Introducción1
Su Shi (Su Dongpo) (1037-1101) es una de las figuras más prestigiosas en la historia de la literatura china, y además sobresale en campos artísticos como la caligrafía y la pintura. Ha gozado de una gran reputación y popularidad debido no sólo a sus composiciones, sino también a su honradez, su optimismo y su buen humor. Sin lugar a dudas, su obra representa uno de los mayores logros literarios de la dinastía Song (960-1279).2
Numerosos investigadores han estudiado la obra de Su Shi desde múltiples puntos de vista. Algunos (Lin 1948; Fuller 1990; Egan 1994) realizan análisis panorámicos en los que relacionan el pensamiento, la obras y las experiencias del autor; otros hacen análisis desde una perspectiva específica, como la influencia del budismo (Grant 1994) o la relación entre el poeta y la naturaleza (Yang 1989; Leng 1990; Ward 2011). Sin embargo, no se dispone de un análisis desde la perspectiva del imaginario y el simbolismo, que resulta imprescindible para comprender la complejidad y la riqueza de la obra de Su Shi. Hay que añadir que, en el horizonte hispánico, las investigaciones y las traducciones de su obra son aún más escasas. En España, por ejemplo, la obra de Su Shi ha sido muy poco traducida, y en general se trata de traducciones de poemas sueltos. Por ello, me ha parecido conveniente traducir los poemas que analizo aquí,3 bien porque no existe ninguna versión al castellano, bien porque la existente, luego de contrastarla, no me convencía.
Tal como indica el título de este trabajo, el objetivo radica en la investigación del motivo del agua, uno de los elementos más representativos en el imaginario paisajístico de Su Shi, en su poesía de la nostalgia de la tierra natal. Desde esta amplia perspectiva, enfocada en un tema principal, la investigación abarca un enorme campo de exploración y, en consecuencia, no sólo enriquece el sentido de la obra del poeta, sino que profundiza en su mensaje y en su concepción poética del mundo. Esta inmersión en su imaginario permite conjugar en una retrospectiva histórica el arquetipo colectivo e imaginario del pensamiento chino.
Concepto de yixiang y su equivalente en español
Por la naturaleza de este trabajo sobre Su Shi, poeta clásico chino, resulta apropiada la elección del concepto de yixiang 意象 (imagen) como herramienta de análisis, dada su importancia en la tradición literaria china. La palabra yixiang está compuesta de dos caracteres: yi 意 (ideas, pensamientos o sentimientos) (Chen et al. 1991, 1859) y xiang 象 (objeto) (1715), e implica una estrecha relación de ambos elementos. Es decir, trata de un objeto cargado de ideas o sentimientos del sujeto, por eso lo traduzco como ‘imagen’.4
Yixiang es el resultado de una creación artística basada en la realidad; por lo tanto, destaca por la unión de lo imaginado y lo real. Una acepción se arraiga en el mundo interior del autor, quien recurre a la materia para manifestar su sensación o reflexión inefable. La otra acepción se conecta con el receptor, evoca todo tipo de reacciones y abre un enorme espacio de interpretación. En consecuencia, se caracteriza por la ambigüedad, el dinamismo y la infinitud de connotaciones. Como un espejo, puede reflejar, por un lado, los pensamientos filosóficos, los valores estéticos, las emociones, etc., del poeta, y por otro, los rasgos de la época en la que se sitúa el autor, e incluso ciertas particularidades de la tradición literaria.5
El agua y la nostalgia de la tierra natal en la tradición literaria china
El motivo del agua tiene una larga tradición en la poesía china. Una de las emociones más representativas con las que se asocia es la nostalgia por la tierra de origen,6 una añoranza por el lugar del que uno proviene. Cuando alguien se aleja de su tierra natal, es natural que eche de menos a sus familiares, a sus amigos y su entorno. El lugar donde se ve la luz por primera vez coincide con el agua en el sentido de que es fuente de vida,7 por lo que ambos conceptos quedan estrechamente vinculados.
Desde el Shijing 诗经 (Libro de las odas),8 el primer poemario chino, las imágenes del agua ya comienzan a relacionarse con la expresión de este sentimiento, como se aprecia en los siguientes versos del poema anónimo Quan shui 泉水 (El río Ch’üan [Quan]):
Corre el río Ch’üan [Quan].
Va a desembocar al río Ch’i [Qi].9
Mi corazón añora mi país Wei.
No se me pasa un día sin pensar en él.
La protagonista narra el alejamiento de su tierra natal tras su matrimonio. Las aguas que corren superan los obstáculos espaciales y alcanzan el destino que ella echa de menos. Por este motivo, cuando las contempla piensa en la relación que tienen con la tierra donde creció, y aflora de manera natural en su corazón una profunda nostalgia.
Después del Shijing continuó esta tradición, con cada vez más versos en los que el agua evoca la añoranza por la tierra. Por ejemplo, el poeta Meng Haoran (689-740), de la dinastía Tang, construye esta relación a partir del río que rodea su tierra: “Está en el recodo del río Xiang mi hogar, / del que las nubes de Chu10 me separan” (Xiao 1983, 85). Cuando el poeta vaga en un frío otoño por un lugar alejado de su tierra, echa de menos su hogar, y al rememorarlo, la imagen que trae su corazón es aquel río, representación de su pueblo.
Así, vemos cómo el río encarna la tierra que atraviesa y alimenta y, de este modo, se enlaza no sólo con el lugar de origen, sino con cualquier lugar añorado, como le ocurre a Bai Juyi (772-846) cuando echa de menos la zona sur del río:11
¡Qué hermoso el sur del río!
Estaba familiarizado con el paisaje.
Al amanecer, las flores junto al río, más rojas que el fuego,
en la primavera, el agua era más verde que la tinta verde.12
¿Cómo puedo no añorar el sur del río?
Bai Juyi pasó una larga estancia en el sur del río, tanto en su juventud como durante su carrera de funcionario. Cuando regresó a vivir al norte, no podía evitar sentir nostalgia por el sur. Su nostalgia afloró con las imágenes que el río y su entorno le ofrecían. Este tipo de versos en los que el agua evoca la añoranza por la tierra natal ha dejado un legado literario para la creación poética de Su Shi.
La nostalgia por la tierra natal y el agua en el mundo imaginario de Su Shi
Las expresiones referidas a la nostalgia por la tierra natal ocupan un papel importante en la obra de Su Shi. Después de marcharse de Meishan, donde pasó su infancia y su adolescencia, comenzó a desempeñar cargos en diferentes lugares alejados de ese lugar. Excepto en dos ocasiones, en las que regresó debido al fallecimiento de sus padres, nunca más logró retornar a Meishan.
Durante la dinastía Song, “en general, el mandato de cada jefe local era de tres años, y cuando terminaba, el funcionario se veía obligado a desempeñar un cargo en otro lugar” (Guo et al. 1983, 69). Así pues, Su Shi llevó una vida errante impuesta por los compromisos de los cargos que ocupó, pero también por los eventos políticos. Por una parte, fue castigado con el exilio en diversas ocasiones,13 y, por otra, se le promovió varias veces para realizar trabajos importantes en la corte. Con frecuencia tuvo que despedirse de amigos y familiares y, por ello, los temas de la soledad y la nostalgia aparecen reiteradamente en su poesía. El poeta utilizó continuamente las imágenes del agua, en especial la del río, para transmitir estos sentimientos. El fluir del río es dinámico, y puesto que pasa por su tierra, le permite al poeta superar las barreras espaciales y trasladarse espiritualmente al lugar que añora.
Es necesario destacar el fuerte amor de Su Shi por el agua, como muestra un dístico suyo: “Mi hogar está al lado del río Shu, / de aguas claras y azules” (Su 2000, 16). Además, el agua fue testigo de la historia del poeta, como se señala en los siguientes versos: “Estoy destinado a envejecer entre lagos y ríos, / contando en silencio mis diez pasos por el río Huai” (Su 2000, 298).14
Además de los viajes realizados a través del agua, Su Shi tuvo estrecho contacto con este elemento en el desempeño su trabajo en las diferentes localidades. Dragó el lago del Oeste cuando fue alcalde de Hangzhou, rezó por la lluvia cuando Mizhou sufrió sequía, organizó a la población de Huangzhou para combatir la inundación, etc. Su Shi estableció una relación física muy estrecha con el agua y desarrolló un vínculo mental con este elemento, por lo que empleó esta imagen para expresar la nostalgia.
A continuación, se analiza el significado del agua en la poesía de Su Shi en tres niveles, según la distancia psíquica15 entre el poeta y el agua: en el primero, el agua funciona como medio para expresar la nostalgia por la tierra natal; en el segundo, el poeta dialoga con ella mediante el recurso de la personificación; por último, en el tercero, el poeta espiritualiza el agua, que une emotivamente con su lugar de origen.
La evocación de la nostalgia de la tierra natal
En numerosos versos de Su Shi, el fluir del agua detona la nostalgia por la tierra. Éste es el caso de ciertos versos del poema Chu fa jia zhou 初发嘉州 (Partiendo recientemente de Jiazhou), una de sus primeras composiciones, recopiladas en la obra Nanxing qianji 南行前集 (Colección del viaje al sur). Lo escribió en 1059, cuando partió para ir a la capital con su padre y su hermano menor, después de los tres años de luto guardados por el fallecimiento de su madre. Jiazhou,16 como Meishan, está en la provincia de Sichuan, y desde ahí el padre y sus dos hijos tomaron un barco para ir a los siguientes destinos en otra provincia. En este contexto, Su Shi escribió: “la tierra natal ya ha volado hacia la lejanía… el río Jin es tan estrecho que no se ve” (Su 2016, 17).
El Jin17 es un río que atraviesa el lugar de origen del poeta, quien se lamenta de que, debido a lo lejos que se encuentra de ahí, no puede ver su corriente. Aunque emplea un lenguaje muy sencillo, se percibe un sentimiento sincero transmitido por la nostalgia del agua del Jin.
La añoranza de Su Shi es provocada no sólo por el agua que pasa por su tierra, sino también por la de otros lugares. Tal como se aprecia en el poema Fa hui si heng cui ge 法惠寺横翠阁 (Pabellón de verdor horizontal en el templo Fahui): “Al embarcar en el tranquilo lago Oeste, evoco el río Zhuojin” (Su 2016, 81).18 Compuso estos versos durante el ejercicio de su cargo como teniente de alcalde en Hangzhou. Al contemplar el lago Oeste en un día primaveral, no pudo concentrar su atención sólo en la belleza del paisaje, sino que evocó el río de su tierra natal.
El concepto de “tierra natal” en la poesía de Su Shi no se limita a Meishan, en la provincia de Sichuan, donde nació. Él aclaró su punto de vista en este verso: “El lugar donde mi corazón se tranquiliza es mi tierra” (Tan et al. 2015, 322).
Como se mencionó, a lo largo de su vida Su Shi vivió en numerosas ciudades debido a las órdenes que recibía del gobierno central. Como no podía volver a su pueblo en Sichuan, el poeta estableció una estrecha relación de cariño con todos los lugares donde residió temporalmente, por lo que los consideró igualmente como su tierra natal. Cuando se estableció en Hangzhou, lo expresó con los siguientes versos:
Antes no tenía hogar y no sabía a dónde ir, estos hermosos lagos y montañas están ausentes en mi tierra natal (Su 2016, 67).
Aunque Meishan también tiene un paisaje atractivo, el poeta lo ignora para resaltar el afecto que siente por Hangzhou. La nostalgia por la tierra natal en sentido más amplio se transmite mediante la imagen del agua. En esta ocasión utiliza la imagen del lago, que simboliza la alegría según el Libro de las mutaciones,19 para revelar que ha pasado momentos jubilosos en Hangzhou.
A pesar de que Su Shi siente nostalgia por cada lugar en el que ha residido, no se sumerge en la tristeza que habitualmente provocan las despedidas. Siempre mantiene una actitud positiva hacia la vida y alberga la esperanza de convertir en su nuevo hogar el entorno al que deberá enfrentarse. En 1084 se vio obligado a marchar de Huangzhou para trasladarse a Ruzhou20 siguiendo órdenes de la corte. No deseaba partir porque la gente lo había tratado de forma amable y ya sentía un notable apego por ese pueblo en el que había vivido cinco años. Sin embargo, no permitió que lo embargara la tristeza y comenzó a pensar en su vida futura en Ruzhou:
En tiempo de ocio, con el viento otoñal,
apreciaré las olas transparentes del río Luo (Tan et al. 2015, 270).
El río Luo es un afluente del río Amarillo que pasa por Ruzhou. La imaginación del poeta sobre el nuevo pueblo está estrechamente relacionada con la imagen del agua que lo atraviesa. Las “olas transparentes del río Luo” que surgen en su mente implican la esperanza del poeta de enamorarse del paisaje de Ruzhou. Supone que va a establecer también un vínculo emocional, tanto con el agua que allí fluye como con el entorno que lo acogerá.
La personificación
En este nivel, la distancia psíquica entre el poeta y la imagen se reduce en comparación con el anterior, en el que el agua funciona como un detonante de la nostalgia. Mediante la personificación, el agua se convierte en un medio de comunicación, cargado de la nostalgia y el cariño que el poeta siente por la tierra por donde esa agua fluye. En el siguiente fragmento del poema Liu bie yu quan 留别雩泉 (Escrito como recuerdo en el manantial Yu), expresó mediante la imagen del manantial su añoranza por Mizhou, que tuvo que dejar en 1076 para mudarse a su nuevo puesto en Xuzhou:
¿Cuándo el cielo reflejado en las aguas del manantial
iluminará de nuevo al hombre en su ribera?
Bebiendo de la fuente durante dos años,
los peces y los pájaros sienten también cariño por sus aguas (Su 2016, 119-120).
A lo largo de su estancia de más de dos años en Mizhou, el poeta hizo grandes contribuciones a la ciudad. Cuando llegó allí en 1074, la sequía arrasaba gravemente el entorno desde hacía varios años consecutivos. Como resultado, las langostas estaban asolando las cosechas de la región y Su Shi organizó a la población local para eliminar la plaga de insectos. También se preocupó de hacer algunas reformas notorias en la administración. Durante este periodo adquirió una profunda afinidad con Mizhou.
El poeta guarda un gran afecto por el entorno donde deja sus huellas, incluida el agua que riega la tierra que lo nutre. Como indica Bachelard (2003, 188-189): “siendo el agua leche para el inconsciente, es considerada a menudo […] como un principio eminentemente nutritivo […] El agua que quita la sed al hombre da de beber a la tierra”. Quizá por esta connotación maternal, Su Shi utiliza la imagen del manantial para manifestar el cariño que siente por Mizhou: “¿Cuándo el cielo reflejado en las aguas del manantial / iluminará de nuevo al hombre en su ribera?” (Su 2016, 119-120). Las aguas emanan de la tierra, el cielo se refleja en las aguas del manantial y el reflejo del poeta emerge en el mismo lugar. La escena cotidiana descrita en estos versos puede ser considerada como una fusión del hombre con el cielo y la tierra. En este sentido, se percibe que el poeta se encuentra cómodo y alegre cuando está en Mizhou, porque es aceptado y acogido completamente por la naturaleza. Con un lenguaje sencillo, Su Shi dota de una ternura sutil al agua que, al mismo tiempo, revela melancolía. Con esta pregunta retórica muestra cuán impredecible es la oportunidad de regresar.
El autor amplifica la nostalgia por Mizhou en los siguientes versos mediante las imágenes de peces y pájaros: “Bebiendo de la fuente durante dos años, también los peces y los pájaros sienten cariño por sus aguas” (Su 2016, 119-120). Les confiere sentimientos humanos y sugiere que es natural que él mismo tenga un fuerte apego por este lugar. En resumen, debido a que el manantial alimenta la tierra y a los que en ella habitan, se personifica su imagen. Hay un cariño recíproco entre el poeta y el agua. Mediante la expresión del agradecimiento y la añoranza por esta imagen, Su Shi muestra que echa de menos, intensamente, Mizhou.
El recurso de la personificación es más claro en el poema titulado You jin shan si 游金山寺 (Visita al templo de la montaña Jin),21 compuesto en 1071, cuando Su Shi realizó la visita de camino a la ciudad de Hangzhou, donde le fue asignado un cargo como teniente de alcalde.
Se transmite el tono nostálgico con la imagen del río como hilo conductor que une el presente del poeta con su pasado. Según afirma Xu Shen (c. 58-c. 147), el jiang 江 que aparece en este poema se refiere a “un agua que se originó en la montaña Min en Jiandi de Shu22 y desemboca en el mar” (Xu 2001, 625). La tierra natal de Su Shi, Meishan, en Sichuan, está cerca de la montaña Min. Por esta razón, al contemplar el río Yangtsé que rodea el templo, recuerda que esas mismas aguas que fluyen frente a sus ojos pasaron también por su tierra natal, lo cual le genera una intensa nostalgia y da lugar al primer verso del poema:
Mi pueblo es donde nacen las aguas del río (Kong y Liu 2009, 24).
Su Shi expresa en el segundo verso su fuerte afecto por el río, encarnación de su tierra, utilizando la personificación:
Viajero por motivos profesionales, he acompañado al río hasta el mar.23
El recurso retórico está marcado por el verbo song 送, que significa “acompañar a alguien al lugar de su partida para decirle adiós” (Chen et al. 1991, 1487). El río se ha convertido en alguien a quien el poeta acompaña para despedirlo junto al mar, como si fuera su íntimo amigo. Esto nos trae a la memoria un verso de Li Bai (701-762) que utiliza la misma figura:
¡Oh, aguas de mi país natal!
¡Qué cariño me tenéis!
¿Hasta dónde me vais a acompañar?24
Sin embargo, se debe notar que, en comparación con Li Bai, Su Shi intercambia los papeles del agua y el hombre e indica que es él quien acompaña al río hasta el final de su camino. Este matiz puede atribuirse a dos razones: por un lado, Su Shi intenta resaltar el hondo amor que siente por su tierra luego de verse obligado a dejarla; por esa misma tierra pasa el río, pero como el agua “está libre y sin ataduras, se deja correr siguiendo la pendiente del terreno” (Chevalier y Gheerbrant 2012, 53) y acompaña a la corriente, lo cual le ofrece al poeta la sensación de cercanía a su lugar de origen, como si nunca se hubiera separado de él. Por otro lado, este cambio revela un sentimiento de soledad. El tono de los versos de Li Bai es menos nostálgico, ya que, aunque se haya marchado, disfruta del consuelo proporcionado por el río de su tierra que todavía lo acompaña. Sin embargo, Su Shi inicia un viaje solitario haciendo compañía a las aguas hasta el fin de su trayecto, el mar:25 el tono es dramático en comparación con el del poema de Li Bai.
La espiritualización
En este nivel, las imágenes del agua se espiritualizan, es decir que ofrecen sentidos relacionados con el espíritu, el pensamiento o la voluntad, con lo que se vinculan con la nostalgia por la tierra natal. En la primera forma de espiritualización, el poeta diviniza el agua. Es decir, la ensalza considerablemente y siente por ella un gran respeto. Mediante la interacción con ella, recibe un consuelo inestimable y siente cierta iluminación interior.
Un ejemplo del recurso de divinización de las aguas es el poema You jin shan si (Visita al templo de la montaña Jin), ya mencionado. En la atmósfera melancólica creada al comienzo del poema, Su Shi describe su fracasado intento de observar su tierra natal desde la montaña donde se encuentra contemplando la puesta de sol, la ascensión de la luna y, luego, la oscuridad tras su desaparición. Después asocia el río a la divinidad:
Como si una antorcha iluminara el centro del río,
la luz de esa llama espanta a los pájaros de la montaña.
Decepcionado vuelvo a mi casa, mi corazón está perplejo.
No era ni un espíritu, ni una persona, entonces ¿qué brillo era ése?
Los ríos y las montañas son así. Pero yo no puedo regresar.26
El dios del río hizo aparecer esa extraña luz para sacarme de mi terquedad.
Le pido perdón al dios del río, pero no hay otro remedio.
Si tuviera una tierra y no regresara, ¡que me desvanezca como las aguas del río! 27
La serie de cambios de luz mencionada, la puesta del sol, la presencia de la luna en el cielo y sus aureolas, y la oscuridad por la puesta lunar, termina con la imagen del extraño brillo que emerge de las aguas. Este insólito fenómeno no deja al poeta indiferente: La palabra changran 怅然 (decepción, perplejidad) describe precisamente el estado de ánimo del poeta, ya que posee una connotación que mezcla sentimientos complicados como la decepción y la melancolía (Chen et al. 1991, 165).
No obstante, no se sume en la confusión por mucho tiempo. Considera que el brillo inhabitual es un fenómeno mostrado por la divinidad del río. Para indagar en su connotación, resulta importante la comprensión del verso “Jiang shan ru ci bu gui san” 江山如此不归山, cuya traducción literal es “los ríos y las montañas son así, no regreso a las montañas” (Kong y Liu 2009, 24). Destaca por la sencillez del lenguaje y la riqueza de sus connotaciones. Sólo incluye dos elementos naturales: jiang 江 (río) y shan 山 (montaña). La acepción original de jiangshan 江山 se refiere a ríos y montañas. Pero esta palabra también es una metáfora, en concreto una sinécdoque, que denota no únicamente cierto accidente geográfico particular, sino el paisaje de su entorno en general.
Más abstracto aún es el término ruci 如此, que significa ‘tan’, ‘así’; el poeta sólo expone el tono de exaltación, sin indicar claramente el atributo del paisaje. Podemos deducir que jiangshan ruci 江山如此 (el paisaje es tan…) es un comentario sobre la luz que aparece en el río. Los posibles adjetivos que Su Shi omite podrían ser “bello”, “maravilloso”, “misterioso”, “indescriptible”, etc. En su corazón se mezclan diversas emociones difíciles de describir, por lo tanto, opta por no recurrir a un adjetivo determinado y así mostrar su conmoción.
Pese a este fuerte impacto, el poeta todavía no “regresa a las montañas”, si traducimos literalmente guishan 归山. Sin embargo, esta palabra no se refiere a la estancia en una montaña concreta, sino que connota la vida de retiro. Cuando terminaban sus trabajos como funcionarios, los chinos solían volver a su pueblo o a lugares tranquilos de apacible paisaje, lo cual suponía la vuelta a los brazos de la naturaleza, aislada del bullicioso mundo humano.28 Por lo tanto, los intelectuales expresaban su elección del retiro en virtud del regreso a las montañas o los bosques.
El retorno al lugar de origen tiene una relación estrecha con el retiro en un entorno natural. El paraíso perdido no es necesariamente el lugar de nacimiento, sino que puede ser cualquier lugar en la naturaleza, origen y destino de los seres humanos según el daoísmo. Cuando el poeta Tao Yuanming29 dimitió de su puesto de funcionario y consiguió llevar de nuevo una vida retirada en el campo, dijo que consideraba la naturaleza como su tierra natal:
Un pájaro enjaulado piensa en su antiguo bosque
como un pez en un estanque anhela el lago profundo…
¡he pasado tanto tiempo en una jaula encerrado!
Naturaleza, a ti vuelvo, he conseguido regresar (Gong 2011, 24).
“Natural” es un concepto manifestado continuamente por Tao Yuanming. Según Martin Powers (1998, 53), “lo que realmente quería decir era ‘independiente’, vivir en su propio espacio y hacer lo que quisiera”. Es notable y conocido el aprecio de Su Shi por este poeta, con el que se sentía muy compenetrado.30
Además, no se debe olvidar que el mandato de Su Shi en Hangzhou se inició por su malograda oposición a las reformas dirigidas por Wang Anshi (1021-1086). La aspiración del poeta de volver a su tierra no sólo deriva de que se encuentra geográficamente lejos, sino que también se relaciona con el fracaso y la soledad sufridos en su carrera profesional. Su Shi no puede dimitir y escapar de conflictos y penas. Su propia imagen es similar a la de un pájaro encerrado en una jaula que añora “su antiguo bosque”, según la descripción de Tao Yuanming, y, por lo tanto, desea volver a su pueblo y a una vida natural.
Habiendo rechazado la convención social, tanto Tao como Su tuvieron que apelar a alguna otra autoridad para justificar la independencia personal. Esa “autoridad” era lo “natural”, por lo que, para ambos hombres, lo “natural” se convirtió en sinónimo de libertad personal, mientras que la restricción social fue tratada como un artificio (Powers 1998, 53).
Con su fuerte anhelo de recobrar la libertad, Su Shi reflexiona sobre aquel brillo que parece una antorcha en el río. No se siente solitario y confundido como antes. Esa luz que emerge de repente por la aparición de la luna no sólo ilumina la noche oscura, sino también las tinieblas en el corazón del poeta. “El brillo tiene siempre algo de sobrenatural, es como un mensaje destacado nítidamente sobre un fondo negativo o neutro. El brillo se relaciona naturalmente con el fuego y la luz en su aspecto benéfico o destructor” (Cirlot 1988, 103 ).
Mediante la luz, el dios del río le informa al poeta que siempre tiene la compañía de su tierra natal. El brillo insólito lo consuela porque lo une a ese paraíso perdido tan lejano. En comparación con la imagen personificada que ofrece amistad al poeta, las aguas divinizadas le aportan un sólido sentido de seguridad y le hacen sentir un vínculo estrecho con el lugar donde inició su camino en la vida.
No es casual que Su Shi ensalce la imagen del río hasta divinizarlo. Este tratamiento se debe a una influencia desde el trasfondo de la época Song, cuando el daoísmo prevalecía y la adivinación era un acto común: “Las incursiones en la adivinación de Su que tuvieron lugar en los templos daoístas o que involucraron a sacerdotes daoístas fueron un reflejo directo de su propio origen daoísta” (Liao 2005, 349). Por esta razón, no resulta difícil comprender por qué Su Shi interpreta el brillo sobre el río desde una perspectiva mística y cree que ese paisaje misterioso puede aportarle algún mensaje.
Aunque Su Shi no pueda volver a su lugar de origen inmediatamente, su voluntad de retorno es firme, e incluso le hace una promesa solemne al río. Puesto que se trata de un acuerdo entre el hombre y las fuerzas divinas de la naturaleza, se observa una gran determinación en la búsqueda de la tierra natal, es decir, el paraíso perdido, donde conseguirá la libertad espiritual.
En resumen, mediante la divinización del río, éste se convierte en la encarnación de la tierra del poeta, no sólo en el sentido geográfico, es decir, Meishan, sino también como naturaleza en general. Gracias a ese fenómeno relacionado con el río, Su Shi tiene una conexión espiritual con el paraíso al que aspira a volver.
También en este nivel, Su Shi asocia el agua con su tierra natal. Se da una identificación total de sus emociones con el río; por consiguiente, no tiene una importancia decisiva el regreso a Meishan. Con la compañía del agua, deja de ser un individuo solitario que sufre la separación de su tierra y logra regresar mentalmente al lugar que tanto añora.
El siguiente fragmento manifiesta esa identificación emocional. Lo compuso durante su exilio en Huangzhou, después de sufrir la persecución política a los 43 años. En ese duro periodo, el río lo conectó con la tierra que evocaba, de la cual procedía, y constituyó un consuelo para su corazón solitario en la triste situación que le había sido impuesta.
El paisaje del ocaso cae en mi copa de jade, las nubes brillan, el verdor de las montañas se intensifica.
Reconozco que el oleaje primaveral, cuyo fluido acaba de llegar,
es la nieve derretida en las montañas Min y Emei, inmensos vinos claros.31
Cuando Su Shi estaba en Huangzhou, vivió durante una época en el templo Lingao, ubicado en las orillas del río Yangtsé. Una tarde de primavera de 1081, mientras contemplaba el paisaje que rodeaba el templo, redactó esos versos. A continuación analizo esta estrofa según dos temáticas principales: el río y el verdor, y el río y el vino.
Como se ve en este ci,32 al alzar su copa de jade, Su Shi ve los reflejos del paisaje del atardecer en el vino. El verdor que inunda las montañas parece teñir las nubes que lo deslumbran. El mundo en el que se sumerge el poeta está lleno de verde, y las aguas que pasan frente a sus ojos no son una excepción, ya que reflejan el color de la naturaleza que las rodea. Las aguas verdes suelen ser estáticas, no se mueven de forma apreciable. Crean una atmósfera de reposo y despiertan la memoria del pasado. Gaston Bachelard, en El agua y los sueños, dice que toda su imaginación proviene de un arroyo verde en la tierra donde creció:
Nací en una tierra de arroyos y de ríos […] La más bella de las moradas estaría para mí en lo hondo de un valle, al borde de un agua fluyente […] Soñando cerca de un río he consagrado mi imaginación al agua, al agua verde y clara, al agua que pone verdes los prados. No puedo sentarme cerca de un río sin caer en una profunda ensoñación, sin volver a encontrarme con mi dicha (Bachelard 2003, 17).
Al igual que Bachelard a la ribera de las aguas verdes, Su Shi no puede dejar de evocar los días pasados. Recuerda que las olas del río actual provienen de las nieves derretidas de las montañas Min y Emei, situadas en su tierra natal; por lo tanto, las aguas se relacionan con la primavera y con la felicidad remota. Como su color se debe al reflejo del verde paisaje, entraña también un sentido fuerte de vitalidad. Por ello, la imagen del río está cargada de un tono de júbilo y esperanza.
Embriagado por la belleza del río, Su Shi lo compara con “inmensos vinos claros”. Su Shi no fue el primero en usar el vino como metáfora de las aguas verdes; antes lo hizo Li Bai en el poema Xiangyang ge 襄阳歌 (Canción en Xiangyang):33
Vislumbro el río Han. Verde cabeza de un pato.34
Semejante a un vino recién elaborado sin filtrar (Peng et al. 1986, 391).
Pero Su Shi sólo emplea la comparación de Li Bai, y su ci no aborda el tema del carpe diem presente en la poesía de este autor. Modifica los versos de Li Bai y los adapta a la nostalgia de la tierra natal. A partir de un punto de vista minúsculo, su copa en la mano, el panorama se va expandiendo en el poema. En la dimensión vertical, los reflejos del paisaje en el vino se extienden al cielo y a la tierra por medio de la descripción de nubes y montañas. En la dimensión horizontal, el vino se identifica con las aguas verdes que fluyen hacia su lugar de origen, situado a miles de kilómetros de distancia. De esta forma, el espacio aumenta aún más hacia la lejanía. Como la tierra natal está llena de recuerdos del poeta, el vino y el río vinculan asimismo el presente con el pasado.
Creo necesario mencionar el sentido del acto de beber, recurrente en la poesía de Su Shi. En realidad, China tiene una larga tradición del alcohol35 vinculado a la cultura. Los siete sabios del bosque de bambú36del siglo III recurren al alcohol para aliviar su dolor ante una situación de corrupción: “Beber era para ellos un medio para lograr un estado de ser más despreocupado y sin esfuerzo. Al eliminar sus inhibiciones, podían olvidar quiénes debían ser y convertirse en lo que realmente eran” (Sandhaus 2019, 65).
El poeta Tao Yuanming redactó incluso veinte poemas titulados “Tomando licor”, donde expresaba críticas a la sociedad y afecto por la vida en el campo.
Tao Yuanming y los Siete Sabios no fueron los primeros poetas chinos en deleitarse con el vino, pero su rechazo a la sociedad china y su búsqueda de la verdad en las copas transformaron el exceso alcohólico en un acto rebelde, incluso heroico. Pero esto fue sólo el comienzo. Los poetas Tang hicieron inmortal la bebida (Sandhaus 2019, 68).
Es ampliamente conocido que Li Bai era aficionado al alcohol, del que se servía para conseguir inspiración. De forma parecida, Su Shi experimenta la libertad espiritual cuando está acompañado del alcohol. Además, “en el daoísmo, la virtud del alcohol no se distingue del poder de la embriaguez” (Chevalier y Gheerbrant 2012, 1072). En el estado de embriaguez, el poeta permite que vuele su imaginación y atraviese las barreras de la vida real. Representa la unión mística por excelencia. A la hora de alzar la copa, el poeta bebe no sólo su contenido, sino también las aguas del río que fluyen desde su tierra natal. Es como si, al beber, integrara a su cuerpo una parte de su tierra.
Hay que subrayar la presencia numérica en el verso Wan qing pu tao zhang lu pei 万顷蒲萄涨渌醅 (innumerables copas de suave vino) (Tan et al. 2015, 173). La traducción literal de wan qing 万顷 es “diez mil hectáreas”. El carácter wan 万 (“diez mil”) en este contexto es un número indeterminado y se emplea para hacer referencia a una cantidad muy alta, de modo que la traducción libre para esta palabra puede ser “numerosas” o “copiosas”. Las abundantes aguas de su tierra que fluyen ante sus ojos parecen deliciosos vinos inagotables que lo acercan y eliminan espiritualmente la separación física. Es decir, gracias al río, Su Shi consigue un regreso espiritual a su tierra natal. Además, como el río tiene también el sentido de renovación (Chevalier y Gheerbrant 2012, 885), el poeta obtiene continuamente nuevas energías o fuerzas procedentes de su lugar de origen.
En otros niveles, el agua sirve como representación de esa tierra, pero no puede sustituirla, por eso evoca la nostalgia del poeta. En este nivel, sin embargo, el agua se identifica con la tierra natal y acompaña al poeta, así no sentirá tristeza por la separación geográfica. Por ello, esta estrofa está teñida de un tono plácido y sereno.
En las obras analizadas, Su Shi consigue establecer un vínculo con el agua que, en su recorrido, pasa por Meishan, y, de esta forma, él regresa espiritualmente ahí. No obstante, en el siguiente fragmento del ci Lin jiang xian 临江仙 (Divinidad a la orilla del río), compuesto en 1082, el poeta considera el agua propiamente como su verdadera tierra natal:
En la noche profunda, el viento está quieto, las olas se calman.
A partir de ahora, cogeré una pequeña barca y me marcharé.
Pasaré el resto de mi vida en el río, en el mar (Tan et al. 2015, 255).
Durante su exilio en Huangzhou, un día Su Shi estuvo bebiendo con sus amigos hasta que llegó la noche. Cuando regresó a casa, sus familiares ya estaban dormidos y nadie le abrió la puerta. Así pues, se encontró solo a la orilla del río, escuchando el sonido del agua y pensando en los altibajos de su vida. Se lamentó de no haber podido controlar su destino en numerosas ocasiones. Pero el corazón del poeta, en el que confluyen los sentimientos de tristeza, inquietud y perplejidad, se siente aliviado por el tranquilo escenario de la naturaleza. “‘En la noche profunda, el viento está quieto, las olas se calman’ parece una descripción ordinaria del paisaje. No obstante, en realidad se trata del resultado de la correspondencia entre el mundo subjetivo del poeta y el mundo objetivo del exterior […] Este paisaje simboliza el tranquilo estado ideal que Su Shi persigue” (Tang et al. 1995, 642). El que no se formen olas refiere no sólo al río que fluye delante de sus ojos, sino también a su propio corazón.
Con esta calma espiritual, Su Shi expresa así su deseo: “A partir de ahora, cogeré una pequeña barca y me marcharé. / Pasaré el resto de mi vida en el río, en el mar”. En la tradición poética china, navegar el río o el lago es símbolo de la vida retirada, alejada del mundo bullicioso de ambiciones y suciedad.37 En este sentido, Su Shi revela en estos versos su anhelo de partir y llevar una vida relajada.
Las raíces de la idea de Su Shi se pueden encontrar en el pensamiento de Confucio (551 a.e.c.-479 a.e.c.), que manifestó: “No se sigue la vía. Tomaré una balsa y me haré a la mar” (Confucio 1997, 51). Si sus ideales no se convierten en realidad, Confucio opta por irse al mar.
Zhuangzi (c. 369 a.e.c.-286 a.e.c.) también muestra una imaginación romántica acerca del mar. Creó la imagen de Peng, un pájaro gigantesco y legendario que emprendía un viaje de libertad. La vía para llegar a su destino era el mar.38 Sin duda, Su Shi recibió la influencia de las ideas confucianas y daoístas en estos tratados. El poeta fue exiliado a Huangzhou debido a la persecución de la facción reformista. Como no logró realizar su ideal político, aspiró a una verdadera libertad. El mar es el “lugar de los nacimientos, de las transformaciones y de los renacimientos” (Chevalier y Gheerbrant 2012, 689). Su Shi amplía el sentido del concepto en este ci, ya que no se limita a Meishan ni a ningún lugar concreto, sino al mar infinito. Lo que busca es un regreso al origen de su vida y, de este modo, la libertad de espíritu.
Conclusiones
En este trabajo se utilizó la imagen del agua como núcleo de la investigación para explorar la creación literaria de Su Shi. El concepto de yixiang 意象,arraigado en la cultura china, sirvió de apoyo para comprender el mundo interior del poeta y percibir sus emociones y sus pensamientos. A través de este estudio se pudo descubrir que el escritor no se limitó a transmitir la herencia de la tradición poética al tratar un tema convencional, sino que dio un paso más allá y vinculó el agua a sus propias reflexiones sobre la vida. Gracias a él, esta imagen se asocia a pensamientos o tonos emocionales distintos a los arquetipos habituales.
Respecto a la redacción sobre la temática tradicional de la nostalgia por la tierra natal, acorde con la tradición, Su Shi recurrió al agua para evocar la añoranza y como una forma plausible de regresar a su tierra natal, ya sea porque echara de menos su hogar en Meishan o bien otros lugares donde se asentó y fundó un nuevo hogar. También empleó la personificación para gozar de la compañía de este elemento natural, que le servía de consuelo para aliviar su nostalgia.
La innovación de Su Shi, sin embargo, radica en que, en algunas de sus obras, amplió el sentido de la tierra natal y buscó un regreso espiritual a ella mediante la espiritualización de las imágenes del agua. Su nostalgia y su deseo persistente de volver reflejan en realidad una aspiración de regresar al punto de partida de su vida: la libertad en el seno de la naturaleza. Con esta sublimación, el poeta redujo el anhelo por el regreso real a Meishan: cualquier lugar donde disfrutara de la paz y la libertad de su mundo interior lo consideraba su pueblo. En este sentido, las imágenes del agua ya no sólo lo conectaban emocionalmente con su tierra, sino que se convirtieron en el propio símbolo o encarnación de ésta. Incluso navegar en una barca sobre las aguas hizo al poeta sentir que disfrutaba de la ansiada libertad y que conseguía regresar a su verdadero lugar de origen.