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Estudios de cultura maya
versión impresa ISSN 0185-2574
Estud. cult. maya vol.32 Ciudad de México ene. 2008
Artículos
Una propuesta de análisis lingüístico-poético de cuatro de los Cantares de Dzitbalché1
Lucero Meléndez Guadarrama*
* IIA, UNAM. luceromelendezg@yahoo.com
Resumen
El estudio de los Cantares de Dzitbalché desde la perspectiva lingüístico-poética permite a los mayistas observar este grupo de textos como un registro de lengua con características formales especiales. Con base en la propuesta de Roman Jakobson (1984 [1956]), en este análisis se puede apreciar que en los Cantares predomina la función poética sobre las demás funciones del lenguaje y se manifiesta con figuras literarias como la anáfora, el paralelismo y la aliteración. A través de recursos fónicos y sintácticos, los ejes de selección y de combinación interactúan y dan como resultado formas lingüísticas marcadas. Por otro lado, en el trabajo se discuten aspectos relacionados con la traducción de las figuras literarias de los textos indígenas. Se propone además, una fonetización de los textos apegados a las características del maya yucateco hablado y no a las grafías empleadas en la época colonial.
Abstract
The research on the Cantares of Dzitbalché from a linguistic-poetic perspective enables mayanist to consider these texts as a register of a language with special formal characteristics. Based on the Roman Jakobson proposal, it is possible to appreciate that in the Cantares there is a predominance of the poetic function over the rest of the functions of the language and it is manifested with literary figures as the anaphora, parallelism and alliteration. Through phonic and syntactic resources, the axis of selection and combination interact and give us as a result marked linguistic forms. The aspects related with the translation of the literary figures of the indigenous texts are discussed in this article as well. Furthermore, I propose a phonetic transcription of the text that is more related to the characteristics of the spoken Maya Yucatec than those employed in the colonial register.
Introducción
Los Cantares de Dzitbalché son un grupo de 15 textos y una portada que proceden del pueblo de Dzitbalché, Campeche2 y que fueron escritos durante la época colonial en idioma maya yucateco lengua perteneciente a la rama yucatecana de la familia lingüística maya. Su contenido temático ha sido catalogado como ritual y como el único documento de su época en el género de poesía lírica (Edmoson y Bricker, 1985: 52).
La primera edición de los textos estuvo a cargo de Alfredo Barrera Vásquez (1980), quien también se encargó de la traducción del manuscrito. El valioso trabajo de Barrera consistió en la paleografía, traducción y publicación de éstos. Sin embargo, los Cantares fueron publicados en un orden arbitrario en el que no se realizó un análisis consistente sobre su contenido ritual. Desde una perspectiva literaria, Munro Edmonson (1982) publicó los Cantares con un orden distinto y propuso una traducción alternativa a la de Barrera (1980). Por su parte, Martha Ilia Nájera (2007) planteó una nueva articulación de los Cantares con base en su contenido ritual, abordado desde la perspectiva de la religión maya.
La motivación por trabajar estos documentos desde un enfoque lingüísticopoético surgió de mi interés por realizar una investigación consistente sobre la poética del maya yucateco colonial. Como es bien sabido, los datos contenidos en las fuentes coloniales pueden servir a los lingüistas para obtener datos escritos de otros momentos de la lengua. Bajo esta perspectiva, podemos estudiar los registros coloniales de la lengua maya desde cualquiera de los niveles de análisis lingüístico. En este caso, utilicé los Cantares como corpus lingüístico y me enfoqué en la descripción de la estructura formal y semántica de las formas discursivamente marcadas que fueron expresadas en éstos. A su vez, estas formas discursivas pueden ser contrastadas con distintos textos mayas producidos durante el periodo colonial con el fin de encontrar las diferencias discursivas entre los Cantares y los demás textos.
En términos generales, en este estudio me enfoqué en la descripción y análisis de las figuras literarias llamadas paralelismos, aliteraciones y anáforas en los cantares 4, 7, 14 y 15.3 El contenido temático de los textos es de carácter religioso-ritual, pero en éste no me concentraré en el contenido sino en su forma. Sin embargo, sobre los rituales quiero mencionar que si bien es cierto que tenemos algunas menciones en crónicas coloniales sobre éstos acompañados de danza y música, actualmente sólo podemos plantear hipótesis sobre su ejecución. Toda esa información se perdió con el paso del tiempo, por lo que sólo es posible trabajar con la parte escrita de los mismos, de tal manera que aquello relacionado con el performance de los Cantares quedó fuera de esta investigación.
De manera global, el trabajo se ocupa de la descripción y análisis de las figuras literarias llamadas paralelismos, aliteraciones y anáfora de los cantares seleccionados.
Presentación y metodología de la transcripción del corpus
En el Apéndice 1, el lector podrá encontrar los cuatro cantares que elegí para este artículo.
En la actualidad, los estudios lingüísticos que se realizan sobre textos coloniales en lenguas indígenas requieren forzosamente de un análisis y sistematización de las grafías representadas en el documento que se esté trabajando. En tanto que dichos documentos carecen de un registro lingüístico sistemático, es necesario establecer los fonemas de la lengua en cuestión con el fin de que los textos conformen un corpus lingüístico analizable desde cualquier nivel de la lengua.
Las grafías representadas en los Cantares de Dzitbalché no muestran una correspondencia con los fonemas de la lengua y, por esta razón, realicé una fonetización del corpus con base en un análisis de lingüística histórica buscando dar una interpretación sistemática a los registros. El primer paso para la fonetización de los textos es el establecimiento de la estructura silábica. Los datos lingüísticos contenidos en los Cantares, así como datos del yucateco actual apuntan a que el yucateco del siglo XVIII tiene sílabas del tipo CV y CVC y, de acuerdo con la tipología de Clements y Keiser (1983), es una lengua del tipo III. En el corpus no existe la representación del fonema consonántico glotal // en ninguna posición. He decidido restituir este fonema en posición onset inicio de palabra y en coda final de palabra tomando como punto de partida datos de la lengua maya actual como en el siguiente ejemplo:
(1) NIICTÉ-HA
nikte ha
flor agua
'nenúfar' (Cantar 7, línea 37)
En el ejemplo (1) restituí la consonante // en coda final de palabra tanto la palabra /nikte/ 'flor' como en /ha/ 'agua'. Para realizar la restitución de la consonante glotal // en coda final de palabra me basé en evidencia estructural de la lengua y también en evidencia léxica. Si bien es cierto que la lengua tiene sílabas del tipo CV, algunas palabras no tienen representada la consonante glotal final porque es común que se debilite en estos contextos y que no se registre,4 por ello resulta necesario restituir el fonema // en ese contexto.
En tanto que esta lengua es del tipo III, es decir, sólo permite sílabas del tipo CV y CVC vemos que las sílabas desnudas no están permitidas y es necesario restituir el fonema glotal // inicial para respetar las estructuras CV y CVC como en la línea 46 del cantar 4 en el ejemplo (2):
En cuanto al número de fonemas en cada posición silábica, encontramos que en onset y coda sólo se permite una consonante como máximo. Los núcleos silábicos pueden ser monomoraicos o bimoraicos, aunque la representación en el documento respecto a los núcleos bimoraicos en ocasiones no es sistemática. En estos casos, recurrí una vez más a la evidencia léxica en el Diccionario Maya Cordemex.
En el maya yucateco no se permiten grupos consonánticos en posición onset inicio de palabra, por lo que cuando tenemos un grupo consonántico representado con las grafías <C-K> (Cantar 4, línea 2) reconstruyo el fonema /k'/ con base en evidencia léxica. Cuando aparecen secuencias con la palatal fricativa -consonante, restituyo la secuencia consonante glotal-vocal alta anterior /i/ precediendo a la palatal fricativa . Si tenemos las grafías <TT>, reconstruyo la consonante alveolar oclusiva glotalizada /t'/. El resto de las consonantes glotalizadas fueron indicadas en el registro original.
En cuanto a la consonante aspirada /h/ no he encontrado suficiente evidencia para saber si realmente se trata de una aspiración o si es una variación en el registro del mismo fonema velar continuo /j/. En el Diccionario Maya Cordemex, no se establece ninguna diferenciación entre los fonemas. En el maya yucateco actual la distinción entre las consonantes /h/ y /j/ no se mantiene, pero no tengo suficientes argumentos para proponer que la distinción no existía en el siglo XVIII.
Las grafías <u, i> aparecen en posiciones consonánticas y vocálicas. Para representar los fonemas continuos /y/ y /w/ en los Cantares se utilizaron las grafías <I> y <V>, respectivamente. Cuando ocupan posición onset o coda, funcionan como consonantes y no como vocales. Considero estas mismas grafías como vocales si su posición es de núcleo de sílaba.
En todo el corpus aparecen secuencias de vocales idénticas. Estas secuencias están registradas para todas las calidades vocálicas, es decir, aa, ee, ii, oo, uu, y las interpreto como núcleos bimoraicos. Considerando que no están permitidas las sílabas del tipo V ni VC, no se puede tratar de secuencias de núcleos de sílabas distintas. Tampoco se pueden considerar como realización fonética de sílabas acentuadas, ya que en algunos registros el acento se marca en núcleos monomoraicos.
En el Diccionario Maya Cordemex y otros diccionarios del maya yucateco actual aparecen representadas vocales glotalizadas rearticuladas; sin embargo, en estos textos no existe evidencia en la representación de vocales con la explosión glotal como particularidad prosódica.
La elección de los cuatro cantares, metodología y objetivos
Debido a que el contenido simbólico, literario y ritual de los Cantares es muy diverso, en este estudio me enfocaré sólo en los cantares 4, 7, 14 y 15. En primer lugar porque exhiben una estructura poética en la que el uso constante de paralelismos y aliteraciones se vuelve un común denominador y, en segundo lugar, porque comparten una temática específica, es decir, lo que Nájera (2007) llamó "rituales de iniciación femenina" y que según la autora, están relacionados y escritos con un mismo fin: la celebración de algún rito de paso.
Sobre el contenido literario de los Cantares Edmonson (1982: 175-176) señaló que: "[...] a diferencia de muchos de los fragmentos sobrevivientes de la literatura maya, éstos están, de manera inusual, llenos de expresiones de sentimiento y emoción. Tratan del amor, del abandono, de la belleza de la naturaleza, sexo, temor, y por supuesto, tiempo y muerte".5 Específicamente, sobre los cantares 15, 14, 4 y 7 menciona que son canciones de amor, llenas de erotismo, y que representan un ritual orgiástico (ibid.: 174). Aunque el análisis de Edmonson pretende ser literario, su enfoque está centrado en el contenido temático de la obra y no sobre la forma específica que ésta toma.
La interpretación de estos ritos de paso como canciones de amor es el resultado de un análisis que se realizó bajo los conceptos occidentales de lo que es "literario" y de lo que no pertenece a esta esfera. Éste es un grave error metodológico, ya que muchos estudiosos de documentos coloniales escritos en lenguas indígenas han considerado "literario" cualquiera de estos escritos por el sólo hecho de ser indígena. La consideración de los textos rituales como literarios desde una perspectiva occidental no contempla que éstos no fueron producidos por un individuo el escritor, sino que es un producto colectivo, esto es, que fue elaborado por una colectividad en el marco de una tradición religiosa determinada y que la intencionalidad en su elaboración no fue "literaria" sino más bien ritual. El hecho de que se mantengan ciertas formas repetitivas obedece justamente al carácter ritual de los textos y a un ritmo que éstos debieron mantener durante su ejecución. Por estos motivos, las ideas de Edmonson (1982) sobre estos rituales como canciones de amor o como un "ritual orgiástico" no pueden ser aceptadas en tanto que el autor no consideró variables de tipo cultural para realizar su análisis y, en cambio, se dejó guiar por los temas que se tocan en los Cantares desde su perspectiva de lo que es lo literario.
La literatura se ocupa de la obra individual y la lingüística de la obra colectiva, de la tradición oral, es decir, de lo que Jakobson (1984 [1956]) define como folklore, en oposición a la obra individual que produce literatura. Bajo la óptica de Jakobson, los Cantares están dentro del ámbito del folklore y no dentro de la literatura y por ello forman parte del campo de estudio de la lingüística y no de la crítica literaria. Partiendo de este supuesto, en este trabajo analizaré, desde una perspectiva lingüística, las formas marcadas del discurso que están enfocadas en la función poética del lenguaje (véase Jakobson, op. cit.), con base en la pregunta que se formula Jakobson "¿qué es lo que hace que un mensaje verbal sea una obra de arte?"
Jakobson (ibid.: 348) señala que en tanto la poética se interesa por los problemas de la estructura verbal, es parte de la lingüística. En la concepción general de los literatos es común que la poética y la lingüística se distingan en una cuestión de valoración y, según Jakobson (ibid: 349) "esto se basa en la idea equivocada del contraste entre la estructura de la poesía y otros tipos de estructura verbal: éstos, se dice, se contraponen por su naturaleza 'casual', y carente de intención, al lenguaje poético, 'no casual' e 'intencionado'".
En los Cantares de Diztbalché, así como en otros textos rituales indígenas coloniales y contemporáneos, encontramos un uso constante de expresiones que, debido a su carácter ritual, tienden a ser marcadas discursivamente hablando. Las formas de discurso ritual generadas pueden ser analizadas bajo ciertos conceptos formales pertenecientes a la literatura occidental como la aliteración, repetición, sinonimia, anáfora, paralelismo, metáfora, difrasismo,6 metonimia, alegoría, hipérbole y personificación, entre otras. En tanto que lo que me interesa es resaltar que la función poética del lenguaje se manifiesta con estructuras formales determinadas, en este trabajo me centraré sobre tres tipos de estructuras fónicas y sintácticas que se han considerado literarias, a saber, el paralelismo, la anáfora y la aliteración.
¿Cómo se relacionan los Cantares de Dzitbalché con las funciones del lenguaje?
Partiendo de la idea de Jakobson (1984 [1956]: 358) de que el mensaje por el mensaje es la función poética del lenguaje y que ésta no es la única función del arte verbal, sino sólo su función dominante o determinante, podremos desarrollar a lo largo de este artículo los argumentos que sostienen la idea de que estos Cantares constituyen un texto poético. En éstos observamos un ritmo que está determinado en el verso, podemos ver cambio de énfasis en la persona gramatical expresada a veces en tercera persona (cantares 14 y 7), otras en segunda (15) y en otras ocasiones, en primera (4 y 7), lo que pone de relieve las diferentes funciones expresadas además de la poética, como son la referencial, la conativa y la emotiva. Aunado al cambio de persona gramatical que expresa distintas funciones, Jakobson (ibid.: 359) reconoce que para los géneros literarios la forma verbal expresada es la que indica cuál es la función que está siendo resaltada; de esta manera "la poesía épica, centrada en la tercera persona, implica con mucha fuerza la función referencial del lenguaje; la lírica, orientada a la primera persona, está íntimamente vinculada con la función emotiva; la poesía de segunda persona está embebida de función conativa y es o bien suplicante, o bien exhortativa, según que la primera se subordine a la segunda o viceversa".
Si relacionamos los Cantares con formas gramaticales específicas (de primera, segunda y tercera persona, por ejemplo) y pensamos que estas formas expresan funciones particulares del lenguaje, también podemos relacionar estas funciones con los géneros literarios como ya señaló Jakobson (1984 [1956]). En tanto que los versos de los Cantares comparten una temática y tienen una estructura muy marcada respecto al habla conversacional como el uso continuo de aliteraciones y paralelismos, podemos considerar que sí constituyen un género discursivo particular de tipo ritual, concerniente al ámbito del folklore más que al de la literatura. La aseveración anterior es pertinente si consideramos que los Cantares pertenecen al campo de la tradición oral, y como tales forman parte de la lengua como sistema.
Además de las personas gramaticales como marcadores de distintas funciones del lenguaje, la sintaxis es otro ámbito de la lengua en donde se manifiestan las figuras literarias, como señalaron Bricker y Edmonson (1985: 62):
Several syntactic devices beside parallelism are common in Mayan literature. Normal, unmarked word order in Yucatec Maya is verb-object-subject (VOS) in transitive clauses and verb-subject (VS) in intransitive clauses. These word orders are frequently inverted in Mayan literature, through clefting. Temporal adverbs normally follow verbs in Yucatec Maya, but temporal focus constructions, a characteristic of hieroglyphic texts, were abundant in Colonial Yucatecan literature.
De esta manera, a lo largo del trabajo podremos ver cómo se manifiestan las figuras literarias en todos los niveles de la lengua a través de distintas estrategias lingüísticas.
Las manifestaciones lingüístico-formales en la estética de los Cantares
En párrafos anteriores, discutí el tema del aspecto "literario" en los textos coloniales escritos en lenguas indígenas, y hablé sobre el rigor metodológico con el que se debe abordar el estudio de éstos dentro del ámbito de la lingüística. Por ejemplo, en los registros nahuas coloniales es muy recurrente el uso de difrasismos como in xochitl, in cuicatl 'flor y canto' o bien atl-tepetl 'agua-cerro', aunque son difrasismos recurrentes, no necesariamente se usan en contextos "literarios".
Hasta ahora, los documentos coloniales en lengua indígena han sido analizados bajo la óptica de los conceptos literarios de la cultura occidental. Por ello, es necesario, considerar distintos niveles de análisis, es decir, por un lado debemos considerar el lado puramente formal de los textos y por el otro, los aspectos semánticos-simbólicos. En el plano formal de los Cantares encontramos las marcas discursivas que responden a la estética de la lengua, es decir, formas que subrayan la función poética del lenguaje. En el nivel semántico-simbólico de cada Cantar el análisis se realiza bajo criterios de otro tipo, trabajo que Nájera (2007) realizó de manera exhaustiva.
Ahora bien, ya mencioné que en el tipo de discurso ritual de los Cantares la función poética es la que predomina sobre las otras funciones del lenguaje y que su predominancia se refleja en distintos tipos de marcación. La manifestación formal de las figuras literarias en los Cantares se observa en los distintos niveles de la lengua, esto es, en el nivel fonológico, sintáctico y morfológico.
Comenzaré con la aliteración, "figura de dicción que consiste en la repetición de uno o más sonidos de formas en distintas palabras próximas. La aliteración es un fenómeno muy general que puede presentarse como distintas figuras literarias" (Beristáin, 1997 [1985]: 26, 27 y 28). Ésta puede manifestarse como cantidad y calidad vocálica. Según Jakobson (1984 [1956]), el uso de aliteraciones es algo que surge muy comúnmente en el habla cotidiana y tiene que ver con la paronomasia, esto es, por alguna razón el patrón silábico siempre influye en la selección de palabras y en el orden en el que las vamos a decir. Es por esto que el uso de aliteraciones no está ligado exclusivamente a los textos "literarios" sino que también pueden estar asociados a la poética de cualquier mensaje verbal entendiendo que "la función poética proyecta el principio de la equivalencia del eje de selección al eje de combinación" (Jakobson, 1984: 360).
A continuación presento ejemplos de distintas aliteraciones encontradas en el corpus. En primer lugar tenemos una aliteración especular del tipo /e-i-a/ /a-i-e/ y el contraste entre nasales y oclusivas: /m-b-k/ y /k'-m-n-t-k/
También aparece una aliteración con el uso de la palatal africada // en posición inicio de la palabra en tres palabras de las dos siguientes líneas del Cantar 4:
Otros casos de aliteración se manifiestan en el Cantar 4 con el uso de las vocales altas /i/ y /u/ alternando en las líneas 9 y 10:
Por su parte, en el mismo Cantar 4 observamos una aliteración con el uso de la palatal fricativa en posición final de palabra. También interviene en la aliteración el uso del pluralizador -eeš en las líneas 43 y 44:
En el mismo cantar vemos la aliteración provocada por el uso de la oclusiva velar sorda /k/:
Ahora veamos las aliteraciones del Cantar 7, en la línea 1 encontramos un ejemplo de éstas con el uso de la secuencia inicial casi idéntica en las dos palabras:
Varios ejemplos de aliteraciones aparecen en las líneas 4 y 5 con la alternancia insistente de vocales /a/ y /u/ por un lado, y el uso de la oclusiva velar sorda /k/ en diversas posiciones, y de la africada palatal // que se combina con su correlato glotalizado // por el otro:
Una aliteración similar a la anterior se observa en la línea 10 del Cantar 7 con el uso exclusivo de la vocal alta /u/:
En la línea 19 del Cantar 7 encontramos la combinación de la secuencia final il en tres palabras contiguas:
Las líneas 47-53 del Cantar 7 expresan otro grupo de aliteraciones con el uso de la secuencia -eeš en las que hay un intervalo regular de una palabra o dos que separan a aquellas que tienen esa secuencia:
En el Cantar 14, encontramos varios grupos de aliteraciones. Para empezar cito el de la línea 1 que consiste en la combinación de la vocal baja /a/ con consonantes oclusivas velares principalmente:
De la misma manera aparece la combinación de las secuencias /eyšan/ con /išan/:
Y en las líneas 12-14 las aliteraciones corresponden a dos tipos la secuencia /lai/ y el uso de la africada palatal // y la glotalizada /'/ así como con fricativa
En el Cantar 15, observamos una aliteración en las líneas 1-3-4: el sufijo -eex usado en varias palabras; la segunda aliteración se forma con el uso continuo de la sibilante /¢/ combinada con su correlato glotalizado. Una vez más, vemos que la africada palatal y la fricativa alternan en contexto final de palabra de distintas palabras:
Y en las líneas 16-19 observamos el mismo patrón de aliteración con las mismas consonantes y secuencias que en los ejemplos anteriores:
En las líneas 9-10 del Cantar 15 se combinan en posición final las consonantes labiales /b/ y /p/, con la velar /k/ y con la vocal baja /a/:
Las aliteraciones presentes en los Cantares en líneas contiguas o bien, en el interior de un mismo párrafo, son un recurso común en los diferentes cantares. Es interesante ver que el uso de este recurso no se ve sólo en relación con los versos de cada cantar, sino que el uso de los grupos de secuencias vocálicas con la misma calidad y con consonante en coda: iiC, o eeC a final y entre los párrafos son recurrentes en los cantares 4 y 15, es decir, intertextualmente. La idea de que estos textos fueron escritos justamente para cantarse, sugiere y justifica aún más la intención de realizar estas aliteraciones.
Otra figura encontrada es la anáfora7 que en palabras de Beristáin (1997 [1985]: 40-41) es una "figura de construcción porque afecta la forma de las frases. Consiste en la repetición intermitente de una idea, ya sea con las mismas o con otras palabras. Los pronombres suelen cumplir esta función (gramatical), pero también otra clase de palabras como los adverbios".
En el Cantar 14 también encontramos tres formas anafóricas dentro de un mismo párrafo:
De manera más clara en el Cantar 15 aparece la repetición del verbo ¢'a traducido como 'poner' en varias partes del pasaje a manera de anáfora.
Aunque no necesariamente aparecen en posición inicial, en los pasajes anteriores podemos observar el uso repetido de dos palabras en el interior de un mismo párrafo. El uso estético justamente radica en la repetición y como tal, forman parte del sistema de la lengua.
Ahora bien, continuemos con el paralelismo que, según Beristáin (1997 [1985]: 389-390), "se trata de la relación espacialmente equidistante o simétrica que guardan entre sí las estructuras repetitivas de los significantes y/o de los significados, y en virtud de la cual se revelan las equivalencias fónicas (como en la similicadencia), morfológicas (como en la anáfora), sintáctico-semánticas o semánticas como en la sinonimia, y se revela también la red de relaciones que determina la estructura del texto..."
Para Jakobson (1984 [1956]: 378) existen dos tipos de paralelismo: de oposición marcada, o de oposición cromática o transicional, y sólo el primero se relaciona con la estructura del verso:
en el ritmo, la repetición de una cierta secuencia de sílabas determinada; en el metro, la repetición de una cierta secuencia del ritmo; en la aliteración, en la asonancia y en la rima. Ahora bien, la fuerza de esta repetición consiste en engendrar una repetición o paralelismo que le corresponda en palabras o ideas, y, hablando en general y más como tendencia que como resultado invariable, un paralelismo más marcado, ya en su estructura, ya en su elaboración o en su tono, engendrará un paralelismo más marcado en las palabras y en el sentido. Al tipo de paralelismo marcado o saliente corresponden la metáfora, el símil, la parábola, etc. En donde el efecto se busca en la semejanza de las cosas, y en la antítesis, el contraste, etc., en donde se busca la desigualdad.
En el Cantar 15 encontramos una expresión que formalmente expresa un paralelismo: comparte el inicio de una expresión, la forma hop que en el Diccionario Maya Cordemex: 231 aparece como 'avivar el fuego, hacerlo brillar, que levante la llama'. Aunque la traducción no sugiere nada relacionado con anáfora, esta forma y la variación de la forma léxica que le sigue a esta raíz hace pensar en la posible repetición de algún evento:
En esta frase en particular, vemos que la traducción no sugiere nada respecto al uso intencional de la palabra hop para expresar una forma estética, pero una vez que observamos con cuidado el texto original en maya podemos ver cosas que en la traducción no se resaltan, justo como el caso de la repetición de esta forma como un recurso estético expresado como paralelismo.
De la misma manera en el verso 3 del Cantar 15 aparece un paralelismo en el interior de un mismo verso y, si no atendemos a la traducción sino a la forma ¢o¢ 'cabello':
En el Cantar 4 encontramos otro paralelismo con la forma ehlah que notablemente expresa también una aliteración con la repetición de la secuencia de sonidos / e/. La segmentación de la forma que aparece en el verso 8 no es la adecuada pues parece que la palabra es ehlah, que viene de eeh, 'risa' (Cordemex: 85) y es justo la que se repite en construcción paralela:
Otros textos paralelos del Cantar 4 los observamos en las siguientes líneas:
En el Cantar 14 tenemos otra estructura paralela:
En el Cantar 7 encontramos estos dos grupos de paralelismos, pero como podemos ver, este tipo de frases paralelas juegan también con el recurso de la anáfora, ya que es la repetición de una palabra en posición inicio de frase la que dispara los paralelismos:
Las siguientes líneas del Cantar 4, expresan un paralelismo de forma y contenido, ya que las formas iškiipan e išsuhuy comparten algunos rasgos semánticos, de tal suerte que tienen una traducción aproximada de 'mujer bella' y forman construcciones paralelas en estos pasajes:
Cuando observamos los Cantares desde la perspectiva lingüístico-poética vemos que el valor estético de la lengua se hace explícito a través de estructuras discursivamente marcadas que expresan figuras literarias. En la aliteración, por ejemplo, la marcación se queda en el nivel fónico. En el paralelismo y la anáfora se expresan una combinación de elementos sintáctico-semánticos que son difíciles de analizar como unidades separadas pues sólo cobran sentido cuando se combinan en el nivel de frase o de oración. El análisis de estas dos figuras es mucho más rico aún cuando las observamos a través de los distintos niveles lingüísticos, esto es, desde el fonológico hasta el sintáctico. Es por eso que Jakobson (1984 [1956]) menciona la importancia de entender la poética como una parte de la lingüística en la que las distintas funciones del lenguaje entran en juego y enfatizan, en el caso de un texto poético, el discurso mismo.
Consideraciones finales
Al realizar este trabajo me encontré con que una de las principales dificultades para abordar los Cantares es que la traducción presentada por Barrera (1980) no es adecuada para realizar un análisis lingüístico-poético, pues como vimos, en muchos casos ésta no corresponde con lo que se está expresando en maya. Esto tiene como consecuencia que el lector ponga toda su atención en el texto traducido y no se centre en las formas expresadas en el maya yucateco y que finalmente, no haga de su objeto de estudio la lengua como tal sino que se enfoque en la interpretación del autor. Al mismo tiempo, esto provoca que el lector pase por alto las estructuras formalmente marcadas en la lengua maya, que expresan una estética particular y que puede ser objeto de estudio per se.
En la actualidad existen esfuerzos importantes por parte de los lingüistas por establecer una metodología de traducción de lenguas indígenas en la que se trate de respetar en primer lugar los conceptos y expresiones estéticas en la lengua original, en las que el lector enfatice el ritmo y los recursos estéticos originales de la lengua en cuestión. Valiéndose de notas a pie y comentarios al margen, el traductor puede agregar información que le parezca pertinente en un esfuerzo por realizar traducción cultural además de lingüística.
Para proponer una nueva traducción del texto se requiere de un análisis lingüístico sistemático, y del análisis del maya yucateco desde una perspectiva sincrónica enfocada en el siglo XVIII. Este nuevo análisis requiere también del cruce de información con otro tipo de datos, los mitos y tradiciones coloniales, y de la lengua maya colonial, así como algunas posibles representaciones de los primeros que soporten de manera sólida los argumentos para proponer una traducción y análisis que refleje de manera más cercana la cultura y lengua maya.
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1 Agradezco a Leopoldo Valiñas por haber aceptado leer este trabajo y por sus valiosos comentarios. También agradezco a la lingüista Etna Pascacio por toda su ayuda reflejada en la parte de fonetización de los documentos, y a la doctora Carmen Valverde y a la maestra Cristina Buenrostro por sus valiosos comentarios.
2 Alfredo Barrera Vásquez los encontró en la ciudad de Mérida en 1942.
3 Según el orden de presentación de Barrera (1980).
4 Además de que se trata la consonante glotal no existe en el español y para el siglo XVIII no existía una convención para representar este fonema.
5 La traducción es mía, en el original: "[...] unlike many of the surviving fragments of Mayan literature, they are unusually full of expressions of sentiment and emotion. They deal with love, abandonment, the beauty of nature, sex, fear, and of course, time and death".
6 Para Bricker y Edmonson (1985) estas frases que ellos denominan como "kennings"; piensan que son propios del náhuatl y consideran que pudo haber sido un préstamo introducido en la literatura yucateca. Consiste en un par semántico que, convencionalizado, tiene un tercer significado que puede no tener ninguna asociación con las palabras del difrasismo sueltas o fuera de este contexto.
7 La anáfora en lingüística tiene otro sentido y no necesariamente implica la repetición de la misma palabra, sino una correferencia con un referente dado, en este texto debe considerarse la definición que está escrita arriba.
Información sobre la autora
Lucero Meléndez Guadarrama. Mexicana. Licenciada en Lingüística por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y maestra en Estudios Mesoamericanos por la UNAM. Ha trabajado diversos aspectos de la gramática del maya clásico, lengua registrada en los textos jeroglíficos mayas. Actualmente es investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, donde participa como co-coordinadora en los seminarios de Lingüística histórica y de Persona gramática. Realiza su doctorado en el programa de Estudios Mesoamericanos de la misma universidad. Su investigación es una propuesta de reconstrucción del sistema de persona: número en el proto-huasteco.