Obituarios

 

Ireneo Rojas (1941-2013)

 

Conocí a Ireneo Rojas en 1980. Para entonces ya contaba con el grado de doctor en química por la Universidad de Berlín, Alemania. Su formación universitaria contribuyó a que el doctor Rodolfo Stavenhagen, en aquel momento Director General de Culturas Populares, lo propusiera para que la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo le otorgara la Coordinación del Área de Investigación de la Cultura Purépecha, cargo que desempeñó por más de 25 años.

Desde este espacio universitario promovió la lengua y la cultura purépecha. Documentó y difundió ampliamente la música tradicional y las pirecuas. Varios pireris grabaron su voz y su canto en CDs que hoy forman parte del acervo musical de la Universidad. Con su apoyo, logramos que la Universidad Michoacana auspiciara, en 1991, la realización del Segundo Encuentro Nacional de Escritores en Lenguas Indígenas en la ciudad de Morelia. En colaboración con la Dirección General de Culturas Populares, el Centro de Enseñanza de Lenguas Extrajeras de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Michoacana, impulsó la formación de una veintena de profesores de lengua purépecha quienes actualmente imparten cursos en escuelas secundarias y bachilleratos. El amplio conocimiento que tenía de la cultura de su estado, lo acreditó para que accediera al cargo de Director General del Instituto Michoacano de Cultura, desde donde promovió las bandas de música de los diferentes pueblos, entre otros proyectos culturales.

Debo decir que Ireneo y yo tuvimos un amigo común: Carlos Montemayor. Nuestra amistad en torno a la defensa de las lenguas originarias de México se fortaleció cuando invitamos a Montemayor a que impartiera varios talleres en la región purépecha de Michoacán, particularmente en el albergue de Angahuan, tierra del ya fallecido etnolingüista purépecha, Valente Soto Bravo. El sentido del humor y el gusto por la comida, el vino, la música y el canto que caracterizaban a Ireneo, armonizaron muy bien con el gusto y los deleites que tenía nuestro amigo Carlos Montemayor.

Al hacer esta breve remembranza del camino recorrido por Ireneo Rojas como promotor de la lengua y la cultura purépecha, me viene a la memoria su breve paso por el Departamento de Educación Indígena de su estado natal. El conocimiento que tuvo de la realidad de la educación indígena con frecuencia lo hacia estallar en cólera, al afirmar que la formación de los maestros bilingües era insuficiente para brindar una educación bilingüe bicultural de calidad, hoy educación intercultural bilingüe.

Su último cargo como funcionario lo desempeñó en la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM), que le fue otorgado hace dos años, aproximadamente. Recuerdo que me comentaba, en nuestro encuentro con los hermanos nahuas de la costa de Michoacán, en junio de este año, que no podía ser rector titular debido a que la legislación universitaria no le permitía acceder a tal nombramiento, pues rebasaba la edad requerida. Yo le argumentaba que el nombramiento oficial no importaba, el hecho era que, como corolario de su trayectoria, accedía a un nombramiento que era resultado de una larga lucha: la creación de espacios universitarios para la formación de profesionales conocedores y orgullosos de su origen, de su historia y de su cultura, ideal por el que habíamos luchado permanentemente. Congruente con el compromiso que ambos compartíamos por la formación de jóvenes provenientes de nuestros pueblos, acepté la invitación que me hizo para ser miembro del Consejo Directivo de la UIIM, nombramiento que recibí a finales de 2012.

Otros muchos momentos los compartimos en el Seminario de Análisis de Experiencias Indígenas, A. C. En este espacio académico que creamos en 1990, con el apoyo de José del Val, actual director del Programa México Nación Multicultural de la UNAM, le correspondió a Ireneo Rojas ser el primer presidente. Su tenacidad por lograr el reconocimiento de los derechos lingüísticos y culturales de nuestros pueblos le valió el aprecio y distinción por parte de mi maestro, Miguel León-Portilla, profesor emérito de la UNAM, quien lo invitó en varias ocasiones a participar en congresos y foros académicos.

La noticia de su muerte repentina, que aconteció el 7 de diciembre de 2013, me ha lastimado profundamente. Esta breve semblanza constituye un sentido homenaje para recordar parte del camino que recorrió Ireneo, lo mismo en la universidad que en los diversos pueblos de nuestra nación, particularmente en la celebración del año nuevo purépecha, tradición que junto con Rocío Próspero, su esposa, y muchos otros hermanos purépechas, lleva organizando por más de veinte años. Su partida me hace recordar un fragmento de uno de los poemas de Nezahualcóyotl: Quehuac tlapali, tiixmiquiseh / Quehuac xochitl tihuaquiseh / ipan tlaltipactli. (Como una pintura, nos iremos borrando / como una flor, nos iremos secando / aquí sobre la tierra).

Adiós hermano mayor, Tata Ireneo. Cherán, el pueblo que te vio nacer y que amaste entrañablemente, seguirá haciendo un recuento del camino que en vida recorriste. Tus ideales y tus enseñanzas, sin duda, germinarán en la nueva generación de jóvenes purépechas, hombres y mujeres, que continuarán formándose en la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán, tu última morada académica, espacio en el que florecerá "Juchari Uandakua / Nuestra palabra".

 

Natalio Hernández