INTRODUCCIÓN
Actualmente la pérdida masiva de biodiversidad es un problema que preocupa a todos los países megadiversos (Wilson, 1985; 2000). La destrucción de hábitats, el cambio de uso de suelo, el calentamiento global y la propagación de especies invasoras, entre otros factores, aceleran de manera directa la pérdida de biodiversidad. Su control, requiere el desarrollo de estrategias de conservación a mediano y largo plazo (Wilson, 1985; 2000). Por esta razón, el conocimiento de la diversidad local o regional en ciertas regiones de México ha sido tema central en análisis biogeográficos, de conservación y genéticos, los cuales, en conjunto permiten comprender el funcionamiento de los niveles de organización de la biota de una región en particular (Naeem et al., 2009; 2012; Magurran & Mc Gill, 2011).
El conocimiento de la diversidad de vertebrados de México, particularmente de los anfibios y reptiles, resulta de vital interés debido a que son componentes esenciales para el buen funcionamiento de la mayoría de los ecosistemas, además de que sus características biológicas y funcionales (e.j., hábitos arborícolas, terrestres, saxícolas; ovíparos, vivíparos; carnívoros, insectívoros) los convierte en excelentes bioindicadores de la salud y calidad del ambiente, por lo tanto, suelen ser considerados puntos clave para el desarrollo de estrategias de conservación (Tilman, 2001; CONABIO, 2008). Además, ambos grupos son integrantes indispensables de las redes tróficas a las cuales pertenecen, debido a que su papel como depredadores y presas permite mantener en equilibrio a sus poblaciones y a las de otros grupos de vertebrados o invertebrados con los que coexisten (Vitt & Cadwell, 2014). Bajo un contexto biogeográfico, los anfibios y reptiles de México tienen una historia evolutiva muy particular, ya que, están ligados a la historia fisiográfica y orográfica de los sitios en los que se distribuyen; es decir, sus afinidades biogeográficas (ej., neártica y neotropical), siendo ello resultado de diversos eventos vicariantes, que, a su vez, dieron como resultado un alto grado de endemismos. Por esta razón, México es considerado un país con altos valores de recambio o diversidad beta entre las serranías y las provincias biogeográficas que lo componen (Flores-Villela & Canseco-Márquez, 2004; Ramírez-Bautista & Moreno, 2006). El estado de Guanajuato es un área geográfica con poco más de 30 mil km2 (INEGI, 2018). Se encuentra insertado en la región central de México, específicamente localizado al final de la porción sur del Desierto Chihuahuense, donde ocupa una pequeña región de la Sierra Madre Oriental y parte sur de la Faja Volcánica Transmexicana (Leyte-Manrique et al., 2015), ubicándose en el área de confluencia entre las regiones Neártica y Neotropical, por lo que resulta atractivo desde el punto de vista científico, a grado tal que el conocimiento de su biodiversidad ha sido tema de interés por naturalistas notables y expedicionistas del siglo XIX, como por ejemplo el famoso naturalista francés Alfredo Dugès, quien desarrolló las primeras listas de vertebrados para Guanajuato (Mendoza-Quijano et al., 2001; Morrone, 2005; Leyte-Manrique et al., 2015). Dugès logró cuantificar 56 especies de anfibios y reptiles, muchos de ellos especies tipo para México; además logro ilustrar más de 250 acuarelas de la biodiversidad de la capital del estado como de regiones aledañas (Mendoza-Quijano et al., 2001). La contribución del Dr. Dugès en la herpetología de Guanajuato ha sido notable, que junto con el Dr. Hobart Smith por su trabajo del siglo XX, han sido considerados los pioneros en el estudio de los anfibios y reptiles de México (Flores-Villela, 1993). Lo anterior ha permitido comprobar que la riqueza de anfibios y reptiles de Guanajuato ha venido en aumento, aunque el número actual difiere entre autores (Reynoso et al., 2012; Báez-Montes, 2018; Hernández-Arciga et al., 2018). La información proporcionada por Reynoso et al. (2012) puede ser hasta el momento la más precisa, debido a que eliminan especies con distribución anecdótica y dudosa, y como resultado proporciona una lista de 102 especies (25 anfibios y 77 reptiles), que al considerar la ubicación geográfica del estado y los 12 tipos de vegetación que posee, se puede decir que este inventario es aún incompleto.
Por lo anterior, y a pesar de que en 2012 la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad desarrolló el estudio de estado sobre la biodiversidad de Guanajuato, aún es necesario continuar con estudios faunísticos locales y regionales, particularmente en las regiones de la sierra de Santa Rosa, Xichú y Sierra Gorda de Guanajuato, con la intención de incrementar y actualizar dicha biodiversidad. La cuenca baja del Río Temascatio, resulta ser uno de los sistemas orográficos menos estudiados de Guanajuato, a tal grado que no existen inventarios básicos para un gran número de grupos zoológicos. Por lo anterior, resulta prioritario generar el primer inventario faunístico de anfibios y reptiles para dicha cuenca, con la intención de que esta información sirva como base de conocimiento para comprender los patrones de composición de especies a nivel local y temporal en ambientes conservados y perturbados de algunas regiones del estado de Guanajuato. Por lo tanto, el presente estudio se enfocó en explorar la riqueza herpetofaunística de la cuenca baja del Río Temascatio, un área con alto grado de perturbación causada por la deforestación y las actividades agropecuarias. La información del presente trabajo pretende ser útil para el desarrollo de estudios futuros enfocados a la ecología, conservación y distribución de los anfibios y reptiles de la porción centro-sur del estado de Guanajuato, área que se cree, puede sostener una alta diversidad de especies debido al amplio intervalo de elevaciones, complejidad climática y de vegetación.
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio. La cuenca baja del Río Temascatio (CBRT) se ubica en la zona noroeste de la cabecera municipal del municipio de Irapuato, Guanajuato, en los paralelos 20.827417º y 20.848853º de latitud norte, y los meridianos 101.17153º y 101.20198º de longitud oeste (Fig. 1). Presenta elevaciones que van de los 1,600 a los 2,200 msnm (SEMARNAT, 2004). Colinda al norte con el área natural protegida “Cuenca Alta del Río Temascatio”, la cual se inserta en el municipio de Salamanca, Guanajuato (IEEG, 2014). La temperatura media anual es de 19°C, con una máxima de 29°C y una mínima de 9°C en las regiones más altas; la precipitación promedio anual oscila entre 400-900 mm (García, 2004). Los componentes vegetales más representativos son el bosque tropical caducifolio = BTC, bosque de encino = BE, y matorral xerófilo = MX (Estrada-Muñoz, 2002; Rzedowski, 2006; Zamudio-Ruíz, 2012). Hidrológicamente, la CBRT se inserta en la región número 12-A de la cuenca alta Río Lerma, siendo su principal afluente el Río Temascatio, del cual toma el nombre (Pérez-Castillo & Palacios-Santillán, 2005).
Trabajo de campo. Éste se llevó acabo de julio de 2016 a septiembre de 2017 en tres tipos de vegetación (bosque tropical caducifolio = BTC, matorral xerófilo = MX y bosque de encino = BE), abarcando la estación de lluvias (junio-septiembre) y secas (octubre-mayo). Durante este periodo de tiempo se realizaron 12 muestreos (un muestreo por mes) con una duración de tres días cada uno, con la intención de registrar el mayor número de especies de anfibios y de reptiles de la región. El esfuerzo de muestreo fue homogéneo, es decir, invirtiendo la misma cantidad de horas-hombre para cada muestreo (7 h/3 personas/3 días), dando un total de 21 horas por mes, invirtiendo 84 horas en total para cada tipo de vegetación, resultando en 252 horas/hombre empleadas para todo el trabajo de campo de este estudio (Moreno, 2001).
Para la recolecta de ejemplares se establecieron dos transectos de un km de largo por 10 m de ancho en cada tipo de vegetación. Se realizaron muestreos de día (09:00-14:00 h) y de noche (18:00-23:00 h) con la intención de registrar especies con hábitos diurnos y nocturnos, consideraron las técnicas convencionales de recolecta sugeridas por Casa-Andreu et al. (1991), Hernández-Salinas (2009) y Ramírez-Bautista et al. (2014). Los anfibios se buscaron en cuerpos de agua como arroyos, pozas y estanques, así como dentro de la vegetación ribereña y bajo rocas; mientras que los reptiles se buscaron bajo rocas, troncos y ramas de los árboles. En el caso de las tortugas y serpientes con hábitos semi-acuáticos, estas se buscaron en cuerpos de agua y su periferia. En el caso de especies de anfibios, lagartijas y serpientes inofensivas, estas fueron atrapadas directamente con la mano, mientras que los víperidos fueron recolectados con pinzas y ganchos herpetológicos. Los ejemplares recolectados fueron identificados in situ a nivel de especie con apoyo de guías de campo (ej., Vázquez-Díaz & Quintero-Díaz, 2005; Ramírez-Bautista et al., 2009) y posteriormente fueron liberados en los sitios de muestreo.
Análisis de datos. Para conocer la completitud del inventario de la cuenca baja del Río Temascatio se generaron curvas de acumulación de especies, empleando estimadores no paramétricos de Chao 1 y ACE (Moreno, 2001), los cuales se basan en las abundancias de cada especie registrada en el área de estudio (Moreno, 2001; Chao & Shen, 2010); estas curvas fueron desarrolladas utilizando el software Stimates ver. 750. La diversidad de especies entre tipos de vegetación fue evaluada utilizando el índice de Shannon-Wiener, bajo la siguiente formula: qD = (∑si =1Piq)1/(1-q), dónde: qD = Diversidad, pi = abundancia relativa de la especie i, S = número de especies y q = sensibilidad del índice para la abundancia relativa de las especies en cada tipo de vegetación. El índice de Shannon-Wiener se ajustó a la ecuación de Jost con base al número de especies efectivas (ver Jost, 2006), permitiendo así comparar la magnitud de la diferencia sobre la diversidad entre dos o más comunidades, en este caso tipos de vegetación (Moreno et al., 2011). El índice de Shannon-Wiener y su ajuste a la ecuación de Jost fueron estimados con el programa SPADE 5.0 (Chao & Shen, 2010).
Por otro lado, se comparó la riqueza de especies entre tipos de vegetación, utilizando la abundancia relativa de cada especie y el número de especies en cada comunidad vegetal, para lo cual se utilizó una prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis. La composición de especies de anfibios y reptiles entre tipos de vegetación y estaciones (lluvias y secas) se expresó a partir de curvas de rango-abundancia, usando el número de especies y su abundancia relativa (Feinsinger, 2003). Por último, se desarrolló un resumen del estatus de conservación de las especies de anfibios y reptiles conforme a la NOM-059-SEMARNAT-2010 y lista roja de la IUCN. Además, se evaluó el estado de vulnerabilidad de las especies a partir del Índice de Vulnerabilidad Ambiental (EVS) propuesto por Wilson et al. (2013a; b). Dicho índice considera la vulnerabilidad de las especies en tres escalas: Baja (B, 3-9), Media (M, 10-13) y Alta (A, 14-19). El puntaje que obtiene cada especie es el resultado de (1) distribución geográfica, (2) extensión de la distribución ecológica (tipos de vegetación en que se encuentran las especies) y (3) modo de reproducción de anfibios y grado de persecución de los reptiles por humanos (ver Wilson et al., 2013a; b).
RESULTADOS
Riqueza, diversidad y composición de especies. La herpetofauna en la cuenca baja del Río Temascatio está compuesta por 31 especies. Los anfibios de esta cuenca se representan por 6 familias, 7 géneros y 11 especies; mientras que los reptiles se componen por 8 familias, 16 géneros y 20 especies. En los anuros, las familias Bufonidae y Ranidae están representadas por tres especies cada una; en los reptiles, las serpientes de la familia Colubridae presentaron la mayor riqueza de especies (8 especies; Cuadro 1). En el caso de los testudíneos, solo se registraron dos especies (Cuadro 1). En la Figura 2 se muestran algunas de las especies registradas en la cuenca baja del Río Temascatio. Los estimadores no paramétricos Chao 1 y ACE predijeron un total de 34 y 35 especies, respectivamente. Cada estimador predijo una completitud de inventario del 86% y 91% (Fig. 3). Respecto a los tipos de vegetación, en el bosque de encino se registró el mayor número de especies con 23 (9 anfibios y 14 reptiles), seguido por el bosque tropical caducifolio con 21 especies (8 anfibios y 13 reptiles), y por último el matorral xerófilo con 19 especies (8 anfibios y 11 reptiles; Cuadro 1).
Clase/Familia/Especie | BTC | MX | BE | NOM059 | IUCN | EVS |
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AMPHIBIA | ||||||
Bufonidae | ||||||
Anaxyrus compactilis (Wiegmann, 1833)N | X | X | X | Nc | LC | A |
Anaxyrus punctatus (Baird y Girard, 1952)H | X | Nc | LC | B | ||
Incilius occidentalis (Camerano, 1879)R | X | X | X | Nc | LC | M |
Craugastoridae | ||||||
Craugastor augusti (Dugès,1879)Ab | X | Nc | LC | B | ||
Hylidae | ||||||
Dryophytes arenicolor (Cope, 1866)F | X | X | X | Nc | LC | B |
Dryophytes eximius (Baird, 1854)A | X | X | X | Nc | LC | M |
Microhyladae | ||||||
Hypopachus variolosus (Cope, 1866)H | X | X | X | Nc | LC | B |
Ranidae | ||||||
Lithobates megapoda (Taylor, 1942)B | X | X | X | Pr | VU | A |
Lithobates montezumae (Baird, 1854)C | X | Pr | LC | A | ||
Lithobates neovolcanica Hillis y Frost, 1985D | X | X | X | A | NT | A |
Scaphiopodidae | ||||||
Spea multiplicata (Cope, 1863)Ad | X | Nc | LC | B | ||
REPTILIA | ||||||
Testudines/Kinosternidae | ||||||
Kinosternon hirtipes (Wagler, 1830)F | X | X | Pr | LC | M | |
Kinosternon integrum Le Conte, 1824I | X | X | X | Pr | LC | M |
Lacertilia/Phrynosomatidae | ||||||
Sceloporus horridus Wiegmann, 1834X | X | Nc | LC | M | ||
Sceloporus spinosus Wiegmann, 1828G | X | X | X | Nc | LC | A |
Sceloporus torquatus Wiegmann, 1828Ñ | X | X | X | Nc | LC | A |
Scincidae | ||||||
Plestiodon lynxe (Wiegmann, 1834)S | X | Pr | LC | M | ||
Teiidae | ||||||
Aspidoscelis gularis (Baird y Girard, 1852)L | X | X | Nc | LC | B | |
Serpente/Colubridae | ||||||
Conopsis nasus (Günther, 1858)T | X | X | Nc | LC | M | |
Drymarchon melanurus (Duméril, Bibron y Duméril, 1854)Z | X | Nc | LC | B | ||
Leptophis diplotropis (Günther, 1872)Aa | X | A | LC | A | ||
Masticophis mentovarius (Duméril, Bibron y Duméril, 1854 )U | X | X | X | A | LC | B |
Pituophis deppei (Duméril, 1853)Ac | X | X | A | LC | A | |
Senticolis triaspis (Cope, 1866)Y | X | Nc | LC | B | ||
Tantilla bocourti (Günther, 1895)K | X | Nc | LC | B | ||
Trimorphodon tau Cope, 1870O | X | X | Nc | LC | A | |
Dipsadidae | ||||||
Hypsiglena jani (Dugès, 1865)P | X | X | X | Nc | LC | B |
Natricidae | ||||||
Storeria storerioides (Cope, 1866)V | X | Nc | LC | M | ||
Thamnophis cyrtopsis (Kennicott,1860)M | X | X | X | A | LC | B |
Viperidae | ||||||
Crotalus aquilus Klauber, 1952Q | X | X | Pr | LC | A | |
Crotalus molossus Baird y Girard, 1853J | X | X | Pr | LC | B |
El valor del índice de Shannon-Wiener ajustado al modelo de Jost (2006) fue de: qD = 6.25 para el bosque de encino, qD = 5.29 para el bosque tropical caducifolio y qD = 4.16 para el matorral xerófilo. No hubo diferencias significativas (H = 4.13; P = 1.12) entre tipos de vegetación. Por su parte, el índice de Shannon-Wiener por temporada indicó una mayor diversidad de especies en lluvias (qD = 6.3) que en secas (qD = 2.8), mostrándose diferencias significativas (U = 2.35; P = 0.002) entre estaciones.
Finalmente, las curvas de rango-abundancia estuvieron representadas por pocas especies dominantes (Fig. 4). Para el BE la especie más abundante fue Dryophytes eximius, en tanto que para el BTC fue Kinosternon hirtipes y para MX Anaxyrus punctatus. Durante la estación de lluvias, D. eximius y Lithobates megapoda fueron las especies más abundantes, mientras que en secas fueron D. arenicolor y A. punctatus (Fig. 4). En el Cuadro 1 se puede observar la presencia de cada especie en cada tipo de vegetación; la mayor parte de las especies se encontraron en los tres tipos de vegetación con una ocurrencia del 100% a excepción de A. puctatus y L. montezumae (presentes en el BE; 33.3%), Craugastor augusti (BTC; 33.3%) y Spea multiplicata (MX; 33.3%). En el caso de los reptiles, las especies que ocuparon los tres tipos de vegetación fueron: K. integrum, Sceloporus spinosus, S. torquatus, Masticophis mentovarius, Hypsiglena jani y Thamnophis cyrtopsis (Fig. 4 y Cuadro 1).
Estatus de conservación. Según la NOM-059-ECOL-2010, 12 especies de anfibios y reptiles se encuentran en alguna categoría de protección. Por ejemplo, Lithobates neovolcanica se encuentra como amenazada (A), mientras que L. megapoda y L. montezumae están sujetas a protección especial (Pr). En cuanto a los reptiles, Masticophis metovarius, Pituophis deppei, Leptophis diplotropis y Thamnophis cyrtopsis se encuentran como amenazadas, Kinosernon hirtipes, K. integrum, Plestiodon lynxe, Crotalus aquilus y C. molossus están sujetas a protección especial (Cuadro 1). En contraste, la gran mayoría de las especies incluidas en la lista roja de la IUCN se ubican principalmente en preocupación menor (LC); L. montezumae y L. megapoda se ubican en vulnerable (VU) y casi amenazada (NT), respectivamente. Finalmente, el índice de vulnerabilidad ambiental (EVS) considera a cuatro especies de anuros en riesgo alto (A), dos en riesgo medio (M) y cinco en riesgo bajo (B). En los reptiles, este índice ubica a seis especies en riesgo alto (A), seis más en peligro medio (M) y ocho en riesgo bajo (B; ver Cuadro 1).
DISCUSIÓN
A pesar de que la cuenca baja del Río Temascatio es un área perturbada por actividades antropogénicas como la ganadería, la agricultura y el aprovechamiento forestal, resguarda una cantidad importante de anfibios y reptiles (31 especies), casi el 36 % de la herpetofauna del estado de Guanajuato (Reynoso et al., 2012; Cuadro 1). Bajo el contexto de riqueza de especies, el número de especies para la CBRT es superado por el área natural protegida Cuenca Alta del Río Temascatio con 38 especies (IEEG, 2014). Sin embargo, la diversidad de especies para la CBRT resulta mayor a lo reportado previamente en ambientes de bosque tropical caducifolio del municipio de Irapuato (24 especies; Uriarte-Garzón & Lozoya-Gloria, 2009) y para el área natural protegida cerro de Arandas y Cerro del Veinte (23 especies; Leyte-Manrique et al., 2016a).
La riqueza de especies registrada en el área de estudio y analizada por los estimadores Chao 1 y ACE indican que la curva de riqueza de especies aun no alcanza una fase asintótica, demostrando así que faltarían por añadir entre tres y cuatro especies al inventario (Fig. 3). Chao et al. (2004) señalan que la falta de completitud de los inventarios puede deberse en primer lugar a un sesgo en la recolecta de datos, o bien, a los valores de las abundancias proporcionales de las especies añadidas a la muestra, considerando que no todas las especies son igualmente abundantes, y que, tampoco habitan de manera simpátrica en un plano espacial o estacional.
La riqueza de especies observada en este trabajo, como era de esperarse, fue mayor en el bosque de encino, algo registrado en otros estudios, en los que se menciona que este tipo de vegetación resguarda una alta riqueza y diversidad de especies, debido a que es considerado un ambiente estable y que los cambios de temperatura y humedad no suelen ser tan variables, como en ambientes desérticos y áridos, lo que brindan mejores condiciones eco-fisiológicas para anfibios y reptiles (Medina-Aguilar et al., 2011; Cruz-Elizalde & Ramírez-Bautista, 2012; Ramírez-Bautista et al., 2014: Luja et al., 2017). Al respecto, la mayor diversidad de especies para el BE, se dio en reptiles, principalmente en serpientes, en el que especies como Tantilla bocourti y Storeria storerioides se presentaron únicamente en este componente vegetal, lo que infiere que estas dos especies, están bien adaptadas a las condiciones micro ambientales de este tipo de vegetación, así como a los refugios que les proporcionan (Ramírez-Bautista et al., 2016). En el caso de las lagartijas, Plestiodon lynxe es una especie restringida a este tipo de vegetación, y en el caso de Sceloporus horridus, a pesar de ser una especie con una mayor plasticidad a distintos ambientes, se le encontró únicamente en el BE. Al respecto, autores como Berrizobal-Islas (2012) y Cruz-Elizalde y Ramírez-Bautista (2012), señalan que las condiciones que ofrece el BE se reflejan en adaptaciones de orden fisiológico, morfológico, reproductivo y conductual hacia un ambiente más estable. Si bien para BTC y MX se presentaron valores de diversidad bajos en comparación con el BE, se observó que el grupo más representativo en cuanto a taxones fue el de las serpientes (Vitt & Caldwell, 2014; Leyte-Manrique et al., 2016a). En ese sentido y en un contexto general, los reptiles a diferencia de lo anfibios presentan adaptaciones de orden conductual, fisiológico y reproductivo para hacer frente a las variaciones climáticas y de temperatura que son comunes en ambientes de tipo estacional en los que, además, ocurren cambios temporales en la composición de clases de edad y abundancia de las especies.
En el caso del BTC, se presentó un patrón de riqueza similar al de otros estudios (Carvajal-Cogollo & Urbina-Cardona, 2008; García & Cabrera-Reyes, 2008; Vite-Silva et al., 2010; Berriozabal-Islas, 2012; Berrizoabal-Islas et al., 2017; Leyte-Manrique et al., 2016a; b; 2019). Estos trabajos coinciden en que la estructura de los microhábitats de este tipo de vegetación es compleja, y por tal razón, soportan una alta riqueza de especies a nivel local y estacional, beneficiando en la mayoría de los casos la actividad reproductiva y los nacimientos de algunas especies de anfibios y reptiles (Luria-Manzano, 2012; Vitt & Caldwell, 2014; Luja et al., 2016). Por último, en el matorral xerófilo se registró la menor riqueza y diversidad de especies. Este resultado parece ser un patrón común para este tipo de vegetación, debido a que las condiciones climáticas y condiciones áridas hacen que exista una baja riqueza de especies, pero a diferencia de otros tipos de vegetación en ambientes templados y tropicales, la riqueza de especies de este tipo de vegetación resulta ser altamente exclusiva, es decir, estos ambientes son hábitats que restringen la distribución de las especies. Por ejemplo, la mayoría de las especies que integran el género Sceloporus se ven favorecidas por ambientes áridos y semiáridos, como es el caso de la CBRT donde S. spinosus y S. torquatus se presentaron en los tres tipos de vegetación muestreados, aunque se pueden encontrar también en ambientes templados dada su alta plasticidad fenotípica y ecológica, lo cual les permite habitar distintos ambientes (Leyte-Manrique et al., 2005; Marshall et al., 2006: Leyte-Manrique, 2011). En la CBRT se presentó un patrón atípico acerca de la composición y riqueza de especies entre estaciones, dado que la estación de secas presentó una diversidad más alta en cuanto a reptiles se refiere y no en anfibios, siendo que la mayoría de los estudios mencionan que generalmente es durante las lluvias cuando los valores de riqueza, abundancia y cambios en la estructura de las poblaciones y comunidades se incrementan (Vitt y Caldwell, 2014; Berriozabal-Islas, 2012; Luja et al., 2017), como en el caso de los anfibios de la CBRT.
Para los tres tipos de vegetación, las curvas de rango-abundancia estuvieron marcadamente dominadas por especies raras. En términos generales, dichas curvas indicaron que, para la estación de lluvias, las ranas Dryophytes eximius y Lithobates megapoda fueron las especies con mayores abundancias; en tanto que, para la estación de secas las especies más dominantes fueron D. arenicolor y Anaxyrus punctatus, en tanto que las especies raras están conformadas por serpientes y lagartijas (20 especies; Cuadro 1). Las especies de lagartijas más dominantes fueron Aspidoscelis gularis y Sceloporus spinosus. Al comparar nuestros resultados con otros estudios en ambientes tropicales estacionales muestran un patrón atípico que no concuerda con los valores de abundancia y ocurrencia de manera estacional, ya que, se ha registrado una alta diversidad de lagartijas y serpientes en ambas estaciones (Cuadro 1; Fig. 4; Cruz-Elizalde & Ramírez-Bautista, 2012; Berrizoabal-Islas et al., 2017; Leyte-Manrique et al., 2016a; b; 2019; Luja et al., 2017). En el caso de las tortugas, Kinosternon hirtipes fue abundante en la estación de secas del BTC, mientras que K. integrum a pesar de registrarse en los tres tipos de vegetación tuvo mayor abundancia en el BE. Ambas especies de tortugas son poco abundantes en los ambientes en que se distribuyen (Leguer & Vogt, 2013), sin embargo, las altas abundancias observadas en este trabajo se deben a que las dos especies fueron encontradas en varias ocasiones en los mismos cuerpos de agua. En este sentido, autores como Macip-Ríos et al. (2009), indican que diferentes especies y diferentes grupos biológicos pueden vivir de manera simpátrica, siempre y cuando logren cubrir sus requerimientos alimentarios como parte de la estructura de su nicho fundamental.
Finalmente, el método de evaluación del estatus de conservación del EVS tuvo una valoración para las especies de anfibios y reptiles que va de bajo a alto riesgo (Cuadro 1). Al respecto del EVS al considerar aspectos ecológicos como tipo de hábitats, distribución ecológica y modos reproductivos en anfibios, permite observar que especies como Anaxyrus punctatus e Incilius occidentalis presentaron un alto y mediano riesgo, además de presentar bajas abundancias en los tipos de vegetación en que fueron registradas (BTC, BE y MST). Estas observaciones o asignación del estatus de vulnerabilidad pueden ser independientes de la abundancia de las especies y pueden reflejar las condiciones de perturbación del hábitat que utilizan, afectando aspectos demográficos como reproducción, tasas de supervivencia y de crecimiento. En el caso de los reptiles, de acuerdo con la NOM-059-ECOL-2010 las tortugas se encuentran sujetas a protección especial; sin embargo, la lista roja de la IUCN las cataloga en preocupación menor y el EVS las coloca como especies con mediano riesgo. Respecto a las lagartijas, sólo Plestiodon lynxe fue considerada por la NOM-059-ECOL-2010 como sujeta a protección especial, en tanto que la IUCN la cataloga en preocupación menor, lo cual no ocurrió con el EVS, ya que cuatro de las cinco especies se valoran de mediano a alto riesgo. Las serpientes, grupo con mayor riqueza de especies, pero el menos abundante en la cuenca, incluye a cuatro especies como amenazadas y dos en protección especial conforme a la NOM-059-ECOL-2010. Lo anterior permite visualizar que el EVS es un método efectivo para evaluar el estatus de preocupación ecológica de los reptiles, ya que proporciona un panorama medible a escala temporal de la situación y estado de conservación de las comunidades de reptiles de este estudio. Lo anterior proporciona una ventaja sobre el estado de conservación de la NOM-059-ECOL-2010 y la lista roja de la IUCN debido a que el EVS emplea características de la historia natural y distribución para emitir un juicio más preciso. Los resultados aquí expuestos proporcionan nueva información sobre la riqueza y diversidad de los anfibios y reptiles de la cuenca baja del Río Temascatio, ampliando el conocimiento de la fauna de ambos grupos para la porción norte del municipio de Irapuato, y permiten ser integrados en futuros estudios que respondan hipótesis con enfoques ecológicos, biogeográficos y de conservación para la herpetofauna de esta cuenca.