Como resultado del seminario institucional “La democracia mexicana en la sucesión presidencial de 2018”, desarrollado en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Álvaro Arreola Ayala y Raúl Trejo Delarbre, coordinadores de esta obra, ponen sobre la mesa los diferentes ángulos del análisis de la elección presidencial de México en el ejercicio 2017-2018. La riqueza primordial de este trabajo es la reflexión sobre variados y característicos elementos de los comicios a lo largo de sus nueve ensayos; con un énfasis especial de los autores en la renovación del poder ejecutivo federal.
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), por el número de cargos que se renovaron en el ámbito federal y local, estas elecciones fueron las más grandes en la historia de México. A saber, 18 311 cargos elegidos, entre ellos el de la Presidencia de la República; de ahí su atractivo para el ojo analítico de científicos sociales.
Sin duda, resulta relevante que los coordinadores hayan planeado esta atinada obra conjunta dados su conocimiento y experiencia en la materia; por un lado, el doctor Álvaro Arreola Ayala, desde su formación en sociología e historia, ha dedicado buena parte de su obra a las elecciones subnacionales en México y a la historia de la legislación electoral mexicana, lo que lo convierte en un estudioso asiduo de quien vale la pena aprender sobre aspectos electorales. Por otro lado, el doctor Raúl Trejo Delarbre posee estudios en sociología, estudios latinoamericanos y periodismo, y ha dirigido su trayectoria académica a temas como la democracia, la comunicación, campañas electorales, entre otros, lo que implica una aportación importante a la obra.
Ambos son investigadores del IIS, escenario en el que conjuntaron esfuerzos para coordinar este libro que, por si fuera poco, vio la luz a finales de 2018, apresurando las plumas y obteniendo como resultado una pronta y bien lograda reflexión de la elección celebrada ese mismo año.
En general, cada uno de los nueve capítulos aporta información tanto relevante como auténtica sobre el tema central. Será, además, fácil para sus lectores contrastar muchos de los planteamientos y especulaciones del libro con los efectos del gobierno federal ya posicionado a cargo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). A pesar de que la obra está compuesta por variados puntos de vista sobre el tema, existen algunas semejanzas en el entendimiento de los resultados electorales y del fenómeno de la transición presidencial. Se identifican cinco elementos que son analizados en más de un capítulo y que, por su trascendencia merecen ser señalados aquí.
Primero. López Obrador como personaje político y cuyas características como tal lo hicieron, en buena medida, ganar la presidencia. Hay una coincidencia en que el uso de su lenguaje simple empleado en sus discursos políticos y su posicionamiento como opositor a los gobiernos neoliberales fueron fundamentales en su triunfo. Ello se conjugó con el hartazgo de la ciudadanía por la corrupción y la inseguridad durante sexenios previos y cuyo combate AMLO usó como estandarte de campaña.
Segundo. La preocupación por el posible cauce autoritario del gobierno de López Obrador, debido a: 1) la precariedad de la oposición; 2) la debilidad de los contrapesos; y, 3) el manejo de un discurso de polarización al excluir a quienes no votaron por él. Esto último tampoco contribuye en la legitimación de las acciones del gobierno.
Tercero. La intervención de Enrique Peña Nieto en el desprestigio de Ricardo Anaya Cortés, excandidato por la coalición Por México al Frente -conformada por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC)-, para favorecer a José Antonio Meade, excandidato de Todos por México -de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PNA)-. Esto se hizo latente cuando en la primera semana de marzo de 2019 se supo que la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) lo exoneró por no existir pruebas suficientes en el supuesto delito de lavado de dinero, en el que se le involucró en junio del 2018.
Cuarto. La situación del Partido Encuentro Social (PES), el cual no alcanzó en ninguno de los tres cargos federales que se renovaron (presidencia, diputaciones y senadurías) el tres por ciento de la votación requerido; y sería hasta marzo de 2019 cuando se daría a conocer la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con la que se confirmó la pérdida de su registro.
Quinto. El sistema de partidos. ¿Cambió o no a partir de la reciente elección? Octavio Rodríguez Araujo argumenta que sí, en tanto que José Woldenberg sostiene que es demasiado pronto para afirmarlo, pues una elección no es concluyente para ello. Mientras que Álvaro Arreola no reconoce la existencia de un sistema de partidos ya que no identifica partidos sólidos ni institucionalizados. Coincido con la visión de este segundo, y considero que las elecciones de 2021 empezarán apenas a dar indicios de la posible reconfiguración.
En términos generales, los nueve ensayos generan un análisis de datos desde el método cualitativo. A esto se suma un décimo capítulo en el que se realizó una recopilación de bibliografía sobre la elección y sucesión presidencial, la cual complementa las fuentes de información citadas por las y los autores del libro.
El primer capítulo, “La sucesión presidencial: impactos y expectativas en la democracia mexicana”, de la autoría de Álvaro Arreola, quien destaca el triunfo histórico del candidato de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la presidencia nacional, el cual logró ganar en 31 de las 32 entidades de la República, perdiendo sólo en Guanajuato. También reflexiona sobre el resultado electoral en el plano local, pues de los 26 congresos locales que se renovaron en 2018, Morena ganó en 19. El autor sostiene que un factor elemental en el éxito de AMLO fueron sus discursos y mensajes sencillos, y porque la votación se orientó por el cambio que representó el líder morenista. Añadiría que Morena triunfó también porque representó lo nuevo y lo no corrupto para el electorado.
En el segundo capítulo, “Las elecciones de 2018: ¿hacia dónde irá la transición del sistema político mexicano?”, Víctor Manuel Durand Ponte expone, entre otras cosas, el contexto de la nueva realidad política a partir de cuatro elementos: 1) la “debacle del PRI” y del viejo régimen del nacionalismo revolucionario, mismo que dejó tras de sí corrupción e impunidad; 2) el fracaso de la estrategia electoral de Peña Nieto y de su partido en las elecciones; 3) el desprestigio del pan cuando estuvo al frente del gobierno y que se acrecentó con Felipe Calderón (2006-2012) y su guerra contra el narcotráfico; y, 4) la campaña electoral de López Obrador, como el crítico más asiduo de los gobiernos neoliberales. El resultado de esta combinación es la concentración del poder en un solo partido, con contrapesos limitados y, agrego, con un enorme compromiso político por delante.
El tercer capítulo, “Las mujeres en la elección presidencial de 2018: tema y problema”, lo escribe Karolina Gilas, quien realiza primero un recuento histórico de la participación de las mujeres en la vida política. Posteriormente, reflexiona sobre las dos mujeres que compitieron por la presidencia nacional: Margarita Zavala y María de Jesús Patricio (Marichuy), ambas en candidaturas independientes. La autora enfatiza lo emblemático del hecho de que, por primera vez, hubiera una mujer contendiente indígena, haciendo visible los aún más grandes obstáculos en sus aspiraciones políticas, en tanto no le fue posible reunir el número de firmas requerido para el registro. También fue un suceso relevante que Zavala tuviera que declinar de su candidatura antes del cierre de campaña y de la jornada electoral.
Dedica la última parte del texto al análisis de las propuestas de campaña en razón de género, y pone de manifiesto que ningún partido político en realidad trabaja ni pretende trabajar desde la perspectiva de género, ya que las propuestas sectorizaron los problemas y no contaron con un estudio real de su impacto sobre las mujeres, lo que revela el largo camino que queda por recorrerse en términos de igualdad de género.
Por su parte, Yolanda Meyenberg en “¿A quién le hablan los candidatos? Los discursos en la campaña presidencial de 2018” analiza los discursos de Meade, Anaya y López Obrador, a partir de cuatro elementos: la estructura, el estilo, las propuestas y el mensaje. El eje del que parte la autora es la devaluación de la palabra producto del contexto de degradación de la política previo a las elecciones, lo que orilló a que los candidatos se hablaran a sí mismos y entre ellos, dificultado conectarse con las preocupaciones cotidianas de la ciudadanía.
De las conclusiones a las que llega la autora sobresalen sus observaciones sobre los discursos; el de Anaya fue el mejor estructurado; el de López Obrador, el que desarrolló una forma certera de comunicarse con sus simpatizantes y, por lo tanto, quien considero buscó un mayor acercamiento con la sociedad, pues hay que recordar que sus giras por todo el país tuvieron ese propósito, independientemente de lo ocurrido durante el proceso electoral; y el de Meade fue el que menos se apegó a los cánones de un buen discurso por las dificultades de ser abanderado de una alianza electoral en la que el PRI se presentaba como el partido más repudiado por la sociedad mexicana.
El capítulo “Las elecciones de 2018”, de Francisco José Paoli Bolio, presenta una reflexión de los resultados electorales sobre tres vertientes: el cambio en el sistema político, la transformación del sistema de partidos y las posibles modificaciones al sistema electoral. Respecto al primero, el autor señala que no se vislumbra un cambio en la forma de gobierno, pero sí en las formas de hacer política. Ante esto, sugeriría pensar no en un cambio de sistema político como sí en uno de régimen político, en el que se hacen manifiestas algunas modificaciones en las instituciones políticas. Sobre el sistema de partidos, el autor augura un cambio con la LXIV legislatura intuyendo en Morena como el nuevo partido hegemónico, en mi opinión un pronóstico muy aventurado de sostener puesto que al actual gobierno le queda un amplio camino por recorrer. Y, en lo referente al sistema electoral, argumenta que no sería difícil pensar en el posible diseño de un solo organismo electoral encargado de los comicios, cancelando el desempeño de los Organismos Públicos Locales (OPLES) en las entidades federativas, como ocurre en otros países, centralizando aún más esta autoridad.
En “La sucesión presidencial de 2018, propuestas y debates”, Octavio Rodríguez Araujo, por su parte, explica que AMLO podría generar acciones de gobierno prudentes, sensatas, rectificadas y más realistas; aunque si no cumple sus principales propuestas de campaña, desde su promoción, perderá la fuerza política que lo llevó a la presidencia. El autor da mucho material para la observación de las distintas aristas de las elecciones de 2018. Específicamente, obliga a mirar en diferentes perspectivas el triunfo del morenista, lo que merece la pena ser revisado.
Luego, Raúl Trejo Delarbre (en su capítulo denominado “Preferencias y matices en la agenda informativa de la televisión durante las campañas presidenciales de 2018. Estudio de siete noticieros”) hace una revisión sobre los tiempos dedicados a cada candidato presidencial. En el capítulo es posible observar que los destinados a López Obrador desde los principales noticieros de radio y televisión de alcance nacional fueron mayores (aunque fuera por márgenes pequeños) que para el resto de sus contrincantes.
El autor presenta una comparación de cómo se destinaban los tiempos en elecciones presidenciales previas, y pareciera que hay una tendencia de que a quien más tiempo le destinan es el que resulta ganador en la contienda, de no ser porque en 2006 no fue así, ya que se le dio más cobertura a AMLO y quien resultó ganador fue Felipe Calderón. No obstante, se demuestra la importancia de los medios tradicionales de información (la radio y la televisión) en las campañas electorales.
El octavo capítulo, “¿Cómo se promueve el ejercicio de la ciudadanía en México? La cultura cívica y el fomento al voto joven en las elecciones federales”, de autoría de Janeth Trejo Quintana, se concentra en el fomento de la educación cívica y el voto entre la población joven durante el proceso electoral federal en cuestión. La autora hace un estudio muy completo sobre el tema, y las conclusiones son importantes, pues evidencian la promoción tan escasa para fomentar la participación política de la juventud. Organismos electorales, como el INE, son los principales promotores de la participación, pero tiene razón la autora al señalar que la tarea de la educación cívica no debe recaer en un solo órgano, sino en todo el Estado.
El último ensayo, “¿Un nuevo sistema de partidos? Pragmatismo y personalismo en el centro”, lo escribe José Woldenberg quien realiza un análisis sobre la ideología de los partidos políticos mexicanos y el sistema de partidos luego de los comicios. Su planteamiento inicial, muy acertado, establece que “una elección, por más relevante que sea (y sin duda lo fue) no consolida una tendencia”. El autor sostiene que el sistema electoral, a pesar de sus altibajos, funciona porque pudo desembocar en un proceso electoral no cuestionado. Uno de los elementos característicos de este escenario político es el pragmatismo, en el que la ideología partidaria se difuminó para sobresaltar el personalismo político, a lo que yo agregaría: desde las coaliciones electorales, que fueron fundamentales (sino es que los actores políticos principales) en esta contienda.
Finalmente, María Leticia Limón Galván presenta una recopilación de la bibliografía sobre el tema en cuestión, en la que enlista 64 libros, 48 artículos y 66 tesis, sumando un total de 178 fuentes de consulta.
En conclusión, este libro representa una muy buena reflexión de la contienda electoral presidencial, los resultados de la elección y de los primeros escenarios del gobierno en turno que, sin duda, deben ser revisados para poder analizar el resto del sexenio morenista, así como la reconfiguración del régimen político, del sistema de partidos y de futuros procesos electorales en México.