La Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales es una publicación de reconocimiento internacional que ha recibido una merecida distinción por su trabajo editorial, el Premio CANIEM al Arte Editorial 2022. Algo que llamó mi atención, en primera instancia, es su diseño y hechura como arte-objeto. Lo cierto es que los contenidos de investigación académica e intelectual de la Revista se pueden consultar en línea en los repositorios de alta tecnología, pero también denota un trabajo de artesanía editorial que se materializa en los números físicos, los cuales, entrañan una dimensión estética en las manos de quien las lee, que le permiten oler el papel, sentir la textura de sus hojas y disfrutar la amable tipografía de los contenidos. En pocas palabras, el lector puede sumergirse en el diseño para entender lo que significa y representa un arte-objeto.
Cabe señalar que el término arte-objeto surge del francés objet trouvé, es decir, una expresión artística hecha de adaptaciones, interpretaciones y modificaciones de otros elementos, que ordinariamente no implican una función estético-artística, y se traslada a un contexto poético y artístico transformándose en lo que se podría designar como un ready-made. La RMCPYS es, en mi opinión, un arte objetual -o ready-made- que recontextualiza el acontecer en pasado, presente y futuro a la luz del campo teórico de las ciencias sociales y las humanidades. Por ello, la Revista implica un puente entre los contenidos e investigaciones de los distintos participantes con el arte objetual a partir de la hechura artística de la misma.
De ahí, pues, que el galardón que recibió la afirme en sí como una obra de arte por su dimensión estética y, a partir de ello, podemos internarnos en la investigación, la reflexión teórica y al análisis de los procesos coyunturales que sus números y dossiers ofrecen. Es importante señalar cómo a partir de su cualidad de ser arte-objeto nos adentramos en el pensamiento, siempre autocrítico y reflexivo, de los trabajos publicados que abordan distintas problemáticas tanto nacionales como internacionales.
Ahora bien, es importante dar un reconocimiento a Juan Luis Bonilla -figura sustancial en la concepción de esta Nueva Época- y a todo el equipo editorial bajo la égida de la Dra. Judit Bokser.
Si bien es cierto que la Revista ha presentado un mosaico relevante de temáticas sociológicas, con autores de la talla de Michel Wieviorka y Craig Calhoun, entre otros, también ha publicado artículos de reconocidos teóricos de la Ciencia Política como Giovanni Sartori. Además, la Revista se caracteriza por difundir el conocimiento tanto de profesoras, profesores, investigadores de la Facultad, de los institutos de investigación de la UNAM, como también de actores y pensadores de talla internacional, lo cual le ha otorgado una visión y dimensión muy amplia, reflejada en el hecho de su premiación.
Cuando hablamos de la RMCPYS, estamos hablando de la historia de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales desde la década de 1950 y, con las vicisitudes en el camino, este acompañamiento ha seguido también el desarrollo histórico de México. Tener esta revista en nuestras manos nos remite a la génesis de nuestra Facultad y, paralelamente, a una mirada de la historia nacional. La Revista ha sido una plataforma donde se han analizado muchos de los temas medulares que atañen a nuestra nación y su vinculación con el mundo exterior. Hay dos temas en particular que rescataría de esta Nueva Época: la globalización y los estudios de género, ambos fundamentales en las discusiones académicas hoy en día. Mientras que el primero ha sido cubierto desde diferentes ópticas disciplinarias y teóricas, en sus vertientes multidimensionales y contradictorias, el segundo ha reunido trabajos que analizan estudios de género en el siglo XXI y las nuevas subjetividades femeninas.
La RMCPYS es un arte objetual que recontextualiza el acontecer en pasado, presente y futuro a la luz del campo teórico de las ciencias sociales y las humanidades.
Recuerdo que al finalizar mis estudios de preparatoria quería estudiar biología, sin embargo, al final me decanté por las ciencias sociales. Ingresé a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en 1984 y uno de mis primeros referentes fue la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, ya que de alguna manera representaba una visión multidisciplinaria de las ciencias sociales y las humanidades. En esta revista se encontraba el pensamiento de todas las carreras de la Facultad siempre con un toque humanístico, fungiendo como vaso comunicante de la historia de nuestras disciplinas y de la representación de la propia Facultad.
Finalmente, felicito al equipo editorial la Revista en su Nueva Época y a la Dra. Judit Bokser, por los derroteros por los que ha encaminado el desarrollo de la misma. También felicito a todos los profesores, profesoras, investigadores e investigadoras, que han participado en ella y a la editorial Bonilla Artigas Editores.
A los estudiantes de las nuevas generaciones que están vinculándose con el trabajo académico editorial les invito a que la conozcan, la lean, la hagan suya, revisen algunos de los artículos que se han recomendado, por ejemplo, para los alumnos interesados en la temática de la relación arte y poder, el artículo de Irene Herner sobre el muralismo mexicano. En fin, un largo aplauso y a seguir festejando este premio con la edición de nuevos números.