Señor editor: La listeriosis es un padecimiento grave ocasionado por L. monocytogenes, y la participación de los alimentos en la transmisión de esta bacteria está ampliamente documentada. En México existe poca información sobre la intervención clínica de la bacteria; sin embargo, diferentes estudios realizados en este país muestran la presencia de L. monocytogenes en una gran variedad de alimentos.1 Lo anterior permite proponer que los casos esporádicos o brotes de la enfermedad están asociados con la presencia de la bacteria en los alimentos.
Aunque existen registros de casos esporádicos de listeriosis con alta tasa de mortalidad (50%), en éstos no se realizó la caracterización de la cepa de L. monocytogenes involucrada ni se identificó la potencial fuente de infección.1 El que no se realice la búsqueda del patógeno se debe principalmente a que el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica no considera a la listeriosis como enfermedad de notificación obligatoria. Ante tal situación, cuadros de meningitis, intoxicaciones alimentarias asociadas con bacterias o gastroenteritis cuya etiología en muchos casos no es establecida, podrían estar relacionados con L. monocytogenes.
Con el propósito de conocer más al respecto, en nuestro grupo de trabajo se analizó la relación genética entre las cepas de L. monocytogenes aisladas de casos clínicos y alimentos en México, mediante electroforesis en gel de campo-pulsante de acuerdo con el protocolo estandarizado PulseNet.2
Siete cepas de L. monocytogenes aisladas de casos clínicos se agruparon en cinco perfiles (A1-A5) conformados por 8 a 12 fragmentos con pesos entre 33.3 a 1 135 kb. Al realizar el análisis comparativo de los perfiles electroforéticos, se identificó relación genética entre las cepas de origen clínico A1 y A4 y las de alimentos A y N,3 por lo que se puede sugerir la participación de los alimentos como fuente de transmisión de L. monocytogenes, y al serotipo 4b como el patógeno potencial de algunos casos de listeriosis en México.
Los resultados muestran que existen tanto cepas genéticamente heterogéneas como otras con relación clonal (figura 1). Debido a que el origen de las cepas evaluadas difiere en lugar y tiempo de aislamiento, se puede plantear la posibilidad de un origen de transmisión común con clones epidemiológicos de L. monocytogenes, pudiendo proponerse que las clonas identificadas se mantienen de manera persistente y distribuidas en el país. Ante tales hechos y desde un punto de vista epidemiológico, es importante resaltar la importancia de realizar la búsqueda intencional del patógeno en alimentos y, en casos clínicos con potencial participación de L. monocytogenes, realizar la búsqueda dirigida de la bacteria.
* Indica el perfil genético común entre las cepas de origen clínico y alimentario
I: perfiles genéticos de las cepas de L. monocytogenes de origen clínico (A1-A5) aisladas en ciudad de México en diferentes periodos del siglo pasado (1980-1990)
II: perfiles genéticos de las cepas de L. monocytogenes de origen alimentario (A-N) aisladas en Sinaloa en 2011. Origen alimentario de los perfiles: pollo crudo (A, E, I, B, F), carne de res cruda (C, J, L, N) y embutidos (D). Cepas de referencia: Salmonella braenderup (M1) y L. monocytogenes 1/2a MFS1435 (M2)