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Nueva antropología

versión impresa ISSN 0185-0636

Nueva antropol vol.24 no.74 México ene./jun. 2011

 

Artículos

 

Análisis del papel de la familia en la superviviencia de los micronegocios en la ciudad de México

 

Patricia Román Reyes*

 

* Doctora en Estudios de Población por el Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano de El Colegio de México. Profesora Investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población, Universidad Autónoma del Estado de México.

 

Resumen

En este trabajo se propone analizar la actividad laboral de los integrantes de diversos núcleos familiares en pequeños establecimientos en la ciudad de México, y las repercusiones que su trabajo tiene sobre la vida familiar, así como el impacto de la dinámica familiar en las actividades laborales. Bajo esta perspectiva, el estudio busca aportar elementos que permitan dar respuestas a la siguiente inquietud: ¿la participación laboral de los miembros de la familia en el pequeño establecimiento y las relaciones que entre ellos se establecen, constituyen una forma de producción que permite asegurar la reproducción, tanto de la unidad económica como del consumo y el abastecimiento de la unidad familiar? Se intenta vincular la teoría con la investigación empírica sobre el lugar de la producción y de la reproducción, mediante el análisis de entrevistas en profundidad realizadas a propietarios y propietarias de micronegocios en la ciudad de México.

Palabras clave: familia, micronegocios, producción, reproducción.

 

Abstract

In this study, the author proposes to analyze the work activities of members of different family nuclei in small business establishments in Mexico City, as well as the repercussions their work has on their family life and the impact of family dynamics on business activities. Given that perspective, the article seeks to provide means for answering the following concern: Do the work activities of family members in the small business and the relationships arising between them constitute a form of production that makes it possible to ensure reproduction of both the economic unit and consumption and supply of the family unit? The author has attempted to link theoretical and empirical research on the site of production and reproduction by analyzing in-depth interviews conducted with men and women owners of micro-businesses in Mexico City.

Keywords: family, micro-businesses, production, reproduction.

 

Cuentan que un árbol solo,
que una tormenta lo derribó
Mientras el fuerte bosque
a la tormenta sobrevivió

(Canción popular uruguaya)

 

INTRODUCCIÓN

En este trabajo se propone analizar la actividad laboral de los integrantes de diversos núcleos familiares en pequeños establecimientos en la ciudad de México, y las repercusiones que su trabajo tiene sobre la vida familiar, así como el impacto de la dinámica familiar en las actividades laborales. Análisis que tiene tres puntos de partida. Uno relacionado con el funcionamiento y las formas de organización que adquieren las unidades económicas denominadas micronegocios; otro vinculado con la estructura y dinámica familiar; y finalmente, un tercero que busca recuperar la relación entre los anteriores ámbitos, el laboral y el familiar, el de la producción y el de la reproducción.

Esta idea surgió de la preocupación inicial por entender las razones que hay detrás del crecimiento de los micronegocios y el aparente incremento de puestos de trabajo que se asocia con estos pequeños establecimientos. Era de interés, además, indagar en el tipo de mano de obra empleada en estos negocios, y particularmente en la mano de obra familiar.

La investigación teórica previa al trabajo de campo permitió restringir los alcances del estudio al tema más concreto del trabajo familiar en micronegocios dedicados a la elaboración de comida y reparación de automóviles que utilizan toda o parte de la vivienda de la familia para llevar a cabo labores vinculadas con las gestiones del negocio.

Éste es un sector relativamente poco explorado que ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia a pequeña escala. Es más, como un importante número de trabajadores empleados en estos espacios resultan ser esposas e hijos de los propietarios de los pequeños establecimientos, la elección de micronegocios que compartieran el espacio físico de la vivienda familiar permite centrar la investigación en un interés fundamental: la forma en que se articulan el negocio y la familia en una situación concreta de trabajo y de vida.

Partiendo entonces de la vinculación entre dos organizaciones, la unidad doméstica y la unidad económica, una pregunta central es ¿por qué son importantes las distintas formas de producir de los pequeños establecimientos en la dinámica del mercado de trabajo? En esta lógica se considera oportuno tener en cuenta tanto la viabilidad como las formas de organización económica de los pequeños establecimientos, en el entendido que pueden constituir dos dimensiones que hagan referencia a la heterogeneidad en estos espacios laborales.

En relación con la forma de definición o acercamiento a la forma de entender la familia, la conceptualización de Segalen se considera muy apropiada para los intereses de la investigación, pues postula que la familia es "una institución flexible que al hilo de los cambios sociales va readaptando sus formas, funciones, papeles y resistencias" (Segalen, 1997: 187).

A esto debe agregarse que para los fines de la investigación se ha definido un ámbito que conjuga y articula los elementos del hogar y la familia. Ese ámbito es el constituido por la unidad doméstica, que es conceptualizada como "un ámbito de interacción y organización de los procesos de reproducción cotidiana y generacional de los individuos vinculados o no por relaciones de parentesco. Allí se crean y recrean relaciones de autoridad, solidaridad y conflictos, de intercambio y poder" (García y Oliveira, 1996: 15). Al confrontar dos de las funciones básicas de la familia: la reproducción material y la simbólica, en este trabajo se plantea que las discusiones sobre la familia pasan, o al menos deberían pasar, por cuestionar los cambios familiares en relación con el cumplimiento de estas dos funciones básicas.

Bajo esta perspectiva se busca aportar elementos que permitan dar respuestas a la siguiente inquietud: ¿La participación laboral de los miembros de la familia en el pequeño establecimiento y las relaciones que entre ellos se establecen, constituyen una forma de producción que permite asegurar la reproducción, tanto de la unidad económica como del consumo y el abastecimiento de la unidad familiar?

El planteamiento de esta pregunta implica un esfuerzo por vincular, tanto teórica como empíricamente, el lugar de la producción con el de la reproducción, para lo cual uno de los principales objetivos ha sido el acercamiento al conocimiento de la vida cotidiana de los individuos y de aquellos patrones del comportamiento y el pensamiento que ocurren en el día a día, y es que la investigación cualitativa se ha convertido en un enfoque particularmente valioso porque permite problematizar las formas en que los individuos y los grupos constituyen e interpretan las organizaciones y las sociedades (Castro, 1996: 67).

En ese sentido las inquietudes orientadoras del trabajo que se plantean son: ¿cuál es el papel de la familia en hacer viables o no estas entidades económicas?, ¿son más "exitosos" los micronegocios familiares que cuentan con un mayor número de integrantes de la familia trabajando en ellos?, ¿es posible recuperar la perspectiva de cada individuo de su papel como miembro de una familia y trabajador de un negocio?, ¿qué tanto se alejan estas perspectivas?, ¿qué tan vulnerables son estas unidades?, ¿cómo están concibiendo el riesgo?

La principal preocupación que liga estos temas es el ánimo de generar un enfoque integral en el que se realice un análisis simultáneo del trabajo y la familia en su dinámica, características y funcionamiento en los micronegocios mexicanos en particular. La estrategia metodológica utilizada implicó la realización de una serie de entrevistas en profundidad en micronegocios familiares en el rubro de la comida y los talleres mecánicos en la ciudad de México.

 

TRABAJO Y FAMILIA: MICRONEGOCIOS Y UNIDADES DOMÉSTICAS

Este trabajo está ubicado en la problemática de la participación de la mano de obra familiar en el trabajo en pequeños establecimientos, y de manera específica en la relación entre las unidades de producción y reproducción, el micronegocio y la familia, respectivamente. Y en esa relación la preocupación está en trazar los mecanismos por los cuáles circulan los recursos, el poder, y las formas de organización de la familia y del pequeño establecimiento, en interacción para el desarrollo cotidiano de las actividades.

El problema de investigación planteado se inscribe dentro del grupo de estudios que se ocupan de analizar las características y las implicaciones que tiene la participación de la familia en la actividad económica, así como los efectos de esta participación en el hogar. Se centra explícitamente la atención en los micronegocios familiares, por considerar que su incursión en la actividad económica es distinta a la que se da en otro tipo de pequeños establecimientos.

Dado que el análisis se orienta a rescatar el vínculo entre los ámbitos de la producción y la reproducción, se hace necesario un abordaje que rescate y relacione tanto el lugar de la objetividad como el lugar de la subjetividad (las formas que adquieren las relaciones entre los miembros en los ámbitos laboral y familiar). Estas dos dimensiones (objetiva y subjetiva) de aproximación al problema responden a la necesidad de recuperar no sólo las características y principales tendencias de la relación familia / trabajo, sino de rescatar también la subjetividad de esa relación.

En ese sentido, algunas inquietudes fundamentales que orientaron las entrevistas estuvieron relacionadas con pensar ¿cuál es el papel de la familia en hacer viables o no estas entidades económicas?, ¿son más "exitosos" los micronegocios familiares que cuentan con un mayor número de integrantes de la familia trabajando en ellos?, ¿es posible recuperar la perspectiva de cada individuo de su papel como miembro de una familia y trabajador de un negocio?, ¿qué tanto se alejan estas perspectivas?, ¿qué tan vulnerables son estas unidades?, ¿cómo están concibiendo el riesgo?

En cada una de estas razones inciden elementos de orden social y cultural, que al ser analizados aportan la explicación de los distintos mecanismos que tienen lugar para que las familias incursionen en la actividad laboral en pequeños establecimientos.

Pero también hay que considerar que la empresa mantiene un vínculo indisoluble con el hogar, al mismo tiempo que la familia es simultáneamente la dirigente del negocio y la coordinadora del hogar, por lo que la organización de ambas unidades está en manos de la familia, quien debe combinar sus responsabilidades.

Es decir, la organización de la unidad de producción es obligación directa de la familia, y lo es también la organización de las actividades y tareas asociadas a su responsabilidad doméstica, representada por el hogar como unidad de reproducción y consumo.

Esa subjetividad se recupera mediante la consideración de aspectos como la toma de decisiones, las negociaciones, el ejercicio del poder, la distribución de recursos, las relaciones entre los miembros de la familia, la forma en que se comparten y se articulan los ámbitos doméstico y laboral, las decisiones referidas a los tiempos y valores asignados a la organización de las tareas en el hogar y en el trabajo, las desigualdades (de género y de generación) que parecen atravesar todas las relaciones consideradas. Esta situación refuerza la discusión sobre la complementariedad entre los abordajes cualitativo y cuantitativo en la investigación (que se desarrolla a continuación).

El acercamiento al objeto de estudio se ha realizado de acuerdo a una forma de pensar lo social que concibe a los individuos como personas que actúan guiadas por sus percepciones individuales, como sujetos activos, ubicados históricamente y en interacción.

Mediante la dimensión subjetiva y un acercamiento cualitativo, uno de los principales objetivos ha consistido en acercarse al conocimiento de la vida cotidiana de los individuos y de aquellos patrones del comportamiento y el pensamiento que ocurren en el día a día, la investigación cualitativa se ha convertido en un enfoque particularmente valioso porque permite problematizar las formas en que los individuos y los grupos constituyen e interpretan las organizaciones y las sociedades (Castro, 1996: 80).

Por otra parte, la concepción de familia como unidad de procreación y sexualidad, como lo plantea Jelin (1984: 126), ha comenzado a ser tratada como un sistema de vínculos afectivos que se van superponiendo más allá de la convivencia, por ello la misma debería de ser pensada como un "techo abierto", donde las relaciones entre madre-hijo(s); padre-hijo(s), hermanos y otros parientes, constituyen los reales componentes del sistema. Partir del hecho que los grupos de parientes son los constitutivos básicos de la sociedad humana, ya que todos sus miembros pertenecen a un grupo parental, sin excepciones, entonces la reproducción biológica de la especie, la sociedad y, por ende, la cultura, se garantizan gracias a ella. Hecho que lleva a afirmar que las relaciones de parentesco cubren el total del espacio de la sociedad.

De lo anterior se desprende que la cultura genera, propicia y facilita, por sus mecanismos de transmisión, los modelos y conductas asociadas al parentesco. Por tanto, el seno del grupo parental es responsable inmediato, directo y primario del proceso de formación del lenguaje, las creencias, los sentimientos, los gustos, las identidades de género, las actitudes hacia la sexualidad y otras cualidades que conforman la cultura individual (Jelin, 1983: 189).

En tanto miembro de la sociedad, cada individuo puede considerarse en parte, portador de elementos culturales incorporados por la acción del grupo parental al cual pertenece por adscripción. Ello posibilita el análisis de la acción social a partir de la cultura parental heredada en interacción con las instituciones, otros grupos sociales y la propia subjetividad de los actores sociales en una relación dialéctica. La presión ejercida por la sociedad y la mayor o menor resistencia del sujeto a las mismas, conforman buena parte de la conducta social (Segalen, 1997: 197).

Lo anterior permite sostener la tesis de que a una determinada estructura de parentesco mediada por las características culturales de sus miembros se corresponderán, en cierta medida, determinados comportamientos sociales, grupales e individuales, quedando la idea de que ella constituye un permanente legado de normas, que no se estatifican, pero que tampoco actúan como rupturas radicales respecto a la unidad anterior. El tránsito de generaciones no implica una repetición exacta de los patrones de los antecesores por el hecho mismo del impacto diferencial de los contextos socializadores y del sistema de relaciones, de la misma forma que se ofrece como base al continuum social (Segalen, 1997: 203).

Además, los estudios dedicados a la cultura, la formación de patrones de conducta y su repercusión a escala macrosocial no dejan de lado que es precisamente en lo micro donde todos estos procesos tienen lugar. El parentesco no se puede considerar entonces al margen de dicho aspecto, en tanto ha constituido un elemento crucial de la organización social; aún debe reflexionarse en esta unidad de análisis como una institución básica o soporte para la transmisión de la tradición o pautas de la civilización (Segalen, 1997: 215). Así, la propuesta de Segalen está en consonancia con la forma de pensar el vínculo entre familia y unidad económica, entre producción y reproducción:

Lo que distingue a nuestras sociedades industrializadas de las sociedades exóticas [es] el hecho de que nuestros grupos sociales se reclutan menos sobre la base del parentesco que sobre las clases de edad, la clase social, la afinidad amical, el lugar de trabajo, el ejercicio del ocio, etcétera [...] el grupo doméstico antiguo, del cual no existe un único tipo sino varios, es tan inestable como la célula conyugal contemporánea. [...] en este sentido, nuestra sociedad no ha inventado ni la movilidad geográfica ni la inestabilidad de los matrimonios sometidos [...] la estructura familiar predominante en las sociedades industriales es una figura "efímera" y "transitoria" entre los modelos clásicos y los que están apareciendo actualmente (Segalen, 1997: 221).

 

LA UNIDAD DOMÉSTICA COMO UNIDAD DE ANÁLISIS. DISCUSIÓN CONCEPTUAL

Seleccionar como unidad de análisis la unidad doméstica es una decisión guiada por el interés tanto en la producción doméstica como en la composición familiar. Así, esta unidad de análisis permite privilegiar los hogares con el objetivo de "examinar los comportamientos de los hogares [...] como actores sociales [...] y los procesos reproductivos como unidades de estudio privilegiadas"1 (Szasz, 1993: 12).

El acercamiento a la familia, al ámbito de lo familiar, se entiende y analiza desde la construcción de la unidad doméstica, entendida como "un lugar geométrico o esfera social compuesta de una serie de personas que comparte un lugar común donde vivir y un presupuesto" (Benería y Roldán, 1987: 140).

La unidad doméstica se concibe como una unidad contradictoria que incluye el afecto y la solidaridad, junto con el conflicto y las relaciones de poder. Existe una estructura jerárquica interna que sustenta el control y las relaciones de poder, los lazos de dominio y de subordinación (González de la Rocha, 1986). Siguiendo este planteamiento, es imprescindible reconocer que las unidades domésticas no se encuentran aisladas, sino que se hallan en contacto estrecho y constante con otras entidades sociales en dos tipos predominantes de vinculación; una relación vertical y asimétrica que la une al capital y al Estado, y otra forma de relacionamiento horizontal entre iguales, con sus parientes, amigos y vecinos. La persistencia de estas formas de organización social no puede explicarse como residuos de etapas anteriores del proceso de cambio social ya que estas formaciones sociales llevan la huella de la sociedad en que funcionan.

Integrando la perspectiva sociodemográfica con el análisis antropológico, la unidad doméstica se circunscribe a la unidad económica que envía personal al mercado de trabajo para recibir un salario y mantiene además personal en el hogar para que realice actividades esenciales para la subsistencia y se dedique a producir artículos e industrias domésticas, además de invertir tiempo y esfuerzo en crear y mantener redes de relaciones sociales. Así planteada, la unidad doméstica es la célula básica que se forma en torno a una estrategia de reproducción física y social, que la distingue de cualquier otro grupo social, en el que al actuar de forma organizada se logra combinar la procreación con la socialización, el trabajo asalariado con el trabajo en el hogar y la educación, todos elementos indispensables para la reproducción cultural y biológica (González de la Rocha, 1986: 105).

Mientras González de la Rocha (1986:111) plantea que la unidad doméstica es un núcleo organizativo de las actividades de consumo y de generación de ingresos, Segalen (1997: 199) propone que el repliegue de la familia contemporánea ha implicado que esta unidad deje de ser un lugar de producción y se constituya prácticamente de forma exclusiva en un espacio de consumo. Argumenta en este sentido que la familia ya no asegura las funciones de asistencia de la que en otrora se encargaba, ya que comparte buena cantidad de funciones y actividades (como por ejemplo la socialización) con otras instituciones.

Así, es pertinente preguntarse si el grupo doméstico continúa cumpliendo sus funciones de unidad de producción o no es más que una unidad de consumo. Desde algunas perspectivas económicas se considera la familia como una célula productiva. Al no ser objeto de una monetarización, el trabajo familiar no entra dentro de la contabilidad familiar, contrariamente el autoconsumo agrícola o al trabajo ejecutado en el seno del hogar por una asistenta. Se reconoce que junto con el salario y la categoría socioprofesional, la composición y estructura de la familia es el más importante de los factores explicativos de la heterogeneidad de los consumos entre los grupos y los individuos.

En este trabajo se considera que la formidable fuerza de adaptación y resistencia de la unidad doméstica, refugio, contención y mediación entre los individuos y la sociedad, ha permitido que a pesar de los cambios y profundas transformaciones que ha vivido, la familia como sistema ha demostrado su viabilidad y su capacidad de desarrollar de forma conjunta actividades de producción, reproducción y consumo, como se evidencia mediante las entrevistas realizadas en este trabajo.

 

EL TRABAJO AL INTERIOR DE LA UNIDAD DOMÉSTICA

En el caso de la participación económica, los límites y posibilidades de acción de los individuos están dados por la estructura del empleo que se gesta en un nivel macro social. Pero no es un impacto mecánico el que se realiza, sino que esta relación se encuentra mediada por el hecho de que la oferta de mano de obra está constituida por individuos que pertenecen a hogares y que mantienen distintos tipos de relaciones entre ellos.

De acuerdo con Oliveira, Pepin Lehalleur y Salles (1989: 175), la pertenencia a una misma unidad doméstica implica una serie de características comunes a los individuos, entre las que destacan:

• Compartir una experiencia de vida en común.

• Contar con múltiples estímulos y obstáculos a la acción individual.

• Compartir un presupuesto común.

• Utilizar, en forma desigual, una infraestructura común para la satisfacción de las necesidades materiales.

• Compartir los beneficios o desventajas derivados de las condiciones económicas de los demás miembros.

• Que del jefe de hogar puede depender la satisfacción de las necesidades básicas de la familia.

No obstante estas características de pertenencia, en la unidad doméstica los aspectos demográficos y económicos se encuentran interrelacionados aunque mantienen su autonomía uno del otro.

No cabe duda de que el espacio de la familia, de la unidad doméstica y del trabajo (relación desarrollada e investigada por Oliveira, Pepin Lehalleur y Salles (1989: 214) constituyen alternativas de vinculación entre los niveles micro y macro social.

 

LOS DISTINTOS MECANISMOS QUE LA FAMILIA ADOPTA PARA LOGRAR LA SOBREVIVENCIA

Hasta finales de los años setenta, se concebía un modo relativamente homogéneo de enfrentar y asumir la solución diaria de los problemas señalados como parte de la economía doméstica. El vínculo laboral con el sector estatal de la economía y el salario como fuente de ingresos principal y casi única, se constituyeron como la estrategia de la inmensa mayoría de los individuos, por su correspondiente expresión soluciona-dora en la práctica cotidiana concreta.2

Las llamadas "estrategias de supervivencia" se refieren a "la amplia gama de respuestas de los hogares que se expresan en los ingresos familiares como resultante de la interacción con ámbitos ajenos al control y capacidad de decisión de sus miembros" (Rubalcava, 2001: 710).

Realizar un análisis de las estrategias y respuestas adoptadas por las familias supone realizar también un anclaje teórico sustentado en la relación de los hogares y los individuos que los conforman, insertos en la dinámica de la relación entre las necesidades de los hogares y los medios disponibles para lograr su satisfacción.

Las estrategias de enfrentamiento a la crisis han sido muy variadas e implican a las personas, las familias y la sociedad. La propia desestructuración de la cotidianidad demanda acciones y emergen nuevas formas de organización de la vida que son reconfiguradas en el pensamiento cotidiano como expresión de las dinámicas de cambio.

La adopción de una determinada estrategia que permita la supervivencia del hogar está condicionada en mucho por las características sociodemográficas de la unidad doméstica. Así las familias más jóvenes pudieron recurrir al trabajo de sus miembros en mayor medida por la disponibilidad de fuerza de trabajo, mientras que los hogares más maduros mostraron una preferencia por la explotación de negocios propios de carácter familiar. Las respuestas de las familias ante situaciones de crisis extremas fue mantener los ingreso en niveles de estabilidad (Rubalcava y Salles, 2001: 248).

En ese sentido es importante reconocer que sobre el espacio de la familia y las relaciones que en su interior se estructuran, han influido e influyen continuamente cambios sociales de muy diversa índole que hacen posible la generación de nuevas modalidades de organización del espacio familiar (López, Salles y Tuirán, 2001: 645).

Al respecto, se sabe que las variaciones en los ingresos reales y en las oportunidades de empleo obligan a los grupos domésticos a reforzar su función de agentes económicos directos, en tanto unidades especializadas de producción y administración de fuerza de trabajo y de consumos3 (Cortés y Rubalcava, 1995: 214). Algunos de los principales indicadores de este proceso han sido a) el aumento de la tasa de actividad de trabajadores considerados "secundarios" (mujeres e hijos principalmente); y b) la proliferación de negocios de carácter familiar (con utilización de mano de obra familiar).

En la medida en que el eje central del análisis lo constituyen los hogares, es importante detenerse en el análisis de las características que permiten la generación y reproducción de diferentes estrategias para la obtención de ingresos.

En una proporción significativa, el recurso principal para obtener ingresos monetarios lo constituye la fuerza de trabajo de las personas, quienes son las encargadas de generar el ingreso familiar. Al respecto García y Pacheco (2000: 43) señalan que la gran mayoría de los individuos que conforman la sociedad mexicana organizan su manutención cotidiana y generacional de manera conjunta en sus hogares.

Sin embargo, es necesario tener en cuenta que no todo trabajo genera ingresos, ni todo ingreso proviene del trabajo, ya que cuando no resulta fácil incorporarse al mercado laboral o cuando los ingresos provenientes del trabajo son precarios, comienzan a cobrar importancia opciones no relacionadas con lo laboral de hacerse de un ingreso, opciones que no son las mismas para todos los hogares (Rubalcava y Salles, 2001: 256).

Las diferencias entre las formas consideradas por los hogares de proveerse de un ingreso varían en función de una serie de características, entre ellas la composición interna del hogar y su organización doméstica (quienes y cómo se encargan de las tareas que permiten la reproducción de la unidad dentro y fuera del hogar), ya que son factores que ayudan a entender tanto los cambios en la distribución del ingreso de los hogares como la desigualdad (Rubalcava y Salles, 2001).

Los hogares que tienen integrantes en edades activas pueden encontrar una mayor y mejor diversidad de opciones laborales compatibles para atender sus necesidades. Del mismo modo, el contexto económico, social y cultural en el que se insertan los hogares condiciona las oportunidades para la generación de ingresos, así como las posibilidades que tienen las familias de aprovechar esas oportunidades (Rubalcava y Salles, 2001: 264).

López, Salles y Tuirán (2001: 648) por una parte, y Rubalcava y Salles (2001: 269) por otro lado, plantean que existen distintos tipos de unidades domésticas, a las que denominan:

• La unidad doméstica obrera. En esta unidad las relaciones de producción se establecen en el mercado y se caracteriza por estar integrada por una familia nuclear, en la que existe la separación entre casa y trabajo. Aquí se entiende que la familia constituye una instancia clave para la manutención y reposición de la fuerza de trabajo. Sin embargo, los procesos de producción y reproducción tienen espacios delimitados y definidos para cada uno.

• La empresa familiar. Este tipo de unidad está basada en el trabajo de los miembros, en ella las tareas domésticas y de reproducción son claramente indiferenciadas. En este tipo de unidades los procesos que ocurren en el interior del hogar se encuentran fuertemente vinculados con la organización, tanto de la vida familiar en distintos ámbitos como del trabajo de sus integrantes.

• Las empresas artesanales de tipo industrial.

• Las industrias capitalistas a domicilio.

• Los talleres industriales o manufactureros.

 

ABORDAJE METODOLÓGICO. LAS ENTREVISTAS: UNA HERRAMIENTA DE APROXIMACIÓN

Uno de los aportes más importantes de las entrevistas en el contexto de la investigación, ha sido la posibilidad de discutir conceptos como el de desigualdad, o interacciones como la producción y la reproducción, a la luz de las propias ideas articuladoras de los entrevistados.

La entrevista de investigación pretende, a través de la recogida de un conjunto de saberes privados, la construcción del sentido social de la conducta individual o del grupo de referencia del individuo.

La entrevista es un acercamiento a la figura del individuo como un actor que desempeña, dramatizándolo, un cierto modelo de rol social. Y este desempeño, a la vez que dramatización de un código, es una idealización, pues tiende a moldear un desempeño según la forma ideal del rol pertinente. De este modo, cuando un individuo se presenta ante otros, su desempeño tenderá a incorporar y a ejemplificar los valores que espera sean atendidos por la sociedad de su grupo de referencia (Ortí, 1994: 89).

La entrevista, entonces, tiende a producir una expresión individual, pero precisamente porque esta individualidad es una individualidad socializada por una mentalidad cotidiana estructurada por habitus lingüísticos y sociales, como estilos de vida, en cuanto que formaciones y validaciones específicas de la conducta realizadas dentro de los grupos (Ortí, 1994: 92).

 

La pauta de entrevista

En el contexto de los intereses y objetivos de esta investigación, mediante las entrevistas4 se han buscado los significados e interpretaciones que los individuos atribuyen a sus experiencias como miembros de una familia y al mismo tiempo como integrantes de una unidad económica.

De este modo la pertinencia de las entrevistas ha estado en que han permitido obtener información de cómo los sujetos actúan en sus prácticas individuales y cuáles son los significados y valores que atribuyen a esas prácticas.

Las entrevistas, como técnicas de recolección de información, han permitido el acercamiento a los individuos que viven una realidad de interacción entre dos espacios fundamentales de sus vidas: la familia y el trabajo, recuperando la diversidad de formas en que esa experiencia es vivida.

En las entrevistas se han considerado informantes a las personas que cumplían con los siguientes requisitos:

• Conocimiento sobre la organización y administración de la dinámica de funcionamiento del hogar, la persona que conozca quienes y con cuanto contribuyen a los gastos de la unidad doméstica y en que se gasta el dinero.

• Conocimiento sobre la organización y administración de las actividades que se llevan a cabo en el establecimiento.

Las entrevistas se han llevado a cabo en los hogares de las personas, que a su vez son utilizados como ámbitos para el desarrollo de las actividades del negocio. La utilización del hogar como unidad de análisis de la participación de los individuos en la actividad económica, trae implícita una determinada conceptualización del hogar como un ámbito social donde los individuos organizan, con armonías o conflictos, diversas actividades necesarias para la reproducción de la vida cotidiana. La pertenencia a un hogar supone una experiencia de vida en común, de tal manera que cada miembro encuentra múltiples estímulos y obstáculos para su acción individual. Formar parte de una familia también implica utilizar una misma infraestructura, aunque de manera desigual, para la satisfacción de sus necesidades (Oliveira, Pepin Lehalleur y Salles, 1989: 207).

Aquí vale la pena detenerse un momento en torno de la unidad de análisis considerada: la unidad doméstica, una unidad indudablemente integrada por individuos. Es ampliamente reconocido el hecho de que todo individuo es social, es decir se integra a la cultura y la sociedad tanto como la cultura lo integra a él. De ahí que el individuo sea alguien reconocido en tanto y cuando pertenezca a un grupo social, a una cultura. Pero al mismo tiempo, la cultura no sólo tiene un aspecto social, también tiene un aspecto individual. De esta forma se han entrevistado unidades familiares en las que se ha reconocido la voz individual de sus integrantes, como una forma de reconocer el proceso socio-cultural que permite acumular y transformar todo aquello que está presente en el aspecto social.

 

Introducción a las unidades entrevistadas (Cualquier parecido con la coincidencia es pura realidad...)

Se entrevistó a 22 propietarios y propietarias de pequeños establecimientos en la ciudad de México, durante los meses de noviembre de 2003 a septiembre de 2004; once pertenecientes al rubro de restaurantes o negocios de comida, y los once restantes ubicados en el giro de los talleres mecánicos. El escenario de la ciudad de México hizo posible estudiar varios aspectos de la dinámica del mercado de trabajo, en un contexto concreto de desarrollo de gran parte de los problemas que aquejan a los micronegocios.

Para la realización de cada una de las entrevistas fue necesario un proceso de contacto y conocimiento de los potenciales sujetos de estudio de la investigación. El contacto se logró a través de personas conocidas de los propietarios e incluso mediante los propios dueños de negocios, utilizando el método de bola de nieve, para poder moverse de un contacto a otro mediante una red de informantes. De muchas de las entrevistas se obtuvieron nuevos contactos que, por un lado, permitieron el desarrollo de nuevas entrevistas, y por otra parte hicieron posible la detección de redes locales de funcionamiento de los establecimientos y de las familias en cada una de las delegaciones en las que se ha trabajado.

Importa destacar que este procedimiento de búsqueda de los entrevistados fue necesario para asegurar que los negocios cumplieran con los requisitos establecidos dentro de las líneas propuestas en la investigación. De modo tal que antes de la entrevista propiamente dicha con cada uno de los grupos se mantuvo un contacto previo (una "primera entrevista"), en el cual se extraían los datos que permitían saber si ese negocio "calificaba" para ser entrevistado.

Los criterios para la selección de los pequeños establecimientos a ser entrevistados fueron los siguientes: 1) que estuvieran ubicados en el rubro de la alimentación (cocinas-comercio) y en el de las reparaciones (talleres mecánicos-servicios); 2) que los establecimientos tuvieran menos de diez trabajadores, de los cuales por lo menos uno tuviera parentesco con el propietario del negocio; 3) que los negocios compartieran algún lugar de actividad con las propias actividades de la familia del propietario (negocio ubicado en la casa del dueño).5 Las características de las formas de compartir los lugares para el desarrollo de las actividades de la familia y las tareas del negocio, se puede observar en el cuadro 1.

Las personas de los establecimientos que cumplieron con estos requisitos fueron entrevistadas en reuniones donde se pretendió que estuviera presente quien era considerado propietario del negocio, y alguno de los trabajadores familiares del mismo. En todas las entrevistas se contó con esta relación de asistentes-entrevistados. Las entrevistas tuvieron una duración promedio de dos horas y fueron grabadas en casetes que luego fueron transcritos para el análisis de la información.

En tres de los establecimientos de cocina, y en cinco de los talleres mecánicos, las entrevistas se realizaron con el propietario, mientras en los demás negocios se pudo entrevistar a otro familiar del propietario que también participa en la actividad laboral del establecimiento. Estos otros familiares eran cónyuges, o hijos (as), de la persona declarada dueña del negocio (cuadro 1). En todos los establecimientos se indica la presencia de trabajadores familiares; desde dos hasta ocho personas. En prácticamente ninguno de los negocios relacionados con la elaboración de comida, desarrollan actividades laborales trabajadores no familiares. La gran mayoría de las personas que se declaran, o son declaradas como propietarios de los establecimientos, son hombres, que en general trabajan junto a sus cónyuges o sus hijos.

A partir de esta información, en una primera aproximación con la finalidad de realizar una breve descripción y caracterización de los establecimientos, se pueden agrupar las unidades entrevistadas en distintos subgrupos:

1. Sólo trabajadores familiares, con un mismo lugar para la familia y el negocio. En este caso los establecimientos cuentan únicamente con trabajadores que tienen algún tipo de parentesco con el propietario y desarrollan toda su actividad laboral en la casa, sin que exista un ámbito propio y definido dentro de la vivienda para estas actividades. Es decir, en estos negocios las tareas del hogar y las del establecimiento no sólo parecen hacerse de manera simultánea, sino que también se entremezclan y se confunden.

2. Sólo trabajadores familiares, con un lugar diferenciado para la familia y el negocio. En este tipo de negocios también participan únicamente trabajadores con algún nivel de parentesco con el propietario, pero la actividad laboral se desarrolla en un espacio de la casa en que no habita la familia y ha sido acondicionado para tales fines, o bien los negocios llevan a cabo una parte de la actividad laboral en la casa (en un espacio específicamente acondicionado de la casa) y otra parte fuera de la misma.

3. Trabajadores familiares y no familiares con un mismo lugar para la familia y el negocio. En este grupo algunos trabajadores del negocio pueden tener parentesco con el propietario, pero otros no, y desarrollan toda su actividad laboral en la casa, sin que exista un ámbito propio y definido dentro de la vivienda para las actividades de las dos unidades.

4. Trabajadores familiares y no familiares con un lugar diferenciado para la familia y el negocio. Finalmente, en el último tipo de negocios existen trabajadores con y sin parentesco con el propietario del establecimiento, y la actividad laboral se desarrolla en un espacio de la casa en que no habita la familia y ha sido acondicionado para tales fines, o bien los negocios llevan a cabo una parte de la actividad en la casa (en un espacio específicamente acondicionado de la casa) y otra parte fuera de la misma.

 

Grupo 1. Negocios con trabajadores familiares y un mismo lugar para las actividades familiares y laborales

En este grupo se ubican dos talleres mecánicos y seis negocios de comida. En su gran mayoría son los negocios de comida los que cuentan únicamente con trabajadores familiares y un mismo lugar para el desarrollo de las actividades de las dos unidades. Esto se debe fundamentalmente a las características del trabajo y funcionamiento de cada tipo de negocio, así como a las necesidades de equipo y maquinaria que tienen los talleres mecánicos, atributos que dificultan su inserción en el propio espacio doméstico.

En este grupo la mayoría de propietarios y trabajadores han nacido en la ciudad de México, con excepción de una propietaria de cocina que es originaria de la ciudad de Puebla, de donde emigró siendo niña.6 Excepto uno de los propietarios, todos los demás dueños de estos pequeños establecimientos están casados y tienen hijos, y la mayoría de ellos trabaja junto con sus padres. Predominan los hogares nucleares. El promedio de edad de los propietarios es de 45 años, y el nivel de escolaridad es de primaria completa.

Las mujeres que se declaran como dueñas de sus negocios detentan sin embargo niveles de escolaridad mucho más altos que los hombres propietarios. En prácticamente todos los casos el inicio de la actividad en el negocio se da como consecuencia del retiro o despido de un trabajo anterior, el haberse asociado con algún amigo o familiar, o bien el préstamo de dinero de parte de algún miembro de la familia. Los talleres mecánicos que se ubican en este grupo tienen una antigüedad promedio de trece años de establecidos, mientras las cocinas presentan un promedio de vida de cinco años.

Para la mayoría de las unidades familiares el negocio es el único medio por el cual obtienen ingresos para el mantenimiento del hogar. En algunos casos (dos de las esposas de propietarios trabajan fuera del negocio familiar) se complementa esta actividad con estrategias distintas, como el trabajo de algunos integrantes de la familia en otros lugares y no en el establecimiento. El trabajo del negocio se desarrolla dentro de la casa en que vive la familia. Para todos los casos esta vivienda es propiedad de algún integrante de la familia (en la mayoría de los casos la propiedad de la vivienda coincide con la propiedad del negocio). Finalmente, en la mayoría de los casos los trabajadores no tienen un salario fijo, si bien señalan que reciben, esporádicamente y en función del resultado del trabajo, pequeñas cantidades de dinero. En uno de los talleres mecánicos se indica que hay un salario mensual estipulado, pero que en ocasiones no se puede llegar a pagar a tiempo. Los trabajadores de estos negocios no tienen ningún tipo de prestación social.

En relación con los registros,7 los negocios ubicados en este grupo indicaron que no cuentan con la mayoría de registros que la ley establece. Únicamente uno de los talleres mecánicos y dos de las cocinas declararon pagar impuestos.

 

Grupo 2. Los negocios con trabajadores familiares y con lugares diferenciados para las actividades familiares y laborales

Se encuentran aquí un taller mecánico y tres negocios de comida. Al mantener como característica que en el negocio participen trabajadores familiares, pero que además tenga espacios diferenciados (dentro de la misma casa) para las actividades de una unidad y de otra, se conforma un grupo más pequeño de negocios. En el caso de estas unidades, se observa que cuando los lugares para el desarrollo de las actividades del negocio y de la familia se diferencian, la participación de los integrantes de la familia disminuye.

Entre los propietarios de los negocios con estos atributos se encuentran personas de edades mayores a las del grupo anterior; un promedio de 52 años, todos están casados, y dos de ellos lo están en segundas nupcias. Todos tienen hijos participando en el negocio, y en la mayoría de casos se trata de hogares extendidos, donde la presencia de suegras, madres, padres y abuelos es de fundamental importancia (hecho reconocido y resaltado por los entrevistados), tanto para el sostenimiento del negocio como del hogar. Una proporción importante de los propietarios ha emigrado a la ciudad de México en distintos momentos de su vida, y proviene de lugares como Hidalgo, Veracruz y Jalisco. En ningún caso mantienen vínculos con familiares en sus lugares de origen. En este grupo se encuentran negocios con una antigüedad mayor a la que se observara en el grupo anterior: un promedio de quince años tanto para las cocinas como para los talleres mecánicos.

En los cuatros casos que integran este grupo el negocio es el único medio de subsistencia de la familia. El trabajo del negocio se desarrolla en la casa de la familia, pero con algún lugar acondicionado especialmente para el establecimiento. Con excepción de un caso, los tres restantes son propietarios de la vivienda en que residen.

En los negocios de comida los trabajadores familiares declaran no recibir un ingreso fijo por su trabajo, mientras los trabajadores del taller mecánico indican que tienen un salario mensual, además de prestaciones (IMSS en todos los casos).

Los negocios de comida manifestaron no contar con ningún registro ante la ley, pero el taller mecánico se encuentra inscrito en la delegación y realiza sus pagos ante Secretaría de Hacienda.

 

Grupo 3. Los negocios con trabajadores familiares y no familiares y con un mismo lugar para las actividades familiares y laborales

Con estas características fueron entrevistados un taller mecánico y un negocio de comida. Al combinar características, y pensar en negocios con trabajadores familiares y no familiares que compartan el espacio del hogar con el del trabajo, resulta un grupo conformado por un taller y una cocina. En estas unidades entrevistadas se pudo observar que el hogar se preserva como un ámbito reservado mayormente a los miembros de la familia, volviéndose un lugar más cerrado para, en este caso, los trabajadores no familiares del negocio.

Este grupo de establecimientos está integrado por el único taller mecánico cuya propietaria declarada es una mujer. Se trata de dos negocios con una antigüedad de más de diez años, con un nivel de escolaridad muy alto en el caso de la propietaria del taller mecánico (licenciatura) y muy bajo en el caso del propietario del negocio de comida (primaria incompleta). El promedio de edad que detentan es de 52 años. El propietario del negocio de comida es originario de Michoacán. En ambos casos los trabajadores no familiares son vecinos del barrio. Los negocios se ubican dentro de la casa de la familia y comparten los lugares para el desarrollo de las actividades. Las dos unidades son propietarias de la vivienda, pero en el caso del taller mecánico aún están pagando el crédito que solicitaron para adquirirla.

Ambas unidades familiares viven en exclusividad del trabajo en el micro-negocio. Los trabajadores tienen un salario fijo, pero indican que la prioridad de pago es para los no familiares. Los familiares que trabajan en el negocio ganan el salario mínimo, que reciben si el dinero es suficiente y el mes ha resultado con ganancias. Los trabajadores no familiares cuentan con prestaciones en todos los casos (contrato de trabajo, seguro médico, licencias y aguinaldo).

Ninguno de los dos negocios cuenta con registros ante la ley, si bien la cocina estuvo registrada durante su primer año de funcionamiento ante la Secretaría de Salud. Indicaron que dejaron de pagar el registro por los costos elevados que éste tenía. Nunca se han registrado en la Secretaría de Hacienda.

 

Grupo 4. Los negocios con trabajadores familiares y no familiares y con lugares diferenciados para las actividades familiares y laborales

En este grupo se encuentran siete talleres mecánicos y un negocio de comida. En el caso de estas unidades entrevistadas, contar con trabajadores familiares y no familiares, así como desarrollar las actividades del negocio en lugares diferenciados del hogar, sin duda son atributos característicos de los talleres mecánicos y no de las cocinas.

Entre los propietarios de estos micronegocios se encuentran las personas con mayor edad de los cuatro grupos; un promedio de 62 años. En todos los casos están casados y tienen hijos. Asimismo, en este grupo los niveles de escolaridad son más altos, y en gran cantidad de casos los hijos se encuentran estudiando, además de colaborar con el trabajo del negocio. Una buena parte de los propietarios son nativos de otros estados y residen en la ciudad de México desde hace muchos años. Proceden de estados como Puebla, Zacatecas, Hidalgo y Coahuila. Las unidades se ubican en la casa de las familias, pero tienen lugares diferenciados para desarrollar sus actividades. En todos los casos son propietarios de sus viviendas, pero en cuatro de los talleres mecánicos están pagando créditos que solicitaron para ampliar o reformar las residencias. Todos estos créditos se solicitaron para mejor el funcionamiento y la infraestructura del negocio.

En este grupo se observa que la casi totalidad de negocios combinan la estrategia de supervivencia trabajando el micronegocio y, a la vez, realizando actividades laborales fuera del mismo. Son también los negocios en este grupo los que tienen el menor número de trabajadores familiares en comparación con el total de trabajadores que tiene cada uno de los negocios. El negocio de comida entrevistado en este grupo es el único de todas las unidades de este rubro que pertenece a un nivel socioeconómico medio-alto. Por otra parte, es el único de los grupos donde los trabajadores señalaron contar con un salario mensual que llega en tiempo y forma para todos los que allí laboran. Es destacable que una buena parte de los trabajadores tienen prestaciones sociales.

Finalmente vale la pena destacar que los negocios ubicados en este grupo se encuentran prácticamente todos (excepto uno de los talleres) registrados en Hacienda y en las delegaciones correspondientes. El negocio de comida está registrado en la Secretaría de Salud.

 

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LAS ENTREVISTAS

Se parte de entender que la vinculación de la producción y la reproducción es un eje central y de primer nivel de discusión, del cual se desprenden, en otros dos niveles de análisis, el riesgo y el poder como dos importantes dimensiones que se relacionan con la articulación del trabajo y la familia. De esta forma, al relacionar la producción y la reproducción en el trabajo de la familia en los pequeños establecimientos, esta relación se expresa por medio de las distintas formas de vinculación de ambas unidades. En este sentido es importante destacar que si bien los pequeños establecimientos estudiados constituyen unidades económicas que integran laboralmente a la familia, no son simplemente unidades domésticas aisladas del proceso productivo.

Por otra parte, el análisis del riesgo refleja la forma en que esta relación se vive y las expectativas que de la misma se tienen, mediante la diversidad de representaciones del riesgo, así como de la percepción sobre el futuro del negocio y la herencia de la familia. Ambas dimensiones involucran el análisis de la vulnerabilidad y de la viabilidad de estas unidades.

Finalmente, la forma en que la articulación de la producción y la reproducción se expresan y se viven tiene que ver con las relaciones entre los individuos; por ello, mediante las relaciones de poder entre los integrantes de la familia que participan del trabajo en el negocio es posible comprender la expresión de esta relación y las expectativas que de ella se tienen, a la luz de las negociaciones y los conflictos, las relaciones intergeneracionales y las jefaturas de ambas unidades. Este análisis se realiza teniendo en cuenta una serie de elementos que permiten discutir cada uno de los ejes analíticos propuestos. Así, en el análisis de la articulación de la producción y la reproducción se discuten las distintas formas de vincular la familia y el trabajo, así como la organización económica de la unidad doméstica.

 

LA PRODUCCIÓN Y LA REPRODUCCIÓN: ¿CÓMO SE EXPRESA ESTA RELACIÓN?

Al pensar en la reproducción8 de procesos sociales es importante tener en cuenta que todos los fenómenos colectivos son una manifestación de la personalidad individual y que, por tanto, existe una interacción, un juego de intercambios entre el comportamiento individual y el comportamiento grupal.

No se trata entonces de una simple suma de individuos; una forma de comprender esta situación en el campo de la sociodemografía se da en el ámbito de las cohortes. En este sentido, siguiendo a Ryder (1965: 129), se puede decir que la reproducción de los procesos sociales se da en buena medida a partir de las distintas cohortes de individuos, ya que las sucesivas cohortes se diferencian por cambios en los contenidos de la educación formal, por los grupos de socialización y por la idiosincrasia y la experiencia histórica, lo que va a implicar reproducir procesos sociales de diversa índole. La familia como grupo que interactúa con otros en un determinado contexto integra procesos sociales de reproducción, al tiempo que hace posible que éstos se den, ¿de qué forma? Una de las más importantes puede ser el recambio generacional, expresado en el surgimiento de nuevas cohortes. La reproducción de la familia como grupo aporta al entendimiento de la reproducción, tanto de la sociedad como de la fuerza de trabajo. Por tanto, es un concepto que se ha remitido a la formación de familias y grupos residenciales, así como a las estrategias de utilización de la fuerza de trabajo disponible.

Desde el punto de vista analítico, se considerarán dos vertientes en el estudio de la reproducción; la reproducción socio-económica y la reproducción socio-simbólica.

La reproducción económica integra desde el acceso diferencial a los recursos económicos y a los bienes hasta las consecuencias ambivalentes del acceso y control de los recursos. Por su parte, la reproducción socio-simbólica tiene en cuenta desde las construcciones socioculturales de lo masculino y de lo femenino, la ideología de género (naturalización de la división social del trabajo) hasta la reproducción cultural, entendida como una tendencia de grupos sociales a reproducirse inculcando en la nueva generación los valores de la generación anterior, como el resultado de esfuerzos por parte de los padres y otros agentes socializantes. En la medida en que tradicionalmente la familia ha constituido una de las principales agencias de socialización, ese papel le ha permitido, y le permite, intervenir directamente sobre el proceso de reproducción.

Partiendo de entender la reproducción social como un proceso mediante el cual se transmite el acceso y el control de los recursos de una generación a otra, la interrelación entre este proceso reproductivo y las actividades productivas en el ámbito doméstico dificulta distinguir entre unas y otras actividades. A tal punto que autores como Meillassoux (citado por Benería, 1984: 38) sostienen que esta distinción es artificial, si se considera la producción como parte de un proceso global de reproducción.

En este sentido la división de dos esferas en la vida social, una productiva y otra reproductiva, merece un interés especial tanto para el análisis de la familia como unidad de reproducción como de la dinámica de funcionamiento de los mercados de trabajo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta la "artificialidad" de la división propuesta, expresada en este trabajo en la medida en que la producción y la reproducción coexisten en un mismo espacio, desdibujando las fronteras entre ambas (Benería, 1984: 42).

Entonces, la conexión entre la familia y el trabajo se realiza desde la perspectiva de unidades domésticas donde la producción y la reproducción se traslapan. La vinculación de la producción y la reproducción constituye otro acercamiento al estudio de la relación entre la familia y el trabajo, y podría aportar a la aproximación clásica de esta relación9 la consideración del riesgo, el poder y las relaciones entre varias generaciones.

En este sentido, al pensar en la familia como unidad de reproducción social varios elementos deben ser considerados, entre los que se destacan:

• En el hogar, el acceso a los recursos de los que goza cada miembro depende, entre otros factores, del sexo y edad, que son valorados en función de normas culturales.

• Los derechos y deberes individuales derivan tanto de la propia estimación de cada uno como de la apreciación de los demás.

• Cada figura del grupo familiar tiene criterios específicos para evaluar su bienestar personal y la prosperidad común.

• Las prerrogativas y obligaciones desiguales al interior de la familia derivan de concepciones distintivas para las varias categorías de integrantes. Así se explica la persistencia de patrones culturales discriminatorios.

A partir de estos puntos, y partiendo de la idea de no aislar ninguno de estos elementos en función del otro, es importantes analizar la manera en que lo familiar y lo laboral, lo productivo y lo reproductivo, interactúan para explicar la participación de la familia en los pequeños establecimientos. Desde esta perspectiva, para el análisis de la participación familiar en pequeños establecimientos se combina el ciclo vital y la composición de parentesco con la inserción laboral de los integrantes de la familia en el negocio.

Una preocupación central alude al análisis del vínculo entre las estrategias de reproducción de las unidades domésticas10 y las estrategias de producción desarrolladas por el pequeño establecimiento. Considerar las estrategias en el ámbito en que éstas se ubiquen, implica la inclusión de varios niveles de análisis: los referidos a la manutención cotidiana, la reposición generacional, la constitución y reproducción de las relaciones sociales, la organización de la vida cotidiana (Oliveira y Salles, 1989: 25).

Desde el lado productivo, las remuneraciones y la baja productividad del trabajo se relacionan con su contraparte en el ámbito reproductivo: el ciclo de vida de los integrantes de la familia, la calidad del empleo con la división del trabajo doméstico; las segmentaciones del mercado laboral y la mala calidad del empleo con la desigualdad en el uso de recursos y activos en la familia; la inserción laboral precaria e inestable con características sociodemográficas como la alta fecundidad y la fecundidad en jóvenes; los limitados activos con la división del trabajo doméstico no remunerado, y las bajas remuneraciones con la desprotección en el cuidado de los miembros del hogar (Sojo, 2004: 28).

A partir de las entrevistas es posible entender a la familia como una unidad central en el análisis económico, en la medida en que permite articular la producción y la reproducción. Por ejemplo, al aclarar qué miembros de la familia están participando del negocio y quién no lo está haciendo es posible establecer la existencia de al menos dos tipos de estructuras en la búsqueda de la articulación de la producción con la reproducción:

a) Una estructura en la cual el negocio y la familia pueden entenderse como dos unidades con un punto de interacción. En este tipo de estructuras ha sido posible identificar características propias de la familia y del negocio, un lugar donde esas características son comunes, y donde la familia y el establecimiento se convierten en un solo.

 

b) Una segunda estructura es aquella en la cual no ha sido posible distinguir una unidad de la otra. El negocio pareciera estar metido dentro de la unidad doméstica, y los espacios de interacción de ambas unidades son los mismos: no sólo se trabaja en el mismo lugar donde la familia vive (como también ocurre en la estructura anterior), sino que tampoco existe una delimitación clara entre las actividades propiamente familiares y las del negocio.

 

A partir de este momento se presenta la discusión de las formas en que se expresa la articulación de la producción y la reproducción, a la luz de los datos que arrojan las entrevistas. Se hace esto desde dos perspectivas centrales; los diversos medios que las unidades entrevistadas han elaborado para vincular la familia y el trabajo, y los mecanismos mediante los cuales se lleva a cabo la organización económica de la unidad doméstica.

 

LAS DISTINTAS FORMAS DE VINCULAR LA FAMILIA Y EL TRABAJO

La familia y el trabajo en el pequeño establecimiento se vinculan de diversas maneras para organizar su funcionamiento cotidiano y conjunto. Para analizar la información proveniente de las entrevistas se agruparon los datos en tres atributos (la inclusión o exclusión de la familia del negocio, la inestabilidad del vínculo trabajo-familia y el frágil equilibrio que sostiene esta relación) que resumen las diferencias más destacables entre las dos formas predominantes de organización del trabajo y la unidad doméstica: la integración y el desplazamiento de la familia del negocio. Se entiende que esta diversidad de formas de articular la familia y el trabajo constituye una forma de aproximación al análisis, tanto de la reproducción socio-simbólica como económica de la unidad familiar.

 

La inclusión o exclusión de la familia al negocio

Incluir o no a los miembros de la familia al trabajo en el negocio es el punto de partida para la comprensión y el análisis de la articulación de la producción y la reproducción en las unidades entrevistadas. Algunos establecimientos consideran deseable la inclusión de la familia al trabajo en el negocio y la buscan, en tanto otros manifiestan que no es una buena alternativa integrarla. De esta forma algunos entrevistados consideran que el trabajo de la familia es necesario e importante para el negocio, destacando que es la presencia de los miembros de la familia la que da al trabajo las particularidades que le permiten salir adelante.

• Yo estoy convencido que si no fuera por ellos (la familia) esto no funcionaría, ¿quién se va a querer meter todas estas horas acá adentro?, nadie, nadie que no sienta que esto es suyo. Por eso yo le digo esto, fíjese bien, la familia es el mejor negocio que uno puede tener, y por suerte a mis hijos esto les gusta, porque acá crecieron, en medio de esto, como quien dice (propietario de cocina, 53 años).

• Bueno, trabaja uno mejor, que diga, más cómodo o no sé, más a gusto, porque es la familia de uno y no hay que andar cuidándose ni nada de eso [...] todos tiran parejo, para el mismo lado, todo lo que se gana va para el mismo lugar, entonces es mejor trabajar así que con extraños que uno ni conoce (propietaria de cocina, 45 años).

No sólo se reconoce la importancia de la familia para el trabajo en el negocio, sino que en estas unidades se hace notar además que el negocio existe por y para la familia, y no tendría sentido si no estuvieran trabajando en él los integrantes del grupo familiar.

• ¿Y para qué hace uno todo este esfuerzo sino es para los hijos y para los nietos? Para que no tengan que andar mendigando un trabajo por ahí. Uno hace esto para ellos, no piensa en hacerse rico y tener una fortuna, no qué va, uno piensa en darles las oportunidades que no tuvo uno, en hacer esto para la familia, para que se quede la familia, ¿entiende? (propietario de cocina, 41 años).

Por otra parte esta idea del negocio por y para la familia evidencia una determinada forma de concebir a la unidad familiar, que por su ubicación estratégica entre los procesos macro y micro estructurales parece erigirse en un espacio de mediación, que en este caso busca atenuar la fuerza con que algunas transformaciones inciden sobre la vida de sus integrantes.11

Estos establecimientos priorizan los inconvenientes y desventajas que tiene para ellos ser propietarios o trabajar en un negocio familiar con otros integrantes de su unidad doméstica, al tiempo que refuerzan la idea de que el negocio puede funcionar al margen de la familia, y estas características permiten ubicar a estos micronegocios como más cercanos al desplazamiento de la familia de la unidad productiva.

• No, qué va, aquí todos somos trabajadores, uno tiene que tener cuidado y como quien dice no mezclar las cosas. Sí es la familia, pero tienen que trabajar, por eso se les paga como a cualquier hijo de vecino, no se puede estar tocando el corazón y decir "no, es mi hijo, no importa que llegue tarde o que no me termine"; no, no, no, no hay que hacer distinciones, todos tienen que trabajar (propietario de taller).

• Y no, no, porque si no fueran ellos serían otros, ¿me entiende?, el negocio por sí digamos, esto es para la familia, para vivir mejor, ¿no?, para hacerle la luchita como dicen, pero nadie es, eh, esto, nadie es que diga si falta este me muero, no. [...] a veces es peor la familia para trabajar, por la confianza y esas cosas [...] aquí las cosas están bien claras; aquí se viene a trabajar y la familia se queda afuera, así no nos metemos en broncas, ¿no? (propietario de taller mecánico, 64 años).

Se destaca además que trabajar junto con la familia no es una situación óptima ni deseable para los propietarios del establecimiento.

• Nadie les pidió que se vinieran a trabajar (al negocio), vinieron solitos porque afuera está muy difícil hacerse un trabajito, entonces vinieron solos, nadie los buscó, ni yo les fui a decir "vengan a trabajar conmigo que los necesito", nadie les dijo [...] no me molesta, pero tampoco me gusta, por eso de que no se juntan el negocio con el placer, bueno para mí no se juntan la familia y el trabajo, si no queda de otra está bien, pero no se juntan (propietario de taller, 50 años).

Esta situación se complementa con las formas en que las actividades de la familia y del negocio se apropian de los lugares de la casa. Los negocios que involucran mayormente a los miembros de la familia en el trabajo realizan las tareas laborales y de la familia en los mismos lugares de la casa; así, la cocina es para la comida del negocio y de la casa, en la sala se atiende a los clientes y se ve televisión, en el dormitorio se instala la computadora y se trabaja;

• Como que uno se acostumbra, ¿cómo le diré?, sí, eso, se acostumbra y ya no parece raro que la casa no sea una casa como quien dice, porque esto no es una casa, esto es todo del negocio, hasta el baño [...] ellos (esposo e hijo) hacen todo entrando y saliendo, no meten los autos porque no pasan por la puerta (risas) que si no [...] (esposa de propietario de taller mecánico, 49 años).

• Todo se hace en el mismo lugar y ya estamos acostumbrados así, a nadie le molesta porque es el trabajo, y es mejor así que doce horas en una maquila (propietario de cocina, 41 años).

En los negocios que no involucran directamente a los miembros de la familia en sus actividades, se puede observar una mayor definición en la delimitación de cada uno de los lugares; no obstante, en esa delimitación la mayoría de las veces la familia pierde espacios: la cocina es para el negocio y la unidad doméstica tiene un lugar más pequeño construido fuera de la casa; la sala deja de ser un lugar para uso de los integrantes de la unidad doméstica y se convierte en la oficina, se comparten dormitorios para habilitar lugares como depósito de materiales;

• Y si es duro, para los hijos es más duro porque no lo ven como nosotros, entonces a veces se enojan [...] es comprensible porque les invade la casa todo esto, es bueno por un lado, porque quiere decir que hay trabajo, pero es malo porque la casa es cada vez más chica para todo (propietario de cocina, 54 años).

• Antes tenía mi propio dormitorio, pero ahora comparto con mi hermana y su hija, porque el que era mío ahora es para las despensas [...] antes teníamos sala pero ahora nunca se sabe quién va a estar sentado ahí, antes teníamos parque y ahora no se puede [...] ¿sigo?, todo así, todo para el negocio [...] no es que me queje, digo que no me gusta nada más (hija de propietario de cocina, 20 años).

Un aspecto importante a destacar es el hecho de que no todos los integrantes de la unidad doméstica trabajan en el negocio. En algunos casos esposas, esposos, hijos e hijas de los propietarios desarrollan actividades laborales en otros lugares, sin participar del micro-negocio familiar. En este sentido se puede pensar que se habría producido una ampliación del espacio en el cual tiene lugar la estrategia de vida de la unidad doméstica, pero sin perder la reciprocidad que constituye un mecanismo fundamental que hace posible cualquier estrategia familiar de sobrevivencia (Adler de Lomnitz, 1975: 174).

 

LA INESTABILIDAD DE UN VÍNCULO

Desde la percepción de los entrevistados el vínculo entre la familia y el trabajo es inestable, en tanto que el negocio corre el riesgo de debilitarse y no mantenerse ante problemas o conflictos en la unidad doméstica. Es en este sentido que las unidades entrevistadas señalan que el negocio depende en gran medida de las relaciones familiares.

Esta situación se acentúa entre las unidades productivas que por sus rasgos integran a la familia al negocio, y es menos relevante en los negocios que desplazan a la familia de la actividad laboral, si bien está presente en los discursos de ambos propietarios.

• Imagínese que nos peleáramos, no, ni pensarlo, ¿entonces quién trabaja si todos se enojan? [...] para que funcione nos tenemos que llevar bien, tenemos que ser positivos y pensar en el bien del negocio, en el bien de la familia, si no es entre todos esto no sale, no sale, ¿no? (propietario de taller mecánico, 37 años).

• Lo mejor es no tener problemas, pero como trabajadora y como profesional, si hay problemas en la casa se resuelven en la casa mientras aquí se trabaja. Es incómodo a veces cuando eso pasa, dan ganas de trabajar con cualquiera menos con las hijas (risas), pero son las menos veces, en general todo es armonía (propietaria de cocina, 56 años).

Pero el vínculo también es débil cuando los problemas del negocio afectan el funcionamiento y el equilibrio de la familia. También en este aspecto se expresaron las personas de las unidades entrevistadas, y nuevamente hay quienes acentúan esta situación.

• Son problemas casi siempre de dinero, no se puede pelear en la casa siempre por eso [...] como si fuera una regla, cuando se acabó el trabajo no peleamos por el negocio, hablamos sí, para organizar las cosas y ponernos de acuerdo "qué, ¿tú abres mañana?, ok, entonces yo voy al mercado, ¿quién atiende al de Coca cola?" y esas cosas, pero no problemas, eso es trabajando, no con la familia descansando (propietario de cocina, 41 años).

• Alguna vez pasó, pero son las menos veces, que el negocio nos afecta en la familia, hasta a mi marido que no tiene nada que ver con esto (risas), a veces los problemas no sabemos cómo resolverlos y nos persiguen por todos lados y llegan a la familia, es lo peor, lo peor que puede pasar (propietaria de cocina, 56 años).

Se puede decir que si bien las unidades entrevistadas no están exentas de problemas y conflictos en su funcionamiento cotidiano, desde la percepción de los individuos estos conflictos no amenazan la supervivencia del negocio ni de la familia. Son situaciones que no llegan al punto de romper el vínculo trabajo-familia, como se verá con mayor detalle más adelante.

 

UNA DOBLE VIDA: EL FRÁGIL EQUILIBRIO

Los integrantes de la familia son a la vez trabajadores del negocio, en tanto los propietarios(as) del establecimiento son padres, madres, esposas y esposos. Esta situación es vivida con múltiples sentimientos, a veces contradictorios, desde el orgullo y la satisfacción, hasta la culpa y la preocupación por el manejo de la autoridad y de sus límites.

En los negocios que se aproximan a la integración de la familia al trabajo, estos conflictos se plantean para los familiares del propietario, quienes se sienten "aturdidos de recibir órdenes hasta de cómo pasar la aspiradora", más que para el propio dueño del negocio; que siente orgullo de ser el que da la oportunidad de trabajo y sustento a la familia;

• Él no para nunca, si no está dando alguna orden o diciendo cómo se hace algo no está feliz [...] parece que no se da cuenta que no puede estar siempre en pose de jefe [...] a veces nos burlamos y le decimos "Ya entendimos Al Capone, ya puede dejarse de gritar" [...] es que no cierra nunca, ni el negocio ni el jefe, no cierran nunca (esposa de propietario de cocina, 57 años).

• A veces se olvida que soy la madre y me llevo hasta yo los gritos [...] él siente que si no está dando órdenes todo el día y diciendo cómo se hace esto y aquello, no van a hacerse bien las cosas (madre de propietario de taller mecánico, 77 años).

Por su parte, en los negocios que se identifican mayormente con el desplazamiento de la familia del negocio, son los propietarios quienes expresan sus dificultades de "dejar de ser el jefe del negocio" cuando se está con la familia en la casa;

• A veces me olvido que se acabó el trabajo y sigo hablando en el mismo tono en casa, cuando ya no estamos trabajando [...] nunca me dicen nada (esposa e hijos), al que le molesta es a mí porque estoy siempre con lo mismo en la cabeza, no descanso nunca (propietario cocina, 54 años).

Las distintas formas de vincular la familia y el trabajo reflejan diferencias entre los establecimientos. Dado que todas las actividades del negocio son desarrolladas en el ámbito de la unidad doméstica y son llevadas a cabo por sus integrantes, claramente se observa que estos negocios se podrían ubicar en la búsqueda de integración de la familia al negocio, debido al papel central que otorgan a la familia en el funcionamiento del pequeño establecimiento, al grado de que conciben el negocio únicamente en función de la familia.

Esto se asocia con el hecho de que las actividades del negocio en estas unidades se apropian de todos los espacios de la unidad doméstica, que asume esta situación como algo natural y necesario.

En concordancia, se percibe que el negocio está supeditado a las relaciones familiares, y que los problemas laborales no pueden afectar el funcionamiento de la unidad doméstica. Sin embargo, reconocen que una situación que inquieta a los integrantes de la familia es la jefatura del negocio vivida las 24 horas del día.

Por su parte, los negocios que están más próximos a las características del desplazamiento de la familia del negocio consideran que la familia no es un factor central en el negocio, señalando los inconvenientes y desventajas que muchas veces tiene un negocio familiar. Coherentemente, no todos los miembros de la unidad doméstica trabajan en el establecimiento (muchos lo hacen fuera del mismo) y son negocios que buscan mantener separados los lugares para el trabajo y para la unidad doméstica. Sin embargo indican que las situaciones problemáticas en el trabajo suelen afectar la cotidianeidad de la unidad doméstica.

 

EL RIESGO PERCIBIDO AL INTERIOR DE LA FAMILIA

 

La familia enfrenta una paradoja:
por una parte es refugio y contención frente
a las condiciones cambiantes que generan
inseguridad en el mundo laboral.
Al mismo tiempo, las modificaciones en el
tiempo y el efecto que provocan las tensiones
externas junto con la relación interior de las
propias familias pueden denotar también
fuentes importantes de inseguridad interna.

Kaztman y Wormald

 

Si bien en opinión de los entrevistados, y de acuerdo con sus percepciones, la familia es un factor de apoyo frente a la inseguridad del negocio, al interior de la familia el riesgo y la incertidumbre también se encuentran latentes de diversas formas. Así, distintas percepciones sobre el riesgo están presentes entre los propietarios y los trabajadores de las unidades entrevistadas en relación con la incorporación de la familia al negocio.

Entre los negocios que se identifican con la integración de la familia al negocio se plantea que un importante factor de riesgo para el futuro de la unidad productiva está en la propia incorporación de la familia al mismo.

En este sentido, mencionan que la familia es un elemento que le resta "seguridad" al establecimiento, pues la inestabilidad de la unidad familiar puede afectar el equilibrio del negocio. El riesgo se asocia con los conflictos y problemas en las relaciones familiares, que, como se verá más adelante, también tienen distintas representaciones y formas de expresión.

• Como le digo, que la familia trabaje aquí es bueno y es malo [...] la parte mala es ésa, es lo que hablábamos antes, cuando la familia está mal el negocio está mal, y eso no puede ser, porque en la familia puede haber problemas todos los días, pero en el negocio no, ¿me entiende? (propietaria de cocina, 45 años).

• Y sí, como que da miedo que haya problemas, a mí a veces me da miedo que si un día tenemos un problema por cualquier cosa, yo me quedo sin trabajo (risas) y sí, porque si me peleo con el jefe me corren [...] o igual si un día nos peleamos todos se cae el negocio, y ahí sí que ni hablar, nos quedamos todos sin trabajo [...] por eso me da miedo a veces trabajar así (hijo del propietario de taller mecánico, 26 años).

En este sentido se puede decir que los trabajadores de estos negocios familiares perciben no tener control sobre su trabajo (no saber cuánto va a durar), lo que se relaciona estrechamente con la pérdida de visión de futuro a largo plazo que se analizó anteriormente.

Para los negocios más próximos al desplazamiento de la familia del negocio la percepción es otra; el riesgo se asocia con el hecho de tener un negocio menos redituable si la familia participa en él, pues consideran que para el exterior (principalmente para los clientes) un negocio familiar no representa fortaleza ni "seriedad" en el trabajo. A pesar de la importancia reconocida a la familia en la unidad laboral, al mismo tiempo se percibe que la dinámica formal del trabajo pierde valor por tener a la familia integrada al mismo.

• A veces la familia perjudica, no es que perjudique, pero los clientes a veces piensan "ah, este mete al hijo a trabajar acá", y lo ven poco serio, ¿cómo le dijera yo?, ven poco profesional si la familia está acá (propietario de taller mecánico, 48 años).

• Yo eso les digo siempre a mis hijos, ¿qué es eso de querer meter parientes en el taller?, no, eso es poco serio, eso no puede ser así [...] y porque para eso son las reuniones familiares y todas esas cosas, el trabajo es para trabajar, no para que esté toda la familia, así no tendríamos ni un cliente, por poco serios (propietario de taller mecánico, 52 años).

De este modo se puede observar una cierta contradicción entre la valoración de la familia como unidad que participa del micronegocio y al mismo tiempo la sensación de inseguridad que esta participación familiar está generando. En ese sentido, la propuesta de Kaztman y Wormald (2002) se vuelve muy pertinente, al señalar que la familia "por una parte es refugio y contención frente a las condiciones que generan inseguridad en el mundo laboral [...] al mismo tiempo las modificaciones en el tiempo y el efecto que provocan las tensiones externas junto con las relaciones al interior de las propias familias, pueden denotar también fuentes importantes de inseguridad interna [...] las familias son muy vulnerables frente a las crisis y simultáneamente se constituyen en la institución más socorrida de protección frente a ellas".

 

ALGUNOS COMENTARIOS FINALES

La forma de organización de la vida social en las unidades entrevistadas se caracteriza por situaciones de pluralidad, diferencias, heterogeneidad y diversidad. Y esa diversidad se ha reflejado en aspectos como la pluralidad de arreglos domésticos, estilos de vida, diferencias por género y generaciones.

Evidentemente, esta heterogeneidad no es un fenómeno nuevo. Entonces, ¿qué significado tiene en el ámbito de la unidad doméstica que comparte el espacio de trabajo?, ¿qué supone la diversidad en la propia percepción de los integrantes de esta unidad doméstica?, ¿cómo pueden convivir individuos diferentes y autónomos?, ¿cómo es posible que en la unidad doméstica surjan la solidaridad a partir no de la semejanza sino de la diferencia?, ¿cómo logra la unidad doméstica imponerse a individuos que se suponen libres y autónomos?

La división del trabajo, en la medida en que representa una separación de funciones; ¿implica un cierto debilitamiento de los vínculos de parentesco?, ¿cómo se concilia en los individuos el nexo entre el individualismo (base y requisito para la afirmación de la división del trabajo) y la subordinación a la unidad doméstica?, ¿cómo se ordena e integra esta pluralidad?, ¿cuál es el elemento que permite dar cuenta de la forma en que la unidad doméstica se integra al trabajo en el micronegocio?, ¿mediante qué mecanismos se produce esta integración?

Las entrevistas han resaltado que una de las situaciones más problemáticas que deben enfrentar estos negocios consiste en lograr que los individuos compartan el sistema normativo y de valores presentes en la unidad doméstica.

En este sentido, y en la línea propuesta por Durkheim, se puede pensar que la división del trabajo logra construir y afianzar la cohesión; "la división del trabajo [...] supone el desarrollo de las diferencias entre los individuos, lo cual a su vez implica que los individuos son más libres, más autónomos y dotados de una pluralidad específica [...] Es esta división la que garantiza la integración social, puesto que mientras que vuelve diversos entre sí a los individuos, al mismo tiempo los hace más dependientes o solidarios unos con otros". De esta forma se atribuye a la división del trabajo "la capacidad de producir una integración social fundada sobre una adhesión a los valores y a las normas colectivas" (Esteinou, 1998).

Sin duda esta integración enfrenta dificultades, ya que la unidad doméstica está fundada en la cooperación, y por tanto supone el interés recíproco. A la solidaridad hay que agregarle entonces la importancia del contrato, que puede entenderse como el elemento que permite a la unidad doméstica subsistir "sólo en la medida que las diferencias individuales encuentren un límite, una convergencia en la conciencia colectiva".

Por otra parte, fue posible entender las estrategias de reproducción de las unidades entrevistadas como un conjunto de prácticas con características muy diferentes, mediante las cuales las unidades domésticas tienden (de manera conciente o no) a conservar o aumentar su patrimonio.

Tales estrategias constituyen un sistema, y por ello dependen tanto de los instrumentos (trabajo del negocio, ingresos, ganancias, horas dedicadas al trabajo, cantidad de clientes, materia prima disponible) como del estado del capital a reproducir. Cualquier cambio en relación con los instrumentos o el estado, conlleva una reestructuración del sistema de estrategias de reproducción (Esteinou, 1998: 11).

Claro está que buscando entender la participación de la familia en el trabajo del negocio muchas fueron las situaciones que salieron a la luz: los hijos con ganas de cuestionar a los padres pero con miedo de hacerlo, las esposas en aparente subordinación pero como verdaderas jefas y dueñas de los negocios de sus maridos, los viejos luchando por preservar el patrimonio que alguna vez iniciaron con el deseo de mantenerlo en la familia. Varias generaciones que comparten lugares y actividades a veces con objetivos e intereses tan diversos, a veces con las mismas intenciones.

Intentar articular producción y reproducción implicó un enorme esfuerzo, ¿cómo se integran en la vida cotidiana dos categorías que teóricamente han sido discutidas hasta el cansancio?, ¿hasta dónde es posible dar cuenta de esta articulación a partir de las entrevistas?

Abordar el riesgo implicó emprender con los entrevistados un viaje hacia el concepto mismo del trabajo, ¿para qué trabajan?, ¿qué sentido tiene el negocio?, ¿cómo se valoran y se entienden como trabajadores?, ¿por qué su trabajo brinda (o no) seguridad?, ¿qué del trabajo les aporta certezas y tranquilidad?

Pensar en el poder supuso pensar en el control, en la autoridad, en la negociación, y a fin de cuentas en la forma en que a pesar del control, la autoridad y la negociación, la familia intenta permanecer integrada para hacer funcionar el negocio. ¿Lo logra?

Para cada una de las unidades entrevistadas hay diferentes respuestas, que sin dudas generarán más interrogantes. Para abordar esta multiplicidad de situaciones en la diversidad de escenarios, que tanto el trabajo cualitativo como el análisis cuantitativo generaron, es necesario equiparse con un conjunto de insumos.

Entre estos insumos es necesario discutir elementos socio-simbólicos y de la teoría del capital humano, que aporten al análisis de, por ejemplo, la percepción del riesgo asociada a la escolaridad y el valor asignado a la educación (¿la mayor escolaridad reduce el riesgo al futuro?). Elementos que permitan discutir el señalado peso de la herencia y del patrimonio (¿por qué quienes menos tienen, materialmente hablando, señalan una preocupación tan fuerte por la herencia para los hijos?).

 

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Notas

1 Optar por la unidad doméstica como unidad de análisis en esta investigación permita realizar una mirada desde una perspectiva micro, y que además posibilita buscar la diversidad dentro de los patrones de comportamiento de la población.

2 Con respecto a esta situación, vale la pena aclarar que las estrategias involucran otros elementos además de los ingresos familiares. Esta situación se analizará y desarrollará en la siguiente etapa del trabajo.

3 Este abordaje implica una aproximación no tan sociológica, sino desde el punto de vista de la teoría económica basada en la concepción de que el bienestar se puede representar por la suma de las utilidades de los individuos (sea por el ingreso o el consumo, los cuales constituyen patrones a través de los cuales es posible medir el bienestar o las condiciones de vida alternativamente), que buscan maximizar su utilidad. El supuesto básico es que los consumidores optimizan el uso de los recursos disponibles entre sus distintas necesidades, midiendo esos recursos en ingresos destinados al consumo o al ahorro (Becker, 1983). Nuevamente, en este contexto irrumpe la familia asumiendo un papel de mediadora, ya que ocupa un rol de potencializadora u obstaculizadora de la acción individual. A pesar de la importancia de esta perspectiva, no será profundizada en la investigación, debido a que la articulación producción/reproducción busca ser discutida desde una perspectiva social, que integre el análisis de las percepciones y mediaciones simbólicas de los individuos involucrados.

4 La guía de entrevista está conformada por nueve apartados básicos:

1. Características sociodemográficas. Tiene como objetivo explorar en las características sociodemográficas del grupo familiar del (a) propietario (a) del establecimiento con el objetivo de contar con el perfil de los individuos y de la familia.

2. La familia y el hogar. Busca explorar en características como el tamaño, la composición y estructura del hogar de los (as) propietarios (as) de los micronegocios.

3. La dinámica de la unida doméstica. En este punto el interés es indagar acerca de las relaciones que mantienen los integrantes de las unidades seleccionadas, así como en la división de las actividades al interior del hogar y del negocio.

4. Características del trabajo realizado en el micronegocio. Intenta aproximarse al conocimiento de las características que presentan las actividades laborales que se llevan a cabo en los pequeños establecimientos.

5. Redes y apoyos. Tiene como objetivo explorar en las principales formas de apoyo y en las redes que establecen los micronegocios para su funcionamiento y subsistencia.

6. Manejo y distribución de los recursos. Procura indagar en los recursos que ingresan a la unidad mediante equipos, materias primas o solicitudes de créditos.

7. Participación y toma de decisiones. Se orienta a reconocer los mecanismos de participación y toma de decisiones de los integrantes de la unidad familiar y del pequeño establecimiento.

8. Percepciones y expectativas respecto del negocio. Busca conocer las percepciones, expectativas, temores, ansiedades e intereses presentes y futuros de los propietarios y los trabajadores en relación con el negocio.

9. El trabajo con la familia en la misma casa. El objetivo es analizar las implicaciones que tiene el hecho de trabajar con la familia en la misma casa en que la unidad familiar vive.

5 En este punto es importante señalar que se observaron diferentes formas de compartir actividades entre las unidades entrevistadas; desde aquellas que realizan tareas del hogar y trabajo del negocio en los mismos lugares, hasta aquellas que, aun en la misma casa, diferencian los ámbitos. Dadas las connotaciones que estas distintas formas de organizar los lugares tuvieron en las entrevistas, es que se consideró esta variable como una de las que pautan la agrupación de la información.

6 Respecto de la migración, es importante acotar que no fue un tema indagado con mayor profundidad (en el sentido de reflexionar en torno a los migrantes urbanos o rurales, o las razones y decisiones relacionadas con esta migración) en la realización de las entrevistas, debido a que no fue uno de los ejes analíticos centrales al momento de construir la guía de entrevista.

7 Los registros que los negocios requieren para funcionar de acuerdo con las normas establecidas son ante la Secretaría de Hacienda, en las delegaciones, ante la Secretaría de Salud (las cocinas). Por otra parte, las personas que realizan estas actividades están consideradas como comerciantes, inclusive los talleres mecánicos; en consecuencia, para fines mercantiles su actividad se encuentra regulada por el Código de Comercio. En función de los ingresos anuales, los talleres mecánicos se ubican en distintas categorías: régimen de pequeños contribuyentes, régimen intermedio y actividades empresariales.

8 El concepto de reproducción puede aparecer como un concepto articulador de dos dimensiones centrales en la investigación: los procesos de producción económica por un lado, y la familia como organización doméstica por el otro, teniendo en cuenta que en este trabajo no es posible aislar ni separar un ámbito del otro.

9 La forma en que la pertenencia de los individuos a hogares está determinando su inserción al mercado.

10 Problemática que cuenta con una larga tradición en los estudios de las comunidades rurales. Estudios iniciados por Chayanov en 1974, quien observó la existencia de un conjunto de acciones orientadas por motivos conscientes o no, desplegadas por las familias para garantizar su supervivencia (Oliveira, Pepin y Salles, 1989: 143).

11 De manera directa o indirecta, la unidad doméstica está constituyendo una unidad de análisis privilegiada en la evaluación del impacto de los procesos sociodemográficos sobre la dinámica social.

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