Introducción
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2017b, 2017a) en conjunto con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2019) han detectado en México un aumento en los índices de suicidio, depresión, ansiedad, y ahora, con la inclusión del sistema cibernético, surgen nuevas problemáticas como lo son el acoso en medios cibernéticos, la dependencia y adicción a la interacción a través de las redes sociales-virtuales. Dichas conductas, contribuyen al desajuste del adolescente en el establecimiento de relaciones con su entorno social; sin embargo, Ferrer et al. (2013) delimitan a la familia como uno de los principales factores de protección ante el desarrollo de conductas de desajuste; ya que es el primer sistema con el que interactúa el individuo después de su nacimiento, como resultado se da la interiorización del sistema de valores, creencias y normas (Musitu & García, 2004). Gracias a esto, se establece una relación directa entre la familia y las diferentes conductas que desarrolla un individuo a lo largo de su vida, expresadas por medio de la interacción que tiene con el entorno social (Escobar-Córdoba et al., 2006; Estévez et al., 2013; Estévez López et al., 2018; Jiménez Gutiérrez & Lehalle, 2012).
Al hablar de ajuste y desajuste, tomando en cuenta a la familia como centro de desarrollo de los individuos, es importante recalcar que un entorno familiar desajustado, generará conductas de desajuste en el individuo, una característica que evalúa el nivel de ajuste familiar es su funcionalidad, descrita por Maddaleno (1986) como la capacidad para enfrentar y sobrellevar cada una de las etapas del ciclo vital y las crisis por las que atraviesa.
Al tomar la funcionalidad familiar como una característica positiva, desencadena el desarrollo de características individuales de ajuste como lo es la satisfacción con la vida (Gómez-Restrepo et al., 2016; Hernández et al., 2017; Rodríguez-Fernández et al., 2016) permitiendo al adolescente percibirse a sí mismo dentro de los aspectos de su vida como el desearía que fueran, siendo congruente con los mismos (Diener et al., 1985).
El malestar psicológico es un término en el cual se engloba la depresión y la ansiedad dentro de un mismo concepto, debido a esto, los estudios relacionados con el malestar psicológico en adolescentes, se retoman analizándolo de forma global, con un análisis especifico entre ambos factores que lo conjuntan o en relación con las características específicas que lo integran (Elena & Psicología, 2010). Aquello que los adolescentes observan dentro de su sistema familiar se ve internalizado, en el caso específico de la funcionalidad familiar bajos niveles ésta, se ven relacionados con el desarrollo de síntomas depresivos y de ansiedad (Fumero et al., 2020). Los adolescentes que crecen en sistemas familiares disfuncionales comienzan a mostrar signos de depresión desde los 11 años, manteniéndose hasta los 18 años, con un aumento constante, sin ser la economía un factor significativo para su desarrollo (Berryhill & Smith, 2020; Gómez-Restrepo et al., 2016; Larios et al., 2018; Russell et al., 2019; Wartberg et al., 2018).
La continua incapacidad de adaptación del adolescente para integrarse a su medio social, en conjunto con la sintomatología depresiva y la ansiedad, evolucionan y desencadenan otro factor más, que es ideación suicida, ésta se identifica por medio de los pensamientos del adolescente orientados al plan de cometer suicidio (Beck & Kovacs, 1979). El desarrollo de la ideación suicida se da a causa de la acumulación de la tensión del entorno familiar, debido a la falta de apoyo, participación de los miembros en la resolución de problemas y afectividad (Dardas, 2019; Paniagua et al., 2014; Raj et al., 2019; Ulate-Gómez, 2013).
Gracias al surgimiento del internet, los adolescentes no solo tienen acceso a la interacción social de forma personal; sino que, se genera un nuevo sistema cibernético en el cual pueden interactuar por medio de la computadora y dispositivos móviles (celulares, tabletas, etc.), en diferentes plataformas como lo son: redes sociales virtuales (Facebook, Twitter, Instagram, etc.) plataformas de video juegos, video llamada y sistemas de mensajería instantánea (UNICEF, 2017a). El problema surge cuando el desajuste de los patrones de interacción de los adolescentes se traslada a las nuevas plataformas digitales, participando en situaciones de acoso a pares, denominado como ciberbullying (con un rol de abusador o víctima) o generar dependencia a la interacción en estas plataformas (Del Prete & Redon Pantoja, 2020; Romero-Abrio et al., 2019; UNICEF, 2017a).
Dentro del fenómeno del ciberbullying, existen dos roles, el primero es el del agresor, que por medios cibernéticos agrede a otros poniéndoles apodos, haciendo comentarios ofensivos o inventado situaciones acerca de otras personas (Buelga & Pons, 2012).
Estudios previos establecen el funcionamiento familiar, como el principal factor de análisis en relación con la agresión en redes sociales, debido a que los adolescentes provenientes de familias con mayor capacidad de adaptación, participación, afectividad y de resolución de problemas, presentan conductas de abuso en menor medida (Brighi et al., 2012; Buendía-Giraldo et al., 2016; Ortega-Barón et al., 2016).
Por otro lado, las víctimas de ciberbullying reciben las agresiones, por parte de los “bully”, y su rol es completamente pasivo, de forma que las agresiones de las que son víctima no figuran como respuesta de agresiones previas o mutuas (Buelga & Pons, 2012).
De igual forma que los agresores, las familias de origen de las víctimas son caracterizadas por contar con bajos niveles de funcionalidad, dificultando el desarrollo de capacidades para la resolución de problemas y adaptación en el adolescente (Chou & Lee, 2017; Garaigordobil, 2018; Ortega-Barón et al., 2016; Qiqi et al., 2018; Romero-Abrio et al., 2019).
Otro factor de análisis es la dependencia a las redes sociales virtuales, caracterizada por la incapacidad del usuario para distanciarse de los medios virtuales de interacción, causando ansiedad al separarse de ellas, priorizando la interacción dentro de estos medios más que la interacción con su entorno social próximo, generando un efecto placebo de satisfacción ante los estímulos que de ellas recibe (Calvo González & San Fabián, 2018; Del Prete & Redon Pantoja, 2020; Grupo LISIS, 2013).
La funcionalidad familiar se presenta como un factor de connotación positiva, el cual tiene una relación directa y negativa con el desarrollo de conductas dependientes o de adicción a los medios de socialización cibernéticos, cuanto mayor es la percepción de funcionalidad del núcleo familiar, menor será la probabilidad de que el adolescente sea dependiente de las redes virtuales (Cacioppo et al., 2019; Carvalho et al., 2015; Chen et al., 2015; Chou & Lee, 2017).
A partir de estado de conocimiento, el estudio sobre funcionalidad familiar se planteó como objetivos: 1) Examinar en qué medida se relaciona la funcionalidad familiar con las variables individuales (ideación suicida, malestar psicológico y satisfacción con la vida) y las variables sociales (dependencia a redes, ciberacoso y cibervictimización).
2) Analizar las posibles divergencias entre los grupos (baja, moderada y alta funcionalidad familiar) y las variables individuales y sociales.
3) Puntualizar el valor predictivo de las variables individuales y sociales respecto a la funcionalidad familiar.
Desarrollo
Método
Participantes
La muestra estuvo conformada por 1,681 adolescentes de 12 a 17 años (M = 13.65, DT = 1.14), 46% hombres y 54% mujeres, de un universo poblacional de 14,759 alumnos de la región Costa Norte de Puerto Vallarta, Jalisco, concernientes a 15 centros educativos de tercero, segundo y primer grado de secundaria. La muestra fue probabilística con error muestral que se asumió fue de ± 2.5%, con el 95% de confiabilidad y 0.50 de varianza poblacional; se utilizó la estratificación por conglomerados para la selección de los participantes, las unidades de muestreo fueron los centros y el curo el estrato.
Procedimiento
De acuerdo con la Declaración Helsinki, se respetaron de acuerdo al ámbito del estudio con seres humanos los valores éticos la no discriminación, protección de sus datos, confidencialidad, y consentimiento informado. Para ello, las escuelas fueron informadas sobre las características de la investigación, posterior a la autorización, se tuvo una sesión con los padres de familia de los menores de edad y se solicitó el consentimiento informado por escrito. Posteriormente se acudió a los salones y sólo se le aplicó la batería de instrumentos a los autorizados por los padres, a los cuales se les señaló que su participación era voluntaria, anónimas y podían abandonar el proceso de contestar los cuestionarios en cualquier momento.
Instrumentos de evaluación
En la Tabla 1 se señalan las escalas utilizadas en el presente estudio y su índice de fiabilidad.
Escala | Autores | Mide | Alfa de Cronbach |
---|---|---|---|
1. Funcionalidad Familiar | Bellón et al., (1996) | El nivel general de funcionamiento familiar. | .85 |
2. Victimización a través del teléfono móvil y de internet (CYBVIC). | Buelga et al., (2012) | El ciberacoso de las víctimas de internet y el teléfono móvil. | .72 |
3. Satisfacción con la vida | Diener, Emmons, Larsen y Griffin, (1985) | El índice general de satisfacción con la vida. | .74 |
4. Agresiones a través del Teléfono móvil y de Internet CYB-AG | Buelga y Pons, (2012) | El índice general de ciberacoso en internet. | .85 |
5. Malestar Psicológico | Alonso, J., Herdman, M., Pinto, A. y Vilagut, G., (2010). | Percepción subjetiva de ansiedad y depresión. | .88 |
6. Ideación Suicida de Robert | Rosales-Pérez, Córdova-Osnaya & Cortés-Granados, (2015) | Ideación suicida en adolescentes | .84 |
7. Dependencia en redes sociales, es una subescala del instrumento de socialización en la red social e-SOC39 | Grupo Lisis, (2013) | Interacciones de dependencia en redes sociales | .69 |
Resultados
El análisis de los datos se realizó en el paquete estadístico SPSS versión 22, analizándose primero las correlaciones de Pearson para determinar la relación entre funcionalidad familiar con todas las variables estudiadas. Se utilizaron las puntuaciones de la escala de funcionalidad familiar para clasificar a los adolescentes, conformando tres grupos: baja funcionalidad familiar, moderada funcionalidad familiar y alta funcionalidad familiar; los casos que puntúan una desviación típica arriba de la media se ubican en el grupo de alta funcionalidad familiar; los que puntúan una desviación típica abajo de la media se ubican en el grupo de baja funcionalidad familiar; y los que obtienen los puntajes restantes se asignan al grupo de moderada funcionalidad familiar, de acuerdo a los criterios de Marini, Dane, Bosacki y YLC-CURA (2006). Se calculó el MANOVA y ANOVA a partir de los grupos de contraste, para analizar las variables individuales y las variables sociales. Para examinar el valor predictivo de las variables referidas respecto a la funcionalidad familiar se realizó el análisis de regresión lineal.
Correlaciones
En la Tabla 2 se presentan las correlaciones entre las variables del estudio, las medias y las desviaciones típicas. Se obtuvieron correlaciones significativas entre funcionalidad familiar y el resto de las variables. La funcionalidad familiar se correlaciona de manera negativa con malestar psicológico (r= -.396, p<.01), ideación suicida (r= -.389, p<.01), dependencia de las redes sociales (r= -.241, p<.01), ciberacoso (r= -.134, p<.01) y cibervictimización (r= -.219, p<.01); a su vez se correlaciona positivamente con satisfacción con la vida (r=.449, p< .01).
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | |
1.Funcionalidad Familiar | 1 | ||||||
2.Malestar Psicológico | -.396** | 1 | |||||
3. Ideación Suicida | -.389** | .534** | 1 | ||||
4. Dependencia redes | -.241** | .396** | .244** | 1 | |||
5. Satisfacción con la vida | .449** | -.345** | -.358** | -.161** | 1 | ||
6. Ciberacoso | -.134** | .157** | .258** | .243** | -.140** | 1 | |
7. Cibervictimización | -.219** | .436** | .350** | .290** | -.231** | .332** | 1 |
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (2 colas).
Manova y Anova de los grupos de funcionalidad familiar y las variables individuales y sociales
Posteriormente, se procedió al análisis de varianza, el cual reveló diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de funcionalidad familiar con las variables individuales y sociales (˄ = .763, F (22,3320) = 40.15, p< .001, n2 = .127).
El Anova mostró diferencias significativas en ideación suicida (F, (2,1665) = 124.67, P<.001), n2= .13), malestar psicológico (F, (2,1665) = 122.06, P<.001, n2= .12), satisfacción con la vida (F, (2,1665) = 153.26, P<.001, n2= .15), dependencia de redes (F, (2,1665) = 35.61, P<.001, n2= .041),cibervictimización (F, (2,1665) = 35.45, P<.001, n2= .041) y ciberacoso (F, (2,1665) = 10.11, P<.001, n2= .012).
Así, como se constata en la Tabla 3, las pruebas Bonferroni indicaron que los adolescentes con baja funcionalidad familiar obtuvieron las puntuaciones estadísticamente más elevadas en ideación suicida, malestar psicológico, cibervictimización y ciberacoso diferenciándose de los adolescentes con moderada y alta funcionalidad familiar; a excepción de la variable de dependencia a redes, debido a que se diferencia de forma significativa del grupo con alta funcionalidad familiar, pero no del grupo con funcionalidad familiar media. En cambio, los adolescentes con alta funcionalidad familiar mostraron un mayor puntaje en satisfacción con la vida con respecto a los grupos de moderada y alta funcionalidad familiar.
Funcionalidad Familiar baja | Funcionalidad Familiar Media | Funcionalidad Familiar alta | F | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
M | (DT) | M | (DT) | M | (DT) | ||
Variables Individuales | |||||||
Ideación Suicida | 1.97 a | .91 | 1.39 b | .61 | 1.18 c | .47 | 124.67*** |
Malestar Psicológico | 2.84 a | .95 | 2.24 b | .74 | 1.86 c | .72 | 122.06*** |
Satisfacción con la vida | 2.5 c | .55 | 2.98 b | .55 | 3.28 a | .55 | 153.26*** |
Variables Sociales | |||||||
Dependencia redes .30 a 3.16 7.30 2.37 6.6 c 2.19 35.61*** | .30 a | 3.16 | 7.30 | 2.37 | 6.6 c | 2.19 | 35.61*** |
Cibervictimización | 1.59 a | .59 | 1.40 b | .46 | 1.27c | .33 | 35.45*** |
Ciberacoso | 1.35 a | .57 | 1.25 b | .42 | 1.19 c | .47 | 10.11*** |
Nota: M=Media; DT=Desviación Típica; F= F de Fisher-Snedecor; F Prueba de Bonferroni. a>b>c
*p<0,05; **p<0,01; ***p<0,001.
Valor predictivo de las variables individuales y sociales en la Funcionalidad Familiar
Por último, los resultados del análisis de regresión confirmaron el valor predictivo de las variables individuales y sociales de la funcionalidad familiar; como se verifica en la Tabla 4, por un lado, las variables individuales explican el 28.6% y las variables sociales el 8.2% la funcionalidad familiar, puntualizando que las variables individuales poseen un valor predictivo más alto que las variables sociales.
Variables Predictoras | R2corregida | F | β | P |
Variables Individuales | .286 | 226.28 | ||
Satisfacción con la vida | .322 | .000 | ||
Malestar Psicológico | -.194 | .000 | ||
Ideación Suicida | -.171 | .000 | ||
Variables Sociales | .082 | 50.47 | ||
Ciberacoso | -.150 | .137 | ||
Cibervictimización | -.037 | .000 | ||
Dependencia de redes | -.189 | .000 |
Nota: R2Correlación múltiple cuadrada; F=F de Fisher- Snedecor; β=Beta; p=α=0,05.
Se constata que la satisfacción con la vida (ß= .322; p=< .001), malestar psicológico (ß= -.194; p=< .001), ideación suicida (ß= -.171; p=< .001), cibervictimización (ß= -.037; p=< .001) y la dependencia a las redes sociales (ß= -.187; p=< .001) son variables explicativas estadísticamente significativas en la predicción de la funcionalidad familiar. A excepción del ciberacoso (ß= -.150; p=> .001) que no muestra una relación significativa de predicción en torno a la funcionalidad familiar.
Conclusiones
En el presente trabajo de investigación se planteó el objetivo de analizar las relaciones entre, variables individuales, sociales y la funcionalidad familiar.
Los hallazgos permiten confirmar que la funcionalidad familiar se relaciona significativamente con las variables individuales y sociales analizadas. Los datos indican que los adolescentes que viven en una familia con alta funcionalidad presentan mejor ajuste en las variables individuales y sociales, en comparación con los adolescentes de familias con media y baja funcionalidad. En concordancia con lo descrito en estudios anteriores, donde la familia funge como un potenciador de las capacidades de adaptación, participación, afectividad y de resolución de problemas de los adolescentes; protegiéndolos del desarrollo de signos de depresión, ansiedad o en la presentación de conductas de relacionadas con la ideación suicida (Brighi et al., 2012; Buendía-Giraldo et al., 2016; Dardas, 2019; Larios et al., 2018; Ortega-Barón et al., 2016).
A nivel individual, la funcionalidad familiar se relaciona positivamente con la capacidad del adolescente para percibirse a sí mismo y a su contexto de la forma como el desearía que fueran por medio de la satisfacción con la vida (Brighi et al., 2012). A nivel social, se encuentra que los adolescentes con mayor funcionalidad familiar son menos incidentes en conductas de acoso hacia sus pares por medio del uso de redes sociales, debido que la capacidad de resolución de problemáticas de la familia disminuye la ansiedad del adolescente evitando perjudicar a otros por medio de sus actos (Brighi et al., 2012; Buendía-Giraldo et al., 2016; Ortega-Barón et al., 2016).
En el caso del rol de víctima, se observa un efecto similar, donde la capacidad de adaptación de la familia es interiorizada por el adolescente, evitando engancharse con problemáticas y dar resolución a las situaciones en las que se ve agredido por otros (Chou & Lee, 2017; Garaigordobil, 2018; Ortega-Barón et al., 2016).
De hecho, los datos confirman que los adolescentes con baja funcionalidad familiar muestran peor ajuste en las variables individuales y sociales que los grupos de moderada y alta funcionalidad familiar. De forma sistémica, hay una relación de influencia mutua entre el adolescente y el grupo familiar mediante un feed-back de vinculación, por lo que un adolescente que vive en una familia con baja funcionalidad caracterizada por la escasa comunicación abierta, poca cohesión, calidez emocional y vinculación emocional, alimenta las variables individuales de desajuste como el malestar psicológico, marcado por los sentimiento de cansancio, desesperanza, intranquilidad, inutilidad y tristeza, que en situaciones extremas lo llevan a tener pensamientos de muerte, ideaciones suicidas; elementos que se alimentan con una falta de satisfacción en la vida en general y en la familia.
En el caso del nuevo sistema virtual con el que interactúan, los bajos niveles de funcionalidad familiar, generan en el adolescente la necesidad de buscar una vía de escape, evitando el contexto problemático en el que se encuentra; por medio de las redes virtuales, se pueden encontrar con cosas que la inteligencia artificial determina que son agradables para ellos, dándoles recomendaciones acerca de personas o temas de opinión que les interesen, incluso con personas que comparten sus puntos de vista, por lo que la conjunción de estos factores detona el desarrollo de dependencia a estos medios, generando ansiedad al separarse de la redes virtuales, tal como los estudios anteriores lo han planteado (Chou & Lee, 2017; Garaigordobil, 2018; Ortega-Barón et al., 2016).
También, los resultados indican que la baja funcionalidad construye adolescentes implicados en los fenómenos de ciberacoso; por un lado, el adolescente al no interiorizar las normas de la familia, ejecuta conductas agresivas hacia la autoridad (Ortega-Barón et al., 2017; Ortega-Barón et al., 2016; Buelga et al., 2015); pero a la vez la baja funcionalidad caracterizada con una intensificación de conflictos internos (Ortega et al., 2016) y una limitada comunicación abierta en la familia (Castro, Vargas y Huerta, 2019; Larrañaga et al., 2016) confecciona adolescentes con perfil de víctimas con limitados recursos psicológicos. A la vez los datos, confirman que la baja funcionalidad familiar se relaciona con la dependencia a las redes sociales, la falta de supervisión de los padres y la escasa calidez emocional del grupo primario propician la intensificación de la necesidad de estar conectado a la red, con una afiliación estrecha al mundo virtual olvidándose de la convivencia en el mundo offline.
En suma, los datos muestran a las variables individuales con más peso que las variables sociales, pero ambas predicen la funcionalidad familiar; con excepción de la variable de ciberacoso. En los estudios anteriores, el ciberacoso muestra una relación predictiva significativa (Qiqi et al., 2018; Romero-Abrio et al., 2019). Contrario al lo encontrado en el estudio actual, esto debido a que en México la cultura normaliza los patrones de interacción agresivos.
Finalmente, este estudio tiene un diseño transversal y correlacional que proporciona observaciones sugerentes y relevantes sobre las variables individuales y sociales que intervienen en el fenómeno de la funcionalidad familiar en adolescente. Sin embargo, los resultados expuestos deben interpretarse con cautela, un estudio longitudinal con medidas en distintos tiempos ayudaría a la clarificación de las relaciones causales. Pese a estas limitaciones, este trabajo aporta datos, que pueden orientar los programas de tutorías y escuela para padres a nivel medio superior.