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CONfines de relaciones internacionales y ciencia política

versão impressa ISSN 1870-3569

CONfines relacion. internaci. ciencia política vol.18 no.34 Monterrey Jan./Mai. 2022  Epub 31-Jul-2023

https://doi.org/10.46530/cf.vi34/cnfns.n34.p54-71 

Artículos

John Hobson y los orígenes de la Economía Política Internacional

John Hobson and the Origins of International Political Economy

José Ricardo Villanueva Lira* 

Ezequiel Aquino Soriano* 

*Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad del Mar.


Resumen

Convencionalmente, los orígenes de la Economía Política Internacional (EPI) son ubicados a inicios de los años 70. Bajo el supuesto de que las cuestiones económicas eran ignoradas por los internacionalistas antes de esa década. El propósito de este artículo es mostrar, a través del caso de John Hobson, que este no fue el caso, sino que lo que se experimentó fue una reactivación de un campo de estudio que ya estaba presente al menos desde el comienzo del siglo XX. Mediante un estudio historiográfico revisionista de los escritos sobre el imperialismo de Hobson, el presente artículo desafía la narrativa tradicional y contribuye a una mejor compresión de la historia subdisciplinaria de la EPI, al mismo tiempo que busca establecer los cimientos para futuras investigaciones sobre otros internacionalistas de principios del siglo XX.

Palabras clave: Economía Política Internacional; Relaciones Internacionales; revisionismo; orígenes; imperialismo

Abstract

Conventionally, the origins of International Political Economy (IPE) are set in the early 1970s. Supposedly, economics was neglected by internationalists before that time. The purpose of this article is to show that this was not the case, but that what IPE experimented during those years was its reactivation since it was a field of study present since the early 20th century. Through a revisionist historiographical study of Hobson’s writings on imperialism, the article hopes to contribute to a more thorough understanding of the sub-disciplinary history of IPE at the same time that it seeks to lay the foundations for future research on other early 20th century internationalists.

Keywords: International Political Economy; International Relations; revisionism; origins; imperialism

Introducción

John Atkinson Hobson es frecuentemente reconocido como uno de los teóricos más importantes en la etapa temprana del desarrollo de la disciplina de Relaciones Internacionales (RRII).1 De acuerdo con Martin Griffiths (1999, p. 80), este autor se ubica entre los cincuenta pensadores más importantes en la historia de las RRII. Sin embargo, pocos reconocen que desde principios del siglo XX su visión del mundo estaba marcada por un enfoque de Economía Política Internacional (EPI).

Existen innumerables estudios académicos sobre Hobson. La mayoría de ellos hace énfasis en su contribución al tema del imperialismo y cómo influyó en otros pensadores marxistas de principios del siglo XX, tales como: Rudolf Hilferding, Nikolái Bujarin y Vladimir Lenin (ver por ejemplo Milios y Sotiropoulos, 2009, pp. 9-32; Brewer, 1990, pp. 73-87). En RRII, específicamente, ha habido algunos esfuerzos para recuperar el pensamiento de Hobson de una forma más cabal. Destaca el trabajo de David Long (2005), quien profundiza considerablemente sobre el pensamiento liberal de Hobson, así como en sus propuestas desde el internacionalismo, como la creación de un gobierno u organización internacional para buscar salvaguardar la paz en el mundo (pp. 71-91). Por otro lado, Ricardo Villanueva Lira (2017) ha contribuido a mostrar la deuda intelectual de Hobson con el socialismo (pp. 508-523). Sin embargo es importante considerar, que no existen en nuestro conocimiento trabajos que rescaten el enfoque de EPI presente en John Hobson, por lo que se requiere investigar al respecto.

El presente artículo busca poner de manifiesto que una parte considerable de las ideas teóricas clave de Hobson están enmarcadas dentro de la EPI y que esto brinda una pista para ampliar nuestra visión sobre sus orígenes, que anteceden por varias décadas a 1970. El cuerpo del artículo se compone de dos grandes partes. La primera busca probar la especialización de Hobson en lo internacional, a la vez que muestra algo del contexto en el que vivió, poniendo especial énfasis en su importancia para la disciplina de RRII. Se explora el trasfondo del trabajo de Hobson, mencionando la relación entre él y otros internacionalistas de su época, así como de algunas instituciones de carácter internacional; también, se describen las principales aristas de su investigación, las cuales estaban relacionadas con los asuntos mundiales. Este punto es importante porque se podría afirmar que los intelectuales en cuestión no eran en realidad parte de los inicios disciplinarios de las RRII, dado que no eran académicos pertenecientes a un departamento universitario dedicado al estudio de las cuestiones mundiales. Más aún, pudiera señalarse que ya existían estudios de economía política con anterioridad; después de todo Karl Marx y Adam Smith, por ejemplo, hacían estudios de esta índole. Si bien estas afirmaciones tienen cierta lógica, la evidencia del presente artículo lleva a diferentes conclusiones. Esto porque aunque en efecto Marx y Smith elaboraron estudios desde la economía política, sus análisis no estaban especializados en cuestiones internacionales y de hecho no son pensadores caracterizados como internacionalistas en RRII. Esto tiene sentido si, como se ha hecho en esta investigación, se toma en cuenta que Hobson era un reconocido especialista de las cuestiones internacionales, lo cual queda atestiguado por sus vínculos institucionales e intelectuales, además del enfoque internacional de sus escritos.

En la segunda parte se profundiza en el pensamiento político-económico de Hobson a través de un análisis de sus escritos sobre el imperialismo. Particularmente se abordan las causas y soluciones que este pensador atribuía a este fenómeno. La conclusión recapitula el principal argumento del artículo, invita a reforzarlo con futuras investigaciones de corte similar a la presente y reflexiona sobre las implicaciones de la evidencia presentada.

En cuanto a la metodología, el artículo busca unirse a la literatura revisionista de las RRII, que aunque no cuenta con una técnica metodológica específica, sus publicaciones se caracterizan por ser estudios críticos y rigurosos basados en el análisis de fuentes primarias y que tienen por objeto brindar un entendimiento más cabal del desarrollo histórico de la disciplina. Aunque este tipo de publicaciones han abundado notablemente en RRII -particularmente en el mundo anglosajón- durante los últimos 25 años (ver por ejemplo: Schmidt, 1998; Vitalis, 2015; Owens y Rietzler, 2021), los estudios de este tipo en EPI han sido notablemente limitados (para una excepción ver Hobson, 2019).

Así, el presente escrito pretende ser una contribución a la historia disciplinaria de la EPI. De esta manera, se brindarían mayores indicios sobre su origen a principios del siglo XX en RRII. Esto es importante por al menos tres razones. Primera, la revisión de los escritos de John Hobson es importante para demostrar que la fusión entre la economía y la política estuvo presente en los inicios de las RRII del siglo XX. Esto contradice la narrativa convencional de que los primeros intelectuales de la disciplina a principios de la centuria ignoraron las cuestiones económicas. Corroborar esto cambiaría nuestro entendimiento de los orígenes de la EPI. Segunda, y como consecuencia de lo anterior, tener un mejor conocimiento del desarrollo disciplinario de la EPI es clave, porque a través de un mejor entendimiento del pasado podemos rescatar contribuciones que han sido marginalizadas en la actualidad. En este sentido, quizá sea posible rescatar lecciones de los escritos de EPI de Hobson a principios del siglo XX. El tema del imperialismo, en particular, parece recobrar importancia debido a las recientes acciones de Rusia en Ucrania. Y la tercera es que un mejor conocimiento del pasado disciplinario tiene el potencial de incentivar futuras investigaciones en el área sobre otros internacionalistas de la época.

La especialización internacional de Hobson

John A. Hobson (1858-1940) fue uno de los primeros formuladores de la teoría explicativa del nuevo imperialismo. Nació en Derby, Inglaterra, donde pasó las primeras dos décadas de su vida; perteneció a una familia de clase media y su padre fue fundador y director del periódico liberal Derbyshire Advertiser. Sus estudios correspondientes a los niveles de primaria y secundaria los realizó en su ciudad natal, mientras que los universitarios en Oxford -particularmente en Lincoln College-. Durante su carrera universitaria se percató de su pasión por los aspectos económicos, por lo que al terminarla impartió algunas clases de Economía.

Hobson fue un intelectual clave en el desarrollo de las RRII, particularmente durante los primeros años de la disciplina. Fue una figura comprometida con diversas instituciones de carácter internacional, además de tener una relación estrecha con otros internacionalistas de renombre, sobre los cuales Hobson influyó considerablemente, tales como los británicos Henry Noel Brailsford y Leonard Sidney Woolf. De acuerdo con Martin Griffiths (1999, p. 80), junto con Norman Angell y Alfred Zimmer, Hobson es uno de los principales pensadores de RRII durante las primeras décadas del siglo XX. Además ha sido objeto de estudio de diversas investigaciones recientes sobre RRII, que han buscado rescatar las contribuciones de los primeros intelectuales de la disciplina (ver por ejemplo, Long, 1996; Ashworth, 2007; Villanueva Lira, 2022).

Hobson fue una figura que participó activamente en las instituciones de principios del siglo XX relacionadas con el estudio o la práctica de cuestiones internacionales. Desde 1900 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial (PGM) en 1914, Hobson fue miembro distinguido del Partido Liberal británico. Sin embargo, lo abandonó por considerar que se había alejado de las políticas a favor del libre comercio (Clarke, 2003, p. 140) y porque encontró -como se verá más adelante- un mejor foro de análisis de lo internacional en el Partido Laborista. También, poco después del inicio de la PGM, “Hobson se convirtió en miembro de la Unión de Control Democrático (UCD), un grupo pacifista que buscaba denunciar la diplomacia secreta llevada a cabo por las grandes potencias de la época” (Ashworth, 2014, p. 126).

Siendo parte de la UCD escribió una serie de folletos, como Labor and the Costs of War (1916) y The New Holy Alliance (1919), y estuvo en el comité ejecutivo durante más de un cuarto de siglo (Swartz, 1971). Además de su actividad política durante la Guerra de los Boers, Hobson fue miembro del Sindicato Libre y de la Liga de Arbitraje Internacional, una organización que promovía el desarme y el arbitraje, además de apoyar a la Sociedad de Naciones. Aunque durante la tercera década del siglo XX las debilidades de las organizaciones en cuestiones de seguridad se hicieron fuertemente evidentes, “Hobson permaneció fiel a sus convicciones” respecto a su apoyo a las instituciones internacionales (Long, 1995, p. 182).

Para principios de la década de 1920, entró en contacto con diversos políticos e intelectuales laboristas interesados en las cuestiones internacionales, y decidió unirse al Partido Laborista británico. Ahí, tuvo la oportunidad de formar parte del Comité Asesor de Relaciones Internacionales (CARI); la cual “era una de las agencias más influyentes involucradas en la práctica y análisis de las relaciones internacionales” durante el periodo de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial (Ashworth, 2007, p. 9; Long, 1995, p. 164). También perteneció al Comité de las Cuestiones Imperiales (ICI) dentro del partido Laborista, el cual aunque menor en membresía, produjo una cantidad considerable de material relacionado con el entendimiento de los asuntos internacionales, particularmente relacionados con las cuestiones imperialistas con el objeto de brindar una política (frecuentemente anti) imperial y colonial clara al Partido Laborista (Ashworth, 2007, p. 9; Reader, 2019, pp. 157-158).

Por otro lado, el Bryce Committee fue otro grupo en el que Hobson se involucró significativamente. Este es conocido por la elaboración de un informe publicado un año después de que estallara la PGM sobre los presuntos ultrajes alemanes hacia Bélgica tras su invasión en 1914. Ahí, tuvo la oportunidad de dialogar e investigar sobre posibles arreglos internacionales referentes al periodo de la posguerra, lo cual era el fin principal de ese comité. Finalmente, cabe señalarse la pertenencia de Hobson en el Club de 1917 que comenzó su vida como un grupo de izquierda que originalmente buscaba discutir las repercusiones internacionales de la revolución de marzo en Rusia (Allett, 1981, p. 39; Rubenstein, 2005, p. 14). Gracias a la pertenencia que tuvo en estas instituciones relacionadas con el análisis de los asuntos de carácter internacional, Hobson tuvo la oportunidad de colaborar con otros reconocidos internacionalistas de la época, como se muestra a continuación.

Hobson tuvo una relación estrecha con varios de los internacionalistas más importantes de principios del siglo XX, quienes en su mayoría pertenecían a las mismas instituciones y grupos intelectuales en los que él participaba. Por ejemplo, Hobson y otros internacionalistas como Philip Noel-Baker, Alfred Zimmern, Helena Swanwick, Arnold Toynbee y David Mitrany, pertenecían al CARI. Debido a que el Reino Unido tenía el prestigio de ser la mayor potencia en los años anteriores de esa época -aunque en vertiginosa decadencia-, este Comité del Partido Laborista permitió a estos intelectuales experimentar un vínculo cercano entre RRII y la política exterior pocas veces ejercitado (Ashworth, 2007, p. 9).

De igual forma, tuvo una relación significativa con otros distinguidos teóricos de RRII, como Norman Angell y Harold Laski -quienes también pertenecían al CARI-. Otros reconocidos internacionalistas de la época, como Henry Brailsford y Leonard Woolf, fueron compañeros de Hobson dentro de la Unión de Control Democrático (Woolf, 1964, pp. 190-193). Hobson también tuvo estrechos vínculos con estos dos intelectuales internacionalistas en el CARI, el ICI y el Club de 1917 (Glendinning, 2006, p. 210).

Evidentemente, el vínculo que tenía con cada uno de los intelectuales lo ayudó a consolidarse como una de las figuras más influyentes en otros pensadores -no necesariamente de índole internacional- que escribieron sobre cuestiones internacionales durante las primeras tres décadas del siglo XX. Pese a las divergencias naturales, el trabajo de Hobson ejerció una marcada influencia sobre los teóricos marxistas del imperialismo de principios del siglo XX, tales como Vladimir Lenin, Rudolf Hilferding, Rosa Luxemburgo, Nikólai Bujarin y Karl Kautsky (Brewer, 1990, p. 20; Polychroniou, 1991, pp. 47-86; Callinicos, 2009, pp. 52, 62).

Además de lo ya señalado, la especialización de Hobson en cuestiones internacionales queda manifiesta por sus principales temas de interés. Henry Brailsford (1947), relata que los escritos de Hobson sobre las cuestiones internacionales fueron ampliamente discutidos en su época, especialmente en el Reino Unido y Estados Unidos (p. 12). La mayoría de las contribuciones que realizó fueron publicadas a finales del siglo XIX e inicios del XX, e incluían libros y artículos en revistas de carácter internacional como: Ethical World, Progressive Review, Contemporary Review, Manchester Guardian, Tribune, New Leader, New York Nation y New Republic, quienes publicaban frecuentemente su trabajo. Los temas relacionados con sus escritos primordialmente incluían dos aspectos: 1) el imperialismo y 2) el internacionalismo.

Respecto al tema del imperialismo, este fue uno de los tópicos con los que tuvo un mayor impacto en el estudio de lo internacional. En 1900, Hobson escribió Capitalism and Imperialism in South Africa, donde toma como ejemplo el caso particular de Sudáfrica para demostrar que las fuerzas modernas de la época del nuevo imperialismo “son mundiales en su alcance y revolucionarias en sus operaciones” (Hobson, 1900a, p. 3). Otro escrito importante sobre el tema es Imperialism: A Study (1902), que se trata quizá de la obra más rescatable en la disciplina de RRII sobre el tema a principios del siglo XX (Griffiths, 1999, p. 80). Ahí, se hace un intento por descubrir y discutir los principios generales que subyacen a la política imperialista. El libro fue bien recibido y ampliamente leído en EE.UU. y el Reino Unido. Además, como se mencionó, fue altamente influyente en escritores marxistas del imperialismo de la época y continúa siendo centro de atención en clases y publicaciones académicas de RRII (ver por ejemplo, Hobson y Tyler, 2011; Long, 2014; Quinn, 2017). Por último, cabe resaltarse The Scientific Basis of Imperialism (1902b), en donde Hobson busca explicar las causas del imperialismo y argumenta que un gobierno internacional eficaz podría ser un instrumento apropiado para erradicar los males de este fenómeno y fomentar el progreso mundial (p. 487).

Precisamente, el otro eje de interés central de publicación para Hobson estaba relacionado con este último tema. En efecto, el internacionalismo fue la otra gran vertiente de su producción intelectual. Hobson fue un firme defensor de la seguridad colectiva, la necesidad de sanciones militares para respaldar el arbitraje internacional y el llamado a una fuerza policial internacional. Algunas de sus obras más importantes versan sobre seguridad colectiva como Towards International Government (1915), que es considerado uno de los libros más influyentes en la configuración de la idea de la Sociedad de Naciones finalmente materializada por Woodrow Wilson. En su libro propone el fin de la guerra y de los conflictos internacionales, a la vez que motiva avanzar hacia una autoridad supranacional respaldada por el derecho internacional. No por nada David Long (2005), uno de los principales académicos especializados en el periodo de entreguerras, ha dedicado un libro entero para rescatar los escritos de Hobson sobre el internacionalismo. Además, A League of Nations (1916) y Problems of a New World (1922) son otros dos ejemplos que muestran la producción sobre el internacionalismo de Hobson y que confirman su especialización en asuntos internacionales, algunas de ellas antes de la fecha convencional del nacimiento de la disciplina.

El imperialismo y el pensamiento político-económico de Hobson

Tal como hemos venido sugiriendo, existen varios escritos de Hobson sobre el internacionalismo. Sin embargo, por lo que es mejor conocido, entre la mayoría de los estudiantes de RRII y por los marxistas, es por su análisis y crítica del imperialismo de finales del siglo XIX y principios del XX. Imperialism: A Study (1902) fue el tratado más completo de Hobson sobre el tema, así como su contribución más profunda y legible. También, “fue el libro que eligió volver a publicar, sin modificaciones serias, justo antes de su muerte y ahora la mayoría de los lectores asumen que es el alfa y omega de su pensamiento” (Cain, 2002, p. 5). Este es, según Griffiths (1999), su principal legado a RRII (p. 81). Además, como se expondrá en la parte baja, la teoría sobre el imperialismo de Hobson fue claramente un enfoque EPI, caracterizado por contener elementos políticos y económicos desde un punto de vista internacional. A continuación se muestran las variables que formaron parte importante del enfoque de Economía Política Internacional de Hobson al considerar el tema del imperialismo; se indaga sobre las causas y soluciones que este pensador proponía acerca de este fenómeno internacional.

Causas del imperialismo

De acuerdo con la visión de Hobson, las principales causas del imperialismo eran económicas, pero los medios políticos eran fundamentales para la realización de las aventuras imperialistas. Hobson argumentaba que una causa clave del nuevo imperialismo estaba relacionada con las políticas internas que servían los intereses de una élite rentista. Percibía que el poder financiero estaba concentrado y desregulado, y que podría ser ejercida por los capitalistas financieros como una fuerza del mal para manipular el mercado y combinar unidades industriales en monopolios que restringían la producción y aumentaban los precios de los productos del mercado con el fin de obtener mayores ganancias (Hobson, 1902a, p. 75). Como se muestra a continuación, la sobreproducción, así como el rol de los capitalistas, los monopolios, la clase trabajadora y el papel del Estado eran componentes clave de la teoría político-económica hobsoniana para poder explicar el fenómeno del imperialismo.

Un elemento económico clave que explicaba al imperialismo para el pensador en cuestión era la sobreproducción. El capitalismo de finales del siglo XIX se había desarrollado a tal grado que tenía la capacidad de producir masivamente. La consecuencia de esto era la acumulación desmedida de capital por parte de los capitalistas, lo que a su vez los empujaba a buscar mercados para invertir en otros países, puesto que lo que producido ya no podía ser consumido en su totalidad domésticamente. En palabras de Hobson, “debido a la nueva tecnología avanzada en los países desarrollados, se generó una sobreproducción durante el último par de décadas del siglo XIX, que estaba siendo acumulada cada vez más y no podía consumirse localmente” (Hobson, 1902a, pp. 74-76). Es decir, la situación desde finales del siglo XIX -y todavía más agravada a principios del XX- era que el mercado local ya era insuficiente para consumir toda la producción realizada, y esto llevaba a los dueños de las empresas a buscar alternativas en mercados externos. El excedente producido no podía ser comprado por la clase trabajadora por falta de recursos económicos, pero tampoco por la clase burguesa por ser una clase numéricamente pequeña y con deseos limitados (Hobson, 1902b, p. 45). Hobson describe el razonamiento de los capitalistas de la siguiente forma:

Debemos tener mercados para nuestras crecientes manufacturas, debemos tener nuevas salidas para la inversión de nuestro excedente de capital y para las energías del excedente aventurero de nuestra población: tal expansión es una necesidad de vida para una nación con nuestros grandes y crecientes poderes de producción. (1902b, p. 94).

De acuerdo con la teoría del subconsumo de Hobson y Mummery en The Physiology of Industry (1889) la producción no estaba limitada por el hecho de que no había consumo por parte de los trabajadores. Ambos consideraban que el ahorro se traducía automáticamente en inversión y que el deseo de ahorrar puede llevar a un país a aumentar su tasa de producción indefinidamente, mucho más allá del deseo de consumo presente o en un futuro inmediato. Por consiguiente, el efecto de un ejercicio excesivo del ahorro era una mayor acumulación de capital y como resultado se producía un estado de sobreproducción general. El tema de la acumulación de capital es una variable que tiene que ver en gran medida con los capitalistas, como se verá a continuación. Esto porque son ellos quienes, a raíz de la sobreproducción, buscaban mercados fuera de sus fronteras, lo que a su vez incentivaba el imperialismo.

Uno de los actores fundamentales en la teoría hobsoniana es el de la clase capitalista, particularmente la financiera. De acuerdo con Hobson, dada la situación explicada anteriormente de sobreproducción, este grupo empujaba a la fuerza política del Estado a buscar nuevos mercados en el exterior para poder vender sus productos y adquirir nuevos territorios. Aparentemente Hobson se percató de este fenómeno cuando visitó Sudáfrica como resultado de que el Manchester Guardian le encargó que fuera e informara sobre la creciente crisis que estaba aconteciendo en dicho país (Brailsford, 1947, p. 7). En efecto, como confirma David Long (2014, p. 136), “la Guerra de los Boers fue un ejemplo de los efectos del capitalismo moderno”, lo que resultó clave para Hobson.

Como consecuencia de su visita, Hobson percibió que era la clase capitalista la que impulsaba fuertemente las aventuras imperiales en busca de nuevos mercados. En Capitalism and Imperialism in South Africa (1900) relata sobre el caso específico de un grupo en Sudáfrica al cual consideraba al principal causante del imperialismo:

Este pequeño grupo de capitalistas son los verdaderos “hombres económicos” […] que generalmente han sido relegados a la mitología. La mayoría de ellos son judíos, pues los judíos son por excelencia los financieros internacionales, y aunque de habla inglesa, la mayoría de ellos son de origen continental. Su interés en el Transvaal ha sido puramente económico; fueron allí por dinero […] y como están preparados para aferrarse a cualquier otro lugar del globo, a fin de explotarlo para obtener grandes ganancias y ganancias rápidas (Hobson, 1900a, p. 9).

Es interesante hacer notar que en su autobiografía, Hobson (1976) expresó que “la Guerra de los Boers fue un fiel reflejo de las relaciones reales entre la economía y la política” que operaban en el sistema internacional como resultado del capitalismo imperialista (Hobson, 1976, p. 59). Por lo que él mismo percibía su trabajo como de EPI, si bien el término como tal no era utilizado.

Otro componente de la teoría de Hobson estaba relacionado con el rol que jugaba una sección privilegiada de la clase trabajadora en la dinámica del imperialismo. Aunque los principales beneficiarios de las aventuras imperialistas eran los individuos que conformaban la clase financiera capitalista, había una porción de los trabajadores, la denominada aristocracia obrera, que también obtenía considerables beneficios. De acuerdo con Imperialismo: Un estudio (Hobson, 1902a, p. 194), los Estados imperialistas “usaban sus provincias, colonias y dependencias para enriquecer a sus clases gobernantes y para sobornar a las clases más bajas”. En otras palabras, el imperialismo capitalista estaba brindando jugosas ganancias a través de la conquista de nuevos territorios y mercados. Estos beneficios eran absorbidos en buena medida por los capitalistas; sin embargo, la clase obrera de los países imperialistas también estaba recibiendo ciertos dividendos por parte de los grupos más privilegiados para garantizar su complacencia y evitar su rebelión.

Es decir, una porción de la plusvalía obtenida de las aventuras imperialistas “era utilizada para brindar un nivel relativamente alto a las clases trabajadoras Occidentales” (Hobson, 1922, pp. 185-186). Esto era un elemento importante para Hobson porque permitía al imperialismo capitalista subsistir pese a su naturaleza barbárica, explotadora y conquistadora.

Un elemento más en la teoría del imperialismo de Hobson está relacionado con los monopolios. Al respecto, Hobson (1906) menciona que estos grandes conglomerados estaban ansiosos por encontrar mercados en el extranjero, primeramente “para la inversión y, en segundo lugar, mercados para los productos excedentes de la industria nacional” (p. 242). Además, a través de sus actividades monopólicas, estas grandes corporaciones eran en buena medida responsables del debilitamiento del libre comercio que caracterizó al capitalismo que se empezó a gestar desde finales del siglo XIX (pp. 15, 75). Para Hobson, los monopolios eran catalizadores fundamentales de la exportación de capital de la nueva realidad internacional y, como resultado, una causa importante de las aventuras imperiales en el extranjero (Hobson, 1902a, pp. 22-23, 76-77).

A diferencia de los economistas clásicos, que ignoraban o minimizaban el desarrollo de los cárteles o monopolios en la economía, Hobson resaltaba su importancia (Hobson, 1900b, pp. 341-344). Su conciencia se vio agudizada por sus visitas a Estados Unidos durante la década de 1880, donde el crecimiento de los monopolios era más prodigioso que en el Imperio Británico; en efecto, según John Hutcheson (1978) unas cinco mil empresas se consolidaron en unos trescientos monopolios estadounidenses durante este periodo (p. 55). Un ejemplo claro de este tipo de conglomerados es la Compañía Petrolera Estándar, considerada por Hobson como uno de los modelos más evidentes de monopolios exitosos (Hobson, 1906, p. 210). Así, cuando Hobson publicó su primer trabajo Problems of Poverty en 1806, estaba dispuesto a atribuir gran parte del problema de la clase trabajadora y la competencia por mercados en los países industrializados al desarrollo de cárteles comerciales y monopolios.

Además de las cuestiones económicas, la política también jugaba un rol importante en la teoría hobsoniania. Hobson afirmaba que el Estado era utilizado por la clase capitalista para conquistar por la fuerza territorios que a su vez le brindaran mercados adicionales para desahogar la sobreproducción. Para Hobson, el capitalismo en una etapa madura le permitía a las grandes corporaciones −particularmente a los monopolios-tener una capacidad de producción mucho mayor a la de que el mercado doméstico podía consumir. El Estado, por lo tanto, era requerido para poder conquistar otros mercados que permitieran el consumo del excedente que se producía (Hobson, 1976, pp. 29-37). Así, el imperialismo capitalista implicaba “… el uso de la maquinaria del gobierno para satisfacer intereses privados, principalmente de los capitalistas, para asegurar para estos ganancias económicas fuera de su país.” (Hobson, 1902a, p. 194). En otras palabras, Hobson tenía una visión instrumentalista del Estado.2

La postura teórica de Hobson estaba claramente diferenciada de la tradición liberal clásica, puesto que esta asumía que los capitalistas no se veían beneficiados de la intervención del Estado en los asuntos económicos. Por el contrario, los liberales clásicos entendían que estaba en el interés de la clase capitalista -y en general, de la mayoría de los individuos- que el Estado no interviniera en la economía para que esta operara de forma más eficiente (Smith, 1776, p. 477; Costello, 1981). Esta diferenciación en cuanto a estas posturas teóricas es importante porque demuestra un enfoque político, además de económico, en Hobson sobre un asunto internacional: el imperialismo. Como se verá a continuación, las soluciones que el autor brindaba al fenómeno internacional del capitalismo imperialista también eran una combinación de lo político y lo económico.

Solución al Imperialismo

En esta sección se analizan los dos principales remedios de Hobson al problema del imperialismo. Primeramente se presenta la reforma del capitalismo a través del Estado como una de las soluciones propuestas por el autor en cuestión y posteriormente se examina la propuesta de crear un gobierno político internacional para resolver los problemas derivados del imperialismo.

Una de las principales soluciones político-económicas ofrecidas por Hobson para frenar los excesos del imperialismo era reformar al sistema capitalista a través del Estado. El aparato estatal debería intervenir en la economía implementando políticas que requirieran un aumento de los salarios. De acuerdo con Hobson, esto a su vez permitiría que los trabajadores tuvieran la capacidad de consumir una mayor cantidad de bienes, lo cual combatiría el problema de la sobreproducción. Así, se mitigaría el subconsumo y eliminaría la presión para exportar capital, socavando los impulsos existentes hacia el imperialismo (Hobson, 1902a, pp. 86-89).

Hobson (1902a) consideraba que era imperativo un cambio en el papel del Estado, puesto que era necesario reformar las políticas económicas del mismo hacia un capitalismo mucho más humano e igualitario. La desigualdad era un problema clave que demandaba ser abordado. Al respecto, subrayaba: “no es el progreso industrial lo que exige la apertura de nuevos mercados, sino la mala distribución del poder de consumo; no es la producción, sino la distribución” (Hobson, 1932, p. 85). Su reformismo visualizaba al Estado como una herramienta institucional necesaria para implementar una mejor redistribución económica a nivel nacional mediante el aumento de los impuestos y el gasto público (Hobson, 1902, pp. 86-89). Esto, según Hobson (1932, p. 35), “resolvería el problema del capital excedente que inducía a los capitalistas a impulsar actividades imperialistas al permitir que el Estado tuviera recursos adicionales”.

Otra solución al problema del imperialismo para Hobson estaba dictada por la creación de una autoridad internacional a fin de resolver los problemas político-económicos más apremiantes de la época. De acuerdo a esta propuesta, dicha entidad política tendría una función tripartita: un gobierno internacional para arbitrar los reclamos de las grandes potencias, que pudiera sofocar las guerras y suprimir la competencia imperial permitiría una competencia más saludable entre las nacionalidades; en segundo lugar, se requería de una entidad supranacional para supervisar el desarrollo de los recursos naturales en los países atrasados; y en tercer lugar, un gobierno internacional era necesario para institucionalizar un orden económico internacional de libre comercio, socavando así el impulso protector del imperialismo (Hobson, 1902b, p. 164, 186, 193, 360).

En definitiva, la consolidación de una autoridad supranacional buscaría política y económicamente: 1) resolver las necesidades de expansión de las potencias, suprimir al imperialismo y salvaguardar la paz; 2) apoyar el desarrollo de los países no industrializados; y, 3) crear un orden internacional en contra del proteccionismo. Para Hobson, un gobierno internacional combatiría la mala distribución que subyace al consumo insuficiente imperante en el capitalismo desenfrenado.

Conclusiones

La carrera intelectual y producción escrita de John Hobson devela la existencia de la EPI desde principios del siglo XX. El presente artículo busca contribuir a revelar dicho enfoque y desafiar la narrativa tradicional que argumenta, erróneamente, que las cuestiones económicas fueron ignoradas en la disciplina de RRII antes de 1970.

El presente artículo ha mostrado que la contribución de Hobson puede ser catalogada como un enfoque de la EPI. Primeramente porque su producción y carrera estaban claramente enfocadas a las cuestiones internaciones. A diferencia de pensadores del siglo XVIII o XIX -como Adam Smith o Karl Marx-, quienes no estaban especializados en lo internacional pese a tener un enfoque de economía política, John Hobson fue claramente uno de los primeros internacionalistas en analizar los fenómenos mundiales esgrimiendo las dimensiones de la economía y la política. Esto se puede ver claramente a través de su carrera y producción intelectual. A lo largo del artículo se brindó evidencia de diversas instituciones y grupos enfocados en asuntos internacionales en los cuales Hobson se vio involucrado y jugó un rol clave. Algunas de estas instituciones en las que participó activamente fueron el CARI, el ICI, la UCD, la Liga de Arbitraje Internacional y el Bryce Committee. Dentro de estas organizaciones se relacionó estrechamente con varios internacionalistas destacados de la época entre los cuales resaltan Norman Angell, Philip Noel-Baker, Alfred Zimmern, Helena Swanwick, David Mitrany, Alfred Toynbee, entre otros. Su carrera y visión del imperialismo fue particularmente influyente en Henry Brialsford y Leonard Woolf, otros respectados especialistas de lo internacional que contribuyeron significativamente en el campo durante las primeras cuatro décadas del siglo XX. Además, Hobson escribió abundantemente sobre dos aspectos de la realidad internacional: el imperialismo y el internacionalismo. Todo ello, hace que Hobson sea considerado uno de los principales intelectuales en la génesis de RRII (Griffiths, 1999, p. 80).

En segundo lugar, este artículo ha postulado que la visión teórica de Hobson era de EPI porque lejos de ignorar las cuestiones económicas, estas estaban en el centro de sus contribuciones. Al analizar sus escritos sobre el imperialismo, las causas económicas de este fenómeno eran las predominantes para Hobson. De acuerdo con este autor, el principal causante del imperialismo era la capacidad de sobreproducción característica del capitalismo de finales del siglo XIX y principios del XX. Para esta época los monopolios tenían la capacidad de producir más de lo que se podía consumir domésticamente, por lo que los capitalistas financieros eran movidos a mirar al extranjero para buscar nuevos mercados para la venta del excedente de sus productos. Esto, a su vez, producía aventuras imperialistas.

Si las principales causas del imperialismo eran económicas para Hobson, una buena parte de la solución a este fenómeno también lo era de este tipo. En este sentido, el autor consideraba que para evitar que los capitalistas se vieran incentivados a obtener nuevos mercados era necesario fortalecer la economía doméstica para que tuviera la capacidad de comprar el excedente de la producción característica del capitalismo de su época. Para ello, era necesario el aumento de salarios que permitiera a los trabajadores tener un mayor poder adquisitivo. También se requeriría imponer mayores impuestos a las empresas para a su vez combatir la desigualdad. Además, una autoridad supranacional a nivel internacional debería ayudar al desarrollo económico de los países no industrializados, a fomentar el libre comercio y a combatir el proteccionismo con el fin de evitar disputas entre las economías industrializadas.

Finalmente, se ha demostrado que las cuestiones políticas también eran centrales en la teoría hobsoniana sobre el imperialismo. Primero porque aunque la causa fundamental de las aventuras imperialistas para Hobson era económica -la sobreproducción-, el Estado, como entidad política, era fundamental para poder ejercer el imperialismo, llevando a cabo por la fuerza la conquista y dominio de otros territorios y poblaciones. En segundo lugar porque las dos principales soluciones de Hobson al imperialismo tenían componentes notoriamente políticos. A nivel doméstico, el Estado era el instrumento clave para garantizar el incremento salarial de la clase trabajadora, además de que era el encargado de establecer una recaudación de impuestos más fornida que le brindara una mayor capacidad para la institución de políticas destinadas a combatir la desigualdad. Más aún, para erradicar el imperialismo, Hobson consideraba necesario establecer un gobierno internacional con la finalidad de promover la cooperación y salvaguardar la paz entre las grandes potencias.

En definitiva, John Hobson a través de un enfoque EPI buscó comprender y brindar soluciones a la realidad de internacional de su época, particularmente marcada por el fenómeno del imperialismo. Esto tiene implicaciones importantes en cuanto a nuestra comprensión de la historia disciplinaria tanto de RRII como de EPI. Primero, porque desafía la idea convencional de que las cuestiones económicas eran ignoradas en RRII antes de la década de los 1970, exhibiéndola en el mejor de los casos como una sobresimplificación. Y segundo, porque esto es indicativo de que la existencia de los orígenes de EPI y la de RRII en realidad parecen estar estrechamente relacionadas a principios del siglo XX -antes de 1919.3 De hecho, existe evidencia de que otros intelectuales de la época también utilizaron un enfoque de EPI (aunque muy pocas obras específicas al respecto, para una excepción, ver Ashworth, 2011). Internacionalistas como Leonard Woolf y Henry Brailsford recibieron una influencia considerable de Hobson en cuanto a su visión sobre el imperialismo, por lo que es de esperarse que también es posible rescatar un enfoque EPI de sus escritos.

El presente artículo ha contribuido a rescatar el enfoque de economía política internacional de Hobson, pero es menester realizar más investigaciones sobre otros pensadores para reforzar el argumento de que la economía no era ignorada en los inicios de las RRII y que existe evidencia sólida que traza los orígenes de EPI al menos a principios del siglo XX. Esto a su vez ayudaría a abatir la narrativa disciplinaria convencional, además de permitirnos comprender que el boom de EPI que inició en los años 1970 fue más bien una reactivación de esta subdisciplina que ya había estado presente (quizá inconscientemente) desde los años tempranos de RRII. Esperamos que el caso de John Hobson contribuya, siendo una de las primeras piezas, en la construcción de un mejor entendimiento de la historia (sub) disciplinaria de EPI.

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1 En concordancia con la práctica establecida por la mayoría de los internacionalistas el día de hoy, utilizamos el término Relaciones Internacionales (RRII) -con mayúsculas- para referirnos a la disciplina (el llamado “objeto formal”), mientras que usamos “relaciones internaciones” para hablar de la praxis o fenómenos mundiales (el “objeto material”).

2Esta visión es conocida por haber sido adoptada por Marx y Engels, quienes percibían al Estado como un instrumento utilizado para administrar los intereses de la burguesa (Marx y Engels, 1848, p. 15).

3Hobson publicó su magnum opus, Imperialismo: Un estudio, en 1902 y su segunda obra más importante Gobierno Internacional en 1915. Además, como se mostró en este artículo, él participó en varias instituciones dedicadas al análisis de lo internacional en la que participaron otros internacionalistas de la época. Todo ello antes de 1919 (para mayor evidencia del desarrollo de RRII a principios del siglo XX, ver Villanueva Lira, 2016, pp. 11-34).

Recibido: 11 de Agosto de 2022; Aprobado: 27 de Septiembre de 2022

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