El conocimiento acerca de la ecología básica del jaguar es limitado para el estado de Sinaloa, ya que solo se ha publicado información anecdótica (Leopold 1959) y de distribución con base en registros de entrevistas (Navarro-Serment et al. 2005). Debido a la falta de información, nuestro objetivo fue estimar la abundancia y densidad de jaguar en el Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla (APFFM-Cacaxtla) ubicada en Sinaloa, México.
El APFFM-Cacaxtla (Fig. 1) se encuentra ubicada al sur del municipio San Ignacio y al norte del municipio de Mazatlán, tiene una extensión de 508.62 km2 y el rango de elevación va de los 0 a los 380 msnm (DOF 2000). Los principales tipos de vegetación son selva baja caducifolia y selva mediana subcaducifolia; en menor cobertura se encuentran matorral xerófilo, esteros y lagunas (SEDUSU 2008). El clima es semicálido con lluvias en verano, con una temperatura media anual mayor a los 22 º C y la precipitación anual promedio es de 700 mm (SEDESU 2008).
En el área de estudio llevamos a cabo tres prospecciones a campo: 1) del 12 de noviembre al 17 de diciembre de 2007, 2) del 18 de diciembre de 2007 al 20 de enero de 2008 y 3) del 24 de enero al 31 de marzo de 2008. Para la detección de la especie colocamos por prospección siete, diez y siete estaciones respectivamente, con una trampa-cámara (Camtraker ®), en veredas identificadas como paso de fauna, con una orientación norte-sur para evitar que fueran activadas por la luz del sol. Las cámaras se fijaron a árboles a una altura entre 50 y 70 cm. La distancia entre cámaras estuvo en el rango de uno a seis kilómetros.
Para estimar la abundancia construimos historias de captura utilizando las fotografías de jaguares obtenidas; los individuos fueron identificados con base en su patrón único de manchas (Gutiérrez-González et al. 2012). Se utilizó la extensión CAPTURE del programa MARK Versión 5.0 (White 2008) para obtener los valores de abundancia, para lo cual, cada prospección a campo fue considerada como una ocasión de muestreo. Para el cálculo de la abundancia se utilizaron tres modelos de población cerrada: Zippin como modelo de conducta (Mb), y como modelos heterogéneos Jackknife (Mh) y Chao (Mh) (Lee & Chao 1994). El área efectiva que utilizamos la obtuvimos generando un buffer circular alrededor de las trampas cámara, con un radio igual al promedio del ámbito hogareño (45.5 km2) de la especie reportado en Chamela, Jalisco (Núñez et al. 2002). La densidad fue estimada como ind/100 km2 dividiendo la abundancia entre el área efectiva de muestreo y multiplicando el resultado por 100. La densidad fue extrapolada a la extensión de la APFF-Meseta de Cacaxtla (508.62 km2), para tener una estimación de los individuos que podría tener esta reserva.
Con un esfuerzo de muestreo de 919 días-cámara, estimado como el producto del número de cámaras por los días que las cámaras permanecieron activas, obtuvimos cinco registros fotográficos de dos machos, dos hembras y un individuo sin sexo definido. Los registros corresponden a tres individuos de cuerpo completo y dos en los que solo se aprecian los cuartos traseros (Figura 2). Las historias de captura generadas fueron: jaguar macho 1—100; jaguar hembra 2—100; jaguar sin sexo definido 3—010, jaguar macho 4—010 y jaguar hembra 5—001. Los tres modelos de abundancia estimaron cinco individuos (Zippin = 5 ± 1.18, IC = 0 a 10; Jackknife = 5 ± 2.43, IC = 0 a 15; Chao = 5 ± 0, IC = 5 a 5). Con un área efectiva de muestreo de 313.82 km2 obtuvimos una densidad de 1.59 ind/100 km2 y ocho jaguares dentro del APFFM-Cacaxtla. La proporción de sexos identificados fue de 1:1.
El APFFM-Cacaxtla es reconocida como un área importante para la conservación de mamíferos de tamaño corporal grande (Morrison et al. 2007), lo cual es validado por nuestros resultados, ya que el área de estudio alberga una pequeña población reproductiva de jaguares (representada por las fotografías de hembras). Este es uno de los pocos estudios con jaguares donde la proporción de sexos es de uno a uno, en otros sitios tiende a presentarse una dominancia por machos (Foster et al. 2010, Palomares et al. 2012). Nosotros consideramos que el APFFM-Cacaxtla representa una unidad ecológica importante para las poblaciones de jaguar presentes en la Sierra Madre Occidental, ya que puede estar funcionando como un eslabón (“linkage” sensu Beier et al. 2006) en el intercambio de individuos que migren al norte en donde se encuentra la población reproductiva más norteña de este felino en Sahuaripa, Sonora (Gutiérrez-González et al. 2012) y al sur con las poblaciones de la Costa de Jalisco (Brown & López-González 2001, Núñez et al. 2002, Sanderson et al. 2002; ver Fig. 1).
La densidad que obtuvimos en el APFFM-Cacaxtla (1.59 ind/100 km2) es mayor a la reportada en la Reserva Jaguar del Norte, Sonora (1.05 ind/100 km2; Gutiérrez-González et al. 2012), y menor a la reportada en la Reserva de la Biosfera Chamela-Cuixmala, Jalisco (3.5 ind/100 km2; Núñez et al. 2002). De acuerdo a la densidad de las tres reservas, la densidad de jaguares disminuye en relación al aumento de latitud. De este modo se podría generar un modelo lineal que pudiera ser usado para estimar una densidad de jaguares en ambientes con hábitats semejantes, como son las selvas caducifolias del Pacífico Mexicano. Finalmente, se ha determinado que Sinaloa forma parte de la distribución histórica y actual del jaguar, aún mantiene extensiones considerables de hábitat adecuado, e incluso se ha propuesto que puede mantener poblaciones con más de 100 individuos (Ceballos et al. 2006, Rabinowitz & Zeller 2010, Rodríguez-Soto et al. 2011) por lo que es necesario llevar a cabo monitoreos a largo plazo para obtener estimaciones de abundancia y densidad más confiables, tanto en nuestra área de estudio como en otras regiones de la entidad.