El edadismo en la vejez
El informe mundial sobre edadismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que el edadismo es un problema que afecta globalmente a las personas mayores (“viejismo”),1 pero no es exclusivo de ellas: también afecta a niños, adolescentes y jóvenes.2 Una de cada dos personas tiene actitudes “viejistas”.1 Robert Butler acuñó el término edadismo, el cual describió como el prejuicio de un grupo etario hacia otros grupos de edad. El concepto abarca estereotipos, prejuicios y discriminación, que pueden ser negativos o positivos, explícitos o implícitos, y manifestarse directamente hacia otras personas o de forma autodirigida.3 El miedo a la muerte y la discapacidad contribuyen al edadismo, ya que las personas recurren a la evitación, segregación y rechazo para manejar la ansiedad relacionada con su propia mortalidad y deterioro físico.3,4 El objetivo de esta comunicación es visibilizar el problema del edadismo en la vejez y proponer mejores prácticas para combatirlo en los servicios de salud.
Edadismo en los servicios de salud
En el ámbito de la salud, el edadismo en la vejez (“viejismo”) puede resultar en diagnósticos tardíos, tratamientos subóptimos y disminución de la calidad de vida de las personas mayores, debido a nociones preconcebidas que asocian la vejez con enfermedad, deterioro y dependencia.3 Estas actitudes sesgadas pueden llevar al personal de salud a asumir que los padecimientos son parte normal del envejecimiento, a priorizar a pacientes más jóvenes, a evitar intervenciones o tratamientos necesarios o a infantilizar a las personas mayores. El edadismo influye en cómo las personas mayores perciben y se relacionan con los servicios de salud. Algunas pueden evitar buscar atención médica debido a experiencias previas de trato desatento, poco empático o, incluso, abusivo por parte del personal de salud. Las personas mayores pueden interiorizar estereotipos negativos sobre la vejez y asumir que sus problemas de salud son inevitables o que no merecen ser atendidos,4 lo que genera una barrera adicional para el acceso y el cumplimiento de las intervenciones de salud.
En la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022, se identificó que 14.4 % de la población de 60 años y más percibió ser discriminada en los servicios de salud y 42.5 % indicó que injustificadamente se le negó atención médica o medicamentos.5 En este sentido, el Sistema Nacional de Alerta de Violación de Derechos Humanos informa que entre enero y noviembre de 2023, las personas mayores fueron quienes reportaron más quejas por presuntas violaciones a sus derechos humanos, mientras que el sector con más quejas fue el de salud, por situaciones que dificultan el acceso a la atención médica o a las prestaciones de seguridad social.6
Creando conciencia sobre el edadismo en los servicios de salud
Las situaciones anteriores surgen de la interacción entre las personas mayores y el personal de salud, el cual desempeña un papel esencial en el ámbito sanitario. Una comunicación clara, respetuosa y comprensiva ofrece a las personas mayores la oportunidad de sentirse escuchadas, comprendidas y valoradas. Esta conexión mejora la relación entre la persona mayor y el personal de salud, lo que alivia el estrés y la ansiedad que a menudo acompañan a las consultas médicas. Además, facilita la participación de las personas mayores en su propia atención y cuidado, ayudándoles a comprender mejor su estado de salud, tomar decisiones informadas y cumplir los planes de manejo de manera efectiva.4 Reconocer la importancia de la comunicación en la formación de los profesionales de la salud contribuye a que la población mayor reciba una atención integral y centrada en la persona, que se respete su dignidad, fomente su autonomía y contribuya a su bienestar general.
Inclusión visual de las personas mayores
La representación visual es fundamental para combatir el edadismo en la atención de la salud y fomentar la inclusión. Representar adecuadamente la diversidad y la heterogeneidad de las personas mayores en las campañas visuales puede desafiar los estereotipos y promover una visión más realista de la vejez.7 Los materiales de apoyo deben ser inclusivos y adaptados a las necesidades de las personas mayores, con el empleo de un tamaño de letra adecuado para facilitar la comunicación con el personal de salud.4 Es esencial que las representaciones visuales muestren que la vejez no equivale a dependencia, enfermedad o discapacidad, para evitar el edadismo visual. La OMS ha desarrollado un kit de herramientas para hacer frente a este problema y llevar a cabo la campaña global contra el edadismo.8
Mejores prácticas contra el edadismo en la vejez
Fortalecer el buen trato hacia las personas mayores en los servicios de salud es clave para mejorar su bienestar y dignidad. Lo anterior se puede lograr a través de la implementación de recomendaciones de mejores prácticas, retomando propuestas internacionales para combatir el edadismo,9,10 algunas de las cuales se muestran en la Figura 1.
Conclusiones
El edadismo en la vejez es un problema complejo que requiere atención y acción por parte de la sociedad y el personal de salud. Visibilizar este problema y promover mejores prácticas contribuye a construir un sistema de salud libre de discriminación y malos tratos, en el que se proporcione una atención incluyente y equitativa, con un enfoque centrado en la diversidad y la singularidad, teniendo en cuenta las necesidades físicas, mentales, emocionales y sociales de las personas mayores.