Señor editor: Me permito enviarle una crítica en torno a la aplicación de test físicos en función de la salud de los estudiantes, mediciones que se utilizan de forma constante en los programas de salud y clases de educación física.
La era tecnológica ha producido cambios sociales significativos; los individuos han evolucionado hacia la inactividad física, disminuyendo el movimiento corporal de los estudiantes. Este problema social ha generado, en la comunidad escolar, un grave deterioro en la salud que se puede traducir en obesidad, sobrepeso y afecciones coronarias y óseas de los educandos.1
En Chile, desde hace aproximadamente seis años, se aplica un Sistema de Medición de la Calidad de la Educación Física (SIMCEF), el cual ha sido la herramienta de medición de la condición física en la asignatura de educación física. Este tipo de medición ha sido fuente de críticas por diferentes profesionales de la salud y la educación, principalmente porque se realiza en función de diferentes test físicos que tienen escasa relación con la salud de los estudiantes. Por un lado, no se utilizan indicadores asociados directamente con la salud, tales como la presión sanguínea o lípidos en la sangre, y por otro, no existe evidencia científica que permita correlacionar los resultados obtenidos por los jóvenes en los test de condición física y su salud en la vida adulta.2
Otra de las importantes críticas en relación con la aplicación de los test físicos para mejorar la salud de los estudiantes es la gran influencia del factor genético y motivacional en sus logros alcanzados al momento de rendir los test,3 ya que estos están inmersos en un modelo individualista, competitivo y mecanicista de la salud, y no toman en cuenta las diferencias económicas, sociales y culturales de los sujetos que son sometidos a estas pruebas.4 No obstante, en muchos países de Latinoamérica aún se continúa exponiendo a los estudiantes a situaciones experimentales estandarizadas que solo sirven de estímulo a un comportamiento.5
A pesar del escaso impacto entre los test físicos y la salud de los estudiantes, estos se siguen aplicando en diferentes programas de salud y en la gran mayoría de los colegios,6 perdiendo así el carácter educativo y lúdico de la clase de educación física. En efecto, aún estas pruebas de condición física se continúan utilizando en estudios de actividad física y salud pública en la escuela.
Reflexión final
La clase de educación física debe romper la mirada mono-focal de la disciplina orientada al rendimiento deportivo y cumplir su rol de formación pedagógica. En esta línea, es necesario generar una nueva mirada en torno al mejoramiento de la salud de los estudiantes, desarrollando instrumentos de evaluación formativa que permitan una evaluación integral de cada alumno, favoreciendo de este modo la contextualización del estado de cada persona, disminuyendo las mediciones estandarizadas.