ANTECEDENTES
La terapia antiretroviral reduce la morbilidad y mortalidad relacionadas con la infección por VIH, reduce la carga viral y la transmisión de la infección por VIH y puede modificar las conductas de riesgo de los pacientes con infección por VIH.1-9 La expansión de la terapia antirretroviral en países de recursos limitados ha ocurrido en la última década.
Para conseguir éxito terapéutico en el tratamiento anti-VIH se necesita apego al tratamiento superior a 95%8 y para lograr ese nivel de apego se necesita la absoluta colaboración del paciente.10
El estilo de vida influye significativamente en la depresión y ambas influyen en el apego a la terapia antirretroviral. Las intervenciones que minimizan las disrupciones en el estilo de vida de los pacientes y ligan el apego a las actividades diarias del paciente pueden ser útiles para los pacientes con VIH que sufren depresión y problemas de apego a la terapia antirretroviral.11
Las creencias, actitudes y prejuicios de los pacientes respecto a la medicación, la enfermedad y el equipo médico-asistencial son factores categóricos a la hora de aceptar el tratamiento y seguirlo de forma correcta. La capacidad del paciente para comprender la relación entre apego y resistencia a la medicación también ha mostrado predecir mejor apego.12-15
Aportar información es una condición necesaria pero insuficiente para que los pacientes sigan el tratamiento de manera adecuada. La comorbilidad con trastornos psiquiátricos juega un papel clave en el cumplimiento del tratamiento. Por ejemplo, en los primeros años de la epidemia la depresión era considerada con frecuencia una reacción emocional esperable, en consecuencia, como en muchas otras enfermedades crónicas, era subdiagnosticada y, por tanto, subtratada.
Existe evidencia de que el tratamiento de la depresión se vincula con mejor apego al tratamiento y de que la asociación mal apego y depresión se ha relacionado con mayor mortalidad. Debido a la elevada prevalencia de los trastornos psiquiátrico-psicológicos en las personas que viven con VIH es necesario considerar la intervención psicológica y psiquiátrica como parte importante de la asistencia habitual.
El objetivo de este artículo es comparar el índice de apego a la terapia antirretroviral de primera línea en pacientes con trastornos depresivos vs pacientes sin depresión.
MATERIAL Y MÉTODO
Estudio prospectivo en el que de enero a junio de 2016 se evaluaron pacientes de las clínicas de VIH del Hospital General Regional núm. 1 del IMSS y del Hospital General Tacuba del ISSSTE, en tratamiento antirretroviral con un primer esquema, iniciado hacía más de seis meses; se excluyeron los pacientes con trastornos neurológicos diferentes a depresión, pacientes con diagnóstico, tratamiento previo de depresión o ambos. Los pacientes respondieron el cuestionario de Beck de depresión y la escala SMAQ de apego.
Los criterios de inclusión fueron: edad mayor de 18 años, pacientes con más de seis meses con tratamiento antirretroviral. Los criterios de exclusión fueron: pacientes experimentados a más de un esquema de tratamiento antirretroviral, pacientes con resistencia primaria documentada, pacientes con trastornos neurológicos diferentes a depresión.
Análisis estadístico
Se calculó una muestra de 197 pacientes para un intervalo de confianza de 90% y un error de 5%. Se realizó comparación mediante la prueba t de Student de los índices de apego determinados mediante el índice SMAQ en los pacientes en primera línea de tratamiento antirretroviral con depresión vs pacientes sin depresión. Se consideró significativo un valor p < 0.05.
RESULTADOS
Se evaluaron 180 pacientes con un primer esquema de tratamiento antirretroviral, se encontró que 126 (70%) pacientes no tenían depresión, 36 (20%) tenían depresión, 15 (8.3%) tenían depresión moderada y 3 (1.7%) depresión severa (Figura 1). El no apego se observó en 15.8% (n = 20) de los pacientes sin depresión versus 55.5% (n = 30) de los pacientes con depresión, con diferencia significativa (p = 0.001) entre ambos grupos. El apego de los pacientes con depresión fue inversamente proporcional a la severidad de la misma con apego de 84.1% (n = 106) en los pacientes sin depresión, de 33.3% (n = 18) si la depresión era leve, 9.2% (n = 5) moderada y 0% (n = 0) si era severa (Figura 2). Respecto a la carga viral bajo el límite de supresión (< 40 copias/mL) en los pacientes sin depresión se observó mayor proporción de pacientes con carga viral mayor a 40 copias/mL: 17.4% (n = 22) vs 15.8% (n = 20), considerados sin apego por el cuestionario SMAQ. En el caso de los pacientes con depresión se encontraron en forma global 25.9% (n = 14) de pacientes con carga viral no suprimida comparados con 55.5% (n = 30) sin apego de acuerdo con el cuestionario SMAQ (Figura 3).
DISCUSIÓN
Se halló menor apego de los pacientes evaluados por el cuestionario SMAQ en el grupo de pacientes con depresión comparado con los pacientes sin este trastorno, diferencia que resultó significativa desde el punto de vista estadístico.
La depresión es un factor determinante en el apego al tratamiento antirretroviral, el apego disminuye con la severidad de la depresión de los pacientes, lo que pone en riesgo la eficacia del tratamiento antirretroviral. Es adecuada y deseable la búsqueda intencionada de depresión con instrumentos sencillos de utilizar en la práctica clínica cotidiana, como la escala de Beck, al igual que la determinación regular del apego mediante cuestionarios estructurados y validados como SMAQ.