Como cada año, desde 1987, se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Investigadores del Pensamiento Novohispano, que, a partir de este año, en honor a uno de sus fundadores, llevará el nombre de “Roberto Heredia Correa”. Esta XXVI edición se celebró por primera vez en el Instituto de Investigaciones Filológicas en colaboración con el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM en la ciudad de México. Contó con la participación de investigadores de distintas sedes de educación superior, con el propósito de dar a conocer los avances de sus investigaciones en las áreas de Artes, Filosofía y Ciencias, entre otras disciplinas, concernientes al período novohispano. En la ceremonia de bienvenida, llevada a cabo en el Aula Magna del IIFL participaron la Dra. Aurelia Vargas Valencia, directora de dicho instituto, la Dra. Guadalupe Curiel Defossé, directora del IIB, y el Dr. Mauricio Beuchot Puente, presidente del EIPN, quienes reconocieron la constancia de estas convivencias académicas y exhortaron a seguir con esta tradición; también se anunció la donación al IIFL de la biblioteca personal del Dr. Roberto Heredia Correa.
Posteriormente, Elisa Heredia Correa, hermana del fallecido Dr. Heredia, leyó una conmovedora remembranza incluida en un Epítome, editado por Jitanjáfora, en el cual familiares, amigos, colegas, entre otros allegados, le rindieron homenaje.1 Este discurso proporcionó al auditorio impresiones en las que se descubrió el lado más familiar del reconocido académico que nunca olvidó sus orígenes en Ucareo, Michoacán, su pueblo natal. El texto estuvo plagado de anécdotas; como hermana menor expresó: “no hubo mejor maestro que él, todo lo que sabíamos, lo sabíamos gracias a él”.
Concluida la ceremonia inaugural, Mauricio Beuchot Puente pronunció la primera conferencia magistral del evento, titulada Hermenéutica novohispana: Bartolomé de las Casas, en la que se nos presentó al fraile dominico, misionero de Chiapas, como un firme defensor de los indígenas, quien buscó entenderlos hasta donde le fue posible, descubriendo un humanismo indígena distinto del europeo, que supo comprender analógicamente y lo hizo reconocer en él una multiculturalidad. Utilizó la Hermenéutica y la Retórica, ciencias hermanas, para comprender a los indígenas, su cultura, sus tradiciones, sus ritos, entre otras cuestiones, experimentando otra forma de diálogo con las nuevas culturas para enseñarles el cristianismo sin tener que recurrir a los golpes, ya que para él la hermenéutica tiene que ver con la parte emisora, y la retórica con la parte receptora. Así, de las Casas asimiló ciertos aspectos indígenas, pero también criticó otros tantos que no comprendía, mas no por ello dejó de ser equitativo; dichos choques culturales son naturales, según Beuchot, pues, para que exista un diálogo intercultural, no sólo debe haber comprensión, también debe estar presente un juicio natural.
De este modo, de las Casas demostró que los indígenas, al igual que los Europeos, tenían la capacidad de gobernarse; utilizó la analogía para comparar actitudes religiosas indígenas con las cristianas, griegas y romanas, pues, como mencionó el conferencista, siempre se ha tachado a los indígenas de ser sumamente violentos en cuanto a sus ritos, pero ¿qué hay de los ritos clásicos? Bartolomé supo lidiar con todo esto, incluso catalogó a los indígenas como personas más prudentes que los griegos y romanos de la antigüedad, también comparó a las divinidades indígenas con las deidades clásicas y llegó a la conclusión de que los nativos americanos eran en alto grado pacifistas, tenían un carácter múltiple, incluso más que otras etnias idólatras, y se veían dispuestos a acoger la evangelización. Beuchot llegó a la conclusión de que el género humano es uno, pero sus manifestaciones son varias, y que para juzgar hay que comprender, y al comprender es natural juzgar, de esta forma entiende la importancia de la hermenéutica novohispana de Bartolomé de las Casas.
Las temáticas de este encuentro fueron: Fuentes documentales, Filosofía, Ciencias, Historia, Instituciones Jurídicas y Pensamiento Político, Literatura y Arte. En la primera mesa, dedicada a Fuentes documentales, se presentaron las siguientes ponencias: “1668, tesis novohispana sobre decuriones y regidores”, por Fernanda González Gallardo, un interesante documento que fue “diseccionado” por la ponente para lograr la inteligencia de este importante ramo que resguarda el Archivo General de la Nación. Guadalupe Ruiz Esparza nos ilustró sobre “Un intelectual del siglo XVII en la Nueva Galicia y sus aficiones”, en la que nos habló, a manera de biografía, de Domingo Lázaro de Arregui, licenciado en teología, clérigo, agricultor, esclavista, entre otras facetas, quien escribiera acerca de accidentes naturales, villas, pueblos, flora y fauna regional, y que tenía una especial afición por la metamorfosis, la mitología, la cosmología, la navegación y los libros religiosos. José Manuel Trujillo Diosdado, en su ponencia “Athanasius Kircher y el Códice Mendocino, entre la interpretación simbólica y la literal”, mencionó las analogías que hay entre la interpretación que el filósofo hizo de los jeroglíficos egipcios y la exégesis que puede elaborarse para el mencionado códice, y, finalmente, Heréndira Téllez Nieto nos habló sobre “La versión novohispana de las Fábulas de Esopo en latín y náhuatl, Ms. 287 de la Biblioteca Nacional de Francia”; mencionó el método para educar y moralizar indígenas utilizando la fábula, así como el interés por la asimilación de la cosmografía indígena. Posteriormente, presentó una imagen del texto latino-náhuatl de las Fábulas y planteó la incógnita: ¿Cómo y de qué lengua hicieron la transcripción y adaptación para el náhuatl? Surgieron dos hipótesis, una poco probable: las Fábulas habían sido traducidas directamente del griego, y la otra, al parecer más acertada, fue que en algunos colegios como el de Tlatelolco se enseñaba el latín, lo que, por consiguiente, produciría la traducción al náhuatl a partir de la versión latina.
Como cada año, se presentaron las publicaciones de reciente aparición. En primer lugar, de la Dra. Verónica Murillo, el libro Cultura, lenguaje y evangelización, Nueva España, siglo XVI, editado por Porrúa (2012). En esta obra se analizan algunos discursos franciscanos incluidos en las crónicas donde se trata la relación entre el indígena y los misioneros franciscanos. Verónica Ham, participante de ADABI, habló sobre el libro Este amoroso tormento: El libro y la mujer novohispana, el cual se divide en cuatro capítulos, donde se tratan temas como la instrucción y formación de la mujer novohispana, los libros escritos para ellas o lecturas ex professo, y los libros escritos por mujeres y sobre mujeres, o de mujeres en la palestra editorial (libros impresos por ellas); en general, este texto brinda una perspectiva distinta de lo que se piensa de la mujer novohispana, habla de por qué la religión fue la base de su educación y de las cosas prodigiosas con las que la mujer dota a las obras que escribe.
El Dr. Adolfo Díaz Ávila presentó su Comentario a la Lógica mayor del Rdo. Padre Tomás de Mercado de la Orden de Predicadores, profesor de Artes y Sagrada Teología, en versión bilingüe y formato CD-Rom. Hugo Ernesto Ibarra Ortiz, de la UAZ, nos habló de El paradigma sermocinal en la Nueva España. Siglo XVII, obra de su autoría, donde presenta una investigación influenciada por su curiosidad respecto al sermón dado en castellano dentro de la misa en latín.
Otras tres publicaciones anunciadas no pudieron ser presentadas, por causa del retraso de las respectivas editoriales.
La segunda mesa de Fuentes documentales incluyó el trabajo de Ángeles Ocampo: “La biblioteca del arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta en el Real Colegio Seminario de Instrucción, Retiro Voluntario y Corrección del Clero secular”, comunicación muy didáctica, pues mostró imágenes de la biblioteca del Museo Nacional del Virreinato y de algunos ejemplares del noviciado con sus respectivos ex libris; la ponente dio una breve pero precisa explicación de la historia del colegio. María Idalia García Aguilar presentó “Tras bambalinas de letras: los impresores de la Nueva España”, ponencia sumamente interesante que enfatizó las dificultades a las que se enfrentaba este gremio ante la Inquisición, pues la Iglesia veía en ellos un gran peligro, diariamente realizaban un trabajo difícil y competitivo del cual se desconocen ciertos aspectos por falta de documentos. La ponente concluyó invitando a recordar que, además de obras y autores de cualquier época, no debe olvidarse a los personajes que hicieron y siguen haciendo que el conocimiento llegue a nuestras manos: los impresores.
Virginia Trejo Pinedo habló de “La percepción del monarca en los impresos novohispanos”. Explicó que la monarquía de España se dividía en rey, patria y religión, y que el monarca realmente no era visto como algo sagrado, como sucede en otras culturas, sino como una figura a la que tenía que respetarse y que detentaba el poder porque el pueblo se lo daba, tenía obligaciones como cabeza de la monarquía, debía ser ejemplar y, a la vez, procurar y velar por la patria. En la época novohispana se diluyó un poco la imagen del rey y ya no era el padre al que se le debe respeto, sino un simple humano, un hombre común. Sin embargo, en todas las épocas de la humanidad sucedieron altercados entre el rey, patria y religión.
Detalle importante de esta edición de los Encuentros fue que hubo sólo algunas mesas simultáneas. La mesa 3 sobre Filosofía tuvo como personaje central a Francisco Javier Clavijero, y se presentaron las siguientes ponencias: “Clavijero y su polémica con la filosofía de la Ilustración y el jansenismo en una carta de 1776”, de Rodolfo Sánchez Ramírez; “La importancia de la educación en las obras de Francisco Javier Clavijero”, por Maribel Sánchez Matías, y “Clavijero ilustrado: Aproximaciones a su quehacer antropológico”, de Juan José Cruz Aguilar.
Posteriormente se llevo a cabo la última mesa del día miércoles, Ciencias I, en la que pudimos escuchar las ponencias “Historiografía de la ciencia novohispana”, de Alberto Saladino García; “Química, Revolución e Ilustración en el siglo XVIII”, de Patricia Elena Aceves Pastrana; “José Mariano Mociño (1757-1820). Aportaciones a la historia natural novohispana”, de Graciela Zamudio Varela, y, de José Francisco Javier Dávila Martínez, “La cátedra de Astrología y Matemáticas, y sus fundamentos ideológicos”. En todas ellas se habló a grandes rasgos sobre lo importante que es recuperar la “materia prima” para impulsar los estudios de la Ciencia en México, refiriéndose los ponentes a la necesidad de retomar los estudios de botánica y otras disciplinas de científicos de la época novohispana, pues es tan esencial estudiar las ciencias actualmente como cultivar los inicios de las mismas para poder hacer comparaciones y progresar.
El jueves 7 las ponencias se distribuyeron en las siguientes mesas temáticas: Ciencias, Historia, Filosofía, Educación, Literatura, Pensamiento Político. La segunda mesa de Ciencias con que abrió el día estuvo a cargo de Ilse Ivonne Borja Valadez y Jorge Zacarías Prieto con “El protomedicato en México: una mirada desde el Archivo de la Facultad de Medicina de la UNAM”; Benjamín Flores Hernández con “Contribución al estudio de la vida y la obra del médico ‘coleto’ José Felipe Flores, ‘el doctor de las lagartijas’”; Rolando Neri Vela con “La medicina en la literatura mexicana del siglo XVIII”, y Adriana Macías Madero con “Las huertas novohispanas, el arraigo de una tradición”.
La mesa de Historia, paralela a la anterior, estuvo compuesta por los siguientes participantes y temas: Clara Inés Ramírez Gozález, “Escritos de mujeres hispánicas, siglos XVI a XVIII. Historia de un proyecto de investigación”; Tania Elizabeth Romero Sánchez, “Deseos desbordantes y quehaceres pendientes. Acerca del núcleo del estereotipo de la bruja y su importancia para las historias de brujas novohispanas”; Florencio Barrera Gutiérrez, “Riqueza, prestigio y alianzas. El linaje de los Villanueva en los siglos XVI a XIX”; Carlos Urani Montiel Contreras, “Joseph Neumann en la Sierra Tarahumara: movilidad y registro escrito”, y Fabián Costa Rico, “El virreinato de la Nueva Galicia”.
La conferencia magistral del día estuvo a cargo de José Quiñones Melgoza, quien hizo un sólido recorrido a través de la “Poesía neolatina mexicana del siglo XVI”, presentando muchísima información precisa, confirmándose así como el experto en dicho tema.
Algo a resaltar es que tuvo lugar una mesa con la temática de “Instituciones Jurídicas”, rubro que desde hace varias ediciones se echaba de menos. En esta mesa participaron Jesús Antonio de la Torre Rangel, con “El concepto de soberanía en Primo Verdad: la tradición escolástica hasta sus últimas consecuencias” y Napoleón Conde Gaxiola, quien presentó “La cultura jurídica en Bartolomé de las Casas”. También se presentaron dos comunicaciones sobre Lizardi: “El ideario político en dos autores independentistas: Bartolomé Hidalgo y Fernández de Lizardi”, de María de Lourdes Ortiz, y “Noticias sobre las elecciones políticas en la época de Fernández de Lizardi a través de sus escritos”, de Salvador Vera Ponce.
En la segunda mesa de Filosofía participaron Noé Héctor Esquivel Estrada con “Sobre el conocimiento de la verdad y el modo de comunicarla a los otros en la obra Elementos de Filosofía Moderna de Díaz Gamarra”; José Luis González Rojo con “Gottfried Wilhelm Leibniz en las Lecciones matemáticas del Dr. José Ignacio Bartolache”, e Izchel Viridiana Sánchez Reséndiz con “El hechizo como construcción teológica”.
La siguiente mesa, la tercera sobre Filosofía, estuvo integrada por Hugo Ernesto Ibarra Ortiz, “Retórica y verosimilitud en los sermones barrocos (siglo XVIII)”; Verónica Murillo Gallegos, “Fray Andrés de Olmos y su concepción de ley”; Alejandro César Antonio Luna Bernal, “Valoración moral del comercio de Suma de tratos y contratos (1571) de Tomás de Mercado”, y Carmen Rovira, “Alonso de Maldonado y Buendía, un franciscano desconocido”.
En la mesa 10, Educación y Literatura, se tocaron los siguientes temas: “Francisco Javier Clavijero y José Antonio de Alzate, educadores y defensores del americanismo en Nueva España” por Florencio Torres Hernández; “Cicerón y Horacio en un cuaderno de apuntes escolares de la Biblioteca Nacional de México”, de Hilda Julieta Valdés García; “La figura heroica de Bernardo de Gálvez en la poesía de Manuel Quiroz y Campo Sagrado”, de María Isabel Terán Elizondo, y, por último, “El pie de María, ipsa conteret. Ideas demonológicas en Los Sirgueros de la Virgen”, de Alberto Ortiz.
La mesa de Literatura tuvo la particularidad de estar conformada por comunicaciones basadas únicamente en el género del sermón; la Dra. Godinas del IIB agradeció que se le diera a este tipo de discursos la distinción de “género literario”, pues, al ser considerado menor, para muchos no llega a ser tal. Participó con su ponencia intitulada “El laboratorio del sermón. La colección de manuscritos de Juan José de Eguiara y Eguren en la Biblioteca Nacional de México”. También intervinieron Wendy Morales Prado, con “Sangre y lágrimas de un corazón muerto: invitación al sufrimiento en un sermón de exequias novohispano”; José David Hernández y Álvarez, con “Elogios y peticiones en un sermón del siglo XVIII”; Jorge Luis Merlo Solorio con “Sermones de algarabía: Gestación de la identidad a los pies de san José”, y Blanca Alejandra Garduño Bocanegra con “El alma encarnada y el cuerpo animado. El imaginario del cuerpo en el sermón novohispano”.
Las sesiones del viernes 8 fueron muy ricas en variedad: Literatura, Historia y Artes. Las primeras mesas simultáneas se dedicaron a Literatura e Historia. En la primera escuchamos a Tadeo Pablo Stein con su ponencia “Pervivencia épica en La octava maravilla y sin segundo milagro”; Alexis Cuauhtémoc Hellmer Villalobos con “Apuntes en torno a la Proteus ecloga de Luis Peña”, en la cual se resaltan las rarezas de la obra de Peña, las cuales resaltan cómo adquirir la inmortalidad a través de las letras y el impulso a la tradición literaria de una nación a través de un poema que manifiesta el origen de la misma. El ponente hizo uso de múltiples imágenes con las que profundizó en el tema. Cristina Aragón Velasco participó con “¿Cómo expresar el momento socio-histórico en un manual para príncipes? El Catecismo real de Juan de Rojas y Ausa”, un análisis a la dinámica que presenta Rojas para el ascenso a una sociedad letrada dirigida por un varón espiritual, influenciado por profesores religiosos y que ha tomado las características positivas y negativas de otros reyes hispanos, las cuales eran el tópico de Rojas y Ausa para lograrlo; entre otras cosas, la garantía de producción textual al ingresar a la corte hispana llamó mucho la atención, pues lo hacía accesible a las altas esferas. Carmen Fernández Galán y Salvador Alejandro Lira concluyeron esta mesa con “El príncipe cristiano y el pacto monárquico en las expresiones novohispanas de lealtad”, el cual trató sobre la importancia y la conexión que establece el monarca entre el cielo y sus vasallos.
La mesa 13 sobre Historia estuvo conformada por especialistas de distintas disciplinas que tenían en común el tema de viajes realizados en la Nueva España. Juan Álvarez-Cienfuegos habló sobre los “Comentarios a Esas Yndias equivocadas y malditas de Rafael Sánchez Ferlosio”; Víctor Manuel Ávila Ávila trató de la “Idolatría indiana en la Nueva España en el siglo XVII”; Enriqueta M. Olguín plasmó su visión de antropóloga en “El culto al Señor del Buen Viaje y las rutas de intercambio entre el norte del Valle del Mezquital y la costa del Golfo de México”, y, finalmente, David Pérez Becerra presentó el interesante caso de “El Santo Cristo renovado: un modelo hierofánico singular”, y abundó en otros milagros semejantes también ubicados en Latinoamérica.
Posteriormente se presentó la conferencia magistral “El pensamiento novohispano: oriundo y teleológico”, a cargo del Dr. Arturo Ramírez Trejo, quien invitó a la asistencia a concebir el pensamiento no como un anecdotario, sino como elemento presente en el desarrollo de nuestro pueblo; comentó que debe, además, ser investigado para volverse vivo, perenne y eficaz. Dijo también que el pensamiento novohispano es oriundo porque se ancla en la tradición antigua y en la renovación de la cultura clásica traída por los españoles; es teleológico debido a que todo tiene un fin; en este caso es el de formar un pensamiento y un conocimiento propiamente mexicanos. Para afianzar su tema mostró tablas en griego, latín y hebreo de los distintos niveles del conocimiento.
La siguiente mesa fue dedicada al Arte, en ella contamos con la participación de Margarita María Fernández Larralde, con “El orgullo criollo novohispano en pinturas del siglo XVIII”; en esta ponencia se dejó ver el sentimiento que surgía en los criollos por obtener una identidad que los españoles les negaban y que en el Nuevo Mundo, en un principio, no encontraban. Con el acontecimiento guadalupano nació el símbolo de identidad, se convirtió en el enlace entre criollos y naturales y esto se vio reflejado en las obras de arte. “El retrotabulum barroco novohispano y su apreciación moderna. El caso de las Reliquias de san Agustín en el templo agustino de fray Juan de Sahagún, Salamanca, Guanajuato”, presentada por José Armando Pérez Crespo, nos inició en una nueva manera de ver el arte, pues, dijo, se han de tener en cuenta la vanguardia, la psicología y las leyes de la percepción para realizar los procesos mentales de apreciación. Iliana Tintori Reyes, en “Emociones y respuestas ante la imagen religiosa en la Nueva España”, presentó casos sobre cómo manifestaban los creyentes sus sentimientos ante las imágenes religiosas y las respuestas “divinas” que obtenían después de venerarlas. Hubo en su presentación más de un suceso chusco relacionado con las reacciones motivadas por el favor pedido, lo que resultó muy atractivo para el público asistente. María Lorena Salas Acevedo y Juan Manuel Lugo Botello presentaron “El espacio habitacional de Zacatecas, siglo XVIII: de la tradición a la modernidad”, donde sostuvieron que la modernización es más fácil de ser observada en las casas habitacionales, ya que están sujetas a cambios a más corto plazo que los grandes edificios.
Contamos además con la consabida sección de homenajes, que en esta ocasión estuvieron dedicados al Dr. Noé Héctor Esquivel Estrada, de la UAEM, en cuyo honor se presentó “Al encuentro del Pensamiento novohispano”, por Hilda Julieta Valdés García; al Dr. Adolfo Díaz Ávila, también de la UAEM, a quien se le dedicó “La filosofía como diakonía: Al servicio del hombre y de la cultura”, por Gerardo Pérez Silva, y al Dr. Conrado Ulloa Cárdenas de la U. de G., a quien se honró con el texto “Un educador de tiempo completo”, por José Luis González Rojo. Este último homenajeado no estuvo presente, pues su modestia le aconsejó negarse a recibir merecido reconocimiento.
Para la clausura de este encuentro se ofreció un concierto de guitarra clásica cuya interpretación corrió a cargo del Lic. José Quiñones Nava, el cual fue seguido de la Asamblea plenaria durante la que se aceptaron propuestas de sede para el año 2014, la cual quedó pendiente de confirmación, y se dio la bienvenida a un miembro más del Comité Técnico, la Dra. Verónica del Carmen Murillo Gallegos, investigadora de la UAZ.
Para concluir, el sábado 9 de noviembre, llenamos la curiosidad artística con una visita guiada a los murales de Ciudad Universitaria, cortesía del M. en Arq. Héctor Zamudio Varela, quien habló sobre la historia, al plan arquitectónico y a los componentes plásticos de nuestra máxima casa de estudios, y nos hizo caer en la cuenta de por qué mereció el reconocimiento de “Patrimonio de la Humanidad”.