Hace unos días, el Director de la Facultad de Medicina dio la bienvenida a la generación de futuros médicos que quedará identificada como Generación 2016, y comentó que el 68% de la población correspondía a mujeres. Desde hace algunos años esta feminización de la licenciatura es un evento reiterado. Este cambio no es sólo en México, en otras escuelas y en otros países está ocurriendo algo semejante, aunque esta tendencia no ha ido aparejada con un cambio en la cultura y en la educación médica.
Otro fenómeno interesante es la presencia de mujeres en puestos que regularmente eran ocupados por hombres: tenemos ahora una Secretaria de Salud, ya hubo una Directora en los Institutos Nacionales de Salud, y a la fecha hemos tenido dos secretarias académicas generales y dos secretarias administrativas en la Facultad de Medicina. La presencia de jefas de departamento ha sido algo más frecuente, y ahora la Revista de la Facultad tiene una Editora. Gracias, señor Director, por la oportunidad.
En este número se incluye un artículo sobre el cáncer pulmonar y los estrógenos, en el que se propone la posibilidad de los tratamientos diferenciados en algunas patologías, como el cáncer pulmonar, y una más importante, recordar que el pulmón es un órgano dimórfico; esto reconoce la importancia de la respuesta diferente de acuerdo con el estado hormonal del sujeto en estudio, que en la mayoría de las ocasiones tiene relación con el sexo del individuo. Sí, se sabe que hay tumores que tienen relación con el estado hormonal del sujeto, que la respuesta inflamatoria e inmune es modulada por las hormonas sexuales al igual que el metabolismo de fármacos y tóxicos, y que el desarrollo pulmonar tiene una gran influencia estrogénica, pues consideremos que pueden también ser parte de la solución y no sólo del problema.
Por varias décadas no se incluían en los estudios clínicos a las mujeres, o a las hembras en los experimentales, y algunos de los argumentos para esta situación eran “las variaciones hormonales que hacían difícil la interpretación de los resultados”, y los costos, por mencionar algunos.
Resulta que, ahora, esa diferencia es la que está determinando las variaciones en la respuesta a los tratamientos y en la evolución de los pacientes. Además, abre la posibilidad de considerar nuevas estrategias terapéuticas con base en la disimilitud de respuestas.
Es importante considerar a la diversidad como posibilidad e incluirla cuando se decida planear un estudio o tomar alguna decisión, u otorgar algún puesto, porque “no todo es rosa ni todo es azul”, el arcoíris nos da más opciones.
Por mi raza hablará el espíritu
Teresa Fortoul van der Goes
Editora
Resumen curricular
Médico cirujano, egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM, con Especialidad en Neumología, Hospital General de México. Maestría y Doctorado en Ciencias por la UNAM. Maestría en Comunicación y Tecnología Educativa (ILCE). Licenciada en Letras y Literatura Hispánicas, Facultad de Filosofía y Letras (UNAM). Fellowship FAIMER Institute (Foundation for Advancement of International Medical Education and Research) Philadelphia, Pennsylvania, Estados Unidos.
Integrante de la Comisión de Ética de la División de Investigación y del Comité de Carrera de la Licenciatura de Médico Cirujano de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Profesora de carrera titular C, tiempo completo; coordinadora de Ciencias Básicas de la Facultad de Medicina, UNAM; PRIDE D e integrante del Sistema Nacional de Investigadores Nivel III.
Ha publicado varios artículos de investigación y difusión en revistas nacionales y extranjeras. Ha participado como autora en varios capítulos de libros y ha sido editora de libros de su especialidad. Es editora adjunta de la Revista de Investigación en Educación de la Facultad de Medicina, y ha formado alumnos en licenciatura y posgrado.