Introducción
En los últimos 50 años el hombre ha cambiado drásticamente los ecosistemas, más que en ningún otro tiempo comparable de la historia. En dicho período se generaron considerables ganancias netas en el bienestar humano y el desarrollo económico, a expensa de una alta degradación (en algunos casos irreversible) de la biodiversidad sobre el planeta, situación que según la Millenium Ecosystem Assessment (2005) se hará más evidente a la mitad del siglo XXI. El cambio climático es una de las grandes consecuencias derivado, principalmente, del consumo de energía fósil y de la modificación de uso de suelo (Caparros, 2007; Galindo, 2009). Algunas medidas estratégicas para mitigar tal problema es reducir la deforestación, y fomentar la conservación de las áreas naturales protegidas por ser una manera altamente rentable de disminuir las emisiones de carbono (Stern, 2007).
La Reserva de la Biósfera El Triunfo (REBITRI) se decretó como tal en el año 1992 y, en el contexto mundial, se le considera como un área importante para la provisión de una amplia gama de servicios a la sociedad y regulaciones ecosistémicas en el planeta (Conanp, 2010).
López et al. (2011) confirman lo anterior para los recursos hídricos. Por su ubicación en la cadena montañosa y su privilegiada cobertura vegetal de bosque mesófilo de montaña, capta una gran cantidad de lluvia que la convierte en la principal fuente de abastecimiento del vital líquido y en una zona clave para la regulación de los riesgos por inundaciones en las zonas bajas, en ambos lados de la Sierra Madre de Chiapas.
Paradójicamente, su permanencia está amenazada, debido al desconocimiento e inadecuada valoración que la sociedad y los tres niveles de gobierno mexicano hacen de los servicios ecosistémicos (SE) que oferta, los cuales son aprovechados para su bienestar sin que exista reconocimiento y mucho menos pago por utilizarlos; y, también, por la falta de estudios que demuestren los beneficios que derivan de la conservación de esta reserva. Situación que provoca sobreexplotación de los recursos naturales, con lo que se pone en riesgo el flujo sostenido de los SE a través del tiempo, si es que no se destruye definitivamente (FAO, 2008).
El objetivo del presente estudio fue realizar un diagnóstico participativo sobre la oferta, amenazas y estrategias de conservación de los SE en una microcuenca representativa de la REBITRI, con el propósito de identificar estrategias de manejo y conservación con potencial de aplicarse a nivel de toda la reserva.
Materiales y Métodos
Localización y descripción del área de estudio
La investigación se realizó en la microcuenca La Suiza, localizada en los municipios Montecristo de Guerrero y Mapastepec, en el estado de Chiapas, México (Figura 1); con una superficie total de 6 083.22 ha y un perímetro de 37.48 km. Un gran porcentaje de su territorio (85.32 %) se ubica dentro del polígono de la Reserva de la Biósfera El Triunfo (REBITRI) en la cima de la Sierra Madre de Chiapas (Gutiérrez, 2013). Ahí prevalece un clima semicálido húmedo y templado húmedo (INE, 1998), con altitudes entre los 1 000 a 2 600 m, una precipitación anual de 2 000 a 3 000 mm en la parte baja y de 2500 a 4500 mm en la parte alta, distribuida entre los meses de abril a octubre. La temperatura promedio anual es de 18 a 22 °C en la porción baja y de 12 a 18 °C en la alta.
La microcuenca reúne a una población aproximada de 1 300 habitantes, que se distribuye en ejidos y propiedades privadas; es representativa de la REBITRI en cuanto a la alta marginación social, los problemas de deterioro (baja productividad de las actividades productivas, deforestación creciente, erosión de los suelos, etcétera) y de los daños frecuentes y cada vez más severos, ocasionados por precipitaciones extremas (López et al., 2012).
Identificación y evaluación de los Servicios Ecosistémicos
La propuesta metodológica para estudiar los SE de la REBITRI consta de cuatro fases (Figura 2).
Etapa 1. Consistió en recopilar información disponible sobre la Reserva, como estudios, actores claves, estadísticas de incendios o inundaciones y proyectos gubernamentales.
Etapa II. En este lapso se obtuvieron datos de campo sobre los SE (tipos, actores proveedores, áreas donde se generan, amenazas y posibles estrategias) a través de la realización de cinco talleres participativos y aplicación de 61 entrevistas a la población local. Los SE fueron identificados y priorizados con base en la percepción local y, posteriormente, clasificados en los grupos de SE propuestos por la Millenium Ecosystem Assessment (2005): Culturales, que incluyen los SE relacionados con la espiritualidad, la educación y la recreación; los de Regulación, que se refieren a la estabilidad climática, la regulación de enfermedades y erosión; los de Provisión, que consideran los alimentos, el agua, maderas, fibras, etcétera; y los de Sustento, que están asociados a los procesos ecológicos básicos que aseguran el funcionamiento de los ecosistemas y el flujo de los otros SE, por ejemplo, la producción primaria y la biodiversidad.
Etapa III. Con la participación de la población se delimitaron las imágenes de la microcuenca y las comunidades, las áreas generadoras de SE, las áreas vulnerables a las amenazas y las zonas de conflicto. Con el apoyo de un geoposicionador satelital (GPS) y los mapas de las comunidades se tomaron los puntos límites (López et al., 2012); a continuación, con el apoyo del programa ArcGis 9.3 y el modelo de elevación digital (DEM) de 90 m de resolución descargado directamente de la página web de SRTM DEM de la NASA (Jarvis et al., 2008), se obtuvieron las imágenes. En particular, las áreas vulnerables se definieron a partir de la identificación de las zonas de conflicto, donde la pendiente del terreno es mayor de 30 %, el uso del suelo es el agropecuario, y son altos los riesgos de deslizamientos y erosión (Cubero, 2001; CNTP, 2003).
Etapa IV. Se presentaron los resultados en las reuniones de asamblea comunitarias, con el propósito de que fueran validados por la población o, en su caso, recibir retroalimentación.
Resultados y Discusión
Delimitación de territorios e identificación de SE
Dentro de las 6 083.22 ha de la microcuenca La Suiza existen 11 territorios generadores de SE, de los cuales tres son ejidos que ocupan 46 % de la superficie, cuatro localidades con otros tipos de tenencia que cubren 45 % y cuatro propiedades privadas que suman 9 % del área. El ejido Toluca es el de mayor extensión con 2 662.7 ha, que equivale a 39.7 % de la microcuenca. Con excepción de Nueva Colombia y Laguna del Cofre el resto de los territorios tienen sus núcleos de población en el interior de la misma.
La Figura 3 y el Cuadro 1 muestran la distribución espacial y las estadísticas de los diferentes usos del suelo, los cuales fueron delimitados con la participación de cada una de las comunidades. Los bosques ocupan 55.7 % y el cultivo de café 37.2 % de la superficie total de la microcuenca.
En orden de importancia, las áreas de bosques seguida por las sembradas con café fueron señaladas por la población como estratégicas para la generación de ocho SE (Cuadro 2), de los cuales cuatro corresponden al grupo de Sustento, dos al de Provisión y dos al de Regulación. Llama la atención la ausencia de reconocimiento de los SE denominados Culturales que están relacionados con la espiritualidad, la educación y la recreación.
La percepción comunitaria sobre el valor de los bosques en la generación de SE coincide con la premisa de que estas asociaciones constituyen uno de los biomas más importantes del mundo, por los bienes y servicios que proporcionan (Benites et al., 2007). Sobre la provisión de agua su concepción es acorde con lo señalado por López et al. (2011), de que, dentro de la REBITRI la capacidad de infiltración de una hectárea es de 2.0 a 2.5 veces superior a una hectárea fuera de ella.
Destaca que 33.3 % de los entrevistados (n=61) no identificó ningún tipo de beneficiario de los SE; tal es el caso de la propiedad privada Vista Alegre, que se ubicó en su totalidad en ese porcentaje, lo cual evidenció el desconocimiento que la población tiene sobre los SE y sus beneficiarios. El resto, 66.7 %, considera a la familia como el principal beneficiario, seguido por la localidad, la microcuenca, el municipio, el estado, el país y el mundo.
No se obtuvo asociación estadística significativa entre los proveedores y tipos de beneficiarios de los SE, ni entre tipos de actores y tipos de SE, ya que el valor P del estadístico X2 fue de 0.2980 para el primero y de 0.0647 para el segundo. Es decir, tanto las propiedades privadas como los ejidos desconocen los SE, así como las áreas donde se generan.
El ejido Toluca sobresalió en la identificación de más tipos de beneficiarios. En orden de importancia, los SE identificados con mayor frecuencia por la población fueron los alimentos, las fibras y los combustibles, la formación y retención de suelos, el control de la erosión, la provisión de agua dulce y el hábitat. Aunque la población no utiliza directamente el SE “formación y retención de suelos” como sucede con otros servicios de este tipo, lo señala como prioritario ya que está directamente relacionado con el cultivo de café, de maíz y de frijol que constituyen sus principales recursos alimentarios, lo que es aún más significativo por la poca superficie productiva que tienen disponible, por estar dentro de la Reserva de la Biósfera El Triunfo.
Al relacionar el uso del suelo y los SE de mayor frecuencia, se confirma que los bosques son áreas prioritarias para la formación y retención de suelo y que el suelo, por almacenar nutrientes, humedad y sustentar el funcionamiento de las plantas es un recurso estratégico para la producción de alimentos, fibras y combustibles.
Los ejidos son los principales territorios que proveen los SE identificados, pues son propietarios de 57 % (1 922.4 ha) del área total de bosques, de los cuales Toluca aporta 95 % (ocupa 75.52 %), Puerto Rico 2.8 % (16.0 %) y Monte Virgen 2.2 % (44.33 %) (Cuadro 1). En estos ejidos se administran los recursos naturales renovables de acuerdo a sus usos y costumbres en apego con las leyes ambientales del país, lo cual, en cierta manera, permite que se desarrolle una gestión eficaz sobre su uso y manejo. Sin embargo, en las comunidades Vista Alegre, Emiliano Zapata y Puerto Rico, los datos del Cuadro 1 indican que la presión por el cambio de uso del suelo para cultivar café, maíz y frijol ha disminuido significativamente las áreas con bosques; en el primer caso no existen, en el segundo solo quedan relictos (10 ha), y en el tercero aún se conservan 53.5 ha.
Las 3 389.25 ha de bosques consideradas como estratégicas en la provisión de SE están integradas por matorral perennifolio de neblina, bosque lluvioso de montaña, bosque perennifolio de neblina, bosque de pino-encino-liquidámbar, bosque de pino - encino y bosque de galería y ripario (Rzedowski, 2006). Estos son únicos en el mundo y su distribución en México no supera los dos millones de hectáreas (aproximadamente 1 % del territorio nacional).No obstante, sus altos requerimientos de humedad los hace muy vulnerables a los cambios regionales en el clima provocados por la deforestación y la tala inmoderada (Breedlove, 1981).
Identificación de amenazas de la oferta de los SE
La amenaza es un factor de riesgo que compromete la seguridad de las personas, los servicios ecosistémicos y sus beneficios (Cárdenas et al., 2008). Las principales amenazas para la oferta de los servicios identificadas por 80 % de los entrevistados fueron: a) cambio de uso del suelo para cultivar café, maíz, frijol y ganadería, actividades que la población asocia con deforestación e incendios forestales; b) crecimiento poblacional que propicia mayor demanda de tierra para satisfacer las necesidades familiares; c) lluvias más intensas e irregulares que generan tasas de erosión de suelos más altas, lo que daña directamente a los activos productivos e indirectamente a la infraestructura para el desarrollo; y d) los incentivos gubernamentales que fomentan el cambio de uso del suelo.
La prueba de X2 (P.=0.0001) indicó que tales factores fueron identificados de manera diferenciada entre los ejidos. Por ejemplo, para Toluca (el de mayor superficie de bosques) los más importantes resultaron ser la ganadería, los incendios forestales y la pendiente, mientras que para Monte Virgen (ejido pequeño con menor superficie de bosque), las políticas del gobierno, los desastres naturales y la fragmentación del bosque.
Con respecto al uso del suelo a partir de su aptitud natural, se calculó que 5 % (314.9 ha) de la superficie de la microcuenca tendría que destinarse para propósitos agropecuarios (maíz, frijol y ganadería), 1 % (693.18 ha para el cultivo de café, y 84 % (5 075.13 ha) para uso forestal (Figura 4). Este análisis consideró que los cultivos anuales y la ganadería no deben practicarse en terrenos con pendientes superiores a 15 %, el cultivo de café en no mayores de 30 % y los bosques en pendientes por arriba de 45 % (Cubero, 2001; CNPT, 2003).
Al cruzar los mapas de uso actual de suelo (Figura 3) y aptitud de uso según la pendiente (Figura 4) se determinó que 2 552.47 ha equivalente a 42 % de la superficie total de la microcuenca, se ordenan en la categoría de sobreuso o de conflicto (Figura 5), ya que ahí se practican actividades productivas (maíz, frijol y café) en terrenos que rebasan los límites de pendientes recomendados en el mapa de aptitud.
En esas condiciones de uso, además de perderse los SE generados por el bosque, las actividades productivas no son sostenibles porque el suelo está expuesto a una intensa degradación por efecto de la erosión hídrica.
En la Figura 6 se observa que en 39 % del área de la microcuenca existe una erosión severa y muy severa con tasas de pérdida de suelo por arriba de las 50 t ha-1año-1 que corresponde a las partes media y baja, en donde se cultiva café y maíz (FAO, PNUMA y UNESCO, 1980). El maíz se distingue por ser la base de la seguridad alimentaria de la población local y también porque crece sobre los suelos más frágiles que tienen poca cobertura y las pendientes son de 60 a 70 %. El café representa 95 % del ingreso familiar en promedio, y aunque su cultivo bajo sombra protege al suelo del impacto de la lluvia, es afectado por los escurrimientos durante la temporada de lluvias. Esta interacción dinámica entre la población local y los ecosistemas para la obtención de alimentos derivados de la agricultura en áreas de aptitud no agropecuaria es consignada como la principal amenaza para la generación sostenible de SE con escala local y global (Balvanera y Cotler, 2009).
Los efectos negativos por el conflicto del uso del suelo se acentúan porque la zona está catalogada como de peligro natural para la ocurrencia de desastres por derrumbes e inundaciones, debido a la presencia de diversos factores que interactúan entre sí, tales como la forma y el tamaño pequeño de sus cuencas, la orografía accidentada con fuertes pendientes en cortas distancias, las lluvias intensas y de larga duración, rocas graníticas que producen sedimentos gruesos y rocas con uniones frágiles y con fracturas (US Forest Service, 2007; Schroth et al., 2009).
Identificación de posibles estrategias de manejo y conservación de los SE
La población identificó 13 posibles estrategias para el manejo y conservación de los SE, mismas que fueron validadas en reuniones de asambleas comunitarias. Destacan la compensación por cuidar y restaurar los bosques por medio del pago de servicios ambientales; establecer acuerdos comunitarios e intercomunitarios para la conservación; evitar las quemas de los suelos cultivados con maíz; ejecutar prácticas de conservación para detener el proceso erosivo de los suelos cultivados con maíz y café y desarrolar las capacidades locales para implementar acciones de conservación.
No se determinó una asociación significativa entre tipos de actores y posibles tipos de estrategias para el manejo y conservación de los servicios ecosistémicos, el valor P de estadístico X2 fue de 0.9939.
Conclusiones
En la microcuenca se identificaron ocho tipos de SE y siete grupos de beneficiarios de los mismos, entre los que sobresalen alimentos, fibras y combustibles, así como la formación y retención de suelos en el primero y las familias de la microcuenca en el segundo. Los bosques que ocupan 3 715 ha (61 %) del territorio de la microcuenca fueron considerados como prioritarios para la provisión de los SE identificados. La mitad de la superficie de bosques pertenece a los ejidos en donde existe mayor presión por el uso de la tierra.
De la superficie de la microcuenca, 42 % presenta conflictos en el uso del suelo debido a que se están practicando actividades productivas (maíz, frijol y café) en terrenos que rebasan los límites de pendientes recomendados en el mapa de aptitud.
Las principales amenazas de los bosques en orden de prioridad son el cambio del uso del suelo para actividades agropecuarias, el crecimiento poblacional, las lluvias intensas e irregulares y los incentivos gubernamentales que fomentan el cambio de uso del suelo.
La población destaca la compensación por cuidar y restaurar los bosques por medio del pago de servicios ambientales; los acuerdos comunitarios e intercomunitarios para la conservación; evitar las quemas de los suelos cultivados con maíz; ejecutar prácticas de conservación para detener el proceso erosivo de los suelos cultivados y desarrollar las capacidades locales para implementar acciones de conservación, como estrategias para el manejo de los servicios ecosistémicos.