Introducción
Las catastróficas consecuencias de la violencia en México demandan acciones urgentes y decisivas que el sistema de justicia no ha otorgado a las víctimas de desapariciones, ni a sus familiares, a pesar de las presiones políticas y sociales ejercidas por los colectivos de familiares y las organizaciones no gubernamentales, tanto dentro como fuera del país.
Esta razón convoca a intensificar las colaboraciones de profesionistas independientes y de las universidades de México en apoyo a los procedimientos de búsqueda. En este camino, el presente texto ofrece la sistematización de las alteraciones observadas en el suelo del cementerio privado Jardín de los Ángeles, ubicado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, durante el periodo comprendido entre el 2002 y el 2019, por medio de la teledetección, debido a que estas podrían, hipotéticamente, contener fosas comunes con incalculables restos humanos de individuos no identificados.
La motivación para realizar este trabajo nace del inquietante viaje satelital por los cementerios de Nuevo Laredo, en un recorrido virtual de una duración de doce años, el cual propició un ineludible paraje para el análisis de formas y dimensiones de las distintas alteraciones en el suelo del cementerio mencionado, para detectar sus posibles funciones.
Debido a que las condiciones de inseguridad en estos momentos impiden realizar trabajo de campo etnográfico en el sitio de investigación, se ha tomado como método prospectivo la teledetección, para avanzar en propuestas encaminadas a sistematizar la información y plantear estrategias exitosas para la localización y la exhumación organizada, así como el análisis sistemático e identificación de los restos humanos de fosas comunes, y, asimismo, documentar las irregularidades transgresoras de los derechos de las víctimas.
Sinopsis de la violencia en el México contemporáneo
El incremento desmedido de la violencia en México hasta nuestros días pone de manifiesto las erráticas políticas públicas de las últimas administraciones. En materia de seguridad, la declaratoria de guerra contra el crimen organizado, promulgada por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, al arribo de su mandato en el 2006, aunado a las prácticas corruptas en los distintos niveles de gobierno, han vulnerado los derechos fundamentales de cientos de familias, entre los principales se encuentran el derecho a una vida digna y libre de violencia, así como el derecho a la justicia.
El Institute for Economics and Peace (IEP), en su informe sobre el índice de paz en México del 2020 (Figura 1), señala cuatro tipos de violencia que afectan significativamente los niveles de paz en nuestro país: la derivada de la delincuencia organizada (conflicto de los cárteles y lo relacionado con las drogas), la violencia política, la violencia oportunista, y la violencia interpersonal. En el primer tipo, antes de 2006 existían tres organizaciones criminales que incrementaron a 18 en el 2018. Con esta escisión de cárteles se han desatado pugnas al interior de estos grupos, trayendo como consecuencia elevados niveles de delitos, principalmente homicidios y desapariciones (IEP 2020, 41-43).
Tan solo el índice de paz global muestra el incremento consecutivo de la violencia y un ranking que cada vez ocupa una posición más alejada de la concordia, aunque se espera que el ligero descenso de hechos violentos registrado en 2019, las políticas de redistribución económica y las de anticorrupción implementadas por el gobierno en curso parecieran vislumbrar algunos cambios positivos. Por lo pronto, aunque el índice de paz mejoró en el 2021 con la disminución de los homicidios (Figura 1), la violencia de género desafortunadamente se incrementó (IEP 2022).
El lugar de Tamaulipas
El estado de Tamaulipas es una de las 32 entidades federativas de México, situado en la frontera norte y separado por el Río Bravo, colinda con Estados Unidos de Norteamérica, al oeste con Nuevo León, al suroeste con San Luis Potosí, al sureste con Veracruz y al este con el Golfo de México. Está conformado por 43 municipios, y su capital es Ciudad Victoria.
De acuerdo con el censo poblacional del 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI 2020), Tamaulipas tiene 3,527,735 habitantes, y su ciudad más poblada es Reynosa con 704,767 habitantes, seguida de Matamoros con 541,979, Nuevo Laredo con 425,058, Victoria con 349,688 y Tampico con 297,562 habitantes.
La ubicación geográfica del estado de Tamaulipas en la frontera norte con Estados Unidos, aunada a sus vías de comunicación con su red de carreteras y una extensa costa en el Golfo de México, lo convierte en un blanco estratégico para el crimen organizado, presente desde hace varias décadas. Además del tráfico de estupefacientes, el de armas y el de personas hacia el vecino país, los criminales controlan el derecho de vía a los transportistas y migrantes, así como el uso de suelo a comerciantes y empresarios (Correa-Cabrera 2017).
La denominada ruta del Golfo ha sido el camino menos arriesgado para los traficantes que operan desde la frontera sur de México (Arriola 2011; Correa-Cabrera 2017), controlada preponderantemente por el grupo delincuencial de los Zetas, el cual surgió como una escisión del Cartel del Golfo que comenzó a operar independientemente desde inicios del 2010. A raíz de esta pugna entre cárteles, se intensificó y registró el periodo más violento de Tamaulipas entre 2010 y 2012 (Correa-Cabrera 2017).
Los analistas del tema señalan innumerables delitos en la entidad así como cruentas prácticas brutales de los grupos del crimen para generar terror entre ellos, así como en la sociedad. Podemos nombrar, entre otros, la fuga masiva de reos de distintas cárceles, el secuestro de camiones de pasajeros, ataques a los cuarteles militares, narco bloqueos, coches bomba, granadas de fragmentación arrojadas a oficinas de gobierno, extorsión a negocios de cualquier tipo, venta de estupefacientes a precios accesibles para los consumidores nacionales, robo de autos, robo de combustible, tráfico de armas ilegales, trata y tráfico de migrantes, explotación laboral, así como la trata y prostitución (Benítez y Aguayo 2017; Correa-Cabrera 2017; De la O. y Flores 2012; Pérez-Aguirre 2016; Zárate y López-León 2017).
Tan solo en el tema de secuestros, en los registros de inculpados de este delito por entidad federativa, Tamaulipas aparece entre los estados con las frecuencias más altas y en incremento por año entre 2011 y 2014: 153 casos en 2011, 208 en 2012, 309 en 2013 y 535 en 2014; llama la atención que en el 2015 no se registran casos para esta entidad (Rodríguez, Quintanar y Vargas 2017, 264-265, 338).
No obstante, la Subdirección de Análisis de Política Interior (SAPI) reporta la incidencia a la baja del delito de secuestro entre 2015 y 2019 de la siguiente manera: 230 en el 2015, 155 en el 2016, 140 en el 2017, 109 en el 2018 y 19 casos entre enero y abril del 2019 (Gamboa y Valdés 2019, 48).
Además, el desplazamiento de personas que huyeron de sus lugares de origen a consecuencia de la violencia, el incremento de asesinatos vinculados con el crimen organizado, el de periodistas, defensores, y también de políticos, la sistemática desaparición de personas y la aparición de fosas clandestinas, así como la impactante ejecución de 72 migrantes a manos del grupo armado de Los Zetas en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, el 22 de agosto de 2010, muestran la grave situación de violencia en la entidad (Benítez y Aguayo 2017; Correa-Cabrera 2017, De la O. y Flores 2012; Pérez-Aguirre 2016; Zárate y López-León 2017). Sin olvidar las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales de la entidad (Campos 2015).
Los desaparecidos
La desaparición de personas en México asciende a cifras alarmantes; el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) reportó, hasta el mes de julio del 2020, más de 73 mil individuos desaparecidos y no localizados desde la década de los años 1960, aunque la mayoría aconteció a partir del 2006.1
De las 32 entidades federativas, durante este periodo, Tamaulipas ocupó el primer sitio con más de 10,800 personas desaparecidas y no localizadas, seguida por Jalisco con más de 10,200, mientras que el tercero lo ocupó el Estado de México con más de 7,000 (Figuras 2 y 3).
En el último censo del INEGI (2020), es notorio que los municipios con mayor densidad poblacional están en concordancia con la frecuencia de desaparecidos y no localizados, es decir, la mayor frecuencia la ocupan, en el siguiente orden: Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Victoria y Tampico (Figura 4), como es de esperarse, lo mismo ocurre con los índices de violencia.
Este dato ayuda a focalizar la atención en los cementerios de dichas ciudades, en las que podrían hallarse tumbas individuales y fosas colectivas en espacios de enterramiento común de cadáveres no identificados.
Los colectivos de búsqueda en Tamaulipas
En el año 2014, en México se incrementó la creación de colectivos de familiares de personas que han sido víctimas de desaparición, para iniciar procesos de búsqueda. Ante la inoperancia de acciones del Estado mexicano, los colectivos comenzaron a realizar búsquedas por su propia cuenta, en otras ocasiones ellos han acompañado a las autoridades de los distintos niveles de gobierno para vigilar los procedimientos, y en pocas ocasiones han sido acompañados por distintos profesionistas solidarios, de las cuales, contadas veces, han sido antropólogos. En este sentido, han sido orientados en temas relacionados con búsqueda e identificación. Sin embargo, los resultados continúan siendo pobres y mayoritariamente nulos.
El Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (Movndmx) agrupa a más de 60 colectivos de familiares en 21 estados de la República: Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
En Tamaulipas existen seis colectivos, uno de los más antiguo es el denominado Red de Desaparecidos en Tamaulipas A. C. (Redetam) fundado el 3 de diciembre del 2012 en Ciudad Victoria; está conformado por 118 personas que buscan a más de 146 individuos desaparecidos. Por su parte, el Colectivo de Familiares y Amigos de Desaparecidos en Tamaulipas se gestó en el 2015, está integrado por 200 personas que buscan a 140 víctimas. Más tarde, en el 2016, el colectivo Madres Unidas por Nuestros Hijos San Fernando Tamaulipas integra a 130 personas que buscan aproximadamente a 300 desaparecidos. El 2018 dio origen al colectivo De Frente Hasta Encontrarlos que aglutina a 80 familias que buscan a 70 desaparecidos. De igual manera, existe el colectivo El Colombiano Sí Ayuda A. C. y el Colectivo 21 de Mayo (parte del Movndmx). Este último se fundó en honor a la desaparición de ocho obreros petroleros en esa misma fecha en el 2010, en la Región Ribereña de Tamaulipas, de inmediato sus familiares y amigos emprendieron la búsqueda, sin, hasta la fecha, poder encontrarlos (Juárez 2020).
Además de los colectivos señalados, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en su informe anual del 2019, menciona los siguientes: 10 de marzo; Familias Unidas por los Desaparecidos en el Estado de Tamaulipas (parte de Cofaudet); Caminando por los Ausentes de Tamaulipas; Colectivo Independiente Tamaulipas; Diez de Marzo Reynosa, Tamaulipas, A. C.; Víctimas de San Fernando; Unidas por la Misma Causa; Con Fe Te Busco y Con Amor Te Espero (Cofebae); Buscando Tus Huellas con Fe y Esperanza.
La Redetam ha emprendido una gran cantidad de acciones para impulsar diversas iniciativas, entre las que destacan: los programas de recompensa, la creación de la Agencia Especializada para Personas No Localizadas, la creación de la Fiscalía Especializada para Personas No Localizadas, la búsqueda en el extranjero a través de las embajadas en México, la adquisición de binomios caninos, la Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Desaparición en Tamaulipas, la cartilla de los derechos de los desaparecidos en Tamaulipas, la promoción para la dignificación de restos y cadáveres en el Panteón Ministerial Miguel Alemán, la promoción de la cartilla del menor tamaulipeco para prevenir la desaparición, el proyecto de memorial para las víctimas de desaparecidos en Tamaulipas, el primer protocolo de investigación de intervención psicológica para madres con hijos desaparecidos en Tamaulipas, el plan estatal de búsqueda de desaparecidos en Tamaulipas, reglamentación de la Ley de Atención a Víctimas en Tamaulipas 2017, por mencionar algunas, además de lograr localizar a 72 personas en fosas clandestinas y 7 fosas comunes.
Asimismo, esta asociación civil (A. C.) ha publicado el informe psicosocial y jurídico de las desapariciones en Tamaulipas (Redetam 2018), un texto sobre las ausencias voluntarias (Vargas y Posada 2020), así como una guía ciudadana para la búsqueda de personas desaparecidas en Tamaulipas (González e Ibarra 2020).
Los familiares de este colectivo decidieron salir a realizar búsquedas debido a que las instituciones no lo hacían; en vez de eso, emitían cuantiosas solicitudes de oficios para buscar en hospitales, centros de detención, lugares de la ciudad o del estado y la respuesta a este procedimiento podría tardar entre tres y cinco meses, posteriormente escalaba a nivel nacional y la respuesta podía tardar en llegar de tres a cinco años (González e Ibarra 2020, 24).
Además, los familiares se percataron de que los cadáveres eran enviados a fosas comunes sin registros de datos y mucho menos exámenes antropológicos o genéticos, por otro lado, las funerarias permanecían abarrotadas de cadáveres no identificados, sin ningún tipo de registro; se calcula que más de 3 mil están inhumados en las fosas comunes de los cementerios de Tamaulipas (González e Ibarra 2020, 23). Cabe señalar que solo Ciudad Victoria, Reynosa y Matamoros cuentan con servicio médico forense (Semefo) en todo el estado.
Los cementerios de Nuevo Laredo
En el municipio de Nuevo Laredo existen cinco cementerios: el Panteón Municipal Antiguo, el Panteón Municipal Nuevo o número 2, el Panteón Jardín de los Ángeles, el Panteón del Norte y el Panteón Ejidal. Los primeros dos son municipales, es decir, públicos, los siguientes dos son particulares2 y el último es ejidal3 (Tabla 1).
Nombre | Fundación | Sector | Situación | Perímetro (en m.) |
Área (en m2) |
Panteón Municipal Antiguo | 1879 | Municipal | En desuso | 1,292 | 93,037 |
Panteón Ejidal | 1920 | Ejidal | En desuso | - | 20,000 |
Panteón Municipal Nuevo | 1965 | Municipal | En uso | 1,700 | 130,000 |
Panteón Norte | 1980s | Privado | En uso | 1,795 | 145,560 |
Panteón Jardín de los Ángeles | 1970s | Privado | En uso | 2,754 | 284,289 |
Fuente: Elaboración propia.
El Panteón Municipal Antiguo se encuentra ubicado en el Viaducto Yucatán sin número, en la colonia Matamoros. Este cementerio, que inicialmente se ubicó en el centro de la ciudad, se fundó en 1879, fue construido por el arquitecto italiano Mateo Mattei, y actualmente tiene más de 17 mil tumbas, de las cuales cada una puede contener entre dos y hasta doce gavetas. En este cementerio yacen los expresidentes municipales de Nuevo Laredo y las figuras de personajes históricos importantes de este municipio; sin embargo, las condiciones de deterioro y saturación no permiten nuevos enterramientos, salvo a quienes cuentan con gavetas previamente construidas (Cabrera 2018; Guerrero 2019; Portillo 2019; Vargas 2012). Está conformado por tumbas horizontales de materiales de construcción, aunque también se observan tumbas en espacios de tierra. El cementerio tiene un perímetro de 1,292 metros lineales y 93,037 metros cuadrados, es decir, 9.30 hectáreas.
El Panteón Ejidal se fundó en 1920 (Vargas 2012), está ubicado en el Ejido La Concordia, en la colonia Los Presidentes, tiene una extensión de 20,000 metros cuadrados, equivalente a 2 hectáreas, y cuenta con alrededor de 150 tumbas en las que están enterrados los ejidatarios de La Concordia y El Progreso, sin embargo, desde hace varios años está en desuso (Diéguez 2019).
El Panteón Municipal Nuevo, o también denominado como número 2, se construyó en el año de 1965, se ubica al sur de la ciudad, en la avenida Camposanto 903, de la colonia Enrique Cárdenas González, y cuenta con 30 mil tumbas (Vargas 2012). Tiene un perímetro de 1,700 metros lineales y 130,000 metros cuadrados, equivalente a 13 hectáreas, aunque recientemente se amplió con la adquisición de dos hectáreas, con el propósito de destinar 80 metros cuadrados para la habilitación de 34 fosas para personas fallecidas por Covid-19. El espacio restante tardaría en ocuparse entre 8 y 10 años (Infobae 2020).
El Panteón del Norte, concesionado a particulares, se ubica en la calle Eva Sámano 1553, en la Colonia Reforma Urbana, al norte de la ciudad. Tiene un perímetro de 1,795 metros lineales y 145,560 metros cuadrados, es decir 14.55 hectáreas. Este cementerio es privado y es el más reciente en Nuevo Laredo, se fundó en la década de los años 1980 (Vargas 2012), y la disposición de las tumbas es horizontal. En el año de 1995, la ocupación incluía dos secciones con 38,000 metros cuadrados, equivalente a 3.8 hectáreas, es decir, el 26% de su capacidad, mientras que, para finales del 2019, incrementó dos secciones más, lo cual representa aproximadamente el 48% de su capacidad total.
El Panteón Jardín de los Ángeles se ubica al sur de la ciudad, en el kilómetro 10 de la Carretera Nacional Monterrey-Nuevo Laredo, en la colonia Enrique Cárdenas González, Nuevo Laredo, Tamaulipas. Este cementerio también está concesionado a particulares, se fundó en la década de los años 70 del siglo pasado (Vargas 2012), y, al igual que los demás, se rige bajo el Reglamento de Panteones del Municipio de Nuevo Laredo, Tamaulipas (2017). Desde su fundación, ha sido administrado por Servicios de Previsión Vázquez La Paz, quienes actualmente también cuentan con tres funerarias distribuidas por la Ciudad de Nuevo Laredo: Capillas Vázquez, La Paz Funerales y Funerales La Paz Poniente, las dos primeras cuentan con servicio de crematorio (Servicios de Previsión Vázquez La Paz, s/f).
Si bien, los cementerios civiles reportan que los espacios para enterramientos están saturados y desde el 2013 ya se planificaba la búsqueda de terrenos para la ampliación o la creación de por lo menos un nuevo panteón al norponiente de la ciudad, hasta el momento eso no ha ocurrido (Periódico Oficial del Estado de Tamaulipas 2013, 50 y 61). Lo cual significa que en este municipio los deudos de los fallecidos solo cuentan con alternativas de funerarias4 y panteones de particulares con altos costos para las familias promedio que van desde 14 mil hasta los 200 mil pesos. Tan solo en el Panteón Jardín de los Ángeles los terrenos tienen un precio de $33,378.00 a 149 mil pesos, mientras que en el Panteón Municipal oscila entre 3 mil y 5 mil pesos (González 2019; Alcalá 2019).
Por consiguiente, si los cementerios municipales están saturados, ¿las fosas comunes de los cadáveres no identificados están ubicadas en los cementerios particulares? De ser así, ¿en cuál de ellos? Ante la falta de respuestas de las autoridades, el ocultamiento de información a los familiares y a las instituciones de derechos humanos, así como la carencia de información pública y transparente para la ciudadanía, la prospección satelital como método complementario en los procedimientos de búsqueda es una magnífica alternativa para dilucidar inquietudes.
La teledetección
La complejidad de este fenómeno obliga a plantearse hipótesis diversas sobre el paradero de los desaparecidos y la utilidad de algunos métodos y técnicas de las ciencias antropológicas en estos contextos.
La teledetección, también conocida como percepción remota, es un método científico que permite adquirir y procesar información sobre la tierra u otros cuerpos planetarios vía remota, es decir, sin entrar en contacto directo con el objeto de análisis (Bravo 2017; Bognanni 2010; Rejas y Burillo 2016).
Este método, usado en la prospección arqueológica, no es destructivo, y permite realizar un diagnóstico preliminar, para saber dónde excavar y por qué razón, asimismo, hacer uso de la tecnología que permita integrar y generar nueva información (Bognanni 2010).
El procedimiento consistió en realizar observaciones y mediciones espaciales en los registros temporales, a través de las herramientas de Google Earth Pro. Para cada uno de los cuatro cementerios (los dos municipales y los dos particulares).
El registro de imágenes satelitales de los dos panteones municipales y del Panteón del Norte no muestran modificaciones que llamen la atención, pese a que este último tiene una gran extensión de terreno sin ocupar. Por el contrario, el Panteón Jardín de los Ángeles presenta una gran cantidad de alteraciones y movimientos de tierra, por tal razón se decidió concentrar el análisis en este cementerio.
El Panteón Jardín de los Ángeles tiene seis lados que en conjunto miden 2,754 metros lineales de perímetro, y 284,289 metros cuadrados de área total, con una ocupación del 47%, aproximadamente, de lotes funerarios. Cada lote consiste de tres gavetas de 100 cm de ancho por 250 cm de longitud y 250 cm de profundidad.
El panteón está organizado en 21 secciones, las cuales incluyen un área de oficinas y la Capilla de los Ángeles, presente en los registros de Google Earth desde el año 2010, ambas ubicadas del lado derecho e izquierdo de la parte frontal del cementerio. Las secciones ocupadas son 19, y llevan por nombre: San Pedro, San José, San Bernardo, San Miguel, San Gabriel y La Paz (Servicios de Previsión Vázquez La Paz, s/f) (Figura 5).
Fuente: Elaboración y adaptación propias con base en Google Earth y en el croquis de https://www.funerales-vazquez.com/jardin-de-los-angeles.html.
Debido a que las condiciones de violencia en la localidad hacen extremadamente complicado el acceso a la entidad para realizar trabajo etnográfico y revisar informes sobre los desaparecidos. Este trabajo se planteó en tres etapas.
En la primera, centrada en la sistematización de la presencia de estas formas, se reprodujeron los contornos encima de cada imagen de Google Earth en la que se detectaron cambios. Para esta actividad se utilizaron Adobe Illustrator® y Adobe Photoshop®. Los resultados de esta fase son los que se presentan en este texto.
La segunda, para describir y caracterizar a cada una e incluir las dimensiones observadas de alzado, planta y perfil. Con esta información es viable vislumbrar la posible presencia de fosas comunes, incluso estimar la cantidad de individuos contenidas en ellas.
En la tercera etapa, se realizaría trabajo etnográfico del lugar, la revisión de libros de registro de los enterramientos y si las condiciones lo permiten, el registro espacial del cementerio, a través de un vehículo no tripulado (dron).
Para conocer las alteraciones del suelo, como parte de la primera etapa de investigación, se inició con el trazo de un polígono a partir del mapa del predio del cementerio, disponible en la página web de la empresa. El cementerio presenta el mismo nivel plano, así que se obtuvieron medidas de los perímetros y área del polígono de los cuatro cementerios del municipio.
Posteriormente, se revisaron 28 imágenes satelitales Landsat de alta definición, disponibles en Google Earth, para analizar los cambios observados a través del tiempo en el Panteón Jardín de los Ángeles. Esta revisión incluyó 12 años, estos son 2002, 2008 y de 2010 a 2019 (Tabla 2).
NP. | Fecha registro |
Oficinas | Capilla | San Miguel A |
San Miguel | San Gabriel D |
Futura ampliación |
San Pedro D |
San Pedro B |
San José D |
San Bernardo C | Ampliación exterior |
Total |
1 | 15-may-02 | NP | NP | NP | NP | NP | P | NP | NP | P | NP | NP | 2 |
2 | 28-abr-08 | NP | NP | P | P | NP | NP | NP | NP | NP | P | NP | 3 |
3 | 14-sep-10 | NP | Presente | P | NP | P | NP | NP | NP | P | P | NP | 4 |
4 | 27-nov-10 | NP | Presente | P | NP | P | NP | P | NP | P | P | NP | 5 |
5 | 20-ene-11 | P | Presente | P | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 5 |
6 | 10-sep-12 | NP | Presente | P | NP | P | P | P | NP | P | NP | NP | 5 |
7 | 05-oct-12 | NP | Presente | P | NP | P | P | P | NP | P | NP | NP | 5 |
8 | 25-feb-13 | NP | Presente | P | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 4 |
9 | 26-jul-14 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
10 | 28-jul-14 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
11 | 15-oct-14 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
12 | 08-feb-15 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
13 | 06-ago-15 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
14 | 09-ago-15 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
15 | 08-sep-15 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
16 | 13-sep-15 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
17 | 07-feb-16 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
18 | 09-ago-16 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
19 | 07-oct-16 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
20 | 21-ene-17 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
21 | 24-ene-17 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
22 | 06-feb-17 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
23 | 16-feb-17 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
24 | 28-jun-17 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
25 | 18-nov-17 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | NP | P | NP | NP | 3 |
26 | 19-dic-17 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | P | P | NP | NP | 5 |
27 | 19-mar-18 | NP | Presente | NP | NP | P | NP | P | P | P | NP | P | 5 |
28 | 21-oct-19 | P | Presente | NP | NP | NP | P | P | P | P | NP | NP | 4 |
Notas: NP = sin alteración, P = con presencia de alteraciones.
Fuente: Elaboración propia con base en Google Earth.
Lo que se encontró en el suelo
En la Tabla 2 se enlistan las fechas de las imágenes con las áreas en las que se observaron las alteraciones en el suelo, las cuales son: San Miguel A, San Miguel, San Gabriel B, Futura Ampliación, San Pedro D, San Pedro B, San José D, San Bernardo C, y una sección que no aparece nombrada en el mapa de la página web, pero se ubica a un costado de San Gabriel B y para fines prácticos denominaremos esta área Ampliación exterior.
En cada una de estas áreas, se dibujaron los contornos de dichas alteraciones, las cuales se presentan en forma circular, ovaladas, redondas, rectangulares y muchas parecen montículos. En cinco de las nueve áreas en las que se encontraron modificaciones constantes en el suelo, se concentra la mayor cantidad de alteraciones de tierra: San Miguel A, San Gabriel B, Futura Ampliación, San José D y San Pedro D (Figura 6).
La columna derecha de la tabla suma la presencia de áreas con alteraciones en cada fecha registrada, las más frecuentes se encuentran entre los años 2010 a 2012, así como al finalizar el año 2017 y en el registro del 2018. Este resultado del periodo 2010 al 2012 coincide con lo reportado por Correa-Cabrera (2018), como el más violento de Tamaulipas por la pugna entre cárteles.
La presencia de estas inusuales formas, no vistas en ninguno de los otros cementerios actualmente en uso, obliga a preguntarse, ¿cuál es su razón de ser?, entre algunas respuestas podríamos hipotetizar el crecimiento del cementerio, tomando en consideración, que, aunque es privado, es el más grande del municipio y posiblemente sea el preferido por los pobladores para el enterramiento de los fallecidos. Por lo que esta demanda de fosas para los enterramientos provocaría grandes movimientos de tierra dispuestos en montículos, para la elaboración de fosas individuales de reciente ocupación.
Una segunda hipótesis es que sea este el lugar de destino de los cadáveres no identificados del municipio, es decir, la presencia de fosas comunes. Es preciso mencionar que Nuevo Laredo es la única de las cuatro entidades con el mayor registro de personas desaparecidas, que no cuenta con servicio médico forense (Semefo), a pesar de haber anunciado su construcción en el año 2014 y en el 2020 (Jonguitud 2020; Notimex 2014). Por lo cual no parece inusitado que el municipio concesione el servicio de enterramientos de individuos no identificados al Panteón Jardín de los Ángeles.
Sin embargo, para respaldar alguna de estas hipótesis es preciso continuar la segunda etapa de investigación, la cual considera el análisis minucioso de cada una de las formas y el tamaño de las alteraciones registradas en cada transición temporal.
Consideraciones finales
La teledetección o percepción remota permitió la detección de grandes cantidades de movimientos de tierra, identificados en solo uno de los tres cementerios en uso del municipio de Tamaulipas: el Panteón Jardín de los Ángeles.
Estas alteraciones en formas circulares, ovaladas, rectangulares y monticulares se presentaron en nueve áreas del cementerio revisadas durante los años 2002 al 2019; sin embargo, en cinco de ellas fueron más intensas. Por su parte, la frecuencia más alta ocurrió entre el 2010 y el 2012 y, asimismo, entre el 2017 y el 2018; la primera coincide con el periodo de violencia más álgido en Tamaulipas debido a la disputa entre los cárteles del crimen organizado reportado por Correa-Cabrera (2017).
Los resultados de esta primera etapa de la investigación llevan a dos hipótesis, la primera sería la consecuencia de un crecimiento exponencial del cementerio, mientras que la segunda podría ser el sitio de enterramiento en fosas comunes de incalculables restos humanos de individuos no identificados, provenientes de las funerarias y concesionados a este espacio funerario para su inhumación.
La sistematización de la información es el comienzo del análisis profundo de las formas, la función y el significado de la transformación de estos espacios, con miras a plantear estrategias exitosas para la exhumación organizada, el análisis sistemático e identificación de los restos humanos, así como la documentación de las irregularidades transgresoras de los derechos de las víctimas.