Señor editor: La pandemia por Covid-19 -en términos de letalidad de esta enfermedad- puede evidenciar que las desigualdades socioeconómicas existentes en México son factores determinantes para el desarrollo de los peores escenarios. Realizamos este estudio para determinar la influencia del grado de desarrollo humano de municipios y estados sobre la morbilidad, mortalidad y letalidad.
Se descargaron los datos abiertos de la Secretaría de Salud, donde se registran 992 228 casos confirmados y 96 517 defunciones al 11 de noviembre de 2020.1 Se calcularon las proporciones de morbilidad ([casos/tamaño de población]*100 000), mortalidad ([defunciones/tamaño de población]*100 000) y letalidad ([defunciones/casos]*100) por cada municipio y estado del país. Se aplicaron regresiones lineales ordinarias2 entre el índice de desarrollo humano (IDH) de los municipios y estados (publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social [Coneval])3 con respecto a sus correspondientes proporciones de morbilidad, mortalidad y letalidad.
Se observaron correlaciones positivas entre los IDH municipales y la morbilidad (r=0.519) y mortalidad (r=0.529), es decir, en la medida que este índice aumentó, consecuentemente se incrementaron la morbilidad y mortalidad (figura 1). Sin embargo, una tendencia diferente existió en la letalidad (r=-0.055). Las correlaciones fueron más fuertes en los estados (morbilidad =0.710, mortalidad =0.688 y letalidad =-0.215). El IDH está construido por indicadores de pobreza, ingreso, carencia de servicios básicos, vulnerabilidad y rezagos diversos, por lo que es probable que éstos influyan en el desarrollo de cuadros clínicos graves y el aumento de fallecimientos por Covid-19.
La tendencia hacia el aumento en la letalidad en estados y municipios con valores menores de IDH puede explicarse por las condiciones de vida y servicios satisfactorios en las poblaciones con alto o muy alto IDH, lo que propicia ventajas para superar la infección, lo cual no sucede en los estratos más pobres. Un caso representativo es Chiapas, con 7 616 casos confirmados y 1 170 fallecidos, con una letalidad muy alta (15.4%) que lo hace ocupar el cuarto lugar nacional. De acuerdo con el Coneval, este estado tiene un IDH de 0.700, que lo sitúa en el último lugar de la República mexicana.
A la luz de estos hallazgos, se requieren análisis más específicos sobre los efectos de la enfermedad entre los diferentes sectores de la población. Entretanto, la atención de la población vulnerable es impostergable para mejorar su calidad de vida y dotar de elementos primordiales para afrontar la actual emergencia sanitaria, como lo es la vacunación para mitigar la morbilidad y mortalidad.