Recientemente, Gaceta Médica de México publicó tres contribuciones vinculadas a los desafíos que implica la inteligencia artificial (IA) en el campo de la atención de la salud pública, en particular en procesos de enseñanza, formación e investigación biomédica. Reconocemos que existen planteos e interrogantes bioéticos aún no saldados,1 los cuales requieren ser profundizados desde la formación básica en ciencias de la salud, para orientar éticamente la futura práctica profesional e investigación científica. Es indudable que el avance de las herramientas basadas en IA como el Chat Generative Pretrained Transformer (ChatGPT) han revolucionado el acceso y la forma de abordar una consulta médica, con sus ventajas y desventajas.2 Incluso, ChatGPT se ha visualizado como un importante aliado para el diagnóstico clínico, lo que ha favorecido su utilización en los ámbitos de formación profesional y práctica clínica.3
En este comentario, aportamos la implementación de la asistente digital en salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llamada Florence, una trabajadora digital diseñada con IA (Figura 1), la cual no solo proporciona información sobre diferentes temas de salud (vacunas COVID-19, salud mental, tabaquismo, nutrición, vida saludable, etcétera), sino que, además, brinda orientación y recomendaciones específicas. Se encuentra disponible en varios idiomas, incluido el español, en la propia página de la OMS: https://www.who.int/es/campaigns/Florence.4
Inicialmente, fue una herramienta destinada a enfrentar los problemas del tabaquismo al inicio de la pandemia COVID-19, aunque también se utilizó para desactivar la circulación de información errónea sobre las vacunas contra COVID-19. Se ha convertido en un recurso para mejorar la salud de las personas a través del acceso a información de primera mano. Para interactuar con este agente virtual, se debe ingresar desde un dispositivo dotado de micrófono y cámara, y preguntar sobre el tema específico. De este modo, se inicia un diálogo virtual con Florencia, nombre en castellano de la asistente, la cual resulta ser muy empática y amigable, diseñada libre de preconceptos. Florencia contribuye a establecer un plan de vida saludable, además de brindar soluciones. La información que utiliza se basa en los conocimientos de la propia OMS, lo que garantiza la calidad de la información brindada.
De momento, la interacción es bastante rudimentaria y limitada en cuanto a los temas de salud, no obstante, se estima un mayor desempeño y cobertura de áreas de salud. Por último, cabe mencionar que la asistente fue desarrollada por la compañía Digital People Company Soul Machines, y recibe el apoyo de Amazon Web Services y Google iCloud.