I. Introducción
La Organización Mundial de la Salud define a la salud como un estado de bienestar físico, mental y social “que permite a los individuos realizar sus habilidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y hacer una contribución significativa a sus comunidades”.1 Sin embargo, esta misma organización evidencia que entre el 5% y 10% de trabajadores en países desarrollados y entre el 20% y 50% en países industrializados padecen estrés y afectaciones laborales.2 Por esta razón, la salud laboral debe ser considerada un problema empresarial y social, y no solamente un aspecto individual,3 ya que los factores y condiciones de riesgo psicosocial en el ámbito laboral afectan la salud, alteran los recursos y capacidades para responder a las demandas laborales, disminuyen la productividad,4 aumentan los gastos de atención sanitaria y reducen la renta a nivel nacional.5
Dada la relevancia del concepto de derrota social a nivel explicativo, y potencialmente preventivo, de la relación entre situaciones laborales y sociales de desventaja, riesgo de suicidio y afectaciones en salud mental, el presente estudio tiene como objetivo describir la relación entre indicadores de trabajo digno y decente, derrota social y suicidalidad en población colombiana, ya que según la OMS,6 existe relación entre afectaciones en salud mental con discriminación de género, exclusión social, condiciones de trabajo estresantes, violencia y vulneración de derechos humanos.
II. Fundamentación teórica
1. Trabajo digno y decente
El trabajo digno hace referencia a la satisfacción que se debe tener a la luz de los derechos, mientras que el trabajo decente, según la OIT,7 es la principal fuente para hablar de la dignidad personal, estabilidad familiar, paz en la comunidad y actuación en el beneficio de todos. La generación de un trabajo digno y decente se fundamenta en el desarrollo y crecimiento económico, aumento de oportunidades de trabajo productivo y desarrollo empresarial; ello, con el propósito de disminuir la pobreza y lograr un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible para todas las comunidades.8
El trabajo decente hace referencia a la oportunidad, a las condiciones y al buen diálogo social en toda actividad productiva que es remunerada, bajo los lineamientos de libertad, equidad, seguridad y respeto por la dignidad humana.9 La decencia laboral se caracteriza por contar con una serie de aspiraciones que toda persona tiene de su vida laboral, donde se tienen presentes expectativas con relación a las oportunidades que se le ofrecen en el campo laboral y los ingresos que puede recibir por el desarrollo de sus actividades laborales; además, tiene en cuenta la justicia social y la igualdad de género.10
A la luz de los preceptos que tiene el trabajo digno y decente, es importante destacar que puedan garantizarse oportunidades de empleo e ingresos, protección social, garantías de los trabajadores y diálogo social, recibir un salario y contar con un ambiente de trabajo saludable. Existe entonces una interdependencia entre las cuatro dimensiones que forman parte del trabajo decente: derecho al trabajo, diálogo social, empleo y seguridad social. Al respecto, Montoya Agudelo, Mendez Cruz y Boyero Saavedra11 proponen como indicadores para la medición del trabajo decente: 1) tipo de contrato, 2) oportunidades de empleo para hombres y mujeres, 3) estabilidad y seguridad en el empleo, 4) ingresos adecuados y trabajo productivo, 5) conciliación del trabajo con la familia, 6) horas de trabajo, 7) igualdad de oportunidades y trato, 8) entorno del trabajo, 9) seguridad social, 10) promoción del diálogo social empresarial, y 11) remuneración adecuada.
2. Derrota social
La derrota social se define como la sensación de lucha fallida con relación a la ruptura o pérdida de un estatus valioso o de metas personales importantes.12 Al respecto, Taylor, Gooding, Wood y Tarrier (2011) proponen que los principales eventos que podrían suscitar percepción de derrota son: a) pérdida o dificultad para alcanzar recursos -materiales, financieros, sociales-, b) humillación o ataque social, c) autocrítica, comparación social desfavorable y expectativas poco realistas.13 Según el enfoque de comparación social,14 la derrota es considerada un componente individual desde el cual la persona crea una jerarquía psicológica de metas, objetivos y posición social, que en condiciones adaptativas llevan a que, ante una comparación social desfavorable, la sensación de derrota sea momentánea y motive a la búsqueda de nuevas metas.15
Desde un punto de vista evolutivo, la comparación social es una estrategia usada por diferentes especies para analizar los propios recursos y los de los adversarios en situaciones de competición, defensa territorial, atracción y selección de pareja sexual, verificación de la posición social y poder ante un conflicto.16 En contextos humanos, la comparación social negativa, entendida como un estatus social bajo, se encuentra relacionada con afectaciones del estado de ánimo;17 asimismo, se ha encontrado que el permanecer por largo tiempo en ambientes hostiles y con carencias puede llevar a la persona a asumir conductas de subordinación (involuntaria) como mecanismos de preservación ante experiencias de desventaja.18 Con lo cual, si la percepción de derrota social es prolongada e intensa, puede desencadenar en conductas de sumisión, limitar la capacidad de búsqueda de oportunidades sociales y laborales que mejoren la situación individual,19 y en un extremo psicopatológico llevar a la desregulación de mecanismos o uso de estrategias cognitivas, como considerarse ineficaz, asumir conductas de hipervigilancia o inhibición e incapacidad de experimentar emociones positivas, como respuestas defensivas ante la percepción del bajo estatus social.20
3. Suicidalidad
Dentro del espectro de respuestas ante el fracaso del bienestar social y laboral e incapacidad para salir de la derrota social, se podría considerar al suicidio como una respuesta extrema, entendiendo dicha conducta autolesiva como un continuo que va desde la ideación, planeación y tentativa hasta el suicidio consumado,21 altamente relacionada con trastornos mentales,22 ya que se asocia a percepción y creencias negativas del futuro y de sí mismo que,23 según Quintanilla Montoya, Haro Jiménez, Flores Villavicencio, Celis de la Rosa y Valencia Abundiz (2003), basados en la teoría de la indefensión aprendida de Seligman (1975), ocurre cuando la persona interioriza impotencia o falta de control respecto a conductas o expectativas que son incongruentes con lo esperado.
Desde los modelos teóricos de Beck (1967) y Scotland (1969) esta situación se podría explicar a partir de un sistema de esquemas cognitivos de expectativas negativas sobre el futuro, caracterizados por la creencia de que: 1) nunca se podrá salir adelante por sí mismo/a; 2) nunca se tendrá éxito en lo que se intente; 3) nunca se podrán alcanzar objetivos importantes, y 4) nunca se podrán solucionar los diversos problemas de la vida,24 ya que como expresan Sarmiento Falcón, Sánchez Sánchez, Vargas Polanco y Álvarez Rodríguez (2010), “la desesperanza, comprendida como la sensación de imposibilidad absoluta de obtener una determinada cosa o de que ocurra algo que pueda cambiar la realidad existente, va generando impotencia y culpa que conduce al abandono de la lucha por la vida” (p. 5).
III. Metodología
Diseño cuantitativo, transversal, descriptivo y correlacional.
1. Participantes
412 adultos colombianos, con edades entre 18 a 72 años (M= 29.25; DE=10.91), 131 nombres (31.6%) y 281 mujeres (67.9%). El tipo de muestreo fue no probabilístico por conveniencia.
2. Instrumentos
Indicadores de trabajo decente. Se crearon algunas preguntas basadas en los indicadores de trabajo decente (oportunidades de empleo, ingresos adecuados, horas de trabajo decentes, estabilidad y seguridad del trabajo, combinación del trabajo y la vida familiar, igualdad de oportunidades y de trato en el empleo, entorno de trabajo seguro, seguridad social, diálogo y representación de los trabajadores) de la OIT (2008). Medición del trabajo decente. Documento de debate para la Reunión tripartita de expertos sobre la medición del trabajo decente.
Derrota social. 25 Consta de dieciséis ítems que evalúan sentimiento de derrota social en los últimos siete días, y se responden en formato Likert de cinco opciones (0=Nunca, 1=Raramente, 2=A veces, 3=Frecuentemente, 4=Siempre). Se deben invertir las puntuaciones de los ítems 2, 4 y 9, y se suma el total de los 16 ítems, en un rango de 0 a 64, interpretándose que a mayor puntuación, mayor derrota social percibida. El alfa de Cronbach fue .93.
Escala de suicidalidad de Okasha,26 compuesta por 4 ítems; los tres primeros exploran ideación, y se responden en una escala Likert de 4 puntos (0=Nunca, 1=Casi nunca, 2=Algunas veces, 3=Muchas veces), y el cuarto ítem pregunta sobre intentos (0=Ningún intento, 1=Un intento, 2=Dos intentos, 3=Tres o más intentos). El rango de puntación es de 0-12. El alfa de Cronbach fue .86.
3. Procedimiento y aspectos éticos
El proyecto fue aprobado por el Comité de Bioética de la Universidad Cooperativa de Colombia con acta 006, del 13 de julio de 2018. La aplicación de los cuestionarios se realizó en formato digital a través de un link enviado por correo electrónico y publicado en redes sociales institucionales. El consentimiento informado estaba incluido en el cuestionario digital, ya que según la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud, los estudios sin riesgo, como es el caso del presente proyecto, ya que las pruebas no eran diagnósticas, pueden no requerir la firma del consentimiento, y basta con la aceptación del participante.
4. Análisis de datos
Todos los análisis se realizaron con el programa IBM Statistical Package for the Social Sciences (SPSS versión 25.0). Se describieron los indicadores de trabajo decente, niveles de derrota social y suicidalidad. Mediante la prueba Kolmogorov-Smirnov se encontró que no existe distribución normal para ninguna de las variables; por tanto, se realizaron correlaciones no paramétricas (Spearman).
IV. Resultados
En la Tabla 1 se evidencia que gran parte de la muestra tiene un nivel educativo superior; son las mujeres quienes presentan mayores titulaciones de pregrado y posgrado. Más de la mitad trabaja a tiempo completo o parcial; sin embargo, no todos reportan disposición de tiempo para actividades deportivas, recreativas o de ocio, y quienes lo hacen son sólo un 44% de los trabajadores. Respecto al tipo de contratación, solo un 36,4% tiene vínculo laboral indefinido. La mayoría reporta que tienen seguridad social y acceso a sistema de salud, cuentan con espacio para diálogo en el lugar de trabajo, no han sido víctimas o testigos de maltrato laboral ni han sufrido accidentes o enfermedad por causa laboral; sin embargo, más de la mitad considera que el salario percibido no es suficiente para su calidad de vida.
Indicadores
trabajo digno y decente |
Categorías |
Frecuencia total (%) |
Hombres (%) |
Mujeres (%) |
Nivel académico | Ninguno | 1 (0,24) | 0 | 1 (0,24) |
Bachillerato | 116 (28) | 33 (8) | 83 (20,15) | |
Técnica | 66 (16) | 11 (2,67) | 55 (13,35) | |
Tecnología | 37 (9) | 16 (3,88) | 21 (5,1) | |
Pregrado | 112 (27,2) | 36 (8,74) | 76 (18,45) | |
Posgrado | 80 (19,4) | 35 (8,5) | 45 (10,92) | |
Situación laboral y/o académica | Estudiante universitario | 156 (37.8) | 29 (7) | 127 (30,8) |
Sólo trabaja | 116 (28,1) | 54 (13,1) | 62 (15) | |
Trabaja y estudia | 140 (34) | 48 (11,7) | 92 (22,3) | |
Horas semanales de trabajo | 20 horas | 13 (3,1) | 3 (0,7) | 10 (2,4) |
40 horas | 51 (12,4) | 23 (5,6) | 28 (6,8) | |
48 horas | 55 (13,3) | 24 (5,8) | 31 (7,5) | |
Dispone de tiempo para actividades de ocio, deportivas, artísticas u otras | Si | 182 (71,1) | 83 (32,4) | 99 (38,7) |
No | 74 (28,9) | 22 (8,6) | 52 (20,3) | |
Tipo de vinculación laboral | Término fijo | 54 (22,3) | 21 (8,7) | 33 (13,6) |
Término indefinido | 88 (36,4) | 38 (15,7) | 50 (20,7) | |
Prestación de servicios | 44 (18,2) | 21 (8,7) | 23 (9,5) | |
Informal o autoempleo | 56 (23,1) | 19 (7,8) | 37 (15,3) | |
Tipo de seguridad social | Ninguno | 15 (3,6) | 9 (2,2) | 6 (1,4) |
Cotizante | 203 (49,24) | 83 (20,14) | 120 (29,1) | |
Beneficiario | 136 (32) | 27 (5,6) | 109 (26,4) | |
SISBEN | 58 (14) | 12 (2,9) | 46 (11,1) | |
Espacio para diálogo y discusión de condiciones y actividades laborales | Sí | 183 (72,3) | 76 (30) | 107 (42,3) |
No | 70 (27,7) | 27 (10,7) | 43 (17) | |
Víctima o testigo de mobbing u otra situación de maltrato laboral | Sí | 53 (21,4) | 22 (8,9) | 31 (12,5) |
No | 195 (78,8) | 80 (32,2) | 115 (46,6) | |
Remuneración salarial suficiente para calidad de vida | Sí | 104 (42,4) | 56 (22,8) | 48 (19,6) |
No | 141 (57,6) | 45 (18,4) | 96 (39,2) | |
Ha sufrido alguna enfermedad o accidente laboral | Sí | 11 (9,82) | 4 (3,57) | 7 (6,25) |
No | 101 (90,18) | 32 (28,57) | 69 (61,61) |
Nota: Elaboración propia.
En la Tabla 2 se observa que gran parte de los participantes del estudio sienten que tienen oportunidades laborales iguales a las demás personas, que aportan al mejoramiento de la sociedad, y que su trabajo les permitirá mejor calidad de vida. Por otra parte, un pequeño grupo percibe que sus problemas se deben a la falta de oportunidad laboral, que por mucho esfuerzo no mejorarán su estabilidad, e incluso algunos han presentado ideación o intentos de suicidio debido a la falta de oportunidad laboral.
Variables | Categorías | Frecuencia (%) |
Siente que tiene pocas oportunidades laborales | Nunca | 267 (64,5) |
Raramente | 66 (15,9) | |
A veces | 52 (12,6) | |
Frecuentemente | 18 (4,3) | |
Siempre | 9 (2,2) | |
Siente que con su trabajo aporta al mejoramiento de los problemas de la sociedad | Total desacuerdo | 30 (7,2) |
En desacuerdo | 32 (7,7) | |
Neutral | 82 (19,) | |
De acuerdo | 135 (32,6) | |
Total, acuerdo | 135 (32,6) | |
Siente que tiene mejores oportunidades laborales que otras personas | Sí | 200 (48) |
No | 212 (52) | |
Siente que tiene las mismas oportunidades laborales que otras personas | Sí | 281 (68) |
No | 131 (32) | |
Siente que su trabajo le permitirá tener mejor calidad de vida en el futuro | Sí | 354 (86) |
No | 58 (14) | |
Sus problemas se deben a la falta de oportunidad laboral | Sí | 111 (26,8) |
No | 301 (72,7) | |
Siente que por mucho que se esfuerce su estabilidad laboral no mejorará | Sí | 56 (13,5) |
No | 356 (86) | |
Ha tenido ideación o intentos suicidas por falta de oportunidad laboral o acceso a recursos | Sí | 27 (6,5) |
No | 136 (32,9) |
Nota: Elaboración propia.
En la Tabla 3 se reportan puntuaciones bajas en percepción de derrota social y riesgo de suicidio.
Mínimo | Máximo | Media | Desviación estándar | ||
Derrota social | 0 | 61 | 14.16 | 11.07 | |
Suicidalidad | 0 | 12 | 2.53 | 2.96 |
Nota: Elaboración propia.
En cuanto a la relación entre las variables de estudio, se encontraron correlaciones estadísticamente significativas entre los indicadores de trabajo decente Haber sido víctima o presenciar acoso laboral o mobbing con Tipo de vinculación laboral (rs= .137, p= .034) y con Espacio para diálogo y discusión de condiciones y actividades laborales (rs= -.220, p= .000). En la Tabla 4 se muestran correlaciones significativas entre algunos de los indicadores de trabajo decente con derrota social y suicidalidad.
Indicadores de trabajo decente | Derrota social | Suicidalidad |
Trabaja y/o estudia | -,252** | -,189** |
No cuenta con espacio para diálogo y discusión de condiciones y actividades laborales | ,138* | ,140* |
No ha sido víctima o testigo de mobbing u otra situación de maltrato laboral | -,165** | -,144* |
Remuneración salarial insuficiente para calidad de vida | ,186** | -- |
**p < .001, *p < .005.
Nota: Elaboración propia.
V. Discusión
El presente estudio tenía como objetivo describir la relación entre indicadores de trabajo digno y decente propuestos por la OIT, derrota social y riesgo de suicidio en población colombiana, para lo cual se encontró que gran parte de los participantes cuentan con condiciones óptimas respecto a la mayoría de variables medidas, ya que tienen acceso a educación, empleo, seguridad social; además, presentan alta percepción de oportunidades, aporte a la sociedad, posibilidad de mejora en calidad de vida, baja percepción de derrota social y puntuaciones mínimas en riesgo de suicidio. Dichos resultados se soportan en estudios previos, que afirman que para lograr productividad y desarrollo laboral es necesario que los empleados tengan bienestar y salud,27 y que, por el contrario, los factores de riesgo laboral afectan tanto la salud como la productividad.28
En el presente estudio también se ha evidenciado que la mayoría de los participantes no cuentan con un contrato a término indefinido, ante lo cual estudios previos han señalado que el estrés e incertidumbre por temor a la pérdida del empleo y la inestabilidad laboral puede incluso afectar más que la pérdida misma del empleo.29 La subcontratación, el uso de trabajadores independientes, el incremento de la presión productiva y la evaluación individual de desempeño son factores de riesgo para la pérdida de la salud mental, confianza, solidaridad, aumento de individualismo, aislamiento, soledad y competitividad.30
Por otra parte, sólo una pequeña parte de la muestra manifiesta contar con tiempo para actividades deportivas, de ocio y recreación, y esto ha sido altamente asociado a fatiga, trastornos mentales y enfermedades cardiovasculares.31 Además, el hecho de que más de la mitad considera que el salario recibido no es suficiente para su calidad de vida, es coherente con la afirmación de Torres (2016), de que el trabajo como fuente de satisfacción, ingreso y sostenimiento económico también puede representar desgaste y conflictos.
Si bien son pocas las personas que manifiestan no tener un espacio para el diálogo y discusión de condiciones laborales, y que han sido víctimas o testigos de maltrato o acoso laboral, ese pequeño porcentaje da cuenta de lo que se ha reportado en estudios previos respecto al hecho de que dentro de las principales causas de estrés laboral se encuentran la organización del trabajo, la inseguridad contractual, la cantidad de horas y la violencia en el trabajo.32 A su vez, esto se evidencia en el presente estudio a través de las relaciones estadísticamente significativas entre haber sido víctima o presenciar acoso laboral o mobbing con no contar con espacio para diálogo y discusión de condiciones y actividades laborales.
Además, las correlaciones entre derrota social y suicidalidad con situación laboral o académica, remuneración salarial insuficiente para calidad de vida, no contar con espacio para diálogo y discusión de condiciones y actividades laborales y haber sido víctima o testigo de mobbing u otra situación de maltrato laboral, pueden ser explicadas, ya que como argumentan Hoobler, Rospenda, Lemmon y Rosa (2010), la violencia laboral puede afectar no sólo el bienestar de la persona, sino que impide la percepción de experiencias positivas, ya que un clima laboral autoritario es propicio para el abuso, la violencia y el acoso,33 los cuales generan también consecuencias para las empresas, tales como pérdidas de productividad, alta rotación y absentismo.34
VI. Conclusiones
La decencia y dignidad laboral debe ser considerada como un elemento fundamental para el desarrollo de la sociedad, la economía y la equidad para cualquier tipo de persona, sin importar su ideología religiosa, política o condición social. Todas las organizaciones deben garantizar los medios y mecanismos que faciliten la comunicación para evitar el acoso y/o maltrato laboral, y la discusión sobre condiciones y actividades laborales y contractuales.
Cualquier persona podría sentirse derrotada socialmente si al momento de acceder a un trabajo no cuenta con oportunidades de igualdad de condiciones reflejadas en un contrato laboral, en ofrecimiento de oportunidades laborales en igualdad de condiciones tanto para hombres como para mujeres, al igual que contar con una estabilidad y seguridad en el empleo, a fin de poder acceder a unos ingresos adecuados que le permitan generarse condiciones laborales representadas en una buena conciliación del trabajo con la familia y alcance de calidad de vida. Otro de los elementos que debe tenerse presente a la hora de hablar de dignidad laboral y trabajo decente, es fundamental que se pueda contar con diálogo social empresarial de acuerdo con los lineamientos establecidos por la OIT, y que pueden ser el reflejo de una inclusión verdadera, y donde no haya sensación de derrota social.