Señor editor: En el presente estudio se analizó la prevalencia de factores asociados con el síndrome de Burnout (SB) y síntomas de depresión (SD) en el personal de salud del estado de Chihuahua durante el brote por Covid-19. Se aplicó en formato digital el inventario de Burnout de Maslach y la escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos (CES-D) a 983 trabajadores del área de la salud (651 mujeres) entre el 15 de abril y el 30 de mayo de 2020.
La prevalencia global de SB fue 11.5% y de SD fue de 25.7%, cifras que fueron mayores en personal de enfermería, con 15.2 y 30.0%, respectivamente. Por otra parte, mediante un análisis de varianza y estimación de riesgo relativo (RR), se observó que las variables asociadas con SB fueron perfil laboral de medicina y enfermería (RR= 2.2, IC= 1.3-3.6, Xi2= 44.5), edad de 20-39 años (RR= 2.1, IC= 1.3-3.2, Xi2= 10.9), jornadas de trabajo ≥9 horas (RR= 2.7, IC= 1.8-4.1, Xi2= 9.2) y cantidad de sueño ≤6 horas (RR= 6.8, IC= 3.6-12.9, Xi2= 44.5) (p<0.05). Mientras que, con la presencia de SD, las variables asociadas fueron ser mujer (RR= 2.4, IC= 1.7-3.4, Xi2= 26.6), edad de 20-39 años (RR= 2.5, IC= 1.8-3.4, Xi2= 33.3), jornada de trabajo ≥9 horas (RR= 2.2, IC= 1.6-3.0, Xi2= 23.5) y cantidad de sueño ≤6 horas (RR= 4.6, IC= 3.0-6.2, Xi2= 68.7), resultados con un nivel de confianza de 95% (p<0.05).
Los resultados observados en el presente análisis coinciden con estudios realizados en otros países durante la presente contingencia sanitaria, donde se ha observado mayor prevalencia de SB y SD en personal médico y de enfermería.1 La experiencia de epidemias sanitarias anteriores indica que las alteraciones psicosomáticas en personal de salud que atiende a los pacientes durante la contingencia tienden a agravarse con el tiempo. En un reciente meta-análisis en trabajadores de la salud que atendieron la contingencia por el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en 2002 y durante el brote por influenza H1N1 en 2009, se encontró la presencia de estrés postraumático hasta tres años después del periodo de contingencia, en 40% de quienes inicialmente habían manifestado esta condición.2
Hasta el momento, la evidencia en la literatura a nivel mundial ha demostrado la necesidad de atender la salud mental en el personal de salud, el cual ha tenido una mayor recaída durante la contención del brote por SARS-CoV-2. Por lo tanto, es importante la valoración de la salud mental y el diseño de estrategias de protección y atención psicosocial dentro y fuera del ámbito laboral.