Introducción
A lo largo del territorio mexicano, la gran biodiversidad ha sido aprovechada por las diversas culturas de manera regional, generando un “axioma biocultural”, donde la cultura y la naturaleza son dependientes una de la otra (Toledo, 2010). Debido a ello, se ha generado una cantidad considerable de conocimiento asociado a creencias, usos y aprovechamientos de la fauna silvestre (Enríquez et al., 2006).
Los distintos pueblos originarios de México han demostrado una estrecha relación con los recursos naturales, como se ha podido apreciar a partir de los estudios realizados en diversos grupos, tales como los indígenas tlahuicas (Guerrero y Retana, 2015), la comunidad mazahua (Sánchez Núñez, 2006) o los yoremes y yoris (Pascual et al., 2014), entre muchos otros. En el estado de Yucatán, la cultura maya ha demostrado estar estrechamente relacionada con la naturaleza y, ya sea por necesidad o tradición, aún mantiene un fuerte aprovechamiento de los recursos faunísticos en la región (Chablé y Delfín, 2010). En las comunidades mayas yucatecas, el uso de los animales se relaciona con sus atribuciones curativas (Toledo et al., 2007), donde se aprovecha el cuerpo completo del animal o algunas partes, como plumas, patas, pelos, uñas, huesos, astas, sangre, orina, bilis, leche, etc. (Ojasti y Dallmeier, 2000). Además, ciertas especies son conocidas por su carácter místico y sobrenatural; esto es debido a que se cree que el comportamiento de ciertos animales puede afectar de manera positiva o negativa a la salud de las personas e inclusive puede augurar eventos que afectan directamente a quien los mire (Serrano et al., 2011).
Son muchas las especies de fauna silvestre con un aprovechamiento reportado en las comunidades mayas, las cuales pueden conjuntarse acorde a los distintos grupos de vertebrados terrestres. En cuanto a las principales especies de herpetofauna utilizadas se encuentran la tortuga jicotea (Trachemys venusta) y la iguana gris (Ctenosaura similis); por parte de las aves, figuran el pavo ocelado (Meleagris ocellata), la pava cojolita (Penelope purpurescens) y el hocofaisán (Crax rubra), y con respecto a los mamíferos, las especies con mayor aprovechamiento son el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), el pecarí de collar (Pecari tajacu), el venado temazate (Mazama temama), tepezcuintle (Cuniculus paca), tejón (Nasua narica), tuza (Orthogeomys hispidus), puma (Puma concolor) y ocelote (Leopardus pardalis) (Santos et al., 2013).
Hoy en día se habla de la pérdida de la apropiación cultural y con ello de la erosión del conocimiento ancestral, incluido el conocimiento tradicional hacia las especies de fauna silvestre, generando en las comunidades y en las culturas la pérdida de valor de las especies, repercutiendo en su sobreexplotación, una problemática de carácter mundial, que aunada a la deforestación, el cambio climático y el tráfico ilegal de especies, resultan en una seria amenaza para la diversidad biológica (González Bocanegra et al., 2011). Bajo este contexto, el objetivo del presente trabajo fue determinar los usos y creencias relacionadas con los vertebrados silvestres en la comunidad maya de Zavala, en el municipio de Sotuta, Yucatán, México.
Materiales y métodos
Área de estudio
La comisaría de Zavala pertenece al municipio de Sotuta, en el estado de Yucatán, México (Figura 1), y se encuentra en las coordenadas 20°36’N, 89°06’O. Esta comisaría posee 541 habitantes, de los cuales 293 son hombres y 248 mujeres, con un promedio de 3.34 hijos por pareja. El 92.4 % de la población es indígena, del cual tan sólo el 1.48% es hablante de manera única de la lengua maya (INEGI, 2015).
La vegetación que rodea a la comunidad de Zavala es principalmente selva baja caducifolia, la cual se caracteriza por perder sus hojas durante la estación seca, entre los meses de febrero y mayo. El clima presente en el área es Aw0(x’) (Rzedowski, 2006) caracterizado por ser el clima más seco de los climas cálidos subhúmedos con un elevado porcentaje de lluvias invernales (Vidal, 2005).
Trabajo de campo
Se realizó un total de 124 entrevistas semiestructuradas a los pobladores de Zavala, con la finalidad de conocer el aprovechamiento y las creencias relacionadas con la fauna silvestre en esta localidad. Dichas entrevistas se aplicaron al azar a personas de diferentes edades. Por ello, se decidió estratificar la muestra en cuatro grupos, considerando los siguientes rangos de edad, de acuerdo con Martín (2005): “niños”, conformado por pobladores menores de 13 años; “jóvenes”, con un rango de edad de entre 14 y 21 años; “adultos”, personas de entre 22 a 59 años, y “adultos mayores”, con aquellos pobladores mayores de 60 años. La entrevista se dividió en siete categorías de uso de la fauna: alimentario, medicinal, mascota, ornamental, agoreros, ceremonial y leyendas.
La identificación de las especies se realizó con base en la literatura especializada. Para el caso de la herpetofauna se empleó la guía de campo de los anfibios y reptiles del mundo maya (Lee, 2000); las aves se identificaron mediante la guía de Howell y Webb (1995), y en el caso de los mamíferos se empleó la guía de mamíferos de Centroamérica (Reid, 2009). Cabe mencionar que durante las entrevistas se solicitó al informante una descripción detallada de las especies utilizadas y, de ser posible, observar ejemplares vivos, o partes de éstos, para facilitar y permitir un mayor grado de exactitud en cuanto a la identificación taxonómica. Para la nomenclatura maya yucateca de las especies mencionadas se tomó nota por escrito en campo de acuerdo con lo escuchado y posteriormente, fue utilizado el Diccionario básico español/maya/español (Bastarrachea et al., 1992) para su escritura.
Análisis de la información
Los resultados obtenidos se capturaron y organizaron en una base de datos. Se realizó una prueba de Chi-cuadrado para conocer si existía diferencia significativa del nivel de conocimiento entre los grupos de encuestados por su edad y sexo, en relación con la cantidad de especies y usos que se le atribuían a la fauna silvestre, así como de las categorías de uso. Posteriormente se determinó el valor de uso1 de las especies en la comunidad de Zavala mediante el índice de valor de uso específico2 y general3 de acuerdo con la metodología seguida por Puc y Retana (2012).
Resultados
Las 124 entrevistas se dividieron en 28 para la categoría “niños”, 27 para “jóvenes”, 45 para “adultos” y 24 para “adultos mayores”. El 45% de las personas encuestadas fueron mujeres y el 55% hombres. El 60% de los encuestados hablaba español y maya, mientras que el 40% sólo hablaba español. No se registraron personas que hablen la lengua maya como único idioma. El 91% era nativo de la comunidad de Zavala, mientras que, del porcentaje restante, 8% provenían de otras partes de Yucatán y sólo una persona provenía de Quintana Roo. En cuanto a ocupaciones, la mayoría de los niños y jóvenes son estudiantes, las mujeres son amas de casa, mientras que los hombres se dedican a la agricultura y la apicultura.
Se identificaron 54 especies de fauna silvestre aprovechadas en la comunidad de Zavala, divididas en tres clases, 20 órdenes y 38 familias. Las aves incluyeron 30 especies, considerándose el taxón con mayor riqueza, seguido de las clases Mammalia y Reptilia, con 19 y 5 especies, respectivamente (Figura 2). No se registró el aprovechamiento de anfibios.
Los niños fueron el grupo que mencionó un menor número de especies (n= 32), seguido por los jóvenes (n=33). Los adultos y adultos mayores reconocieron la mayor riqueza de vertebrados terrestres, con 36 y 41 especies, respectivamente. En cuanto a los sexos, las mujeres reconocieron 41 especies de vertebrados, mientras que los hombres mencionaron 47. No se encontraron diferencias significativas del conocimiento de acuerdo con el número de especies mencionadas entre grupos de edad ni entre los sexos (P>0.05).
Los mamíferos presentaron el mayor número de especies en tres de las siete categorías analizadas, siendo éstas de uso alimenticio, medicinal y ornamental. En cuanto a las aves, presentaron la mayor riqueza de especies en las categorías de mascota y agorero, ya que existe una preferencia de la población por el aprovechamiento de este grupo como animales de compañía y se conservan una gran cantidad de creencias relacionadas con ellos. En cuanto a los reptiles, el mayor número de especies utilizadas se observó en el apartado de uso medicinal y con menor medida en el alimenticio (Figura 3).
Categoría alimenticia
Esta categoría registró el aprovechamiento de 25 especies por parte de la comunidad de Zavala, donde cuatro son reptiles, nueve pertenecen al grupo de las aves y 12 al de mamíferos. Entre los reptiles, la especie más aprovechada fue la iguana gris (C. similis), con un importante VUE dentro de esta categoría (0.298). Por las aves, el pavo ocelado (M. ocellata) y la paloma de alas blancas (Zenaida asiatica) tuvieron el mayor número de menciones, y para los mamíferos, el tepezcuintle (C. paca) y el venado cola blanca (O. virginianus) (Figura 4), siendo esta última la especie que presentó el mayor VUE (0.935).
Los pobladores de la comunidad aprovechan la fauna silvestre en 26 guisos, entre los que destaca el píib, que tuvo el mayor porcentaje de menciones, con 29.8%. El asado fue el platillo con el cual consumieron la mayor variedad de vertebrados silvestres, con 18 especies, seguido por píib, con 16. En cuanto a temporalidad, la mayoría de la fauna silvestre se aprovecha durante todo el año, con algunas excepciones.
Los reptiles se consumen en nueve platillos, entre los cuales resaltan el pipián y los asados, con 35.7% y 23.8% de los registros, respectivamente. La iguana gris (C. similis) se aprovecha con la mayor variedad de platillos (n= 9), seguida por la boa común (Boa imperator) (n= 2). El resto de las especies de herpetofauna aprovechadas sólo se preparan en un platillo. La temporada de aprovechamiento es todo el año, aunque un alto número de menciones señalaron que la iguana gris (C. similis) se consume con mayor frecuencia durante el tiempo de cuaresma, en la temporada seca.
Las aves se consumen en 12 platillos, donde el asado (33.1%), el k’óol (25.7%) y el relleno negro (16.9%) tuvieron el mayor porcentaje de registros. El pavo ocelado (M. ocellata) se aprovecha en un mayor número de platillos, seguido por la chachalaca (Ortalis vetula) y la codorniz yucateca (Colinus nigrogularis), preparadas en cinco guisos. Se registró el aprovechamiento de aves durante todo el año, sin embargo, algunas especies se utilizan con mayor frecuencia durante cierta temporada, como el pavo ocelado (M. ocellata), el cual se caza con mayor frecuencia durante la temporada seca, aprovechando la vocalización y el comportamiento reproductivo de esta especie.
Para los mamíferos se registraron 23 guisos. El píib obtuvo el 42.2% de los registros, siendo el guiso con mayor porcentaje de menciones. El venado cola blanca (O. virginianus) se prepara en un mayor número de guisos (n= 19), seguido por el tepezcuintle (C. paca) y el pecarí de collar (P. tajacu), con nueve guisos cada uno. La mayoría de los mamíferos son aprovechados todo el año. El venado cola blanca se consume con mayor frecuencia durante la temporada de lluvias, debido a que los pobladores procuran respetar el periodo de gestación de esta especie, mientras que el tepezcuintle es cazado durante la temporada de secas, ya que es más fácil de detectar al escucharlo mientras se desplaza sobre las hojas secas.
Categoría medicinal
Se encontraron 17 especies con aprovechamiento medicinal, donde tanto los reptiles como las aves presentaron cinco especies, mientras que los mamíferos registraron siete. Entre los reptiles, la víbora de cascabel yucateca (Crotalus tzabcan) (Figura 5) fue la especie con mayor número de menciones, presentando el mayor VUE dentro de esta categoría. Dicha especie fue reconocida como remedio para tratar el mayor número de males y padecimientos, como dolor de cabeza, cáncer, reumas, dolor, artritis y tos, ya sea al consumir la carne, freír y untar su grasa, procesar y tomar el veneno e inclusive pinchar con el colmillo el área afectada.
En cuanto a las aves, el pájaro carpintero (Melanerpes sp.) se reconoció como la especie con mayor importancia medicinal, ya que es utilizado para tratar el asma mediante la ingesta de carne o sangre. Entre los mamíferos, el venado cola blanca (O. virginianus) es la especie con mayor aprovechamiento medicinal, ya que se considera benéfico para aliviar la tos, el asma, las heridas y a facilitar el desprendimiento del cordón umbilical en los bebés recién nacidos, al calentar el cebo y untarlo como pomada.
Categoría mascota
Se registraron 27 especies consideradas por los pobladores de Zavala como animales de compañía, con dos especies de reptiles, 14 de aves y 11 de mamíferos. Entre los reptiles, la especie con mayor número de menciones fue la tortuga de caja yucateca (Terrapene yucatana), mientras que, para las aves, las especies más reconocidas fueron el azulejo (Passerina cyanea), la paloma (Z. asiatica), el loro frente blanca (Amazona albifrons) (Figura 6) y el mariposo (Passerina ciris). En cuanto a los mamíferos, la especie con mayor número de menciones fue el venado cola blanca (O. virginianus), el cual también presentó el mayor VUE en esta categoría (0.330).
Todas las especies mencionadas son capturadas por los pobladores en los alrededores de la comunidad para ser conservadas en cautiverio a manera de mascotas. En el caso de los reptiles, son capturados directamente con la mano durante cualquier etapa de su vida, en contraste con las aves, que en su mayoría son capturadas con jaulas trampa, utilizando otra ave como señuelo (Figura 7), o durante su primera etapa de vida, al ser tomadas del nido. En cuanto a los mamíferos, los pobladores señalaron que por lo general son capturados durante la cacería, después de haber cazado a su madre, o se encuentran deambulando solos en los caminos o dentro de las milpas.
Categoría ornamental
Se registraron diez especies con fines ornamentales, donde el mayor número perteneció al grupo de los mamíferos, mientas que los reptiles y las aves presentaron una sola especie.
En cuanto a los reptiles, la única especie aprovechada de manera ornamental fue la víbora de cascabel yucateca (C. tzabcan), de la cual conservan el cascabel (Figura 8). Con relación a las aves, los pobladores usan las plumas y el espolón del pavo ocelado (M. ocellata) como ornamentación. Respecto a los mamíferos, se utilizan diferentes partes del cuerpo, como patas, colas, colmillos, cráneos y pieles, destacando al venado cola blanca (O. virginianus) como el mamífero con mayor aprovechamiento ornamental y siendo ésta la especie con mayor VUE (0.483) dentro de la categoría (Figura 9).
Categoría agorera
En esta categoría se reconocieron 14 especies de fauna silvestre, donde 11 son aves y tres pertenecen a los mamíferos. No se reconocieron reptiles considerados agoreros en la comunidad. Las especies de aves con mayor número de menciones fueron el tapacamino común (Nyctidromus albicollis), el búho cornudo (Bubo virginianus) y la lechuza de campanario (Tyto alba), siendo esta última la especie con el mayor VUE (0.234) dentro de la categoría. En el grupo de los mamíferos, el venado cola blanca obtuvo el mayor número de menciones. El mayor porcentaje de menciones señala que estas especies estaban relacionadas con la muerte (69.6%), seguido por cuestiones climáticas, como pronosticar calor o lluvia (17.7%).
En cuanto a las aves, la principal característica considerada como agorera es su canto, con el 85.5% de los registros, mientras que el porcentaje restante (14.5%) hace referencia a la observación de estas especies. El orden Strigiformes fue reconocido por presagiar la muerte de algún familiar o conocido del poblado, siendo la lechuza de campanario (T. alba) la especie que consideran que pronostica afecciones malas a los bebés o infantes, como enfermedades o muerte. Sólo el canto de una especie de este grupo, el tecolote bajeño (G. brasilianum), se considera relacionado con las lluvias. Asimismo, observar el tapacamino común (N. albicollis) en las cercanías de la casa se considera presagio de muerte. Otras aves, como el halcón selvático de collar (Micrastur semitorquatus), el momoto cejas azules (Eumomota superciliosa), el zorzal pardo (Turdus grayi) y el zopilote negro (Coragyps atratus), se consideran como agüeros de eventos climáticos, como la lluvia y el calor por medio de su canto o por avistamiento, como es el caso de la última especie mencionada, la cual se considera agorera al observarlo perchado con las alas abiertas. La única especie que se consideró presagiadora de buena suerte fue el mariposo (Passerina ciris), el cual augura este efecto al ser observado por los pobladores.
Con relación a los mamíferos, la observación de ejemplares se consideró como una característica agorera, especialmente con cierto aspecto o durante algún momento específico. Por ejemplo, el venado cola blanca se consideró portador de mal agüero al observarlo dentro de la comunidad, o con una apariencia diferente al resto de los ejemplares, que los pobladores denominaron como “fea”, mientras que el conejo castellano (Sylvilagus floridanus) se considera de buena suerte si se observa durante la luna llena.
Categoría ceremonial
Sólo una ceremonia, el ch’a’ cháak, fue señalada por los pobladores para aprovechar la fauna silvestre durante su festejo. Como parte de ella se reconocieron cuatro especies utilizadas: una especie de ave, el pavo ocelado (M. ocellata) y tres de mamíferos: el venado cola blanca (O. virginianus), el pecarí de collar (P. tajacu) y el tejón (N. narica). La especie que presentó el mayor número de menciones y VUE fue el venado cola blanca, seguida por el pavo ocelado. Esta ceremonia está relacionada con la lluvia y los animales utilizados se ofrecen como alimento al ser preparados en diferentes platillos tradicionales.
Categoría leyenda
Esta categoría se conformó por ocho especies de fauna silvestre, de las cuales siete son aves y una pertenece a los mamíferos. Los pobladores no reconocieron especies de reptiles dentro de ella. La especie con mayor VUE (0.104), así como la poseedora de mayor número de relatos, fue el venado cola blanca seguido por el momoto cejas azules (E. superciliosa).
Las leyendas relacionadas con aves se asociacian a su plumaje o a sus vocalizaciones. En cuanto al plumaje, se considera que el tapacamino común (N. albicollis) era un ave de hermoso plumaje, generando el celo de otras aves, lo que repercutió en que una de ellas le robara sus plumas, por lo que ahora el tapacamino tiene colores opacos y sale de noche, debido a que se encuentra avergonzado por su aspecto. Otra especie con una leyenda relacionada al plumaje es el zopilote negro (C. atratus), especie que se considera tuvo un comportamiento inapropiado y presuntuoso asociado a su plumaje vistoso, por lo cual fue castigado por los dioses de la selva, cambiando su colorido plumaje a tonos negros y oscuros. Por último, se considera que la apariencia de las dos plumas más largas de la cola del momoto cejas azules (E. superciliosa), las cuales tienen el raquis largo y desnudo con una pluma ancha al final, se debe a que una persona accidentalmente pisó la cola de esta ave, lo que hizo que quedase con tal aspecto. Con relación al canto, se registraron dos especies, el cardenal (Cardinalis cardinalis) y el cenzontle (Mimus gilvus), involucrados en la misma leyenda, la cual se tituló “escuela de aves” y está relacionada con la capacidad que tiene el cenzontle de imitar las vocalizaciones de las demás aves.
Se registraron tres historias sobre el venado cola blanca, las cuales estuvieron relacionadas con la cacería. La que tuvo el mayor porcentaje de mención (57.1%) está relacionada con una piedra que se encuentra dentro del estómago del venado. Esta piedra es útil para la cacería, ya que durante un periodo determinado le brindará suerte al cazador, sin embargo, al concluir ese periodo la piedra tendría que ser devuelta a la selva, ya que, si se mantenía durante más tiempo, iba a generar que otro cazador confunda al portador de la piedra con un venado, asesinándolo accidentalmente. La segunda y tercera leyendas tuvieron el mismo porcentaje de mención (21.4%); la segunda fue referente a la excesiva caza de los venados, ya que los pobladores de la comunidad consideran que, si realizan esta acción, tendrían un desenlace similar al de la historia anterior. Por último, la tercera leyenda hizo referencia a un “jefe venado”, el cual es descrito como un macho adulto, con unas astas muy pronunciadas y que es más grande y fuerte que el resto de los ejemplares de su especie. La leyenda narra que cuando el cazador intenta cazar a este venado, experimenta alucinaciones, lo que dificulta la cacería. Asimismo, este individuo no debe ser cazado debido a que el cazador que lo asesine tendría mala suerte con la cacería durante el resto de su vida.
Valor de uso general
Pese a que las aves fueron el grupo con el mayor número de especies aprovechadas, los mamíferos obtuvieron el mayor VUG, con 0.636, lo que los postula como el taxón más aprovechado en la región. En contraste, los reptiles obtuvieron el menor puntaje, con 0.090 (Figura 10).
La iguana gris (C. similis) presentó el mayor VUG entre los reptiles, mientras que el pavo ocelado (M. ocellata) y el venado cola blanca (O. virginianus) obtuvieron el mayor puntaje en el grupo de las aves y los mamíferos, respectivamente, siendo esta última especie la que obtuvo el mayor VUG de todas las especies de vertebrados silvestres aprovechadas por los pobladores de la comunidad de Zavala (Tabla 1).
NOMBRE CIENTÍFICO | NOMBRE COMÚN | AL | MED | MAS | ORN | AGO | CER | LEY | VUG |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Clase: Reptilia | |||||||||
Cachryx defensor | Chop | 0.008 | 0.008 | - | - | - | - | - | 0.002 |
Ctenosaura similis | Iguano, iguana, tóolok, Juuj | 0.298 | 0.008 | 0.008 | - | - | - | - | 0.045 |
Boa imperator | Och kaan | 0.016 | 0.016 | - | - | - | - | - | 0.005 |
Crotalus tzabcan | Cascabel, tsáab kaan | 0.008 | 0.161 | - | 0.008 | - | - | - | 0.025 |
Terrapene yucatana | Tortuga de caja | - | 0.04 | 0.048 | - | - | - | - | 0.013 |
Clase: Aves | |||||||||
Crypturellus cinnamomeus | Perdiz | 0.048 | - | 0.016 | - | - | - | - | 0.009 |
Ortalis vetula | Chachalaca | 0.089 | - | 0.04 | - | - | - | - | 0.018 |
Colinus nigrogularis | Codorniz | 0.089 | - | 0.016 | - | - | - | - | 0.015 |
Meleagris ocellata | Pavo de monte, kuuts | 0.483 | 0.008 | 0.056 | 0.258 | - | 0.024 | - | 0.118 |
Patagioenas flavirostris | Úukum | - | - | - | - | - | - | 0.008 | 0.001 |
Columbina spp | Tortolita, mucuy | 0.024 | - | 0.008 | - | - | - | - | 0.005 |
Leptotila verrauxi | Tsuutsuy | 0.016 | 0.008 | - | - | - | - | - | 0.003 |
Zenaida asiática | Torcaza | 0.178 | 0.016 | 0.193 | - | - | - | 0.008 | 0.056 |
Crotophaga sulcirostris | Puj’uy | - | - | - | - | - | - | 0.008 | 0.001 |
Nyctidromus albicollis | Tapacaminos, pujuy | - | - | - | - | 0.104 | - | - | 0.015 |
Coragyps atratus | Zopilote | - | - | - | - | 0.016 | - | 0.008 | 0.003 |
Tyto alba | Xooch’ | - | - | - | - | 0.234 | - | - | 0.033 |
Megascops guatemalae | Tecolote sapo | - | - | - | - | 0.008 | - | - | 0.001 |
Bubo virginianus | Tunkuruchú | - | - | - | - | 0.137 | - | - | 0.020 |
Glaucidium brasilianum | Tecolote | - | - | - | - | 0.024 | - | - | 0.003 |
Eumomota superciliosa | Toj | - | - | - | - | 0.016 | - | 0.016 | 0.005 |
Melanerpes spp. | Pájaro carpintero, chuju’ut | - | 0.097 | - | - | - | - | - | 0.014 |
Dryocopus lineatus | Carpintero | - | - | - | - | 0.008 | - | - | 0.001 |
Micrastur semitorquatus | Koos | - | - | - | - | 0.16 | - | - | 0.023 |
Amazona albifrons | Loro | 0.008 | - | 0.153 | - | - | - | - | 0.023 |
Turdus grayi | K’ook’ | - | - | - | - | 0.048 | - | - | 0.007 |
Mimus gilvus | Cenzontle | - | - | - | - | - | - | 0.008 | 0.001 |
Dives dives | Pich’ | 0.008 | 0.008 | - | - | - | - | 0.002 | |
Quiscalus mexicanus | K’a’aw | - | 0.065 | - | - | - | - | - | 0.009 |
Cardinalis cardinalis | Cardenal | - | - | 0.048 | - | - | - | 0.008 | 0.008 |
Pheucticus ludovicianus | Degollado | - | - | 0.040 | - | - | - | - | 0.006 |
Passerina cyanea | Azulejo | - | - | 0.218 | - | - | - | - | 0.031 |
Passerina ciris | Mariposo | - | - | 0.145 | - | 0.008 | - | - | 0.022 |
Tiaris olivaceus | Silil | - | - | 0.008 | - | - | - | - | 0.001 |
Sporophila morelleti | Dominico | - | - | 0.008 | - | - | - | - | 0.001 |
Clase: Mammalia | |||||||||
Dasypus novemcintus | Armadillo, weech | 0.201 | - | 0.008 | - | - | - | - | 0.030 |
Tamandua mexicana | Oso hormiguero | - | - | 0.016 | - | - | - | - | 0.002 |
Orthogeomys hispidus | Tuza | 0.040 | 0.008 | - | - | - | - | - | 0.007 |
Cuniculus paca | Tepezcuintle, jaaleb, jalisco, | 0.339 | - | 0.048 | 0.008 | - | - | - | 0.056 |
Dasyprocta punctata | Tzereque, tsuub | 0.072 | - | 0.008 | - | - | - | - | 0.011 |
Sciurus yucatanensis | Ardilla | - | - | 0.040 | 0.024 | - | - | - | 0.009 |
Sylvilagus floridanus | Conejo | 0.282 | 0.008 | 0.129 | 0.048 | 0.008 | - | - | 0.068 |
Mazama pandora | Venado, yuuk | 0.024 | - | - | 0.032 | - | - | - | 0.008 |
Odocoileus virginianus | Venado | 0.935 | 0.089 | 0.330 | 0.483 | 0.024 | 0.330 | 0.104 | 0.328 |
Pecari tajacu | Jabalí, cochino de monte, kitam, quitamarido. | 0.290 | 0.024 | 0.048 | 0.032 | - | 0.016 | - | 0.059 |
Spilogale angustifrons | Zorrillo, niño, pay | - | 0.008 | - | - | - | - | - | 0.001 |
Nasua narica | Tejón, pizote, chi’ik | 0.137 | - | 0.105 | - | - | 0.008 | - | 0.036 |
Procyon lotor | Perrilla, mapache | 0.048 | - | 0.016 | - | - | - | - | 0.009 |
Mustela frenata | Comadreja, chan sáabin | - | - | 0.008 | - | - | - | - | 0.001 |
Eira barbara | Chabelo de monte, san jo’ol | - | - | - | 0.008 | - | - | - | 0.001 |
Canis latrans | Coyote | - | - | - | - | 0.008 | - | - | 0.001 |
Urocyon cinereoargenteus | Zorra gris | 0.008 | 0.008 | - | - | - | - | - | 0.002 |
Leopardus wiedii | Tigrillo | 0.016 | - | - | 0.016 | - | - | - | 0.005 |
Puma concolor | Puma | - | 0.008 | - | - | - | - | - | 0.001 |
Discusión
La riqueza de especies de vertebrados silvestres utilizada en la comunidad de Zavala, donde las aves presentaron el mayor número de especies, coincide con la riqueza registrada en otras localidades de la península de Yucatán, como Villa Guadalupe, Campeche (Puc y Retana, 2012), el Área Natural Protegida “Otoch Ma’ax Yetel Koh”, en Yucatán (Cruz Blanco et al., 2019), y con el aprovechamiento de la ornitofauna reportada en comunidades mayas (Jiménez et al., 2012; Retana et al., 2012). En contraste, en otras regiones de la península se aprovecha un mayor o menor número de especies en comparación con Zavala, como en localidades de Campeche, donde se usan 32 especies de fauna silvestre (Ramírez et al., 2016), o del norte de Yucatán, con 94 especies de vertebrados registradas (Herrera et al., 2019).
Con relación en las especies aprovechadas en las comunidades se deben tener en cuenta aspectos biológicos y del diseño del muestreo. Si se considera la riqueza del Parque Estatal Lagunas de Yalahau, sitio donde los pobladores de Zavala realizan aprovechamiento de la fauna silvestre debido a la cercanía con la comunidad (10 km al noreste de Zavala), se tiene registro de 351 vertebrados terrestres y cuatro tipos de vegetación (Secretaría de Ecología-Universidad Autónoma de Yucatán, 2004; Ruiz y Arellano, 2010), mientras que el estudio de Herrera et al. (2019) se realizó en las periferias de las Reserva de la Biósfera Ría Lagartos, donde están registradas 486 especies y 11 tipos de vegetación (Instituto Nacional de Ecología, 1999; Ruiz y Arellano, 2010). En cuanto al diseño del muestreo, se considera que el número de categorías analizadas, las localidades muestreadas, la profundidad de las entrevistas y el conocimiento biológico por parte de los entrevistadores influyen en los resultados de un estudio etnozoológico (Herrera et al., 2019). Lo anterior puede explicar la diferencia entre el número de especies aprovechadas en Zavala y en otras regiones de Yucatán y México.
En la categoría alimentaria, las cifras y especies con mayor número de menciones (O. virginianus y M. ocellata) concuerda con lo reportado para comunidades de la península de Yucatán (León y Montiel, 2008; Chablé y Delfín, 2010; Retana et al., 2012; Ramírez et al., 2016; Herrera et al., 2019).
Pese a que entre los pobladores el número de especies reconocidas variaba por categoría de edad, ello no fue estadísticamente significativo, lo cual nos indica que en la comunidad de Zavala se continúa transmitiendo el conocimiento relacionado con los usos y creencias de la fauna silvestre de manera generacional, ya que tanto ancianos, adultos, adolescentes y niños, en promedio, mencionaron una cantidad similar de especies silvestres utilizadas. Además, tampoco se encontró una diferencia significativa entre el nivel de conocimiento de mujeres y hombres; sin embargo, estos últimos reconocieron un mayor número de especies. Esto se debe a que, en Zavala, los hombres son los que realizan sus labores diarias en el campo, como la agricultura y la apicultura, por lo que están en mayor contacto con la naturaleza y las especies silvestres (Cupul et al., 2019), en comparación con las mujeres, donde el mayor porcentaje desempeña la labor de ama de casa en la comunidad.
Dentro de la categoría alimenticia, el reptil más aprovechado fue la iguana gris (C. similis), especie diurna que es abundante en zonas abiertas y con impacto antropogénico, ya sea dentro o en la periferia de los poblados (Lee, 2000). En cuanto a las aves, el pavo ocelado (M. ocellata) se considera una especie con alto aprovechamiento al ofrecer a los pobladores una cantidad considerable de carne, en comparación con otras presas (Montiel, 2010), mientras que la paloma de alas blancas (Z. asiatica) es una especie abundante en zonas urbanas y con una amplia distribución en el estado de Yucatán (Barrientos, Cobos y Gómez, 2018), lo que, al igual que la iguana gris, propicia una elevada frecuencia en su cacería. Entre los mamíferos, el tepezcuintle (C. paca) es frecuentemente consumido debido a que su carne se considera de un sabor agradable, lo que genera preferencia hacia esta especie (Montes, 2005), mientras que el venado cola blanca aporta una importante porción de carne, debido a su biomasa (León y Montiel, 2008), considerándose un recurso esencial para la subsistencia de los pobladores mayas yucatecos (Retana y Padilla, 2018).
Los guisos que los pobladores de Zavala mencionaron con mayor frecuencia son tradicionales en el estado. Götz (2014) y Ramírez et al. (2016), indican que los pobladores de Yucatán acostumbran guisar la carne que consumen en diferentes formas, entre las que resaltan el píib o píibil, el salado y el asado. El píib o píibil consiste en cocer los alimentos bajo tierra aprovechando el calor de las brasas de los troncos, cocinando una gran variedad de animales como venados, pecaríes y tepezcuintles. Este tipo de cocción data de la época prehispánica, ya que en el Códice Madrid se aprecia la preparación de mamíferos silvestres mediante tal técnica culinaria (Quintal y Quiñones, 2011), siendo por lo tanto un relicto cultural que aún se arraiga entre los pobladores maya-yucatecos.
Son pocas las especies de fauna silvestre que presentaron una temporalidad de aprovechamiento en Zavala. El pavo ocelado (M. ocellata) es cazado con mayor frecuencia durante la temporada de sequía, ya que sus vocalizaciones facilitan su detección, coincidiendo con lo reportado por Montiel, Arias y Dickinson (1999), donde los cazadores realizan la técnica denominada “cacería del pavo cantor” durante los meses de abril y mayo, cuando los machos de esta especie realizan llamados y cortejos de apareamiento. Si bien ningún poblador de Zavala mencionó algún nombre técnico para este tipo de cacería, la metodología utilizada coincide con la técnica de caza antes mencionada. Para el venado cola blanca, la cacería se reduce durante la temporada seca, dado que los pobladores consideran que las hembras están gestando. Asimismo, se considera que los venados tienen mayor actividad durante la temporada de lluvias, por la abundancia del recurso alimenticio (Tello, 2014). Este periodo de no cacería no está bien documentado en otras regiones de la península, donde esta especie es cazada todo el año (Oliva et al., 2014); sin embargo, en Zavala los pobladores procuran no cazar hembras gestantes o con crías.
El número de especies medicinales es similar al encontrado por Puc y Retana (2012), 19 especies; sin embargo, otro estudio realizado en comunidades de la región de los Chenes, Campeche, registró una riqueza mayor (46 especies) en esta categoría (Dardón y Retana, 2017). La víbora de cascabel yucateca (C. tzabcan), especie con mayor vue dentro de la categoría, es comúnmente utilizada como medicina tradicional en la península, siendo considerada como un remedio para tratar más de diez males, destacando el cáncer (Chablé y Delfín, 2010; Puc y Retana, 2012; Ramírez et al., 2016; Dardón y Retana, 2017; Cupul et al., 2019). En otras regiones de México también se aprovechan las víboras de cascabel (Crotalus sp.) con fines medicinales, como en Chihuahua, donde con su carne se tratan problemas circulatorios, dolores musculares y problemas cutáneos (Gatica y Jiménez, 2009). En la península de Yucatán la carne, la grasa y el aceite de esta serpiente son empleadas para tratar males como cáncer y dolores musculares (Dardón y Retana, 2017; Cupul et al., 2019), sin embargo, los pobladores de Zavala señalaron utilizar el veneno y el colmillo de C. tzabcan como medicina tradicional, lo que no se encontró reportado en otro escrito publicado.
Con relación a las aves, el pájaro carpintero (Melanerpes sp.) es el más aprovechado, coincidiendo con Dardón y Retana (2017), quienes señalan el uso medicinal del pájaro carpintero yucateco (M. pygmaeus) en Campeche, aunque no se especifica el padecimiento que cura. En cuanto al venado cola blanca, el uso de su cebo como medicina tradicional está reportado en otros sitios de México y de la península de Yucatán para tratar padecimientos respiratorios y dolores articulares (Rodas, Ocampo y Coutiño, 2014; Retana y Padilla, 2018). En otras regiones se aprovechan diferentes partes de esta especie, como la cola, la cual se quema y con las cenizas se trata el dolor de oído (Retana y Padilla, 2018), o los ojos y astas, para fortalecer la vista o tratar problemas cardiacos, respectivamente (Enríquez et al., 2006).
Las aves son el grupo con mayor número de especies utilizadas como animales de compañía en Zavala. El uso de fauna silvestre como mascota es una tradición arraigada en zonas urbanas y rurales (Drews, 2002), donde las aves forman parte integral de la cultura mexicana, por lo que mantener aves en cautiverio es una costumbre persistente (Chablé y Delfín, 2010; González Bocanegra et al., 2011; González Herrera et al., 2018).
La tortuga de caja yucateca (Terrapene yucatana) tuvo el mayor VUE entre los reptiles, puesto que son comúnmente utilizadas como mascotas en Yucatán (Chablé y Delfín, 2010; Cupul et al., 2019). En relación con las aves, el orden Passeriforme (pájaros y aves canoras) presentó un alto número de especies mencionadas, destacando al azulejo (P. cyanea) y el mariposo (P. ciris), ya que en la población yucateca es común mantener passeriformes como mascotas, donde las especies mencionadas presentan una alta frecuencia de uso (González Herrera et al., 2018). La paloma de alas blancas (Z. asiatica) y el loro frente blanca (A. albifrons) también presentaron un elevado VUE, coincidiendo con Puc y Retana (2012), en que ambas especies son consideradas mascotas frecuentes en comunidades mayas de la península. Drews (2002) señala que se tiene preferencia a mantener en cautiverio aves de los órdenes Columbiformes (palomas y tórtolas) y Psittaciformes (loros, papagayos y cacatúas), lo cual coincide con lo observado en Zavala. En cuanto a los mamíferos, las especies que poseen un alto VUE en esta categoría también se registraron en la categoría alimenticia, ya que se considera que, en caso de necesidad, pueden ser aprovechados como alimento (Puc y Retana, 2012).
Las técnicas de captura de aves registradas en Zavala concuerdan con lo observado por Chablé y Delfín (2010: 380), quienes indican que las aves canoras son capturadas con bocatrampas, trampas de alambre y madera en las cuales se utiliza un ave para atraer otros individuos hacia la trampa, además de especies que se colectan durante las edades tempranas de su vida, al ser tomadas del nido o al haber cazado a la madre.
En cuanto a la categoría ornamental, el número y las especies coinciden con lo encontrado en otras regiones de Yucatán (Herrera et al., 2019). Las víboras de cascabel tienen un uso ornamental registrado en diferentes localidades de México (Martínez y Arellano, 2010; Reyna et al., 2015), incluyendo diversas localidades dentro de la península (Cupul et al., 2019). En la comunidad de Zavala sólo utilizan el cascabel de esta serpiente como adorno, sin embargo, se tiene reportado el uso de la piel curtida para adornar la casa (Reyna et al., 2015). El pavo ocelado (M. ocellata) fue el ave con mayor VUE en esta categoría, ya que sus plumas se utilizan para elaborar abanicos, adornar las casas, accesorios femeninos y como herramienta de limpieza (Retana et al., 2014). En los mamíferos, el venado cola blanca resultó ser la especie con mayor número de menciones, concordando con Méndez y Montiel (2007), Puc y Retana (2012) y Herrera et al. (2019), quienes reportan que las astas de O. virginianus son utilizadas por los pobladores como percheros y su piel es usada para productos de talabartería.
El número de especies consideradas agoreras por los pobladores de Zavala son ligeramente mayores que en otros grupos mayas fuera de la península, como los tzotziles y tojolabales en el estado de Chiapas, donde se registraron 13 y ocho especies de vertebrados considerados agoreros, respectivamente (Serrano González, Guerrero y Serrano Velázquez, 2011). Las aves se consideran un taxón agorero en Zavala, coincidiendo con otras comunidades mayas (Retana et al., 2014; Guerrero y Serrano, 2012). Ciertos aspectos conductuales de las aves han hecho que se consideren agoreras en el territorio mexicano, indicando cuestiones climáticas y medioambientales (Berlanga et al., 2019) o sucesos negativos como la muerte, lo cual explica que sea el grupo con el mayor número de menciones en esta categoría. El orden Strigiformes, donde se encuentran las especies agoreras con mayor VUE, es considerado de mal agüero, ya que se cree que su canto anuncia la muerte de algún ser cercano (Retana et al., 2014; Herrera et al., 2018). Los pobladores de Zavala identificaron a la lechuza de campanario (T. alba) por anunciar la muerte de infantes o recién nacidos, coincidiendo con lo reportado por Cervera (2007), quien señala que en Yucatán se piensa que las aves nocturnas provocan la muerte de menores, por lo cual se protegen acostándolos de lado o colocando ciertos objetos en forma de cruz bajo sus hamacas. Otro gran porcentaje de aves se consideraron agoreras de eventos climáticos, lo cual coincide con lo reportado en otras partes del país, donde el canto y el comportamiento de ciertas especies pronostican algún fenómeno meteorológico (Allende et al., 2012; Cruz et al., 2014).
Pocas especies fueron mencionadas en las categorías de ceremonias. En Guatemala se ha encontrado una alta diversidad de especies de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos que fueron utilizados en ceremonias y rituales mayas antiguos (Emery, 2004). Sin embargo, las comunidades mayas contemporáneas han registrado un escaso aprovechamiento de especies silvestres con fines ceremoniales, como en Pich, Campeche, donde sólo dos especies son utilizadas en rituales (Retana, Puc y Martínez, 2012).
En la única ceremonia mencionada por los pobladores de Zavala, el ch’a’ cháak, se utilizan aves y mamíferos, coincidiendo con Quintal y Quiñones (2011), quienes indican que tanto venados como pecaríes son utilizados a manera de ofrendas durante este ritual. El uso exclusivo de estos grupos contrasta con Dardón y Retana (2017), quienes reportan que durante el ch’a’ cháak los niños se disponen en las esquinas de la mesa e imitan la cacofonía de ciertas especies de anfibios a diferentes intensidades y duraciones.
Con relación a las especies mencionadas en leyendas, el venado cola blanca tuvo el mayor número de menciones, concordando con Herrera et al. (2019). El relato de la piedra en el estómago de los venados es reconocido en otras partes de la península (Herrera et al., 2018; Retana y Padilla, 2018), donde recibe el nombre de tuunich, e igual aporta suerte al cazador durante un tiempo delimitado, teniendo que devolverla para evitar algún accidente grave o la muerte (Retana y Padilla, 2018). Estas piedras son muy valoradas por los cazadores, haciendo que en ocasiones acrecienten la cacería de venado con la intención de encontrarla (Oliva et al., 2014). Asimismo, el alto número de menciones de aves es semejante a lo encontrado por Retana et al. (2011), donde las aves son el grupo con más usos míticos en algunas comunidades mayas. Las leyendas se centraron en dos factores, plumaje y canto. En cuanto al momoto cejas azules (E. superciliosa), la leyenda se centró en el aspecto de su cola y las rectrices desnudas que posee, lo que coincide con la leyenda señalada por Sánchez (2018), donde, a pesar de ser una historia diferente a la narrada por los pobladores de Zavala, explica por qué esta especie de ave posee una cola con tal apariencia. En cuanto al canto, los pobladores señalaron la leyenda de la “escuela de aves”, donde las especies involucradas fueron el cardenal (C. cardinalis) y el cenzontle (M. gilvus), coincidiendo con el relato de Ligorred (1990), quien menciona que el cardenal (C. cardinalis) y el zorzal pardo (T. grayi) son protagonistas de la leyenda que explica por qué este último tiene un canto hermoso y variado, haciendo referencia a una escuela donde las aves aprenden a cantar.
Por último, las especies que obtuvieron el mayor puntaje en cuanto al valor de uso general fueron el venado cola blanca (O. virginianus) y el pavo ocelado (M. ocellata) concordando con otras comunidades mayas de la península (Puc y Retana, 2012; Retana et al., 2014; Herrera et al., 2019), reflejando la importancia de estas especies en la cosmovisión del poblador maya yucateco (Ramírez et al., 2016).
Conclusiones
La comunidad maya de Zavala aún mantiene un estrecho nexo con la fauna silvestre de la región, presentando una relación con 54 especies de animales, lo cual es un reflejo de su importancia en las costumbres, usos y tradiciones de los pobladores, debido a que se observó que se continúa con la transmisión del conocimiento tradicional sobre la fauna nativa de manera generacional. Se encontraron varias especies que, por su elevado valor de uso general, son consideradas de suma importancia por los pobladores de Zavala, entre las que resaltan el venado cola blanca, el pavo ocelado y el tepezcuintle.
Debido a la dependencia de la comunidad hacia la fauna nativa de la región sería recomendable implementar estrategias acordes a las necesidades de los pobladores, para poder llevar a cabo el aprovechamiento de las especies de manera sustentable y apoyar a la conservación de la biodiversidad, así como la revaloración de su conocimiento ancestral y el rescate de sus saberes ancestrales. De igual manera, se sugiere realizar trabajos de educación y concientización ambiental para la valoración ecológica de las especies, especialmente aquellas que los pobladores consideran agoreras o perjudiciales.