Localización y entorno de Pasión del Cristo
El sitio arqueológico maya de Pasión del Cristo se localiza al sureste del estado de Campeche, en concreto en el municipio de Calakmul, próximo a su cabecera municipal, Xpujil, y en el límite territorial con el estado de Quintana Roo (Figura 1). El acceso es relativamente sencillo, pues se puede acceder hasta la cercana población de Veinte de Noviembre por una vía pavimentada desde la Carretera Federal 186, que une Villahermosa y Chetumal. La salida de dicha carretera hacia el sitio se encuentra al sur de ésta, a una distancia de 10.2 km al este del municipio de Xpujil. Desde el entronque hay que recorrer 5.2 km hacia el sur hasta llegar a Veinte de Noviembre. Los primeros montículos se localizan justo en el límite sureste de la población y existe un camino de terracería (denominado Camino Dos Banderas), practicable con vehículo, que discurre entre las ruinas. Fisiográficamente el sitio se ubica en la Meseta de Zoh-Laguna, cuya altura raramente supera los 300 m s. n. m. No existen cursos de agua importantes en la superficie dada la permeabilidad del suelo, aunque hay zonas de bajos inundables y un pequeño arroyo circula en las proximidades del sitio.
Geológicamente, la formación sobre la que se asienta Pasión del Cristo es la Formación Xpuhil, constituida por secuencias de caliza microcristalina, de textura mudstone, estratificada, con cambios de facies hacia limos y lutitas, así como depósitos de anhidrita y yeso con horizontes arcillosos escasos e intercalaciones de caliza hacia la parte superior de la unidad (Castro, 2002). Cabe destacar la abundancia de pedernal, que aflora en las zonas bajas, en forma de nódulos de tamaño pequeño a mediano y con una buena calidad para la talla de artefactos líticos.
La región se encuentra inmersa en el área forestal tropical más extensa de México. Un continuo vegetal, de más de 30 000 km2, que se extiende a través de las fronteras de México, Guatemala y Belice, que incluye algunas zonas protegidas como son las Reservas de la Biosfera Sian Ka’an, Calakmul y Maya, las Reservas Estatales Balam Ku y Balam Kin, y la Reserva privada de Río Bravo. Todo ello conforma el macizo de bosque tropical más grande de Mesoamérica. Son selvas tropicales subperennifolias altas y medianas, donde destacan algunas especies de importancia económica como la caoba o el chicozapote, y selvas bajas temporalmente inundables y con vegetación acuática. Hay que apuntar que, en el entorno inmediato del sitio, al encontrarse éste muy próximo al poblado Veinte de Noviembre, los terrenos han sido deforestados y prima la presencia de campos preparados para el cultivo y la ganadería. Si bien la vegetación de los grupos más destacados ha sido parcialmente preservada y se conservan como un remanente de selva media-alta.
Antecedentes arqueológicos e históricos
Aunque la región de Río Bec ya había sido recorrida y varios de sus sitios identificados a finales del siglo XIX y principios del XX por Teoberto Maler, Maurice de Périgny, Francis Merwin y Clarence Hay (Hay, 1930; Merwin, 1913; Périgny, 1908, 1909), en 1938 Pasión del Cristo fue visitado por Ruppert y Denison, quienes recorrieron la región en las expediciones financiadas por la Carnegie Institution of Washington, publicando luego los resultados (Ruppert y Denison, 1943).
La información que proporcionan estos autores sobre el sitio es bastante sucinta y no incluye fotografías, dibujos o planos de los hallazgos. Se indican unas coordenadas geográficas estimadas del grupo que posteriormente Mayer (1997) denominará Pasión del Cristo I o Grupo I, así como una breve descripción, en la que lo definen como un grupo compacto, sin arquitectura expuesta visible, en el que encontraron -en la base occidental de un gran montículo- dos estelas caídas y una en pie, y dos altares circulares, y al oeste otra estela caída, fragmentada y muy erosionada. Describen esos monumentos indicando su mal estado de conservación, la dificultad de leer los textos jeroglíficos y la inexistencia de datos calendáricos legibles (Ruppert y Denison, 1943). Una fotografía de la parte frontal de la Estela 1 de Pasión del Cristo fue publicada unos años más tarde por Tatiana Proskouriakoff (1950: 141).
En 1969 el lugar (conocido localmente como El Chorro en esos momentos) fue visitado por una expedición de la National Geographic Society y la Universidad de Tulane, bajo la dirección de E. Wyllys Andrews IV, a consecuencia de un intento de saqueo de las estelas. Tras los trabajos de excavación y documentación de las estelas y el análisis del material cerámico realizados por E. Wyllys Andrews IV, Ian Graham y Joseph Ball, este último propone una fecha tentativa de 10.3.0.0.0 (889 d.C.) para la Estela 1 y de 10.3.10.0.0 (899 d.C.) para la Estela 2 (Andrews, 1973: 260; Mayer, 1997: 15; Ball, 1986: 394).
Posteriormente, Clemency Coggins publicó, en un artículo centrado en el expolio de monumentos, una fotografía del lateral derecho del monumento, denominándolo erróneamente Estela 2 de El Chorro (Coggins,1969: 98). Sin duda debido a que, como se ha apuntado, éste era el topónimo que se le daba localmente para la fecha, si bien el topónimo de El Chorro es aplicado a un sitio ubicado en El Petén guatemalteco, con abundantes estelas que han sido serradas con objeto de saqueo, práctica muy habitual en la región (Torres, 2011), tal como indica Mayer (1997: 15). En una publicación posterior, Coggins refiere que la estela fue hallada en Pasión del Cristo, pero la denomina Estela 2 (Coggins, 1972: 20).
Por otra parte, Ruppert y Denison describen un edificio en un grupo al que no otorgan nombre alguno, situado a 0.5 km de Pasión del Cristo:
[…] a building formed of a single chamber flanked at either end by a transversal room. The latter project only beyond one side of the central chamber. Excavations had been made in the north talus exposing an opening in the wall; its west margin is in line with the west end of the central chamber (Ruppert y Denison, 1943: 85).
Esta disposición, constructivamente inusual en la región de Río Bec, llevó a Mayer (1997: 17) a postular que este grupo es el mismo que él llama Pasión del Cristo II o Grupo II (que con la nueva nomenclatura se denomina 4A1a), propuesta que parece acertada. En cualquier caso, resulta extraño que Ruppert y Denison no mencionasen los grafitos incisos y pintados que adornan los muros interiores del edificio.
Continuando con los antecedentes históricos, hay que indicar que nuevamente Pasión del Cristo fue olvidado durante más de veinte años, para volver a ser tenido en consideración a principios de la década de 1990. Si bien existen diversas referencias al sitio con el código por el que fue registrado (PCR) en varias publicaciones anteriores y posteriores, en relación fundamentalmente con la presencia de monumentos esculpidos, como es el caso del Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions o los trabajos de Bueno (2001); Morley (1948); Nondédéo et al. (2010); Riese (2004) o Taladoire (2014).
En 1991 llegó a Pasión del Cristo un equipo formado por Eldon C. Leiter, Nicholas M. Hellmut y Jack Sulak (Mayer, 1997: 13). Aunque no se publicaron los datos de esa expedición, sirvieron de referencia para que Andrea Stone proporcionase la primera mención a los grafitos existentes, de los que dice son de estilo similar a las representaciones del Códice Madrid (Stone, 1995: 83). Antonio Benavides visitó el sitio a principios de 1996, tomando notas y realizando bocetos que no han sido publicados hasta el momento (Mayer, 1997: 13-14). Anteriormente Benavides, en una publicación sobre la región de Becán, se refiere a Pasión del Cristo, ubicándolo sobre cartografía e indicando la ausencia de torres (Benavides, 1995: 260 y 264). Rasgo que, como es bien sabido, es característico de la arquitectura de la región de Río Bec (Andrews, 1996; Gendrop, 1983).
En marzo de 1996 las ruinas fueron visitadas por Karl H. Mayer y Stephan Merk, quienes documentaron algunos de los grafitos incisos y pintados en el interior de la Estructura 1 de Pasión del Cristo II o Grupo II (Estructura 1 del Grupo 4A1a con la nomenclatura actual). Las publicaciones derivadas de estos trabajos resultan ser las más completas hasta el momento, no sólo en lo concerniente al análisis iconográfico de los grafitos (Mayer, 1998), sino también en cuanto a la descripción del sitio propiamente dicho (Mayer, 1997).
Trabajos arqueológicos recientes en Pasión del Cristo
En 2017 se iniciaron los trabajos arqueológicos en el sitio por parte del proyecto Documentación Gráfica Arqueológica en Pasión del Cristo, como una práctica de campo con los alumnos de la materia Documentación gráfica arqueológica del Posgrado en Estudios Mesoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, contando con financiamiento por parte del Programa de Apoyo a los Estudios de Posgrado. De este modo, en mayo de 2017 se realizó la primera temporada de campo del proyecto durante dos semanas y, posteriormente, en enero de 2018 una segunda de unos diez días (Torres, 2018; Ruiz y Torres, 2019). En enero de 2020 se llevó a cabo la tercera temporada, de una semana, esta vez sin el apoyo de alumnos y con financiación por medio de una beca de investigación Posdoctoral concedida por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México a Ricardo Torres Marzo. Las labores llevadas a cabo consistieron en la realización de trabajos de prospección arqueológica de superficie, en el levantamiento topográfico de lo que se denominaba Pasión del Cristo I y II -que con la nueva nomenclatura han pasado a denominarse Grupos 4D3a-c y Grupo 4A1a, respectivamente- y en la documentación de los grafitos existentes en los muros estucados de la Estructura 1 del Grupo 4A1a.
Al margen de los grupos y estructuras documentados, que se tratarán con más detalle en el próximo apartado, resultan de interés algunos de los hallazgos realizados. Por un lado, se pudo comprobar que de los monumentos registrados en trabajos previos se conservan in situ los dos altares y dos de las estelas, ambas mutiladas. Todos estos elementos se encuentran en el patio interior del grupo 4D3a, a los pies del montículo alargado que lo cierra por el este.
La Estela 1 se encuentra en pie y no esta completa, su altura desde el terreno hasta la parte superior es de 2.67 m; sin embargo, en función de lo que todavía se puede apreciar del texto de los laterales, se intuye que falta la parte superior, aproximadamente 80 cm. La anchura de la estela va de los 1.55 m en la parte superior a 1.60 en la central y a 1.22 m en la inferior. La parte posterior es lisa, mientras que la anterior, que estaba decorada, fue cortada con una sierra mecánica cuya impronta todavía es visible. El grosor conservado en la parte superior cortada es de 52 cm, aumentado hasta los 73 cm en la parte inferior. Teniendo en cuenta estas dimensiones y por lo que se puede apreciar del texto jeroglífico de los laterales, se estima que se cortaron unos 20 cm del espesor total de la estela. Tal como se sugirió al realizarse excavaciones a los pies de esta estela en la década de 1960, parece que ha sido reubicada (Andrews, 1973: 260; Ball, 1986: 394). De ahí que la anchura de la parte inferior sea menor que la de la superior, pues la parte inferior, lisa en sus cuatro costados, parece ser parte de la espiga que no fue enterrada. Aunque, tal como se ha indicado, se conserva parte del desarrollo jeroglífico de los dos laterales, los textos se encuentran muy erosionados, siendo prácticamente inidentificables (Figura 2a).
La Estela 2 se encuentra caída y completamente fragmentada, por lo que no se han podido tomar sus medidas. Se intuye que tendría dimensiones similares a las de la Estela 1. La parte frontal, que estaría decorada, se apoya en el suelo. En cualquier caso, al igual que en la anterior, la decoración fue cortada con una sierra mecánica, siendo evidentes todavía las huellas del proceso.
Los dos altares son circulares, lisos y realizados en piedra caliza, ambos se encuentran completos. El Altar 1 tiene un diámetro de 78 cm y una altura de 28 cm. Mientras que las medidas del Altar 2 son de 82 cm de diámetro y 26 cm de altura (Figura 2b).
En las colinas que se alzan al norte del área de intervención se encuentran afloramientos de lo que parece ser anhidrita y yeso, en los que por efecto del intemperismo se crean formas caprichosas. El material se desmenuza con facilidad y pudo muy bien ser empleado como carga en la realización de morteros.
En el entorno de los grupos 4F4c y 4G4a, al sureste del sitio (Figura 1), se halló una depresión no natural del terreno en la que se detectó la presencia de dos tiros para extracción de material, uno al este de la cavidad y otro al oeste. Se consulto a la población del ejido si en época reciente se había trabajado, siendo la respuesta negativa, por lo que se intuye que puede tratarse de una explotación de época prehispánica. Hecho que además se ve sustentado por la presencia en el entorno de abundantes herramientas y restos de producción de pedernal: hachas fragmentadas, raspadores, lascas y núcleos, posiblemente relacionados con la elaboración y el reacondicionamiento de los útiles para la extracción en la mina (Figura 3).
Además, destaca la presencia de un posible taller o bien un área de desecho de pedernal tallado situado al sur de los pies del Grupo 4A1a. No se trata de una acumulación de desechos que permita identificar un área de producción especializada e intensiva, pero sí resulta evidente que allí se trabajó de forma puntual la piedra o bien que los restos de producción fueron depositados allí, posiblemente desde un lugar próximo. Los materiales se encuentran dispersos por un área amplia, de unos 2 000 m2, probablemente a consecuencia de actividades agropecuarias recientes.
Límites y distribución urbana
A partir de los datos bibliográficos pareciera que Pasión del Cristo es un espacio urbano formado por dos núcleos relativamente cercanos entre sí: el Grupo I (actuales Grupos 4D3a-c), situado al sureste, sería un grupo en el que no se aprecia arquitectura expuesta, pero sí montículos de considerables dimensiones. En él se hallaron diversos monumentos esculpidos, algunos conservados in situ. Y el Grupo II (actual 4A1a), más compacto y reducido, que se presenta a modo de acrópolis y en donde en el interior de una de las estructuras se registraron diversos grafitos.
Sin embargo, el sitio es mucho más extenso, pues no es habitual en las poblaciones mayas pasadas que un núcleo urbano se limite a dos conjuntos y tampoco lo es en el caso de Pasión del Cristo, donde los trabajos realizados hasta el momento han permitido la identificación de 61 elementos estructurales, entre construcciones aisladas y grupos, distribuidos en un área aproximada de 2 205 000 m2 (Figura 1).
En este sentido, uno de los objetivos fundamentales de los trabajos realizados fue el de delimitar el sitio, o más bien el área de actuación relativa al mismo. Siempre resulta complicado definir los límites en una urbe maya, más todavía si tenemos presente el patrón de asentamiento característico de la región de Río Bec, en la que todavía falta mucho trabajo por realizar, pero no resulta descabellado contemplarla de forma regional, como un único asentamiento disperso, en lugar de como diversos sitios de reducidas dimensiones. Por lo que es probable que la diferenciación entre un sitio y otro se deba más a cuestiones puramente históricas, relacionadas con el proceso de descubrimiento del patrimonio arqueológico del área.
De este modo, tras las tres temporadas de campo se decidió establecer los límites del área de actuación según los siguientes criterios: hacia el este y suroeste, el sitio queda delimitado por la presencia del curso de agua. Al otro lado son visibles estructuras, si bien ya se encuentran más próximas al sitio conocido como El Ramonal. Hacia el norte y noroeste el límite viene marcado por la actual población de Veinte de Noviembre, pues si bien los montículos están presentes incluso en la misma, en ese punto confluyen los sitios El Ramonal, al oeste y Okolhuitz, al norte. El límite occidental queda marcado por la presencia de las colinas de anhidrita y yeso que se yerguen cerrando la zona. En los trabajos de prospección se ha observado que la presencia de estructuras disminuye hasta desaparecer a los pies de las colinas, y aunque todavía no se ha prospectado todo el sector, en las áreas que la visibilidad lo permite -por tratarse de potreros o zonas de cultivo-, no se han detectado estructuras mayores. De este modo, los futuros trabajos en el sitio se circunscribirán al polígono que delimita esta área (Figura 4).
Así, todos los grupos documentados se ubican al pie de las colinas que limitan el área por el norte y al norte del arroyo que discurre serpenteando de noroeste a sureste. En los grupos y estructuras registrados predomina la orientación norte-sur, con una desviación de entre 13º y 15º hacia el este. Se puede afirmar que Pasión del Cristo presenta el patrón de asentamiento característico de la región de Río Bec (Nondédéo et al., 2010), en el que la población se ordena a partir de conjuntos de mayor entidad a los que se asocian grupos y estructuras menores, a lo largo de una extensión variable de terreno. Es una fórmula que se va repitiendo hasta conformar un área de ocupación bastante extensa. Esto es evidente en el presente caso, donde destacan hasta el momento tres grupos de mayor entidad: el 4A1a, el conjunto formado por los grupos 4D3a-c y 4D4a y el conjunto formado por los grupos 1D7a, 1C8a y 1E10.
Al grupo 4A1a, que se tratará con mayor detalle en el siguiente apartado, se asocia el grupo 3J1a, un posible juego de pelota, así como otros grupos y estructuras de poca entidad, como son 1H10a, 1I10a, 3I1a, 3I1b, 4B1a, 4B2a y 4B2b. Mientras que al gran conjunto formado por los grupos 4D3a-c y 4D4a y al conformado por los grupos 1D7a, 1C8a y 1E10a se asocian numerosos grupos, de dimensiones considerables los más cercanos y que en general van disminuyendo en importancia al alejarse del núcleo principal. En definitiva, un patrón de asentamiento característico de la región en el que, de hecho, es difícil discernir dónde acaba un núcleo y dónde comienza otro.
Sin embargo, existen ciertas particularidades en Pasión del Cristo que no son frecuentes en la región. Así, no se ha hallado evidencia de uno de los rasgos característicos de la arquitectura monumental en la región de Río Bec, como son las torres. Por el contrario, tal como se ha indicado, los principales conjuntos son una acrópolis elevada que alcanza los 16 m y conjuntos de patios cerrados conformados por estructuras alargadas con una altura considerable. Destaca también la existencia de un posible juego de pelota localizado al noroeste del Grupo 4A1a, un rasgo que no es habitual en la región, en la que sólo hay registrados cinco juegos de pelota y otro posible de ubicación no concretada dentro del área nuclear de Río Bec (Taladoire, 2014: 147). Asimismo, hay que hacer notar la presencia de una estructura coronada por una estilizada crestería calada realizada con sillería de pequeño tamaño en el grupo 1D7a y los muros de cierre de la estructura principal del grupo 1C8a (Figura 5). Esas soluciones constructivas difieren de la crestería aboveda presente en la Estructura 1 del grupo 4A1a, de tradición petenera, y que se acercan más a lo que se encuentra en las regiones Puuc o Chenes.
El Grupo 4A1a
Tal como se ha indicado, el Grupo 4A1a es uno de los más significativos de Pasión del Cristo y ya había sido reportado con anterioridad, siendo denominado Grupo II o Pasión del Cristo II (Mayer, 1997). El conjunto, una acrópolis elevada, esta constituido por una amplia plataforma de unos 8 000 m2 con una altura de aproximadamente 4 m (Figura 6). A esta plataforma se adosan pequeñas estructuras por el noroeste, oeste, sur y sureste, que apenas rebasan su altura. Sobre ella, en la parte septentrional, se localizan al menos tres estructuras que se abren hacia el norte, al sur se localiza otra que se adosa a la acrópolis y que posiblemente conformase el acceso a la parte superior del conjunto.
La acrópolis, que se encuentra en la parte central de la plataforma, presenta un patio elevado casi cuadrangular que esta cerrado por dos edificios de gran envergadura al este y al norte, y por otros de menores dimensiones al sur. Queda abierto por el oeste. De estos edificios, el de mayor altura es el situado al este, la Estructura 1 del Grupo 4A1a. La parte superior de esta estructura tiene un edificio de unos 20 m de largo por 7 m de ancho y esta coronado por una crestería abovedada de la que se conserva el arranque y que se eleva hasta los 16 m de altura desde el nivel de la plaza (Figura 7).
El edificio tiene un cuarto central con acceso por el este, dividido internamente en tres estancias con cubierta abovedada bien conservada. Presenta un derrumbe justo por encima del vano de acceso por el que se puede penetrar a la estructura. La estancia central es de grandes dimensiones (7.37 por 2 m) y las de los laterales de reducido tamaño (0.61 por 2.50 m). Los cuartos están separados por un muro con un vano central de 87 cm de luz. El del sur se encuentra íntegro y todavía conserva el dintel de madera de 1.15 m de largo, 40 cm de ancho y 10 cm de espesor que sostiene la parte superior. Mientras que el que se encuentra al norte esta en parte derruido. Todo parece indicar que la estancia central tenía otras dos subdivisiones similares a las que se conservan, pues se aprecia la impronta de muros adosados en ambos lados largos. Parece que estos pudieron ser demolidos de forma intencional en los últimos momentos de ocupación, pues han desaparecido por completo. El derrumbe que cubre el piso del cuarto, con base en las dimensiones mensurables, se estima que tiene un metro de espesor, por lo que se intuye que parte del éste proviene de estos muros de separación, pues es demasiado para que provenga todo del colapso de la parte superior del acceso y del ligero derrumbe que existe en el extremo septentrional.
En el interior del cuarto se conserva parte de una moldura modelada en estuco, además de los numerosos grafitos pintados e incisos que lo decoran (Figura 7) y que se comentarán con mayor detalle a continuación. Asimismo, quedan vestigios de los colores con los que estaría pintada la estancia: azul, rojo y negro.
En el exterior, a los extremos cortos de la estructura se adosan sendos cuartos. Son también abovedados, pero en este caso los accesos se orientan hacia el sur y hacia el norte, respectivamente, y tienen una planta casi cuadrangular de aproximadamente 3 m de lado. Si bien se encuentra en parte colapsado, es posible que el cuarto interior situado al norte se comunicase con el cuarto ubicado al noroeste.
Los grafitos
El interior de la Estructura 1 de 4A1a alberga 39 grafitos que se pueden catalogar según su técnica de ejecución, siguiendo la propuesta de Michael Kampen (1978: 156-158), en dos grupos: los realizados mediante incisión en el estuco (n=28) y los pintados con carbón (n=11). Por otra parte, Jarosław Źrałka (2014: 104) sugirió una clasificación basada en la temática para los grafitos del Área Maya. Siguiendo la misma, los grafitos hallados en Pasión del Cristo pueden dividirse en nueve categorías: zoomorfos, antropomorfos, deidades, diseños arquitectónicos, signos jeroglíficos, símbolos sexuales, diseños geométricos, líneas y grafitos sin identificar. Han sido numerados del 1 al 39 según su ubicación dentro de la Estructura 1 (Figura 8).
Grafito 1 (Figura 9). Representa una figura antropomorfa parada de perfil y orientada hacia la derecha del espectador, tiene 30 cm de alto y fue realizada mediante incisión. Muestra un rostro con claros rasgos de prognatismo -una de las características de los ancianos en el arte maya-, va ataviada con una falda de red y un tocado conformado por la cabeza de un reptil. Dichos atributos la identifican como una mujer anciana. La figura estira sus manos hacia delante, con las palmas hacia arriba. Fue dado a conocer por Karl Herbert Mayer y Christian Prager identificó a este personaje como la Diosa O, deidad pintada portando una serpiente a modo de tocado en los códices de Dresde y de Madrid (Mayer, 1997: 22).
Grafito 2 (Figura 9). Pintado con carbón, en él se aprecian dos bandas horizontales acotadas por cuatro líneas horizontales, tiene una altura de 10 cm. En la banda superior se pintaron varios diseños con forma de M y otro cuadrangular. En la inferior, se observa una hilera de diseños con forma de L con otra L invertida abajo.
Grafito 3 (Figura 9). En él se pintaron con carbón dos personajes antropomorfos sentados de perfil -uno detrás de otro-, con la rodilla doblada, y orientados hacia la derecha, ambos con el brazo derecho flexionado hacia el frente. Dichas figuras visten un ex y poseen una altura de unos 17 cm. El individuo de la izquierda tiene la cabeza dividida en dos secciones, un ojo almendrado, una orejera redonda y una pulsera de cuentas en su muñeca derecha. Por su parte, la figura de la derecha posee un prominente ojo sobre una vírgula, nariz aguileña y mandíbula prognata; luce un tocado casi perdido, una orejera semicircular y un brazalete en su muñeca. Christian Prager identificó a dichos personajes como el Dios E -el Dios del Maíz- y el Dios D, comparando sus rasgos diagnósticos con los de otras representaciones plasmadas en los códices de Dresde, de París y de Madrid, así como con otras escenas similares pintadas en murales Posclásicos como los de Santa Rita Corozal y los de Tancah (Mayer, 1997: 24 y 25). Asimismo, el personaje de la izquierda guarda gran parecido con el representado en otro grafito en la cueva de Kanun Ch’en, Homún, Yucatán.
Grafito 4 (Figura 9). Diseño geométrico de 20 cm de altura pintado con carbón. Está compuesto por un elemento rectangular orientado verticalmente y ornamentado con líneas oblicuas en su interior. De su parte central izquierda emerge otro elemento rectangular oblicuo.
Grafito 5 (Figura 9). Figura antropomorfa pintada de 47 cm de altura. El personaje se encuentra orientado hacia la derecha, de pie sobre una serpiente de cascabel. Su rostro aparece tiznado de negro y en él se observa un ojo almendrado apoyado sobre una voluta, una larga nariz y una boca con dientes; asimismo, luce una orejera y un collar de cuentas. Sobre la cabeza porta un tocado casi perdido, del que aún se aprecian unos elementos conformados por círculos concéntricos que caen por detrás de su espalda hasta el suelo. El brazo derecho está estirado hacia delante, sosteniendo en la palma de su mano, frente a su rostro, un objeto triangular con elementos circulares alrededor. La sierpe sobre la que se sitúa ha perdido la cabeza debido a la caída del estuco. Muestra manchas en la piel y posee el cascabel en el extremo izquierdo de la cola que se levanta por detrás de las piernas del personaje. A partir de sus rasgos iconográficos, Prager identificó a la figura del Grafito 5 como el Dios B o Chaahk, numen de la lluvia, al realizar una comparación de este grafito con escenas pintadas en los códices mayas prehispánicos, donde Chaahk está íntimamente relacionado con las serpientes, símbolo del rayo entre los mayas (Mayer, 1997: 26).
Grafito 6 (Figura 9). Representa una cabeza zoomorfa, de 5 cm de altura y pintada con carbón, mirando hacia la derecha. En la parte superior derecha de la testa se aprecia una serie de trazos inconexos. En la cabeza se distingue la nariz, la boca, un gran ojo redondo y una oreja a la altura de la nuca. Debajo de la oreja se pintaron dos elementos circulares que guardan cierto parecido con el silabograma ch’o, por lo que es posible que este grafito represente un signo jeroglífico.
Grafito 7 (Figura 9). De una altura de 6 cm, este grafito pintado con carbón posee dos elementos ubicados uno sobre el otro. La forma de la parte superior parece estar compuesta por cuatro lóbulos con un motivo con forma de lágrima en la parte inferior central. El elemento inferior es de mayor tamaño y posee dos círculos concéntricos en su parte inferior izquierda y una vírgula ascendente en la derecha. Aunque no es posible identificar qué representa, el motivo de círculos concéntricos se asemeja a uno de los rasgos de los glifos mayas relacionados con partes del cuerpo, por lo que no es descartable que se plasmaran dos signos jeroglíficos.
Grafito 8 (Figura 9). Fue realizado mediante incisión, tiene 8 cm de altura y parece representar algún tipo de ave. Arriba, a la derecha, se aprecia la cabeza, con un ojo y un largo pico con el que parece sostener un objeto largo y fino. El plumaje está representado mediante una línea semicircular con pequeñas líneas transversales en su interior. La cola cae por detrás de las plumas, formando una vírgula. Por sus rasgos, podría ser un guajolote.
Grafito 9 (Figura 9). Motivo de 35 cm de altura compuesto por multitud de líneas curvas y elementos circulares. No parece presentar ningún diseño concreto.
Grafito 10 (Figura 9). Cabeza antropomorfa de unos 10 cm de altura. La parte superior es completamente recta y posee tres pequeñas líneas verticales emergiendo y un elemento cilíndrico ascendiendo por detrás. En el rostro se distingue un ojo almendrado con pupila, una nariz y la boca abierta con dientes.
Grafito 11 (Figura 9). Pintado a la derecha del Grafito 10, parece representar la parte superior izquierda de una estructura escalonada, donde la parte inferior correspondería al basamento, mientras que la superior emularía el templo. Debido a que el estuco está perdido en esa zona, es difícil confirmarlo.
Grafito 12 (Figura 10). Se distinguen dos personajes antropomorfos de unos 13 cm de altura grabados mediante incisión, aunque parte del paramento se ha perdido. Uno se sitúa arriba a la izquierda y otro debajo a la derecha. Ambos se presentan de perfil, orientados hacia la derecha y sentados con las piernas en ángulo recto. Sus cabezas son planas en la parte superior y en su rostro se distingue un ojo y la boca del personaje inferior. Ambos doblan su brazo derecho hacia atrás, como si fuesen a arrojar algún tipo de objeto, y en sus manos se distinguen pequeñas líneas que podrían simular los dedos.
Grafito 13 (Figura 10). Cuadrícula de 10 cm de altura grabada, con una gruesa línea en zigzag en la parte superior.
Grafito 14 (Figura 10). Triángulo equilátero grabado, de 15 cm de altura, con el vértice hacia abajo y una ancha línea vertical en el centro. Este tipo de representaciones parecen tener una connotación sexual, pues han sido identificadas como vulvas y relacionadas con la fertilidad (Patrois y Nondédéo, 2009: 53). Este símbolo sexual no es el único en Pasión del Cristo, pues en esta misma estructura fueron representados dos más con esta forma. También se han encontrado graffiti similares en otros sitios mayas como Tikal, Nakum, San Clemente, La Blanca y Río Bec, entre otros (Źrałka, 2014: 140).
Grafito 15 (Figura 10). Sobre el Grafito 14 se pintaron con carbón dos triángulos rectángulos, de unos 6 cm de alto, invertidos entre sí formando un cuadrado o un elemento romboidal. Lo más probable es que también se trate de símbolos sexuales.
Grafito 16 (Figura 10). Personaje antropomorfo, de unos 15 cm de altura, inciso en el muro este del cuarto central. En la cabeza del personaje se distingue el ojo. Sobre ella hay una serie de líneas verticales que parecen representar un penacho. El torso está conformado por cuatro líneas verticales de las que emergen dos pequeños brazos en cruz. El individuo carece de piernas.
Grafito 17 (Figura 10). Escena grabada con varios personajes sobre un basamento escalonado. A la derecha, se distinguen dos individuos orientados hacia la izquierda, uno detrás del otro, delante de una estructura que corona el mencionado basamento. El personaje de la derecha es de menor tamaño, en su rostro se distingue un ojo almendrado, la nariz y la boca abierta; asimismo, la parte superior de la cabeza es recta. Este individuo, que permanece de pie, representa un músico tocando una trompeta que sujeta con su brazo derecho levantado; además, también toca con su mano derecha un tambor orientado de manera horizontal en su cintura. Músicos similares han sido identificados en el Mural del Cuarto 1 de la Estructura 1 de Bonampak, así como en escenas pintadas en diferentes vasijas polícromas del Clásico Tardío. En cuanto al personaje de la izquierda, su tamaño es el doble que el del anterior -unos 15 cm de altura -. En su rostro se aprecia una línea horizontal que podría ser el ojo, la nariz y la boca cerrada; sobre la cabeza tiene cuatro líneas que podrían emular el pelo. Sobre su cabeza levanta el brazo izquierdo, mientras que el derecho lo lleva hacia delante. La pierna derecha está estirada y apoyada en el suelo, mientras que la izquierda la dobla por detrás de la anterior, permaneciendo en el aire. Por la postura, parece que el personaje está girando sobre sí mismo. En la cintura se aprecian dos elementos rectangulares alargados, con rayas en el interior, que caen a ambos lados y se ha identificado con las llamadas “alas de danzante” (dancer’s wings). Esta parafernalia aparece relacionada con escenas de danza en algunas representaciones mayas del Clásico (Miller y Brittenham, 2013: 138-139), permitiendo identificar al personaje del Grafito 17 con un danzante y a su acompañante con un músico.
A la izquierda de los dos personajes anteriores, al otro lado de la estructura, se observa a un tercer individuo representado de pie y también orientado hacia la izquierda. No es seguro que forme parte de la misma escena, aunque no se puede descartar esta posibilidad. Su cabeza tiene la parte superior recta y en ella se aprecia un ojo y la boca. Tiene los brazos en cruz y el rostro cubierto por pequeñas líneas. Dicho individuo está enmarcado por un elemento cuadrangular conformado por diversas líneas verticales y horizontales. Dos hipótesis son posibles o bien es otro danzante que gira sobre sí mismo con los brazos estirados, formando parte de la escena anterior, o bien puede tratarse de un sacrificado. El segundo caso parece más probable por la iconografía mostrada. Parece tratarse de un sacrificio de andamio, un tipo de ritual donde la víctima era atada por sus brazos a una estructura de madera y servía como blanco para arrojarle diferentes armas, como flechas o lanzas (Taube, 1988: 331). Esta temática no es extraña en graffiti, pues ha sido representada en diferentes sitios del Área Maya. Este tipo de prácticas sacrificiales fueron denominadas “por flechamiento” durante la Colonia, tal y como se observa en la Relación de las cosas de Yucatán de fray Diego de Landa y en los cantos I y III del Libro de los cantares de Dzitbalché (Torres, 2009: 168 y 169).
Grafito 18 (Figura 10). Muestra a un personaje antropomorfo inciso, de 14 cm de alto, orientado hacia la derecha. En su rostro se aprecia un ojo almendrado y una gran boca abierta; la parte superior de la cabeza es plana. Delante de su cara hay un objeto vertical con un elemento curvado horizontal, semejante a una guadaña, por lo que seguramente se trate de una escena castrense.
Grafito 19 (Figura 10). Figura romboidal grabada de 17 cm de alto. El rombo está dividido en dos secciones triangulares mediante una doble línea horizontal, guardando gran parecido con el Grafito 15, por lo que quizá se trate de símbolos sexuales. En el interior de cada triángulo se realizaron diferentes líneas mediante incisión.
Grafito 20 (Figura 11). Presenta una serie de líneas sinuosas grabadas, de 11 cm de altura, que semejan motivos vegetales y una flor.
Grafito 21 (Figura 11). Fue inciso justo debajo del Grafito 20, y exhibe varias líneas entre las que se distingue una forma cuadrangular.
Grafito 22 (Figura 11). A la derecha del Grafito 20 se grabaron dos diseños similares de 5 cm de altura. Ambos se asemejan a rostros zoomorfos en los que se aprecia un ojo redondo. Guardan cierta semejanza con el ser sobrenatural llamado Sak Huˀn, conocido comúnmente como “Dios Bufón”.
Grafito 23 (Figura 11). Se trata de un personaje antropomorfo de 69 cm de altura, siendo el grafito de mayor tamaño registrado. La figura se encuentra de pie, mirando hacia la derecha. En su rostro no se observa el ojo, pero en su lugar hay una vírgula decorada en su parte inferior con dos elementos rectangulares. Asimismo, se aprecia una nariz aguileña y prognatismo en su mandíbula, características de los ancianos en el arte maya. Levanta su brazo izquierdo por encima de su cabeza y sujeta una lanza que apunta hacia abajo pasándola por detrás de su testa. El brazo derecho lo extiende hacia delante, sosteniendo con su mano un objeto muy deteriorado por la caída del estuco. Todas estas cualidades -rasgos faciales y actitud beligerante- son similares a algunas escenas pintadas en el Códice de Madrid donde el Dios M, también conocido como Huk Sip, es representado cazando.
Grafito 24 (Figura 11). Personaje antropomorfo de 17 cm de altura ubicado sobre la lanza del Grafito 23. En su cabeza se distingue una cabeza con ojo con pupila triangular, una nariz y una boca con la lengua fuera. El torso tiene forma triangular y en su pecho se aprecia un elemento circular. Los brazos son cortos y anchos, y carece de piernas.
Grafito 25 (Figura 11). Forma rectangular grabada de 7 cm de altura. Su interior está ornamentado con líneas verticales y horizontales. Podría tratarse del intento de representar un signo jeroglífico, puesto que, como se aprecia en algunos glifos del Códice de Madrid, éstos adquirieron una forma rectangular durante el Posclásico.
Grafito 26 (Figura 11). Se trata de una de las figuras incisas mejor ejecutadas, junto al personaje del Grafito 23. Muestra a un personaje caminando hacia la derecha con los brazos extendidos, uno hacia delante y otro hacia atrás, con las palmas de las manos hacia arriba. En su rostro se ve un ojo almendrado con pupila, nariz, boca y oreja en forma de hongo. Esta última es una característica del estilo Mixteca-Puebla (Escalante, 2010: 50). Otro de los rasgos del también conocido como estilo Internacional Posclásico es la postura de las piernas en forma de letra “lambda” (λ) (Lacadena, 2010: 394; Ruiz, 2018: 896), que también presenta el personaje del Grafito 26. Justo detrás de este personaje, a la altura de su cintura, se aprecia una cabeza incisa sin terminar. Quizá se trate de un segundo personaje o un bosquejo inicial de lo que acabaría siendo el individuo de la derecha.
Grafito 27 (Figura 11). Grafito de unos 30 cm de alto con formas geométricas. Se observan líneas paralelas verticales y ligeramente inclinadas hacia la izquierda con otras líneas cruzadas en su interior.
Grafito 28 (Figura 11). Personaje antropomorfo realizado mediante incisión, de unos 15 cm de alto. Se encuentra orientado hacia la derecha y en su cabeza se distingue un ojo con párpado, pupila triangular y pestañas debajo, una nariz, una boca y una orejera redonda. Uno de sus brazos asoma por encima de su cabeza y el otro se curva y lo levanta frente a su rostro. Los dedos de las manos están representados mediante pequeñas líneas. Su pierna izquierda es muy larga y delgada, mientras que la derecha parece inconclusa y se dobla ligeramente hacia atrás. El torso se plasmó mediante dos líneas curvas.
Grafito 29 (Figura 11). Personaje antropomorfo, de 15 cm de altura, inciso justo en la parte inferior derecha del Grafito 28. Se encuentra orientado hacia la derecha y en su cabeza se aprecia un ojo con pupila triangular, la nariz y el mentón. En la nuca se observa una forma cilíndrica con un elemento circular en la parte superior, quizá una orejera. El torso es ancho y achatado en su parte inferior; además, carece de piernas. Sólo se divisa el brazo derecho, que estira hacia delante, con una palma de la mano de gran tamaño -completamente desproporcionada- abierta hacia arriba delante de su cara, sosteniendo un pequeño objeto circular. En el interior del tronco se distingue un signo jeroglífico representado mediante un rostro esquemático visto de frente. Dicho grafema fue catalogado por Eric Thompson (1962) como T533 y su lectura aún está en discusión. El análisis paleográfico de este logograma resulta de gran interés, puesto que permite fecharlo en el Posclásico gracias al elemento que representa la nariz, cuya forma es característica de ese periodo. En efecto, las representaciones de este glifo durante el periodo Clásico muestran una nariz triangular, mientras que los ejemplos más tardíos, como los códices prehispánicos, muestran una nariz conformada por dos líneas paralelas verticales, como la plasmada en el Grafito 29 (Figura 11). Este signo permite, por tanto, fechar sin dudas este grafito para el Posclásico.
Grafito 30 (Figura 11). En la parte superior derecha del Grafito 29 se grabó un ojo con pupila y una nariz. Se trata de una nueva figura que quedó inconclusa.
Grafito 31 (Figura 11). Fue pintado con carbón sobre el Grafito 29. Se trata de dos líneas que componen una forma triangular. Lo más probable es que se trate de un símbolo sexual, como los representados en los grafitos 14, 15 y 19.
Grafito 32 (Figura 12). Figura zoomorfa grabada orientada hacia la derecha, de 41 cm de alto y 44 de ancho. La caída del estuco en esa parte de la pared provocó la pérdida de la parte central de esta figura. Posee una cabeza redonda con la boca abierta y dos pequeños ojos en forma de O. En la parte superior de la testa se grabaron dos elementos rectangulares dispuestos de manera vertical. El cuerpo es alargado y finaliza en el lado izquierdo con un motivo triangular rayado que podría simular la cola. Debajo del cuerpo se observan dos apéndices alargados hacia abajo que podrían representar las extremidades del animal, aunque la caída del estuco dificulta su identificación. Resulta complicado determinar de qué clase de animal se trata, aunque se barajan dos hipótesis: una es que se trata de una iguana, debido a los elementos que posee sobre la cabeza y que podrían emular la cresta dorsal de este reptil; la segunda opción es que, debido a la forma de la cola, se trata de algún tipo de ave con las alas pegadas al cuerpo.
Grafito 33 (Figura 12). Figura antropomorfa incisa de 12 cm de alto. El cuerpo fue representado de frente, mientras que la cabeza se orienta hacia la derecha. Ésta es plana en su parte superior y en ella se distingue un ojo, la nariz y la boca abierta. Se encuentra en una postura dinámica, con las piernas flexionadas apoyadas en el suelo y el brazo derecho a punto de arrojar un arma. Se trata, por tanto, de una escena castrense donde un guerrero sostiene en su mano izquierda un escudo circular rayado, mientras que con la mano derecha arroja una lanza o una flecha impulsada por un lanzadardos. Estos implementos en conjunto -el escudo redondo y el átlatl- forman parte del armamento característico del periodo Posclásico.
Grafito 34 (Figura 12). Representa una cabeza fantástica grabada, de 12 cm de alto, está orientada hacia la izquierda. En el centro se distingue un solo ojo con pupila y una nariz en la parte izquierda. De la parte superior izquierda emerge un largo elemento vertical con una forma triangular en su extremo superior, mientras que del lado derecho surge otro elemento vertical que se curva hacia la derecha formando una espiral. La cabeza descansa sobre una forma horizontal que acaba en una vírgula en el lado derecho, mientras que en el izquierdo está inacabada. Por los rasgos iconográficos de la cabeza, seguramente se trata de una representación ciclópea del Dios E -el Dios del Maíz-, pues guarda ciertas similitudes con otras representaciones de esta deidad durante el Posclásico.
Grafito 35 (Figura 12). Representa una banda celeste incisa. Es una forma rectangular dividida en su interior por secciones cuadradas ornamentadas con diversos diseños geométricos: una cruz, un motivo de estera y formas geométricas, entre otros. Debajo de la banda celeste, en el lado derecho, se representó un elemento rectangular con un enrejado en su interior; a la izquierda se rayó un elemento circular de naturaleza incierta.
Grafito 36 (Figura 12). Figura antropomorfa incisa, de unos 24 cm de alto, orientada hacia la izquierda. En su rostro se aprecia un ojo almendrado, una pequeña nariz, una oreja y un prominente mentón triangular. Sobre la cabeza porta un elemento rectangular que probablemente sea el tocado o un penacho de plumas. Su torso está cubierto de líneas horizontales, verticales y oblicuas. No se distinguen brazos ni piernas. Delante del propio cuerpo se observa una cabeza con nariz, barbilla y una pluma sobre ella, aunque el resto del personaje está inacabado. Delante de éste hay otro rostro más esquematizado en el que se observa la nariz. Quizá la idea fue plasmar una escena compuesta por varios individuos.
Grafito 37 (Figura 12). Forma rectangular grabada, orientada de manera vertical, de 18 cm de altura. Su interior se divide en ocho secciones mediante líneas horizontales y ornamentadas con trazos y formas diferentes.
Grafito 38 (Figura 12). Serie de líneas ondulantes grabadas que se entrelazan formando una figura de unos 23 cm de largo. Se interpreta como una serpiente, distinguiéndose a la derecha el cascabel, conformado por una forma ovalada con rayas horizontales, y una boca abierta con dos colmillos curvados hacia abajo y de la que emerge una lengua bífida, compuesta por un largo elemento curvado hacia arriba que acaba en forma de T. Grafitos semejantes han sido hallados en Yaabichná, siendo además las serpientes los animales con mayor representación en grafitos del Área Maya (Źrałka, 2014: 114).
Grafito 39 (Figura 12). Forma sinuosa grabada de 7.5 cm de altura conformada por dos líneas serpenteantes y que no ha podido ser identificada.
Consideraciones finales
Dadas las características de las intervenciones arqueológicas realizadas, resulta aventurado establecer conclusiones que no sean otra cosa que preliminares. Sin embargo, sin duda los trabajos realizados han proporcionado información significativa sobre Pasión del Cristo. Así, se han identificado 61 elementos estructurales, entre grupos y estructuras aisladas, frente a los dos grupos que se conocían hasta la fecha. Se puede afirmar que Pasion del Cristo presenta el patron de asentamiento característico de la region de Rio Bec, en donde la poblacion se ordena a partir de conjuntos de mayor entidad a los que se asocian grupos y estructuras menores a lo largo de una extension variable de terreno. Una formula que se va repitiendo hasta conformar un area de ocupacion que abarca más de 2 km2.
Si bien los trabajos realizados no se centraron en la recolección de material y se prefirió, en todo caso, no alterar las evidencias muebles halladas, el material cerámico de superficie (teniendo en cuenta que se encontraba muy erosionado y afectado por los procesos de quema), en su mayoría vajilla de uso común con y sin engobe, se asocia a una cronología bastante tardía, que abarca desde el Clásico Tardío al Posclásico. Esto concuerda con los datos proporcionados por Ball para la cerámica obtenida del sondeo de 2 por 2 m y 0.50 m de profundidad realizado en la plataforma en la que se encontraba la Estela 2, donde se registró un total de 43 fragmentos de los tipos Chen Mul Modelado: Variedad Indeterminada (n=16) y Cehac-Hunacti Compuesto: Variedad Indeterminada (n=27).
Ambos asociados a Complejo Lobo, vinculado al Posclásico Tardío (ca. 1200-1450 d.C.) (Ball, 1977: 136, 137, 178). Esta cronología tan tardía coincide además con la periodización de los grafitos, que en su mayoría parece ser claramente del periodo Posclásico. Ciertamente, las seis deidades representadas en los grafitos 1, 3, 5, 23 y 34 muestran claras particularidades posclásicas, como se infiere de la comparación de sus rasgos diagnósticos con sus homónimos en los códices de Dresde, de Madrid y de París. Siguiendo en esta misma línea, el Grafito 26 posee una oreja en forma de hongo y la postura de las piernas en forma de letra “lambda”, ambas son propias del estilo Mixteca-Puebla, lo que ubica a este grafito, de nuevo, en el periodo Posclásico. Asimismo, el Grafito 29 presenta a un personaje con un signo jeroglífico T533. El análisis paleográfico realizado anteriormente demostraba que el motivo de la nariz recta que posee el grafema es un rasgo de ese signo en época posclásica. Estas fechas tardías contrastan con la de la estructura que los alberga, que muy posiblemente fuese erigida en el Clásico Tardío o Terminal. También contrasta con la presencia de las estelas fechadas para finales del siglo ix, con representaciones eminentemente clásicas, lo que lleva a suponer que posiblemente las estelas fueron reubicadas (Ball, 1977; Andrews, 1973). De modo que es factible hablar de una reocupación del sitio en el Posclásico, o bien de una continuidad en él a lo largo de estos dos periodos.