Primeramente, reconocemos y agradecemos el gran trabajo que realizan los revisores de Gaceta Médica de México. Aclaramos que en el manuscrito están expuestas las limitaciones del trabajo.1 Hemos sido claros que no se trató de un estudio epidemiológico y que reportamos la experiencia clínica de un solo centro de tercer nivel que se dedica a la atención de padecimientos neurológicos. La información se refiere a casos consecutivos de pacientes con diagnóstico de síndrome de Guillain-Barré atendidos en la institución durante cuatro años. En el desarrollo de la discusión, explicamos que los resultados deben considerarse con reserva, debido al sesgo de referencia y concentración de pacientes con síndrome de Guillain-Barré en la institución.1
La evidencia publicada en el mundo continúa sin establecer relación fisiopatológica entre el síndrome de Guillain-Barré y SARS-CoV-2 y solo se han reportado posibles mecanismos; sin embargo, los casos de síndrome de Guillain-Barré plausibles por el virus que ocasiona COVID-19 no difieren de otros casos de ese síndrome, como fue comentado en el artículo y una carta al editor anterior.
No estamos en contra de las vacunas y en el artículo se expuso que observamos una asociación en el tiempo, no fisiopatológica, de casos de síndrome de Guillain-Barré y el antecedente de aplicación de vacuna (menos de seis semanas).2 Por lo aprendido con la vacuna contra la influenza estacional, defendemos que la población sea vacunada contra virus respiratorios.3 Además, exponemos, como está escrito en el artículo, y extendemos más la información, que nuestra institución fungió como centro de referencia para atención de pacientes con sospecha de manifestaciones neurológicas por vacunas contra SARS-CoV-2 (síndrome de Guillain-Barré, encefalitis autoinmune, mielitis, etcétera). El síndrome de Guillain-Barré se presenta en población joven de 30 a 50 años; reiteramos que en años anteriores a la pandemia por COVID-19, el antecedente de vacunación previa no lo presentaban los pacientes con síndrome de Guillain-Barré, tal vez porque en 2018 y 2019, como en años anteriores, las campañas de vacunación contra enfermedades respiratorias (influenza estacional o infecciones por neumococo) eran dirigidas a personas adultas mayores o con factores de riesgo (mujeres embarazadas, obesidad, diabetes mellitus, etcétera).
La información del artículo está expuesta a sus lectores, y respetamos y consideramos todas las observaciones, sin embargo, estamos en desacuerdo con que sea considerada como falsa evidencia; solo reportamos el comportamiento clínico del síndrome de Guillain-Barré antes y durante la pandemia de COVID-19 en nuestra institución. Conocemos que toda información publicada en Gaceta Médica de México es sometida a pruebas rigorosas de evaluación para contestar preguntas específicas y es criticada desde el propio punto de expertos de los lectores.