Señor editor: La cromoblastomicosis es una micosis subcutánea crónica, endémica de países con clima tropical.1 En México representan la segunda micosis más frecuente, sólo detrás de la esporotricosis.2 Los agentes más aislados son Fonsecae pedrosoi y Cladophialophora carrionii. Se adquiere mediante la implantación traumática del hongo en la piel, y afecta con mayor frecuencia las extremidades superiores e inferiores; en etapas iniciales, se caracteriza por una mácula de progresión lenta, que evoluciona en variantes tumorales, verrugosas, nodulares o cicatriciales.3 La mayoría de los pacientes son diagnosticados en etapas tardías; de acuerdo con Navarrete y colaboradores, sólo 12% de los pacientes fue diagnosticado durante el primer año de evolución.2Actualmente, se carece de la información para el abordaje primario, debido a la falta de desarrollo de guías de práctica clínica o de referencia rápida, lo que expone al personal de salud a realizar tratamientos empíricos, apoyados en bibliografía desactualizada; esto contribuye a la complicación del pronóstico en el paciente. En México no existen reportes epidemiológicos de la enfermedad, la cual está excluida del boletín epidemiológico nacional; tampoco se ahonda en el tema durante la formación de los estudiantes de medicina.
La cromoblastomicosis es una de las patologías olvidadas según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significa que a nivel mundial no se exigen reportes sobre su incidencia y prevalencia.4 En 2014, algunos de los principales centros dermatológicos del país colaboraron en una publicación en la que se evidenció que sólo se han reportado 603 casos de cromoblastomicosis en México durante las últimas siete décadas,2 lo que contrasta con cifras internacionales que nos sitúan como uno de los países con mayor incidencia.4 Este subregistro puede explicarse por la marginación de esta enfermedad por parte del Sistema de Salud, la lejanía de las zonas rurales en donde se encuentran los grupos de riesgo y el desconocimiento clínico por parte de los médicos de primer contacto.
Con esta problemática en nuestro país, consideramos fundamental la actualización sobre la patogenia de la cromoblastomicosis, con el objetivo de sensibilizar y concientizar sobre esta endemia para realizar un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno, como se establece en el sistema de salud mexicano.