Introducción
La ocupación indonesia supuso para los estudios desarrollados sobre el país lo que Geoffrey C. Gunn (2007, 1994) ha denominado ethnographical gap, esto es, un tiempo durante el que Timor permaneció cerrado a la investigación extranjera y del que se desconocen los cambios experimentados en las sociedades y las culturas timorenses. Tras la independencia, en 1999, el campo para el estudio de la isla se abrió nuevamente y se inició la llegada masiva de investigadores de distintas escuelas de pensamiento desde diversas partes del mundo.
El objetivo del presente artículo es hacer una revisión panorámica de las publicaciones y los trabajos académicos antropológicos que han tenido a Timor-Leste como marco de investigación durante los veinte años posteriores a la devolución de su soberanía nacional (2002). Dejo fuera la gran cantidad de literatura gris disponible que se elaboró desde las distintas misiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las agencias internacionales o las organizaciones no gubernamentales, así como muchos de los textos publicados desde otras disciplinas. Si bien no todos los trabajos que presento son necesariamente antropológicos, he intentado incluir los que, al menos, muestren interés de este tipo, como aquellos sobre lingüística, sociología, ciencia política, etcétera.
Es importante destacar que algunos de los antropólogos que habían realizado estudios sobre Timor-Leste cuando era una colonia portuguesa continúan desarrollando, aunque en menor medida, trabajo de campo en la isla o escribiendo sobre ella. Hablamos de Elizabeth Traube (McWilliam y Traube 2011; Roque y Traube 2019a), David Hicks (2015, 2020) y Claudine Friedberg (2019, 2014), cuyos análisis tienen un interés especial por su perspectiva diacrónica. Y si bien su impacto en la literatura antropológica del país sigue siendo muy relevante debido a que se citan en numerosos estudios y a que sus principales periodos de investigación se realizaron durante el Timor Portugués, decidí mencionarlos apenas tangencialmente.
Considero que hacer una aproximación a la antropología desarrollada desde diferentes naciones puede ayudar a presentar, de manera organizada, las investigaciones sobre Timor-Leste efectuadas hasta la fecha. Utilizaré esta perspectiva para exponer una revisión rápida, sin que ello implique que los autores citados compartan otra cosa que el país desde el que efectúan sus indagaciones. He ordenado la presentación de los autores en cinco subsecciones de textos antropológicos o de interés antropológico realizados en Australia, Brasil, Portugal, Timor-Leste y otros países (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Francia y España). Para finalizar, y a modo de conclusión, reflexiono sobre las temáticas más relevantes que se han analizado en esos textos.
Antropología australiana
Uno de los epicentros de la investigación antropológica sobre Timor se encuentra sin duda en Australia, más concretamente en la Australian National University (ANU), que, de acuerdo con Gunn (2007, 99), “nunca ha dejado de estar interesada en Timor Oriental”. Una figura clave en el desarrollo de estos estudios es James J. Fox, que hizo el trabajo de campo para su tesis doctoral en la isla de Roti (cercana a Timor Occidental).2 Fox llegó a Australia para trabajar en la ANU en 1975, con el objetivo específico de poner en marcha un programa de antropología de Indonesia (Fox 2013) en la Research School of Pacific and Asian Studies, con prioridad para que los estudiantes de doctorado ampliaran el conocimiento sobre el país. De sus inicios en Australia, varias publicaciones (entre ellas destacan Fox 1977 y 1980) sirvieron para marcar la hoja de ruta de su investigación y anunciaron lo que luego se convertiría en su “clúster”, es decir, el grupo de gente influida por él que efectuó estudios antropológicos sobre Indonesia Oriental (Fox 2013, 382). Ya en la década de 1980, Fox fue pieza esencial del Comparative Austronesian Project de la ANU, que veía el Sudeste Asiático insular como una parte diferenciada del mundo austronesiohablante (Fox 2013, 365). Fox dirigió su atención hacia el Timor Portugués cuando era profesor en Harvard, ya durante los años setenta. Allí dirigió la tesis de Elizabeth G. Traube (1986), que posteriormente se publicó como libro en el ya clásico volumen Cosmology and Social Life: Ritual Exchange among the Mambai of East Timor.
Aunque son pocos los alumnos de Fox que han hecho trabajo de campo en el país debido al cierre de las fronteras durante la ocupación indonesia, muchos llevaron a cabo investigaciones en Timor Occidental y otras zonas de Indonesia Oriental para, posteriormente, una vez que se alcanzó la independencia, trabajar en campo en Timor-Leste. Éste es el caso de Andrew McWilliam, que escribió su tesis en el Timor indonesio y, tras la independencia, realizó estudios en Timor-Leste sobre los fataluku (McWilliam 2007, 2008b; McWilliam y Dos Santos Monteiro 2019); el acceso consuetudinario a la tierra (Fitzpatrick, McWilliam y Barnes 2012) y otros muchos temas (McWilliam y Traube 2011; McWilliam 2020; McWilliam y Leach 2019). Además, ha trabajado como antropólogo desde una perspectiva aplicada en el proyecto “Seeds of Life” (Shepherd y McWilliam 2011). Otra alumna de Fox que trabajó en Timor -en este caso después de preparar su tesis doctoral en la isla de Flores- fue Andrea K. Molnar (2000), que hizo trabajo de campo entre las poblaciones kémak de Atsabe y tiene varias publicaciones sobre la política, la historia y la cultura del país (Molnar 2010).
Una vez alcanzada la independencia, un alumno timorense de Fox, Dionisio Babo-Soares (2003), presentó su tesis de doctorado en la ANU con el título “Branching from the Trunk: East Timorese Perceptions of Nationalism in Transition”, en la que aborda las percepciones que los timorenses tienen de su historia política. Babo-Soares (2004) analizó posteriormente la construcción política y jurídica del Estado timorense teniendo en cuenta las instituciones de la organización social tradicional, y editó, junto con James J. Fox (2003), el volumen Out of the Ashes: Destruction and Reconstruction of East Timor. Otra alumna de Fox, Angie Bexley (2009), realizó su tesis sobre los mecanismos que la juventud timorense articula para expresar y crear nuevas identidades diferenciadas de la victimización y la politización de anteriores generaciones.
Además de los antropólogos australianos directamente asociados a James J. Fox, muchos otros, de la ANU o de otras instituciones académicas, han trabajado en Timor. Entre ellos se encuentra Susana Barnes (2016), quien en su tesis doctoral analiza cómo el resurgimiento de los rituales en el Timor-Leste independiente se debe en gran medida a esquemas culturales del modo de existencia nativo, como la idea acerca de la vida, las jerarquías que modulan las relaciones sociales, etcétera.
Desde la geografía humana, Lisa Palmer (2015) ha presentado también interesantes aportes a la antropología. En Water Politics and Spiritual Ecology: Custom, Environmental Governance and Development analiza las relaciones de los seres humanos con el agua mediante la ecología ritual en el contexto poscolonial, principalmente en el escenario del municipio de Baucau. En su reciente libro, Island Encounters: Timor-Leste from the Outside In (2021), narra una diversidad de encuentros con personas relacionadas con Timor desde su vida personal para analizar, a partir de ellos, elementos centrales de la sociedad y la cultura timorenses: la institución social de las casas, el concepto de lulik (sagrado, prohibido, tabú), etcétera.
Chris Shepherd (2013), por su parte, ha investigado el proceso de desarrollo rural y la conservación medioambiental en Timor desde una perspectiva histórica en su libro Development and the Environmental Politics Unmasked. Authority, Participation and Equity in East Timor; y más recientemente, en su Haunted Houses and Ghostly Encounters. Ethnography and Animism in East Timor, 1860-1975 (Shepherd 2019), se centra en las transformaciones ocurridas en el animismo timorense (específicamente en la noción de lulik) derivadas de encuentros con agentes externos que traen consigo modos de existencia diversos.
Sara Niner (2017) se ha centrado en el análisis del papel de la mujer en la historia timorense y en la economía y la política actuales. Además, ha investigado sobre la construcción de las identidades de género en el país, y ha escrito varios libros sobre el líder de la resistencia timorense Xanana Gusmão, expresidente y ex primer ministro (Niner 2004, 2009).
Michael Rose (2020), en su reciente Indigenous Spirits and Global Aspirations in a Southeast Asian Borderland, fruto de su investigación doctoral, explora un tema común en el modo de vida local en Oé-Cusse y con una larga tradición en la literatura antropológica de la región de Indonesia Oriental: el de las oposiciones binarias. Específicamente, analiza cómo, a partir de las oposiciones meto (nativo) y kase (extranjero), las personas en Oé-Cusse han conseguido aprehender y hacer suya la idea de nacionalidad timorense y dar sentido a los proyectos de desarrollo llevados a cabo bajo el paraguas de la Região Administrativa Especial de Oé-Cusse Ambeno.3
Además de los mencionados de manera detallada, cabe destacar asimismo los trabajos llevados a cabo por otros académicos australianos como Sandra Pannell (2006), Annette Marie Field (2004), Damian Grenfell (Grenfell, Cryan, Robertson y McClean I. 2015; James y Grenfell 2018) o Hedda Askland (2007).
Antropología brasileña
Desde Brasil encontramos un amplio grupo de investigadores liderado por dos profesores que realizaron trabajo de campo para sus tesis doctorales a comienzos de la década del 2000: Kelly Silva (2004) y Daniel Simião (2005). Ambos ejercen actualmente como profesores en la Universidade de Brasília y estudian la formación del Estado-nación de Timor-Leste y su articulación y su relación con otras realidades del país, así como los procesos de cambio social con la introducción de paradigmas de la modernización; más recientemente, se han centrado en examinar los cambios de paradigma económico en lo local y lo nacional. Ambos tienen una amplia producción (Silva y Simião 2007; Silva y Sousa 2011; Silva 2012; Silva et al. 2019; K.C. da Silva 2020; Simião 2015). Silva, a su vez, lidera el Laboratório de Estudos em Economias e Globalizações.4 Bajo su coordinación se han defendido, en los últimos años, tres tesis doctorales: la de Carlos Andrés Oviedo Ospina (2019), donde estudia los procedimientos de levantamiento catastral realizados por el Estado como un elemento del proceso de modernización cuya consecuencia es la reificación de la tierra; la de Renata Nogueira da Silva (2019), sobre los procesos de patrimonialización de las casas lulik (sagradas) del país y la manera en que estas instituciones son vividas por los timorenses; y, finalmente, la de Alexandre Jorge de Medeiros Fernandes (2020), quien analiza cómo las condiciones materiales del ambiente de una región del país (Oé-Cusse) han contribuido a los procesos de subjetivación mediante los cuales las personas se identifican como miembros (parientes) de una casa (grupo de descendencia) y como nacionales timorenses. Asimismo, Kelly Silva ha dirigido varias tesis de licenciatura y máster acerca de Timor-Leste, entre las cuales merece la pena destacar las de Bianca Parise (2013), Yu Zhiming (2013), Fabiana de Oliveira (2013), Alexandre J. de Medeiros Fernandes (2014), Andreza Carvalho Ferreira (2015), Ana Carolina Oliveira (2019), Lucivânia Gosaves da Silva (2020) y Maria Luiza Vieites Pedrosa (2021).
Por su parte, Simião inició una interesante labor de antropología visual desde el Laboratório de Imagem e Registro de Interações Sociais (IRIS) que a la fecha ha cristalizado en dos documentales (Simião 2011, 2019). Además, ha supervisado tesis de máster y monografías de graduación, entre las que destacan las de Miguel Filho (2019) y Henrique Romanó Rocha (2017).
Además de la investigación en la Universidade de Brasília, cabe señalar la realizada por Alessandro Boarccaech Bica, quien defendió su tesis doctoral en la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (Bica 2011) y actualmente se desempeña como profesor en la Universidade Nacional Timor Lorosa’e, donde desarrolla una etnografía resultado de su estancia entre la población humangili de la isla de Atauro. Su estudio, publicado como libro posteriormente (Bica 2013), dirige su atención a la antropología de la religión y explora las relaciones entre los sistemas de creencias católico y de la religión tradicional.
Antropología portuguesa
También los antropólogos portugueses han dejado su huella en Timor. Entre ellos debe nombrarse a Lúcio Sousa, de la Universidade Aberta, que bajo la dirección de Claudine Friedberg5 realizó su tesis doctoral (Sousa 2010) acerca de la manera en que algunas poblaciones búnak reconstruyen su organización social y sus prácticas rituales en un contexto de cambio sociopolítico y situación de posconflicto.
También a Helena Isabel Borges Manuel (2012), quien en su tesis doctoral hizo un estudio comparativo sobre las creencias, las actitudes y las prácticas de salud reproductiva en 10 de los 13 distritos timorenses.
Es relevante señalar a Rui Feijó, del Centro de Estudos Sociais de la Universidade de Coimbra, quien si bien es historiador y no antropólogo, ha coordinado varios volúmenes en los que muchos antropólogos han publicado sus trabajos (Viegas y Feijó 2017; Kent y Feijó 2020; Feijó 2016, 2021). Una de las académicas, ella sí antropóloga, con quien Feijó coeditó uno de los volúmenes, es Susana de Matos Viegas (2017), que ha realizado investigación en Timor-Leste entre las comunidades hablantes de lengua fataluku desde 2012.
Otra interesante labor es la realizada por el historiador y antropólogo Ricardo Roque, del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Técnica de Lisboa, quien ha trabajado sobre la historia de la antropología colonial del Timor Portugués y el mimetismo -en tanto tecnología de poder- de la administración colonial (Roque 2010; Roque y Traube 2019a). Igualmente, Paulo Castro Seixas, especializado en antropología urbana por la Universidade de Santiago de Compostela y actualmente profesor de la Universidade de Lisboa, ha centrado sus trabajos en el Dili poscolonial en un contexto de transición y, posteriormente, ha analizado la cultura en tanto traducción (Seixas 2006, 2010; Seixas y Van Engelenhoven 2006). También de interés resultan los trabajos de Marisa Ramos Gonçalves, del Centro de Estudos Sociais de Coímbra, quien en su tesis doctoral (Gonçalves 2016) realizada en la Universidad de Wollongong (Australia), investigó acerca de la manera en que se están traduciendo a la lengua local nociones de derechos humanos, para analizar las dinámicas sociales por las cuales se construyen ideas locales sobre ellos. Vanda Narciso, por su parte, ha trabajado sobre la economía timorense desde una perspectiva de género (Narciso y Sousa Henriques 2020; Deus et al. 2021); Teresa Cunha ha escrito sobre la participación de las mujeres en la resistencia timorense, así como sobre su papel en el presente (Cunha 2017; Cunha, Freitas de Almeida y Bessa 2019); o Madalena Barreto (2014), que ha estudiado las interacciones culturales de los deportados a Timor durante la colonización portuguesa.
Trabajos timorenses de interés antropológico
En cuanto a las aportaciones de interés antropológico de la mano de timorenses, además de las realizadas por el mencionado Dionisio Babo-Soares, sobresalen las de Benjamin de Araújo e Côrte-Real (2003), un sociolingüista que ha tratado temas de la literatura oral mambai; Vicente Paulino (2020), sobre comunicación y cultura; Josh Trinidade (2012, 2016), acerca de la hibridación de la organización social del Estado y la sociedad tradicional y la noción de lo lulik como núcleo de los valores culturales timorenses; Irta de Araújo (2013), acerca de los aspectos sagrados de las matronas timorenses; y Valente de Araújo (2010), sobre las narrativas orales acerca de un ritual de producción.
Otras antropologías: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Francia y España
Desde Estado Unidos, los trabajos más interesantes que se han producido en estos últimos años -más allá de los aportes realizados tras el retorno a Timor-Leste de Elizabeth Traube (McWilliam y Traube 2011; Roque y Traube 2019b) y David Hicks (2015, 2020)- han sido los de Laura S. Meitzner Yoder (2003), Prash Naidu (2019) y Gabriel Tusinski (2015). Meitzner Yoder realizó su tesis doctoral en la Universidad de Yale, y en ella analiza la gestión de la tierra desde instituciones locales durante los varios regímenes por los que el país ha pasado. Posteriormente ha continuado interesada en las interacciones sociedad-Estado en gestión local del medio ambiente (Meitzner 2018, 2007). Naidu, de nacionalidad singapurense, hizo su tesis en la Universidad de Michigan acerca de las formas en que los hablantes de lengua mambai del suroeste del país percibían y daban sentido a los cambios socioecológicos en su entorno. Por su parte, Gabriel Tusinski, en su tesis realizada en la Universidad de Chicago, analiza cómo los proyectos de reconstrucción arquitectónica urbana posconflicto y los discursos de construcción de la nación revitalizan las sensibilidades culturales indígenas timorenses sobre el parentesco basado en la ida de “casa” y, al mismo tiempo, enmarcan estas prácticas de parentesco como incompatibles con los ideales democráticos.
Desde el Reino Unido, otra de las antropólogas que han venido realizando un trabajo interesante es Judith Bovensiepen. Alemana de nacimiento, se doctoró en la London School of Economics and Political Science en 2010, y posteriormente, en calidad de profesora de la Universidad de Kent, ha trabajado en temas como la teoría de rey extranjero, la precedencia, las oposiciones binarias, las sociedades de casas o las prospectivas económico-sociales del país (Bovensiepen 2015, 2018, 2021).
Desde Alemania, la indonesia Victoria Kumala Sakti (2018), actualmente miembro del Instituto Max Planck para el Estudio de la Diversidad Religiosa y Étnica, realizó una tesis doctoral en la Universidad Libre de Berlín desde la antropología psicológica acerca de las memorias de la violencia y el legado de la ocupación indonesia. El también alemán Alexander Loch (2007) hizo su disertación de doctorado -luego publicada en forma de libro- sobre las dinámicas del posconflicto en el país desde el punto de vista de la reconstrucción psicosocial.
El danés Henri Myrttinen (2010) defendió en la Universi dad de Kwazulu-Natal (Sudáfrica) su tesis doctoral, sobre la relación entre la construcción de la identidad de género masculino entre los jóvenes timorenses y la violencia urbana. La también danesa Maj Nygaard-Christensen ha realizado varias investigaciones sobre las intervenciones humanitarias, los rocesos de democratización y los imaginarios políticos (Nygaard-Christensen 2011, 2013) y editó, junto a Angie Bexley, un volumen sobre la realización de trabajo de campo en el país (Nygaard-Christensen y Bexley 2017).
En Francia, si bien no se ha llegado al nivel de producción alcanzado con las obras publicadas tras las misiones franco-portuguesas mencionadas (véase la nota 5), nos encontramos con algunos trabajos que vale la pena mencionar. Así, Dominique Guillaud, geógrafa del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) y del Museo Nacional de Historia Natural, ha trabajado sobre el Sudeste Asiático durante los últimos veinte años, y publicó algunos artículos sobre Timor-Leste (Guillaud 2015; Crespi y Guillaud 2018). Además de eso, también fue directora de la tesis doctoral defendida en el Museo Nacional de Historia Natural de París por la geógrafa cultural brasileña Bruna Crespi, de título “Sacralité, rituels et développement chez les Bunaq et Tetun de la région de Suai, Timor Oriental” (Crespi 2018). En ella, Crespi analiza el desarrollo de megaproyectos en el sur de Timor-Leste y la manera en que afectan la noción local de territorialidad de las sociedades locales de la región.
También desde España se ha hecho investigación sobre Timor. Lo más destacado en antropología es lo realizado por el equipo de la Universidade da Coruña, que hizo trabajo de campo en el país entre 2006 y 2013, con publicaciones centradas en el patrimonio cultural, pesca, rituales y religión, entre otros asuntos.6 Además, se han presentado varias tesis doctorales sobre la implantación de la misión de las monjas carmelitas en el país (Pérez Guardiola 2012), el papel de la iglesia sobre el proceso de autodeterminación (Pinheiro 2015), cooperación internacional en el ámbito de la educación (A. I. C. F. Silva 2020) y sobre aspectos sociolingüísticos de las relaciones entre estados lusófonos (J. P. A. C. Silva 2020).
Por otra parte, es de señalar por su valor etnográfico el documental Wawata Topu: Mermaids of Timor-Leste,7 dirigido por David Palazón y Enrique Alonso Población (2013), en el que se muestran la vida cotidiana, las prácticas económicas y las preocupaciones vitales de las mujeres pescadoras de un pueblo costero de la isla timorense de Ataúro (ubicada al norte de la capital, Dili).
Conclusiones
En los primeros años de independencia, la exploración antropológica estuvo muy vinculada a la necesidad de crear políticas concretas para la construcción y el desarrollo del país, por lo que apenas se encuentran trabajos etnográficos en los que se traten temas antropológicos puros. En palabras de Gunn (2007, 107): “La antropología como un fin en sí misma sigue siendo un lujo en un contexto en el que los trabajos sobre políticas son más valiosos”. En ese momento, buena parte de los estudios que se llevaron a cabo desde la academia centraron su atención en el proceso de construcción y reconstrucción nacional, igualmente desde la antropología. En este sentido, el papel de la ONU en la construcción del Estado-nación timorense ha sido analizado ampliamente por autores como Silva (2012) o Tanja Hohe (2002). Asimismo, se realizaron investigaciones sobre la reconstrucción psicosocial de una población que, después de décadas de sufrimiento y lucha, se enfrentaba a un nuevo escenario pacificado (Loch 2007; Wise 2006; Askland 2007). La articulación Estado-sociedad tradicional, en tanto formas de organización social encontradas, ha sido analizada desde las diversas instituciones y fenómenos sociales. Así, la encontramos -entre otros- en los análisis sobre la gobernabilidad y la hibridación Estado-sociedad tradicional (Hicks 2013; Nixon 2012), la justicia (Babo-Soares 2004; Nixon 2012; Hohe 2003; Simião 2015), la gestión de los recursos naturales (Meitzner 2003), el acceso y la propiedad de la tierra (Thu 2012; Mcwilliam 2008a; Meitzner 2003; Fitzpatrick, McWilliam y Barnes 2012), o la cultura local (Gárate Castro y Assis 2010; Hicks 2013). Encontramos, por tanto, que en la explosión inicial los trabajos se focalizaron bastante en el análisis de los problemas sociales con una perspectiva más o menos orientada a la propuesta de posibles soluciones. En ese sentido, se podría decir que las investigaciones han ido acompañando en buena medida los acontecimientos históricos en el país.
Tras la finalización de las misiones de la ONU, las investigaciones antropológicas, si bien mantuvieron un interés en el análisis de los problemas sociales del país, fueron perdiendo un poco esa orientación aplicada. Así, se centraron en temáticas más próximas al campo de la antropología académica:8 sociedades de casas, valores culturales, identidad, jerarquías sociales y precedencia, modos económicos locales, relaciones sociedad-Estado, impacto de los no humanos en la vida social (antepasados, deidades, espíritus, elementos materiales de la cultura), etcétera.
De entre todos los temas, probablemente el de las economías locales sea al que más atención se le ha dado en los últimos años. Ya McWilliam (2011) había apuntado cómo la seguridad económica doméstica y local podría ser uno de los motivos de la revitalización cultural del país, y como causa de ello, el uso de los intercambios rituales como mecanismo paliativo de redistribución de recursos tras la salida temporal de Timor de la economía mundial de mercado después de la independencia de Indonesia. También Fidalgo Castro (2015a) se ha interesado en el tema del régimen de intercambios rituales en tanto vehiculan bienes y medios de producción de las economías locales, y sugiere que funcionarían como una red social de seguridad económica informal. Bovensiepen (2018), por otro lado, se ha preocupado por las visiones de futuro del país, especialmente al analizar los macroproyectos económicos de infraestructuras y de explotación del petróleo. Más recientemente, Kelly Silva, Lisa Palmer y Teresa Cunha (en prensa) editaron un volumen específicamente dedicado a analizar cómo las diferentes articulaciones en relación con mecanismos de aprovisionamiento, producción, distribución y consumo son resultado de la pluralidad de los modos de existencia de la vida cotidiana de los timorenses.
Es interesante señalar que el interés por el país se ha mantenido en estos últimos veinte años por parte de una cantidad importante de académicos que iniciaron sus investigaciones después de la independencia. Muchos de ellos continúan interesados y realizan investigaciones de larga duración con una profunda comprensión de las culturas y las sociedades timorenses, lo que desde el campo antropológico siempre es garantía de calidad.
Como elemento negativo, cabría señalar el escaso número de timorenses que ha realizado investigaciones específicamente antropológicas. De los pocos antropólogos profesionales timorenses, la mayoría han ocupado cargos de responsabilidad en la Iglesia o el gobierno9 que los han mantenido alejados de la investigación científica. Esto, sumado a que no hay ninguna institución académica que se dedique específicamente a la docencia o a la investigación antropológica en el país, es uno de los elementos que han desincentivado la antropología social sobre Timor-Leste realizada por sus propios ciudadanos. Sería de interés, para el enriquecimiento del campo de estudios en el futuro, que académicos nacionales se pudiesen sumar, con competencia profesional, a los debates antropológicos sobre su propio país.