“Que se alivió, San Benito, que se murió, doctor maldito”26
ANTECEDENTES
Según el Diccionario de la Real Academia Española, santo es: en el mundo cristiano, una persona declarada santa por la Iglesia, que manda que se le dé culto universalmente; mientras que patrono es: defensor, protector, amparador, o santo elegido como protector de un pueblo o congregación religiosa o civil.1 En el caso concreto de la medicina, existen varios santos y santas que caben dentro de estas definiciones, cuyo conocimiento es de interés desde el punto de vista médico cultural y no sólo religioso, por lo que el tema se ha tratado con anterioridad en diversas publicaciones científicas laicas,2-5,19,21-24 además de en las propiamente religiosas.13,14,16,20 A continuación, se analizan algunos de los ejemplos más conocidos, y representativos.
San Lucas, patrono de los médicos en general
(Lucas) medicorum christianorum princeps et patronus Guillermo del Val, Facultad de Medicina de París, 154211
Lucas (de luce, luz) (2-86)11,13,20 fue un médico nacido en Antioquia; se le considera patrono de los médicos en general; además de a las ciencias médicas, se dedicó al estudio de las letras (es autor de los libros llamados: Evangelio de Lucas y de Hechos de los Apóstoles) y al de la pintura (se le atribuye una pintura de la Virgen María).2 Se convirtió al cristianismo hacia los 40 años11 “por las predicaciones de su pariente San Pablo, de quien se hizo discípulo y compañeroa”. Predicó el Evangelio de Jesucristo en: Italia (Roma), las Galias, Dalmacia, Macedonia, Libia y Grecia.11 Murió, ahorcado por testimonio de su fe, en Acaya, a los 84 años; su cuerpo fue trasladado a Constantinopla inicialmente y después a Pavia (su cabeza se reverencia en Roma).13 Se le representa simbólicamente con el toro, con base en una visión del profeta Ezequielb. Su fiesta se celebra el 18 de octubre y varios países han adoptado ese día como Día del Médico; también varias asociaciones médicas llevan su nombre.
En el Palacio de Medicina de la Ciudad de México se encuentra su escultura, hecha por Martín Soriano y donada por la Academia de San Carlos el 17 de junio de 1860c; la escultura se hizo a propuesta, en octubre de 1854, de José Urbano Fonseca, inspector general de Instrucción Pública y miembro de la Junta de Gobierno de la Academia Nacional de San Carlos, presidida, entonces, por Bernardo Couto;2 fue hecha de mármol de Carrara y “…pesa poco más de doscientas treinta arrobas y tiene cerca de nueve palmos de altura incluso el plinto…”, el pedestal fue un trabajo dirigido por el director del ramo de arquitectura de la misma Academia, Javier Cavall, colocándosele después ahí la leyenda: “Este santo fue médico”.2
Santos Cosme y Damián, patronos de los cirujanos
Cosme significa: “adornado, bien presentado” y Damián: “domador”.12
A los médicos Cosme y Damiánd se les considera, particularmente, patronos de los cirujanos. Cosme y Damián fueron unos gemelose nacidos en Cilicia (al sur de Anatolia, Asia menor)f y profesionales de la medicina, ejerciendo en forma ambulante sin cobrar por sus servicios (apodados por ello Anágyroi, gr. sin dinero)g. Durante la persecución del emperador Diocleciano (284-305) fueron aprehendidos y torturados (ahogamiento, quemaduras, descoyuntamiento, crucifixión, lapidación, asaeteamiento),13 por órdenes de Lisias, gobernador de Egea8 y, finalmente, decapitados (c. 303 dC, 17 de octubre); su sepulcro, según la tradición, se encuentra en Cirrhus (Siria);12 fueron convertidos en santos por atribuírseles curaciones milagrosas; después de su muerte, un devoto vio durante un sueño el trasplante de una extremidad inferior de un esclavo moro negro, que acababa de morir por vejez, al diácono caucásico Justiniano, mientras dormía, después de que, a este último, le hicieran una amputación infracondílea por gangrena10,27 (lo que ahora sería un homotransplante de donador cadavéricoh); el relato de la cirugía ha llegado a través de la Leggenda aurea (Leyenda dorada), de Jacobo de la Voragine (o de Varazze; siglo XIII)ii,27 y fue plasmado en diversas pinturas hacia el año 1500, en donde, entre otras formas, a menudo, aparece Cosme sujetando un recipiente de pomada y Damián sosteniendo un vaso de orina.8 La fiesta de estos santos se celebra el 26 de septiembre.3,6 A principios del siglo V, se levantaron en Constantinopla dos iglesias en honor de los mártires; una de ellas fue la basílica que el Papa Félix (526-530) erigió en el Foro Romano.12
Santos Liborio y Zoilo, patronos de los urólogos
A los santos Liborio y Zoilo se les considera patronos de los urólogos.4
Zoilo era un rico joven cordobés, que mostraba continuamente en público sus creencias; en el año 304, fue acusado de superstitione christianitatis, por lo que fue apresado, juzgado y condenado a muerte; con el fin de que apostatara, se le torturó azotándolo, y despedazándolo con garfios de hierro, mientras el mártir le espetaba al juez “mientras más maltratas mi cuerpo que tienes ahora en tu poder, más crece mi verdadero bien, que no teme tus tormentos”, después, hízole abrir por la espalda, extrayéndole los riñones, a pesar de lo cual “no murió, siendo el propio Daciano, prefecto romano del siglo IV, el que le corta la cabeza”. Se mandó enterrar el cuerpo entre las sepulturas de peregrinos y extranjeros para que no fuese reconocido. Posteriormente, en el año 613, un noble visigodo llamado Agapio o Agapito II fue elegido obispo de Córdoba (614-618) en el reinado de Sisebuto (612-621); el obispo durante un sueño revelador supo del lugar donde se encontraban los restos de Zoilo, recuperándolos; fueron llevados a la iglesia de San Félix, que desde entonces se llamó de San Zoilo, de donde fueron trasladados en el año 1070 por el conde/Infante Fernán de Carrión, hasta la localidad palentina de Carrión de los Condes, donde se encuentran hasta la actualidad. La iconografía del siglo XVI del martirio del Santo muestra la nefrectomía, hecha a través de distintas incisiones lumbares, dorsales o abdominales.4
San Liborio fue obispo de Le Mans, en Francia, durante el siglo IV, al que se le ha atribuido, desde finales del siglo XV, un “poder sanador” contra los cálculos urinarios; por lo que es abogado de los dolores de ijada, piedras de los riñones y retención de orina.4,9
Santa Águeda, patrona de las enfermedades de la glándula mamaria
Los santos que están conectados con enfermedades de la glándula mamaria son: Santa Bárbara, Santa Gwen, Santa Apolonia, Santa Cristina, San Wilfredo y San Bernardo, entre otros.
Águeda o Ágata, del griego agathé, que significa “bondadosa”, fue una mujer nacida en Catania (Sicilia, Italia), en la vía Biscaij10, en el año 230; cuando tenía 21 años rechazó las propuestas amorosas del cónsul Quintiliano (o Quiniciano), gobernador de Sicilia, quien la mandó arrestar y se la entregó a Aphrodisia, una mujer que junto con sus hijas tenía un prostíbulo; un mes después fue encerrada en una celda y azotada, quemada con antorchas y atada de pies y manos, estirándola, sufriendo desgarramientos de todo el cuerpo. En una de esas torturas, le cortaron sus pechos con pinzas de acero. Posteriormente fue arrojada moribunda de nuevo a la celda; esa anoche fue visitada por San Pedro y un ángel, quienes milagrosamente la curaron. Al día siguiente, Quintiliano se dio cuenta de que había recobrado la salud y ordenó que sembraran su celda con trozos de vidrio, cerámica rota y brasas ardientes y, desnuda, la revolcaron para luego quemarla, muriendo posteriormente (5 de febrero de 251)k. Su cuerpo fue enterrado por los cristianos en un suburbio de Catania llamado Hybla Maior. Se dice que en el Monasterio de San Pablo del Monte Athos (Grecia) está el cráneo; en Sorihuela de Guadalimar, en Andalucía, España, se conserva un fragmento del cuero cabelludo y se cuenta que los pechos son conservados como reliquias en el Vaticano. Un año después de su muerte, el volcán Etna entró en erupción y la lava se extendió hacia Catania; entonces los lugareños corrieron al sepulcro de la mártir, lo abrieron, tomaron el velo que cubría su cadáver y regresaron a extenderlo frente a la lava. Inmediatamente la erupción se interrumpió y la lava se detuvo; éste fue el primer milagro atribuido a esta santa; El supuesto velo que detuvo la erupción del volcán es venerado en Ali Superiore, Sicilia. Su festividad es el 5 de febrero. Todos los dedicados al tratamiento y prevención del cáncer mamario son conocidos como “los soldados de Santa Águeda”. En la iconografía es representada como una joven con los senos cortados y en ocasiones con los senos en una bandejal o con unas tenazas en la mano; en el Camarín de la Iglesia de San José, Puebla, se encuentra una pintura de la santa hecha por Pascual Pérez El mixtequito (1663-1721).19
Santa Lucía, patrona de los enfermos de los ojos
Lucía, del latín lucius, que significa “luz, luminoso” (283-304), nació y murió en Siracusa, Italia; es la patrona de los enfermos de los ojos. Había sido educada en la fe cristiana y decidió renunciar al matrimonio. Su madre, llamada Eutiquia, padecía constantes hemorragias, y, junto con Lucía, peregrinaron hasta Catania para pedirle a Santa Águeda la curación. Al llegar a la tumba de Águeda, pasaron la noche orando y, mientras dormían, Águeda se apareció y le dijo a Lucía que ella misma poseía dones curativos y que su madre quedaría curada por su fe, lo que sucedió. De vuelta a casa, Lucía pidió a su madre que no la entregara en matrimonio jamás y que repartiera sus bienes entre los pobres. La madre accedió y ambas empezaron a distribuir su patrimonio entre los más desfavorecidos. Sin embargo, tiempo más tarde, su madre la obligó a aceptar en matrimonio a un joven pagano, pero Lucía lo rehusó. Entonces, el joven la acusó de ser cristiana ante el cónsul Pascasio, quien ordenó que la apresaran y la llevaran a un prostíbulo para que fuese violada, a lo que Lucía contestó: “El cuerpo queda contaminado solamente si el alma está consciente”; mientras discutía con el cónsul, el Espíritu Santo la volvió tan pesada que ni siquiera varios bueyes consiguieron moverla. Posteriormente la trataron de quemar en la hoguera, pero como milagrosamente se salvó, le fueron arrancados los ojos, pero ella misma se los recolocó, y finalmente fue decapitada. Lucía aparece en algunos grabados medievales con sus ojos sobre una bandeja. En el año 1039, su cuerpo fue trasladado a Constantinoplamm por orden de la emperatriz Sofía; en 1204, durante la cuarta cruzada, se recuperó el cuerpo y se encuentra, desde 1861, en un sarcófago de vidrio en la Iglesia de San Jeremías, en Venecia; el rostro de la santa fue cubierto con una máscara de plata. Se festeja a Santa Lucía cada 13 de diciembre.19
Santa Apolonia, patrona de los odontólogos
A Santa Apolonia se le considera patrona de los odontólogosn; Apolonia nació en Alejandría en el año 200; en 216 recibió el bautismo y se convirtió en predicadora, ejerciendo como tal durante 33 años en la Catequesis de Alejandría (llamada Didascalia); en 231 integró la terna junto con Orígenes y Dionisio para dirigir la Didascalia (la elección recayó en Dionisio y no en Apolonia por su condición de mujer, lo mismo sucedió en el año 247). En 249, bajo el reinado de Decio (248-251), fue capturada y sometida a tortura por sospecha de atentar contra Roma; durante el proceso, le fueron destruidos los dientes con una piedrao y, al pretender quemarla viva, saltó a la hoguera voluntariamentep; sin embargo, debido a que las llamas no la consumían, terminaron degollándola. Los dientes fueron recogidos como reliquias y su cabeza se encuentra, dentro de un busto, en la iglesia de Santa María Trastévere en Romaq; fue canonizadar en el año 299 por el Papa Marcelinos, su fiesta es el 9 de febrero, considerado el Día del Odontólogo; se le representa como una joven bonita (a pesar de sus 49 años), sosteniendo en su mano un fórceps (o tenazas) con un molar extraído o con un diente dorado colgado del cuello y con una hoja de palma, como señal de su muerte por martirio; su culto sigue vigente, de tal manera que una oración tradicional en Asturias, España, dice: “Santa Apolonia, aquí estoy, pobre pecador, me duelen los dientes, reconcíliate pronto conmigo y regálame tranquilidad para el cuerpo, para poder olvidar este tormento del dolor de dientes”.5,7
EPÍLOGO
Existen cerca de 300 santos cuyos nombres se han asociado con protección y cura de ciertas enfermedades, amparo de médicos y diversos milagros,19 naciendo por analogía directa con el tipo de martirio del santo en cuestión4 o, en el caso particular de algunas enfermedades, se colocaba la imagen del santo en determinada posición: por ejemplo, Francisco de Asís Flores y Troncoso, en su magna obra histórica de la medicina en México, refiere que en el México decimonónico, en las presentaciones obstétricas de nalgas, esperando la versión que produjera el parto normal “… En las casas del vulgo, ya se veía a la vieja devota procurándola por milagro, colgando por los pies a alguna imagen de San Vicente Ferrer, abogado de las embarazadas, para que el niño se pusiera de cabeza…”.28
A veces, el santo da su nombre a la enfermedad, como en el caso del llamado “mal de San Juan”, en este caso particular se refiere que en Aquisgrán, en 1347, una furiosa agitación se apoderó de todos los que asistían a la fiesta de San Juan; el fenómeno se extendió enseguida por toda la región renana. Por otra parte, en otros tiempos, por ejemplo, el hospital general de París enviaba sus enfermos a la iglesia de San Maturino de Larchant, solicitando la intercesión benéfica del santo. Asimismo, en otra modalidad terapéutica, se refiere como caso ilustrativo que la célebre colonia familiar de Gheel, en Flandes, nació del éxito de una peregrinación terapéutica a Santa Dimpna, registrada desde el siglo XIII.29