Introducción

La resiliencia, los rasgos favorables y las herramientas competitivas es un tema relevante en la formación universitaria que ha cobrado importancia en los últimos años debido a la contingencia vivida durante y después de la pandemia por covid-19. Al respecto, ^{Casimiro et al. (2020)} expresan que “las personas resilientes utilizan sus capacidades y recursos neuropsicológicos de forma positiva para afrontar las crisis; tienen altos grados de motivación para salir adelante” (p. 456). Por su parte, ^{Morán et al. (2019)} señalan que es “el conjunto de cualidades personales que nos hacen crecer y desarrollarnos más vigorosamente en la adversidad y tener un funcionamiento óptimo una vez superado el trauma” (p. 2); para ello, los individuos deben ser capaces de identificar sus rasgos favorables y herramientas competitivas para fortalecer sus procesos de desarrollo personal y profesional.

Para ^{Barrero et al. (2018)} la resiliencia “es una capacidad para reelaborar la vida, inclusive trasformar la adversidad en una oportunidad para actuar de mejor manera frente a diversas circunstancias” (p. 125), mientras que ^{Caldera et al. (2016)} explican que no existen diferencias estadísticamente significativas entre los niveles de resiliencia y las carreras que eligen los estudiantes universitarios; además, señalan que lo más probable es que hayan adquirido o desarrollado ciertos estándares mínimos de resiliencia en sus estudios previos.

Sin embargo, ^{Casimiro et al. (2020)} destacan que el nivel de estado emocional y la reacción de los universitarios ante la pandemia del covid-19 se relacionan negativamente con el estado emocional, pues eleva significativamente los niveles de estrés, ansiedad y angustia, a lo que se puede agregar el temor al entorno personal, social y escolar.

Para ^{Gonçalves et al. (2021)} “la resiliencia juega un papel importante en el mantenimiento de la salud mental de las personas, especialmente durante periodos de crisis como una pandemia” (p. 3). Por eso, se afirma que la resiliencia puede ser una fuente generadora de un cambio tecnológico, y puede convertir al docente en un ser creativo, innovador, automotivado, autodidacta e interesado en ampliar sus competencias digitales (^{Rosales et al., 2021}).

En esa misma vertiente, ^{Cervantes et al. (2022}) encontraron que “luego de la cancelación de las actividades presenciales, la necesidad de continuar los procesos educativos generó desafíos que las IFAD [Instituciones Formadoras y Actualizadoras de Docentes] han atendido mediante diferentes alternativas de adaptación, priorización y ajuste que implican cambios en la dinámica institucional” (p. 129). Por ende, recomiendan recuperar y sistematizar las experiencias vividas durante la pandemia y tenerlas presentes en los momentos de dificultad.

Autores como ^{Rizvi y Nabi (2021)} mostraron en una investigación, realizada en la India durante el confinamiento por el covid-19, el valor de generar resiliencia frente a múltiples desafíos como los cambios tecnológicos. Esta situación, por tanto, se convirtió en una oportunidad para que los estudiantes desarrollaran las habilidades de resolución de problemas y adaptabilidad que necesitan en un entorno incierto al que se enfrentarán cuando se incorporen al mundo laboral; por eso, los referidos autores concluyen que la resiliencia debe integrarse al proceso educativo para garantizar dichas habilidades.

Ahora bien, ^{Harvey et al. (2021)} encontraron en una investigación realizada a estudiantes de Colombia durante la pandemia por covid-19 que existe una correlación directa débil entre los eventos vitales estresantes, la reacción agresiva y la resiliencia. Asimismo, la correlación entre resiliencia y estrategias de afrontamiento es directa y moderada sobre las estrategias de solución de problemas y búsqueda de apoyo social. Además, existe una correlación inversa moderada entre resiliencia y las estrategias de evitación emocional y expresión de la dificultad de afrontamiento. En palabras de ^{Harvey et al. (2021)}, “a mayores niveles de resiliencia [...] mayor capacidad de adaptación, lo que corrobora la función catalizadora de la resiliencia en tiempos de pandemia” (p. 11).

Por su parte, ^{Rosales et al. (2021)}, en una investigación realizada durante la contingencia por covid-19 en Venezuela, encontraron que el desarrollo de la resiliencia y la utopía de la educación virtual han promovido la transformación de los espacios de aprendizaje a través de la virtualidad. En tal sentido, ^{Cervantes et al. (2022)} expresan que la pandemia es una oportunidad para la generación de conocimiento, por lo que se requiere recuperar y sistematizar la experiencia vivida durante el confinamiento para hacer frente a los momentos de dificultad.

Por otra parte, ^{Portillo (2022)} explica que la situación excepcional que hemos vivido nos ha obligado a utilizar todos los recursos para afrontar las dificultades, lo cual no hubiera sucedido en condiciones normales de enseñanza presencial. En efecto, el confinamiento obligó a buscar dentro de las competencias adquiridas aquellas que podrían ser movilizadas y actualizadas para ponerlas en práctica, lo cual también evidenció las carencias existentes.

Por eso, ^{Shahrill et al. (2021)} investigaron en tiempos de confinamiento “cómo fue posible cambiar en un corto periodo y continuar el semestre académico universitario, y buscar alternativas para manejar el día a día en medio de una crisis pandémica” (p. 700). A partir de estas interrogantes, los autores descubrieron que el aprendizaje combinado abrió más oportunidades para ofrecer programas de manera flexible, personalizada y centrada en el estudiante; asimismo, se pudo comprender que el bienestar físico y psíquico son elementos esenciales para superar una situación como la vivida.

Explicado lo anterior, este artículo muestra los resultados de un estudio guiado con el objetivo de determinar si la resiliencia está relacionada con el desarrollo de rasgos favorables y herramientas competitivas en los estudiantes universitarios. Los resultados recabados son relevantes para la institución educativa donde se realizó el estudio, pues permiten identificar las situaciones que viven sus estudiantes para establecer programas de apoyo en el contexto educativo y en los procesos de adaptación social.

Método

El enfoque de investigación fue cuantitativo de tipo encuesta y correlacional. La información se obtuvo por medio de la Encuesta de Resiliencia, Rasgos Favorables y Herramientas Competitivas (E-RRHC), la cual fue respondida por estudiantes de licenciatura de las cuatro unidades regionales que conforman la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS): (Norte 1216, Centro Norte 980, Centro 2730 y Sur 1786). Este instrumento se envió en mayo de 2022 en formato digital a través de WhatsApp y contó con el apoyo de los directores de las unidades académicas, docentes y jefes de grupo. Se obtuvo respuesta voluntaria de 6712 estudiantes.

La E-RRHC (2022) estuvo estructurada en tres dimensiones: resiliencia, rasgos favorables y herramientas competitivas. Fue validada por expertos y con un alfa de Cronbach de 0.971. La variable dependiente se construyó a partir de las tres dimensiones y las variables independientes concernieron al desarrollo de estas durante y después del confinamiento por covid-19. Para la investigación se establecieron las siguientes hipótesis de trabajo:

Se realizó el estadístico de prueba de Spearman para las preguntas de la encuesta que se relacionan con un durante y después de las vivencias. Se tomó en cuenta un nivel de significancia (denotado como α o alfa) de 0.05

Resultados

Participaron estudiantes de 77 licenciaturas de un total de 189 programas ofrecidos, en 58 unidades académicas y 17 extensiones de nivel superior (^{Universidad Autónoma de Sinaloa [UAS], 2022}). De los participantes, 41.9 % eran mujeres, 57.5 % varones y 0.7 % prefirió no responder.

El estudio se orientó al análisis de las tres categorías (resiliencia, rasgos favorables y herramientas competitivas) con el componente cuantitativo: la relación entre la resiliencia, los rasgos favorables y las herramientas competitivas con las vivencias durante y después del confinamiento por covid-19.

Se presentan los resultados obtenidos de la correlación de Spearman de los ítems durante y después del confinamiento por covid-19 y la diferencia de porcentaje entre estos en las respuestas de “De acuerdo” y “Totalmente de acuerdo”.

La tabla 1 muestra la categoría Resiliencia en las subcategorías de Adaptación y Ambigüedad. Para la primera subcategoría, el ítem “Te sentiste seguro y en confianza ante los nuevos retos y continuaste tu proceso educativo” durante y después del confinamiento por covid-19, hay una correlación positiva de 0.537; sin embargo, hay un decremento de 13.1 % en las respuestas de “De acuerdo” y “Totalmente de acuerdo”. El ítem “Es importante continuar con las actividades escolares” tiene una correlación positiva de 0.581, con un incremento de 6.3 % de confianza para proseguir con los estudios. El ítem “Es importante mantenerte interesado en las actividades escolares” tiene una correlación de 0.701, es decir, es positiva y alta, con un incremento porcentual de 8.2 en las respuestas después del confinamiento.

Cuando se preguntó sobre la relación afectiva consigo mismo, durante y después del confinamiento por covid-19, la correlación fue positiva alta (0.798), y un aumento de 4.3 %. Al cuestionar “Eres una persona decidida”, el resultado de la correlación fue de 0.728 (positiva alta) y el porcentaje aumentó en 7.8 puntos. En lo que corresponde a “Tienes la capacidad de superar tiempos difíciles”, la correlación fue positiva alta (0.755) con un incremento de 4.7 %. El ítem “Tienes la capacidad de aceptar políticas y reglas que se establecen como parte del proceso educativo” (0.797) la correlación fue positiva alta y un aumento entre el durante y después de 2.5 %.

En la subcategoría “Ambigüedad”, en el ítem “Analizas una situación desde diferentes puntos de vista” (0.917), la correlación fue positiva muy alta con un incremento de 3.7 % entre lo que vivieron los estudiantes durante y después del confinamiento. El ítem “Realizas las actividades del proceso educativo aun sin querer o entender” (0.622) la correlación fue positiva moderada y un aumento de 9.7 % de estudiantes que realizan las actividades sin un entendimiento. Respecto a estos resultados, la ambigüedad del proceso educativo se visibiliza de manera positiva.

La tabla 2 presenta los resultados obtenidos de la correlación de Spearman de los ítems durante y después del confinamiento por covid-19 en la categoría “Rasgos favorables” y las subcategorías “Meticuloso”, “Curiosidad”, “Tolerancia”, “Competitividad” y “Vínculos sociales”. También se detalla la diferencia del porcentaje entre el durante y después del confinamiento en las respuestas de “Frecuentemente” y “Siempre”.

En la subcategoría “Meticuloso”, el ítem “Conoces cuáles son tus deberes y obligaciones para lograr con éxito tus actividades escolares” muestra una correlación positiva alta (0.768) y un aumento en 8.4 %. Se vincula con “Te consideras una persona dedicada a tu proceso de aprendizaje” con el resultado de 0.737 (positiva alta) y con un aumento de 10.1 %. Para el ítem “Cumples con lo que te propones para tu proceso educativo” la correlación fue de 0.839 (positiva alta) y un incremento de 7.5 %. Al preguntar si “Eres una persona cuidadosa y/o detallista en tu proceso de aprendizaje”, la correlación fue positiva alta (0.839), y la diferencia disminuyó 2.7 %.

En el ítem “Te mantienes interesado(a) por tu proceso educativo”, la correlación fue positiva moderada (0.692) y un aumento de 12.7 % entre el durante y después del confinamiento. Hay una relación directa con el ítem “Dedicas el tiempo suficiente para lograr con éxito tu proceso educativo”, que tiene una correlación positiva alta (0.715) y un incremento en el porcentaje de 8.5 puntos.

En la subcategoría “Curiosidad”, en el ítem “Eres una persona creativa en tu proceso educativo”, la correlación fue de 0.715 (positiva alta) y un incremento de 7.5 % en las respuestas de “Frecuentemente” y “Siempre” entre el durante y después del confinamiento por covid-19. Este resultado se complementa al preguntar “Consideras que después del confinamiento por covid-19, eres flexible en tu proceso educativo”, pues 68 % de los estudiantes que participaron lo consideran en las respuestas de “Frecuentemente” y “Siempre”.

Ahora bien, en la subcategoría “Tolerancia”, el ítem “Eres tolerante a los cambios en tu proceso educativo” tuvo un resultado de 0.716 (correlación positiva alta) y hay un incremento de 7.2 % de estudiantes que consideran ser más tolerantes después del confinamiento. Sin embargo, el ítem “Disfrutas tu proceso educativo” tiene una correlación positiva moderada (0.464) y 19.9 % estima disfrutar más el proceso educativo después del encierro por covid-19. Este puede ser un indicador de que los estudiantes valoran más su educación después del confinamiento.

En esta misma categoría, el ítem “Eres capaz de sobrellevar el mal tiempo o las adversidades en tu proceso educativo” tiene una correlación positiva alta y un aumento de 9.4 % de estudiantes consideran ser capaces de sobrellevar las adversidades durante el proceso educativo después de covid-19. El ítem “Te lamentas de cosas que no puedes cambiar y/o hacer algo” tuvo como resultado 0.739; si bien es una correlación positiva alta, hay una diferencia de 4.6 % de estudiantes que durante el confinamiento se lamentaron de cosas que no pueden cambiar y/o hacer.

En el ítem “Te relacionas con personas a quienes no les agradas” (0.739) hay una correlación positiva alta y no hay diferencia en los porcentajes entre el durante y después del confinamiento. Y el ítem “Te cuesta aceptar las sugerencias de las personas que forman parte de tu proceso educativo” también tuvo una correlación positiva alta, y hay una disminución de 1 % después del confinamiento.

Todos los ítems de la subcategoría “Competitividad” tienen una correlación positiva alta. El resultado del ítem “Te consideras una persona competitiva y cumples las metas de tu proceso educativo” es de 0.750 y tiene un aumento de 7.1 % de estudiantes que se consideran más competitivos. El ítem “Ante una situación adversa eres capaz de hacer y continuar las actividades escolares y cumplir las metas que éstas implican” la correlación es de 0.739 con un aumento de 7 %.

En el ítem “Consideras importante tu formación académica” la correlación fue de 0.756 y hubo un incremento de 6.5 % en la respuesta después del confinamiento. En la pregunta “Te sientes orgulloso(a) de conseguir lo que te propones sobre tu proceso educativo” la correlación es positiva alta (0.757), y 6.9 % valoran la importancia de su formación académica después del confinamiento. El ítem “Eres una persona autodisciplinada” (0.763) es positiva alta, con un incremento de 6.8 puntos después del confinamiento.

En esta misma subcategoría, el ítem “Consideras que tu vida tuvo sentido” tiene una correlación (0.726) positiva alta y la diferencia en las respuestas durante y después es de 11 puntos porcentuales. Y al interrogar sobre si “Eres una persona que puede salir victorioso de una situación difícil” la correlación fue de 0.794, con un aumento porcentual de 11 puntos en las respuestas de “Frecuentemente” y “Siempre” entre el durante y después del confinamiento.

En lo que respecta a la categoría “Vínculos sociales”, hay dos ítems parecidos: en el primero se interroga a los estudiantes si interactúan (presencial y/o en línea) con otras personas además de las que viven en su hogar y familiares cercanos, y en el segundo si interactúan (presencial y/o en línea) con otros compañeros y/o docentes de su universidad, además de los de su grupo escolar y profesores que les dan clases. Por la esencia de los ítems, no se obtuvo la correlación, sino un porcentaje. El primero tuvo un resultado de 58.4 % y el segundo de 53.3 %.

Ahora bien, la correlación del ítem “Participas en actividades que organiza la universidad” durante y después del confinamiento fue positiva moderada (0.511) con un porcentaje a la baja de 8.9 puntos. Y la disposición durante y después de la pandemia de ayudar a tus compañeros en su proceso de aprendizaje fue de 0.681, un aumento de 9.4 por ciento.

La última categoría del instrumento fue “Herramientas competitivas”, que abarca “Organización”, “Comunicación” y “Responsabilidad” (tabla 3). En la primera subcategoría, todos los ítems tienen correlación positiva alta, con diferencia de porcentajes. En “Eres capaz de animar el proceso educativo” (0.771) hay un incremento de 9.5 puntos en el después del confinamiento. En el ítem “Eres capaz de organizar y animar a tus compañeros para desarrollar el proceso educativo” (0.780) tiene un incremento de 7.6 %; al cuestionar “Eres capaz de gestionar la progresión de tu propio proceso de aprendizaje” (0.771) hay un aumento de 6.3 % después del confinamiento y en “Eres capaz de trabajar en equipo para elaborar trabajos escolares” (0.752) aumentó el porcentaje en 7.2 puntos después del confinamiento. Se rescata la importancia de ser organizado no solo en el proceso educativo, sino en la vida cotidiana.

En la subcategoría de “Comunicación”, el ítem “Propones ideas a la dirección de tu escuela para mejorar el proceso educativo” (0.886) fue positivo alto; sin embargo, la diferencia en porcentaje se inclina a durante la pandemia con 9.8 %. La interrogante “Eres capaz de establecer una comunicación con tus compañeros y docentes para fortalecer tu proceso educativo” (0.620) es positiva moderada con una diferencia de porcentaje de 13.3 % después del confinamiento. Y “Te consideras una persona entusiasta, además te gusta hablar y participar en las clases, expones tus ideas de tal manera que atraes la atención de los demás” (0.738) es positiva alta, con un aumento de 8.8 % después de la pandemia. La comunicación es un elemento esencial para expresar las ideas, sentimientos, emociones, etc., de ahí la importancia de esta categoría como medio indispensable para el proceso educativo.

En la subcategoría “Responsabilidad”, en el ítem “Eres una persona responsable de su propio proceso educativo” (0.766) la correlación fue positiva alta y una diferencia de 8 % después del confinamiento. Por último, el ítem “Tienes las habilidades digitales para desarrollar tu proceso educativo” (0.684) fue positiva moderada y un aumento de 11.8 % después del aislamiento. Esto significa que el valor de la responsabilidad en el proceso educativo tuvo un aumento después del confinamiento, es decir, lo vivido por los estudiantes pudo haber hecho que tuvieran un poco más de conciencia sobre su proceso de aprendizaje.

Al observar las correlaciones de cada uno de los ítems, se puede afirmar que existe una correlación positiva moderada o positiva fuerte en todos, lo que indica que la resiliencia se relaciona de manera positiva con los rasgos favorables y las herramientas competitivas.

Discusión

Por la naturaleza del instrumento empleado, se realiza una discusión por categorías. En la subcategoría “Adaptación” de la categoría “Resiliencia”, si bien hay un decremento en la seguridad y confianza que sintieron los estudiantes durante el confinamiento, su interés por continuar sus estudios hizo que se adaptaran a los cambios y sobrepasaran la ambigüedad que se vivía en esos momentos. Sobre este asunto, ^{Vinkers et al. (2020)} mencionan que es importante promover la conexión social, ya que la soledad y el aislamiento hacen que esta crisis sea diferente en comparación con otras. De hecho, la adaptación es un proceso que se puede lograr por medio de la convivencia (aunque en el confinamiento fue por medios digitales). En este caso, los grupos de apoyo (presencial o en línea) son una opción.

En esta misma subcategoría, un hallazgo sugiere que los estudiantes se adaptan, aunque este factor por sí solo no influye en cómo se acostumbran a los cambios. Es necesario darse cuenta de que, en lugar de centrarse en el sujeto individual, debe haber una justificación significativa para que el estudiante realice actividades para superar la resiliencia vinculada al proceso educativo. Se considera lo anterior porque hay estudios que indican que los estudiantes universitarios tienden a ser resilientes en su proceso académico (^{Caldera et al., 2016}; ^{Harvey, 2021}).

En la subcategoría “Ambigüedad” de la categoría antes mencionada, se resalta la importancia de que los estudiantes universitarios tengan la capacidad de autogestionar su aprendizaje como parte de un proceso formativo, pues “un proceso de autogestión requiere condiciones, mentalidades y habilidades individuales específicas que deben ser creadas o reforzadas. Hay dos necesidades para la autogestión del conocimiento. Por un lado, la obligación y, por otro, compartirla, ambas explicadas por la responsabilidad” (^{Rodríguez, 2022, p. 223}).

En la subcategoría “Meticuloso”, se refleja una tendencia positiva hacia el cuidado del proceso educativo. Por ello, en la formación de un estudiante universitario es necesario que tenga el acompañamiento docente para desarrollar las competencias necesarias, según el nivel educativo estudiado y el grado escolar que curse.

En relación con la subcategoría “Curiosidad”, se discute que, respecto a los resultados, la literatura aporta las siguientes evidencias:

[Si el docente] cuida el diseño de contenidos formativos para activar la curiosidad de estudiante, retener su interés y buscar la aplicabilidad laboral de lo que se va aprender, la coherencia en los contenidos de aprendizaje, es probable que el estudiante no solo se sienta motivado a llevar a cabo su proceso académico en casa, sino que la opción de desertar se reduzca (^{Garcés y Mora, 2020, p. 54}).

Así, las estrategias junto con la adaptación de los estudiantes universitarios constituyen una opción para continuar el proceso educativo.

En esta misma categoría, los resultados de la subcategoría “Tolerancia” mostraron que los estudiantes valoraron más su educación después de la emergencia sanitaria por covid-19. También un porcentaje mínimo (1 %) de estudiantes disminuyó entre durante y después del confinamiento en cuanto a aceptar las sugerencias de otras personas que forman parte del proceso educativo. Al contrario de la presente investigación, otra desarrollada en el contexto mexicano por ^{Gervacio y Castillo (2021)} señala que los jóvenes durante la pandemia por covid-19 habían desarrollado sentimientos de enojo, frustración y poca tolerancia con las personas que se encontraban a su alrededor,

Sobre la subcategoría “Competitividad”, ^{Talavera et al. (2021)} explican que en la transición de la vida universitaria se presenta una mayor competitividad, por lo cual los estudiantes necesitan adaptarse a un nuevo rol, normas y responsabilidades académicas. En tal sentido, y contrario a los resultados de la presente investigación, ^{Estrada-Araoz et al. (2020)} consideran que los estudiantes a pesar de conocer los beneficios y ventajas del proceso educativo, no lo consideran importante y no se sienten cómodos en entornos virtuales.

Sobre esta misma subcategoría, y con base en los resultados de correlación positiva y alta cuando se les preguntó sobre cómo sobrepasan las dificultades del proceso educativo, algunos autores expresan que los valores y experiencias acumuladas logran “dar significado e incluso crear resignificaciones a los sucesos y evitar el desplome ante la desesperación provocada por la situación límite” (^{Bautista et al., 2022, p. 11}). Esta es una de las formas de encontrar el sentido de la vida. En otras palabras, este tipo de circunstancias no se puede reducir a normas o conceptos, sino que los estudiantes deben hacerse conscientes y estar atentos a los sucesos.

En relación con los “Vínculos sociales” que establecieron los jóvenes encuestados, ^{Lozano et al. (2020)} mencionan que el impacto que tuvo el confinamiento repercutió en el capital social (lo que para Bourdieu hace referencia a los vínculos y redes sociales). Estos autores destacan el fuerte impacto del confinamiento en los estudiantes universitarios, especialmente en el ámbito psicológico y académico.

Para la categoría de “Herramientas competitivas” en la subcategoría de “Organización”, se visibiliza la importancia de tener un orden en el proceso educativo, así como saber identificar, relacionar, comparar y clasificar las actividades educativas para lograrlas con éxito. En palabras de ^{Molina et al. (2021)}, “el papel de la organización es esencial, ya que coordina los esfuerzos humanos (funciones, actividades, responsabilidades) y los recursos materiales (dotación, distribución, asignaciones)” (p. 290).

Para la subcategoría “Comunicación” es importante resaltar que el diálogo es necesario para cualquier actividad, ya sea educativa, laboral, profesional o personal. Al respecto, como menciona Freire, el diálogo horizontal que se debe establecer en el proceso educativo es base para la comunicación.

Por último, la subcategoría “Responsabilidad” tuvo un aumento después del confinamiento. Por ende, habría que realizar otros estudios exploratorios para conocer de qué manera vivieron y experimentaron el proceso educativo durante la pandemia, y qué opinión tienen sobre la responsabilidad.

Conclusión

El estudio evidenció que existe una relación significativa entre los rasgos favorables, las herramientas competitivas y la resiliencia vivida durante y después de la pandemia por covid-19. Sin embargo, existen particularidades en el interés, participación, actividades por desarrollar en el proceso educativo, así como en el desarrollo de comunicación entre los compañeros y uso de habilidades digitales en el proceso de aprendizaje. Todo esto podría ser parte de un nuevo estudio de investigación que planee la siguiente interrogante: ¿existe relación entre la responsabilidad del proceso educativo y la resiliencia académica?

Por otra parte, se puede evidenciar que el proceso resiliente que sobrellevaron los estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa durante y después de la pandemia por covid-19 les dio la oportunidad de madurar. En otras palabras, se perciben rasgos de adaptación y habilidades socioemocionales que permitieron favorecer el desarrollo académico, pues todo el esfuerzo dedicado al cumplimiento de las labores escolares genera inevitablemente un proceso de automejora personal.

A partir de los resultados previamente mencionados, se puede afirmar que los estudiantes universitarios se esforzaron por enfrentar los desafíos de no perder el ritmo académico y de adaptarse a las condiciones durante y después del confinamiento. Un estudiante con resiliencia académica se caracteriza por su responsabilidad, meticulosidad y constancia. Enfrenta los reveses escolares y busca oportunidades para mejorar constantemente. Es aquel que mantiene su fortaleza ante las adversidades cotidianas, superándose a sí mismo y forjando su propio destino. Este proceso de reconstrucción, recreación y readaptación se refleja en el notable cambio observado al regresar a las clases presenciales.

Sin embargo, es evidente que no todo es positivo, y se presentan áreas de oportunidad para las instituciones educativas en lo que respecta a implementar acciones que refuercen tanto la resiliencia como los procesos que contribuyan a la adaptabilidad y al progreso académico de los estudiantes. En este sentido, queda pendiente el análisis del fenómeno desde la perspectiva de los docentes.

Futuras líneas de investigación

En las próximas investigaciones sobre este tema se sugiere entrevistar a estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa para determinar sus competencias y debilidades, lo cual llevaría a realizar planes de acción para fortalecer la calidad educativa. También se propone realizar el estudio a los docentes, ya que desde su visión se podrían establecer capacitaciones adecuadas para mejorar la educación y la formación universitaria. Asimismo, sería interesante estudiar la resiliencia por rangos de edades y por nivel educativo, así como profundizar en modelos y métodos de resiliencia para ampliar el campo de investigación en este tema.