Mundo respiratorio. Noticias y comentarios
Dr. Jorge Salas Hernández. Reconocimiento al Mérito Médico 2021 ¿Qué
es un reconocimiento?
MD. Jorge Salas Hernández. Recognition of Medical Merit 2021 What
is an award?
Patricio Javier Santillán-Doherty1
*
1Director Médico, Instituto Nacional de
Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas, Ciudad de México,
México.
Reconocer, según varios diccionarios del español, significa en su primera y principal
acepción, distinguir o identificar a una persona o una cosa entre varias por una serie
de características propias. La Real Academia Española presenta 12 acepciones sobre el
término, todas válidas si uno piensa en el motivo del presente escrito, sin embargo, tal
vez resulta interesante resaltar la onceava acepción que se refiere a la gratitud:
«agradecer un beneficio o un favor recibidos».
Esta última es la intención de la presente nota, agradecer la distinción que el gremio
médico y quirúrgico dedicado a las enfermedades respiratorias recibe gracias al
reconocimiento nacional que ha merecido un distinguido miembro de este gremio. Octavio
Paz, al recibir el Premio Nobel de Literatura de 1990, inició su discurso refiriéndose,
precisamente, al agradecimiento. Dijo en su momento, «...Gracia es perdón,
indulto, favor, beneficio, nombre, inspiración, felicidad en el estilo de hablar o
de pintar, ademán que revela las buenas maneras y, en fin, acto que expresa bondad
de alma. La gracia es gratuita, es un don; aquel que lo recibe, el agraciado, si no
es un mal nacido, lo agradece: da las gracias.»
Eso es lo que hace la comunidad NCT (Neumología y Cirugía de Tórax) en este momento,
agradecer la distinción que se hace al área neumológica por medio del Reconocimiento al
Mérito Médico 2021, que ha recibido un distinguido miembro de nuestra comunidad. Pero
lejos de que esto nos empuje al hybris (concepto griego que significa
«desmesura» y alude al ego desmedido, a la sensación de omnipotencia, al deseo de
transgredir los límites que los dioses inmortales impusieron al humano frágil y mortal,
sinónimo de soberbia, arrogancia o prepotencia), es lo opuesto que debemos manifestar a
través de la sobriedad y la moderación. Volver al humus, a la tierra,
aterrizarnos en nuestra humanidad y pensar que, parafraseando a Newton, nos encontramos
aquí porque estamos parados sobre hombros de gigantes; estamos aquí porque alguien cuidó
de nosotros: madres/padres, abuelos, hermanas/hermanos, tías/tíos, primas/primos,
amistades, esposas/esposos, parejas, maestras y maestros, mentores y todos nuestros
«otros significativos» son responsables de que estemos aquí; se preocuparon por nosotros
y nos han amado.
El Dr. Jorge Salas Hernández ejemplifica todas las acepciones del término
«reconocimiento», como la acción de distinguir sus méritos que hace el Gobierno Federal
a su persona, por un lado, y el sentimiento que expresa la persona que reconoce o
agradece un favor o bien recibidos: el honor por él recibido se traslada necesariamente
a todo el gremio neumológico que se representa en él. Ese honor, para no ser
malagradecidos, como dice Paz, se agradece. Eso es lo que se hace aquí: reconocerle y
reconocernos en él.
Antecedente
El día 17 de octubre de 1995 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el
Acuerdo por el que se establece el Reconocimiento al Mérito Médico, firmado por el
entonces Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y el Secretario de Salud, Juan
Ramón de la Fuente Ramírez, como justo reconocimiento a los médicos que, a lo largo
de su trayectoria profesional, se han distinguido por sus contribuciones a la
formación de recursos humanos para la salud, sus invaluables aportaciones a la
investigación científica y tecnológica en el campo de la medicina, su lucha
permanente contra la enfermedad y su incansable labor en la creación de un México
con instituciones de salud más sólidas.
El reconocimiento consiste en un diploma y en una cantidad en numerario, que
anualmente es determinada por la Secretaría de Salud, y se entregará en el lugar que
determine el Comité instituido por el Consejo de Salubridad General, en ceremonia
solemne verificada el día 23 de octubre de cada año, fecha que se celebra el Día del
Médico. Este reconocimiento se ha entregado en 27 ocasiones a un total de 31 médicas
y médicos (Tabla 1).
Tabla 1: Lista de médicos y médicas que han sido reconocidos al Mérito Médico
por la Secretaría de Salud.
No. |
Año |
Nombre |
1 |
1995 |
Dr. Salvador Zubirán Anchondo |
2 |
1996 |
Dr. Clemente Robles Castillo |
3 |
1997 |
Dr. Magín Puig Solanes |
4 |
1998 |
Dr. Guillermo Ruiz Reyes |
5 |
1999 |
Dr. Guillermo Soberón Acevedo |
6 |
2000 |
Dr. Ramón de la Fuente Muñiz |
7 |
2001 |
Dr. José Laguna García |
8 |
2002 |
Dr. Fernando Ortiz Monasterio |
9 |
2003 |
Dr. Donato Alarcón Segovia |
10 |
2004 |
Dr. Misael Uribe Esquivel |
11 |
2005 |
Dr. Rubén Argüero Sánchez |
12 |
2006 |
Dr. Julio Sotelo Morales |
13 |
2007 |
Dr. Jesús Kumate Rodríguez |
14 |
2008 |
Dr. Carlos MacGregor Sánchez
Navarro |
15 |
2009 |
Dr. José Ruiloba Benítez |
16 |
2010 |
Dr. Juan Ramón de la Fuente
Ramírez |
17 |
2011 |
Dr. Romeo Rodríguez Suárez |
18 |
2012 |
Dr. Silvestre Frenk Freund |
19 |
2013 |
Dr. José Narro Robles |
20 |
2014 |
Dr. David Kershenobich
Stalnikowitz Dr. Luis Guillermo Ibarra Ibarra |
21 |
2015 |
Dr. Octavio Rivero Serrano |
22 |
2016 |
Dr. Mario César Salinas Carmona
Dr. Eduardo Rodríguez Noriega |
23 |
2017 |
Dr. Roberto Constantino Tapia
Conyer |
24 |
2018 |
Dra. Mercedes Juan López Dr.
Enrique Graue Wiechers |
25 |
2019 |
Dra. Teresita Corona Vázquez |
26 |
2020 |
Dra. Aura Argentina Erazo Valle
Solís |
27 |
2021 |
Dr. Jorge Salas Hernández Dr.
Manuel Martínez Lavín García Lascurain |
Mensaje del Dr. Jorge Salas Hernández
La medicina, más allá de la ciencia, es la oportunidad de servir a los demás de
múltiples formas, por ejemplo: atendiendo y acompañando a los pacientes y sus
familiares durante el proceso de la enfermedad; formando a los jóvenes médicos en el
pregrado y en el posgrado de las especialidades en los campos que practicamos;
investigando en varias esferas que permiten abonar en el conocimiento de los
problemas de salud. En fin, siempre el quehacer es continuo, cambiante e infinito.
Por ello, ejercer la medicina es un privilegio para quienes nos dedicamos a
ella.
Estoy convencido de que la formación del médico inicia desde la educación familiar,
en donde la disciplina, la responsabilidad, la honestidad y la dedicación son los
valores que se inculcan desde la infancia, por lo menos este ha sido mi caso.
Posteriormente, se cristaliza en el aprendizaje de la medicina a través de los
textos, los pacientes y los maestros. Aquí hago una pausa para agradecer esas etapas
de mi formación al Dr. Héctor Hernández Ortuño, a la Dra. Rocío Chapela Mendoza y al
Dr. Moisés Selman Lama, siempre consejeros, siempre mentores; pero también a todos
los amigos y colegas que de muchas formas han influido en mí hasta la actualidad, de
todas y todos ustedes conservo vivo su ejemplo y llevo a cabo sus enseñanzas.
El reconocimiento al Mérito Médico 2021 que me ha sido otorgado (Figura 1), me enorgullece, pero sobre todo me da la oportunidad
de agradecer a quienes me nominaron y al jurado de evaluación; es gratificante que
la trayectoria profesional de quienes hemos sido acreedores a este reconocimiento
sea revisada y evaluada por pares, por grandes personajes de la medicina actual, y
consideren que el trabajo desarrollado ha sido útil, sin duda es estimulante para
continuar con esta tarea.
Este reconocimiento que he recibido es también un reconocimiento a las escuelas que
me han formado y donde orgullosamente he ejercido esta maravillosa profesión: la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de
Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas (INER).
La UNAM en la juventud me abrió sus aulas para la adquisición de conocimientos, me
dio la oportunidad de conocer y acercarme a grandes maestros, me llevó del pregrado
al posgrado, y aun ahora en la madurez me mantiene activo en la docencia de la
Neumología, me cambió la vida personal y profesional.
El INER me ha dado la oportunidad de recorrer -guiado- todos los pasos de mi
formación profesional, desde el primer año de la residencia médica hasta hoy
desempeñar la responsabilidad en la Dirección General, siempre rodeado de la mejor
gente, de los mejores maestros, de brillantes colaboradores, de maravillosas
secretarias y de los incondicionales amigas y amigos; también incluye a todas y
todos los colegas y compañeros de trabajo con quienes mantengo análisis de casos
clínicos, procesos de formación de médicos, revisión de proyectos, críticas
propositivas, recomendaciones, consejos, y tantas actividades más.
Al igual que La Academia Nacional de Medicina, la conjunción de tantas virtudes,
conocimientos y ejemplo de vida de los más grandes médicos mexicanos, qué honor que
me hayan propuesto.
Indudablemente, estas honorables instituciones y sus brillantes integrantes han
contribuido en gran medida a este logro, así que gran parte de este reconocimiento
justamente les corresponde a cada uno de todas y todos ustedes.
Siempre gracias al apoyo incondicional y continuo de Teresa, Erika, Edgar, Georgina y
Valentina, mi familia, con ustedes todo, sin ustedes nunca hubiera logrado esto.
Ojalá que el trabajo desarrollado haya tenido el mejor de los impactos en los
enfermos y en los alumnos, con quienes he tenido la fortuna de relacionarme, y que
el trabajo en el INER y su magnífica plantilla de trabajadores sirva para aliviar
las enfermedades de nuestra población, para contribuir en la educación de mujeres y
hombres de bien, y al final del camino tengamos la satisfacción de haber cumplido
con nuestro querido México.
Gracias a todos.
Por mi raza hablará el espíritu.
Mundo respiratorio. Noticias y comentarios
In memoriam: Dr. José Pérez Neria
In memoriam: MD. José Pérez Neria
José Rogelio Pérez-Padilla1
*
1Departamento de Investigación en
Tabaquismo y EPOC, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias
Ismael Cosío Villegas. Ciudad de México, México.
José Pérez Neria (Figura 1) nació en Xalapa,
Veracruz, completó sus estudios de medicina en la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) el 23 de agosto de 1960 y la Especialidad de Pediatría por la UNAM en
el Hospital Infantil de México «Dr. Federico Gómez».
Fue becado después a un laboratorio de fisiología, en la base aérea militar de
Alburquerque, Nuevo México, en pleno desierto, donde estudió la función respiratoria
en los pilotos a diferentes alturas simuladas sobre el nivel del mar, utilizando los
prototipos del día de los oxímetros de pulso, gigantescos, de costo altísimo y cuyo
sensor se colocaba en el lóbulo de la oreja, además de los equipos de fisiología
respiratoria. Durante este entrenamiento desarrolló sus conocimientos sobre
matemáticas, física en general y física de los gases que fueron de mucha ayuda en su
carrera, además del tema que sería su favorito: la fisiología respiratoria.
En 1963 se fundó el Centro Médico Nacional del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), que lo contrató al regreso a México. Laboró en el Servicio de Neumología
Pediátrica a cargo del Dr. Ángel Gardida Chavarría, gran amigo de él, quien gestionó
la formación de un laboratorio de fisiología respiratoria en el cual José Pérez
Neria personalmente hacía los estudios en los niños, pionero, por lo tanto, en los
estudios funcionales en pediatría y en la generación de valores de referencia.1,2 Fue invitado a hacerse cargo del Laboratorio de
Fisiología Respiratoria del Instituto Nacional de Enfermedades Pulmonares (actual
INER) a raíz de la renuncia de la Dra. Alicia González Zepeda en 1979, invitado por
el Dr. Horacio Rubio Monteverde. Con el Dr. Pérez Neria se inició la capacitación
formal del personal y su participación en proyectos de investigación generados en el
mismo departamento.
Un producto relevante de esta profesionalización fue el diplomado de fisiología
pulmonar con duración de un año, que inició en 1984 y sustituyó en parte a la
especialidad en fisiología respiratoria que se desarrollaba en el Centro Médico
Nacional y que formó a muchos encargados de laboratorios de función pulmonar en
México, desaparecida de golpe, por una decisión administrativa y burocrática.
El sismo de 1985 destruyó parte de la infraestructura hospitalaria de la Ciudad de
México, por lo que el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional fue acomodado
en el Hospital General de la zona sur apodado «la hormiga» con muy limitado equipo
de función pulmonar, mientras que la parte de neumología de adultos se trasladó al
Centro Médico Nacional «La Raza». A partir de ese momento su reducto para el estudio
de la función pulmonar fue el INER a donde se cambió de tiempo completo y exclusivo
cuando se jubiló del IMSS, tomando la jefatura del Departamento de Fisiología
Respiratoria.
Una muestra de su dedicación e inventiva fue el diseño de un espirómetro de turbina,
que en su momento hubiera sido de gran ayuda porque se estimaba un costo mucho más
bajo que los disponibles en el mercado en el momento. El proyecto quedó en
exposiciones y en el prototipo, como otros en nuestro medio, por ausencia de interés
de casas comerciales o industriales en llegar a la comercialización, tampoco
favorecida por el sector gubernamental. En el tintero quedó también un proyecto para
realizar un pletismógrafo, la llamada caja corporal, instrumento que sigue teniendo
un costo altísimo para su aportación clínica.
El 3 de febrero de 1986 fue encargado del área de enseñanza del INER y en 1988 se
convirtió en director de enseñanza, sin dejar de participar en su diplomado de
fisiología respiratoria. El 1o de agosto de 1989 quedó encargado del
Departamento de Investigación en Salud Ambiental y Fisiología, luego llamado
Departamento de Investigación en Salud Ambiental, por lo que el Dr. Pérez Neria debe
considerarse un pionero en la investigación sobre los efectos de los contaminantes
ambientales sobre la salud en México, realizando las primeras evaluaciones del
impacto de la exposición a la ceniza del volcán Popocatépetl sobre la función
respiratoria y los síntomas respiratorios en pobladores de regiones aledañas.
Siempre fue una persona afable, tolerante y generaba en los sitios donde trabajaba un
ambiente cordial que se convertía en lugar de reunión o de visita de personal de
otros servicios.
Renunció al Departamento de Salud Ambiental y Fisiología en noviembre del año 2002
por jubilación y sobrevivió 18 años a la misma, apartado de la vida académica y de
la medicina, dedicado a su familia.
El Dr. Héctor Ocaña-Servín, alumno y colaborador, organizó junto con el Colegio de
Neumólogos del Estado de México un reconocimiento en vida en el año 2014 donde habló
de «los ismos en la pintura y en el arte», su afición favorita desde joven: la
pintura al óleo y la acuarela.
Falleció el 21 de octubre del año 2020.
Agradecimientos
Se agradece la colaboración de los doctores Héctor Ocaña Servín, Elpidio Juárez,
Alicia Rojas y Rosa María Cuenca, amigos y compañeros del Dr. Pérez Neria que
ayudaron a reconstruir en parte lo más esencial de su currículum, sobre todo
acerca de su trabajo fuera del INER.
Referencias bibliográficas
1. Pérez Neria J, Gardida Chavarría A, Pérez Becerra JL, Reyes
Cunningham G. Gasometría arterial en niños durante el ejercicio. Neum Cir
Tor. 1980;41(1):33-37.
[ Links ]
2. Pérez Neria J, Cureño Pérez M, Gardida Chavarría A, Reyes
Cunningham G. Función ventilatoria en niños normales de la Ciudad de México.
Neum Cir Tor. 1978;39(2):87-90.
[ Links ]
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Mundo respiratorio. Noticias y comentarios
In memoriam: Dr. Eduardo Sada Díaz
In memoriam: MD. Eduardo Sada Díaz
José Rogelio Pérez-Padilla1
*
1Departamento de Investigación en
Tabaquismo y EPOC, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias
Ismael Cosío Villegas. Ciudad de México, México.
El día 2 de noviembre del año 2020 falleció en la Ciudad de México el Dr. Eduardo
Sada Díaz (Figura 1), a un mes de cumplir 67
años de edad, después de completar su ciclo laboral en el Instituto Nacional de
Enfermedades Respiratorias, donde realizó íntegramente su carrera clínica y
académica.
Se graduó de médico por la Universidad Nacional Autónoma de México el 23 de enero de
1977 con mención honorífica. Tuvo estudios de posgrado en medicina interna entre
1978 y 1981 y en infectología entre 1981 y 1983, ambos en el Instituto Nacional de
la Nutrición avalados por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Después realizó una estancia entre 1983 y 1984 en el laboratorio de micología clínica
de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, donde aprendió técnicas
para la evaluación de la inmunidad que después aplicó a la tuberculosis.
Ingresó al INER en noviembre de 1984 como jefe del Departamento de Investigación en
Microbiología, puesto que mantuvo hasta el 29 de agosto de 2008.
Fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores e investigador de los Institutos
Nacionales de Salud de México desde 1989 hasta su jubilación en junio de 2017.
Durante su trabajo en el INER desarrolló el laboratorio de investigación en
tuberculosis, colaborando con colegas de Estados Unidos y formando a los miembros
actuales del departamento que continúan en la misma línea de trabajo. Relevante es
su participación como investigador principal en el proyecto «Expresión de la
tuberculosis en el pulmón» de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, con
colaboraciones entre 1992-1997 y entre 2000-2005. También recibió apoyo del CONACYT
en varias ocasiones para proyectos de investigación en los cuales participaron
estudiantes de maestría y doctorado.
Fue miembro numerario de la Academia Nacional de Medicina desde el año 2000 y de
varias sociedades científicas relacionadas con la infectología y la
tuberculosis.
Recibió el premio «von Behring-Kitasato» de la Academia Nacional de Medicina en el
año 2006 por sus investigaciones en inmunología.
Sin duda ha sido uno de los pilares para el desarrollo institucional que se llevó a
cabo en el INER, con la descentralización administrativa y su incorporación a los
Institutos Nacionales de Salud de México a partir de 1982.
Detrás de una apariencia distraída, que llegaba a confundir a los que no lo conocían,
estaba siempre su brillantez, gentileza, amabilidad, humildad, alegría y
simpatía.
Desarrolló relaciones afectuosas con sus compañeros de trabajo, colegas y con sus
abundantes pacientes.
Conjuntó las características ideales del médico académico, que se han añorado, por su
escasez, tanto en países desarrollados como en los nuestros: médico capaz, educador
e investigador, tomando como tema de estudio la tuberculosis, el origen del INER y
de la especialidad respiratoria, que lejos de erradicarse, reaparece con fuerza y en
formas más peligrosas.
Después de completar su trabajo en el INER, continuó atendiendo pacientes y
participando activamente en la enseñanza de residentes del Hospital ABC hasta pocos
días antes de su fallecimiento. Fueron afortunados al contar con un maestro clínico
de excelencia y nosotros en el INER de haberlo tenido por 30 años.
Concuerdo con Arnoldo Kraus cuando dice: «Eduardo Sada: Hay pérdidas irreparables. La
tuya es una de ellas».1
Referencias bibliográficas
1. Kraus A. México: inmenso cementerio. El Universal. 8 de
noviembre de 2020. Opinión.
[ Links ]
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Mundo respiratorio. Noticias y comentarios
2019: Y la máquina se detuvo…
2019: And the machine stopped...
José Luis Sandoval-Gutiérrez1
1Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias Ismael Cosío Villegas, Ciudad de México,
México.
Imagina, si puedes, una pequeña habitación de forma hexagonal como la
celda de una abeja.
E.M. Forster The Machine Stops. 1909
Edward Morgan Forster (Londres, Inglaterra; 1 de enero de 1879-Coventry, Inglaterra;
7 de junio de 1970) fue un novelista, ensayista y libretista británico. Sus obras
abordan las diferencias de clase y la hipocresía de la sociedad general1 (Figura 1). Escribió en 1909 el cuento de ciencia ficción denominado
La máquina se detuvo (Figura
2). http://www.visbox.com/prajlich/forster.html
Este relato de un éxito relativo, sin traducción al español de forma editorial sólo
por iniciativas aisladas,2 nos
describe una realidad que algunos pudiesen decir que se adelantó a lo que surge 110
años después. Imaginarnos en área de confinamiento no debería sonar ajeno a lo que
se vive actualmente (Figura 3).
En diciembre de 2019 un nuevo virus apareció en la tierra y cambió el estilo de vida
de más de 7,000 millones de habitantes. La forma que se presenta esta situación nos
hace pensar en una distopía (representación ficticia de una sociedad futura de
características negativas causantes de la enajenación humana).3
Es importante repasar algunos extractos de este relato:
«La máquina», afirmaban, «nos alimenta, nos viste,
nos aloja; a través de ella hablamos entre nosotros».
Había veces que se le autorizaba
la eutanasia a algún amigo.
La superficie de la tierra ya era inhabitable.
La primera medida fue acabar con los respiradores.
Creamos la máquina para que hiciera nuestra
voluntad, pero ahora ya no logramos que lo haga.
¡Subí con mi respirador, mis toallas higiénicas y mis pastillas de alimento! ¡Mejor
así que no salir!
«Me había topado con unos de esos selladores de goma que nos protegen del aire
exterior».
Las lágrimas bañaban el rostro de su madre. Sabía que estaba condenado. Si no moría
hoy, moriría mañana.
Luego busqué un respirador y comencé.
En esos tiempos ser musculoso no era valorado.
Los fuertes sufren la eutanasia para que la máquina continúe funcionando.
No había contacto físico entre las personas.
«Las obligaciones de los padres», decía el libro La máquina se
detuvo, «terminan al momento del nacimiento».
Pero no se permitía que la tasa de mortalidad
superara la tasa de natalidad.
Algunos pedían a gritos la eutanasia o los respiradores, o maldecían a la
máquina.
«Oh, mañana algún idiota reiniciará la máquina».
Y en el párrafo final se profetiza:
«La humanidad nunca ha aprendido la lección».
Esperemos que la narrativa anterior se quede en el género de la ciencia ficción. A
mediados del mes de julio de 2020 se anunció la esperanza de una vacuna.4 Esperemos que en esta ocasión la
humanidad sí haya aprendido la lección.
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Mundo respiratorio. Noticias y comentarios
Dr. Mario Molina Entre la capa de ozono y el
COVID-19
Mario Molina Between the ozone layer and COVID-19
José Luis Sandoval-Gutiérrez1
1Neumólogo Intensivista, Doctorado en
Investigación Médica. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias
Ismael Cosío Villegas. Ciudad de México, México.
José Mario Molina Pasquel y Henríquez (Figura 1)
(Ciudad de México, 19 de marzo de 1943-07 de octubre de 2020),1 egresado de la Facultad de Química de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recibió el Premio Nobel de Química
en 1995 gracias a un trabajo presentado en 1974 en la revista
Nature,2 donde
se plasmaba que los clorofluorocarbonos (CFC) afectaban la capa de ozono, todo esto
llevando a crear el protocolo de Montreal,3 donde las compañías decidieron cambiar los componentes
de producción industrial para disminuir la emisión de los mismos.
Hasta el momento es el único mexicano galardonado en ciencia con el Premio Nobel,
abriendo siempre el debate sobre cuáles son las condicionantes para realizar
investigación de primer nivel en nuestra región latinoamericana.
Conocido mundialmente con el nombre de Dr. Mario Molina, luego de haber sido
galardonado se dedicó a la difusión sobre la necesidad de estar conscientes de la
contaminación ambiental y el cambio climático.
Es de señalar que su última aportación publicada fue sobre la posible transmisión
aérea del COVID-19.4
Su muerte deja un gran vacío en el mundo académico nacional, dejando la esperanza de
que nuevos talentos puedan representar al país en este ámbito en el futuro.
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In memoriam: Guillermo Soberón Acevedo
In memoriam Guillermo Soberón Acevedo
José Luis Sandoval-Gutiérrez1
*
1Neumólogo Intensivista, Doctorado en
Investigación Médica. Subdirección de Servicios Auxiliares de
Diagnóstico y Paramédicos. Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias Ismael Cosío Villegas. Ciudad de México,
México.
Guillermo Soberón Acevedo (Iguala, Guerrero, México, 29 de diciembre de 1925-12 de
octubre de 2020) fue un médico, químico, académico y político mexicano (Figura 1). Fue rector de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y Secretario de Salud.1
Durante su trayectoria se caracterizó por ser un creador de instituciones, el mismo
Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias adquirió esa denominación bajo su
mandato en la Secretaría de Salud.
Tuvo una vida longeva, sus memorias permiten observar los diferentes campos de
decisión.
Su paso por la máxima casa de estudios, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y
Nutrición «Salvador Zubirán», la Secretaría de Salud y Asistencia, el Colegio
Nacional, la Fundación Mexicana para la Salud, etcétera, le permitió tener una
visión amplia de la medicina en el país.
En una ocasión, un alto representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
retirado de sus funciones, me comentaba los grandes personajes que llegó a conocer
en su trabajo, como presidentes y embajadores, me atreví a preguntarle cuál de todos
de ellos lo había impresionado más; se quedó pensativo unos segundos y me contestó:
«Guillermo Soberón».
Tenemos la obligación de leer sus memorias2 y estudiar su trayectoria, ya que los retos son enormes
y el tiempo en contra.
Referencias bibliográficas
1. Colaboradores de Wikipedia. Guillermo Soberón Acevedo [en
línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2021 [fecha de consulta: 25 de
octubre de 2020]. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Sober%C3%B3n_Acevedo
[ Links ]
2. Soberón G. El médico, el rector. México: Fondo de Cultura
Económica; 2015.
[ Links ]
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