Señor editor: El editorial de Salud Pública de México, volumen 63, número 2, corresponde al Grupo Técnico Asesor de Vacunación Covid-19 (GTAV Covid-19). En él se resalta la mayor probabilidad de muerte por Covid-19 entre personas de 50 y 59 años en general y con comorbilidades; además se señala que, con la vacuna, en conjunción con el personal de salud, se esperaría una disminución hasta de 80% en la mortalidad total.1
Es así que el artículo del GTAV Covid-19,2 alojado dentro del mismo número de la revista, analiza principios y valores para la protección equitativa, y prioriza grupos específicos de población para recibir la vacuna contra Covid-19, de forma inicial y escalonada. Los primeros en vacunarse serían los trabajadores de la salud, seguidos de personas de 60 años o más, al igual que de 50 o más con comorbilidades.2
Pese a lo anterior, el proceso de vacunación ha sido diferente: las personas de 50 años o más con comorbilidades no fueron vacunadas con las de 60 o más.3 Aunque el GTAV Covid-19 consideró priorizar a la población económicamente activa,1 excluir a aquellos de 50 a 59 años supone un rezago desde el punto de vista económico, ya que constituyen 20% de la población en edad laboral.4 La Organización Mundial de la Salud señala que rezagar a este grupo no minimiza las infecciones ni los años de vida perdidos.5
Para analizar el riesgo creciente con la edad, el GTAV Covid-19 muestra razones de letalidad de 2.2 para las personas de 30 a 39 años; de 4.9 para las de 40 a 49; de 9.0 para las de 50 a 59; de 13.6 para las de 60 a 69 y de 18.4 para las de 70 años o más. Así como razones de positividad de 7% para las personas de 30 a 39; de 12% para las de 40 a 49; de 18% para las de 50 a 59 y de 24% para las de 60 o más (grupo de referencia 20-29 años). En el párrafo previo a la exposición de la estrategia de vacunación, se apunta, sin citar otros trabajos ni una metodología, que los menores de 60 años sin comorbilidades presentarían mayor riesgo de infección que de enfermedad severa.2 Sin embargo, en los incrementos de razones no se encontraron elementos para sostener dicha afirmación.
En contraste, para el presente análisis, se obtuvieron tasas de mortalidad específicas para Covid-19 por sexo y quinquenio:6 se verificó un número creciente de defunciones a partir de los 20 a 29 años, sin cambios abruptos en el fenómeno (figura 1). Esto apunta a que es importante conocer el criterio para decidir que el riesgo de enfermedad grave es mayor a partir de los 60 años o de los 50, aunque es comprensible que las políticas de priorización de vacunas sean dinámicas, según los escenarios epidemiológicos.