |
Nulíparas | |
Antecedentes familiares en | 30 (9.2) |
1.er grado de cáncer mamario | 17 (5.2) |
Índice de masa corporal | |
≥ 30 | 123 (37.6) |
25-29.9 | 138 (42.2) |
18.3-24.9 | 64 (19.6) |
< 18.3 | 2 (0.6) |
Escolaridad | |
Posgrado | 10 (3) |
Licenciatura | 100 (30.6) |
Bachillerato | 116 (35.5) |
Secundaria | 66 (20.2) |
Primaria | 33 (10.1) |
Analfabeta | 2 (0.6) |
Historia de uso de la mastografía | |
Sí | 257 (78.6%) |
No | 70 (21.4) |
Origen de la mastografía (n = 257) | |
ISSSTE | 135 (52.5) |
Privada | 36 (14) |
SSA | 34 (13.2) |
FUCAM | 31 (12.1) |
IMSS | 12 (4.7) |
Otros | 9 (3.5) |
FUCAM: Fundación de Cáncer de Mama; IMSS: Instituto Mexicano del Seguro Social; ISSSTE: Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado; SSA: Secretaría de Salud.
No se habían practicado alguna vez la mastografía 70 (21.4%). Solo en 135 casos (52%) la mastografía había sido realizada en el ISSSTE. En 146 (44.7%) el estudio fue realizado durante los dos años previos (Tabla 1).
En la tabla 2 se puede ver la relación entre el uso de la mastografía y las características de los sujetos de estudio. El grupo que menos usó la mastografía fue el de 40-49 años.
Edad | Usuarias |
---|---|
60-69 años | 50.9% (27/53) |
50-59 años | 59.5% (88/148) |
40-49 años | 24.6% (31/126) |
Con antecedentes familiares en 1.er grado de cáncer mamario | 100% (12/12) |
Sin antecedentes familiares en 1.er grado de cáncer mamario | 100% (134/134) |
Con 1.er embarazo > 30 años o nulíparas | 100% (32/32) |
Sin 1.er embarazo > 30 años o con gestaciones | 100% (114/114) |
Educación básica (primaria a preparatoria) | 100% (92/92) |
Educación superior (licenciatura o posgrado) | 100% (54/54) |
Discusión
Nuestros resultados muestran que en la población general de las derechohabientes se ha incrementado la frecuencia de uso de la mastografía, con respecto a un estudio previo en usuarias de una clínica de mama (44.7% actual vs. 34% en 2007)14. Sin embargo, las mujeres del grupo de 40 a 49 años continúan utilizando poco la mastografía14. Es así que, mientras 1 de cada 2 mujeres de 50 a 69 años han utilizado la mastografía en los dos años previos, solo 1 de cada 4 mujeres de 40 a 49 años la ha usado. Este dato es trascendente, pues el cáncer mamario en México ocurre con mayor frecuencia en mujeres jóvenes2,4.
A pesar de lo señalado, nuestros resultados son alentadores. Detectar que ya el 78.6% tiene historia de haber sido sometidas a la mastografía en alguna ocasión en su vida, es positivo. Sin embargo, el uso durante los dos años previos sigue siendo bajo con respecto a mujeres en España, Canadá y EE.UU.16-18. No así en relación con un estudio del uso de la mastografía en varias regiones de América Latina, ya que nuestra muestra superó la frecuencia de su uso19. Hay datos publicados que indican que contar con algún tipo de seguro de salud incrementa la posibilidad de efectuar la mastografía19,20, lo cual concuerda con nuestros resultados. Al considerar que el 48% de las mujeres entrevistadas no obtuvo la mastografía en el ISSSTE, sino de fuentes diversas (29.9% de otros componentes del sector salud público y 14% de servicios privados), que el grupo de 40-49 años continúa utilizando poco la mastografía, que el 37.6% tiene obesidad que incrementa el riesgo para cáncer de mama en la posmenopausia, que un grupo numeroso tiene factores reproductivos de alto riesgo para cáncer de mama (un 20.8% con menarquia temprana, un 9.2% son nulíparas y un 13.1% con embarazo > 30 años) corrobora los retos persistentes para ofrecer un accesible servicio de mastografía a nuestras derechohabientes.
No es claro el origen que explique si hay trabas para la utilización de la mastografía por nuestras derechohabientes en el ISSSTE; se requieren más investigaciones al respecto. Hay sospecha de dificultades en los permisos laborales para poder acudir al servicio médico14. O tal vez se deba a la falta de ofrecimiento del estudio por los médicos de primer y segundo nivel de atención21,22. Finalmente, no podemos descartar indolencia de parte de las derechohabientes para acudir a la mastografía.
Tenemos certeza de las limitaciones de este trabajo. El análisis fue de una sola muestra hospitalaria que pertenece a un área urbana, lo que podría no ser representativo de toda la población del Instituto. Sin embargo, el tamaño de la muestra, su selección, los datos antropométricos, de escolaridad y la concordancia de estos datos con la información obtenida de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Derechohabiente del ISSSTE-200711 nos permiten sustentar el valor de nuestra investigación.
Finalmente, nuestro estudio sugiere que en las derechohabientes del ISSSTE subsisten retos para el amplio uso de la mastografía.