Señor editor: En México, el tema relacionado con las previsiones de bioseguridad para reducir el riesgo de transmisión de microorganismos en las clínicas y consultorios dentales debería ser una cuestión estratégica para evitar problemas de salud pública. La incidencia de enfermedades reemergentes se ha visto incrementada en pacientes inmunocompetentes, entre las que destacan aquellas provocadas por micobacterias no tuberculosas (MNT),1 como Mycobacterium abscessus, que es un bacilo ácido-alcohol resistente, de aislamiento fácil y crecimiento rápido (7 días); se puede encontrar como contaminante en agua estancada, polvo, anestésicos locales, entre otros sitios. Su presentación clínica puede variar desde un absceso hasta sepsis.2
Debido a la problemática odontológica presentada recientemente en los Estados Unidos asociada con M. abscessus, se recomienda llevar a cabo la limpieza de las líneas de agua de las unidades dentales con gluconato de clorhexidina (GC) a una concentración de ≤ 0.2 %, de manera diaria.3 Durante los fines de semana las líneas deberán mantenerse secas.4
Por otra parte, la American Waters Works Association determina que el agua potable debe contener una cifra menor de 500 UFC/mL para el control de infecciones,5 para lo cual debería ser utilizado un filtro externo conectado a la fuente de agua corriente de la unidad dental. Asimismo, es recomendable cambiar el sillón dental tipo 1 (conectado a la tubería de la ciudad), por un sillón tipo 2 (con sistema de agua propio). Empero, el problema es el tiempo durante el cual el agua se encuentra retenida en las líneas o zonas plastificadas; además, se deberían realizar de manera habitual medidas generales de protección e higiene (cuadro I).
Cuadro I Medidas generales de protección e higiene para prevenir la transmisión de Mycobacterium abscessus en los procedimientos odontológicos

*El estudio fue realizado de manera simultánea en Monterrey, N.L, México, y Louisville, KY, USA, entre el 2 de febrero y el 8 de noviembre del 2016
Ante la sospecha de una infección por M. abscessus, el paciente deberá ser remitido al servicio de infectología. En esta situación, la terapéutica recomendable es con amikacina y cefoxitina, hasta que se tengan los resultados de laboratorio.6 Sin embargo, realizando todas las medidas preventivas antes mencionadas, se evitaría el riesgo de transmisión e infección de estas micobacterias. El objetivo final es convertir la prevención en la estrategia esencial para garantizar un servicio odontológico de calidad.