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Perfiles educativos

versão impressa ISSN 0185-2698

Perfiles educativos vol.43 no.171 Ciudad de México Jan./Mar. 2021  Epub 28-Fev-2022

https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2021.171.60192 

Reseñas

Contesting Higher Education - Student movements against neoliberal universities, de Donatella della Porta, Lorenzo Cini y César Guzmán-Concha

Denisse de Jesús Cejudo Ramos* 

* Investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (México). Doctora en Historia moderna y contemporánea. Reseña realizada gracias al Programa UNAM-PAPIIT IA400921 "Modernización y conflicto. Una historia política del rectorado de Jorge Carpizo en la UNAM, 1985-1988". CE: denisse.cejudo@gmail.com.

Contesting Higher Education - Student movements against neoliberal universities. della Porta, Donatella; Cini, Lorenzo; Guzmán-Concha, César. Bristol: Bristol University Press, 2020.


En las últimas décadas ha surgido una discusión académica sobre el impacto del modelo neoliberal en distintos ámbitos de lo social, tanto por la reconfiguración institucional que significa y el desplazamiento estatal que exige, como por las resistencias que suscita. Uno de los campos más relevantes es el de la educación superior, el cual vio "desafiada su naturaleza y misión" (p. 10); como resultado, los científicos sociales se han propuesto analizar los efectos en su gestión, los mecanismos de toma de decisiones, los procesos pedagógicos, el currículo y las competencias relacionales, tanto entre el profesorado como entre los estudiantes. Estos últimos han destacado especialmente como actores organizados contra la implementación de los proyectos reformistas: durante las últimas tres décadas podemos reconocer a los movimientos estudiantiles contra la mercantilización de la educación al menos en dos olas, por lo que estos actores se han convertido en un objeto de estudio para el análisis político que integra diversas miradas.

Desde las ciencias sociales ubicamos tendencias interpretativas sobre los estudiantes movilizados que operativizan modelos en casos de estudio y que generalmente prescinden de la particularidad y la variabilidad de los contextos. Por otro lado, desde la historiografía estos movimientos se analizan a partir de modelos normativos que retoman supuestos aspiracionales -por ejemplo, los de las movilizaciones de la década del sesenta- y que ubican a los estudiantes fuera de la complejidad de los sistemas educativos. En el campo de los estudios sobre los movimientos sociales destaca la revisión que se orienta a discutir las posibilidades que se abren desde el Estado para que se produzcan y se sostengan las movilizaciones, o los recursos necesarios para su mantenimiento, pero pocos se han preguntado por las consecuencias políticas de los mismos.

En relación al estudio de los movimientos sociales, en argumentaciones previas al libro que reseñamos Donatella della Porta (2017) apunta la necesidad de incorporar la perspectiva de la economía política para comprender las protestas estudiantiles en el contexto neoliberal. Por su parte, Lorenzo Cini (2018) destaca las relaciones de poder y la política contenciosa como ejes para comprender el debate universitario; junto con César Guzmán-Concha (Cini y Guzmán Concha, 2017) ha realizado ejercicios comparativos y transnacionales de movimientos estudiantiles en periodos de austeridad.

Contesting Higher Education. Student movements against neoliberal universities es parte de una agenda que sus autores trazaron durante los últimos años y que se fundamenta en las perspectivas del proceso político (Charles Tilly, Doug McAdam y Sidney Tarrow) y en la movilización de los recursos (John D. McCarthy y Mayer N. Zald), lo que dio como resultado una sugerente reelaboración enfocada en las políticas de educación superior. Se trata de una novedosa propuesta metodológica y empírica que amplía la perspectiva para problematizar los contextos institucionales de diversos sistemas educativos, con especial atención en la interacción entre el Estado y el mercado; así mismo, complejiza la configuración de las movilizaciones estudiantiles y la política contenciosa contra la mercantilizacion de las universidades. A partir de un abordaje comparativo, los autores analizan los casos de Italia (2008), Inglaterra (2010), Chile (2011) y Quebec (2012), y discurren sobre el surgimiento, el sostenimiento y los resultados políticos de las protestas frente a amplios proyectos de reforma estatales. A lo largo del libro, los autores muestran que, si bien las políticas públicas enfocadas a la educación configuran formas de los movimientos estudiantiles, estos últimos también inciden en la formulación y puesta en marcha de las políticas.

A partir de este conjunto de acercamientos, la obra sistematiza diferentes variables analíticas sin perder de vista el eje que los articula: las movilizaciones estudiantiles en el contexto de la implementación diferenciada de políticas neoliberales. Al ser un ejercicio comparativo, el argumento se construye a partir de problemas enunciados en cinco capítulos y unas conclusiones generales que permiten reconocer las discusiones teóricas, la propuesta metodológica y las divergencias en los estudios de caso, sobre todo respecto de sus contextos políticos y la construcción de resistencias. La argumentación se sostiene en un extenso trabajo de campo, revisión documental, análisis hemerográfico, construcción de fuentes orales de actores heterogéneos y otros materiales que dan lugar a una visión compleja de los procesos narrados.

Della Porta, Cini y Guzmán-Concha revisan de forma dinámica la implementación de políticas educativas neoliberales en regiones muy distintas. Consideran que, si bien los casos analizados tienen diferentes grados de adaptación y están sujetos a su historicidad, un rasgo en común es el proceso que tiende a la mercantilización de la educación expresada en dos criterios fundamentales: el aumento en el costo y la restricción de la matrícula. Con base en lo anterior, los Estados implementan políticas que sugieren que lo privado siempre supera a lo público en términos de calidad y, en consecuencia, apuran a las instituciones a diversificar las fuentes de financiamiento. Esto causa que las universidades modifiquen sus objetivos fundamentales, mercantilicen servicios, privaticen espacios, generen mecanismos de gestión y competencia basados en exigencias externas, comercialicen planes de estudio y precaricen las relaciones laborales.

Los autores afirman que los grados de influencia son diversos, por ejemplo, en Chile e Inglaterra los sistemas tienen un alto grado de mercantilización, mientras que en Italia y Quebec son más bajos. Esto muestra que la privatización es variable y puede convivir con modelos estatistas debido a reformas menos radicales o de baja intensidad, lo que genera diferentes respuestas organizadas de los estudiantes, quienes ven desplazados sus espacios como ciudadanos en el escenario institucional para ser reemplazados por valores de mercado que los identifican como consumidores.

El recorrido de la obra atiende de forma esquemática a las principales características de las protestas estudiantiles en el marco de la última ola de reformas neoliberales posterior a la crisis de 2008. Para el caso de Inglaterra y Quebec, el motivo del agravio fue un aumento en las tasas de matriculación, lo que significó una discusión pública sobre la transferencia de la responsabilidad estatal hacia las familias, mientras que para Italia y Chile se trató de la visibilización del endeudamiento estudiantil, el retiro de fondos públicos y las modificaciones en la gobernanza universitaria. Las cuatro movilizaciones cuestionaron el papel del Estado en el financiamiento, pero no tuvieron la misma capacidad de generar aliados y producir un enmarcamiento discursivo a través de la opinión pública debido, insisten los autores, a las especificidades de sus sistemas de educación superior (SES).

Una de las propuestas que genera mayor dinamismo en la argumentación es la que introduce el enfoque de la economía política, pues contempla que los cambios económicos y políticos configuran el campo social a largo plazo. Dicho enfoque resulta indispensable para reconocer la potencia de las movilizaciones estudiantiles y su capacidad histórica de negociación. Al poner atención en la planeación interna de las instituciones y sus prácticas, así como en la identificación del lugar que éstas ocupan, tanto en los proyectos estatales como en el espacio social, los autores las incluyen como condición de posibilidad de una reforma educativa radical o una silenciosa. En este sentido, la dimensión histórica resulta fundamental para presentar una lectura de largo alcance y que no signifique una pérdida de profundidad analítica, como sucede en gran parte de las revisiones coyunturales contemporáneas sobre los movimientos sociales. Con base en lo anterior, la discusión sobre el surgimiento y expansión de los sistemas de educación superior, sobre las formas de financiamiento y la capacidad institucional de ejercer su autonomía y gobernanza, dan lugar a la identificación de ritmos irregulares y anclajes más o menos firmes de la mercantilización.

Este trazado de las líneas temporales de los SES permite mostrar las condiciones reflexivas para identificar estructuras de oportunidad política y visibilizar a los estudiantes como actores políticos, debido a que rastrean el nivel de formalización y reconocimiento, o no, de su participación dentro de los sistemas. En esta propuesta, los grados de institucionalización de la participación estudiantil en el SES son un factor fundamental para comprender cómo organizan sus demandas, repertorios y posibilidades de alianzas. Según el esquema propuesto por los autores, esta interacción puede expresarse, en el ámbito de la política nacional o en el universitario, al menos mediante dos formas: regular o excepcionalmente, por lo que un mayor o menor acceso al espacio de toma de decisiones repercutirá en los resultados políticos de la acción colectiva.

En este contexto, resulta productiva la disertación que hacen sobre el movimiento estudiantil como un objeto de estudio poco problematizado y que regularmente se revisa a través de otras experiencias sin reconocer sus especificidades. Para los autores, a partir de las propuestas de Manja KlemenciC, Jungyun Gill y James DeFronzo, estos actores colectivos tienen que analizarse en sus desplazamientos temporales, lo que sugiere que su punto de referencia son los objetivos que se plantean para prevenir o modificar algún cambio social (pp. 8-9). Debido a lo anterior, optan por utilizar la categoría "política estudiantil", considerando que en el planteamiento de este libro incluyen también al "no movimiento" que agrega a los sindicatos y organizaciones estudiantiles establecidas; esta cuestión permite inferir su postura sobre el movimiento como un actor temporal.

El modelo de análisis que proponen los autores de Contesting Higher Education. Student movements against neoliberal universities contempla el análisis de la trayectoria de la política estudiantil y su capacidad de adaptación en momentos de conflicto, por lo que se señala, con base en los casos estimados, que pueden aparecer al menos dos formas: fragmentadas y coordinadas. En las primeras no existe una centralización de demandas y se da una competencia interna por el espacio central de acción; en las segundas, no se dan las competencias internas y es posible consensuar demandas coherentes en conjunto que se mantienen a lo largo del tiempo, lo que no significa que sean actores homogéneos en sus posiciones políticas.

Los autores reconocen, además, que "la historia, las instituciones y las culturas dejan huella en la contemporaneidad de los movimientos sociales, no sólo como estructuras que condicionan y limitan, sino también como fuentes de creatividad y agencia" (p. 97) y es a partir de ello que ponen en crisis su modelo para llevarlo a los casos; de esta manera, contribuyen a un análisis crítico de las estructuras organizativas de los movimientos en los espacios de resistencia al neoliberalismo. Su planteamiento propone que, en los SES en los que se reconoce la participación estudiantil, es más probable configurar las formas de manifestarse, de registrar los agravios y de catalizar su capacidad de influencia y, por lo tanto, en combinación con un escenario de política estudiantil coordinada, existe menor posibilidad de ser ignorado por los gobiernos y los funcionarios universitarios.

Uno de los desafíos más importantes que asume esta obra es presentar inferencias sobre los resultados de la protesta estudiantil, por ello se considera determinante distinguir entre el marco de las políticas educativas y las del sistema político más amplio: lo anterior debido a que, en las interacciones entre estos dos ámbitos de la política, las universidades y los estudiantes que protestan extienden y limitan las oportunidades para la acción. Al proponer un ejercicio de comparación transnacional de acercamiento macro, su propósito no se enfoca en resultados identitarios o emocionales, sino que busca evaluar a partir de la capacidad de sus resultados políticos.

Los autores coinciden en que los logros pueden comprenderse como concesiones, debido a que en el escenario político los objetivos son negociables; ello explica que las movilizaciones en Inglaterra e Italia tuvieran menor peso al no contar con un respaldo social que desafiara un sentido común sobre la educación superior y su agenda consumista. En contraste, Quebec y Chile fueron más influyentes porque tuvieron la posibilidad de construir alianzas con oponentes políticos que buscaron distanciarse públicamente de una posición neoliberal radical. Es así que la combinación de variables de SES estatistas o enfocados al mercado y la organización e institucionalización estudiantil producen distintos resultados; esto debido a que se reconoce la capacidad de agencia de los actores, quienes modifican las estructuras de oportunidades políticas.

Aunque los casos estudiados, en menor o mayor medida, están permeados por la mercantilización educativa, uno de los mayores resultados políticos es que todos pusieron a discusión el deber ser, la responsabilidad estatal y el acceso a la educación superior en la arena pública. La politización del espacio académico ha hecho que los diferentes actores de gobierno y los universitarios no presenten nuevamente proyectos radicales sobre el aumento a tasas, accesibilidad o permanencia académica. Debido a estos resultados, los autores apuntan que la movilización estudiantil ha erosionado los grandes proyectos que buscaban modificar los SES para insertarlos abiertamente en un proyecto puramente neoliberal.

El modelo de Della Porta, Cini y Concha-Guzmán, que une a los tipos ideales de educación superior con el grado de institucionalización de los estudiantes y con la estructura histórica de la política estudiantil, genera una revisión crítica que no busca establecer fórmulas de movilización más o menos exitosas. La apuesta está encaminada a identificar los cambios y la posibilidad de producción de oportunidades políticas, las cuales están condicionadas por la capacidad de incidencia de los actores colectivos en contextos determinados; si éstos no pueden modificarlos por completo, al menos los amenazan y pueden desestabilizarlos.

Si algo se extraña a lo largo de la obra es el acercamiento a las universidades de los espacios analizados, aunque se les reconce como lugares de producción de masas críticas e incentivo de la política asociativa. Por ello cabría preguntarse ¿cómo problematizar la política educativa en regiones que tienen SES descentralizados y que no proyectan reformas nacionales o provinciales, sino que se establecen veladamente en instituciones específicas? Los autores señalan a las universidades como un campo en disputa, y con ello abren la puerta para considerarlas ámbitos de continua conflictividad que tienden a vincularse cotidianamente a las diferentes arenas de la política; con ello se distancian de las interpretaciones que aluden a la asepsia política como elemento necesario para su buen funcionamiento.

El planteamiento de este libro aporta en dos campos específicos: en primer lugar, al evidenciar la capacidad de interacción de las movilizaciones estudiantiles con las políticas públicas y, en segundo lugar, al reconocer un espacio-tiempo particular en el que surgen los movimientos estudiantiles que es condición de posibilidad para sus objetivos, repertorios y opciones de resolución o conseciones. Lo anterior, retomado como presupuestos, asigna capacidad de agencia a los actores estudiantiles, permite identificar nuevas generaciones de movimientos estudiantiles -quienes disputan los modelos canónicos representados en 1968 y se caracterizan por realizar una severa crítica a la política institucional y por generar estrategias de movilización de acción directa-, y reconoce que los contextos son históricos y cambiantes, y que influyen en la configuración de los movimientos.

La lectura de esta obra es indispensable para incentivar los estudios sobre conflictos en las universidades a partir de la diversidad de actores, tanto desde la disciplina histórica como desde las ciencias sociales. Asimismo, los autores invitan a la renovación epistemológica para la reformulación de preguntas, a la identificación de presupuestos, a la construcción de propuestas complejas y a iniciar investigaciones, para el caso mexicano, por ejemplo, desde las distintas oleadas de políticas educativas neoliberales entre las décadas de 1980 y 1990 (Alcántara, et al., 2013). Hacerlo implicaría poner a discusión el ámbito de la política, el sistema de partidos y el espacio universitario, y asumir a este último como una arena de constante polémica sobre los asuntos públicos. Finalmente, este abordaje abre la oportunidad de plantear desafíos y matices a las narrativas dominantes que incentiven posibilidades críticas, como la que proponen los autores, en un escenario tan particular como el de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Referencias

Alcántara, Armando, Silvia Llomovatte y José Romão (2013), "Resisting Neoliberal Common Sense in Higher Education: Experiences from Latin America", International Studies in Sociology of Education, vol. 23, núm. 2, pp. 127-151. [ Links ]

Cini, Lorenzo (2018), The Contentious Politics of Higher Education. Struggles and power relations within English and Italian universities, Oxon, Routledge. [ Links ]

Cini, Lorenzo y César Guzmán-Concha (2017), "Student Movements in the Age of Austerity. The cases of Chile and England", Social Movement Studies, vol. 16, núm. 5, pp. 623-628. [ Links ]

Della Porta, Donatella (2017), "Political Economy and Social Movements Studies: The class basis of antiausterity protests", Anthropological Theory, vol. 17, núm. 4, pp. 453-473. [ Links ]

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