Las plantas arvenses crecen en campos agrícolas de forma espontánea (Bye 1981, Ramírez-Salinas & Castro-Ramírez 2011, Sánchez & Sarandón 2014, Gaba et al. 2016, Vibrans 2016). Juegan un papel importante como protectoras del suelo (Bye 1981) y promueven el reciclaje de nutrientes que ayudan al mantenimiento de la fertilidad del suelo (Blanco-Valdes & Leyva 2007). Son fuente de néctar y polen (Vibrans 2016), crean microclimas capaces de soportar poblaciones de componentes bióticos diversos y abundantes (Grundy et al. 2011, Mashavakure et al. 2019), influyen en la organización y funcionalidad de los agroecosistemas (Altieri 1988) y su presencia significa menor afectación a los cultivos por enfermedades, plagas y sequías (Altieri et al. 2012, Blanco-Valdes 2016). Las arvenses son vistas desde dos posiciones contrapuestas: la primera donde se consideran competencia para el cultivo principal (Gallandt & Weiner 2015) en la cual no son toleradas y se busca su erradicación; y en la segunda, se las integra como parte del agroecosistema y se enaltecen los beneficios de su presencia (Altieri 1988, Sánchez & Sarandón 2014) tanto para la alimentación del ser humano (Bye 1981) como fuente de forraje para animales de cría (Ayala-Enríquez et al. 2019), combustible, material de construcción o como parte de la medicina tradicional (Caballero & Mapes 1985, Blanckaert et al. 2007, Paredes-Flores et al. 2007, Casas et al. 2016, Balcázar-Quiñones et al. 2020).
Debido a la dinámica global actual, algunas especies de plantas y animales han sido transportadas fuera de sus áreas de origen de forma intencional o accidental (CONABIO 2023), considerándose especies exóticas o introducidas con posibles consecuencias negativas sobre los ecosistemas (CBD 2010) y las arvenses no son la excepción. Actualmente se tienen registradas aproximadamente 700 especies introducidas en México, algunas se consideran de importancia debido a que ocasionan pérdidas económicas, agropecuarias, ambientales y de salud humana (Espinosa-García & Villaseñor 2017); sin embargo, existen especies que se han incorporado a las actividades económicas, gastronómicas, de cosmovisión y medicina tradicional de las comunidades del país (Vibrans 2016).
El cultivo de maíz es el principal ejemplo de un agroecosistema desarrollado en Mesoamérica desde tiempos prehispánicos (Mera et al. 2005); si se siembra a modo de policultivo asociado, principalmente con frijol (Phaseolus spp.) y calabaza (Curcubita spp.), se conoce como milpa, agroecosistema que integra en promedio entre 20 y 30 especies incluyendo las arvenses (Toledo & Barrera-Bassols 2019).
El control y manejo de las arvenses en el cultivo se deriva principalmente de la experiencia y toma de decisiones de cada campesino con base en el conocimiento de las generaciones predecesoras (Vibrans 2016). Se realizaban prácticas de control con fuego, manualmente o con herramientas simples (Lara et al. 2012) como azadón, machete o bien con tracción animal como la yunta. Sin embargo a partir de la segunda mitad del siglo XX, comenzó el uso extensivo de agroquímicos y mecanización con distintos implementos agrícolas (Sonnenfeld 1992), lo que llevó a la sustitución de las herramientas tradicionales debido a los beneficios que éstas proveían como el ahorro de tiempo y eficacia en la erradicación de arvenses (Monroy-Sais et al. 2022). En el caso de los herbicidas, se han documentado los cambios drásticos en los cultivos tradicionales (Vigouroux et al. 2011, Petit et al. 2022), entre ellos una disminución de la diversidad de las comunidades arvenses (Chikoye el al. 2004) y la generación de resistencia a los mismos (Grundy et al. 2011).
En 2020, el maíz de temporal fue el principal cultivo en el estado de Aguascalientes y representó una superficie de 77,977 ha (78.4 %) siendo destinado principalmente para forraje (SIAP 2022). Actualmente existen investigaciones que mencionan a las arvenses de manera indirecta como “malezas” o “plantas silvestres” (de la Cerda-Lemus 2002, Barba-Ávila et al. 2003, García-Regalado 2007, Sierra-Muñoz et al. 2015, Sandoval-Ortega & Siqueiros-Delgado 2019), siendo lo reportado por de la Cerda-Lemus (2002) el único trabajo para el estado con el registro de malezas en maíz de temporal por lo que la presente investigación busca complementar y sumar al registro y conocimiento de las arvenses en el estado de Aguascalientes. Se plantearon los siguientes objetivos: i) Describir el control y manejo de las arvenses durante el ciclo agrícola; ii) determinar la riqueza, diversidad y similitud de arvenses en cultivos de maíz de temporal por provincia biogeográfica del estado de Aguascalientes; iii) determinar el estatus migratorio de las arvenses registradas.
Materiales y métodos
Área de estudio. El estado de Aguascalientes se ubica en la convergencia de tres provincias biogeográficas: Sierra Madre Occidental (SMO), Altiplano Sur (AS) y Costa del Pacífico (CP) (Figura 1) con características que las diferencian como tipo de vegetación y condiciones climáticas (Espinosa et al. 2008, Siqueiros-Delgado et al. 2017). La SMO cuenta con un clima templado subhúmedo con predominancia de bosques de coníferas, encinos y pastizales; el AS presenta clima semiárido con vegetación compuesta por matorral xerófilo y pastizales y en la CP el clima es cálido subhúmedo con lluvias en verano y vegetación de selva caducifolia y ecotono con bosques de encino y pino (Espinosa et al. 2008). Con base en los proyectos de investigación de biodiversidad de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) y la vinculación con las autoridades ejidales, se eligió una localidad representativa por provincia biogeográfica. Para la provincia de la Sierra Madre Occidental (SMO) se eligió la localidad “La Congoja” (LC) ubicada en el municipio de San José de Gracia (22º 09’ 57” N, 102º 33’ 26” O, 2,512 m snm); presenta clima tipo C(w) - templado subhúmedo con lluvias en verano (INEGI 2017) y su principal actividad económica consiste en la crianza de animales, mayormente ganado ovino y porcino (INEGI 2020). Para el Altiplano Sur (AS) la localidad de “La Luz” (LL) en el municipio de El Llano (21º 59’ 56” N, 101º 59’ 45” O, 2,030 m snm, cuenta con clima BS1k - semiseco templado con lluvias en verano y su actividad económica principal consiste en el cultivo o cosecha de productos agrícolas como maíz y frijol (INEGI 2020). Para la provincia Costa del Pacífico (CP) “Terrero la Labor” (TL) en el municipio de Calvillo (22º 1’ 28” N, 102º 40’18” O, 1,840 m snm), el clima es BS1h - semiseco semicálido con lluvia de verano y su principal actividad económica es el cultivo de maíz (INEGI 2017).
Entrevistas semiestructuradas. Se realizaron 10 entrevistas semiestructuradas (Díaz-Bravo et al. 2013, Menendez-Baceta et al. 2015) por provincia biogeográfica durante septiembre y noviembre de 2020. Se aplicaron a agricultores dueños de parcelas con maíz de temporal elegidos de manera aleatoria y bajo muestreo dirigido (Castillo-Nonato & Chávez-Mejía 2013). La entrevista se realizó con base en el Código de Ética de la Sociedad Latinoamericana de Etnobiología (Cano-Contreras et al. 2016) y bajo consentimiento previo. Las preguntas estuvieron enfocadas a registrar de forma descriptiva las labores agrícolas y los métodos de control y manejo de arvenses.
Diseño de muestreo. Para obtener el listado florístico se realizaron 48 inventarios fitoecológicos en el mismo número de sitios de muestreo con cultivo maíz de temporal elegidos de manera dirigida (Castillo-Nonato & Chávez-Mejía 2013) y con previa autorización del dueño, diez por provincia biogeográfica durante el ciclo agrícola 2020, cinco en SMO y CP y ocho en AS durante 2021. Una vez en el sitio de muestreo, se utilizó el método área muestra homogénea de 256 m2 en orden ascendente (1/64, 1/16, 1/8, 1/4, 1/2, 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128 y 256 m2) (Daget & Godron 1982, Sosa-Ramírez et al. 2015) y adicionalmente se registraron las especies que se observaron fuera del área de muestreo pero dentro de la parcela (Rivera-Ramírez et al. 2021). Además, con el fin de analizar la diversidad de arvenses se muestreó por medio de cuadrantes al azar con base en la técnica usada por Sánchez-Blanco & Guevara-Féfer (2013). Consistió en diez repeticiones al azar de un cuadrante de 0.25 m2 (0.5 × 0.5 m) colocándolos aleatoriamente (Mueller-Dombois & Ellemberg 1974) y registrando el número de individuos por especie y unidad de área.
Se colectaron y herborizaron las arvenses observadas para su posterior identificación mediante comparación con los ejemplares depositados en el Herbario de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (HUAA, Thiers 2019) y usando literatura especializada (Siqueiros-Delgado 1996, García-Regalado 2005, Calderón de Rzedowski & Rzedowski 2005, de la Cerda-Lemus 2010, Siqueiros-Delgado et al. 2011, 2022, Cerros-Tlatilpa et al. 2015). Además, se consultó la colección digital del Missouri Botanical Garden (MO) (Tropicos 2018 www.tropicos.org) y se corroboró el nombre de cada especie basándose en International Plant Names Index (IPNI 2023) y Global Plants (plants.jstor.org). Se investigó el estatus migratorio de cada especie para determinar si se considera nativa o introducida, con base en la plataforma digital de malezas de México (Vibrans 2012) y lo reportado por Villaseñor & Espinosa-García (2004), Villaseñor (2016) y Sánchez-Ken (2018).
Análisis de la información. Se determinó la riqueza (S) y diversidad alfa por medio de los índices de Shannon-Wiener (H’) y Simpson (D Si) para los años 2020, 2021 y promedio. Con el software R (R Core Team 2022, v. 2.14) se obtuvieron los índices de diversidad (Oksanen et al. 2022) por sitio de muestreo y por provincia biogeográfica; posteriormente se aplicó una prueba de Tukey (P < 0.05) o Kruskal-Wallis en caso de no contar con datos con distribución normal (Fox & Weinsberg 2019), para determinar si existen diferencias estadísticas en la riqueza e índices de diversidad entre provincias por año analizado y en promedio.
Para determinar la similitud florística, se elaboraron matrices de incidencia con datos binarios de presencia-ausencia por provincia biogeográfica (Tabla S1) y se obtuvo el Índice de Similitud de Jaccard (I
J) (Jaccard 1908), el cual se basa en el número de especies comunes en dos áreas y el número total de especies. La fórmula es:
Resultados
Labores agrícolas, control y manejo de arvenses. La siembra de maíz de temporal se realiza entre los meses de mayo y julio, una vez que comienza la temporada de lluvias; la decisión de cuándo es el mejor día para la siembra depende directamente del campesino con base en su apreciación y experiencia. Todos los agricultores siembran semilla local. Una estrategia para no depender totalmente de la precipitación es el almacenamiento de agua en bordos, los cuales proveen de agua al cultivo con los llamados riegos de auxilio. En AS el 60 % y en SMO el 80 % de las parcelas tuvieron acceso al agua de un bordo cercano a los sitios de muestreo; en contraste, en CP no se cuenta con estrategias de almacenamiento de agua, dependiendo totalmente de la precipitación.
La siembra del maíz con otro cultivo se diferenció por provincia biogeográfica. En AS fue monocultivo; sin embargo, se practica la rotación, un año siembran maíz y al siguiente ciclo frijol (Phaseolus spp.) asociado con calabaza (Curcubita spp.), alfalfa (Medicago sativa L.) o avena forrajera (Avena fatua L.). En el caso de SMO y CP no se rotan los cultivos y en el 50 % de los sitios muestreados se sembró el maíz asociado con avena (Avena fatua L.) o calabaza (Cucurbita spp.), en CP también incorporaron sorgo (Sorghum halepense (L.) Pers.). La totalidad de la producción de maíz de temporal es para forraje en las tres comunidades, ya sea para ganado propio o para venta.
En el control de arvenses, las labores comienzan previo a la siembra, utilizando medios mecánicos para su remoción con tractor y yunta. En este sentido imperó el uso de tractor en las tres provincias biogeográficas aunque en la SMO y CP todavía el 10 % utilizó yunta para tal fin. Una vez que los campesinos consideran que ya es buen momento para sembrar, se procede a la preparación de los surcos y remoción de las primeras arvenses donde se observaron dos estrategias principales: en AS se utilizó exclusivamente tractor mientras que en CP y SMO el 50 % de los campesinos utilizaron tractor y el resto yunta. Una vez sembrado, en las tres comunidades se realizan hasta dos escardas. En AS se usó tractor en el 80 % de los casos y el resto lo usó para aspersión de herbicida. En CP el 80 % utilizó la yunta y el 20 % restante tractor; sin embargo, el 50 % combina con la aplicación de herbicida. SMO presentó un 60 % de uso de yunta, 40 % tractor y 10 % de combinación con herbicida. En todos los casos el único herbicida aplicado fue 2-4-D bajo distintos nombres comerciales.
Riqueza de arvenses. En los 48 sitios de muestreo, se registraron 28 familias, 91 géneros y 128 especies (Apéndice 1). Diez parcelas contaron con 20 especies o más: cinco en SMO, tres en CP y dos en AS (Apéndice 2). Tres familias representaron el 50.7 % del total de especies: Asteraceae (27.3 %), Poaceae (16.4 %) y Solanaceae (7 %) (Tabla 1). En SMO se registró la mayor riqueza de familias y especies, 22 y 76 respectivamente, en CP 16 y 62 y por último en AS 18 y 57. SMO presentó la mayor riqueza promedio; sin embargo, no existe diferencia significativa entre las tres comunidades (P > 0.05) (Tabla 2).
Familia | Géneros totales y por PB | Especies totales y por PB | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Gt | AS | CP | SMO | Et | AS | CP | SMO | |
Amaranthaceae | 4 | 4 | 2 | 2 | 8 | 7 | 3 | 3 |
Asteraceae | 28 | 11 | 12 | 22 | 35 | 13 | 14 | 28 |
Brassicaceae | 4 | 3 | 3 | 3 | 4 | 3 | 3 | 3 |
Commelinaceae | 3 | - | 2 | 2 | 4 | - | 2 | 3 |
Convolvulaceae | 1 | 2 | - | 2 | 3 | 2 | - | 2 |
Euphorbiaceae | 3 | 2 | 3 | 2 | 6 | 3 | 6 | 2 |
Fabaceae | 6 | 3 | 2 | 3 | 7 | 3 | 2 | 4 |
Malvaceae | 3 | 3 | 3 | 2 | 3 | 3 | 3 | 2 |
Onagraceae | 2 | - | - | 2 | 3 | - | - | 3 |
Oxalidaceae | 1 | - | - | 1 | 3 | - | - | 3 |
Poaceae | 12 | 7 | 10 | 6 | 21 | 11 | 15 | 6 |
Polygonaceae | 2 | 1 | - | 2 | 3 | 2 | - | 3 |
Solanaceae | 4 | 1 | 3 | 3 | 9 | 2 | 6 | 3 |
Verbenaceae | 3 | - | 2 | 2 | 4 | - | 2 | 3 |
Indicador | Provincia biogeográfica | ||
---|---|---|---|
SMO | CP | AS | |
Sitios de muestreo | 15 | 15 | 18 |
Familias botánicas | 22 | 16 | 18 |
Géneros | 61 | 48 | 44 |
Riqueza total (ST) | 76 | 62 | 57 |
Especies nativas | 65 | 51 | 45 |
Especies introducidas | 11 | 11 | 12 |
Riqueza promedio (2020) (Sprom2020) | 15.1 (± 1.168)a | 13.7 (± 1.193)a | 13.7 (± 1.591)a |
Riqueza promedio (2021) (Sprom2021) | 21.2 (± 1.743)a | 19.4 (± 1.805)a | 16.0 (± 1.000)a |
Riqueza promedio (Sprom) | 17.2 (± 1.21)a | 15.3 (± 1.23)a | 14.7 (± 0.96)a |
Diversidad promedio - Índice de Shannon-Wiener (2020) (H’2020) | 1.903 (± 0.084)a | 1.536 (± 0.100)b | 1.779 (± 0.114)a, b |
Diversidad promedio - Índice de Shannon-Wiener (2021) (H’2021) | 1.886 (± 0.030)a | 1.571 (± 0.035)a, b | 1.379 (± 0.031)b |
Diversidad promedio - Índice de Shannon-Wiener (H’) | 1.898 (± 0.065)b | 1.548 (± 0.078)a | 1.601 (± 0.089)a |
Diversidad promedio - Índice de diversidad de Simpson (2020) (DSi2020) | 0.812 (± 0.084)a | 0.704 (± 0.033)a, b | 0.780 (± 0.023)b |
Diversidad promedio - Índice de diversidad de Simpson (2021) (DSi2021) | 0.788 (± 0.030)a | 0.735 (± 0.035)a | 0.697 (± 0.031)a |
Diversidad promedio - Índice de diversidad de Simpson (DSi) | 0.804 (± 0.015)a | 0.714 (± 0.025)b | 0.743 (± 0.020)a,b |
Análisis de diversidad. La provincia SMO presentó la mayor diversidad promedio (DSi = 0.804 ± 0.05; H’ = 1.898 ± 0.25); seguida por AS (D Si = 0.743 ± 0.08; H’ = 1.601 ± 0.37) y CP (DSi = 0.714 ± 0.097; H’ = 1.548 ± 0.30); se registró que el comportamiento por año fue diferenciado (Tabla 2). En general, la diversidad promedio (H’) tuvo diferencias significativas entre SMO y AS y CP (P < 0.05). La diversidad D Si promedio difirió entre CP y SMO (P < 0.05) (Tabla 2).
Similitud florística. La similitud florística entre las tres provincias biogeográficas fue menor al 50 %, siendo AS y CP las comunidades con mayor número de especies compartidas con 34 y representando un I J = 40.0 %. SMO y CP, a pesar de su cercanía geográfica presentaron menor similitud, con IJ = 22.1 % y 25 especies en común (Tabla 3).
Provincia biogeográfica | Especies en común / Ij(%) | ||
---|---|---|---|
AS | CP | SMO | |
AS | - | 34 / 40.0 | 27 / 25.5 |
CP | 34 / 40.0 | - | 25 / 22.1 |
SMO | 27 / 25.5 | 25 / 22.1 | - |
Estatus migratorio. El 16.5 % de las especies son introducidas, siendo Poaceae la mejor representada con ocho especies (Figura 2). La mayor presencia de arvenses introducidas se reportó en AS con 12 (21 %), seguido de CP con 11 (17.7 %) y SMO con 11 (14.5 %) (Tabla 2). Brassica rapa L., Cynodon dactylon (L.) Pers., Malva parviflora L., Melinis repens (Willd.) Zizka y Raphanus raphanistrum L. son las especies introducidas con presencia en las tres provincias biogeográficas. Además, se encontraron algunas exclusivas por comunidad; Cenchrus ciliaris L., Chenopodium album L. y Reseda luteola L. en AS; Dactyloctenium aegyptium (L.) Willd., Ricinus communis L. y Sorghum halepense (L.) Pers. en CP y Avena fatua L., Erodium cicutarium (L.) L’Hér. ex. Aiton y Sonchus oleraceus L. en SMO.
Discusión
Las arvenses identificadas en el presente estudio ya estaban registradas para Aguascalientes (Villaseñor & Espinosa-García 2004, Villaseñor 2016, Siqueiros-Delgado et al. 2017, Sánchez-Ken 2018, Siqueiros-Delgado et al. 2022) y representan el 8.2 % de las 1,560 especies vegetales del estado entre gramíneas (Poaceae) (Sánchez-Ken 2018) y dicotiledóneas (Siqueiros-Delgado et al. 2022). La presente investigación complementa el listado realizado por de la Cerda-Lemus (2002) quien identificó 38 especies de malezas en cultivos de maíz de temporal, de las cuales el 79 % (30) coinciden con lo reportado aquí, a excepción de Echeandia scabrella (Benth.) Garcke (Asparagaceae), Eruca sativa Mill. (Brassicaceae), Euphorbia nutans Lag. (Euphorbiaceae), Peteria glandulosa (Gray) Rydb. (Fabaceae), Schkuhria pinnata (Lam.) Kuntze (Asteraceae), Setaria macrostachya Kunth (Poaceae) y Urochloa plantaginea (Link) R. D. Webster (Poaceae), sumando el registro de 98 especies más. De los 48 sitios muestreados, diez presentaron 20 especies o más, coincidiendo con lo mencionado por Toledo & Barrera-Bassols (2019), quienes reportaron que un cultivo de maíz tradicional puede albergar entre 20 y 30 especies de arvenses.
De las cuatro familias con mayor riqueza de especies en la flora de Aguascalientes (en orden decreciente): Asteraceae, Poaceae, Fabaceae y Solanaceae (Sierra-Muñoz et al. 2015), tres coinciden con las de mayor riqueza de especies arvenses reportadas en las tres provincias biogeográficas analizadas. De la Cerda-Lemus (2002) en el estudio de malezas en maíz de temporal en el estado de Aguascalientes, reportó que Asteraceae y Poaceae son las familias mejor representadas, coincidiendo con lo reportado por Vyera-Odilon & Vibrans (2001) en el Valle de Toluca, Estado de México y en Coxcatlán, Puebla (Albino-García et al. 2011) para el mismo cultivo.
La diversidad promedio reportada en SMO (H’ = 1.898), CP (H’ = 1.548) y AS (H’ = 1.601) fue menor a lo reportado por Rivera-Ramírez et al. (2021) en Cuajimalpa, Ciudad de México (H’ = 2.006) y en Nanacamilpa, Tlaxcala (González-Amaro 2008) (H’ = 2.357), pero mayor al reportado en Coxcatlán, Puebla por Albino-García et al. (2011) (H’ = 1.494). En cuanto al índice de diversidad (D Si), sólo SMO presentó un promedio mayor al reportado por Rivera-Ramírez et al. (2021) (D Si = 0.778).
Las diferencias estadísticas en la diversidad (H’) y (DSi) entre las tres provincias biogeográficas se explica por los parámetros base para la medición de cada índice; (H’) se basa en la riqueza de especies y su abundancia relativa (Pla 2006); este último es preponderante para determinar las diferencias entre SMO y AS y entre SMO y CP. En el caso de (D Si) la dominancia de las especies y la probabilidad de que dos individuos escogidos al azar sea la misma (Moreno 2001) permite ver un comportamiento claramente diferenciado entre SMO y CP.
El cultivo del maíz se considera un sistema complejo (Reyes-Jaramillo 2016) donde las variables climáticas y socioecológicas juegan un papel preponderante en la creación de ambientes que propician su presencia y desarrollo (Sánchez & Sarandón 2014). Así, en el caso de la CP, aún cuando presenta climas cálidos subhúmedos y vegetación constituida por selva sub-tropical caducifolia con alta diversidad biológica (Espinosa et al. 2008), no presentó la mayor riqueza de arvenses posiblemente a causa de los siguientes factores. Por un lado, el almacenaje de agua, los campesinos no cuentan con estrategia de almacenaje en bordos como en SMO y AS ocasionando una dependencia de la precipitación pluvial. En caso de periodos largos de estiaje se presentarían daños en el cultivo y por consecuencia la limitación de crecimiento de arvenses (Albino-García et al. 2011). Otro aspecto es el uso de herbicidas cuya aplicación afecta negativamente la riqueza y diversidad de arvenses (Chikoye et al. 2004, Yin et al. 2006, Grundy et al. 2011, Vigouroux et al. 2011). En este sentido hubo mayor porcentaje de aplicación (50 %) en 2020, año que registró menor promedio de riqueza y diversidad. Es importante destacar que en general la aplicación de herbicida en las tres provincias es más baja que en otras zonas del país (Mascorro-de Loera et al. 2019), principalmente por el destino de la producción que es el forraje, de forma que al no aplicar herbicida mantienen indirectamente la riqueza de arvenses (Casas et al. 2007, Rivera-Ramírez 2008, Vibrans 2016).
Un factor que posiblemente favoreció en SMO y CP la mayor riqueza de arvenses fue el uso de la yunta; mecanismo que, por su peso ligero evita la compactación severa del suelo agrícola y por ende permite el crecimiento. En San Juan Ixtenco, Tlaxcala, Sánchez-Sánchez (2015) reportó que en cultivos de maíz donde se utilizó yunta hubo mayor presencia de arvenses nativas, fenómeno similar a lo encontrado en la presente investigación.
La diferencia de precipitación pluvial registrada en 2020-2021 fue marcada; 2021 fue un año que registró 26 % más precipitación en comparación con 2020 (SMN 2023) ocasionando que los campesinos no pudieran realizar las labores agrícolas para el control del crecimiento de las arvenses, generando condiciones que probablemente permitieron la presencia de especies no reportadas para 2020. Un ejemplo de este fenómeno fue Lopezia racemosa Cav. en SMO, Urochloa panicoides P. Beauv. en AS y Bidens bigelovii A. Gray en CP, así como el aumento en la riqueza promedio en las tres comunidades y comportamiento diferenciado en los índices de diversidad en ambos años.
Las 109 especies de arvenses nativas encontradas en esta investigación en el estado de Aguascalientes corresponden al 4.96 % de las 2,197 reportadas a nivel nacional por Espinosa-García et al. (2004a). Las 21 especies introducidas corresponden al 3 % del total nacional reportadas por Espinosa-García & Villaseñor (2017) y a nivel local, el porcentaje registrado (16.5 %) es similar a lo presentado por Vibrans (1998) para los altos Valles de Puebla y Tlaxcala (17 %) y a lo encontrado en las cercanías del lago de Cuitzeo, Michoacán (17.3 %) (Sánchez-Blanco & Guevara-Féfer 2013). Ello indica la mejor adaptación de las nativas a los cultivos tradicionales (Espinosa-García et al. 2004b) y, por lo tanto, tienen ventaja aparente sobre las introducidas. En AS se observó el mayor porcentaje de especies introducidas (21 %) y en SMO un porcentaje menor (14.5 %) a los estudios antes mencionados, posiblemente por la introducción de gramíneas exóticas sembradas de forma intencional para mejorar la producción forrajera.
Desde el punto de vista agronómico, ocho especies están reportadas a nivel mundial como parte de las 16 altamente dañinas para los cultivos debido a las pérdidas económicas que causan: Amaranthus hybridus L., Amaranthus spinosus L., Avena fatua, Chenopodium album, Cynodon dactylon, Cyperus esculentus, Portulaca oleracea L. y Sorghum halepense (Blanco-Valdes & Leyva 2007). Con excepción de C. dactylon, el resto cuenta con pruebas de resistencia a herbicidas en distintas partes del mundo (Heap 2023). Es importante mencionar que, desde la perspectiva agroecológica, especies como Amaranthus hybridus y Portulaca oleracea, se consideran competencia para el maíz (Albino-García et al. 2011); sin embargo, tienen un aprovechamiento alimenticio por parte de las familias de los campesinos formando parte esencial de la gastronomía local (Altieri & Trujillo 1987, Vázquez-García et al. 2004, Casas et al. 2016, Sandoval-Ortega & Siqueiros-Delgado 2019, Rivera-Ramírez et al. 2021).
Existe composición florística diferenciada por provincia biogeográfica (I j < 50%) posiblemente por los patrones geográficos y climáticos (Espinosa et a. 2008) y por la decisión del control y manejo por parte de los campesinos. Por ejemplo el uso de maquinaria agrícola como tractor o yunta y la aplicación de herbicidas.
La presencia de especies introducidas en menor proporción que las nativas, se debe a la mejor adaptación a las condiciones del cultivo (Molina-Freaner et al. 2008, Vibrans 2016). Este estudio contribuye al conocimiento de la riqueza y diversidad de arvenses en cultivos de maíz de temporal del estado de Aguascalientes; sin embargo, son necesarias futuras investigaciones para determinar cómo los factores tanto climáticos como sociales influyen en la riqueza y diversidad de arvenses en el cultivo de maíz de temporal.
Material suplementario
El material suplementario de este artículo puede encontrarse aquí: https://doi.org/10.17129/botsci.3362