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Frontera norte

versão On-line ISSN 2594-0260versão impressa ISSN 0187-7372

Frontera norte vol.14 no.28 México Jul./Dez. 2002

 

Reseña bibliográfica

 

Border Games. Policing the U.S.-Mexico Divide

 

Guillermo Alonso Meneses*

 

Peter Andreas. Ithaca and London, Nueva York, Cornell University Press, 2000

 

* Departamento de Estudios de Población de El Colegio de la Frontera Norte. Correo electrónico: gui@colef.mx.

 

Este trabajo de Peter Andreas se está manejando, desde que se publicó, como una referencia obligada cuando se quiere contextualizar sociopolíticamente el conjunto de problemas emblemáticos (droga, migrantes, militarización) de la frontera común México-Estados Unidos. Y eso a pesar de su sencillez argumentativa, o acaso por eso, pues roza sin pena ni gloria la moda del pensamiento light. Tal vez esos ingredientes emblemáticos cocinados con bajas calorías, que permiten su lectura y digestión rápida, son los responsables de la curiosidad despertada por este libro o que W.A. Cornelius lo considere de lectura obligada para estudiantes.

Sea como fuere, Peter Andreas tiene el mérito de haber vislumbrado la necesidad de tratar esta problemática fronteriza tal como él lo hizo. Otra virtud es que el ensayo de este autor invita a hacer todo lo que él no hizo; es más, invita a que se realicen más trabajos sobre el mismo tema desde diferentes disciplinas y, sobre todo, a que alguien desarrolle el punto de vista mexicano o construya la perspectiva desde México.

El autor es politólogo (Professor of Political Science). El ensayo, consecuentemente, adolece de la perspectiva de las ciencias políticas estadounidenses para bien y para mal. No niego con ello que mi lectura no adolezca de prejuicios de antropólogos. No obstante, con eso quiero decir que el autor sólo analizó lo obvio; aspectos como la contradicción subyacente a la política estadounidense frente a su frontera. Entre otras cosas, una frontera abierta descaradamente a las mercancías y cerrada a los trabajadores, cuya fuerza de trabajo desde la Revolución Industrial todos sabemos que es una mercancía más en el mercado capitalista; o lo contradictorio de las acciones gubernativas de los Estados Unidos, que han enriquecido más que a nadie a toda clase de coyotes y traficantes de drogas. Sorprendentemente, el autor no profundiza en las razones políticas de la aceptación de estos obvios y contraproducentes efectos colaterales, de la misma forma que la muerte de migrantes sólo merece en su libro un puñado de renglones, con ser el resultado más macabro y serio de este juego que él analiza.

Si utilizamos la metáfora del juego (game no play) del autor, observamos que el análisis desarrollado en el libro es un juego donde el participante mexicano juega un papel pasivo cuando no es que ha sido excluido de la perspectiva. Dicho de otra manera, y ésta es una objeción al trabajo de Andreas, cuenta el partido describiendo sólo las acciones de un equipo y no las del otro. Digamos que su análisis está descompensado. Por tanto no se entiende bien para qué toca y busca paralelismos con las fronteras europeas —las africanas de España incluidas—, ya que tal como lo maneja no arroja luz sobre lo que ocurre en la frontera suroeste de Estados Unidos. Es más, este amago de ejercicio comparativo con Europa debió haberlo hecho ahondando en las reacciones sociopolíticas habidas en el lado mexicano y no lo hizo. Esto me lleva a pensar que el autor estaba más preocupado en publicar un trabajo sobre el lado oportunista y superficial del fenómeno, más que un estudio sobre el lado pertinente y profundo de aquél.

Para el lector que quiera escuchar un elogio, éste puede resultar de los interesantes capítulos 1, 3 y 5 de un total de 7. De hecho constituyen el eje fundamental de la obra. Esto es, la intensificación (escalation) de la vigilancia fronteriza, la creación del lado clandestino de la frontera económica y la intensificación del control inmigratorio. Andreas nos recuerda que la sociedad de los Estados Unidos es la mayor consumidora de drogas del mundo, pero también la que mayor dinero gasta en comprar tortugas o serpientes introducidas por los traficantes de animales, lo cual metaforiza las paradojas y contradicciones que deben enfrentar las autoridades estadounidenses si quieren combatir realmente sus problemas. De hecho, los ilegal aliens son los nuevos (o de nuevo son) los chivos expiatorios de la conservadora y prejuiciosa sociedad estadounidense, como antes lo fueron los afroestadounidenses, los apaches o los comunistas. Y lo más desmoralizador es que buena parte de la sociedad y el gobierno de los Estados Unidos, que creen que la migración indocumentada es un problema vital —el principal enemigo que señalarían Huntington o Pat Buchanan—, no parecen haber aprendido algunas de las lecciones que pueden entresacarse de lo ocurrido el 11 de septiembre (alguna de las cuales expondré al final).

En conjunto, la obra sintetiza una serie de referencias básicas para comprender la dinámica general de las actuales relaciones fronterizas entre ambos países, pero esta apuesta legítima por la síntesis impide realizar análisis profundos, sobre todo si, como hizo el autor, recae el peso de la síntesis sobre unas fuentes sesgadas y mal exprimidas: hay centenares de notas a pie de página sobre noticias que se traen a colación en su aspecto formal o anecdótico, sin extraer no ya el tuétano de los huesos, sino siquiera buenos trozos de piel informativa. Asimismo, si bien la naturaleza variada de las fuentes manejadas por el autor —desde periódicos a reportes gubernamentales, desde libros a entrevistas— es un rasgo metodológico positivo, tiene la limitante de que son fundamentalmente made-in-USA. Así, el autor se refiere a cuestiones mexicanas o españolas a partir de periódicos anglosajones y sin que le tiemble el pulso, lo cual, en tiempos del Internet y la prensa on-line, no deja de ser una castración metodológica injustificable, pues impide la contrastación de los discursos, entre otras omisiones. El resultado es un sintético trabajo monocolor.

¿Por qué, entonces, el autor ha hecho una obra tan poco ambiciosa? A lo mejor sólo quería hacer lo que hizo, un entretenido ensayo (de ideas) y no presentar un trabajo de investigación de gran calado. O, lo que es lo mismo, las ciencias políticas estadounidenses, salvo alguna rara excepción, sólo saben generar ensayos de ideas, a medio camino entre el periodismo de opinión y el reportaje de carácter histórico aderezado con notas a pie de página y referencias bibliográficas. Y es que esta obra está superada en ambición y profundidad analítica por la recientemente publicada Operation Gatekeeper. The Rise of the "Illegal Aliens" and the Making of the US-Mexico Boundary, del geógrafo Joseph Nevins (Routledge, N.Y & London, 2002).

Una de las lecciones que pueden inferirse de los sucesos del 11 de septiembre es que en las relaciones internacionales una nación no puede pretender hacer de árbitro y jugador además de exigir fair play, como hacen los Estados Unidos (la sociedad y el gobierno) con la migración. Asimismo, no distinguir los enemigos reales y peligrosos de fenómenos ciertamente problemáticos pero solucionables como la migración indocumentada es un lastre que puede obligar a pagar precios sociales excesivamente costosos e innecesarios. De Andreas llama la atención el que no haya sido más crítico al analizar los border games. O, lo que es lo mismo, Peter Andreas ha contribuido a que los Estados Unidos continúen indiferentes e insensibles ante los problemas de la frontera, desde el momento en que se contentó con describir sesgadamente el juego, ya no sé si porque cree que ésa es la actitud científicamente correcta o porque es un jugador experimentado que sabe de sobra que las trampas forman parte del juego mientras los jugadores las "toleren". En fin, ya no sé si Peter Andreas jugó mal, si hizo trampas o si en realidad él es un jugador más de los Estados Unidos (lo cual me obligaría a decir que su trabajo es coherente).

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