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Nova tellus
versión impresa ISSN 0185-3058
Nova tellus vol.30 no.1 Ciudad de México 2012
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Los poderosos Carmina Burana de Carl Orff. Estudio y traducción rítmica castellana
The Powerful Carmina Burana by Carl Orff. Study and Rhythmic Spanish Translation
Tarsicio Herrera Zapién
Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: tarherzap@yahoo.com.mx.
Fecha de recepción: 11 de octubre de 2011.
Fecha de aceptación: 27 de agosto de 2012.
Resumen
Los Carmina Burana ciclo de poemas anónimos encontrados en la abadía de Benediktbeuern, en Baviera constituyen una típica colección de gozosos cantos de los goliardos medievales, frailes retirados de algunas abadías benedictinas. De esta colección, los humanistas J. A. Schmeller y M. Hoffmann formaron cinco grupos contrastantes de poesías: el triunfo de la fortuna, una escena de la primavera, unas danzas en el prado, una escena en la taberna y una conclusiva corte de amor. Carl Orff compuso con ellos una partitura que ha tenido por medio siglo un enorme éxito, tanto en forma de ballet como de coral sinfónico. Se traducen aquí rítmicamente todos los coros, que pueden también cantarse con precisión en español.
Palabras clave: Carl Orff, goliardos, poesía medieval, danza, latín.
Abstract
Carmina Burana, cycle of anonymous poems found in the Benediktbeuern Abbey of Bavaria, is a typical collection of cheerful songs by medieval Goliards, i.e, monks retired from benedictine abbeys. Based on this collection, the scholars J. A. Schmeller and Michel Hoffmann formed five contrasting sets of poems: the Triumph of Fortune, a Spring scene, dances in the meadow, a scene in the tavern and a conclusive court d’amour. Carl Orff composed for them a musical score that for half a century has had a huge success, both in form of ballet and of symphonic chorale. Here, all the choruses are given in rhythmical translation, so that they can be properly sung in Spanish.
Keywords: Carl Orff, Goliards, medieval poetry, dance, Latin.
Introducción
El origen de los Carmina Burana
Los Carmina Burana1 son un caso excepcional en la historia de la música. Se trata de 22 poesías líricas en latín familiar, salvo dos y media en alto alemán, y otra en latín entreverado de provenzal. Muchas de ellas son anónimas, y fueron encontradas durante el siglo XIX en el monasterio de Benediktbeuern por el investigador J. A. Schmeller. Contaban ya incluso con algunas melodías gregorianizantes que casi a nadie interesaban, cuando se apoderó de ellas el ingenio de Carl Orff en 1937.
Orff decidió seleccionar, con ayuda del musicólogo Michael Hoffmann, las 22 poesías mencionadas, y ponerles una música que cantaran masas de estudiantes y obreros y centenares de grupos infantiles. Para ello creó la partitura profana más rítmica y pegajosa que pueda imaginarse, pues llega a lo primitivo y salvaje, basada más en el ritmo y en la recitación que en la melodía, y construida a base de cuartas y quintas robustamente medievales. Usó también los modos eclesiales, pero sólo a causa de la distensión lírica inherente a las modalidades gregorianas; y las situó después de cada uno de los doce grandes coros que han inmortalizado a su cantata Carmina Burana.
El ciclo poético que dio origen a este monumento musical pertenece a la baja Edad Media, hacia el siglo XIII, cuando la lengua imperial había adquirido una enorme fluidez rítmica y fonética.
El éxito de esta colección fue fulminante. El terrible Führer adoptó algunos de esos coros como himnos del nazismo, si bien otros opinan que los propios coros de la "Fortuna" (Fortunae rota volvitur, "la rueda de la Fortuna da vueltas") ya pronosticaban la derrota del líder. Al caer Hitler, la gloria musical de Carl Orff quedó en entredicho. Pero un cuarto de siglo después de aquel 1945 en que Europa fue liberada, ya el olvido social reaccionaba ante el genocidio, y la memoria histórica comenzó a rescatar la belleza pura de los soberbios coros de Orff.
Hoy día, los Carmina Burana se representan en todas las formas posibles: en conciertos sinfónicos, en temporadas de ópera, en programas de ballet, en recitales de coros.2 Incluso fueron usados hasta en arreglos de rock por los Doors. En 2003, el grupo Diez pianos en concierto incluyó el coro "O Fortuna" en su repertorio instrumental.
El repertorio de Orff
Tras el éxito del latín goliárdico de los Carmina Burana (1937), Orff completó su tríptico Trionfi con el latín clásico de su "concierto escénico" Catulli carmina (1948) y con el de la cantata II Trionfo di Afrodite (1953). En la misma línea clasicista, Orff se abocó a musicalizar tragedias griegas: compuso una Antígona (de 1949) en alemán; un Oedipus (de 1959) también en alemán, y un Prometheus (en 1966), en griego clásico. Por lo demás, Orff trató también temas sacros, desde un dulce Cuento de Navidad, en alemán, hasta una Comoedia de Christi resurrectione (1957) y una desgarradora De temporum fine comoedia (de 1973), ambas en latín bíblico.
¿Quién se iba a imaginar tal éxito en una obra como Carmina Burana, derivada, en un aspecto, desde el ácido acento de Las bodas de Stravinsky (1923) y, en el otro, desde la sutileza de la salmodia gregoriana medieval? El secreto es la fogosa orquestación arriba anotada. Más aún, esos espléndidos coros orgiásticos son favoritos para anuncios comerciales que exaltan la "fortuna" que hace falta para poder comprar ciertos autos de lujo.
Hagamos nuestra esa fortuna musical: es un triunfo del ritmo, pero también de la lengua latina, que han corrido parejas durante siglos en la historia de la música.
Canteras para un pórtico
Otras obras ganan aplausos, Carmina Burana arranca al público no sólo ovaciones, sino hasta gritos de júbilo. Entre las partituras más aclamadas se cuenta esta cantata sinfónica al lado de la desgarradora Sinfonía de Salmos de Stravinsky y de los Requiem polarmente opuestos entre sí de Verdi y de Fauré. El texto latino, relevante en todas estas obras, no les quita claridad, y sí les añade la resonancia de una tradición de muchos siglos.
La cantata de Orff es mina de antítesis
Mientras las óperas de Verdi y Puccini gustan por su texto actual, los cantos buranos deleitan por el sabroso arcaísmo de sus estrofas redactadas en el siglo XIII por clérigos "eruditos" como Hugo de Orleans:
O Fortuna, velut luna,
statu variabilis.
Pero el latín de esos poemas no es la hermética lengua de los aforismos de Horacio y de Cicerón. En los cantos compuestos en latín vivo y seleccionados por el citado musicólogo y humanista Michael Hoffmann a partir de la colección de J. A. Schmeller, todo es claridad, ritmo, rima regocijada:
Bibit velox, bibit piger
bibit albus, bibit niger.
Los clásicos romanos, por otra parte, medían sus versos por duración silábica, o sea cuantidad, y casi nunca rimaban. En cambio los poemas de Beuren, como los himnos de su época, avanzaban hacia las métricas modernas al abundar en rimas felices y en versos de medidas constantes.
¿Cómo logra Carl Orff la grandeza por medio de la plena sencillez expresiva?
Comienza por construir con bloques de piedra noble melodías de llana claridad. Las estructuras luego siguen en vastas galerías de ritmos obstinados. Y estas unidades mayores las dosifica en claroscuros de impacto graduado entre lo etéreo y lo arrollador. Ante una vasta fachada sugerida por la orquesta en pleno, coloca el autor a los coros mixtos, que comienzan desplegando, como pórticos, dos alucinantes coros de la Fortuna que gobierna el mundo. Junto a ellos, el barítono pinta luego, sin prisas, el fresco del "Sol sutil", en medio de la escena de la primavera. Después de desplegar los senderos de una colorida danza "En el prado", Orff nos introduce al salón del palacio donde el tenor parece una hoguera que chisporrotea las tres agudísimas estrofas del "Cisne asado". Recorremos después ese gran salón en el orgiástico "Coro universal de bebedores", que caldea hasta los cimientos del teatro.
Entonces sale a escena, que es como salir a un jardín, la brisa fresca de la soprano seguida por el coro de niños, para ejecutar junto al barítono la "Corte de amores". Es el momento apto para que el barítono, ante coros y orquesta, entone una serenata de acentos medievales a la soprano que sueña en su alto aposento:
La muchacha sin galán / de placer carecerá.
Luego de los coloquios del barítono, asomará ella bajo su ajimez para entonar:
Llegó la niña / con roja túnica;
si alguno tócala, / tiembla la túnica.
Nuevos despliegues del galán y del coro nos pasean por el jardín, hasta que finalmente nos introduce a la alcoba, donde la soprano medita en voz baja:
Van en mi mente oscilando
dos pesos contrarios:
mi amor lascivo y mi recato.
El palacio sinfónico de los cantos de Beuren tiene tres planos conclusivos. Inicialmente, un recorrido por patios y jardines en el coro múltiple: "El tiempo es gozoso, oh vírgenes". Luego, la sala del trono de Venus en el coral poderoso: "¡Salve, la hermosísima!". Y por fin, el retorno a la fachada "O Fortuna, velut luna", de múltiples pórticos y ojivas.
Cerrado el ciclo de la diosa Fortuna, comienza el cataclismo de vítores y ovaciones del público. Así sucedió en Frankfurt durante el estreno en 1937. Así viene sucediendo cada vez que reaparece esta obra en cualquier teatro y en cualquier país del mundo.
El ciclo poético que ha originado este monumento musical era merecedor de una versión que se ciñera a los variados ritmos y rimas de su texto latino. He aquí nuestra versión rítmica. Además de poder auxiliar la audición sinfónica, tratamos de que se pueda imponer por su propio respeto a la majestad verbal del texto latino, con su belleza polirrítmica y multirrimada.
BIBLIOGRAFÍA3
Arias y Arias, Ricardo, La poesía de los Goliardos, Madrid, Gredos, 1970. [ Links ]
Carmina Burana, prólogo de Carlos Yarza, texto en latín y traducción al español de Lluís Moles, Barcelona, Seix Barral, 1978. [ Links ]
Carmina Burana, texto en latín y versión al catalán de Joan Petit y prólogo de Antoni Comas, Barcelona, Quaderns Crema, 1991. [ Links ]
Curtius, Ernst Robert, Literatura europea y Edad Media latina, México, fce, 1955. [ Links ]
De Villena, Luis Antonio, Dados, amor y clérigos (Los goliardos en la Edad Media europea), Madrid, cupsa, 1978 (reeditado en Sevilla, Renacimiento, 2010). [ Links ]
La poesía de los goliardos. Carmina Burana (selección de Carlos Montemayor), México, sep, 1987 (Cien del mundo). [ Links ]
Lírica latina medieval. Tomo I: Poesías profanas, edición bilingüe preparada por J. O. Reta y Manuel A. Marcos Casquero, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1995. [ Links ]
Quirós, Manuel Antonio, La Edad Media, los <<Carmina Burana>> y Carl Orff, San José (Costa Rica), Editorial Universidad de Costa Rica, 2007. [ Links ]
1 Carmina Burana o Poemas de Bura. Bura es una forma latina abreviada de Benediktbeuern, un municipio de Baviera, Alemania [N. del E.].
2 A esta línea pertenece la grabación en CD: Carl Orff, Carmina Burana, 2001. Orquesta de Cámara de la Escuela Nacional Preparatoria. Director Luis Samuel Saloma. Coros de los nueve planteles de la enp. Coordinación: María Teresa Gutiérrez. Grabación: enp. Sala Nazahualcóyotl, en vivo.
3 La bibliografía fue elaborada con el fin de dar a conocer las publicaciones recientes en español sobre el tema [N. del E.].
INFORMACIÓN DEL AUTOR:
Tarsicio Herrera Zapién, doctor en letras Clásicas por la Universidad Nacional Autónoma de México, es profesor de latín y etimologías y estudioso de Horacio, Tibulo, Ovidio, Marcial, Fray Diego Valadés, Diego José Abad y Sor Juana Inés de la Cruz. Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.