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Salud Pública de México

versión impresa ISSN 0036-3634

Salud pública Méx vol.52 no.2 Cuernavaca mar./abr. 2010

 

NOTICIAS DE SALUD AMBIENTAL

 

Algo no está a plomo

 

 

Cuando el tratamiento del agua causa contaminación con plomo*

En septiembre de 2009, los padres de familia, el personal de las escuelas y los políticos se inquietaron mucho al enterarse de que los niños de muchas escuelas en Estados Unidos de América (EUA) están bebiendo no sólo agua sino plomo y otros contaminantes cuando sacian su sed en los bebederos escolares. Pero el panorama inquietante que pintó el análisis que la Prensa Asociada [Associated Press] hizo de los datos de la Agencia de Protección Ambiental de EUA (EPA) puede ser sólo una pequeña parte de un todo más preocupante, porque el problema del plomo en el agua para beber afecta no sólo a las escuelas sino también a los hogares. En años recientes ha surgido la contaminación con plomo como una consecuencia no buscada de los cambios que sufre el agua como resultado de los tratamientos que tienen por objeto mejorar su calidad.

Dado que el plomo típicamente entra en el agua sólo después de que ésta ha salido de la planta de tratamiento, resulta difícil de monitorear. "Es imposible decir cuán comunes o importantes sean estas exposiciones al plomo y a otros metales porque no se monitorea la contaminación que ocurre dentro del sistema de distribución", señala Rich Valentine, profesor de ingeniería de la Universidad de Iowa.

Según la EPA, la exposición al plomo en el agua potable puede dar como resultado el retardo en el desarrollo físico o neurológico en los bebés y niños, y puede provocar hipertensión y problemas renales, así como cáncer en los adultos. Es más, un creciente corpus de evidencia sugiere que puede haber efectos adversos sobre la salud incluso a niveles inferiores a 10 en la sangre, el "nivel preocupante" al cual los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la intervención.

"El plomo en el agua es una fuente subestimada de ingestión de plomo", dice Bruce Lanphear, pediatra epidemiólogo de la Universidad Simon Fraser de Vancouver. Según los cálculos de los CDC, en promedio un 10-20% de la exposición de los niños al plomo se da a través del agua que beben. Si bien la pintura y el polvo son las causas más comunes de los niveles elevados de plomo en la sangre de los niños, en algunos casos el agua de la llave puede ser una fuente primaria de exposición.

Se relaciona el agua de la llave con el exceso de plomo

En general, el agua para beber brota prácticamente libre de plomo debido a que la mayoría de las aguas de manantial tienen naturalmente niveles muy bajos. El metal se introduce en el agua de la llave cuando ésta pasa por las tuberías de servicio y a través de junturas soldadas con plomo, o cuando permanece junto a accesorios de latón y bronce que lo contienen. En años recientes, los cambios que alteran la química del agua como resultado de su tratamiento han ocasionado que se contamine con plomo, debido a la desestabilización de los sarros minerales con plomo que recubrían las tuberías y a la corrosión de soldaduras, tuberías, grifos y accesorios con plomo.

Los residentes de Washington, DC, bebieron sin darse cuenta agua contaminada con plomo desde el año 2001 hasta el 2004 cuando se cambió el uso del cloro al de la cloramina como desinfectante del agua, lo cual provocó que se liberara plomo. Los registros de monitoreo de la compañía de agua citados por el Washington Post del 31 de enero de 2004 mostraron que en más de 4000 hogares las pruebas realizadas mostraron niveles por encima de 15 ppb, que es el nivel de acción de la EPA en el cual las empresas de servicios públicos deben dar pasos para remediar el problema. Cientos de hogares tenían niveles de plomo superiores a 300 ppb; en unos cuantos hogares y 1 escuela, el agua de la llave contenía más de 5000 ppb de plomo.

En un estudio publicado en el número de Environmental Science & Technology del 1º de marzo de 2009, Marc Edwards, ingeniero ambiental del Instituto Politécnico y la Universidad del Estado de Virginia, y Dana Best, pediatra del Centro Médico Nacional Infantil en Washington, DC, compararon el número de bebés y niños pequeños del Distrito de Columbia con niveles de plomo en la sangre de más de 10 µg/dL antes y después del cambio en el método de tratamiento del agua. "A un mínimo absoluto, esta contaminación masiva afectó a muchos centenares de niños durante tres años", dice Edwards. Además, los 40000 niños del DC que estaban en el seno materno o que utilizaron fórmula durante ese periodo de tres años pueden haberse visto igualmente afectados por estar expuestos al plomo en el agua de la llave. Estos niños, que ahora tienen entre 4 y 9 años de edad, pueden presentar un riesgo incrementado de problemas futuros de salud y de comportamiento asociados a la exposición al plomo, según Edwards. Estos hallazgos contradicen los estudios anteriores que no encontraron vínculos entre el agua de la llave del DC y los niveles de plomo mayores de 10 µg/dL en la sangre de los niños.

Best señala que los hallazgos cambiaron su perspectiva sobre el plomo en el agua. "Me sorprendió mucho ver nuestros resultados y descubrir que el agua contaminada con plomo puede causar envenenamiento por plomo en los niños", dice. "Yo creía que el plomo en el agua era un problema del pasado."

 

 

Pero hay evidencias de que no es simplemente un problema del pasado y de que el caso del DC no es único, dice Edwards. En Greenville, Carolina del Norte, los trabajadores de la salud pública atribuyeron los niveles de plomo de más de 20 µg/dL hallados en la sangre de un niño de 1 año de edad al agua de la llave que había corroído una soldadura de plomo en la tubería de su hogar. En algunos casos, partículas diminutas de plomo se adhirieron a alimentos tales como la pasta cocinada en agua contaminada. Las pruebas realizadas en esta pasta revelaron que una sola porción contenía más plomo que una despostilladura de pintura de plomo del tamaño de una moneda de 10 centavos. Cuando la familia dejó de usar el agua de la llave contaminada para cocinar, el nivel de plomo en la sangre del niño disminuyó drásticamente.

John Morrow, director de salud pública del Condado de Pitt, dice: "Yo quisiera saber qué tan común es que el plomo del agua potable eleve los niveles de plomo en la sangre. Hemos intentado hacer que los padres traigan a sus niños. Hemos tratado de lograr que los médicos hagan pruebas a todos los niños de 1 a 2 años de edad. Pero éstas sólo se han hecho en 45% de los niños [del condado], de modo que sencillamente no sabemos."

En 2006, el agua de la llave de Durham, Carolina del Norte, fue fuente de un elevado nivel de plomo en otro niño. Los funcionarios de salud pública vincularon el envenenamiento del niño con el agua potable después de que encontraron más de 800 ppb de plomo en el agua de la llave de su hogar como resultado de una soldadura corroída. No se encontró en el hogar del niño ninguna otra fuente de plomo.

De manera similar, según el gerente de las plantas de la Comisión de Servicios Públicos de Greenville, Barrett Lassiter, no hay tuberías de plomo en esa ciudad. Sin embargo, los dos casos de Durham y Greenvile fueron finalmente atribuidos a un cambio en la sustancia química coagulante utilizada por las empresas de servicios públicos de la ciudad para aclarar la turbiedad natural del agua. El cambio del uso de aluminio al de cloruro férrico alteró la proporción entre el cloruro y el sulfato del agua potable, lo cual provocó corrosión, dice Edwards. En Lakehurst Acres, un fraccionamiento público en Maine, un nuevo sistema de tratamiento de agua con intercambio aniónico que elimina el arsénico provocó que los niveles de plomo en el agua de la llave excedieran los 1000 ppb y dieran como resultado niveles elevados de plomo en la sangre de varios niños y adultos. De 36 adultos y niños sometidos a pruebas, seis tenían niveles de plomo en la sangre iguales o mayores de 10 µg/dL, y nueve tenían niveles de 5-9 µg/dL, según el toxicólogo del estado de Maine Andrew Smith.

 


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El departamento de Smith encontró que un problema similar en al menos dos escuelas del estado era atribuible al hecho de que extraen su agua de sus propios pozos. Si bien el agua de pozo típicamente es baja en plomo, con frecuencia está contaminada con arsénico que ocurre naturalmente. "[El intercambio aniónico] es una manera popular de eliminar el arsénico", dice Smith. "Me pregunto cuántos otros saben que estos sistemas de eliminación de arsénico pueden tener consecuencias no planeadas para la química del agua que pueden llegar a liberar cantidades sustanciales de plomo que habían estado relativamente inmóviles desde hace mucho tiempo."

La científica ambientalista Marie Lynn Miranda, directora de la Iniciativa para la Salud Ambiental Infantil de la Universidad Duke, y sus colegas también encontraron una asociación entre un cambio en el tratamiento del agua y un incremento de los niveles de plomo en la sangre de niños en el Condado de Wayne, una tercera localidad de Carolina del Norte. Su estudio, publicado en el número de EHP de febrero de 2007, examinaba el efecto del uso de la cloramina. Cuando los autores compararon datos sobre los análisis de plomo en la sangre, la edad de las viviendas y la fuente de agua potable para varios millares de niños, encontraron que el cambio a la cloramina coincidió con un incremento de los niveles elevados de plomo en la sangre. El efecto fue más notable en las casas construidas antes de 1950, que según los autores tienen más probabilidades de tener tuberías de plomo o soldadura de plomo.

"Nuestro trabajo y el de equipos como el de Edwards podría cambiar la manera en que la comunidad de salud pública ve los riesgos provenientes del plomo en el agua y llevarla a centrar su atención en las regulaciones federales sobre el plomo en el agua, las cuales requieren una urgente revisión", dice Miranda.

Las lagunas del LCR

La ley de la EPA que regula el plomo en el agua para beber -el Reglamento Nacional de Agua Potable de Uso Básico en Materia de Plomo y Cobre (en inglés, LCR) de 1991- exige a las compañías de agua que tomen muestras del agua de la llave doméstica para detectar los niveles de plomo. Los pozos privados que dan servicio a las guarderías, a las escuelas o a las empresas comerciales también están cubiertos por este reglamento. Las empresas de servicio de agua deben realizar muestreos en un número relativamente pequeño de hogares con alto riesgo de tener niveles elevados de plomo, por ejemplo, las casas de las que se sabe que tienen tuberías o soldadura de este material. El tamaño del sistema de agua determina cuántas muestras deben recolectarse en cada periodo de muestreo. Para una gran metrópolis el número podría ser de 100 casas. Para un sistema que dé servicio a 10 000 o menos casas, deberán recolectarse 40 muestras. El intervalo entre las muestras puede variar de 6 meses a 3 años; los sistemas que cumplen con el reglamento requieren de muestreos menos frecuentes.

La EPA exige a las empresas de servicio de agua que prueben el agua del primer chorro (o la primera extracción) que haya estado en las tuberías durante un mínimo de 6 horas. Idealmente no debería haber plomo en ninguna muestra, pero bajo el reglamento LCR hasta 10% de las casas de alto riesgo de las que se tomaron muestras podrían tener niveles de plomo por encima de 15 ppb. Si más de 10% de este conjunto de muestras presenta niveles de plomo de más de 15 ppb en la llave del agua, entonces se exige a las empresas de servicio que notifiquen a los clientes y a veces que tomen medidas para remediarlo, entre las que puede incluirse el remplazo de las tuberías de plomo situadas debajo de lugares públicos como calles y aceras.

"La mayoría de la gente piensa que las normas actuales de la EPA respecto al plomo en el agua potable se establecieron para proteger la salud pública", dice Yanna Lambrinidou, presidenta de la asociación Padres de Familia por Alternativas No Tóxicas, un grupo de abogacía a favor de la salud infantil en Washington, DC. "De modo que si una empresa de servicio de agua dice que su agua se ajusta a la norma sobre el plomo, la gente lo acepta y no se preocupa por el agua." Pero en esencia una compañía de agua podría satisfacer todos los requisitos de la EPA y aun así tener 9% de casas con muestras que arrojen niveles peligrosos de plomo en su agua.

Es más, hay miles de maneras de pasar por alto niveles de plomo elevados accidental o intencionalmente, dice Edwards. Entre éstas se incluye el no elegir las casas que están en las peores condiciones, o no permitir que el agua permanezca por suficiente tiempo en las tuberías antes de tomar la muestra, quitar el aireador (una criba que se le pone a la llave del agua para reducir el chorro y/o conservar el agua) antes de tomar la muestra, y hacer el muestreo en los meses más fríos (cuando las concentraciones de plomo en el agua son más bajas porque el plomo se disuelve con menos facilidad en el agua helada).

El Resumen de Investigación Reportado al Consejo Directivo de las Autoridades de Agua y Alcantarillado del Distrito de Columbia [WASA], un informe independiente de 2004 comisionado por WASA para investigar las causas de la contaminación con plomo en DC, enumera múltiples puntos en los que el hecho de que la empresa de servicio no siguiera las prácticas óptimas entre 2001 y 2003 ocultó la escala del problema. Se excluyeron cinco muestras de agua con niveles elevados de plomo, lo que evitó que WASA excediera los límites del LCR. En algunos casos se desalojaba el agua de las llaves antes de tomar las muestras. Y una vez que se reconoció el problema, la notificación exigida por la ley para informar al público afectado se imprimió como una pequeña parte de un folleto de papel satinado sobre todas las fuentes de plomo. Según el informe, el folleto "no alertaba claramente a los consumidores de que el reciente incremento de los niveles de plomo era un nuevo motivo para que consideraran el contenido educativo del folleto, ni informaba que aproximadamente la mitad de los hogares sometidos a prueba durante el periodo de monitoreo tenían niveles de plomo por encima de 15 ppb."

Los autores del informe escribieron que "los directivos de WASA tomaron decisiones para minimizar algunos de los problemas relacionados con el monitoreo de plomo en sus comunicaciones públicas." Es más, una respuesta "débil" de la EPA y de otras agencias públicas que se ocupan de cuestiones de la calidad del agua llevó a "la pérdida de oportunidades de confrontar [la presencia de plomo excedente] con mayor prontitud."

En respuesta al informe, Glenn S. Gerstell, entonces presidente del consejo directivo de WASA, publicó una declaración en la que reconocía errores de la compañía pero también criticaba el LCR. "También es obvio que el Reglamento en Materia de Plomo y Cobre está mal diseñado. El reglamento, y su ejecución por la EPA, y por consiguiente el esfuerzo de WASA por acatarlo, se centraron en cómo lograr obtener una calificación aprobatoria, no en cómo informar al púbico y verdadera y efectivamente encarar el problema subyacente de los niveles de plomo en el agua potable", escribió Gerstell en la declaración.

Una diferencia en los procedimientos de muestreo empleados por el departamento de salud y la compañía de agua de Durham puede explicar en parte cómo fue que el agua de la ciudad pasó el monitoreo del cumplimiento con la EPA y sin embargo fue responsable del envenenamiento de un niño con plomo. La llave del agua con valores elevados de plomo tenía un aireador que había recogido partículas de soldadura de plomo. La corriente de agua empujaba las partículas contra la criba y rallaba pequeños fragmentos de plomo más o menos como hace un rallador con el queso, dice Edwards. Los funcionarios de salud que identificaron la contaminación con plomo tomaron muestras del agua de la llave con el aireador puesto, tal como hace la gente cuando despacha agua en una taza o una cacerola. Pero la compañía del agua retiró el aireador "y su carga de plomo" antes de recolectar su muestra para la prueba de cumplimiento con la EPA, de modo que puede haber pasado por alto los niveles elevados de plomo.

En octubre de 2006, Stephen Heare, director de la División de Protección del Agua Potable de la EPA, publicó un memorándum a los jefes de la División de Agua Potable de la EPA en las Regiones I a X con la instrucción de que las compañías de agua "no deben recomendar a los clientes quitar o limpiar los aireadores antes o durante la recolección de las muestras de agua de la llave para detectar plomo." Antes del memorándum de 2006, Heare reconoció que la EPA había dado consejos contradictorios sobre si quitar o no el aireador.

Trabajar juntos para revelar la magnitud del problema

No es posible decir cuántos estadounidenses pueden estar bebiendo agua contaminada con niveles elevados de plomo. Sin embargo, según una investigación del Washington Post descrita en el número del 5 de octubre de 2004 de ese diario, 274 empresas de servicio público en EUA que dan servicio a 11.5 millones de personas reportaron niveles elevados de plomo en el agua potable en 2000-2004.

Al igual que la investigación del Post, los estudios externos señalan sistemáticamente un problema generalizado. En Chicago, donde el código de construcción exigía la utilización de líneas de agua de plomo hasta 1986, Consumer Reports encontró que 17% de las muestras del primer chorro excedían el nivel del LCR. Los resultados contrastaban con la prueba de cumplimiento con el LCR el año anterior, en la cual se encontró sólo 3% por encima del límite. Good Housekeeping empleó a una compañía de inspección de hogares para que realizara pruebas al agua potable en ocho áreas metropolitanas, y en su número del 1º de febrero de 2005 reportó que alrededor de 12% de los hogares de donde se tomaron muestras tenían en general niveles de plomo que excedían las normas gubernamentales, aun cuando todas las ciudades cumplían con el LCR.

Estos informes en publicaciones populares constituyen el grueso de la literatura sobre el estado de las cosas en relación con el plomo en el agua de la llave en EUA. Un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) de 2006 titulado Agua potable: La EPA debe fortalecer sus esfuerzos en curso para garantizar que los consumidores estén protegidos de la contaminación con plomo, concluyó que la EPA no sabía cuál era la magnitud de la contaminación con plomo de los abastos de agua potable y necesitaba hacer más para garantizar la protección al público. Según el informe, los mismos funcionarios de la EPA, del estado y del sistema de agua identificaron seis aspectos del LCR que se beneficiarían con una mejor supervisión: 1) garantizar que los emplazamientos del muestreo reflejen las áreas que presentan mayor riesgo en la actualidad, 2) decidir cuáles sistemas de agua reúnen los requisitos para un monitoreo menos frecuente, 3) informar a los propietarios de las viviendas que participan en el monitoreo de los resultados de las pruebas, 4) controlar cuándo y cómo se implementan los cambios en el tratamiento del agua, reunir datos sobre la eficacia de los programas de líneas de servicio de plomo y 6) aplicar el LCR a aquellos sistemas de agua que venden agua potable a otros sistemas.

Hacia finales de 2007 la EPA fortaleció al LCR en respuesta a las fallas expuestas durante la crisis de Washington, DC. Por ejemplo, a las compañías de agua ahora se les exige que obtengan la aprobación de su agencia supervisora, que generalmente es el estado, para los cambios relevantes en el tratamiento del agua.

Pese a esta acción, los lapsos en cumplimiento con la norma que fueron expuestos en otras ciudades no han sido sometidos a acciones ejecutivas, según dijeron algunos miembros de la EPA basándose exclusivamente en información de segunda mano. La Oficina del Agua de la EPA está explorando maneras de modificar aun más el LCR, tales como prohibir que se desaloje el agua la noche anterior a la realización de la prueba. Una serie de discusiones en los libros blancos publicados por la agencia el año pasado indican que entre las cuestiones que se están considerando se incluye la de si añadir o no nuevos indicadores de la química del agua para monitorear las necesidades y modificar la asesoría sobre la manera en que las compañías de agua deben seleccionar los hogares que serán monitoreados.

En respuesta a la identificación del agua como la fuente del envenenamiento de niños con plomo en el estado de Carolina del Norte, éste ha reunido exitosamente a las compañías de agua, a los departamentos de salud pública y a los encargados de formular las regulaciones estatales para enfrentar el problema del plomo en el agua potable. Cuando el muestreo realizado por las compañías de agua en cumplimiento con el LCR arroja un resultado que excede el umbral de la EPA, una copia de ese resultado va a dar al departamento estatal de salud, según Ed Norman, epidemiólogo del Departamento del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Carolina del Norte. Como consecuencia, el estado recibe copias de varios cientos de pruebas de agua al año: entre éstas se incluyen las realizadas en guarderías, hoteles y restaurantes, si es que se selecciona estos establecimientos para el monitoreo del LCR. El estado continúa realizando más muestreos para establecer la magnitud del problema, la fuente del plomo y cómo darle solución.

"Puede ocurrir que el agua de la ciudad cumpla con [el reglamento], y que ésta sea una muestra inusual", dice Norman. "Pero es importante para el propietario individual, y es importante para la comunidad cuando se trata de un edificio que da servicio al público. Tenemos regulaciones estatales que cubren el servicio de alimentos y el cuidado de los niños. Hacemos lo que podemos para corregir el problema", dice.

La recurrencia de la contaminación del agua de la llave con plomo indica que más estados necesitan implementar esas medidas y que los trabajadores de la salud pública necesitan prestar más atención al agua como una fuente. "Hay evidencias sólidas de que el problema del plomo en el agua potable es mucho mayor de lo que se cree", dice Edwards. "La información preliminar de las escuelas, la situación emergente en Washington DC, donde centenares de niños se envenenaron con plomo, y algunos casos de Maine y Carolina del Norte donde los trabajadores de la salud pública han sido suficientemente diligentes para buscar el vínculo entre el agua potable y el envenenamiento de niños con plomo indican que esto es tan sólo la punta de un iceberg."

 

La Dra. Rebecca Renner
de Williamsport, Pensilvania
ha sido durante mucho tiempo colaboradora de EHP y Environmental Science & Technology
Sus trabajos también han sido publicados en Scientific American, Science y Salon.com

 

 

* Publicado originalmente en Environmental Health Perspectives, volumen 117, número 12, diciembre 2009, páginas A543-A547

 

 

Consejos para obtener agua de la llave libre de plomo

La exposición al plomo es un grave motivo de preocupación en cuanto a la salud de los niños. El plomo afecta el desarrollo del cerebro en los niños, y muchos científicos consideran que ninguna dosis es segura. Puesto que la ley no está diseñada para monitorear los niveles de plomo del agua de la llave en cada hogar individual, en última instancia la gente tiene que garantizar por sí sola la seguridad de su agua potable. Los residentes pueden pedir a su departamento de salud local que realice pruebas a su agua potable. La EPA también proporciona enlaces a listas estatales de laboratorios certificados para probar el agua en http://www.epa.gov/safewater/labs/index.html. Los padres de familia pueden investigar si la escuela o guardería a la que acuden sus hijos ha probado el contenido de plomo en todas las llaves en los últimos años y presionar a las escuelas para que realicen estas pruebas, sobre todo si el proceso de tratamiento del agua en la localidad ha cambiado considerablemente.

La EPA recomienda limpiar los aireadores de las llaves de los hogares una vez cada dos semanas y dejar correr el agua de la llave hasta que "se enfríe todo lo posible" antes de sacar agua para utilizarla, lo cual puede tomar dos minutos o más. La agencia también recomienda utilizar únicamente agua fría de la llave para cocinar, beber y preparar la fórmula para bebés.

Las jarras filtro Pur, Brita o ZeroWater pueden reducir el plomo disuelto y otros metales. Estos productos utilizan un proceso de intercambio de cationes y aniones. Los accesorios para las llaves Brita y Pur tienen cribas que pueden atrapar los sedimentos y un bloque de carbono y zeolita comprimidos que capta los contaminantes conforme fluye el agua. Los modelos estándar de estos productos se venden al menudeo por menos de 50 dólares pero requieren filtros de reemplazo. Otros sistemas de filtrado, que pueden instalarse en el fregadero, utilizan la ósmosis inversa para eliminar del agua de la llave el plomo y otros contaminantes. Estos sistemas típicamente cuestan cientos de dólares y operan pasando el agua a través de una membrana semipermeable que atrapa los contaminantes.

Los consumidores deben asegurarse de que el filtro que seleccionen cuente con una certificación de que cumple con la Norma 53 para unidades de tratamiento de agua potable de la Fundación Nacional para el Saneamiento/Instituto Nacional Americano de Normalización (en inglés, NSF/ANSI); para los sistemas de ósmosis inversa, la norma que se aplica es la NSF/ANSI 58. La certificación verifica que una muestra de agua haya sido probada de manera independiente para verificar que el sistema de tratamiento pueda reducir el plomo a 0.010 mg/L o menos.

Los sistemas de destilación de agua también eliminan el plomo y otros contaminantes. Vienen en modelos portátiles y de mostrador y cuestan cientos de dólares. Los destiladores de agua separan el agua de los contaminantes mediante la evaporación y la condensación.

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