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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versão On-line ISSN 2007-963Xversão impressa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.79 Michoacán Jan./Jun. 2024  Epub 17-Jun-2024

https://doi.org/10.35830/treh.vi79.1732 

Reseñas

MAUL, Daniel, La Organización Internacional del Trabajo: 100 años de políticas sociales a escala mundial, Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo, 2019, 320 pp.

Fabián Herrera León1 

1Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

MAUL, Daniel. La Organización Internacional del Trabajo: 100 años de políticas sociales a escala mundial. 2019. Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra: 320p.


La celebración del centenario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 1919-2019), supuso la realización de eventos académicos y la publicación de trabajos de investigación histórica, antes y después de tan esperada ocasión para esta organización y para la extinta Sociedad de Naciones (SDN, 1919-1946), fraguadas como componentes de un sistema internacional diseñado en Versalles, mejor conocido como de entreguerras. Daniel Maul firmó uno de los productos más notables presentados en este contexto de reconocimiento internacional a la organización sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, resultado importante de los proyectos Global Social Policy de la Universidad de Oslo y también del prolífico Proyecto del Centenario de la propia OIT. Su historia, La Organización Internacional del Trabajo: 100 años de políticas sociales a escala mundial, representa —en mi opinión— la historia más propicia en la actualidad para la compresión de este organismo internacional para la regulación laboral y social que de nombre no es tan conocido y obviado, pero cuya existencia, al paso de varias generaciones entre los siglos XX y XXI, bien merece una gran explicación histórica, así como una reflexión sobre su transitar por años complejos como los de entreguerras o los de la Guerra Fría.

Daniel Maul ofrece esto y más en un trabajo de extensión mesurada, claramente escrito, con una organización cronológica principal y problemática cuando enfatiza ciertas temáticas o cuestiones relevantes. Traducida y publicada en inglés, francés y español (2019), italiano (2020) y japonés (2021), La Organización Internacional del Trabajo: 100 años de políticas sociales a escala mundial, es una obra de estudio y balance centenario, sumamente clara en la explicación de los antecedentes internacionales (principalmente europeos) de la OIT, propios de un mundo del trabajo dinamizado gradual, pero contundentemente, tanto por la industrialización de las economías más pujantes al final del siglo XIX, como por la proliferación del sindicalismo y de ideas seminales y propicias para la configuración de nuevos derechos (hoy comunes y básicos como las horas de trabajo semanal, la sindicación, las condiciones seguras y adecuadas en el trabajo, la igualdad entre mujeres y hombres, etc.) y el avance hacia un paradigma más amplio de seguridad social, características de una organización a la que Maul atribuye un modo o un ritmo reformista de cambio y la singularidad del debate abierto de sus tres voces mandantes: gobiernos, trabajadores y empleadores.

Esta obra, construida sobre la base de una historiografía clásica y una más reciente y adecuada para el estudio de problemáticas específicas de interés en nuestro tiempo, señala sendas de profundización en el estudio de la OIT, derivadas, entre otros, de los tránsitos de la organización hacia la universalización de sus vínculos nacionales, de sus redes de trabajo y de sus puestos estratégicos de corresponsalía; del desbordamiento problemático de los temas de posguerra y sus posibilidades de autonomía real frente a la Sociedad de Naciones y más tarde de la Organización de las Naciones Unidas; del interés de la organización por temas y regiones más allá del trabajo en la industria y de su eurocentrismo original. La historia de la aceptación internacional de la OIT y sus principales productos normativos, cuya forma sigue siendo la de las convenciones y recomendaciones, se articula también con la historia de la especialización técnica de la organización tras una incursión histórica con tintes o desarrollos, inclusive humanitarios (refugiados) y económicos como consecuencia del problema del desempleo ocasionado a gran escala por la crisis de 1929.

Maul explica muy bien el valor de la OIT y de la SDN como organizaciones innovadoras y poderosas a través de la reunión, uso y generación de información provechosa para la promoción y desarrollo de proyectos de dimensión internacional que han contribuido a cambios graduales y perceptibles en el mundo contemporáneo. Tampoco pasa por alto los equilibrios y proyectos de expansión procurados por la Oficina Internacional del Trabajo para sortear ausencias significativas (de Estados Unidos hasta 1934) o relaciones tirantes y desgastantes por desencuentros históricos (con la Italia fascista, la Alemania nazi, la Unión Soviética o China). Pero una de las explicaciones que he apreciado con repetida claridad en esta obra, tiene que ver con el ingenio institucional para lograr ver cumplidos sus propósitos de proliferación de sus modelos normativos o de expansión de su margen de acción mediante funcionarios internacionales cada vez más especializados dentro de sus oficinas o secciones de trabajo, algunas de ellas integradas como un primer paso para materializar proyectos a mediano plazo, así como el aprovechamiento de redes de apoyo en constante crecimiento y los puestos de representación oficiosa desplegados, originalmente, por el mundo extraeuropeo (corresponsalías), capaces de ganar adeptos en el medio político y voluntades a través de una diplomacia pública que es considerada innovadora y acertada entre los estudiosos de la OIT en regiones propicias como América Latina.

Sobre el desarrollo de relaciones e involucramiento especializado de la OIT con esta subregión, el libro de Daniel Maul hace comprensibles las iniciativas de regionalización que ahora comprenden todo el globo, pero que en un primer momento representaron despliegues estratégicos y arriesgados frente a un panamericanismo moderadamente receloso y una impermeabilidad entre los países latinoamericanos, muchos de ellos, miembros fundadores de las organizaciones ginebrinas de entreguerras. El hito de la Conferencia Americana del Trabajo, celebrada en Santiago de Chile en 1936, es referida como episodio central de este proceso de aproximación, aunque sin advertir la experiencia —en mi opinión— muy influyente de negociaciones políticas previas de este grupo de países ante la SDN, con resultados comparables a los conseguidos por el predominante tercio gubernamental frente a la simbólica presencia con lo cual Santiago podría apreciarse, principalmente, como una ocasión de cumbre gubernamental especialmente benéfica para este tercio, en detrimento de las otras dos partes mandantes de la organización, solo simbólicamente presentes en la ocasión.

Paradójicamente, el nuevo conflicto europeo implicaría un espectro de interacción mayor gracias a la especialización de la OIT en la confección de modelos de seguridad social, entonces del interés de estos países y sus sociedades.

No menos importante es la atención que Maul pone en las mujeres, aspecto en el que es un muy estricto en sus mediciones de participación en la organización, bien como representantes tripartitas, bien como funcionarias responsables; no es de sorprender que los números sean ínfimos en sus primeras décadas de vida. No obstante, el autor no deja de precisar el papel de un número mayor de mujeres relacionadas con la OIT a través de redes de apoyo internacional de diversa identidad, oscilantes entre un conservadurismo cristiano y un progresismo feminista insatisfecho con el proteccionismo predominante en torno a la mujer durante la primera época de la organización. Ello nos permite apreciar un universo de participación extraordinario de la mujer, más allá de esa excepcional presencia en las salas de la Conferencia Internacional del Trabajo o del Consejo de Administración.

El caso de México, que es de especial importancia para mí, cuenta con referencias generales apropiadas y pertinentes, tocantes a su ausencia (hasta 1931 como consecuencia de su revolución) y el empalme o coincidencia de sus respectivos desarrollos normativos de orden laboral y social. No obstante, otros problemas tratados por Maul en relación con los países miembros, en general o a ciertas regiones, hacen pensar en las investigaciones pendientes relacionadas con este país: refugiados,Truck System (pago obligado en especie), trabajo intelectual (literario, de oficina o relacionado con las profesiones liberales), sistema de corresponsalía, trabajo indígena (nativo), entre otros.

Daniel Maul ha escrito una de sus principales obras, hasta ahora para provecho de un público académico en plena incursión o que precisa de un texto orientador y sugerente para nuevas investigaciones en torno al pasado de la organización y de sus espacios de interacción o influencia que prevalecen imprecisos o ambiguos. La OIT cuenta en este nuevo siglo de vida, con una excelente historia sobre su trayectoria centenaria en la que el autor ha vertido todo su conocimiento en la historia de los derechos humanos, de la Guerra Fría y del proceso de descolonización en que se adentró el convulso siglo XX.

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