Introducción
El cacao (Theobroma cacao L), originario de América del Sur, es un cultivo de importancia económica, industrial, social, cultural y ambiental (Motamayor et al. 2002). En los últimos 10 años, en México, se ha observado una tendencia decreciente en la producción. En el 2003 se reportó una producción de 49,964 ton mientras que para 2013 la producción fue de sólo 27 844 ton, con una reducción en la superficie cultivada de 20 668 ha. Chiapas es uno de los estados productores más importantes de cacao, ocupa el segundo lugar en producción después de Tabasco quien posee una superficie destinada al cultivo de 20,299 ha y produce 9,080 ton a razón de 440 kg ha-1 (SIAP, 2014). Las principales zonas productoras de cacao en Chiapas son el Soconusco y Norte del estado (SIAP, 2014) donde este cultivo ha sido parte de la cultura, economía, sociedad e historia (Nájera, 2012).
Una iniciativa reciente lidereada por Avendaño et al. (2013) ha mostrado el valor económico, social, cultural y ambiental de las plantaciones de cacao. Esta iniciativa denominada "Mejoramiento Participativo" (Aguirre, 2009; Avendaño et al., 2013; Díaz et al., 2013) reconoce al cacao como fuente de diversidad y selecciona los mejores ejemplares en términos de resistencia a enfermedades y propiedades organolépticas excepcionales con potencial comercial sobresaliente.
Desafortunadamente, el cacao enfrenta una crisis debida a factores ambientales, tecnológicos, económicos y sociales, que se ven agravados por problemas fitosanitarios como las enfermedades que destruyen plantaciones enteras, obligando a los productores a abandonar este cultivo ancestral (González, 2005). En México no se han identificado los factores socioeconómicos y parasitológicos que limitan la producción de una manera puntual y precisa y todo apunta a que las enfermedades contribuyen de manera significativa a la desaparición de este importante cultivo, por lo que el objetivo de este trabajo fue identificar los factores socioeconómicos y parasitológicos que limitan la producción del cacao en Chiapas, México.
Materiales y Métodos
Zona de estudio. Durante 2013, se aplicaron encuestas y visitaron 109 productores de cacao en 45 localidades en ocho municipios de las dos principales regiones productoras de cacao en Chiapas: Soconusco y Norte. En la Región Soconusco se realizaron 32 encuestas en los municipios de Cacahoatán, Huehuetán, Tapachula, Tuxtla Chico y Tuzantán. En la Región Norte se realizaron 13 encuestas en los municipios de Ostuacán, Pichucalco e Ixtacomitán.
Tamaño de muestra. Para seleccionar a los productores encuestados y visitados se utilizó un método de selección aleatorio sin remplazo sobre el padrón de productores de cacao publicado por SAGARPA en 2013. En las parcelas de cacao se utilizó el esquema en 5 de oros para estimar la presencia de las plagas.
Encuesta y cálculo de frecuencias. La encuesta se diseñó de acuerdo a lo reportado por Ghiglione y Matalón (1989), Córdova et al. (2001), Díaz, et al. (2013) y Quispe (2013), y estaba integrada por ocho apartados con 62 reactivos: 1. Ficha de identificación (nombre del productor, comunidad y fecha); 2. Datos generales (edad, sexo, escolaridad, tenencia de la tierra y actividades económicas, financiamiento, capacitación, organización, mano de obra); 3. Datos de la parcela (superficie, tipo de cacao, marco de plantación, árboles de sombra); 4. Manejo agronómico (control de maleza, fertilización, drenaje); 5. Plagas (plagas observadas, importancia, control); 6. Enfermedades (enfermedades observadas, importancia, control); 7. Producción y comercialización (beneficiado, precio, producción y comercialización) y 8. Expectativas (continuación con el cultivo). Las respuestas de los entrevistados fueron capturadas y las frecuencias determinadas mediante el paquete estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences Versión 20).
Identificación de problemas parasitológicos. Durante las visitas a las parcelas seleccionadas se colectaron insectos y muestras de plantas con síntomas de enfermedades para su identificación y diagnóstico, respectivamente. Los insectos fueron conservados en alcohol al 70 %. Posteriormente fueron montados en alfileres entomológicos e identificados a nivel especie utilizando claves taxonómicas. Una segunda opinión de un experto en taxonomía de insectos fue solicitada para cada ejemplar. Para el caso de las enfermedades, las muestras de plantas con síntomas se colocaron en una cámara húmeda por 48 horas. Si después de este lapso de tiempo se encontraron las estructuras del agente causal, éstas fueron identificadas de acuerdo al grupo taxonómico. De otra manera, se realizaron cortes del tejido enfermo que fue desinfestado en hipoclorito de sodio (1.5 %) durante tres minutos y lavado tres veces en agua destilada estéril y secado para finalmente sembrarlo en medio de cultivo PDA. Los aislamientos obtenidos fueron purificados por la técnica de punta de hifa e incubados bajo 12 horas de luz blanca hasta su esporulación. En todos los casos se llevó a cabo la extracción de ácidos nucléicos (Qiagen, USA) para la identificación molecular de los organismos (BLAST NCBI) mediante la amplificación de la región del ITS utilizando los primers ITS4 e ITS5 y el protocolo de White et al. (1990).
Resultados y Discusión
Aspectos socioeconómicos. En Chiapas la actividad cacaotera la realizan pequeños productores. El 58.7 % tiene parcelas de cacao menores a dos hectáreas y el 41.3 % tiene parcelas de mayor superficie. El promedio de edad de los productores fue de 59 años. El 80.7 % de los productores de cacao son del género masculino y solamente el 19.3 % son del género femenino, que además de ser productoras, realizan las labores del hogar y el cuidado de los hijos, por lo que triplican sus jornadas de trabajo como lo mencionan Suárez et al. (2011). Las mujeres participan en actividades como la cosecha, lavado, fermentación y secado, pero no son consideras como un apoyo significativo en el proceso de producción, denigrando con ello su importante participación en el proceso productivo del cacao. Este comportamiento masculino ya ha sido observado en otros cultivos (Maier, 1998; Agarwal, 1992; Cortez y Pizarro, 2001).
Escolaridad. Más de la mitad de los productores no completó su instrucción primaria y sólo el 4.6 % concluyó una licenciatura (Cuadro 1). Engler y Toledo (2010) indicaron que el bajo nivel educativo repercute negativamente en las tasas de adopción de innovaciones tecnológicas. En este estudio se detectó que sólo el 53.2 % de los productores han buscado y recibido capacitación técnica.
Situación legal de las parcelas. El 67 % de las unidades de producción son ejidales y el resto propiedad privada. En México, el ejido es la forma más importante de posesión colectiva de la tierra, el cual opera con un reglamento interno que contiene las bases para su organización económica y social (Legislación Agraria, 2004). Esto implica que las parcelas destinadas al cultivo de cacao estén sujetas a un limitado comercio, por ejemplo el 66.1 % de las unidades de producción han sido heredadas y sólo el 34 % han sido adquiridas.
Los agricultores de cacao comienzan a diversificar sus actividades económicas para cubrir sus necesidades de ingresos. Por ejemplo, el 16.5 % de los productores lleva a cabo comercio, servicios y tiene otros cultivos. El 68.8 % de los productores realiza las actividades culturales del cacao con recursos propios y el 31.2 % ha recibido algún apoyo financiero.
Organización. El 60.6 % de los productores de cacao pertenece a una asociación para acceder fácilmente a los recursos financieros y de capacitación que ofrece el gobierno. Las principales asociaciones de agricultores de cacao en el estado de Chiapas son: Asociación Agrícola Local de Productores de Cacao de Tapachula, Asociación Agrícola Local de Productores de Cacao de Tuxtla Chico, Sociedad de Producción Rural Cuevas de Tigre de Pichucalco, Asociación Agrícola Local de Productores de Cacao de Tuzantán y la Cooperativa Alianza del Cacao de Tuxtla Chico. De las asociaciones agrícolas, el 51.1 % son municipales, y el 43.4 % se encuentra distribuido en 11 diferentes figuras asociativas. Las asociaciones no operan en el acopio y comercialización del cacao (con excepción de la Asociación de Productores de Cacao de Tuxtla Chico), por lo que es recomendable fortalecer los procesos de organización en busca de obtener mayor producción, valor agregado al producto y mejores ingresos para los socios.
Mano de obra. El 54.1 % de los productores utiliza jornales en al menos una de las siguientes actividades durante el ciclo agrícola de cacao: limpia, poda y regulación de sombra. La participación de la familia en las actividades del cacao es igual de importante, pues el resto de los productores (45.9 %) realiza estas actividades con mano de obra familiar.
Aspectos agronómicos. Más del 50 % de las parcelas se encuentran en regiones planas lo que facilita las actividades del cultivo, los suelos son más profundos, fértiles y se erosionan menos. El otro 50 % de las parcelas se encuentra en ladera, que se consideran marginales, menos productivas y con acceso a tecnología y comunicación más difícil.
En Chiapas se cultivan diferentes tipos de cacao conocidos comúnmente como Calabacillo (también llamado Ceylan o Costa Rica), Guayaquil, Injerto (RIM), Lagarto, Tabasco, que se les denominan de almendra blanca (criollo). El 14.7 % de los productores en Chiapas cultivan cacao de almendra blanca; este bajo porcentaje es debido a que este tipo de cacao presenta mayor susceptibilidad a enfermedades. En concordancia, Córdova (2005) señaló que una de las principales limitantes para la producción y conservación de cacao son las enfermedades. Por otro lado, Ramírez (1997) menciona la importancia de estos cacaos ya que son la base del mejoramiento genético de los cacaos ordinarios (forasteros).
Las plantaciones de cacao en Chiapas tienen un promedio de 36 años de edad. Avendaño et al. (2011) encontró datos similares en su investigación y reporta que las plantaciones tienen más de 25 años y sólo el 4 % de los productores tiene plantaciones nuevas. De acuerdo con León (1987), una plantación de cacao puede mantenerse productiva de 25 a 30 años. La edad de las actuales plantaciones de cacao indudablemente es una de las razones que contribuye a la decadencia del cultivo por lo que es urgente renovar las plantaciones en un marco de plantación de 4x4 m. La sombra es necesaria para el cultivo del cacao, ésta puede variar de acuerdo con las especies y genotipos usados, así como de las características del ambiente. En Chiapas, los productores utilizan árboles maderables, frutales y nativos de la región (Cuadro 2). La sombra juega un papel importante como amortiguador de las condiciones climáticas adversas (Beer, 1988; Roa et al. 2009; Salgado et al. 2007), como fuente de alimentos e ingresos, como espacio para la conservación y manejo de la biodiversidad y en la captura de carbono y filtración de agua (Beer, 1988; Parrish et al., 1999).
Sólo el 38 % de los productores utilizan árboles de sombra y la regulan. El bajo porcentaje de productores que destinan recursos a mantener y regular sombra dentro del cacaotal se explica al considerar que la mayor parte de ellos considera que es una actividad que aporta pocos beneficios al cacao, implica un costo de producción y no resulta redituable.
La mayoría de los productores (97.2 %) efectúa al menos un chapeo manual para eliminar malas hierbas en el cacaotal; esta actividad se realiza durante el periodo de lluvias, debido a que las malas hierbas tienden a crecer y afectar el cacao en esta época.
Sólo el 32 % de los entrevistados realiza fertilización química, para lo cual utilizan urea (46-00-00); el 4.6 % utiliza composta para la fertilización. Esta composta es elaborada a base de desechos vegetales producto de las podas del cacao, de árboles de sombra y cáscara de los frutos cosechados.
A pesar de que el 50 % de las parcelas se encuentran en planicies, sólo el 15.6 % de los productores señaló que realiza drenaje en sus parcelas con el fin de desalojar el agua excedente que se acumula durante el periodo de lluvias, y así evitar condiciones apropiadas para el desarrollo de enfermedades (Moore-Landeker, 1996).
El rendimiento promedio actual del cacao en Chiapas es de 118 kilogramos por hectárea y oscila de 0 kg ha-1 a 800 kg ha-1. La cosecha de cacao se realiza durante todo el año, no obstante, la mayor producción de la cosecha se acentúa en los meses de junio, octubre y noviembre.
El beneficio es una parte esencial y determinante para obtener buena calidad de grano (proporciona los principios básicos de sabor y aroma) y acceder a ganancias durante la comercialización en el mercado nacional e internacional. El beneficiado incluye la fermentación, lavado y secado (Cuadro 3). El proceso de fermentación se realiza tradicionalmente al depositar el grano en cajones de madera bajo condiciones controladas.
Comercialización. El 76.1 % de los productores comercializó su cosecha como grano de cacao seco después del proceso de beneficiado, mientras que el 20.2 % lo hizo como cacao en baba (Cuadro 3). La venta de cacao en fresco representa una forma rápida de vender su producto a intermediarios sin tener que beneficiarlo.
La comercialización del cacao puede realizarse por diferentes medios. El 60.5 % de los productores venden su cacao a un intermediario, el 33 % lo comercializan con las asociaciones y sólo el 2.8 % vende su cacao directamente al consumidor en forma de chocolate artesanal, obteniendo con ello mayores ganancias. Sólo el 3.7 % declaró no haber cosechado. El precio por kilogramo de grano de cacao seco durante 2013-2014 fue de $30.00 pesos. De acuerdo al 55% de los productores, este precio es menor al que les fue pagado en el ciclo anterior, con ello se pone de manifiesto que el precio de cacao es otro factor que está contribuyendo a la decadencia del cultivo.
Aspectos parasitológicos. Las enfermedades son el principal problema parasitológico que limita la producción del cacao, ya que pueden ocasionar pérdidas hasta del 100 %, si no existe control alguno. De acuerdo a las visitas y entrevistas: 100 % de las parcelas presentaban moniliasis, causada por el hongo Moniliophthora roreri (Cif y Par.) Evans et al. Esta enfermedad es considerada como una seria amenaza para el cultivo en México (Phillips, 2004; Phillips et al., 2006; Ramírez, 2008); en el 67 % de las parcelas se presentó la mancha negra de la mazorca, ocasionada por Phytophthora capsici Leonian; en el 10.1 % de las parcelas se detectaron agallas de ramas, las cuales están asociadas a Fusarium sp., ésta es una enfermedad potencialmente importante en todo el mundo (Ploetz, 2007); en el 3.7 % de las parcelas se presentó la antracnosis en hojas y frutos, que está asociada a Colletotrichum gloeosporioides Penz; en el 0.9 % de las parcelas se detectó el mal de machete causado por el hongo Ceratocystis cacaofunesta Engelbrecht & T.C. Harr. que estuvo asociada a insectos barrenadores.
Nuestros resultados permiten identificar a la moniliasis como el principal factor parasitológico que ha influido en la pérdida de producción y biodiversidad del cacao en Chiapas, ya que al destruir la producción facilita que el agricultor pierda el interés y abandone su campo de cultivo o lo reemplace con otro frutal, además de hacer que el cultivo de cacao sea poco rentable por el costo de las aplicaciones y medidas de control necesarias para contener la enfermedad.
Los productores, por lo general, realizan actividades culturales y aplicaciones de agroquímicos para el control de las enfermedades que observan en las plantas de cacao. El control cultural lo realiza el 46.8 % de productores y consiste en cortar los frutos enfermos, podas y regulación de la sombra. El control químico lo realizan con productos a base de cobre; el bicarbonato, cloro, cal, ceniza o insecticidas son incorporados en la misma aplicación. También mencionan aplicar caldo sulfocálcico elaborado a base de azufre y cal por recomendación de técnicos agrícolas locales para combatir la moniliasis; los productores que aplican esta mezcla mencionaron que no observar control de la enfermedad pero si un decremento de la producción. Murillo y González (1984) mencionaron que el control eficiente de enfermedades en plantas depende mucho de la selección de los fungicidas adecuados. Phillips (2004), indicó que el control de la moniliasis en cacao no es eficaz y cuando se lleva a cabo se puede considerar como antieconómico. En México, Torres et al. (2013) controlaron la enfermedad con azoxystrobin (Amistar(r) 50 % WG, Syngenta Crop Protection AG, Suiza). Sin embargo, la opción más viable y económica de control de enfermedades en cacao es el mejoramiento genético (Avendaño et al., 2013). Sólo un productor mencionó usar el control genético, al seleccionar de manera empírica materiales con resistencia a Phythopthora sp. y utilizar estos materiales para injertar. En la actualidad el mismo productor selecciona y evalúa materiales con tolerancia a Moniliophthora roreri con la asesoría del Instituto Nacional de Investigaciones, Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Los productores perciben que las plagas no constituyen una limitante para la producción de cacao. Los animales plaga identificados como problemas y su frecuencia en las parcelas productivas muestreadas fueron: ardillas (7.3 %), pájaros carpinteros (4.6 %) y tuzas (3.7 %). Estos provocaron daños en los frutos y merman el rendimiento de los cacaotales. Dentro de los insectos plaga, las hormigas del género Atta sp. (33.9 %) fueron los de mayor presencia y se caracterizaron por hacer galerías en el tronco y provocar alteraciones que afectan la emergencia de cojinetes florales, además de alimentarse de la corteza de los frutos. En contraste, Goitia et al. (1992) mencionaron que las hormigas pueden contribuir en la polinización del cacao y auxiliar en el control biológico de trips. Otros insectos plaga detectados durante las visitas fueron: el pulgón Toxoptera aurantii (Boyer de Fonscolombe) con 11 % de frecuencia. Los pulgones se alimentan de las partes terminales de los retoños y de las hojas más jóvenes lo que ocasiona que se deformen. Los barrenadores de ramas y tallos (Xyleborus ferrugineus Fabricius, Xylosandrus morigerus Blandford, Hypothenemus birmanus Eichhoff, Corthylus minutissimus Schedl, Taurodermus sharpi Lenis, Hypothenemus interstitialis Hopkins) y el periquito Vanduzea segmentata Fowler) se presentaron en el 5.5 % de las parcelas muestreadas. Estos barrenadores han sido previamente reportados en cacao por Equihua (1992) y Pérez et al. (2009). Los trips (Selenothrips rubrocintus Giard) se detectaron en sólo el 3.7 % de las parcelas, su daño se caracterizó por raspar y succionan la savia y provocar la caída de hojas, flores y frutos pequeños; cuando ataca plántulas, éstas pueden llegar a morir. También pueden atacar frutos maduros donde provocan manchas oscuras en las mazorcas y así dificultar la determinación del grado de madurez y afectar la apariencia del fruto. El salivazo (Clastoptera laenata Fowler) se detectó en el 3.7 % de las parcelas. Este hemíptero, produce una espuma que impide el desarrollo normal de las flores que permanecen inactivas y llegan a morir.
Los productores no realizan ningún tipo manejo para controlar los animales e insectos plaga, con excepción de las hormigas, que son controladas con paratión metílico(r), producto recomendado por los negocios locales de agroquímicos. De acuerdo a este estudio, las plagas no han influido en el cambio de uso de variedades, ni la conversión a otros cultivos.
Los detalles morfológicos y moleculares para el diagnóstico de las enfermedades y e identificación de las plagas será presentada en otro documento por cuestiones de espacio.
El cultivo de cacao en el estado de Chiapas se puede clasificar como un cultivo en decadencia. El principal factor que ha contribuido al estado actual del cacao en Chiapas es el fitosanitario y en particular la enfermedad conocida comúnmente como moniliasis. La enfermedad afecta directamente la producción, cosecha, costos de producción e interés de los productores en el cultivo, a lo anterior se adicionan aspectos económicos, socio culturales y agronómicos como: mayores costos de producción, disminución en el rendimiento, escaso retorno económico, escasa preparación académica y capacitación de los productores, poca participación femenina, poca aglutinación de productores en asociaciones, difícil acceso a variedades y cultivares con características de excelencia y unidades de producción pequeñas. Es una pena que un cultivo como el cacao que es parte de nuestra historia, forma parte de nuestra cultura y tiene un papel importante dentro del ecosistema, se encuentre en el estado de decadencia actual. Es urgente implementar estrategias para mitigar los problemas que limitan su producción y convertirlo nuevamente en una fuente económica viable, sostenible y atractiva para los agricultores.
Agradecimientos
Los autores expresan su agradecimiento a los Productores de Cacao de Chiapas, a las Asociaciones Cacaoteras del Estado, al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), al Consejo de Ciencia y Tecnología del estado de Chiapas (COCYTECH), al Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos (SINAREFI), por el apoyo asignado a esta investigación.