Señor editor: El cáncer de mama es la neoplasia más frecuente entre las mujeres, con un estimado de 1.67 millones de nuevos casos diagnosticados en 2012 (25% de todos los cánceres).1 Entre 1990 y 2013, las tasas de incidencia estandarizada por edad por cada 100000 mujeres han incrementado en 17% a nivel mundial,2 siendo más afectados los países en desarrollo, donde cerca de la mitad de los casos corresponden a una enfermedad avanzada debido al diagnóstico tardío y al pobre acceso al tratamiento.3 En Perú, el cáncer de mama ocupa la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres, detrás del cervicouterino,4 y su supervivencia se estima en alrededor de 60 a 70% a los cinco años del diagnóstico.3
En la bibliografía especializada se describen tres métodos de tamizaje para el cáncer de mama: mamografía, examen clínico y autoexamen mamario,5 este último recomendado por la American Cancer Society por ser un método sencillo, sin costo y no invasivo.4 Sin embargo, si bien no hay datos suficientes para la eficacia de este último tipo de cribado en la disminución del cáncer de mama, se ha observado que esta práctica empodera a las mujeres en lo que respecta al cuidado de su propia salud.4,5,6 Un aspecto importante a resaltar es que esta neoplasia es curable si se diagnostica a tiempo, por lo que es importante educar a mujeres, médicos, enfermeras y estudiantes de ciencias de la salud en su diagnóstico; estos últimos son capaces de desempeñar un rol importante en la prevención del cáncer de mama en países con recursos limitados. En Perú, por ejemplo, 30% de la población aún no cuenta con seguro de salud,7 y al ser la remuneración mínima vital de 750 nuevos soles mensuales (252 dólares estadunidenses)8 -lo que se traduce en aproximadamente 8 dólares diarios- sería muy complicado pagar una mamografía, ya que existen gastos fijos destinados para alimentación, transporte y otros servicios.
Para conocer las actitudes de los estudiantes que tienen mayor contacto con las personas en los hospitales, respecto al examen de mama se aplicó una encuesta piloto a 30 estudiantes mujeres de medicina y enfermería del cuarto año (15 por cada facultad) de la Universidad Privada San Juan Bautista de Ica. La encuesta fue modificada a partir del estudio de Nde y colaboradores, realizado a 166 estudiantes mujeres de la Universidad de Buea, Camerún, en 2014;9 éste consistió en 10 indicadores con un puntaje máximo de 20, asignándose 2 puntos a cada respuesta que demostrara que la encuestada estaba muy a favor de la autoexploración de mama; 1 por cada respuesta parcialmente a favor, y 0 en caso de no estar a favor. Los resultados se muestran en el cuadro I.
* Valor p calculado con la prueba estadística de ji cuadrada o exacta de Fisher, según los valores esperados
Encontramos que en casi la totalidad de las preguntas se obtuvieron porcentajes similares de respuesta; sin embargo, existe una gran diferencia entre las actitudes de las estudiantes frente al hecho de conocer a alguna persona con cáncer de mama. En dicho escenario, la mayoría de las estudiantes de medicina manifiestan que se volverían más temerosas frente a la enfermedad, lo que las llevaría a querer hacerse algún tipo de examen para la prevención de la neoplasia (84 contra 18% de las estudiantes de enfermería).
Estos resultados deben ser tomados en cuenta por las universidades para apoyar la detección temprana del cáncer de mama, ya que las estudiantes de ciencias de la salud estarán próximamente en contacto con pacientes en los hospitales. A través de esto, esperemos que se logre concientizar a las mujeres en las prácticas de despistaje de cáncer mamario, y puedan comprender que, a través de cambios sencillos y continuos en su conducta, formarán parte del proceso para la disminución de la mortalidad e incidencia de esta neoplasia en el Perú.