Introducción
En muchas de las zonas rurales de Latinoamérica, es común observar que las familias tomen ventaja de los solares o traspatios para mantener diferentes cultivos anuales y perennes, así como animales de granja o de acompañamiento (López-González et al., 2013). Estos se definen como agroecosistemas adyacentes a las casas o construcciones (Chávez-García et al., 2012; Hernández-López, 2014). Estos lugares cumplen una gran cantidad de funciones ecológicas (p. ej. flujo de nutrientes o reservorios de diversidad), económicas (a través de la producción y autoconsumo) y sociales (como sitios de reunión y de promoción de la identidad y de las relaciones de la familia con la naturaleza). Las especies vegetales más frecuentes son aquellas que tienen mayor demanda en los traspatios, aunque depende mucho de la localización geográfica donde se ubiquen. Es común que los árboles frutales ofrezcan ventajas a los humanos, como sombra y alimento. Para el caso particular del centro de México, los árboles más frecuentes en los traspatios son los aguacates (Persea americana Mill, 1768), ciruelas (Spondias purpurea L., 1762), duraznos (Prunus persica (L.) Stokes, 1812), granadas (Punica granatum L., 1753), guayabas (Psidium guajava L., 1753), higos (Ficus carica L., 1753), limones (Citrus x limón L., 1768), manzanas (Malus spp. Mill, 1754), naranjas (Citrus x sinensis (L.) Osbeck, 1765), nueces (Juglans regia L., 1753), peras (Pyrus communis L., 1753), plátanos (Musa paradisiaca L., 1753) y zapote (Pouteria sapota (Jacq.) Moore & Stearn, 1967) (González et al., 2014; Rubí-Arriaga et al., 2014; Ramírez-Santos, 2016). Estos microecosistemas están ubicados en casi todo el centro y sur de México, cubriendo muchas veces más de la mitad del área de las casas donde se encuentran, y desde una perspectiva ecológica y de función de la comunidad, y debido a su manejo, los traspatios pueden ser espacios que representen nuevos nichos y sitios para hacer escala por parte de los artrópodos (Altieri, 1995; Sperling & Lortie, 2010).
De manera global, el decline de las poblaciones de artrópodos se deriva de varios factores, dentro de los que destacan la intensificación agrícola, la deforestación, el cambio climático y el uso de plaguicidas (Sánchez-Bayo & Wyckuys, 2019; Wagner et al., 2021). Todos estos factores están fuertemente relacionados con los seres humanos, por lo que se espera un efecto más pronunciado de la degradación entre más cerca estén de estos. Sin embargo, los traspatios (e incluso la milpa y los sistemas orgánicos) emergen como zonas intermedias o menos degradadas donde los humanos suelen ser menos agresivos con los métodos de contención de plagas, y donde los efectos como la homogenización vegetal (uso de monocultivos) no es tan marcada. Por lo que podrían proponerse como refugios o reservorios de diversidad de artrópodos.
La riqueza de artrópodos representa del 40 a 50 % del total de especies descritas en la Tierra (Giribert & Edgecombe, 2012; Melic, 2014), y su diversidad en agroecosistemas como los traspatios ha sido pobremente estudiada. Los artrópodos juegan un rol crucial en estos sitios, cumpliendo funciones como en el reciclaje de nutrientes, la descomposición del suelo, la degradación de la materia y la polinización (Rondoni et al., 2011). Hasta el momento, pocos estudios en países en vía de desarrollo han estudiado los traspatios y comparado lo que ocurre con las comunidades de artrópodos en estos sistemas de agricultura orgánica, en contra de la agricultura convencional. Por ejemplo, Zalazar y Salvo (2007) encontraron que la riqueza y la abundancia de insectos (excepto Homoptera) fue mayor en cultivos orgánicos comparado con agricultura convencional en Córdoba, Argentina.
Por lo tanto, el objetivo de este estudio es evaluar la riqueza, abundancia y diversidad de artrópodos asociados a cinco traspatios en una zona rural en el centro de México. Lo anterior para contribuir con información, no solo en términos de biodiversidad, sino también para emitir recomendaciones a los dueños de los traspatios sobre las potenciales plagas que pueden dañar sus árboles. Finalmente, este estudio espera contribuir al conocimiento en términos de diversidad de artrópodos en agroecosistemas con implicaciones para la toma de decisiones y la elaboración de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC´s) para una agricultura sostenible en el corto plazo.
Materiales y métodos
Sitio de estudio. San Francisco Magú es una comunidad perteneciente al municipio de Nicolás Romero, Estado de México, México (19º 41' 52'' N, 99º 21' 18'' O) (Fig. 1) (Altamirano-Álvarez et al., 2006). El clima asociado a la comunidad es templado sub-húmedo, con un promedio anual de 16 °C y una precipitación promedio anual de 604 mm.
Las especies dominantes en los traspatios pertenecen de las familias Asteraceae, Lamiaceae, Rosaceae, Rutaceae y Verbenaceae. Se tuvo acceso continuo a cinco traspatios del lugar con el permiso de los dueños. Los cinco sitios se definieron de acuerdo con la densidad (muy alta, alta, intermedia, baja y muy baja) de árboles de durazno (Cuadro 1). Los árboles de durazno P. persica de los traspatios llegan a alcanzar alturas de hasta 5 m; sin embargo, en zonas de agricultura intensiva de esta especie, estos son podados y se mantienen a una altura no mayor de 3 m para su manejo agronómico y una fácil recolección de frutos. Este patrón de raleo fue muy recurrente en los traspatios estudiados (Fig. 1). La vegetación en los alrededores del asentamiento humano es definida como bosque de pino-encino.
Características del traspatio | Tipo de traspatio por densidad de P. persica | ||||
---|---|---|---|---|---|
Muy baja | Baja | Intermedia | Alta | Muy alta | |
Área (m2) | 160.6 | 63.5 | 125.4 | 97.3 | 95.9 |
Número de árboles de P. persica | 5 | 3 | 7 | 6 | 7 |
Densidad de árboles de P. persica | 0.031 | 0.047 | 0.056 | 0.062 | 0.073 |
Cobertura (m2) | 23.37 | 10.41 | 8.39 | 14.9 | 18.02 |
Presencia de basura | No | No | No | Si | No |
Presencia de mascotas | No | No | Si | Si | Si |
Riqueza de especies de plantas | 15 | 8 | 6 | 13 | 7 |
Tipos de plantas presentes | Frutales, hortalizas y herbáceas comestibles | Frutales, ornamentales y herbáceas comestibles | Frutales y ornamentales | Frutales, ornamentales y herbáceas comestibles | Frutales, ornamentales y herbáceas comestibles |
Uso de las plantas | Venta, auto consumo, medicinal, sombra y decoración | Auto consumo, medicinal y decoración | Auto consumo, decoración y sombra | Auto consumo y decoración | Venta, auto consumo, sombra y decoración |
Manejo | Fertilización orgánica, control de plagas cultural, riego, deshierbe y poda | Fertilización orgánica, deshierbe, riego y poda | Fertilización orgánica, deshierbe, riego y poda | Control de plagas cultural, riego y poda | Control de plagas cultural, riego y poda |
Dueño | Juana | Isidra | Candelaria | Gregoria | Juan |
Muestreo de artrópodos. El muestreo se llevó a cabo entre mayo de 2017 y mayo de 2018. Dentro de cada traspatio se seleccionaron dos árboles de durazno en donde fueron colocadas dos trampas de caída (pitfall) por árbol a una distancia de 1.5 m del árbol para evitar dañar sus raíces centrales. El método de trampas de caída fue elegido debido a que es de los métodos más extendidos para estimar actividad y abundancia relativa de insectos que se desplazan y/o viven en el suelo, además que son muy socorridas para el monitoreo de artrópodos (Spence & Niemela, 1994; Lövei & Sunderland, 1996). Otra razón para utilizar este tipo de trampas es por seguridad de los animales domésticos que se encuentran en los traspatios.
Las trampas consistieron en botes de 1 L (®Reyma VP18L) con una mezcla de 200 mL de etanol al 95 %, 100 mL de anticongelante (etylen-glycol marca ®Prestone Co. 72 %) y una gota de jabón líquido neutro (®Quimpro); esto para romper la tensión superficial de la solución y evitar que los insectos que caigan puedan salir. Después de colocar la solución en la trampa, esta fue cubierta con rocas y una base de madera para evitar la intrusión de animales domésticos, pero lo suficientemente grande para dejar libre la entrada de artrópodos. Las trampas estuvieron activas por 10 días; posteriormente, se dejaron inactivas 20 días para volverse a activar por 10 días, lo cual continuó durante los siguientes 13 meses abarcando la temporada de lluvias y de estiaje, con cinco y seis muestreos, respectivamente. Durante este periodo también se evaluó de forma cualitativa el estado fenológico de los árboles de durazno donde se detectaron cuatro fenofases: fructificación, floración, crecimiento vegetativo y pérdida de follaje.
Identificación de artrópodos. Todos los organismos colectados fueron trasladados al laboratorio para su posterior limpieza, separación, determinación y conservación. Las muestras fueron conservadas en etanol al 70 %. La determinación se hizo empleando un microscopio estereoscópico (®Leica EZ4) y claves dicotómicas (McAlpine et al., 1981; Johnson & Triplehorn, 2005). El material colectado está depositado en el laboratorio de Interacciones y Procesos Ecológicos y posteriormente se enviará con expertos del Instituto de Biología, UNAM. Aunque la determinación taxonómica se hizo al nivel más específico posible, los análisis de diversidad se hicieron a nivel de morfoespecie. Los valores de diversidad fueron construidos con la riqueza total (número de morfoespecies por traspatio).
Análisis estadístico. Con el fin de evaluar diferencias entre los manejos de traspatio sobre la abundancia de morfoespecies, se realizó un ANOVA con su respectiva prueba post hoc Tukey HSD, ya que los datos se ajustaron a una distribución normal y cumplieron con el supuesto de homocedasticidad de varianzas. De igual manera, se realizó una prueba de t de Student con los valores de abundancia de morfoespecies para evaluar diferencias entre estaciones (lluvias y seca). Estos análisis se hicieron con el programa JMP versión 11. También, se estimó la eficiencia del muestreo calculando la cobertura “sample coverage”, la cual es el porcentaje de la comunidad que está representado en las colectas, con base en la proporción de los individuos que pertenecen a las morfoespecies registradas (Chao & Jost, 2012; SanJuan-Trejo et al., 2021). El porcentaje o proporción de cobertura de muestreo se obtuvo con el paquete iNEXT (Hsieh et al., 2018).
Se utilizaron los números de Hill para comparar la riqueza y diversidad de artrópodos entre los cinco traspatios con distintas dominancias de durazno. Se describieron los tres órdenes de diversidad, los cuales corresponden a q=0 el número de especies, q=1 que es representado por el exponencial del índice de entropía de Shannon-Weaver, el cual se fundamenta en la riqueza y equidad de las especies observadas, y q=2 o inverso del índice de Simpson, el cual da más peso a las especies más abundantes (Jost, 2006). Estos parámetros también fueron calculados con el programa iNEXT (Hsieh et al., 2018), donde las unidades que expresa el programa corresponden al número efectivo de especies. Para poder hacer una comparación cuantitativa de los distintos parámetros de diversidad, se calcularon los intervalos de confianza al 95 % y se observó si existía sobrelapamiento de los valores a un mismo número de individuos (interpolando las muestras grandes y las de menor número de morfoespecies colectadas). Finalmente, para comparar la composición de morfoespecies entre traspatios, se realizó un análisis de agrupamiento con el método UPGMA tomando como base el índice de similitud de Bray Curtis.
Resultados
Un total de 3,263 individuos fueron colectados a lo largo del muestreo; estos fueron clasificados en 175 morfoespecies agrupadas en 32 familias de nueve órdenes (Cuadro 2). En términos de riqueza de morfoespecies, Coleoptera fue el orden con más morfoespecies registradas (S= 65), seguida de Hymenoptera (S= 40), Hemiptera (S= 32) y Diptera (S= 29); el resto estuvo repartido en los órdenes restantes [Psocoptera (3), Orthoptera (2), Thysanoptera (2), Neuroptera (1) y Trichoptera (1), ver Cuadro 2]. La mayor riqueza de órdenes se encontró en el traspatio con muy alta densidad de duraznos (Cuadro 3). El traspatio con la más alta abundancia no fue el que tuvo mayor presencia de árboles de durazno, sino el catalogado como de densidad intermedia (1,014 individuos, cobertura de muestreo 64.65 %), seguido del de densidad alta (695 individuos, cobertura de muestreo 76.19 %), muy alta (633 individuos, cobertura de muestreo 66.66 %), muy baja (596 individuos, cobertura de muestreo 68 %) y finalmente baja (325 individuos, cobertura de muestreo 49.3 %) (Fig. 2), sin diferencias significativas para la abundancia promedio de individuos entre los cinco traspatios (F (4,47)= 0.730, P= 0.576) ni en términos de abundancia cuando los datos se analizaron por temporada (lluvias versus seca) (t= 0.922, g.l.= 46, P= 0.361, ver Cuadro 2).
Orden | Abundancia total | Abundancia relativa (%) | No. total de morfoespecies (S) |
---|---|---|---|
Coleoptera | 969 | 29.70 | 65 |
Diptera | 1182 | 36.22 | 29 |
Hymenoptera | 845 | 25.90 | 40 |
Hemiptera | 243 | 7.45 | 32 |
Auchenorryncha Heteroptera Sternorryncha | 32 33 178 | 0.97 1.006 5.42 | 12 14 6 |
Psocoptera | 9 | 0.28 | 3 |
Thysanoptera | 9 | 0.28 | 2 |
Orthoptera | 4 | 0.12 | 2 |
Trichoptera | 1 | 0.03 | 1 |
Neuroptera | 1 | 0.03 | 1 |
Total | 3263 | 100.00 | 175 |
Orden | Tipo de traspatio por densidad de P. persica | ||||
---|---|---|---|---|---|
Muy baja | Baja | Intermedia | Alta | Muy alta | |
Coleoptera | * | * | * | * | * |
Diptera | * | * | * | * | * |
Hemiptera | * | * | * | * | * |
Hymenoptera | * | * | * | * | * |
Neuroptera | * | ||||
Orthoptera | * | * | * | ||
Psocoptera | * | * | * | ||
Thysanoptera | * | * | * | * | |
Trichoptera | * | ||||
Total | 6 | 6 | 6 | 5 | 9 |
La riqueza de morfoespecies de mayor a menor se registró de la siguiente manera: 1) traspatio con densidad alta de árboles de durazno (80 morfoespecies), 2) densidad intermedia (75), 3) muy alta (74), 4) baja (72 morfoespecies) y 5) muy baja (68 morfoespecies). Sin embargo, no se observaron diferencias significativas entre los cinco traspatios al comparar la riqueza de morfoespecies (0D o diversidad de orden q= 0; Fig. 3a).
Con respecto a la diversidad del orden q=1 (1D), el traspatio con densidad baja de árboles de durazno presentó la diversidad más alta, seguido de dos traspatios que se agruparon y no mostraron diferencias significativas entre sí (densidad muy baja y densidad alta), seguidos por el de densidad muy alta. Finalmente, el de menor diversidad de este orden fue el traspatio con densidad intermedia de árboles de durazno (Fig. 3b). Para el orden q=2 (2D) se evidenciaron diferencias significativas entre todos los traspatios, siendo el de mayor diversidad el de densidad baja, seguido del de densidad muy baja, densidad alta, densidad muy alta y finalmente el de densidad intermedia (Fig. 3c). Aún sin extrapolar el número de individuos y a pesar de que no se encontraron diferencias significativas en la abundancia, el traspatio con baja densidad de duraznos (1D= 36.23) tuvo más del doble (2.24 veces más) de diversidad que el sitio con densidad intermedia (1D= 11.70). Esta diferencia es consistente cuando se compara la q=2, en donde el sitio con baja densidad tiene 5.7 veces más diversidad, comparada con el sitio intermedio con la menor diversidad (intermedia) (baja densidad= 25, intermedio= 4.34).
La similitud dada por el índice Bray-Curtis en cuanto a presencia y abundancia de morfoespecies entre los cinco traspatios fue muy baja (Fig. 4). Los traspatios que tuvieron una mayor similitud fueron los traspatios con densidad alta y muy baja de árboles de durazno (0.423), seguida por la similitud entre este grupo y el traspatio con densidad baja (0.356).
Discusión
El presente trabajo representa una de las primeras aproximaciones al estudio de la diversidad de artrópodos en sitios tan ricos y diversos como los traspatios, los cuales han sido pobremente estudiados como agroecosistemas. De hecho, la denominada “backyard biodiversity” es uno de los tópicos menos estudiados particularmente en regiones que la presentan tales como en África, el sureste de Asía y centro y sur de América (Kim & Byrne, 2006). Estos espacios representan una gran cantidad de nichos ecológicos nuevos para los artrópodos, ya que no presentan manejos agresivos como la agricultura extensiva y proveen lugares de alimentación, reproducción e incluso sitios de percha y/o depredación (Perfecto et al., 2005, Perovic et al., 2015). Lo anterior también cumpliendo un rol dual al proveer de alimento a las familias locales. En este trabajo, se comparó la comunidad de artrópodos presente en cinco traspatios con el común denominador de la presencia de árboles de durazno criollo, ya que este frutal forma parte de la subsistencia familiar de los lugareños, autoconsumo y venta en la temporada de cosecha (SIAP, 2017).
En la actualidad, las comparaciones entre traspatios han sido escasas debido a que el grado de replicabilidad en estos presenta un problema metodológico y de diseño experimental, además de que su configuración y diversidad de especies vegetales están determinados enteramente por el ser humano y por el clima del área geográfica que se estudie.
En nuestro caso, los traspatios no presentaron diferencias significativas en las abundancias a lo largo del tiempo, aunque esto no ocurrió con los parámetros de diversidad. Esto puede deberse a que en cultivos orgánicos, donde existe una mayor diversidad vegetal de especies cultivadas como de vegetación secundaria intercalada entre las plantas de interés, se atrae una mayor diversidad de insectos (Landis et al., 2000; Salazar & Salvo, 2007). Es decir, la heterogeneidad del paisaje presentada en los traspatios promueve la creación de nichos para llevar a cabo sus procesos vitales (Fahrig et al., 2011). Otro factor importante es la vegetación adyacente a los cultivos; un ejemplo de ello son los cultivos a grandes dimensiones, los cuales están rodeados de mosaicos de cobertura vegetal como hábitats naturales y seminaturales (o modificados por el humano). Estos suelen favorecer la heterogeneidad del paisaje al aumentar las fuentes de refugio, dispersión de insectos y tener como consecuencia la proximidad de los distintos hábitats (Montañez & Amarillo-Suárez, 2014), y al mismo tiempo favorecen los corredores naturales para el traslado de fauna silvestre hacia los agroecosistemas. Sin embargo, la cobertura vegetal y sus cambios afectan de manera directa la abundancia de algunos taxones y modifican los niveles tróficos (Sánchez & Amat-García, 2005); esto explicaría por qué solo se vieron cambios en el parámetro abundancia y no en la riqueza (S o q= 0), pero sí en la diversidad q=1 y q=2.
Con base en lo anterior y con los resultados reportados, se puede decir que los cinco traspatios compartieron cuatro de los nueve órdenes (Cuadro 3) y que la composición de morfoespecies estuvo representada principalmente por Coleoptera, Diptera, Hemiptera e Hymenoptera. Estos resultados son consistentes con otros estudios, los cuales consideran a Coleoptera, Hymenoptera, Lepidoptera y Diptera como los órdenes megadiversos de la clase Insecta en ecosistemas naturales (Martin-Piera et al., 2000; Gómez-Pamies et al., 2016; Vargas-Batis et al., 2017; Díaz et al., 2018; Téllez et al., 2018), lo cual sugiere que la dominancia de estos órdenes son recurrentes aún en sistemas modificados por el humano como los traspatios.
Para el caso de ecosistemas agrícolas, huertos y traspatios (todos incluidos como agroecosistemas), la diversidad de artrópodos se ha investigado en mucho menor medida que en áreas naturales, a pesar de la importancia de estos ecosistemas, por lo que se cuenta con muy poca evidencia experimental. Szentikiralyi y Kozar (1991) realizaron un estudio en huertos de manzana en España donde encontraron que los huertos aledaños a vegetación natural tienen una mayor diversificación de órdenes (11), mientras que los huertos que se encuentran aledaños a sistemas agrícolas tienen poca con algunos órdenes dominantes. Nuestro estudio es una de las primeras evidencias que indican que los traspatios pueden albergar una considerable diversidad de órdenes, incluso parecida a lo que ocurre en sistemas naturales, lo cual es interesante debido a que los traspatios, a pesar de ser ecosistemas antropizados, podrían tener el potencial de presentar un estado de conservación intermedio para los artrópodos, ya que al no usar pesticidas y mantener una heterogeneidad en términos de vegetación, podría aportar evidencia para soportar la hipótesis de disturbio intermedio (Connell, 1978, Roxburgh et al., 2004). Por otra parte, se han efectuado estudios dirigidos al muestreo de órdenes específicos y en plantas hospederas de importancia comercial. Hernández-García et al. (2011), Sánchez-Lulo et al. (2016) y García-Ramírez y Hernández (2017), además de especies del orden Hymenoptera, observaron de Coleoptera y Hemiptera en plantas de Citrus en traspatios de Uruapan, Michoacán. En el caso de Tobajas-Andrés et al. (2011), registraron a los órdenes Hymenoptera, Hemiptera, Coleoptera y Lepidoptera en su estudio sobre artrópodos en la dieta de guajolotes con crianza en traspatios en cinco zonas fisiográficas del Estado de Michoacán. En contraste, Vargas-Batis et al. (2017) mencionan que Coleoptera, Hymenoptera y Hemiptera son los más representados en dos fincas de agricultura suburbana; esto se debe a que la mayor parte de sus especies constituyen plagas o controladores biológicos. Pedraza y Gómez (2010) mencionan que la diversidad de insectos puede caracterizarse atendiendo el estudio de grupos como Coleoptera, Lepidoptera, Diptera e Hymenoptera. También, Salazar y Salvo (2007) mencionan que Hymenoptera tiene un papel indiscutible como grupo benéfico al intervenir en relaciones interespecíficas claves como la polinización, la depredación y el parasitismo, así como bioindicadores. Por otra parte, los valores de abundancia dípteros superiores en cultivos orgánicos (traspatios) podrían resultar de las prácticas menos agresivas al ambiente debido a que la mayoría de sus especies poseen larvas que se comportan como fitosaprófagas en el suelo (Büchs, 2003; Woodcock et al., 2003) o bien por la abundancia de materia orgánica (Sánchez & Amat-García, 2005), la cual está dada en este estudio por el desperdicio que los dueños vierten sobre sus árboles de durazno. Lo mismo se ha registrado para las familias Formicidae (Hymenoptera), Carabidae y Staphylinidae (Coleoptera) (Salazar & Salvo, 2007).
Los órdenes Neuroptera y Trichoptera se presentaron de forma exclusiva en un traspatio (muy alta presencia de duraznos), por lo que se sugiere que el efecto que tienen en la comunidad es mínimo o que pueden representar “singletones”, ya que las diferencias se vieron reflejadas en la riqueza y abundancia de morfoespecies y no en los órdenes que los componen. La presencia de Trichoptera podría deberse a la acumulación de agua en este traspatio por su conformación geográfica, ya que cuenta con un par de zanjas que son utilizadas para delimitar el terreno y donde se acumula el agua de lluvia; estos organismos en estado larval dependen del agua para su desarrollo (Johnson & Triplehorn, 2004). Por otra parte, Neuroptera pudo estar representada en un solo traspatio debido a sus hábitos voladores y a que las trampas fueron colocadas en el suelo. Por lo anterior es importante realizar estudios más específicos, tanto taxonómicamente como en diferentes estratos vegetales.
Se ha encontrado que en huertos orgánicos como los traspatios la complejidad de la estructura tamaño, diversidad de plantas cultivadas y malezas además de los manejos que los humanos desarrollan incrementan la heterogeneidad del paisaje lo cual está correlacionado con la diversidad de especies (Salazar & Salvo, 2007). Un ejemplo son los estudios de control biológico, donde suele ser más efectivo en cultivos diversificados que en monocultivos (Nicholls & Altieri, 2002; Silveira et al., 2009).
En esta investigación se esperaba que los valores de diversidad presentaran diferencias significativas (Fig. 3b,c), lo cual es posible si se toma en cuenta que los traspatios son un tipo de agroecosistemas en constante cambio (áreas pequeñas con alta diversidad vegetal o áreas grandes con baja diversidad vegetal), lo cual genera distintos microhábitats y favorece un mayor número de especies de insectos en traspatios con mayores recursos (Zalazar & Salvo 2007). Esto puede estar atribuido por diversos factores como la heterogeneidad ambiental (Yang et al., 2015) y la composición y estructura vegetal (Savopoulou-Soultani et al., 2012). De hecho, diversos estudios demuestran que la incorporación de árboles como elementos del manejo en los agroecosistemas permite que muchas especies puedan explotar estos microhábitats (Vandermeer & Perfecto, 2010).
No se detectaron efectos de la temporalidad sobre la abundancia y riqueza de artrópodos, lo que puede deberse a que los dueños de los traspatios procuran un sistema de riego constante y no se afecta importantemente la disponibilidad de recursos, ya que los campesinos mantienen condiciones favorables para el desarrollo de estos organismos. Aquino et al. (2013) documentaron que la diversidad de artrópodos en un hábitat costero de matorrales de salvia se ve afectado por el sistema de riego, por lo que se sugieren futuras investigaciones para evaluar cambios estructurales en la comunidad de insectos.
Durante este estudio se observaron cuatro fases fenológicas destacadas: 1) época de floración de enero a abril de 2018, 2) fructificación de finales de junio a agosto de 2017 con frutos maduros y de abril a mayo de 2018 con frutos tiernos, 3) época de follaje de junio a septiembre de 2017 y 4) estado vegetativo de septiembre de 2017 a marzo de 2018.
La época de floración observada coincide con lo reportado por Gutiérrez-Acosta y Padilla-Ramírez (2004); sin embargo, Cruz-Hernández et al. (2002) reportaron un periodo de floración de enero a marzo, mencionando que las etapas fenológicas pueden desfasarse de acuerdo con el sitio donde se encuentre el cultivo y sus características, observándose en este estudio un mes más de floración (abril). Sin embargo, el proceso puede variar para los traspatios debido a que están en constante cambio e influenciados por factores culturales y de cuidado agrícola. Gutiérrez y Padilla (2004) observaron crecimiento vegetativo hasta el mes de febrero y rebrotes en marzo; este último tomado como época tardía (Gutiérrez & Padilla, 2004). Las etapas fenológicas se pueden extender dependiendo la temperatura ambiental (Reinoso et al., 2002), lo cual podría explicar porque no existieron diferencias en las abundancias entre estaciones. A pesar de que no se tienen características específicas sobre la fenología del durazno criollo en el Estado de México, se han observado etapas fenológicas en cultivos extensivos de esta planta, las cuales concuerdan con las observadas en este trabajo.
Los traspatios son agroecosistemas de origen y mantenimiento de diversidad, aun siendo transformados por la actividad humana. Estos espacios tienen una complejidad y estabilidad parecida a los sistemas naturales. La conservación y mantenimiento de estos sitios es relevante debido a que albergan una alta diversidad de órdenes, familias y especies de artrópodos que son importantes para producir cultivos agrícolas, así como individuos plagas, parasitoides y depredadores, lo cual se corroboró en este estudio. Es por esto por lo que los cultivos inmersos en estos sistemas representan una serie de servicios ambientales vagamente explorados y un sistema de conocimientos tradicionales que promueve la diversidad biológica, repercutiendo desde la diversidad genética hasta la diversidad del paisaje (De la Huz et al., 2005).
Las interacciones ecológicas que establecen los artrópodos con diversos cultivos, como en nuestro caso los árboles de durazno han sido observadas por la humanidad enriqueciendo el conocimiento sobre estas interacciones, lo cual ayuda a las nuevas estrategias como el uso de insectos como control biológico (Guzmán-Mendoza et al., 2016). Monroy y García (2013) destacan la importancia de los huertos familiares (traspatios) y los consideran sitios que ayudan a la conservación de la fauna silvestre ante la presión de la mancha urbana. Estos autores mencionan que el papel fundamental de los huertos familiares es el refugio y salvaguarda de la fauna silvestre en un entorno con poca diversidad natural (Chablé-Pascual et al., 2015); sin embargo, son escasos los estudios fuera de la fauna y flora que se aprovechan. Debido a que no se tienen estudios de artrópodos en traspatios o huertos caseros, este estudio sirve como base para utilizar a los traspatios como modelo para concientizar a los agricultores a favor de la tierra y los seres vivos; asimismo las prácticas agrícolas ambientalmente amigables se pueden implementar sin sacrificar la producción, lo cual se hará como una recomendación para los dueños de los traspatios utilizados en este estudio.