Introducción
Al igual que la información calendárica, los nombres suelen formar una porción importante en los textos jeroglíficos del período Clásico (250-900 d.C.).1 En su mayoría, se trata de frases antroponímicas y están compuestos de nombres propios, epítetos y apelativos, incluyendo “títulos” y nombres descriptivos (Colas, 2004: 1-9). Ciertos segmentos de estas frases nominales son marcadores de identidades sociales, y los más claros son los llamados “glifos emblema” (GGEE),2 en los cuales nos enfocamos en el presente trabajo.
El glifo emblema (GE) fue identificado por Heinrich Berlin (1958), y debido a sus implicaciones sociopolíticas ha sido un objeto de estudio constante desde entonces (Berlin, 1959, 1960a, 1960b, 1977; Proskouriakoff, 1960, 1993; Barthel, 1968a, 1968b; Kelley, 1962, 1976; Marcus, 1973, 1976; Mathews y Justeson, 1984; Mathews, 1985, 1988, 1991; Houston, 1986; Stuart y Houston, 1994; Martin y Grube, 2000; Grube, 2005; Tokovinine, 2008; 2011; Helmke, 2012; Gronemeyer, 2012; entre otros). Berlin define el GE como un conjunto jeroglífico que incluye dos signos inalterables y un signo variable que es el “emblema” o “signo principal”. Posteriormente, los signos fijos fueron descifrados como K’UH (Ringle, 1988; Stuart y Houston, 1994: 5, 7), k’uh[ul], ‘divino’, y AJAW, ajaw, ‘señor(a)’ (Lounsbury, 1973; Mathews y Justeson, 1984: 203-205, 219).3 Por ende, la expresión que representa el GE suele traducirse como ‘señor divino de [emblema]’; por ejemplo, Jasaw Chan K’awiil de Tikal, llevaba el epíteto k’uhul mutu’l ajaw, ‘señor divino de Mutu’l’.
Existen variantes que se han denominado “glifos emblema problemáticos” o “incompletos”. Estas aparecen sin el adjetivo k’uhul, ‘divino’, indicando un rango inferior (Houston, 1986; Grube, 2005), o bien sustituyen la expresión ajaw, ‘señor’, por otro término como maak, ‘persona’ -como en k’uhul k’antu[’] maak, el GE de Caracol (Beetz y Satterthwaite, 1981: 115-116; Houston, 1986: 87; Martin y Grube, 2000: 87) - o winik, ‘hombre’ -en el GE k’uhul chatahn winik (ver Boot, 2005: 505-516; García Barrios y Velásquez, García 2010, 2016) -. No obstante, hay que estar conscientes de que el GE -por el elemento ajaw o su sustituto- siempre se refiere a una persona -y en algunos casos tal vez a varias- y nunca a un lugar o una entidad política en un sentido abstracto.
La forma completa del GE surgió a mediados del siglo V d.C.,4 cuando a la forma del signo principal y la expresión ajaw se le agrega el adjetivo k’uhul, otorgando una carga de divinidad a la persona o las personas que lo ostentan. De acuerdo con varios autores (p. ej., Houston y Stuart, 1996: 295; Martin y Grube, 2000: 17), esto podría deberse al hecho de que las cortes estaban creciendo y con ello la competencia por el trono y la diversidad de los cargos sociopolíticos; así que se desarrolló una manera de identificar al personaje con mayor poder en la escala política agregando la característica de divino al gobernante mayor. No obstante, existen casos que hacen dudar del significado de este título, como por ejemplo el hecho de que en Motul de San José dos personajes hayan portado el título de ‘señor divino’ al mismo tiempo (Velásquez García, 2009: 131-132) o la ocurrencia de agrupaciones de distintos glifos emblema que no se relacionan con individuos específicos, como en los casos de la Estela A de Copán (Barthel, 1968a; Marcus, 1973: 913; 1976: 17-22; Schele y Miller, 1986: 161; Wagner, 2006: 157-159), del Altar 3 de Altar de los Reyes (Grube, 2008: 180-182) o de las vasijas que representan seres sobrenaturales como los wahy (Freidel, Schele y Parker, 1993: 190-192).
Mientras el significado complejo del título k’uhul ajaw y sus implicaciones siguen en discusión, existe otro debate en torno a los signos principales de los GGEE. Los signos principales frecuentemente representan topónimos (Stuart y Houston, 1994) que a menudo se interpretan como referentes a una ciudad en particular o a un territorio estatal (Marcus, 1973; 1976; Mathews, 1991). Algunos de ellos se han identificado como espacios concretos dentro de las ciudades (Tokovinine, 2008: 162-192), y otros son claramente de origen mítico (Helmke, 2012; Helmke y Kupprat, 2016). Independientemente de la calidad real o imaginaria de este lugar, el signo principal llegó a referir a un grupo de personas que reclamaban su procedencia de dicho sitio, adquiriendo una función como referente nominal.
En casos particulares, diferentes unidades políticas usaron el mismo GE, como Tikal y Dos Pilas (Houston, 1993: 97-102), o Palenque, Tortuguero y Comalcalco (Hoppan, 1996: 156-157; Martin y Grube, 2000: 165; Gronemeyer, 2004, I: 120-124; Arellano Hernández, 2006: 143-146). En otros casos, se ha observado que algunos gobernantes llevaban dos GGEE, como sucede en varios sitios del área del Usumacinta o en Cancuén. Estos ejemplos reafirman que los signos principales funcionaron -dentro del GE- como nombres de unidades sociales. Las propuestas vigentes asocian el signo principal con linajes, casas reales o dinastías, pero aún hace falta una definición más detallada de tales conceptos. En este artículo queremos contribuir a dicha discusión a través de un estudio de caso en el cual analizamos los patrones de transmisión del apelativo k’uhul kanu’l ajaw, que al parecer fue utilizado en Dzibanché (probablemente durante todo el período Clásico) y en Calakmul durante el Clásico Tardío (Martin, 2005; Martin y Grube, 2008: 103-106; Velásquez García, 2008a, 2008b; Helmke y Awe, 2016a: 10-11), así como de otros segmentos nominales asociados a él.
El GE k’uhul kanu’l ajaw, ‘señor divino de Kanu’l’, fue el más mencionado durante el Clásico y fue portado por algunos de los gobernantes más poderosos de esta época. No obstante, hasta la fecha no se ha aclarado de manera contundente cuál fue la relación concreta entre los individuos que emplearon tal apelativo. Además, dicho GE también aparece en formas incompletas, sin el adjetivo k’uhul. De acuerdo con ejemplos provenientes de Dzibanché y El Resbalón (Nalda, 2004; Carrasco y Boucher, 1987; Esparza, 2012), el adjetivo k’uhul aparece en conjunto con la expresión kanu’l ajaw hacia mediados del siglo V y fue desde entonces utilizado por los gobernantes. No obstante, existen GGEE de Kanu’l del Clásico Tardío que carecen del adjetivo k’uhul. En algunos textos de La Corona, Naachtún, El Perú y Yaxchilán, k’uhul se encuentra sustituido por el clasificador femenino ix- o ixik, refiriéndose a mujeres. En otros casos la omisión del adjetivo k’uhul se puede explicar por cuestiones discursivas, las cuales discutiremos más adelante.
Evidencias explícitas de lazos de parentesco entre los diferentes kanu’l ajaw y el mantenimiento de este título durante varias generaciones nos han llevado a considerar el uso del signo principal del glifo emblema como nombre de una unidad social. Antes de continuar con esta línea de argumentación, definiremos algunos conceptos relacionados con unidades sociales como linaje, casa y dinastía, entre otros, que consideramos pertinentes para nuestro estudio.
Conceptos relacionados con las unidades sociales
El topónimo Kanu’l corresponde al nombre de una unidad social5 que frecuentemente ha sido considerada una dinastía, un término problemático porque es definitoriamente bastante borroso. A grandes rasgos, la dinastía se define como una secuencia de gobernantes de un país o región que heredan el poder; o como una sucesión de líderes poderosos de una región específica que pertenecen a la misma familia; o bien, como una familia en cuyos miembros se perpetúa el poder o la influencia política, económica, etc. De acuerdo con la última acepción, la dinastía puede incluir a todos los miembros de una familia, o por lo menos a los más influyentes. Así, el GE, y en particular el de Kanu’l, reflejaría su uso como nombre dinástico, en cuyos miembros se perpetúa el poder político, o bien, se transfiere. No obstante, estas definiciones se basan, a su vez, en el concepto de familia, el cual es, desde un punto de vista antropológico, altamente confuso. Aquí existe la opción de que la dinastía esté formada por los miembros de un linaje o por los integrantes de una casa real.
Por un lado, linaje se define como un grupo de personas unidas por lazos de sangre, basado principalmente en descendencia y que puede trazar su relación mediante vínculos genealógicos hasta un antepasado común por vía materna o paterna (Murdock, 1949: 42-47; Goodenough, 1970: 54-55; Gillespie, 2000: 468). Este modelo es el más usado para describir la organización social de los mayas del período Clásico (Haviland, 1970[1968], 1977, 1992; Hopkins, 1988; McAnany, 1995; Schele y Freidel, 1990; Sharer, 1993; entre otros).
Por otro lado, Claude Lévi-Strauss define a la casa como una “persona moral detentadora de una propiedad -material e inmaterial-, que se perpetúa por la transmisión de sus nombres, de su fortuna y de sus títulos en línea real o ficticia, tenida por legítima con la sola condición de que dicha continuidad pueda expresarse en el lenguaje del parentesco -real o ficticio- o de la alianza -matrimonial o adopción- y, lo más a menudo, de los dos juntos” (Lévi-Strauss, 1986: 180). Aquí cabe aclarar que existen sistemas con características patrilineales marcadas que tienden a dar preferencia a las mujeres lineales sobre los varones colaterales cuando se trata del manejo de la herencia o de la sucesión,6 lo que ha sido denominado por algunos autores como linaje atenuado (Augustins, 1989; Robichaux, 2005). Al concepto de casa se asocia el de grupo corporativo, que ha recibido la atención de muchos antropólogos desde 1861, cuando Sir Henry Maine acuñó el término. Desde entonces ha sido objeto de redefiniciones continuas. A grandes rasgos podríamos decir que el grupo corporativo corresponde a un grupo de personas estable, selectivo y duradero que comparte colectivamente una propiedad, derechos, privilegios y/o responsabilidades; que tiene una identidad grupal bien definida y que tiene líderes (Maine, 1861; Honigmann, 1959: 360; para una discusión más amplia ver Hayden y Cannon, 1982).
Es importante señalar que las distintas unidades sociales comparten una necesidad inherente de permanencia y perpetuación en el tiempo y el espacio social, lo que se conoce como “modo de reproducción social” (Bourdieu, 1985; [1994] 1997; 2011; Augustins, 1989; ver Robichaux, 2005, para el caso mesoamericano), a través del desarrollo de “estrategias explicables y comprensibles en el contexto social global, donde los diferentes agentes o grupos de agentes luchan para reproducirse socialmente” (Bourdieu, 2011: 25). La lógica de los intercambios matrimoniales, las prácticas sucesorias y de herencia revelan diferentes modos de reproducción social de los grupos de parentesco (Robichaux, 1995; 2005; Bourdieu, 2011: 23).
El nombre y su transmisión también pueden llegar a tener un papel importante como marcador de pertenencia a una unidad social (Bourdieu, 1977; 2011; Lévi-Strauss, 1981; Klapisch-Zuber, 1987; 1990). El nombre es una frase nominal que hace referencia a un individuo o un grupo social (Colas, 2004). Los nombres que se transmiten pueden ser nombres propios individuales que son dados de padre a hijo, o de abuelo a nieto, etc. También hay nombres colectivos de familia, linaje, casa, entre otros, que afirman la solidaridad grupal marcando la pertenencia a una unidad social específica y que suelen ser indicadores de rango social y político (Klapisch-Zuber, 1987: 283-309).
Ante esta clasificación es necesario cuestionar cuál es el modelo más útil para caracterizar la identidad que codifican el GE y otros segmentos nominales en la sociedad maya del Clásico. Para acercarnos a esta cuestión, analizaremos algunos de los contextos en que aparece el GE de Kanu’l, con el fin de determinar su dinámica de transmisión.
Sucesión y transmisión de nombres
Para el análisis de los patrones de transmisión del GE, partimos de la premisa de que la utilización del GE por un individuo como parte de su nombre marca su afiliación a una unidad social específica. El objetivo de este análisis es, por ende, determinar las características de tal unidad y los principios de afiliación. En diferentes regiones del área maya se ha observado que los k’uhul ajaw de un sitio suelen estar emparentados por ser o padre e hijo, o hermanos (Haviland, [1968] 1970; 1977; 1992; Hopkins, 1988; McAnany, 1995; Schele y Freidel, 1990; Sharer, 1993; entre otros). Esta observación forma la base de la propuesta frecuentemente implícita de que por lo general los gobernantes que comparten un mismo GE forman parte de un mismo patrilinaje y, por ende, de una dinastía. No obstante, existen ciertos datos que contradicen este patrón, por lo que consideramos que las relaciones sociales que determinan la transmisión del GE se deben comprobar de caso en caso. En esta ocasión nos enfocamos en la relación entre el GE Kanu’l en sus distintas variantes -con y sin el adjetivo k’uhul y otros modificadores- y la estructura de parentesco. Desafortunadamente, existen muy pocos indicadores textuales del Clásico que relaten de manera explícita las relaciones de parentesco que había entre los gobernantes que portaban dicho título. Por ello, empezaremos con la revisión de las menciones de los individuos femeninos relacionados con los Kanu’l, dado que tenemos datos más explícitos respecto a sus vínculos de parentesco.
La transmisión del GE Kanu’l
De las inscripciones provenientes del exterior de Calakmul se conocen varios nombres que incorporan el GE Kanu’l en su variante femenina, ixkanu’l ajaw, sin el adjetivo k’uhul (Figura 1). La evidencia más clara de que estas mujeres fueron hijas de los gobernantes de Kanu’l se encuentra en los textos del Panel 6 de La Corona7 (Figura 2). En los textos jeroglíficos grabados en este monumento se mencionan los nombres de tres ixkanu’l ajaw, que son explícitamente referidas como hijas8 de los gobernantes Tuun K’ab Hix, Ch’e’n y Ti’ K’awiil,9 respectivamente, cada uno de los cuales portaba el GE completo k’uhul kanu’l ajaw.
Otros casos de mujeres que llevan el título ixkanu’l ajaw se han documentado en El Perú, Naachtún y Yaxchilán. En el caso de El Perú sólo se ha identificado a una mujer que lleva el GE en la forma ixkanu’l ajaw en su nombre.10 La Estela 34, que se encuentra en el Museo de Arte de Cleveland, muestra a la señora Ix[…] K’abel?, vestida con el traje de red (Figura 3). En el texto que acompaña su imagen se relata que en esta representación Ix[…] K’abel? estuvo personificando a la Serpiente Acuática (Wanyerka, 1996: 87; ver abajo) y dos cartuchos grabados en su tocado contienen un texto jeroglífico que menciona su nombre con el apelativo ixkan[u’l] ajaw. En el rico ajuar funerario del Entierro 61 de El Perú, se encontró un recipiente de alabastro que lleva un texto corto que refiere a ix[…] k’ab[el]? ixkan[u’l] ajaw como dueña del objeto (Navarro-Farr, Pérez y Menéndez, 2013: 77-82). Sin embargo, en ningún texto conocido hasta la fecha se aclara de manera explícita su relación con los gobernantes de Calakmul. El texto de la Estela 34 menciona la entronización11 de Yuhkno’m Yihch’aak K’ahk’, cuyo nombre incorpora el título k’uh[ul] kan[u’l] ajaw. En la parte del texto que se encuentra en el costado derecho del monumento se logra observar el nombre de Ch’e’n, el antecesor de Yihch’aak K’ahk’, seguido por el nombre de una mujer que parece llevar el título k’uh[ul] […]nal [waka’ ajaw] (Martin, 2000: 116), el cual está estrechamente relacionado con individuos del Clásico Tardío de El Perú.12 A pesar de que la columna derecha del texto falta en esta sección, podemos plantear la hipótesis de que se trata de una expresión de parentesco, a través de la cual un individuo desconocido -probablemente la protagonista del monumento, Ix[…] K’abel? - se relaciona con Yuhkno’m Ch’e’n y con una mujer local.13 Yuhkno’m Ch’e’n además se menciona en el texto de la Estela 33 -la cual fue pareada con la Estela 34 de Ix[…] K’abel? -, como supervisor de la entronización del gobernante local K’ihnich Bahlam, k’uh[ul] […]nal wak[a’] ajaw, cuya imagen domina el frente de la estela. El patrón de las “estelas pareadas” se ha interpretado como indicador de relaciones de parentesco entre los individuos representados, que generalmente eran esposos (Proskouriakoff, 1961; Reese-Taylor et al., 2009; Stewart, 2009; García Barrios y Vázquez López, 2011, 2013, entre otros).14
El caso de Naachtún es el menos claro, ya que la única referencia conocida a una ixkanu’l ajaw aparece en la Estela 10 (Morley, 1937: láminas 41d-e, 151e). El nombre particular de esta mujer se perdió, pero la frase verbal k’al tuun, ‘atadura de piedra’, probablemente se refiere a ella. Sorprende la fecha en cuenta larga de 9.[16.]10.0.0 (761 d.C.) que se asocia con tal evento (Mathews y Parmington, 2005: 110), considerando que en este tiempo el prestigio de los Kanu’l había disminuido considerablemente y que, según Martin (Martin y Grube, 2000: 114-115; 2008: 114-115; Martin, 2005), las referencias textuales contemporáneas de Calakmul mencionan a un individuo que se identificaba con el GE de la Cabeza de Murciélago en lugar del GE de Kanu’l.15 Por ende, las circunstancias de la presencia de la señora de Kanu’l en Naachtún permanecen oscuras, y esperamos que el registro de monumentos esculpidos en el sitio podrá proveer más datos en torno a dicha problemática. No obstante, es muy probable que las relaciones entre los Kanu’l y la élite gobernante de Naachtún fueran más antiguas. En la Estela 18 se representa a una mujer vistiendo el traje de red, el cual fue usado principalmente por mujeres relacionadas con la esfera Kanu’l (Mathews y Parmington, 2005: 108; Mathews et al., 2005: 671; Reese-Taylor et al., 2009: 56-57). En la estela no se ha identificado el apelativo ixkanu’l ajaw, pero aparece el topónimo uxte’ tuun en la parte inferior de la escena, debajo de la cabeza de un cautivo, encima del cual está parado el personaje femenino. Coincidimos con Ana García Barrios y Verónica Vázquez López (2011: 77, con base en los comentarios de Alfonso Lacadena) en que esta expresión toponímica, que se refiere a Calakmul o un espacio específico dentro de la ciudad, podría indicar el lugar donde el cautivo fue humillado, ya que, ante la ausencia del prefijo de gentilicio aj, la lectura ‘él de uxte’ tuun’ no se puede precisar. Por ende, es posible que se trate de otra señora Kanu’l que estableció una alianza matrimonial fuera de la ciudad de Calakmul.
Finalmente, encontramos un ejemplo más del apelativo ixkanu’l ajaw en el texto de la Estela 10 de Yaxchilán, como parte del nombre ixuh chan lem?, el cual corresponde a la madre de Yaxuun Bahlam IV. No obstante, desde un punto de vista histórico, es el caso más problemático de los señalados, por varias razones. Por un lado, todas las referencias a esta mujer son póstumas y aparecen tras un interregno poco entendido, después del cual se impuso Yaxuun Bahlam en el poder gubernamental (Proskouriakoff, 1963: 163; Mathews, 1988: 176, 205-217; Martin y Grube, 2000: 127). Enseguida, el gobernante tuvo la necesidad de legitimar su posición en el discurso político enfatizando la descendencia prestigiosa de su madre. Por otro lado, de las nueve menciones de Ixuh Chan Lem? en Yaxchilán,16 sólo en la Estela 10 su nombre incluye el apelativo ixkanu’l ajaw.17 Esta observación coincide con la desaparición paulatina del GE de Kanu’l en el registro epigráfico general en la segunda mitad del siglo VIII, por lo cual Yaxuun Bahlam recurrió a otros epítetos para elevar el estatus social de su madre. El nombre de ella muchas veces incluye el título sacerdotal ixajk’uhu’n, lo que implica una posición elevada en los ámbitos religioso y político (Zender, 2004: 164-195, 354-357). Además, en algunos textos (Estela 10 y Dinteles 32 y 53), Ixuh Chan Lem? lleva, al igual que Ix[…] K’abel? de El Perú, el título kalo’mte’, el cual indica un rango político alto. De especial interés es la forma rara elk’in kalo’mte’, ‘kalo’mte’ del oriente’, que se aprecia en la frase nominal de Ixuh Chan Lem? en la Estela 10.18 Este título se opone directamente a ochk’in kalo’mte’, ‘kalo’mte’ del occidente’,19 llevado por su hijo Yaxuun Bahlam. Al vincularse con el oriente -y Calakmul se encuentra al este de Yaxchilán- Yaxuun Bahlam se posicionó, por lo menos de manera retórica, en el centro de una red de alianzas y relaciones de parentesco que cubrió diferentes subáreas del mundo maya, enfatizando su poder no sólo dentro, sino también fuera de Yaxchilán y en sus alrededores inmediatos. Durante su vida, Ixuh Chan Lem? no parece haber tenido el estatus de otras ixkanu’l ajaw, como Ix[…] K’abel de El Perú. Sin embargo, esta mujer llegó a jugar un papel de mucha importancia en el discurso representativo de su hijo, el cual apoyaba su poder en las alianzas con las élites de otros sitios, en este caso con los Kanu’l.
Con base en estos cuatro casos tenemos cierta dificultad en reconstruir los principios concretos de la transmisión del GE Kanu’l en su forma femenina. La evidencia triple del Panel 6 de La Corona indica una transmisión estrictamente patrilineal, en la cual la hija de un k’uhul kanu’l ajaw lleva el epíteto ixkanu’l ajaw, mientras su madre, cónyuge e hijos no obtienen este título. Desafortunadamente, en los demás casos no contamos con información definitiva respecto a los lazos de parentesco que existían entre las ixkanu’l ajaw y los k’uhul kanu’l ajaw. En el caso de Ix[…] K’abel de El Perú es bastante plausible asumir que fue hija de Yuhkno’m Ch’e’n -sobre todo debido a las menciones de este gobernante y su sucesor Yihch’aak K’ahk’ en las Estelas 33 y 34-, aunque hasta la fecha no existe evidencia directa para esta conexión. De ser correcta, esta propuesta sería otro ejemplo en que el título kanu’l ajaw fue transmitido de padre a hija, sin extenderse a los cónyuges o hijos de éstas, ya que K’ihnich Bahlam mantuvo el GE de El Perú. El caso de Naachtún queda inconcluso por falta de datos, pero en Yaxchilán vemos que Ixuh Chan Lem? tampoco transfirió su GE a su hijo, manteniendo el patrón de la transmisión patrilineal. Cabe mencionar que de las mujeres que fueron representadas en estelas de Calakmul, ninguna se ha podido relacionar con el GE de Kanu’l. Esto podría ser la culpa del mal estado en que se encuentran muchas de las inscripciones correspondientes, pero tomando en cuenta que probablemente se trataba de madres o cónyuges de los gobernantes locales, la ausencia del título ixkanu’l ajaw en estos monumentos coincide otra vez con un paradigma de transmisión estrictamente patrilineal.
Los principios de la trasmisión del glifo emblema entre los miembros masculinos de los Kanu’l son, sorprendentemente, menos claros, al igual que la información sobre las relaciones de parentesco entre ellos. Existe solo un ejemplo textual en que un k’uhul kanu’l ajaw se relaciona directamente con su hijo. Se trata de un texto inscrito en un espejo de pizarra (Figura 4) del Clásico Temprano, cuyo dueño tiene el nombre […] Ch’e’n y lleva el título kan[u’l] ajaw, sin el adjetivo k’uhul ‘divino’. Además, se especifica que es hijo de Yax Yopaat, cuyo nombre aparece con el GE completo. Esto reafirma que los padres transmitían el GE a sus hijos, pero en principio sin el elemento k’uhul. El texto retrospectivo del Elemento 5 de La Corona parece repetir este patrón:20 se narra el nacimiento de yu[h]kno[’m] yihch’aak k’ahk’ kan[u’l] ajaw, lo que indica que por lo menos este gobernante llevaba el GE sin el adjetivo k’uhul desde su nacimiento. El adjetivo k’uhul parece haberse añadido al momento de tomar el poder (Colas, 2004: 241-242).
Otro “príncipe” de los Kanu’l era el hermano menor (ihtz’iin winik) de Yihch’aak K’ahk’ con el nombre Wahyis Utz’eh K’ab K’inich que aparece en dos textos de La Corona (Figura 5). Desafortunadamente, ni él ni su hermano llevan el apelativo kanu’l ajaw, así que este caso no ofrece más datos respecto a la transmisión del GE. Es posible que ellos fueran dos de los ‘siete jóvenes, hijos del/de los señor(es) de Kanu’l’ (huktikil ch’oktaak yunen kan[u’l] ajaw) que se mencionan en el Panel 1 de La Corona (J1-L1), pero la identidad de estos últimos aún es poco entendida.
Existen dos posibles indicadores adicionales para la relación de parentesco entre los k’uhul kanu’l ajaw, pero son aún más problemáticos que los referidos arriba. En la Estela 3 de Pol Box, por un lado, se menciona a varios individuos Kanu’l con el epíteto mam (literalmente ‘abuelo’), pero en este contexto la expresión carece de marcas de posesión, así que la traducción ‘ancestro’ o ‘viejo’ como título honorífico o reverencial parece ser más adecuada (Esparza y Pérez, 2009: 9, nota de pie 6, 11; Lacadena, 2016). Por otro lado, algunas inscripciones del Clásico Tardío incluyen una cuenta dinástica que aparentemente empezaba con Ch’e’n II en la segunda mitad del siglo VII, pero este tipo de expresiones no necesariamente implican una relación parental entre los sucesores, y la aparente ruptura entre el reinado de Ch’e’n y su antecesor sigue siendo poco entendida (Martin, 2005: 7-8; para nuevas evidencias sobre la división dinástica ver Helmke y Awe, 2016b; Martin y Velásquez, 2016).
Otros segmentos nominales de los Kanu’l
Además de los GGEE, se deben considerar otros segmentos nominales de los Kanu’l para precisar nuestras hipótesis respecto a las cuestiones de descendencia y afiliación social. La expresión yuhkno’m (literalmente ‘sacudidor’; Esparza y Velásquez, 2013) encabeza los nombres personales de varios k’uhul kanu’l ajaw, por lo menos desde Yuhkno’m Ch’e’n I del siglo V d.C. Por ende, en el Clásico Tardío este nombre fue percibido como muy antiguo, como también indican sus menciones múltiples en las vasijas dinásticas (Martin, 1997: 857-861). Llama la atención que este nombre fue utilizado predominantemente por los Kanu’l, con sólo una excepción clara en el nombre de Yuhkno’m K’awiil de Río Azul, mencionado en la vasija K2914 (Kerr, 2008). No podemos descartar la posibilidad de que yuhkno’m marcara la afiliación a un patrilinaje (real y/o ficticio). Sin embargo, por la posición inicial de este segmento nominal y su asociación consistente con los gobernantes es probable que funcione como indicador de un estatus social superior, o incluso de realeza, parecido al epíteto k’ihnich empleado por otros grupos reales (Colas, 2004: 250-263), sin que necesariamente existan lazos de parentesco. No obstante, la clara predominancia del título entre los Kanu’l podría indicar una función doble.
Funcionalmente, semejante a la expresión yuhkno’m, existe otro segmento nominal que es característico de los Kanu’l. Una máscara funeraria de Calakmul -probablemente de Yihch’aak K’ahk’ (Carrasco Vargas et al., 1999; Martin y Grube, 2000: 109) - lleva un texto corto que empieza con la expresión ubaah, ‘la imagen de’, seguida por el nombre de Yuhkno’m Ch’e’n, el cual aquí incluye el teónimo asociado a la Serpiente Acuática yax chit juun witz’ [naah kan] (Stuart, 2007). Martin (2008b) recientemente identificó a otro señor de los Kanu’l con un nombre parecido, […] Naah Kan, en el Monumento 2 (Fragmentos 3 y 40) de Calakmul, el cual lleva el GE correspondiente, pero sin el clasificador k’uhul.21 Además, por lo menos una ixkanu’l ajaw, la madre de Yaxuun Bahlam IV de Yaxchilán, incorpora el teónimo facultativo juun [witz’] naah kan en su frase nominal en el Dintel 28. ¿Qué tipo de identidad expresa este teónimo en las frases nominales de los Kanu’l?
La Tabla 1 muestra la distribución de nombres que incluyen el nombre de la Serpiente Acuática Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan, o partes de él, en el Clásico (Colas, 2004: 263-264; Zamora Moya, s.f.). El primer ejemplo claro no proviene del Petén, sino de Copán. El nombre del decimosegundo gobernante de este sitio se escribe en varios monumentos como K’AK’ u-TI’ HUN-WITZ’ K’AWIL y probablemente debe transcribirse k’ahk’ uti’ [j]uun22 witz’ k’awiil,23 lo que literalmente se puede traducir como ‘fuego es la boca de Uno Agua Movida-K’awiil’ o ‘fuego es la boca del K’awiil Acuático’. No obstante, poco después empieza a aparecer el nombre de este ser como teónimo facultativo en los nombres de individuos mencionados en Calakmul. En ello, es interesante notar que no sólo los Kanu’l emplearon tal segmento nominal, sino por lo menos dos individuos más. El primero es la mujer representada en el costado posterior de la Estela 9 de Calakmul (Ruppert y Denison, 1943: lámina 48c; Marcus, 1987: 80), la cual probablemente fue la esposa del gobernante Yihch’aak K’ahk’. Su nombre propio incluye, además, el elemento 5-HUN-na (ho’ hu’n), mismo que aparece en el nombre de una mujer en el Panel 6 de La Corona, por lo cual se ha propuesto que se trata de la misma persona (Vázquez López, 2015: 188-189). En el Panel 6, la señora Ho’ Hu’n está parada en un santuario de la serpiente acuática, lo que expresa su vínculo íntimo con esta deidad. Ni en el texto de Calakmul, ni en el de La Corona se logra distinguir un GE relacionado con dicho individuo, así que probablemente no era miembro de los Kanu’l. El segundo personaje con el nombre de la Serpiente Acuática que se menciona en Calakmul, sin formar parte de los Kanu’l, es el gobernante Yax Chit […] Witz’ Naah Kan, quien gobernó a mediados del siglo VIII (Martin y Grube, 2008: 112, 115) y portaba el GE de Cabeza de Murciélago (Martin, 2005: 5).
Nombre | GE asociado | Monumento | Temporalidad (soporte) |
---|---|---|---|
K’ahk’ Uti’ Juun Witz’ K’awiil | k’uhul T756d-pi ajaw | Copán, Altar K, Estelas 6, E, e I (todos con el elemento juun), entre otros | Desde 652 d.C. |
Ixyax Chit Juun Witz’ Kan […] K’uh Ixik Ho’ Hu’n | Desconocido | Calakmul, Estela 9 | 672 d.C. |
Yax Chit Juun Witz’ Yuhkno’m Ch’e’n | [k’uhul kanu’l ajaw] | Calakmul, máscara funeraria de la Tumba 4 (Estructura 2) | Segunda mitad siglo Vii d.C. |
[…] Naah Kan | kanu’l ajaw | Calakmul, Monumento 2 (Fragmentos 3 y 40) | Clásico Tardío |
Yax Chit […] Witz’ Naah Kan | k’uhul MURCIÉLAGO ajaw | Calakmul, Estela 62 | 751 d.C. |
Ixjuun Witz’ Naah Kan Ixuh Chan Lem? Ixajk’uhu’n | [ixkanu’l ajaw] | Yaxchilán, Dintel 28 | 755 d.C. |
Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan Ux Winikhaab Ajaw Ajwinik Baak Yaxuun Bahlam | k’uhul Y2 ajaw k’uhul pa’ chan ajaw | Yaxchilán, Escalinata Jeroglífica 2, Escalón 7 | Segunda mitad siglo Viii d.C. |
Ixjuun Witz‘ Naah Kan Ixpaak Ti’? Hu’n Winik Ixchak Joloom | Desconocido | Yaxchilán, Dintel 1 | Segunda mitad siglo Viii d.C. |
Yax Pas[aj] Chan Chab Ajaw Yax [Chit] Juun Witz’ Naah Kan K’ahk’ Yip[yaj Chan] K’awiil | k’uhul T756d-pi ajaw | Copán, marco basal de la Estela N | ¿761? d.C. |
Yax Juun Witz’? [U]cha[‘]n Taj Mo’ | k’uhul pa’ chan ajaw | Laxtunich, Dintel 2 | 769 d.C. |
Ixyax Chit Juun Witz’ Naah Kan | Ixpa’ chan ajaw | Bonampak, Estela 2 | 789 d.C. |
K’ahk‘ […] Chan K’awiil […] Yax Chit Juun Witz’ Ukit Kan Lek | talol ajaw | Ek Balam, Bóveda 19 | 801-804 d.C. |
Estos datos nos hacen pensar que el nombre de la serpiente acuática sirvió como un marcador de identidad de un grupo social en Calakmul, posiblemente de la corte real. Martin (comunicación personal con Baron, 2013: 387) identificó a la deidad Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan como dios patrono en la Estela 54 de Calakmul. Ello indicaría que el uso de este teónimo en los nombres de miembros de la corte tenía implicaciones religiosas, y posiblemente era situacional, relacionándose la personificación ritual de la Serpiente Acuática y un culto formal asociado a ella. En la Estela 34 de El Perú se narra de manera explícita que la personificación de la Serpiente Acuática por parte de Ix[…] K’abel?, una ixkanu’l ajaw, fue un acto importante durante la erección del monumento.24 El ejemplo de la Estela 9 de Calakmul refuerza la idea de que este culto pudo haber pertenecido a una unidad social que no sólo involucra a los miembros de un linaje (los Kanu’l), sino también a individuos afiliados a él mediante el uso de diversos mecanismos de cohesión social, como el matrimonio. Un modelo factible para entender esta unidad social extendida es la casa -en este caso la casa real,25 con sede en la Gran Acrópolis-. Si la hipótesis de una correspondencia entre la práctica ritual, la incorporación de teónimos facultativos en las frases nominales y la casa es correcta, debería haber existido un santuario de la Serpiente Acuática en algún sector de la Gran Acrópolis.
No es coincidencia que el teónimo Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan como segmento nominal fuese difundido en Yaxchilán y sus alrededores a partir de la segunda mitad del siglo VIII. El culto a esta deidad fue probablemente promovido por Yaxuun Bahlam IV de Pa’ Chan, cuya madre, la ixkanu’l ajaw Ixuh Chan Lem?, porta este teónimo facultativo en el discurso retrospectivo del Dintel 28. A él también se debe que el nombre de la Serpiente Acuática fuera utilizado con más frecuencia por personajes relacionados con la casa real de Yaxchilán (Tabla 1) en las siguientes décadas, sobre todo por mujeres.26 Este patrón es muy parecido al del llamado “traje de red”, que fue introducido y difundido por las señoras de Kanu’l a partir del siglo VII d.C., y que de hecho suele incorporar el tocado de la Serpiente Acuática (García y Vázquez, 2011).
Paradigmas de transmisión y variabilidad
A pesar de que los datos presentados permiten, sin duda, cierto rango de interpretaciones, todo parece indicar que el GE de Kanu’l fue transmitido de manera patrilineal, de padres a hijos e hijas. La evidencia más clara proviene del Panel 6 de La Corona, donde la transmisión se refiere de manera explícita. Los demás casos comprueban que el GE no se transmitió de madres o esposas a sus hijos o esposos, respectivamente, ya que los hijos de las ixkanu’l ajaw llevan los GGEE de sus padres y nunca los de sus madres. Por ende, el uso del GE de Kanu’l fue exclusivo y no pudo ser pareado con otros,27 lo cual parece haber sido el paradigma más común entre los mayas del Clásico (Colas, 2004: 246-249). No obstante, en otras regiones del área maya, la combinación de GGEE fue una práctica frecuente, resultando en el uso de GGEE pareados en las frases nominales de los gobernantes. En varias ocasiones, las ocurrencias de glifos emblema pareados se han interpretado como resultados de la fusión de diferentes grupos de poder. Recientemente, se han publicado varios trabajos sobre estos casos (Biró, 2012; Gronemeyer, 2012; Helmke, 2012), así que aquí sólo discutimos algunos datos directamente relacionados con nuestra problemática.
En algunos casos, el uso de más de un GE por parte de los gobernantes sin duda servía para establecer lazos estrechos con héroes culturales y entidades sobrenaturales. En Palenque, por ejemplo, se nota que los gobernantes empezaron a nombrarse (y a ser nombrados retrospectivamente) k’uhul matwiil ajaw a partir del reinado de Kan Bahlam, y al parecer el título se relacionaba con ciertas actividades rituales y la dedicación de santuarios (Helmke, 2012: 97-99). Por ende, el GE de Matwiil no funcionaba como nombre de patrilinaje, sino más bien como título honorífico. No obstante, el otro GE principal de los gobernantes de Palenque, k’uhul baake’l ajaw, tampoco parece haberse transmitido estrictamente vía paterna antes del reinado de Janaab Pakal (Schele y Freidel, 1990: 221-223; Schele, 1992: 91-92; Stuart, 2005: 124, nota de pie 41; Martin y Grube, 2008: 161; Bernal, 2011: 32-33).
En Yaxchilán, los gobernantes se representaron con dos GGEE (Berlin, 1958: 115-116; Mathews, 1988: 57-59). Ute Schüren (1992)) sugirió que el GE secundario (Y2) fue introducido por una mujer, Ixpakal, a partir de su alianza matrimonial con Yaxuun Bahlam III.28 Si esta hipótesis es correcta, contamos con un caso de transmisión vía materna. Sin embargo, tomando en cuenta que ambos GGEE hacen referencia a lugares mitológicos (Helmke, 2012), no podemos descartar la posibilidad de que la introducción del GE Y2 fuese una estrategia discursiva relacionada con la necesidad de Kokaaj Bahlam I de legitimar su posición política, similar al uso del GE de Matwiil en Palenque. Otro caso en que se ha propuesto la introducción de un GE por parte de una mujer es el del apelativo k’uhul baake’l ajaw en Tortuguero, pero las relaciones de parentesco de las personas involucradas no son suficientemente claras para confirmar este escenario (Gronemeyer, 2004: 146-147, 2012: 20-22; Gronemeyer y MacLeod, 2010: 53-54, nota de pie 56).
Otros ejemplos de GGEE pareados se encuentran en Bonampak y sus alrededores donde aparece el apelativo doble sak tz’i’ ajaw k’uhul ak’e’ ajaw, que está asociado con los sitios Sak Tz’i’ y Bonampak (Anaya, Guenter y Zender, 2003: 187; Biró, 2005), así como la expresión xukalnaah ajaw k’uhul ak’e’ ajaw, que combina el GE de Bonampak con el de Lacantún (Mathews, 1980; Beliaev y Safronov, 2004). Ejemplos adicionales incluyen los pares k’uhul yokib ajaw-k’ihna’ ajaw, en Piedras Negras (Zender, 2002: 170-173; Biró, 2012: 49-50), y k’uhul ya[T626.544] ajaw-k’uhul [T174a.564] ajaw, en Cancuén29 (Fahsen y Demarest, 2001: 859, 862; Fahsen y Jackson, 2002: 792). Finalmente , podemos observar un par de glifos emblema pareados en el Monumento 171 de Toniná, en cuyo texto el gobernante K’ihnich Ihch’aak? Chapaht lleva no sólo el título de kalo’mte’, sino también dos GGEE: el de popo’a’ (Biró, 2012: 38-39) y un segundo que no ha sido descifrado.30
En ninguno de estos casos podemos decir con seguridad a qué evento se debe la unión de dos GGEE, pero generalmente se asume que este fenómeno se debe a la fusión de dos esferas políticas, sea por alianzas de beneficio mutuo, por la absorción política forzada o incluso por incidentes bélicos (Beliaev y Safronov, 2004; Biró, 2012: 56). No obstante, ya que es claro que los GGEE se refieren, estrictamente hablando, a individuos, también tenemos que explicar las implicaciones al nivel de las unidades sociales involucradas en estos procesos, así que no sólo hubo una fusión de las entidades políticas, sino también de los grupos sociales que las mantenían y sus emblemas.
Discusión
Con base en la evidencia presentada, la transmisión del GE en el caso de los Kanu’l parece seguir un paradigma patrilineal. De esta manera, tal GE debe entenderse como apelativo, que fue transmitido del padre a sus hijos (Figura 6); por ende, la dinastía de los Kanu’l es un patrilinaje. No obstante, el fenómeno de los GGEE pareados nos indica que este paradigma no se aplicaba siempre, ya que la ocupación simultánea de dos GGEE por un individuo indica la transmisión por dos linajes, lo que necesariamente involucra la transmisión de un GE por una mujer. Dichos casos se han documentado en muy pocas ocasiones y aparecen predominantemente en la región occidental del área maya. En consecuencia, parece que, bajo ciertas circunstancias, se rompió el paradigma de la transmisión patrilineal, probablemente con el fin de enfatizar las relaciones sociales de un individuo para fortalecer su prestigio social. Sin embargo, el hecho de que la pertenencia al linaje fuese marcada constantemente en los discursos oficiales, no significa que haya sido el único tipo de unidad social vigente. De hecho, la distribución del teónimo Yax Chit Juun Witz’ Naah Kan en las frases nominales de las élites del Clásico indica que éste marcaba la pertenencia a una unidad más amplia que se puede interpretar como casa social, en este caso formada por un linaje dominante (los Kanu’l), así como a las mujeres de otras casas que se casaron y mudaron con los varones Kanu’l en un sistema patrilocal. Además, es posible que el linaje dominante cambiara en algún momento, sin que esto dañase la integridad de la casa, como lo sugiere el cambio del GE de Kanu’l a la Cabeza de Murciélago a mediados del siglo VIII d.C. El fenómen o de los GGEE pareados indica que, en situaciones excepcionales, el paradigma patrilineal de la transmisión del GE fue modificado cuando ello beneficiaba a la casa que, entonces, abarcaba a los miembros de dos linajes distintos, o bien, de un patri y un matrilinaje.31
De esta manera, hay que enfatizar que los modelos del linaje y la casa no se excluyen mutuamente. El concepto de casa simplemente enfatiza la cohesión social, los modos de reproducción social y la localidad, mientras el linaje subraya la descendencia y herencia paradigmática. Por ende, una casa social puede incluir linajes distintos, ya que ser miembro de una casa es posible por lazos de sangre, por afinidad o por parentesco simbólico. Así, la transmisión patrilineal del glifo emblema no se opone a la utilidad del modelo de la casa social para el Clásico maya, simplemente acentúa la descendencia de los individuos. La coexistencia de ambos tipos de unidades sociales aseguraba la eficiencia de la alianza matrimonial para establecer pactos entre las distintas casas. Al casarse, una esposa cambiaba de casa, pero no de linaje, así que la pertenencia a dos unidades sociales distintas (su linaje y su nueva casa) le permitía fungir como vínculo entre las dos, uniendo los intereses de ambas (Figura 7).
Conclusiones
Es interesante observar que los datos disponibles apuntan a que los miembros Kanu’l que portaron la forma completa del GE o la incompleta kanu’l ajaw fueron personajes con un papel de suma importancia en la reproducción social y política del grupo. En el caso de las mujeres, fueron hijas de gobernantes que, a través de las alianzas matrimoniales con otras entidades, formaron amplios colectivos parentales con implicaciones políticas fuertes. Por su parte, los hombres que portaban el emblema coinciden con aquellos que fueron k’uhul ajaw; aunque los datos conocidos y el enfoque textual constante en los personajes reales aún no nos permiten determinar si se trata de un patrón constante o si más bien es coincidencia.
Por otro lado, cabe señalar que, aunque las estrategias de reproducción social de los Kanu’l tienden a pautas patrilineales en cuestiones de sucesión, las mujeres tuvieron un papel fundamental evidenciando un linaje atenuado, es decir, que las mujeres lineales tienen preferencia sobre los varones colaterales. Las alianzas entre las casas y las mujeres que las facilitaban eran causa de orgullo y fomentaban el prestigio de las unidades sociales involucradas. Sobre todo en el caso de las ixkanu’l ajaw, las mujeres que cambiaron de casa llegaban a ocupar un estatus más alto que sus esposos, como lo ilustra el caso de Ix[…] K’abel? de El Perú.
Las alianzas matrimoniales fungieron como estrategias para ampliar las redes sociales y, en los casos de las dinastías poderosas, también fomentaron la expansión y consolidación de sus espacios políticos. A nivel de grupos corporativos, estas alianzas generaban agrupamientos en pos de la salvaguarda de la propiedad material y simbólica con el fin de la perpetuación del grupo cuyo objetivo primordial destaca en la sociedad de casas (Peniche, 2007: 241). Finalmente, hay que señalar que el caso de la transmisión del título k’uhul kanu’l ajaw parece ser un caso típico para el Clásico maya, pero esto no significa que haya sido el modelo común en todas las áreas en todas las épocas. Consideramos que existían diferencias entre los significados del GE en distintos contextos sociales, y por eso es necesario analizar dicho título caso por caso.