Señor editor: Enviamos los resultados de una encuesta aplicada a pacientes sometidos a hemodiálisis intermitente en el Hospital General de México (HGM), con el objetivo de indagar las posibles razones de su permanencia en esa situación.
La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública en México. 1 En nuestro país el sistema de salud actual no garantiza un adecuado acceso a la terapia sustitutiva. La hemodiálisis intermitente es una estrategia utilizada por los pacientes con ERC sin seguridad social, que consiste en recibir sesiones ocasionales de hemodiálisis (sesiones semanales, quincenales o mensuales) de acuerdo con la capacidad económica del paciente.1 Es una estrategia que proporciona dosis subóptimas de hemodiálisis y favorece la mortalidad y los gastos de los servicios de salud por los continuos y recurrentes ingresos de los pacientes a salas de urgencia.2
El HGM es un centro de referencia nacional que brinda atención a pacientes con ERC que requieren de terapia sustitutiva. Los pacientes estabilizados son canalizados a programas de diálisis peritoneal o trasplantes, o bien, buscan otras instituciones que los puedan apoyar con tres sesiones de hemodiálisis semanales (hemodiálisis óptima).
Se recabaron 64 encuestas, con una edad promedio de 44±16 años: 60% hombres; 38% solteros y 31% casados. A su vez, 14% era analfabeta y 43% sólo tenía educación primaria; 41% provenía de la Ciudad de México y 38% del Estado de México. La etiología de la ERC fue diabetes mellitus (41%) e hipertensión arterial (13%), principalmente.
Las razones estudiadas para mantenerse en hemodiálisis intermitente fueron: a) no pueden tener una corresponsabilidad en el manejo y aprendizaje de la diálisis peritoneal (50%); b) no pueden pagar más sesiones de hemodiálisis o incluso no puedan pagar los gastos de un traslado a la unidad de hemodiálisis (39%); c) por la comodidad de acudir a sesiones de hemodiálisis intermitentes (23%); d) porque se encontraban en espera de ingresar al programa de hemodiálisis crónica del Hospital General de México (16%), y e) 34.5% de los pacientes dijo desconocer alternativas a la hemodiálisis intermitente, como la diálisis peritoneal.
La terapia de sustitución renal pretende mejorar la calidad de vida de los pacientes y, en algunos, la posibilidad de desempeñar una activad laboral y obtener los recursos necesarios para vivir con dignidad y autonomía. Es reconocido que la adherencia de los pacientes a una adecuada terapia dialítica impacta en la sobrevida y calidad de vida de los pacientes con ERC.3,4 Nuestros resultados muestran pacientes que se mantienen en hemodiálisis intermitente debido a factores socioculturales (un bajo nivel educativo quizás limita el reconocimiento y el compromiso de los pacientes al tratamiento de la ERC) y asociados con factores económicos en donde los pacientes se ven imposibilitados para pagar un adecuado acceso a programas de terapia sustitutiva.