Introducción
Las lesiones accidentales son un importante problema de salud pública en México y el mundo. Según estimaciones recientes de la carga global de la enfermedad, durante 2017 fallecieron 3.140 millones de personas y se perdieron más de 120.2 millones de años de vida saludable por estas causas en todo el mundo.1,2Empleando este mismo abordaje, se estima que ese mismo año fallecieron en México casi 43000 personas y que en total se perdieron 2.4 millones de años de vida saludable en el país por una lesión accidental.3
El problema es que, además del importante número de personas que fallecen anualmente por esta causa, un número aún mayor de personas sufre lesiones no fatales comúnmente con consecuencias negativas importantes. Estudios conducidos a nivel nacional han estimado que, en México, 5.9 millones de personas en 2000,46.2 millones en 20065y más de 6.9 millones o 6% del total de la población en 2012 (IC95%: 5.7-6.3%) sufrieron una lesión accidental no fatal.6De estas últimas, 18.9% reportó consecuencias permanentes en su estado de salud;7esto implica que anualmente poco más de 1.3 millones se suman al alto número de personas que viven con discapacidad permanente en el país. El alto costo asociado a la discapacidad permanente en México ha sido documentado para las lesiones causadas por el tránsito (LCT).8
La Secretaría de Salud, a través del Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (STCONAPRA), impulsa desde 2009 el Programa de Acción Específico en seguridad vial alineado a la Estrategia Nacional de Seguridad Vial 2011-2020 con el fin de prevenir el alto número de LCT.-9,10De continuarse con estos esfuerzos, la presente administración pública federal constituiría el tercer periodo presidencial que da seguimiento a este programa nacional. La Estrategia Nacional de Seguridad Vial 2011-2020 retoma las recomendaciones específicas de la Organización Mundial de la Salud establecidas en el Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial.11También el STCONAPRA impulsó, a partir de 2015, acciones específicas para prevenir y controlar ahogamientos y otras asfixias, caídas, envenenamientos e intoxicaciones y quemaduras accidentales en el marco del nuevo Programa de Acción Específico: Prevención de Accidentes en Grupos Vulnerables 2013-2018,12a través del desarrollo y la implementación del Modelo Integral para la Prevención de Accidentes en Grupos Vulnerables (MIPrA).7
El objetivo del presente estudio fue estimar la prevalencia de todas las lesiones accidentales en población que reside en localidades con menos de 100 000 habitantes y analizar su asociación con distintas características ambientales, del hogar y de las propias personas lesionadas, según las regiones geográficas en las que se dividió la encuesta. Los resultados presentados pretenden brindar la evidencia necesaria para apoyar y fortalecer la política pública en torno a la prevención y control de accidentes y de promoción de la equidad social para dar cumplimiento a los compromisos internacionales.
Material y métodos
Diseño del estudio y selección de la muestra
Partiendo de un diseño transversal, se analiza el componente de accidentes incluido en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición realizada en México y que tiene representatividad nacional para localidades con menos de 100 000 habitantes (Ensanut 100k).13Es una muestra compleja de hogares seleccionados de forma probabilística, por estratos y por conglomerados, con sobrerrepresentación de hogares beneficiarios del programa Prospera. Este programa otorga recursos a casi 7 millones de familias mexicanas para fortalecer su alimentación, salud y educación, y vincula a sus beneficiarios con proyectos productivos, opciones laborales y servicios financieros.14El muestreo fue establecido con el propósito de hacer inferencias sobre la salud y nutrición de la población del 92% del total de los hogares de localidades con menos de 100 000 habitantes, casi 99% de hogares beneficiarios de Prospera y casi 98% de todos los hogares del tercil socioeconómico más bajo.13
El levantamiento de información se llevó a cabo durante 2018. En cada hogar se seleccionaron todas las personas de 0 a 4 años, una de 5 a 9 años, otra de 10 a 19 años y una más de 20 o más años. El presente análisis retoma la información obtenida de estos cuestionarios que recuperaron datos de un total de 20 356 personas, 60.47% adultas, 19.81% adolescentes y 19.72% menores de 10 años. Información con mayor nivel de detalle puede ser consultada en el informe de resultados de la Ensanut 100k.13
Variables analizadas
La presencia de lesiones accidentales no fatales fue explorada mediante dos preguntas: ¿sufrió algún daño a su salud a causa de un accidente en los últimos 12 meses? y, a quienes contestaron afirmativamente, se les preguntó, además, ¿cómo fue que se accidentó? Las opciones de respuesta a la segunda pregunta tomaron como referencia las principales categorías del Capítulo 20 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, en su décima revisión (CIE-10).15Para estimar la prevalencia por tipo de lesión accidental, estas últimas fueron categorizadas en: a) lesiones causadas por el tránsito (incluyendo “choque entre vehículos de cuatro o más ruedas”, “choque en motocicleta”, “choque o atropellamiento como ciclista” y “atropellamiento como peatón”), b) ahogamientos (“sumersión en depósitos de agua”), c) asfixias (“otros accidentes que obstruyen la respiración”), d) caídas (“caída a nivel de piso” y “caída de un nivel a otro”), e) envenenamientos e intoxicaciones (“picadura de animal ponzoñoso o contacto con plantas venenosas” y “envenenamiento accidental”), f) quemaduras (“exposición a humo o fuego” y “contacto con superficies o sustancias calientes”), y g) otras (las demás causas).
La Ensanut 100k recuperó información del contexto como región geográfica (norte: Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas; centro: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas; Ciudad de México y los municipios conurbados del Estado de México; y sur: Campeche, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán) y estrato de residencia (rural para habitantes de localidades con <2 500 habitantes y urbano para aquellas con 2 500 o más habitantes). Del hogar, se contó con información sobre si éste recibe apoyo del programa Prospera, si algún miembro del hogar habla alguna lengua indígena, nivel socioeconómico (construido con la metodología empleada en la Ensanut 2012 y posteriormente clasificado en terciles)16 y escolaridad del jefe del hogar. De las personas, se obtuvo su edad (categorizada para este análisis en <10 años, de 10 a 19 años, de 20 a 59 años y 60 o más), sexo, estado civil, escolaridad, así como la presencia de alguna discapacidad (visual, auditiva, motora o cognitiva).
Análisis estadístico
Se utilizó el software estadístico Stata 14.2, programado para analizar muestras complejas. Se estimaron medidas de tendencia central y dispersión para variables continuas, y frecuencias y porcentajes para variables categóricas. La asociación de las distintas variables se evaluó mediante razones de momios crudas y ajustadas, tomando en consideración el muestreo complejo, con sus respectivos intervalos de confianza al 95%. La variable dependiente “daños a la salud por accidentes” adquirió valor 0 cuando la persona refirió no haber sufrido ninguna lesión accidental y 1 cuando sufrió una lesión accidental durante el año previo a la Ensanut 100k. El modelo de regresión logística múltiple incluyó las variables que mostraron una asociación con un valorp<0.25 en el análisis bivariado. Siguiendo un abordaje backwards, el modelo final incluyó sólo las variables que mostraron asociación o las consideradas potencialmente confusoras.
Resultados
Los datos analizados representaron a 64 027 104 personas mexicanas que tenían en promedio 30.36 años de edad (IC95%: 29.12-31.60); 51.69% de ellas eran mujeres. El cuadro I describe con detalle las características de la población de estudio, según sexo. Se puede apreciar que, con excepción del estado civil, no hay diferencias en la distribución de las distintas variables. La mayor parte de la población residía en la zona sur del país (46.73%), seguida de la región centro (37.49%), mayormente en localidades con menos de 2500 habitantes (49.30%). Poco más de la mitad de los hogares están cubiertos por el programa Prospera (55.66%) y en 21.19% de los hogares al menos un integrante habla una lengua indígena. De los individuos analizados, 5.94% reportó tener una discapacidad visual; 2.19%, auditiva; 7.15%, motora y 2.38%, cognitiva.
Variables | Hombres N=30 928 379 % | Mujeres N=33 098 725 % | Valor p | |||||||
Ambientales | Región del país | Norte | 13.80 | 12.52 | 0.712 | |||||
Centro | 37.68 | 37.32 | ||||||||
CDMX-Edo.Mex* | 2.54 | 2.73 | ||||||||
Sur | 45.98 | 47.43 | ||||||||
Estrato de residencia | Rural | 51.17 | 46.94 | 0.200 | ||||||
Urbano | 34.94 | 38.67 | ||||||||
Metropolitano | 13.89 | 14.39 | ||||||||
Rango de población (habitantes) | 1 a 2 499 | 51.48 | 47.25 | 0.119 | ||||||
2 500 a 49 999 | 41.43 | 43.75 | ||||||||
50 000 a 99 999 | 7.09 | 9.00 | ||||||||
Del hogar | Prospera | No | 55.51 | 55.80 | 0.904 | |||||
Sí | 44.49 | 44.20 | ||||||||
Alguien habla lengua indígena | No | 78.80 | 78.82 | 0.995 | ||||||
Sí | 21.20 | 21.18 | ||||||||
Escolaridad del(a) jefe de hogar | < Primaria | 32.24 | 32.38 | 0.349 | ||||||
Primaria completa | 26.05 | 24.69 | ||||||||
Secundaria completa | 29.83 | 28.29 | ||||||||
Bachillerato completo | 7.73 | 9.05 | ||||||||
>Bachillerato | 4.16 | 5.60 | ||||||||
De la persona | Grupo de edad (años) | 0-9 | 20.17 | 19.31 | 0.649 | |||||
10-19 | 20.63 | 19.04 | ||||||||
20-59 | 46.05 | 49.20 | ||||||||
60 o más | 13.15 | 12.45 | ||||||||
Estado civil | Soltero(a) | 50.58 | 44.78 | 0.000 | ||||||
Separado(a) | 3.09 | 11.98 | ||||||||
Unión libre/casado(a) | 46.32 | 43.24 | ||||||||
Escolaridad | < Primaria | 41.63 | 43.20 | 0.685 | ||||||
Primaria completa | 21.71 | 19.72 | ||||||||
Secundaria completa | 22.76 | 24.09 | ||||||||
Bachillerato completo | 9.50 | 8.42 | ||||||||
>Bachillerato | 4.40 | 4.58 | ||||||||
Discapacidad visual | No reportó | 94.88 | 93.29 | 0.229 | ||||||
Sí | 5.12 | 6.71 | ||||||||
Discapacidad auditiva | No reportó | 98.16 | 97.49 | 0.238 | ||||||
Sí | 1.84 | 2.51 | ||||||||
Discapacidad motora | No reportó | 94.02 | 91.76 | 0.073 | ||||||
Sí | 5.98 | 8.24 | ||||||||
Discapacidad cognitiva | No reportó | 98.06 | 97.21 | 0.268 | ||||||
Sí | 1.94 | 2.79 |
* Ciudad de México y municipios conurbados del Estado de México
El 5.15% de las personas refirió haber sufrido una lesión accidental durante el año previo a la encuesta (IC95%: 1.43-6.16), lo que equivale a cerca de 3.3 millones de personas, siendo las caídas y las debidas a tránsito, las que se reportaron con mayor frecuencia con 1 766 797 y 765 596, respectivamente; 41 726 fueron quemaduras; 19 482, envenenamientos e intoxicaciones; 5 624, ahogamientos por sumersión; 7 618, otras asfixias y, el resto, otro tipo de lesiones accidentales. El cuadro II presenta la prevalencia por sexo, grupo de edad y causa específica.
Edad (años) | LCT | Caídas | Quemaduras | Envenenamientos e intoxicaciones | Ahogamientos | Asfixias | Otras lesiones | |||||||||||
Hombres | 0-9 | % | 0.21 | 2.64 | 0.07 | 0.03 | 0 | 0.07 | 1.86 | |||||||||
IC95% | [0.08-0.53] | [1.83-3.79] | [0.02-0.20] | [0.01-0.09] | [0.02-0.23] | [0.49-6.74] | ||||||||||||
10-19 | % | 1.42 | 4.14 | 0.26 | 0.03 | 0.06 | 0 | 2.29 | ||||||||||
IC95% | [0.79-2.53] | [2.93-5.82] | [0.08-0.82] | [0.00-0.22] | [0.01-0.46] | [0.91-5.64] | ||||||||||||
20-59 | % | 3.69 | 1.89 | 0.07 | 0.07 | 0.01 | 0 | 2.04 | ||||||||||
IC95% | [2.15-6.27] | [1.22-2.92] | [0.02-0.30] | [0.02-0.27] | [0.00-0.04] | [1.23-3.34] | ||||||||||||
60 o más | % | 0.67 | 6.27 | 0 | 0.01 | 0 | 0 | 1.19 | ||||||||||
IC95% | [0.14-3.24] | [3.07-12.37] | [0.00-0.09] | [0.36-3.85] | ||||||||||||||
Subtotal | % | 2.12 | 3.08 | 0.1 | 0.04 | 0.02 | 0.01 | 1.94 | ||||||||||
IC95% | [1.32-3.39] | [2.45-3.86] | [0.05-0.22] | [0.02-0.12] | [0.00-0.08] | [0.00-0.05] | [1.27-2.97] | |||||||||||
Mujeres | 0-9 | % | 0.01 | 1.13 | 0.04 | 0 | 0 | 0.05 | 0.28 | |||||||||
IC95% | [0.00-0.05] | [0.76-1.70] | [0.01-0.14] | [0.01-0.26] | [0.12-0.69] | |||||||||||||
10-19 | % | 0.35 | 3.12 | 0.07 | 0 | 0.01 | 0 | 0.63 | ||||||||||
IC95% | [0.19-0.65] | [1.24-7.65] | [0.02-0.29] | [0.00-0.08] | [0.26-1.50] | |||||||||||||
20-59 | % | 0.53 | 1.69 | 0.02 | 0.04 | 0 | 0 | 0.2 | ||||||||||
IC95% | [0.25-1.12] | [1.07-2.65] | [0.00-0.07] | [0.01-0.26] | [0.08-0.50] | |||||||||||||
60 o más | % | 0 | 6.57 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0.03 | ||||||||||
IC95% | [3.86-10.96] | [0.00-0.21] | ||||||||||||||||
Subtotal | % | 0.33 | 2.46 | 0.03 | 0.02 | 0 | 0.01 | 0.28 | ||||||||||
IC95% | [0.18-0.61] | [1.74-3.48] | [0.01-0.07] | [0.00-0.13] | [0.00-0.02] | [0.00-0.05] | [0.17-0.46] | |||||||||||
Total poblacional | % | 1.2 | 2.76 | 0.07 | 0.03 | 0.01 | 0.01 | 1.08 | ||||||||||
IC95% | [0.79-1.80] | [2.20-3.46] | [0.04-0.12] | [0.01-0.08] | [0.00-0.04] | [0.00-0.03] | [0.75-1.57] |
LCT: lesiones causadas por el tránsito
En el cuadro III , se puede apreciar que la probabilidad de tener una lesión accidental fue mayor en hombres y en personas con una discapacidad auditiva o motora. La prevalencia de lesiones accidentales en la región Ciudad de México y los municipios conurbados del Estado de México fue mayor que en la región sur del país. Estas relaciones se mantuvieron una vez que se ajustaron los efectos por las distintas covariables de interés (cuadro IV). Es importante señalar que se identificó una interacción entre el sexo y el grupo de edad, y entre la presencia de una discapacidad motora y una discapacidad visual.
Variables | RM Cruda | IC95% | ||||
Ambientales | Región Norte | 1.571 | 0.881-2.800 | |||
Región Centro | 1.017 | 0.672-1.540 | ||||
Región CDMX-Edo.Mex | 3.091* | 1.448-6.600 | ||||
Rural | 0.999 | 0.600-1.662 | ||||
Estrato urbano | 0.971 | 0.540-1.746 | ||||
1 a 2 499 habitantes | 2.305 | 0.851-6.242 | ||||
2 500 a 49 999 habitantes | 2.505‡ | 0.885-7.087 | ||||
Del hogar | El hogar pertenece a Prospera | 1.009 | 0.708-1.438 | |||
Algún integrante habla lengua indígena | 0.806 | 0.530-1.225 | ||||
1er tercil socioeconómico | 1.257 | 0.732-2.156 | ||||
2do tercil socioeconómico | 1.890‡ | 0.970-3.684 | ||||
Jefe(a) de hogar con primaria completa | 0.643§ | 0.423-0.978 | ||||
efe(a) de hogar con secundaria completa | 0.806 | 0.512-1.269 | ||||
Jefe(a) de hogar con bachillerato completo | 0.751 | 0.377-1.497 | ||||
Jefe(a) de hogar con >bachillerato | 0.741 | 0.354-1.550 | ||||
De la persona | Hombres | 2.446* | 1.786-3.349 | |||
0 a 9 años | 0.631 | 0.364-1.094 | ||||
10 a 19 años | 1.273 | 0.845-1.918 | ||||
60 o más años | 1.530 | 0.901-2.598 | ||||
Separado(a) | 0.935 | 0.515-1.695 | ||||
Unión libre/casado(a) | 0.845 | 0.584-1.223 | ||||
Primaria completa | 0.954 | 0.641-1.420 | ||||
Secundaria completa | 0.932 | 0.647-1.342 | ||||
Bachillerato completo | 1.351 | 0.608-3.000 | ||||
>Bachillerato | 1.069 | 0.482-2.373 | ||||
Reportó discapacidad visual | 1.380 | 0.813-2.343 | ||||
Reportó discapacidad auditiva | 3.116* | 1.459-6.652 | ||||
Reportó discapacidad motora | 1.872* | 1.243-2.819 | ||||
Reportó discapacidad cognitiva | 1.201 | 0.509-2.836 |
* Valor p<0.01
‡Valor p<0.10
§Valor p<0.05
RM: Razón de Momios; CDMX: Ciudad de México y municipios conurbados del Estado de México
Variables | RM Ajustada* | IC95% | ||||
Ambientales | Región Norte | 1.549 | 0.870-2.756 | |||
Región Centro | 0.947 | 0.602-1.490 | ||||
Región CDMX-Edo.Mex‡ | 2.872§ | 1.318-6.259 | ||||
1 a 2 499 habitantes | 2.132 | 0.855-5.316 | ||||
2 500 a 49 999 habitantes | 2.522# | 0.958-6.638 | ||||
Del hogar | 1er tercil socioeconómico | 1.330 | 0.721-2.456 | |||
2do tercil socioeconómico | 1.913# | 0.945-3.872 | ||||
De la persona | Hombres de 0 a 9 años | 2.034# | 0.995-4.159 | |||
Hombres de 10 a 19 años | 3.542§ | 2.174-5.771 | ||||
Hombres de 60 o más años | 3.334§ | 1.998-5.561 | ||||
Hombres de 20 a 59 años | 3.202§ | 1.552-6.604 | ||||
Mujeres de 0 a 9 años | 0.611# | 0.371-1.007 | ||||
Mujeres de 10 a 19 años | 1.834 | 0.803-4.191 | ||||
Mujeres de 60 o más años | 1.962& | 1.018-3.782 | ||||
Sólo tiene discapacidad motora | 1.029 | 0.609-1.738 | ||||
Sólo tiene discapacidad visual | 0.384& | 0.181-0.812 | ||||
Tiene discapacidad motora y visual | 2.174& | 1.086-4.352 | ||||
Reportó discapacidad auditiva | 2.354# | 0.930-5.959 |
*Prueba de Bondad de Ajuste de Hosmer y Lemeshow F(9,251)=0.99; Prob>F=0.4528
‡Región CDMX-Edo. Mex.: Ciudad de México y municipios conurbados del Estado de México
§Valor p<0.01
#Valor p<0.10
&Valor p<0.05
Finalmente, la figura 1 presenta la distribución, por región, de la prevalencia de lesiones accidentales y de éstas las LCT. Vale la pena señalar que en la región Ciudad de México y los municipios conurbados del Estado de México se observa la prevalencia más alta de lesiones accidentales, con 12.94%, seguida de la región norte, con 7.02%; las prevalencias son más bajas en la región centro y sur con 4.66 y 4.59%, respectivamente. En relación con las LCT, la prevalencia más alta se observa en la región Ciudad de México y los municipios conurbados del Estado de México, con 6.56%.
Discusión
Como es evidente, las lesiones accidentales son un problema que, además de ser frecuente en la población mexicana, afecta a todos los grupos poblacionales, generando daños a la salud y consecuencias permanentes que son potencialmente prevenibles. En nuestra población de estudio, población con menor capacidad económica, podemos identificar varios tipos de vulnerabilidad que podrían favorecer la exposición al riesgo de sufrir una lesión.7En el contexto social/ambiental, por ejemplo, están la existencia de espacios no seguros o la falta de disponibilidad de recursos en la comunidad de residencia para la implementación de programas preventivos, así como la percepción diferenciada de riesgo entre hombres y mujeres.17Por otro lado, el hecho de que la prevalencia general de lesiones accidentales y por causa específica sea mayor entre hombres confirma que los roles de género juegan un papel importante en la distribución diferenciada de lesiones accidentales entre hombres y mujeres.17Se ha documentado que el género por sí solo no es un elemento predictivo de la vulnerabilidad social, pero sí lo es el vivir en condiciones de pobreza cuando el nivel de ingreso es bajo, o cuando otras variables demográficas como la edad o la ocupación contribuyen a ello.18
En este sentido, nuestros resultados muestran la existencia de una interacción entre sexo y grupo de edad y entre discapacidad motora y discapacidad visual sobre la probabilidad de sufrir una lesión accidental. Esto último destaca el hecho de que la discapacidad sea a la vez un resultado de una lesión accidental y un factor que incrementa el riesgo o hace más vulnerable a las personas de sufrir otras lesiones accidentales. Esta “doble vulnerabilidad” o “doble riesgo” había sido señalada previamente en el tema de las LCT y es hasta este trabajo que se documenta en las lesiones accidentales en general, con datos específicos para el país.19,20Con respecto a las principales causas, las caídas y las LCT son las que ocupan los primeros lugares dentro de las lesiones accidentales tanto en la mortalidad como en la morbilidad, lo cual ha sido consistentemente informado en programas nacionales y otros estudios internacionales.7,21,22
Este tipo de estudios es relevante porque permite disponer de datos para el proceso de priorización de problemas de gran impacto para la salud pública, vigilar las tendencias y evaluar programas de intervención. Además, permite identificar los riesgos presentes en un subconjunto de población con las mayores carencias, es decir “población en mayor riesgo, entornos de mayor riesgo, principales causas” lo que abre paso a la toma de decisiones y, por lo tanto, a la focalización de acciones.7
Es importante resaltar que México cuenta con un organismo rector en materia de prevención y control de accidentes en la figura del STCONAPRA que ha avanzado en la conformación de un Observatorio Nacional de Lesiones que busca compilar información de distintas fuentes para integrar la historia natural de lesiones que son causadas por el tránsito o por envenenamientos e intoxicaciones.23, 24, 25 Si México pretende avanzar en el cumplimiento de las metas establecidas en la nueva agenda de desarrollo sostenible, particularmente las metas 3.2 (poner fin a las muertes evitables en menores de cinco años), 3.6 (reducir a la mitad el número de muertes y LCT en el mundo), 3.9 (reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos) y 11.2 (proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles y mejorar la seguridad vial), se debe fortalecer el trabajo que realiza la Secretaría de Salud, a través del STCONAPRA. Esto supone la necesidad de asignar mayores recursos humanos, materiales y financieros a este tema que tradicionalmente ha sido descuidado de las prioridades nacionales de salud.23,24,25Es importante enfatizar en la necesidad de que los esfuerzos nacionales sean el producto del trabajo multidisciplinario y multisectorial coordinado. Es sólo cuando todos los sectores involucrados asumen su corresponsabilidad, de forma coordinada, que se puede avanzar exitosamente en la prevención y control de las distintas lesiones accidentales.
Un tema transversal con respecto a las lesiones accidentales es el de la atención médica prehospitalaria. Si bien México ha avanzado recientemente en la implementación del modelo de atención médica prehospitalaria, hace falta consolidar este trabajo para contar con un Sistema Médico de Emergencias integral que incluya la atención médica prehospitalaria, la atención especializada de urgencias hospitalaria y la rehabilitación. Algunos estudios al respecto han señalado cómo la oportunidad de la atención no siempre está asociada a una mejora en los resultados en salud, lo que supone la necesidad de una revisión más amplia de la calidad técnica en la provisión de este servicio básico de salud.26
Conclusiones
La implementación de programas para prevenir la ocurrencia de lesiones accidentales requiere de recursos financieros suficientes, que permitan la capacitación, supervisión y retroalimentación continua del personal encargado de su operación. En este sentido, es importante evaluar, también, la sostenibilidad de dichos programas.
Las lesiones accidentales deben prevenirse por varias razones, pues es una forma de cuidar y promover la salud y calidad de vida, especialmente entre grupos de gran vulnerabilidad social y económica. Implementar la promoción de comportamientos seguros durante la infancia y la adolescencia contribuirá a disminuir la frecuencia y prevenir las consecuencias más graves de las lesiones accidentales, lo cual sólo se logrará con participación de múltiples sectores de gobierno, así como de la sociedad civil organizada. La carga de las lesiones accidentales en la morbilidad, discapacidad y mortalidad prematura es enorme e innecesaria y podría evitarse si las intervenciones de salud pública basadas en evidencia, que han mostrado ser efectivas, fueran implementadas en nuestro país.22,27
Mientras otros países documentan resultados de prevención de lesiones de base tecnológica, y comparan la utilidad de diversos programas (de software, de Internet alojados de forma remota, tecnología móvil o dispositivos portátiles y realidad virtual) en la mejora de conocimientos y comportamientos en la prevención de lesiones,28México sigue en proceso de consolidar la implementación del Programa nacional de Seguridad Vial y del MIPrA. En el primero se ha avanzado considerablemente aun cuando distintas intervenciones salen del ámbito de competencia de salud (implementación de dispositivos policiales de alcoholimetría, mejoramiento de las legislaciones de tránsito, auditorías viales, entre otras). Esto evidencia el valor agregado de estrategias basadas en un enfoque de salud pública, que reconoce la importancia del trabajo multidisciplinario e intersectorial,19y en el que la Secretaría de Salud en México ha mostrado un importante liderazgo. En el segundo, luego de que los esfuerzos iniciales se enfocaron a la capacitación de profesionales en prevención y control de lesiones accidentales,7es necesario transitar hacia la implementación y evaluación de estrategias específicas en el ámbito regulatorio y a nivel comunitario pues tienen gran potencial preventivo.22,27Esto permitirá disminuir el rezago en el componente de prevención de lesiones que México experimenta en comparación con otros países.
Limitaciones
Este abordaje no documenta el importante rol que tiene la exposición al alcohol y otras drogas en la incidencia de estos eventos,29,30por lo que futuros trabajos podrían analizar esta variable en personas adolescentes y adultas en quienes sí fue explorado. La prevalencia de lesiones accidentales podría estar subestimada por el sesgo de memoria asociado a este tipo de aproximaciones.31 Es importante señalar que este sesgo tiende a ser mayor cuando las lesiones son menos severas, por lo que en todo caso este estudio ha incluido el autorreporte de lesiones más severas, que son las que más relevancia tienen en política pública.