Investigación Económica (IE), la venerable revista emblemática de la Facultad de Economía de la UNAM, fundada en 1941 por el Maestro Jesús Silva Herzog en una época en que México y la economía mundial arrostraban encrucijadas desafiantes, ha difundido el conocimiento científico de vanguardia en economía a lo largo de casi ocho décadas. En sus páginas han visto la luz las pesquisas originales de economistas mexicanos e internacionales de gran nombradía que han presentado, examinado y criticado los problemas más apremiantes de la teoría y de la política económica, con absoluta libertad intelectual, sin censura a su credo analítico y paradigmático, pero, desde luego, de forma consistente con los principios axiomáticos y el rigor metodológico del estado del arte disciplinario.
Al aceptar el honor de dirigir y editar Investigación Económica, una vez más, consiento en rescatar de la vasta historia de la revista esta tradición plural y antidogmática. Entre 2006 y 2012 tuve la fortuna de fungir como director-editor de la revista. En esos años Investigación Económica se consolidó, convirtiéndose en una revista bilingüe (castellano e inglés) y adoptó las mejores prácticas editoriales del mundo (dictamen de doble ciego, etc.); ingresó a los mejores índices nacionales e internacionales; por invitación JSTOR la incluyó en su elenco; como consecuencia del trabajo editorial de esa época, los índices internacionales la distinguieron como la mejor revista mexicana de economía y, una deriva más, por ello luego cosechó un mayor factor de impacto. El desafío actual estriba en, para decirlo con Proust, ir À la recherche du temps perdu. En este lance, tendré el apoyo de un comité editorial (CE) renovado, conformado por destacados colegas. De forma institucional, agradecemos el generoso e invaluable apoyo de quienes, debido a las normas del propio CE, salen del mismo, y damos la bienvenida a quienes se incorporan a partir de este número.
El reto, sin duda, es superlativo. Porque se trata de rescatar de ese pasado la principal misión intelectual de Investigación Económica, i.e., contribuir a la difusión del saber científico, así como a menguar la influencia del pensamiento único que ha primado en el orbe en decenios recientes, toda vez que “la ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición” (Adam Smith dixit). En economía no puede, no debe, haber verdad única, dado que, parafraseando de nuevo al fundador de nuestra disciplina, en la avenida de la ciudad del escepticismo, se ha de pasar a través del valle de la ambigüedad. Porque, además, en los tiempos que corren, México, la economía mundial y la ciencia económica atraviesan por un valle pletórico de anfibología y enigmas.
Por su naturaleza de bien público, Investigación Económica es un foro ideal para debatir ideas sin prejuicios ideológicos en favor del bienestar general y del avance de la disciplina, sobre todo en estos momentos de aporías conceptuales, necesidades pragmáticas y expectativas de cambio positivo. Por tanto, a nombre del comité editorial y del propio, invitamos a la comunidad científica de nuestro país y de otras latitudes a enviarnos los frutos prístinos de sus pesquisas con el propósito genuino de contribuir a la búsqueda de soluciones viables a los problemas de la economía en general.
Director-Editor