Este año cumplimos nuestro aniversario número 40 y, como revista especializada en el cada vez más amplio terreno de la investigación educativa, seguimos empeñados en el objetivo de difundir los resultados de la investigación en este campo. En nuestras páginas han tenido cabida, y la seguirán teniendo, diversos enfoques teóricos, múltiples metodologías, y los más variados temas y problemas educativos, siempre y cuando cumplan con los criterios académicos de rigor y argumentación, porque nos interesa contribuir al debate sustentado, fomentar el intercambio de ideas y propiciar la interlocución entre la comunidad de investigadores, tanto a nivel nacional como internacional.
Afortunadamente, la investigación educativa cada vez tiene un mayor grado de consolidación y reconocimiento, tanto por el desarrollo de las disciplinas que en ella convergen como por las evidencias que han acumulado. La educación, durante décadas, con variantes y distintos enfoques, ha aparecido como una de las vías para lograr un mejor desarrollo socioeconómico; la más reciente ha sido la llamada sociedad (o sociedades) basada en el conocimiento, misma que ha traído consigo un renovado interés por los rezagos, las dificultades y los resultados de los distintos sistemas educativos en el mundo. En buena medida, ahí encuentran su justificación los cursos de acción y el volumen de recursos públicos que se canalizan al área social, y especialmente al sector educativo. La orientación de los cambios educativos para responder a los imperativos del presente y del futuro, necesariamente deben tener respaldo en el conocimiento técnico y las evidencias aportadas por la investigación educativa.
Los matices pueden tener un gradiente relativamente amplio, pero hay un cúmulo de información y evidencias, derivadas de la investigación educativa, sobre lo que funciona o no en la educación, los factores que dificultan o propician el aprendizaje, el desempeño de los profesores, los procesos de gestión, sobre lo intentado para mejorar o reformar el sistema y sobre muchos otros temas. Tal vez los responsables de la toma de decisiones, si se proponen poner en marcha algunas medidas de relevancia, y si tienen presente la documentación disponible, podrían contar con argumentos técnicamente fundados, mejorar las prácticas educativas y anticipar algunos de los efectos no deseados en este terreno.
En un nuevo periodo de gobierno, como el que inicia en México, es la hora de trazar las coordenadas por las que se desplegarán las acciones, los programas y los planes; y también es el momento de recuperar el conocimiento acumulado y las aportaciones de la investigación educativa para orientar las decisiones políticas. En un contexto mundial en el que adquiere notoriedad la información falsa, los hechos alternativos y la improvisación, conviene recuperar las evidencias comprobadas y los resultados de la investigación para planear y emprender acciones.
Este año de aniversario lo cerramos con un número en el que concurren contribuciones con temáticas y alcances muy variados. Al inicio se presentan dos artículos de corte histórico: el primero de ellos, a cargo de Felipe León Olivares, realiza un análisis de la movilidad estudiantil en los años veinte del siglo pasado; se concentra especialmente en un grupo de becarios de la entonces Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de México que salió del país en esa década para formarse en Europa. El propósito es explicar su impacto en la institucionalización de la enseñanza de la química en México. El segundo artículo, de la autoría de Blanca Irais Uribe Mendoza, documenta el origen de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México y responde las interrogantes sobre la forma en que la educación veterinaria se incorporó a la Universidad y cuál fue su trayectoria en los regímenes posrevolucionarios entre 1929 y 1934.
En tercer lugar, aparece un estudio cuantitativo de Valeria Cantú y Juan Carlos Rodríguez sobre el nivel de conocimientos de más de 14 mil egresados de educación secundaria de México en materia de salud. El instrumento para recopilar la información fue el Examen al Egreso de la Educación Básica en el Área de Salud (EXEEBAS), el cual está integrado por 37 ítems de respuesta múltiple sobre conocimientos de salud. La investigación se desarrolló en una entidad federativa del norte de la República mexicana, y sus resultados muestran que los alumnos examinados poseen, en promedio, apenas poco más de la mitad de los conocimientos que explora el Examen. Además, muestra que las puntuaciones fueron más favorables para las mujeres, localizadas en secundarias privadas, inscritas en el turno matutino y del grupo de edad correspondiente al nivel. Por el contrario, las puntuaciones más bajas fueron para los hombres, inscritos en telesecundarias, pertenecientes al turno vespertino y en su mayoría de extraedad.
Un siguiente texto, de la autoría de Iris Castillo, Vicente J. Llorent, Leonor Salazar y Mercedes Álamo, está dirigido a describir el procedimiento didáctico utilizado por los docentes interculturales bilingües para alfabetizar desde la educación inicial a niños wayuu, uno de los pueblos indígenas que habitan Venezuela, conocido también como guajiros. Entre sus conclusiones destaca que aunque los niños están siendo alfabetizados en ambas lenguas, predomina la segunda lengua y no existe una planeación de alfabetización en la escritura en wayuunaiki. También destaca que las clases de educación intercultural bilingüe tienen una muy escasa duración (45 minutos semanales) y los planes tienen deficiencias en el diagnóstico de las competencias orales y escritas de los niños.
Otro texto sobre la integración de la alfabetización digital a las escuelas, de la autoría de Carolina Matamala, se propone contribuir al debate en este terreno interrogando sobre las estrategias pedagógicas que utilizan los profesores para enseñar a buscar información con medios digitales y para producir información con esos mismos medios, así como las razones que justifican esas estrategias. El estudio fue realizado en una región de Chile y una de sus principales conclusiones es que las estrategias que siguen los profesores son precarias y no responden a una lógica de alfabetización digital. En general, la autora concluye que los profesores “siguen optando por el uso de estrategias clásicas como método primordial para cubrir el currículo”, y no se observa en los centros educativos “un plan de acción orientado a desarrollar alfabetización digital entre los estudiantes, y mucho menos a prepararlos como ciudadanos en contextos digitales”.
El trabajo de Ianina Tuñón y Georgina Di Paolo (“Lo comportamental e institucional como factores asociados a las calificaciones escolares en Lengua y Matemática”) se propone añadir, al análisis de los resultados escolares, factores relacionados con actitudes y comportamientos de tipo individual (hábito de lectura, usos de Internet, práctica de algún deporte), otros de tipo institucional objetivo (gestión educativa, jornada escolar, oferta de asignaturas) y unos más de tipo subjetivo (percepción de la calidad de la enseñanza y del tratamiento que reciben los estudiantes en la escuela). El análisis está basado en los datos (2016-2017) de poco más de 6 mil niños y jóvenes que están entre los 6 y 17 años. La información proviene de los microdatos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) del Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina. La mayoría de sus resultados corroboran diferentes hallazgos de estudios previos.
Por su parte, el estudio de Teresa Morlà, Daniel Eudave e Ignasi Brunet persigue dos objetivos: precisar los obstáculos que afrontan los profesores universitarios para la enseñanza de la creatividad, y plantear qué actuaciones presentan para superar esas dificultades y lograr fomentarla. Es un estudio de caso en dos licenciaturas relativamente contrastantes (Arquitectura y Biotecnología), pertenecientes a la Universidad Autónoma de Aguascalientes (México). Los autores destacan que el estudio muestra “cómo la actitud hacia la creatividad, las habilidades del profesorado y el método de enseñanza tienen relación directa en el progreso del pensamiento creativo de los estudiantes”.
Finalmente, nuestra sección Claves cierra con dos artículos más: uno de Isabel Romero, Pedro Gómez y Andrés Pinzón sobre las metas de aprendizaje como estrategia formativa; y otro de Cristian Cerda y José L. Saiz acerca del aprendizaje autodirigido con tecnologías digitales. El primero es un trabajo centrado en un programa de formación de profesores de matemáticas de secundaria que muestra las bondades de una estrategia de evaluación formativa basada en compartir las metas de aprendizaje con los alumnos; el segundo, trata de ubicar los componentes del aprendizaje autodirigido del saber pedagógico en estudiantes chilenos de Pedagogía. Los autores sostienen que los resultados de su investigación “son contundentes en identificar el rol de la práctica docente como un eje central del aprendizaje autodirigido del saber pedagógico”.
En la sección Horizontes encontrará el lector una revisión teórica sobre creencias epistemológicas y la influencia que tienen en los procesos de aprendizaje, de la autoría de Mercedes Zanotto y Martha Leticia Gaeta. El objetivo es, dicen las autoras, “llevar a cabo una reflexión sobre la pertinencia de desarrollar investigación educativa en México enfocada a la epistemología personal de los aprendices de investigación”.
Por último, en la sección de Documentos reproducimos un ilustrativo, breve y sugerente texto acerca de la discusión teórica sobre la educación como bien público. Se trata de una revisión de ese principio, que considera las recientes tendencias de privatización y mercantilización de la educación. La autora, Rita Locatelli, responsable de la Cátedra UNESCO sobre Derechos Humanos y Ética de Cooperación Internacional, sostiene que el “concepto de educación como bien común puede representar un marco complementario útil para su gobernanza en un contexto cambiante”.
Este último número de 2018 de Perfiles Educativos reúne resultados de investigaciones realizadas en México, Venezuela, Chile, Argentina y Colombia, y aborda diversas temáticas de enorme interés. Confiamos en que este aporte alimentará la reflexión y la investigación educativa, especialmente aquélla de habla hispana.