Introducción
Los monitores de profundidad anestésica son aparatos que recogen la actividad eléctrica cerebral espontánea o evocada por estímulos. Denominado Índice Biespectral (BIS). Tras amplificar la señal, eliminar interferencias y convertir los datos analógicos en digitales, se aplican diferentes algoritmos matemáticos a los datos obtenidos para generar un índice simple. Este índice representa la progresión de los estados clínicos de consciencia (desde el estado de alerta, que generalmente se corresponde con un valor igual a 100), pasando por la sedación y grados crecientes de profundidad anestésica. Este dispositivo convierte un canal único del electroencefalograma (EEG) frontal en un dígito (índice biespectral) con valores numéricos. Los valores del BIS entre 40 y 60 se consideran como un nivel de anestesia adecuado, con baja probabilidad de recuerdo. Las recomendaciones más recientes de la American Society of Anesthesiologists (ASA) aconsejan la utilización de monitores de profundidad anestésica en pacientes de riesgo y en los casos que el anestesiólogo considere necesario su uso, con el fin de disminuir la incidencia de despertar intraoperatorio (DIO) y monitorizar la profundidad anestésica. Sin embargo, hay una gran variabilidad en cuanto a las evidencias que apoyan el uso de los distintos monitores de profundidad anestésica, de forma que únicamente el monitor BIS ha demostrado reducir en un 80% la incidencia de DIO (nivel de evidencia I para pacientes de riesgo y II para la población general). (1, 2) Existe evidencia suficiente para afirmar que los parámetros clínicos utilizados tradicionalmente para apreciar el efecto de los hipnóticos sobre el cerebro carecen a menudo de correlación con la profundidad anestésica. El monitor BIS permite valorar de forma objetiva los efectos de los anestésicos sobre la actividad cerebral y dosificarlos de forma apropiada según los cambios en la estimulación quirúrgica y las condiciones del paciente durante la cirugía. Hay que enfatizar que el BIS refleja el estado de la actividad metabólica cerebral, no la concentración de un fármaco sedante. El EEG (y por lo tanto el BIS) puede ser afectado por el sueño natural, enfermedades neurológicas, encefalopatía, isquemia cerebral, hipotermia, patrones de bajo voltaje genéticamente determinados (5-10% de la población general puede presentar valores bajos de BIS estando despiertos) (3, 4), y algunos fármacos anestésicos (ejemplo la ketamina puede activar el EEG y producir un incremento paradójico del BIS) (5).
Dentro de los factores predictivos de morbilidad y mortalidad perioperatoria, ocurren generalmente en tres grandes categorías: las relacionadas con condiciones comórbidas asociadas del paciente, los atribuibles a la cirugía en sí, y los relacionados con la gestión de la anestesia (5).
Específicamente, el BIS ha sido evaluado por su capacidad para predecir la respuesta al comando, deterioro de la memoria, de aprendizaje durante la anestesia y el movimiento de la incisión de la piel (6). Cabe mencionar que es bien sabido que las variables hemodinámicas no son predictivos de la profundidad hipnótica y pueden afectar la medición del BIS. Los pacientes ancianos y pacientes con comorbilidades requieren muchos menos anestesia que sus homólogos más jóvenes saludables, y la monitorización BIS es capaz de detectar este (7).
En lo que respecta a la morbilidad y sobre todo mortalidad (complicaciones), Monk et al (8), en un estudio observacional prospectivo han descrito que el tiempo en que los pacientes permanecían bajo anestesia profunda (tiempo acumulado con valor BIS < 45) era un predictor independiente de mortalidad a un año (riesgo relativo = 1,244/hora) (nivel de evidencia II). El hallazgo es sorprendente, ya que la mayor parte de los estudios sobre profundidad anestésica están enfocados a proporcionar un nivel de hipnosis suficiente (BIS < 60), sin considerar los efectos deletéreos de la anestesia profunda. Sin duda, son necesarios más estudios para definir la influencia de la profundidad anestésica sobre la mortalidad, pero de confirmarse este descubrimiento, podría ampliar la indicación del BIS a nuevos grupos de pacientes. Weldon et al (9), evaluaron las interrelaciones entre profundidad anestésica en cirugía mayor electiva y mortalidad postquirúrgica dentro del primer año. Los datos del BIS se registraron en 907 pacientes adultos en cirugía mayor de al menos dos horas de duración. Se registró el porcentaje del tiempo donde el BIS fue < 40, 40-60 y > 60. Los resultados sugieren que mantener una mayor profundidad anestésica en pacientes mayores de 40 años, puede asociarse con altas tasas de mortalidad a un año de la cirugía. Poco se sabe sobre el efecto del manejo anestésico a largo plazo; sin embargo, existen estudios que determinan la relación entre mortalidad en el primer año posterior a cirugía no cardiaca y su asociación con factores demográficos, clínica preoperatoria, factores quirúrgicos e intraoperatorios, de tal forma que se reportan: la historia natural de la enfermedad preexistente, el tiempo hipnótico acumulativo (profundidad anestésica) y la hipotensión intraoperatoria, como factores pronósticos independientes que aumentan significativamente la morbi-mortalidad.
Se ha sugerido el uso de monitores cerebrales para reducir al mínimo la administración de fármacos anestésicos que puede resultar en un aumento de las respuestas al estrés autonómicas y los resultados clínicos adversos (por ejemplo, isquemia miocárdica, despertar intraoperatorio), sobre todo en población anciana (10).
Miklos D. et al., realizaron un estudio en el 2011 donde se demuestra que el BIS con valores inferiores a 45, la dosis acumulativa de anestesia, las comorbilidades o acontecimientos intraoperatorios se asociaron de manera independiente con la mortalidad postoperatoria. Este estudio no encontró evidencia de que los valores acumulativos de BIS por debajo de un umbral de 40 o 45 o la dosis de anestésicos inhalados sean perjudicial para los pacientes o influya en su mortalidad. Sin embargo, más de 60% de los pacientes de éste estudio padecían cáncer, motivo por el cual se puede atribuir la morbi-mortalidad a su patología oncológica. En contraste, estos resultados sugieren que las características específicas de pacientes y los factores de riesgo perioperatorio están fuertemente asociados con la morbi-mortalidad postoperatoria a mediano plazo (11).
El presente estudio se realizó con la finalidad de demostrar la correlación existente entre la aparición de complicaciones en el postoperatorio y el tiempo de permanencia en niveles profundos de anestesia de acuerdo a la medición reportada con BIS.
Procedimientos
Se realizó un estudio prospectivo por cuotas, con 41 pacientes de ambos sexos. Se captó a los pacientes de la programación diaria de cirugía, se visitaron a los pacientes programados para cirugía electiva, no cardiaca que requirieron intubación orotraqueal. Se revisó el expediente y se interrogó de manera directa a todos los pacientes para determinar si cumplieron con los requisitos quirúrgicos y anestésicos. Los pacientes fueron valorados 24 horas previas a la intervención quirúrgica, incluyendo escalas como: minimental test y cuestionario sobre estado de confusión mental.
Todos firmaron carta de consentimiento informado para procedimiento anestésico. El día de la cirugía todos los pacientes recibieron anestesia general. Se colocó monitoreo tipo II no invasivo y/o tipo III invasivo según cada caso: oximetría de pulso (SpO2), baumanómetro digital para medir presión arterial no invasiva (PANI), termómetro digital para medición de temperatura (Temperatura), electrocardiograma (EKG) de cinco derivaciones, capnografía (ETCO2), espirometría, canulación de arteria radial (sólo en casos necesarios) para medir presión arterial media (PAM) y determinación de gases en sangre arterial, determinación de oxígeno y gases anestésicos inspirados y espirados, medición de la presión venosa central (PVC) por catéter central subclavio en los casos requeridos, sonda vesical y BIS conectado a monitor de registro de EEG. Se realizó fijación con capelina del monitor BIS previo a la inducción anestésica verificando su correcta colocación. Tras la aparición de parámetros de BIS de 95 o más, con observación de curva de electromiografía y sensibilidad de medición adecuada, se procedió a iniciar el acto anestésico.
El BIS se registró cada 5 minutos durante todo el procedimiento anestésico. Se esperó un BIS menor a 50 para realizar laringoscopía e intubación traqueal. Se mantuvo en uno la concentración alveolar mínima (MAC) en el monitoreo de gases anestésicos sin incrementar dosis de halogenado en momentos posteriores. Así mismo se determinó tanto el total del narcótico utilizado, como su tasa y el halogenado utilizado para el mantenimiento.
De acuerdo con los resultados del BIS los sujetos fueron divididos en dos grupos en función a la duración de profundidad anestésica (BIS < 40 y por menos de 30 minutos (23 pacientes) y BIS < 40 por 30 minutos o más) (18 pacientes).
La emersión anestésica fue por metabolismo farmacológico en todos los casos, procurando un despertar gentil, extubando a todos los pacientes con valores de BIS por encima de 80. Cada paciente fue trasladado a recuperación donde permaneció en vigilancia, monitorizado y con oxígeno complementario hasta su total eliminación de efectos residuales de anestesia general. Posteriormente se egresaron a piso y a las 24 horas se le realizó nuevamente test de confusión mental, “minimental test” y se llevó a cabo seguimiento con llamada telefónica a los 30 días del postoperatorio para determinar si se presentaron complicaciones como cefaleas, cambios en el estado de ánimo, alteraciones del sueño, permanencia mayor intrahospitalaria, etc, Posteriormente se realizaron tres intentos para establecer contacto vía telefónica con el paciente y/o familiares de manera que se constató el bienestar o la aparición de complicaciones a los 30 días del postoperatorio.
Análisis estadístico
Se realizó análisis descriptivo de la información utilizando medidas de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas, tales como promedio y desviación estándar para dichas variables que presentaron patrón de distribución normal y frecuencias simples y porcentajes en las variables cualitativas. Se compararon los puntajes de los test minimental y de confusión mental previo y posterior a la cirugía, mediante la prueba t de Student pareada. Se calculó la incidencia de complicaciones a los 30 días de postoperatorio.
Para comparar la distribución de las variables entre los grupos, se utilizó la prueba T de Student en variables numéricas, mientras que para las categóricas fueron evaluadas con la prueba chi 2 o prueba exacta de Fisher. Así la asociación entre la profundidad anestésica y las complicaciones fueron evaluadas mediante estas dos últimas pruebas estadísticas. Un valor de p <0.05 se consideró estadísticamente significativo. El análisis estadístico se llevó a cabo utilizando el programa estadístico SPSS versión 20.
Resultados
Los datos generales del estudio se muestran en el (Tabla 1). El grupo de sujetos con BIS bajo por más de 30 minutos presentó una mayor incidencia de complicaciones que los sujetos con BIS bajo por menos de 30 minutos, (77.8% vs. 21.7%, respectivamente); siendo en orden de frecuencia las siguientes: 1) alteración en el sueño (38.9% vs. 8.7%), 2) cefalea (27.8% vs. 4.8%), 3) alteración del estado de ánimo (11.1% vs 4.8%), 4) alteración de la memoria (11.1% vs 0%) y 5) muerte (5.6% vs 0%), ninguna de estas complicaciones tuvieron diferencias estadisticas entre grupos. (Tabla 2) y (Grafica 1). Las alteraciones del sueño son relevantes por su significancia estadística.
Características | BIS <40 por >30 minutos | BIS <40 por >30 minutos | Valor de P |
Número de sujetos | 18 (43.9) | 23 (56.1) | |
Sexo M/F | 6 (33.3) y 12 (66.7) | 10 (43.4 y 13 (56.5) | 0.509 |
Edad (años) | 48.83±3.63 | 50.83±3.38 | 0.692 |
Estado físico ASA (II/III) % | 6 (33.3) y 12 (66.7) | 11 (47.8) y 12 (52.2) | 0.829 |
Tiempo anestésico (min) | 193.61±18.36 | 155.43±10.96 | 0.085 |
Tiempo quirúrgico (min) | 184±18.74 | 160.04±11.26 | 0.258 |
Fentanilo total (µg/k/h) | 622.78±84.62 | 652.61±57.97 | 0.766 |
Tasa de fentanilo (µg | 3.13±0.16 | 3.29±0.23 | 0.596 |
Sevoflurano/desflurano | 15 (83.3) y 3 (16.7) | 22 (95.7) y 1 (4.3) | 0.303 |
Características | BIS <40 por >30 minutos | BIS <40 por >30 minutos | Valor de P |
Minimental test (puntaje) | 0±0 | 0±0 | ND |
Complicaciones | 14 (77.8) | 5 (21.7) | <0.001 |
Número de complicaciones (1/2) | 11-mar | 5/0 | |
Cefalea en tratamiento o remisión | 5 (27.8) | 1 (4.3) | 0.07 |
Alteración del sueño | 7 (38.9) | 2 (8.7) | 0.028 |
Cambios en el estado de ánimo | 2 (11.1) | 1 (4.3) | 0.573 |
Alteraciones de la memoria | 2 (11.1) | 0 (0) | 0.187 |
Muerte | 1 (5.6) | 0 (0) | 0.439 |
Permanencia hospitalaria | 0 (0) | 1 (4.3) | 1 |
Los datos se presentan como promedio ± error estándar o número (porcentaje) valor de P mediante prueba de t de student para variables numericas, y x2 o prueba exacta de Fisher para variables categóricas. P < 0.05. ND. No disponible dado que la variable fue constante en lossujetos estudiados
En el grupo de pacientes con BIS bajo por más de 30 minutos, un paciente fallecio un mes después de cirugía. El diagnóstico quirúrgico fue de hepatoyeyunoanastomosis, ademas de fallo renal, con antecedents de hypertension portal e hipertensión arterial. (2.4%) de la muestra total. Los principales diagnostios motive de cirugía se presentan en (Tabla 3).
Discusión
Muchos estudios han examinado la asociación entre valores bajos del BIS y resultados pobres con disfunción de órganos cerebrales. Monk y colaboradores midieron la variable de tiempo acumulado de profundidad hipnótica, y demostraron que un BIS menor de 45, tuvo un riesgo relativo de 1.24 por hora. Lo asociaron a mortalidad mayor a un año después de la cirugía. Leslie y colaboradores reportaron una mayor mortalidad en pacientes que registraron un BIS menor de 40 por más de cinco minutos. Estos mismos autores reportaron una mayor incidencia de infarto del miocardio en pacientes con valores de BIS bajos (BIS menor de 40 por más de cinco minutos). Kertai y colaboradores recientemente no reportaron asociación entre BIS bajo menor de 45 y pobres resultados neurológicos.
Quiere decir que los agentes anestésicos tienen un efecto dosis-toxico o un efecto dosis dependiente sobre órganos vitales como el cerebro, la concentración de agentes inhalados puede ser única para cada paciente, una concentración correcta para un paciente puede ser sobredosis para otro paciente en otra situación clínica. Dosis altas de opioides requieren de menos concentraciones de inhalados. Dado que el BIS refleja la actividad eléctrica de la corteza cerebral se puede correlacionar con la actividad del electroencefalograma (EEG). El monitoreo continuo de la presión arterial y el BIS durante la anestesia podría ayudarnos a predecir mortalidad postoperatoria. Lo cual nos llevaría a dosificar mejor todas las drogas usadas en anestesia momento a momento (12).
De acuerdo con los resultados se observó que efectivamente, el mayor número de complicaciones se presentaron en el grupo con BIS bajo por mayor tiempo (BIS < 40 por más de 30 minutos). Pacientes que presentaron un mayor índice de alteraciones del sueño, sin encontrar una explicación satisfactoria. Se sabe por ejemplo que durante las tres primeras noches del postoperatorio, el sueño fisiológico se modifica adquiriendo un patrón reducido o falto de sueño REM y sueño de ondas lentas. A partir de la tercera y cuarta noche se observa un aumento gradual de fase REM y sueño de ondas lentas. La explicación más frecuente se ha relacionado con actividad del sistema nervioso simpático, debido a los efectos residuales de los medicamentos anestésicos que se administraron durante la anestesia.
La monitorización del BIS permite titular algunos fármacos hipnóticos. Descartar que un trastorno hemodinámico se deba a una incorrecta dosificación de un hipnótico, permite adecuar su tratamiento (13). Hay estudios donde se menciona que el valor de BIS al final de la intervención anestésica se correlaciona con el tiempo y estancia en recuperación (14).
Sin embargo, sabemos que el BIS se ve afectado en su medición por factores independientes a la profundidad anestésica misma, pues influyen también la hemodinamia, la temperatura, la correcta colocación del dispositivo e incluso enfermedades crónicas del paciente, entre otros.
Cabe mencionar que la mortalidad ha sido la consecuencia o complicación más analizada por innumerables estudios, pero en muchos de los casos, la morbilidad afecta de una manera preponderante la calidad de vida de los pacientes a corto y mediano plazo. Si bien es cierto que el seguimiento en las primeras horas del postoperatorio es importante para que se otorgue una adecuada atención postanestésica, como es el control del dolor, náusea, vómito, etc., también es cierto que se desconocen complicaciones que pueden manifestarse pasado mayor tiempo del procedimiento y que pueden estar en relación con la variabilidad o mantenimiento de ciertos niveles de profundidad anestésica. Así pues, hay pacientes que ameritan mayores dosis para alcanzar una profundidad anestésica segura, como también existen casos específicos en los que es indispensable reducir la dosis de ciertos fármacos de acuerdo con el contexto clínico del paciente y de igual forma mantenerlos en buen plano anestésico (15).
En definitiva, el contar con un monitoreo adecuado en pacientes sometidos a anestesia general, es de suma importancia para reducir significativamente e incluso evitar efectos adversos y complicaciones que pueden sufrir dichos pacientes, así como disminuir su calidad de vida e incluso, llevarlos a la muerte.
Este estudio revela la importancia de una adecuada valoración preanestésica y seguimiento posterior al evento quirúrgico, así como la importancia del monitoreo transanestéstico lo más completo posible. Lo anterior abre la puerta para perfeccionar las técnicas anestésicas en relación con las características fisiopatológicas del paciente y su mantenimiento anestésico.
En el presente estudio falleció un paciente con un BIS de más de 30 minutos en el trananestésico, ocurrió un mes después de recibir cirugía, pero hay que aclarar que el diagnóstico y las enfermedades concomitantes del paciente pudieron influir en el descenso. Con un paciente que falleció (2.4% de la muestra), no se puede concluir o atribuir el descenso exclusivo al BIS bajo y prolongado (16).
Los resultados han sido contradictorios, sin embargo la mayoría de los estudios confirman el dato de que un BIS bajo durante el transanestésico se ha asociado a muerte perioperatoria. Es decir un BIS por debajo de 45 asociados a hipotensión arterial parece estar relacionado a mayor mortalidad en los primeros 30 días y a un periodo más prolongado de hospitalización.
Por supuesto que hay que considerar otras variables como la edad, las enfermedades adyacentes incluyendo enfermedades malignas e hipotensión intraoperatoria, que pueden producir hipoperfusión de órganos cerebrales. Ya que los agentes anestésicos son causa frecuente de hipotensión arterial y consecuentemente hipoperfusión cerebral. Otras causas de hipotensión arterial son la hemorragia profunda, la falla cardiaca o la sepsis.
Conclusiones
El Índice Biespectral debe implementarse como monitoreo de rutina en pacientes que tengan factores de riesgo para presentar complicaciones: pacientes en edad senil, pacientes con patología neurológica, alteraciones hemodinámicas, etc.
Sin lugar a dudas la anestesia profunda acumulativa podría repercutir de manera negativa en los pacientes que presentan factores de riesgo, quedando claro que a mayor tiempo y mayor profundidad, el riesgo de complicaciones se incrementa.