Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Salud Pública de México
versión impresa ISSN 0036-3634
Salud pública Méx vol.49 no.1 Cuernavaca ene./feb. 2007
ARTÍCULO ORIGINAL
Heterogeneidad en la expresión del comercio sexual femenino en la Ciudad de México
Heterogeneity in the expression of female sexual commerce in Mexico City
Felipe Uribe-Salas, Dr en CI; Mauricio Hernández-Avila, Dr en CII; Carlos Conde-González, Dr en CI; Luis Juárez-Figueroa, MCI
ICentro de Investigaciones sobre Enfermedades Infecciosas, Instituto Nacional de Salud Pública. Cuernavaca, Morelos, México
IIDirección General, Instituto Nacional de Salud Pública
RESUMEN
OBJETIVOS: Evaluar la relación entre características indagadas en el nivel individual de mujeres trabajadoras sexuales (MTS) con el tipo de sitio en que trabajan.
MATERIAL Y MÉTODOS: Se construyó un marco muestral de sitios (bares, estéticas y puntos de calle) en la Delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México. Durante 1993, fueron seleccionadas MTS que contestaron un cuestionario sobre características socioeconómicas, demográficas y de comportamiento sexual, y proporcionaron una muestra de sangre para la evaluación de la seroprevalencia del virus herpes simplex tipo 2 (VHS-2) mediante la prueba de Western blot.
RESULTADOS: Características de las mujeres como edad, escolaridad, índice de nivel socioeconómico, indicadores de comportamiento sexual y seroprevalencia del VHS-2, estuvieron relacionados con el sitio de trabajo.
CONCLUSIONES: Diferentes características socioeconómicas y de comportamiento sexual, medidas en el nivel individual de las mujeres estudiadas, estuvieron significativamente relacionadas con procesos sociales como el de la organización del sexo comercial femenino en la Ciudad de México. Esta organización no es homogénea, sino que toma diferentes expresiones según sitios de trabajo.
Palabras clave: mujeres; trabajadoras sexuales; sitios de trabajo; Ciudad de México
ABSTRACT
OBJECTIVES: To evaluate the relationships among the socioeconomic, demographic, and sexual behavior characteristics of commercial sexual workers (CSW) and their work site.
MATERIAL AND METHODS: A sampling frame was constructed in the Delegación Cuauhtémoc, México City, which included massage parlors, bars, and street points. During 1993, women were selected who answered a questionnaire that inquired about socio-economic and demographic characteristics and sexual behavior, and who gave a blood sample for evaluating the seroprevalence of the herpes simplex virus type 2 (HSV-2), which was evaluated using a Western blot test.
RESULTS: Characteristics such as age, education, socio-economic level, sexual behavior, and seroprevalence indicators were related with the work site variable. This last variable was associated with the women's sexual behavior and with the prevalence of antibodies against HSV-2.
CONCLUSIONS: Socio-economic and sexual behavior characteristics of the women studied, measured at the individual level, were significantly related with social processes such as the organization of commercial sex in Mexico City. This organization is heterogeneous, taking on different expressions depending on the type of work site.
Key words: women; female sex workers; working site; Mexico City
El comercio sexual femenino, entendido como una organización social heterogénea que incluye a los que venden y a los que compran servicios sexuales, así como a los intermediarios de dicha transacción,1 ha sido poco estudiado en el contexto de la epidemia de VIH en México. La mayoría de los trabajos que han estimado las prevalencias de infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), han concentrado su atención en el elemento más visible de esta organización: las mujeres trabajadoras sexuales (MTS).2-9 No obstante, pocas veces se ha intentado abordar el problema de la heterogeneidad en la expresión del comercio sexual femenino en México. Hernández-Avila y colaboradores observaron que el comercio sexual femenino no era homogéneo, sino que se manifestaba en diferentes contextos socioeconómicos en la ciudad de México entre 1990 y 1991, los que podían clasificarse en sitios de trabajo como puntos de calle y bares.10 De acuerdo con estos autores, las mujeres que participaban en cada uno de estos sitios tenían características socioeconómicas que podrían ser relevantes para la realización de intervenciones contra diferentes ITS, ya que era evidente la existencia de prevalencias diferenciales de las infecciones según el sitio que se tratara.
El tema del estudio de los sitios de trabajo de las MTS es de actualidad, debido a que durante los últimos 13 años no ha habido cambios legislativos significativos que puedan modificar la expresión del sexo comercial femenino en la Ciudad de México. En julio de 2005, se llevó a cabo el foro convocado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal titulado "Una visión integral sobre sexo-servicio en el DF". De varias propuestas para abordar el problema, el más radical fue el que planteaba la necesidad de su legalización,11 cuya ausencia ha traído como consecuencia que sus organizadores, no las MTS o los clientes, sean quienes configuren diferentes tipos de oferta de servicios sexuales dirigidos a individuos de diferentes niveles socioeconómicos y que se clasifican de acuerdo con el sitio de trabajo de las MTS.
El comercio sexual está constituido también por MTS e intermediarios de la transacción. La dinámica que se establece entre estos elementos no es homogénea, ya que la entrada a un sitio de trabajo está mediada por las características de las mujeres que buscan trabajo en el comercio sexual tales como la edad, escolaridad, nivel socioeconómico y lugar de nacimiento, hipótesis que hemos planteado sobre la base de diferentes estudios realizados en MTS en la Ciudad de México.5,10,12-14
Para la realización del presente trabajo, utilizamos la información recabada en un estudio llevado a cabo en 1993, en el que se diseñó un marco muestral de sitios de trabajo tales como bares, puntos de calle y estéticas,14 con el fin de evaluar la relación que existe entre las características socioeconómicas, demográficas y de comportamiento sexual de MTS de la Ciudad de México con el sitio de trabajo en que laboraban en el momento de la entrevista.
Material y métodos
Construcción del marco muestral y selección de la muestra
Se realizó un estudio transversal cuya metodología ha sido presentada previamente.12 En resumen, durante el otoño de 1992 se construyó un marco muestral de sitios tales como puntos de calle, bares y estéticas en la Delegación Cuauhtémoc, en la Ciudad de México. Se seleccionaron aleatoriamente 30 de 106 bares identificados y la totalidad de las estéticas (n=10) y puntos de calle (n=20). En el transcurso de 1993 se seleccionaron 826 MTS, de las cuales 82 trabajaban en estéticas, 375 en bares y 369 en puntos de calle.
Cuestionario
Previo consentimiento informado, las mujeres contestaron un cuestionario que indagaba, entre otras cosas,13 las siguientes características de las personas: edad, nivel de escolaridad, estado civil, índice de bienes y sitio de trabajo. Asimismo, se evaluaron las siguientes características de comportamiento sexual: número de clientes durante la última semana, uso consistente de condón, antecedentes autorreferidos de ITS durante toda su vida y tiempo de ejercer el trabajo sexual. Se utilizó un marcador biológico de comportamiento sexual mediante la estimación de la seroprevalencia de anticuerpos específicos contra el VHS-2.
Definición de variables y análisis de resultados
El "sitio de trabajo" se consideró como una variable contextual de tipo integral que refleja las características de grupos de población. De acuerdo con Roux y Aiello,15, 16 las variables integrales no se derivan de las características individuales de los miembros del grupo, pero las describen. En este sentido, existen variables medidas en el nivel individual fuertemente condicionadas por los procesos que operan en el nivel de los grupos sociales y que en el presente trabajo están representados por los sitios de trabajo. Para probar este argumento, se realizó un análisis bivariante por medio de la prueba de ji cuadrada para ver la relación entre el sitio de trabajo y las características individuales de las mujeres. La escolaridad se clasificó en tres niveles: a) bajo, que no habían ido a la escuela o no habían terminado la educación primaria; b) medio, que habían concluido la educación primaria y/o tenían estudios de secundaria, y c) alto, que habían terminado la educación media superior y superior. El tiempo de ejercicio del trabajo sexual fue agrupado como sigue: a) menos de un año; b) entre uno y cinco años, y c) entre seis años y más. En relación con la distribución de la edad de las mujeres, se crearon cuatro categorías con intervalos de 7 años: 17-23; 24-30; 31-37 y >=38 años. En la variable "estado civil" se contempló, además de la diferencia entre mujeres casadas y solteras, una tercera categoría que aglutinaba a viudas, separadas y en unión libre. A partir de la metodología propuesta por Briones17 para la construcción de índices en el contexto de las ciencias del comportamiento social, se construyó un índice de bienes que incluyó refrigerador, videocasetera y automóvil. En la primera y tercera categorías fueron agrupadas las mujeres que tuvieron todos y ninguno de los bienes, respectivamente. En la segunda se incluyó a las que tuvieron uno o dos. Se realizó una validación externa del índice con el fin de evaluar si ese constructo medía una misma dimensión básica y en qué grado lo hacía. Para ello se realizó una prueba de asociación entre el índice construido y algunos "bienes" que no formaron parte de en la construcción original del índice, como fueron TV a colores y plancha eléctrica. Se utilizó la prueba de gamma como estadístico de concordancia de las categorías de las variables analizadas.
Se evaluó el número de clientes con que las MTS tuvieron relaciones sexuales durante la última semana de trabajo y se establecieron las siguientes categorías 1: ninguno; 2: 1-5; y 3: >6. El uso de condón se consideró como consistente cuando las MTS refirieron haberlo usado con los últimos tres clientes. Se estimó la seroprevalencia de anticuerpos específicos contra el VHS-2 por medio de la prueba de inmunoelectrotransferencia, utilizando la glicoproteína gG2 como antígeno.18
Debido a que la variable "sitio de trabajo" tenía tres categorías, se realizó un análisis de regresión logística multinomial a través del programa estadístico SPSS, versión 13.0. En este análisis, la variable fue codificada con los valores 0 (calle), 1 (bar) y 2 (estética), con dos funciones logísticas:19 una que busca el contraste entre la categoría 1 (bar) respecto de la categoría de referencia 2 (estética), y la otra entre la categoría que toma el valor 0 (calle) respecto de la categoría de referencia 2 (estética). Con esto se procura evaluar si las características de las personas que trabajan en estética son significativamente diferentes a las que trabajan en bar y en calle.
En el presente trabajo se asumió que la movilidad de las mujeres entre sitios de trabajo no era significativa. Dicho supuesto fue evaluado al revisar la relación entre el sitio donde trabajaban las MTS en el momento del estudio y el sitio en el que empezaron a ejercer en la Ciudad de México. La relación se evaluó con las pruebas de ji cuadrada (prueba de independencia) y V de Cramer (evaluación de la magnitud de la asociación entre las variables).
Resultados
Los resultados mostraron una asociación estadísticamente significativa entre el sitio de trabajo y las características individuales de las MTS incluidas en el cuadro I. Características como edad, escolaridad, nivel socioeconómico y comportamiento sexual, estuvieron relacionadas significativamente con el sitio donde desarrollaban su trabajo. Aunque las MTS estudiadas en estética son semejantes a las que trabajan en bar respecto de la edad y escolaridad, las segundas tuvieron un menor nivel socioeconómico, evaluado por el índice de bienes. Las MTS de calle estuvieron menos representadas proporcionalmente en las categorías de edad de 24 años en adelante respecto de las de estética, lo que significa que aquéllas fueron más jóvenes respecto de éstas y tuvieron probabilidades significativamente mayores de pertenecer a las categorías de menor escolaridad y menor índice de nivel socioeconómico.
La pertenencia de las mujeres a un determinado sitio de trabajo estuvo relacionada significativamente con las características de comportamiento sexual (cuadro II). Por ejemplo, las mujeres de bar tuvieron una probabilidad significativa de haber tenido menor número de clientes durante la última semana de trabajo en relación con las mujeres de estética, pero no hubo diferencias en ese rubro entre estas últimas y las mujeres de calle. En promedio, el número de relaciones sexuales con clientes durante la última semana de trabajo fue de 9.25, 7.91 y 0.23 para las mujeres de calle, estética y bar, respectivamente (p<0.001, por prueba de análisis de varianza). Asimismo, la probabilidad de que las MTS de bar hubieran utilizado en forma consistente el condón fue significativamente menor respecto de las mujeres de estética; pero mayor entre las que trabajaban en los puntos de calle respecto de las de estética. Al tomar como referencia a las MTS de estética, las de calle tuvieron probabilidades significativamente mayores de haber trabajado más tiempo en el comercio sexual, mientras que con las de bar no mostraron diferencias. Aunque en el análisis bivariante hubo disparidades en las proporciones del antecedente de ITS en las mujeres de calle, bar y estética, en el análisis multivariante no se mantuvieron. Encontramos que no hubo diferencia significativa en las probabilidades de encontrar un resultado positivo al VHS-2 entre las MTS de bar y de estética; pero la probabilidad fue 2.4 (IC95% 1.0-5.2) veces mayor entre las de calle respecto de las de estética (cuadro III). La prueba de bondad de ajuste del modelo multivariante fue estadísticamente significativa (p<0.001).
La relación entre el sitio de trabajo de las MTS en el momento del estudio y aquel donde empezaron a trabajar en forma regular en la Ciudad de México, fue estadísticamente significativa y la magnitud de la asociación fue alta (0.89) (cuadro III). La pregunta sobre el sitio en que las mujeres empezaron a trabajar en el comercio sexual alude a varias opciones, cuya clasificación es consistente con las categorías de calle, bar y estética. Por ejemplo, las que dijeron haber empezado a trabajar en centro nocturno y en restaurante aludieron a sitios cuya clasificación fue consistente con la categoría "bar". Asimismo, las que dijeron haber empezado a trabajar en hotel, en realidad empezaron a hacerlo en un punto de calle, en el que estaban asignadas por un determinado hotel.13
Discusión
Los resultados de este trabajo indican que, el que las mujeres trabajen en un determinado sitio en la Delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México está mediado por sus características socioeconómicas y demográficas. Así, por ejemplo, en su conjunto, las MTS de calle ingresan más jóvenes en el comercio sexual y tienen un indicador del nivel socioeconómico y de escolaridad más bajo respecto de las de bar y estética. Aunque en este estudio no se evaluó su lugar de origen, se tiene la hipótesis de que el ingreso a un determinado sitio de trabajo se relaciona con esta variable. La migración interna de mujeres de otros estados de la República a la Ciudad de México se relaciona con un ingreso proporcionalmente mayor de mujeres a sitios como calle. Asimismo, proporciones mayores de MTS nacidas en la Ciudad de México tienen una representación mayor en sitios como bar y estética.5 Se tenía la hipótesis de que la proporción de mujeres solteras era mayor en los puntos de calle que las de los bares y estéticas, y viceversa, que las casadas predominaban en estos dos últimos sitios respecto de las de calle. Sin embargo, los resultados no mostraron diferencias significativas entre esas relaciones. El hecho de trabajar en un sitio específico está relacionado con indicadores de comportamiento sexual. En el presente trabajo encontramos que las mujeres de calle y de estética tienen un mayor número de relaciones sexuales por semana con clientes, respecto de las que trabajan en bares; pero, al mismo tiempo, utilizaron el condón en forma consistente con mayor frecuencia que las de bar. También se relacionaron las características de las mujeres que representan periodos de exposición para adquirir ITS, como el tiempo de ejercer el trabajo sexual y el antecedente autorreferido de ITS, con el sitio de trabajo. Aunque no se encontraron diferencias en el antecedente autorreferido sobre ITS de acuerdo con el sitio de trabajo, las mujeres de calle tuvieron una probabilidad significativamente mayor de pertenecer a las categorías de mayor tiempo en el ejercicio del trabajo sexual. En el análisis multivariante pudo observarse que las mujeres que trabajan en calle tuvieron una probabilidad significativamente mayor de infección por el VHS-2, respecto de las de estética. Todas las diferencias anteriormente expuestas sobre las características de las MTS respecto de los sitios de trabajo quedan respaldadas por su poca movilidad entre los sitios (cuadro III).
La consecuencia más importante de este análisis epidemiológico para abordar el fenómeno del comercio sexual femenino en el terreno social es que el sitio de trabajo representa un elemento estructural selectivo de mujeres según su origen social. Históricamente, se ha observado en diferentes sociedades que en la parte social más alta han estado las mujeres que tienen algo más que vender que su cuerpo: la geisha, la hetera, la cortesana y la cocotte, y en la parte social más baja las esclavas o las mujeres pertenecientes a minorías sociales.20
En la actualidad existe en la Ciudad de México una gama de ofertas en el comercio sexual femenino. Uno de los contextos socioeconómicos y demográficos, que no fue abordado por este estudio, está constituido por los circuitos de artistas, modelos, edecanes, call girls para políticos y empresarios.21-23 Destacan también las mujeres que trabajan en estéticas y bares como una oferta para individuos de clase media, y las que trabajan en la calle para los de clase baja.11 Estas observaciones llevan implícito el mensaje de que también los clientes tienen distinto origen social, según el sitio en que tienen contacto con las MTS. Sin embargo, no se han hecho estudios en México sobre la caracterización social y epidemiológica de los clientes. Un análisis epidemiológico, realizado sobre la base de un muestreo poblacional en una área de nivel socioeconómico bajo de la Ciudad de México, reportó que 25% de los hombres entrevistados habían tenido relaciones sexuales con MTS.24 Debido a que no eran sus objetivos, ese trabajo no dice nada sobre las MTS ni sobre el contexto social en que los clientes las conocieron.
Si bien la información presentada en este trabajo fue recopilada hace 13 años, es de actualidad, debido a que los grandes rubros que hemos analizado sobre la expresión del sexo comercial en la Delegación Cuauhtémoc no han cambiado significativamente. Puede recorrerse nuevamente el mapa que se construyó sobre los puntos de calle, bares y estéticas, y puede constatarse que la expresión del sexo comercial sigue reproduciéndose. No son los mismos bares, puntos de calle o estéticas, por supuesto; pero lo que importa es que las mujeres que ahí trabajan siguen expresando diferencias socioeconómicas y de comportamiento sexual según sitio de trabajo, como lo ha manifestado recientemente Lamas.11 La conclusión que se desprende de este trabajo es que las diferentes características socioeconómicas y de comportamiento sexual, medidas en el nivel individual de las mujeres estudiadas, están significativamente relacionadas con procesos sociales como lo es la organización del sexo comercial femenino en la Ciudad de México. Esta organización no es homogénea, sino que toma diferentes expresiones según los sitios de trabajo analizados. Así, por ejemplo, las MTS que trabajan en los puntos de calle no se encuentran solamente en la escala social más baja del trabajo sexual femenino en la Ciudad de México, sino que ofrecen sus servicios en la vía pública y, por lo tanto, son socialmente más visibles que las que trabajan en otros sitios y susceptibles a ser visualizadas por grupos sociales con diferentes intereses económicos, políticos, sociales y culturales,25-28 de tal suerte que forman parte de una temática política y social de actualidad.
Agradecimientos
Los autores agradecen al Ing. Ricardo Irastorza, director editorial de la revista científica AgriScientia, de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, la revisión editorial de este manuscrito.
Referencias
1. Day S. Prostitute women and AIDS: Antropology. AIDS 1998;2:421-428. [ Links ]
2. Hyams KC, Escamilla J, Lozada-Romero R, Macareno-Alvarado E, Bonilla-Giraldo N, Papaditos TJ, et al. Hepatitis B infection in non-drug abusing prostitute population in Mexico. Scand J Infect Dis 1990;22:527-531. [ Links ]
3. Güereña-Burgueño F, Benenson AS, Sepúlveda-Amor J. HIV-1 prevalence in selected Tijuana subpopulations. Am J Public Health 1991;81:623-625. [ Links ]
4. Valdespino-Gómez JL, García-García ML, Del Río-Chiriboga C, Cruz Palacios C, Loo-Méndez E, López-Sotelo A. Las enfermedades de transmisión sexual y la epidemia de VIH/SIDA. Salud Publica Mex 1995;37:549-555. [ Links ]
5. Uribe-Salas F, Del Río-Chiriboga C, Conde-Gonzalez CJ, Juárez-Figueroa L, Uribe-Zúñiga P, Calderón-Jaimes E et al. Prevalence, incidence, and determinants of syphilis in female commercial sex workers in Mexico City. Sex Transm Dis 1996;23:120-126. [ Links ]
6. Juárez-Figueroa L, Uribe-Salas F, Conde-González C, Hernández-Avila M, Olamendi-Portugal M, Uribe-Zúñiga P et al. Low prevalence of hepatitis B markers among Mexican female sex workers. Sex Transm Infect 1998;74:448-450. [ Links ]
7. Conde-Gonzalez CJ, Juárez-Figueroa L, Uribe-Salas F, Hernández-Nevárez P, Scott-Schmid D, Calderón E et al. Analysis of herpes simplex virus 1 and 2 infection in women with high risk sexual behavior in Mexico. Int J Epidemiol 1999;28:571-576. [ Links ]
8. Juárez-Figueroa L, Wheeler CM, Uribe-Salas F, Conde-González CJ, Zamilpa-Mejía LG, García-Cisneros S et al. Human papilomavirus. A highly prevalent sexually transmitted disease agent among female sex workers form Mexico City. Sex Transm Dis 2001;28:125-130. [ Links ]
9. Alvarado C, Briones ML, Castruita DE, Lazalde BP, Villegas E, Arizpe A, et al. Prevalence of Chlamydia trachomatis infection in registered female sex workers in Northern Mexico. Sex Transm Dis 2003;30:195-198. [ Links ]
10. Hernández-Avila M, Uribe-Zúñiga P, De Zalduondo B. Diversity in commercial sex work systems. Preliminary findings from Mexico City and their implications for AIDS interventions. En: Chen L, Sepúlveda J, eds. AIDS and women's reproductive health. New York: Plenum Press, 1992. [ Links ]
11. Lamas M. ¿Prostitución, sexoservicio o trabajo sexual? Proceso 2005;1500: 69. [ Links ]
12. Uribe-Salas F, Hernández-Avila M, Juárez-Figueroa L, Conde-González CJ, Uribe-Zúñiga P. Risk factors for herpes simplex virus type 2 infection among female comercial sex workers in Mexico City. Int J STD & AIDS 1999;10:105-111. [ Links ]
13. Uribe-Salas F. Prevalencia y determinantes de enfermedades de transmisión sexual en mujeres trabajadoras sexuales en el sexo comercial en la ciudad de México (tesis de Maestría en Ciencias). México: UNAM, 1997. [ Links ]
14. Uribe-Salas F, Hernández-Avila M, Conde-González CJ, Juárez-Figueroa L, Allen B, Anaya-Ocampo R et al. Low prevalence of HIV infection and sexually transmitted disease among female commercial sex workers in Mexico City. Am J Public Health 1997;87:1012-1015. [ Links ]
15. Diez-Roux AV. Bringing context back into Epidemiology: Variables and fallacies in multinevel analysis. Am J Public Health 1998;88:216-222. [ Links ]
16. Diex-Roux AV, Aiello AE. Multilevel analysis of infectious diseases. J Infect Dis 2005;191(suppl 1):S25-S33 [ Links ]
17. Briones G. Métodos y técnicas de investigación para las ciencias sociales. México: Trillas, 1998:151-158. [ Links ]
18. Sánchez-Martínez D, Pellet PD. Expression of HSV-1 and HSV-2 glycoprotein G in insect cells by using a novel baculovirus expression vector. Virology 1991;182:229-238. [ Links ]
19. Borooah VK. Logit and probit ordered and multinomial models (Quantitative applications in the Social Sciences). New York: Sage Publications, 2001. [ Links ]
20. Bullough V, Bullough B. Women and prostitution. A social history. Nueva York: Prometheus Books, 1987: 193. [ Links ]
21. Pérez Gay R. Paraísos en venta. Nexos 2001;284:28-33. [ Links ]
22. Fadanelli G. Viaje al centro de la noche. Nexos 2003;303:34-39. [ Links ]
23. Quintana Garay A. El trabajo sexual en el mundo actual. Aventurera. Quo 20;núm. esp.:70-75. [ Links ]
24. Romieu I, Herrera E, Hernández M, Sepúlveda-Amor J. Condom use in clients of commercial sex workers in Mexico City. VII Internacional conference on AIDS. Florencia, Italia, 16-21 de junio, 1991. [ Links ]
25. Proponen Akabani y Aboitiz crear zonas rojas en el Distrito Federal. La Jornada, 2005 agosto 9; sec. La Capital. [ Links ]
26. Para 15 trabajadoras sexuales llegó el momento de cerrar un capítulo. La Jornada, 2006 marzo 28; sec. La Capital. [ Links ]
27. Respeto a acuerdos laborales, exigen trabajadoras sexuales. Letra S, núm. 118, 2006 mayo 4: 2. [ Links ]
28. Fotografiar prostitutas me ayudó a encontrarme: Maya Goded. La Jornada de en medio, 2006 mayo 7:2-3. [ Links ]
Fecha de recibido: 22 de agosto de 2006
Fecha de aceptado: 27 de septiembre de 2006
Solicitud de sobretiros: Dr. Felipe Uribe. Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas, Instituto Nacional de Salud Pública. Av. Univesidad 655, col. Santa María Ahuacatitlán. 62508 Cuernavaca, Morelos, México. Correo electrónico: fjuribe@correo.insp.mx